lunes, 7 de agosto de 2017

TERCERA PARTE... SOTERIOLOGÍA Y DEFINICIONES CRISTOLÓGICAS EN LA IGLESIA...

TERCERA PARTE… SOTERIOLOGÍA Y DEFINICIONES CRISTOLÓGICAS EN LA IGLESIA.



La doctrina sobre la Salvación  desarrolló una carrera ascendente en la vida de la Iglesia que inicia en la primitiva y culmina especialmente con los tratados cristológicos de los siglos V y VI. Esta aseveración no implica que incluso durante la Escolástica se profundizaran conceptos como la Sustitución, la Regeneración, la Gracia, la Generación entre otros, es bueno que comencemos esta reflexión con sus antecedentes que remontaremos hasta la Cristología Agustiniana del Siglo V:

·         Agustín se adelanta a Éfeso (431) y calcedonia (451) respectivamente al asumir que en Cristo existían dos naturalezas o Substancias,  que es Dios y Hombre pero solo hay en Él Persona Divina (Segunda Persona de la SS. Trinidad). Que en su argumento Cristológico admite que solo Cristo tenía la potestad de rescatarnos de las garras del pecado y la muerte.

·         El hombre no puede querer si Dios no le asiste en su querer. Hiponense.
·         La perspectiva de su Eclesiología entronca con la acción salvífica del Señor, afirma el Hiponense, que los seres humanos rescatados y en Gracia confirman una comunidad nueva que es la Madre Iglesia.

·         Ningún ser humano se puede realizar fuera de la Gracia.
·         La visión eclesiológica de Agustín revolucionó la concepción salvífica predicada por la Iglesia y que ha llegado con toda su fuerza a nuestro tiempo, es sin duda la afirmación moderna sobre la Salvación unida  a la Iglesia que tiene raíz en los santos  PP.  y que explicamos desde la perspectiva de la Soteriología  no Unitaria del Hiponense: Salus extra ecclesiam non est. “Fuera de la Iglesia no hay Salvación” de entrada nos parece absurda tal afirmación pero si la remitimos a la realidad eclesial que vivimos encontramos un nexo de veracidad con el Dios Encarnado y su propósito de salvación por medio del conocimiento y vivencia de su Palabra. La Gracia es total y totalizante y la concepción eclesiológica de esta Comunión es particularmente Universalista ya que afirmamos que todo ser humano es parte de la Iglesia y la Salvación está puesta para todas y todos, pero ese estar “puesta” implica la vivencia de sus conceptos. No es simplemente dejar fuera a una persona implica des-configurar la Voluntad de Dios para que todos los seres humanos se salven como también renunciar explícitamente a esa oferta amorosa de Dios.  Es renunciar a la Apostolicidad, Unidad, Catolicidad de la Iglesia como familia de bautizados. Por otro lado la oportunidad  de Dios permanece activa aun en quienes no creen o no  le buscan se llama por definición Bona Fide equivale al actuar de “buena voluntad” y quienes así obran sin duda se unen a la Iglesia Invisible que no vive los preceptos evangélicos. Lo fundamental es la vivencia y no se trata solo de asumir que la salvación es una realidad Ontológica como tal sino vivirlo así y construir el edificio de la Fe que fundamenta nuestra vocación a la santidad y por ende como respuesta afirmativa a la salvación.

·         La Antropología Agustiniana implica la aceptación de la realidad salvífica presente en la vida cotidiana y en todo lo que el ser humano crea o fundamenta. Es la visión de la existencia desde la connotación de la Gracia como recurso de vida y trascendencia. Es antropizar la creación sin dejar por ello de verla santa y perfecta y aún más comprometernos con su expresión universal de vida y conservación. Es ver en el otro las huellas de Dios como Vestigia de su Gracia y perfección.  Es desde esta postura la Historia una serie de sucesos en espiral que se repiten cada tiempo según las tendencias de nuestras acciones o re-descubrimiento de sus principios. La Antropología Agustiniana es ante toda definición una Antropología de la Gracia y la Redención sin que mengue la posibilidad de Espiritualizar sus conceptos o encadenar la voluntad humana, somos en la concepción agustiniana totalmente libres y eso implica la presencia Ontológica de la Gracia.

·         No negamos el acontecer histórico de la creación y particularmente del humano pero la Gracia hace de la historia una experiencia metafísica y Ontológica al transformar con su influjo las estructuras tanto humanas como creadas. Agustín nos habla de la Predestinación y no está sujetando las voluntades de Dios y el ser humano, está por el contrario afirmando el poder soberano de Dios y la necesidad de la voluntad salvífica en el ser humano. Es como decir que al deseo amoroso de Dios  por nuestra salvación debemos unir el deseo personal y comunitario de salvarnos. Recordemos una vez más el axioma de los santos PP. La Gracia supone Naturaleza.

·         El Hiponense adelanta su reflexión al menos 1500 años  y la trae al presente de nuestra eclesiología. La Omni-causalidad que expresa en su definición sobre la Gracia deja muy claro para nosotros que la Gracia actúa sobre toda estructura tanto intelectual como emocional y de la misma voluntad del ser humano. No implica encadenar la Gracia y ponerla al servicio de todos aunque sea rechazada por alguien en su expresión de vida. Agustín piensa en la necesidad de su Universalidad y la forma como esta informa la libertad y la potencia. No limitamos la Voluntad salvífica de Dios por el contrario afirmamos su Soberanía. Sin duda en esta doctrina el Hiponense fue malinterpretado y se asumieron concepciones que no se compadecen de su pensamiento realmente.


LA  ALTA  ESCOLÁSTICA.


Este periodo fue importante por la inclusión sistemática de la filosofía aristotélica y el surgimiento de otro grande como lo fue Santo Tomás de Aquino cuyo pensamiento y gran capacidad de adaptabilidad cambio para bien la concepción filosófica y teológica sufrida durante el Oscurantismo. El pensamiento revelado fue alimentado definitivamente por la especulación y la reflexión de componente académico y por ende intelectual. La disciplina racional tomó forma hasta convertirse en punta de lanza del Renacimiento. Mientras que la antigua doctrina del Hiponense sobre la Iluminación sistemáticamente fue abrazada y en algo modificada por la abstracción de las ideas aristotélicas, nos permiten ver con claridad como la racionalidad conceptual y el discernir  académico alimentó la doctrina eclesial al punto de desarrollar unos postulados que antropizaron la concepción salvífica   unida al mundo pensado y dialécticamente percibido por la acción propia del Movimiento y la existencia de la Materia y el Tiempo. Aristóteles dio luz sobre los Motores Inmóviles que mueven todo y a su vez son movidos por el primer Motor Inmóvil que nada lo mueve. Es un principio de Causalidad que se hace presente en la Creación y en la vida sin depender de la existencia misma de la voluntad del ser humano en la cuestión salvífica. La doctrina de la Abstracción  aristotélica y Tomista fue unificando diría en lo personal  de forma involuntaria la doctrina Agustiniana de la Iluminación (la obligó en su escuela a replantear procedimientos)  y en este escenario aparece san Buenaventura (Seráfico). Antes de entrar en la escuela Agustiniana es importante que consideramos a Averroes  científico y filósofo comentarista de las obras de Aristóteles que vivió en el Siglo XII de origen Musulmán. Su pensamiento influyó en Tomás de Aquino desde la perspectiva de una filosofía que se daba en el ámbito de la absoluta independencia conceptual y en el descubrimiento de las bondades del mundo físico. Primando la Física sobre las matemáticas. Investigó la Anatomía humana particularmente el Cerebro. Lo que más interesa en esta reflexión es su filosofía la que trataremos de explicar según sea la naturaleza y relación con la Escolástica Tomista:

·         El intelecto es cambiante en este autor al punto de recocer cuatro momentos del mismo: Material, Habitual, Agente y Formal. El primero corresponde  al Receptivo, el segundo permite concebirlo todo ya que amplia dramáticamente la capacidad del conocimiento y por ende del análisis conceptual. El tercero, corresponde a la Causa Eficiente que nos permite ampliar el conocimiento de los objetos y los seres, el tercero y el cuarto son lo mismo como Causa Formal del conocimiento, logrando así la unión del ser humano con el intelecto. Esta unión es sustancialmente necesaria porque asegura así la verdad y contenido de la reflexión y el poder de conocer cuánto nos rodea.   Asume que la ciencia formalmente se debe unir y adecuar a la realidad concreta y particular porque según Averroes no puede existir conocimiento directo de los Universales. Sobre esta posición preferimos asegurar con el Hiponense que si bien no podemos conocer los Universales desde su origen sabemos que están presente en la mente de Dios no como Pre-existentes sino pensados por Dios. El Sujeto como base del conocimiento reconoce el Intelectivo  y los procesos por medio de los cuales se desarrolla el conocer y su dinámica relacional con el objeto conocido en el ámbito de la realidad generada o asimilada. Todos estos procesos no se dan –según Averroes- fuera del alma. Esta teoría del conocimiento la ubica en gran medida en el Cerebro donde se originan algunas percepciones de las potencias racionales como la memoria o la voluntad. Su Epistemología posee en si un principio Ontológico al convertir la habilidad o facultad del pensamiento en el causante de la concreción de la persona humana, es decir, por el pensamiento somos seres humanos.

·         SAN BUENAVENTURA… Su pensamiento eminentemente actualizó la Escuela Agustiniana y de paso como es natural en su época coincide en algunos fundamentos con el Angélico (Tomás de Aquino). La mente del ser humano está inclinada a la verdad  que se constituye en Causa del ser: Padre posee la razón del entender al Hijo y el Espíritu Santo en orden del vivir. Por el proceso el conocimiento del Alma designa tres formas de elaborarlo: La esencia, figura y naturaleza. En cuanto a la primera supone lo que no es la naturaleza y el error mismo. La segunda corresponde a la división de lo universal y lo particular,  ya que la concepción del alma es universal. La tercera toca el cuestionamiento del Acto como tal que no añade nada (como accidente) a la potencia (coincide con Tomás de Aquino) en cuanto a las quididades las hemos señalado en su división. Buenaventura no insiste en el conocimiento particular de Dios por considerarlo aristotélico, me refiero al conocimiento como tal de los seres y los Universales.

REFLEXIÓN… Dios es Espíritu Puro (no admite compuesto alguno)  y la verdad soberana (la verdad y su principio estético llega por medio de la revelación de Dios ya que la verdad humana es fruto de lo intelectivo iluminado por la Gracia). Ni siquiera podríamos ponerlo en duda, pues las pruebas más inmediatas de su existencia nos lo han demostrado como el inteligible supremo y como la Verdad primera. Ahora bien, un ser cuya esencia misma es conocer, y cuya sustancia es totalmente inteligible, por ser Espíritu Puro, no puede menos de conocerse a sí mismo (Dios se conoce y se ama así mismo y la acción de su Voluntad Engendra espiritualmente al Hijo, es decir, solo Dios comunica la perfección que no es otra cosa que Dios mismo) . Y, pues es a la vez todo entendimiento y todo inteligible, se conoce íntegramente, comprendiendo a la vez y en un solo acto, todo cuanto es (Que bella expresión conocerse en un solo acto ya que no hay potencia en la perfección de Dios, la potencia obedece a la causalidad y la contingencia de los seres creados, entre ellos nosotros).

Esforcémonos ahora por concebir qué relación puede señalarse entre un tal sujeto que conoce y el acto por el cual él se conoce a sí mismo. Cuando aprehendemos un objeto exterior, el conocimiento que de él tenemos se añade en cierta manera a nuestro pensamiento para enriquecerlo y completarlo; empero cuando Dios se conoce, el acto por el cual él se conoce es idéntico al sujeto cognoscente, puesto que la esencia divina es precisamente conocer, y es además idéntico al objeto conocido, ya que este acto aprehende totalmente el objeto. Se origina, pues, de este caso único una relación a la que ninguna otra se puede comparar: un sujeto que piensa y se refleja de alguna manera, pero íntegra y adecuadamente, en el acto por el cual se piensa (Aquí Buenaventura nos ilustra sobre el atributo desprovisto de accidente alguno y sobre la forma como Dios se entrega a sí mismo. El donarse siempre es el Engendrar al Hijo ya que Dios es Padre en el Hijo y se aman en el Dios Espíritu Santo, recordemos la máxima, Dios se ama así mismo y solo puede darse plenamente así mismo). El conocimiento que de sí mismo tiene puede recibir legítimamente el nombre de semejanza, pues lo representa tal como es, pero esta semejanza es de un tipo único, ya que de hecho es idéntica a su modelo (Dios se piensa, se ama y se conoce). A diferencia de las demás semejanzas que nos da la experiencia cotidiana, ésta no se distingue absolutamente en nada del sujeto que reproduce e imita; en nada, salvo que la presenta a sí misma, y en cierta manera la pone ante sí; semejanza adecuada por cuanto es la totalidad de lo que representa, pero sólo semejanza, pues nace de Dios, de Él saca su contenido, y de Él se distingue en cuanto que Él es posible y necesario, para constituir otro Él. Esta semejanza, así llevada hasta el extremo límite, más allá del cual sólo sería identidad, es por tanto la esencia misma de la similitud, la semejanza en sí misma, aquello cuya naturaleza toda consiste en asemejarse; respecto de Dios, es Dios; tomando de Él su origen, expresa todo lo que Él es, sabe y puede: es el VERBO.

Este es un aporte fundamental a nuestra Soteriología actual, solo el Verbo eterno conoce junto con el Espíritu Santo porque estamos hablando de la personalidad de las Divinas Personas que son una única Esencia y eso no admite inclusión distinta que el amor que como Única esencia se comunica y es en sí y para sí la comunicación de las Divinas Personas. No estamos aterrizando en las Ideas platónicas (mundo de las  Ideas) porque la Inmanencia de Dios no está siendo remitida a la inclusión de arquetipos como en la generación de los Moldes platónicos. Claro está que el Seráfico se desliga e introduce las Razones Seminales. Dios conoce todas las cosas y sus razones de forma individual y el conocer sobre el pecado no implica que dios mismo la haya generado, este conocer de las ideas no es otra cosa que la fundamentación de su Omnisciencia (doctrina Agustiniana). Siguiendo al Hiponense entramos en la esfera de las verdades reveladas que aunque adquieren la característica Universal son en sí participación del Plan de Dios por la salvación de la humanidad y tal participación en nosotros llega por medio de las ideas que se revelan por Voluntad de Dios. Buenaventura como Agustín ven la claridad del Universo que se transforma con la presencia histórica de la Gracia al punto de constituir un principio emancipador de la obra de Dios Creador. En cuanto al Hijo de Dios caminamos con ellos en la dirección de la necesaria obra de la Redención y ante su carácter necesario conocemos el Amor de Dios por comunicarla a todos los que ha creado. Estamos en un camino definitivo que nos lleva  a los pies de Dios, que nos lleva a su presencia y mientras estamos caminando pensando en la meta a la que hemos sido llamados y de la cual conocimiento tenemos de la experiencia de amor que cada uno desarrolla en su vida. Para nuestra reflexión queda el siguiente Texto:

“Consideremos ahora el orden de las formas tal como la filosofía las encara. Las formas intelectuales y abstractas son como intermedias entre las razones seminales y las formas ideales. Desde que las razones seminales se introducen en una materia, engendran allí otras formas; lo mismo ocurre en lo concerniente a las formas intelectuales que engendran el Verbo o palabra interior en el pensamiento en que aparecen; asimismo, pues, las formas ideales no pueden subsistir en Dios sin que el Verbo sea engendrado por el Padre; sólo así quedan satisfechas las exigencias del razonamiento, pues semejante fecundidad es ya una dignidad, y si a la creatura sí, con más derecho se le ha de atribuir al Creador. .”

Las Razones Seminales… Son los gérmenes de las cosas presente en la materia amorfa creada por Dios, es decir, hay una razón intrínseca en todo lo creado por Dios y solo su mente  da la razón a todo cuanto existe, una vez más recuerdo los Universales. Las razones seminales son portadoras de la Historia que las cosas creadas desarrollaran en el tiempo presente y futuro sin desconocer la relación vital con el pasado.  Estas “semillas” expresan la perfección de la potencia que hay en ellas y como estamos hablando de potencia su desarrollo no está determinado simplemente por una línea de tiempo.  Pero si miramos a la otra margen encontramos que el Tomismo argumenta sobre la perfección de los seres   una vía un tanto distinta a la Agustiniana y se vale de un principio particular y singular de la forma como los seres se aproximan a la perfección y que para el Angélico obedece a la cercanía con Dios y en esa vía es posible acentuar la concepción de una jerarquía de los vivientes. El conocimiento se abstrae camino a la perfección, es sin duda el punto focal del pensamiento Tomista y antes interpretado por Averroes y ambos alimentados por el aristotelismo. El abstraerse como “teoría del conocimiento” nos genera también un problema epistemológico al aterrizar sus conceptos en un ejercicio intuitivo más que nada. El ver y analizar la fenomenología de la naturaleza es un principio de teología natural en el Hiponense y no así en Tomás de Aquino… La Escolástica la visualizamos como una “Panoplia” compuesta por muchas definiciones heterogéneas que incluso llegan hasta el Siglo XX, la Escolástica no muere con Tomás de Aquino ella se introduce en las estructuras de pensamiento moderno y contemporáneo.  Para conocer la Metodología de la Escolástica en sus enunciados estoy señalando la conveniencia de este Texto citado:

“EL MÉTODO ESCOLÁSTICOAparece ya sustancialmente constituido en Abelardo (español el Siglo XI, de gran espíritu controversista)  (v.). Consiste, esquemáticamente, en la contraposición, ante cualquier problema, de las diferentes soluciones dadas al mismo, en especial de las ofrecidas por las «autoridades». El profesor defiende luego su solución, y, finalmente, aclara el sentido de las soluciones expuestas al principio, para, sin contradecir a las autoridades reconocidas, hacer congruentes sus palabras con la solución defendida. El método pone de manifiesto con toda claridad el respeto a las autoridades, pero también la capacidad de maniobra reconocida y aceptada en las escuelas, y luego en las universidades, a sus maestros para utilizar -pro domo sua- los textos de aquellas autoridades.”


EL PROBLEMA CRISTOLÓGICO  A PARTIR DE LA ESCOLÁSTICA.


La cuestión  expresada en la Escolástica sobre la elaboración de nuestra doctrina Cristo-céntrica, presenta una dificultad expresamente contemplada en las reflexiones de sus tratados. Hoy se dificulta la exposición de índole antropológica sobre la presencia e inclusión de Cristo en la vida y relaciones de la SS. Trinidad. La Fe presupone al ser humano y es fundamental la vitalidad de esta relación que por demás es un ingrediente antropológico de la discusión presente. No es tan sencillo hablar de Dios y este como Hombre en una cultura antropizada que persigue otros ideales y cuya consecución gasta todos los presupuestos de la humanidad entre ellos la Esperanza. Es una paradoja que la perfección de la humanidad defendida por tantos tenga su culmen en lo que muchos rechazan, la divinización gratis que nos ofrece Dios. No vemos fácilmente tan solo un segmento de nuestras vidas que no esté cubierto por la perfección del Dios Encarnado. Como tampoco ignoró  algo de la existencia de la humanidad que el resucitado no haya presentado glorioso al Padre Dios. No es posible desligar el ejercicio antropológico de la experiencia de Fe del bautizado. Dios no nos está sacando del mundo  puesto que el mismo afirmó en el capítulo 17 de Juan “ellos no son del mundo” el no ser del mundo ya nos deja en la perspectiva de una realidad que se yuxtapone al mundo en cuanto a sus intereses y fundamentos. Recordemos el Libro del Éxodo donde Dios se revela todo lleno de Esperanza y como permanece fiel muy a  pesar de las acciones del pueblo hebreo, pues de esta forma Dios no niega su predilección por la humanidad y el ofrecimiento de la Salvación total  y totalizante. Dios camina a nuestro lado y ese caminar no se interrumpe aunque el pecado distancie sus pasos de los nuestros siempre nos espera a la vera del camino. No podemos dejar de pensar en aquellos que caminaban a Emaús.

El ser humano que vive su Fe a plenitud rechaza determinante y categóricamente al pecado como forma de sus acciones o fundamento de su experiencia relacional con los demás. Quienes dan crédito al Evangelio y viven sus enseñanzas bien pueden hablar con total propiedad de una especie de “metafísica del amor” donde el fin último de su ser y de sus propiedades como existencia es el amor y la perfección del que ama y resucita de entre los muertos. A Cristo le reconocemos como a nuestro Señor, el vencedor de la muerte y el liberador de nuestro ser. Una vez más se hace casi imposible argumentar una dinámica Soteriológica donde Cristo no es la razón esencial de ser y vivir. El Ethos del bautizado es una nueva y definitiva categoría de pensamiento y de obras no condicionadas por el mundo y su hostilidad. Es el paso esencial para la construcción de un entorno sano y equilibrado verdaderamente liberado del pecado y su alienación.

·         ETHOS POLÍTICO- Luchando contra el sistema de corrupción que es el mayor causante de violencia colateral en nuestras sociedades. Entra en este margen tanto la pobreza como la ignorancia y mala o nula prestación y defensa de los Derechos Fundamentales del ciudadano.

·         ETHOS CULTURAL- Es lamentable como los valores   culturales endémicos son vendidos e incorporados bajo otros principios, y la moda que cada día desplaza lo propio generando un gran vacío cultural. Donde las formas de violencia hacen su entrada en los sectores sociales de la Nación. La gente habla otros idiomas pero desconoce que es “Gramática Castellana”.


·         EL ETHOS SENSUAL… Se mueve bajo la primicia de que todo es operable y que los fundamentos estéticos variaron al punto que lo natural choca y es más apetecido lo plástico o artificial. Se habla de “metro-sexuales” para decir con una serie de eufemismos bien elaborados que la diferencia entre ellas y ellos es solo cuestión de moda la misma que no reconoce género o edad. Este tipo de Ethos se encuentra marcado ostensiblemente en el momento cultural que busca identidad o fundamentos para afirmarse concretamente.

·         ETHOS RELIGIOSO… Finalizando el Siglo anterior (XX) surgieron una serie de concepciones eclesiales que robaron protagonismo a las tradicionales, veo igualmente una expresión del Post-modernismo que en nuestro medio “mutó” al punto de elaborar toda una serie de estructuras de índole netamente antropológica. Mostrando un “Dios emoción” que pese a que el creyente este verdaderamente poseído de un espíritu de Hilaridad no es del todo feliz. No hay respuesta plena y autoritaria-mente satisfactoria. Hoy la Misión reclama servicios y concesiones útiles a las personas y su entorno. La Palabra debe mejorar las condiciones de Auto-valoración y Promoción de la persona.

AFIRMACIONES CRISTOLÓGICAS.
CITAS  BÍBLICAS.


La elección y predestinación eternas de
Efesios 1:3-7
Jesucristo el Hijo de Dios.
1 Pedro 1,20


La Kénosis
Filipenses 2:6-11


Presencia de Cristo en figura en el
1 Corintios 10:1-4
Pueblo de Israel
Juan 1,30


                Como Mediador
Colosenses 1,15 ss.

1 Corintios  8,6

Juan 1:1-3

Hebreos  1,2 ss.


Jesucristo y su Primado cósmico
Colosenses 1,15 ss.

1 Corintios 8,6

Juan 1,2


Sumisión de las potestades malas
Filipenses 2,10

Colosenses 1:16-20




La realidad que subyace en nuestra Fe es determinante para nuestra reflexión, estamos relacionados con la realidad espiritual que trasciende y a la vez, su problema es nuestra certeza (fenomenología de nuestra espiritualidad)  no es fácil para quienes no poseen una experiencia de vida con el Resucitado integrarse a esta dinámica de conocimiento y certeza revelados. Jesús es el Cristo así lo enseña la Iglesia… Continuaremos en la Cuarta parte. 

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