miércoles, 16 de agosto de 2017

SEXTA PARTE... CRISTOLOGIA Y TRANS-FIGURACIÓN...

SEXTA  PARTE… CRISTOLOGIA ACTUAL Y LOS REMANENTES DEL SEÑOR TRANSFIGURADO.



El realismo en el que se mueve el mundo y las relaciones que se fundamentan  en este encuentro cotidiano nos hace pensar en un encuentro con la manera de ver y sentir nuestro entorno. No es lo mismo un Cristo liberador en un enclave social estable y garantista de derechos a un Cristo proclamado en un medio plagado de injusticias y necesidad de experiencias inmediatas. Los discípulos que trataron cara a cara al Señor  debieron crecer para poder dimensionar este encuentro. La relación con el Señor abarca estadios de madures espiritual por lo que el inmediatismo como fenómeno de Fe debemos interpretarlo según el contexto socio-cultural en el que este se mueve. La construcción del fenómeno social es una realidad que involucra la percepción de los sujetos participantes de su entorno o medio relacional. La realidad abordada desde la Fe no sufre variación de contenido pero si de percepción de sus momentos históricos y personales. Estamos afirmando que la forma como el creyente percibe su entorno cambia fundamentalmente desde la óptica de la espiritualidad como quiera que está en posesión de su bien preciado la Fe. Para ilustrar nuestra introducción presentamos un texto breve sobre la cuestión y su análisis desde la visión de la realidad de nuestra Fe: 

“La humanidad, que ha logrado en Cristo un nuevo modo de vida
existe eternamente ante el Padre como idea divina de la verdadera
humanidad viviente. Este es el eterno misterio de la humanidad: el
haber sido llamada a participar en la vida del Hijo de Dios encarnado.
En esta participación la humanidad se transciende a sí misma hasta
Dios y llega así a ser ella misma. En el misterio de Cristo oculto desde
la eternidad y revelado en la plenitud de los tiempos está incluido el
misterio de los hombres. La vida de Cristo, según la eterna economía
divina, quiere extenderse a todos los hombres obedientes a la palabra
de juicio y gracia que Dios dirige a los hombres en Cristo. La
comunidad de los llamados por Cristo, de los participantes en su vida,
es la Iglesia. Tiene una determinada estructura, porque está ordenada
jerárquicamente. En razón de su relación a Cristo podemos llamarla en
cierto sentido extensión del misterio de Cristo sobre la historia."

 Para acercarnos a la definición del momento de la percepción de nuestra Fe en el resucitado es conveniente tener presente que toda manifestación de Dios corresponde a su Voluntad y que no hay nada en nosotros que mueva esa Voluntad excepto Dios mismo. Nosotros actuamos movidos por la Gracia y esta se afinca en experiencias muy concretas de nuestro existir, es decir, que todas nuestras posturas son y serán consecuencia de la relación con el Dios vivo y viviente que se manifiesta formalmente en las acciones que sostienen naturalmente la vida. Esta relación es fácil de incorporar a nuestra experiencia de Fe cuando tenemos presente nuestra propia “contingencia”. Los escolásticos relacionaban muy bien la Fe con la Iglesia y la necesidad de que esta materializara el recorrido salvífico de los creyentes y para ilustrar sobre su relación emplearemos una definición que tiene todo que ver este periodo en la teología de la Iglesia: Dios es la Causa Formal de nuestra Fe y la Iglesia es la Causa Material de la misma. Estas definiciones nos sitúan en la intríngulis relacional entre la Iglesia como experiencia de Fe de los bautizados y su necesidad en la “Historia Salvífica” tanto personal como cósmica. Es interesante que nos planteemos la necesidad de articular esta relación y llevarla al plano salvífico que buscamos todos los bautizados. La Iglesia no es posible percibirla como un grupo de creyentes que se reúnen los domingos u otros días en celebraciones distintas o afines. La Iglesia es como Causa Material el sustento de nuestra experiencia  en el Dios de la vida. Su presencia ilustra nuestro horizonte formativo y necesario ya que ella porta verdades necesarias en el crecimiento de nuestra espiritualidad. El transfigurar nuestra espiritualidad es un reto fundamental en el bautizado.


BAUTIZADO  TRANSFIGURADO.


El Texto Sagrado de Tradición concretamente en los evangelios nos muestra un fenómeno que transcurrió idiomáticamente tanto antes como después de la Resurrección del Salvador. Para nuestra ilustración es necesario citar íntegramente el Evangelio:
Mateo 17:1-8
La Transfiguración
“17 Seis días después, Jesús tomó con El a Pedro, a Santiago y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto. Delante de ellos se transfiguró; y Su rostro resplandeció como el sol y Sus vestiduras se volvieron blancas como la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías hablando con El.
Entonces Pedro dijo a Jesús: “Señor, bueno es que estemos aquí; si quieres, haré aquí tres enramadas, una para Ti, otra para Moisés y otra[c] para Elías.” Mientras estaba aún hablando, una nube luminosa los cubrió; y una voz salió de la nube, diciendo: “Este es Mi Hijo amado en quien Yo estoy complacido; óiganlo a Él.”
Cuando los discípulos oyeron esto, cayeron sobre sus rostros y tuvieron gran temor. Entonces Jesús se les acercó, y tocándolos, dijo: “Levántense y no teman.” Y cuando alzaron sus ojos no vieron a nadie, sino a Jesús solo”. La Transfiguración y su actualidad es percibida desde la necesaria orientación de nuestra experiencia con el Dios de la vida. El bautizado que vive a cabalidad su existencia siendo testimonio vivo o encarnado de su Señor podrá transfigurar su existencia  a la luz de la Palabra que se nos revela siempre…  La Transfiguración es un adelanto de la gloria de Cristo así manifestada a sus discípulos y a cada uno de nosotros la configuración de y una existencia renovada por las “aguas del santo Bautismo” es decir, que el creyente se sumerge literalmente en los misterios de la Muerte y Resurrección de Cristo y  al retornar a la vida espiritualizada en  su momento histórico y lo une a la eternidad del Dios revelado. Se transfigura quien cambia su condición y se hace uno con el Evangelio. Los creyentes son llamados a vivir la imagen de Cristo y construir con ella su nueva realidad. Si hablamos de nueva estamos enfrentando los postulados evangélicos con las enseñanzas y motivaciones del tiempo presente. Ver el cambio de un creyente es la significación obvia del resucitado materializando su Palabra en esa persona. En el presente Siglo es muy fácil escuchar posturas abiertamente contrarias a la promoción de la vida por un falso sofisma de lo que es necesario y lo que es tenido como vital. Simplemente diremos al respecto que los valores de un mundo carente de Trans-luz  solo puede ser factor de conflicto al interior del corazón del ser humano. Un mundo paralelo donde los valores se invierten según la necesidad de turno no posee raíces y mucho menos vehículos de expansión axiológica que lleguen a los rincones de la cosa social así propuesta. El rostro que vieron los apóstoles no es otro que la revelación propia del amor que se encarna para transformar realidades. Pues el Señor mostró como es una realidad transformada a los ojos de la experiencia (sentidos) La Trans-luz opera más allá de los predicamentos de la razón y los sentidos implicando un acercamiento esencial a Dios revelado. Pedro, Santiago y Juan, presenciaron la introducción de los sentidos en el ámbito de lo sobrenatural. El Señor no simplemente informa con su presencia se asegura de que nosotros la incorporemos dialécticamente a nuestro sentir y sobre todo vivir, es pues una presencia histórica  y dinámica que cobra vida en cada bautizado comprometido con transparentar su mensaje.  La cultura de la vida nos pide a gritos encarnar los valores que priman,  el amor y el respeto por la vida en todas sus formas. 


SÍNTESIS  DE  NUESTRA  TRANSFIGURACIÓN.


·         Encarnar el Evangelio
·         Testigos vivos de la nueva condición axiológica, ontológica y metafísica del bautizado.
·         Imagen del Dios vivo y subsistente
·         Nuestra Alteridad al servicio de la vida.
·         Nuestra Inmanencia al servicio de nuestra espiritualidad
·         Nuestra Mismidad al servicio de la convivencia cristiana
·         Nuestra Fe al servicio de la cultura del amor
·         Nuestra Esperanza al servicio de la obra de la redención
·         Nuestra Caridad como pilar de nuestra dialéctica en el otro y para el otro.
·         Transparentar la Paz como actitud y estilo de vida real y concreta
·         Vida con Justicia
·         Vida autentica restaurada y liberada por el Dios y Señor de la vida.
·         Vida depositaria de la más absoluta concreción de la dignidad de la persona humana
·         Vida orientada y restaurada como luz para nuestra antropología trascendente.
·         La medida del amor es amar sin medida. Hiponense.

·         Vida redimida es inhabitada por la presencia de la Gracia y esta como signo inequívoco de la promesa  del resucitado.
·         Transfigurar la vida implica ser auténticamente testigo de la luz que brota del rostro del Dios de la vida humanado en Jesús.
·         Transfigurar es mostrar la futura e inherente condición de los glorificados o divinizados.
·         Transfigurar es  anunciar que los valores del Evangelio son tan actuales y que su praxis llenan cualquier necesidad  que presente el creyente.
·         Transfigurar es autenticar mediante la Fe la luz que brota de la presencia del Encarnado pre-existente.
·         Transfigurar es asumir la vuelta a la vida.
·         Transfigurar es  convertirnos en receptáculo de la Voluntad salvífica de la SS. Trinidad.
·         Transfigurarnos es básicamente ser verdaderos hijos de Dios en absoluta vocación salvífica bajo la guía del Espíritu de Dios.
·         Transfigurar es anunciar el triunfo del modelo cristiano entre quienes edifican sus vidas a nuestro lado.
·         Transfigurar es la equivalencia dialéctica de la conversión ontológica de nuestra naturaleza en una redimida y liberada de las incidencias del pecado y sus estructuras.
·         “Esta es la luz de Cristo… Yo la haré brillar” Pregonamos la noche santa en la  que la Madre de los bautizados anuncia al mundo que Cristo ha resucitado, convirtiéndose de esta forma en una manifestación de su propia transfiguración.
·         Transfigurar es dejar ver el cambio contundente que la vida espiritual produce en el ser humano y su incidencia en el medio socio-cultural.

·         TRANS-FIGURAR…… TRANSFORMAR ONTOLOGICAMENTE………TRANS-MUTAR EN CRISTO Y SU EVANGELIO……….TRANS-EQUIPARAR EN SINGULAR LA GRACIA Y SUS CONTENIDOS…….. TRANS- ANUNCIAR POR MEDIO DE OBRAS Y CONTENIDOS ESPIRITUALES…… TRANS-REGENERAR EL ORDEN SOCIAL……..TRANS-INTIMAR LA VOLUNTAD DE DIOS…….TRANS-ESPIRITUALIZAR LA FE……. TRANS-LIBERAR AL BAUTIZADO… El prefijo TRANS, que literalmente lo equiparamos en perspectiva gramatical con “IR MÁS ALLÁ” implica necesariamente la habilidad y posibilidad concreta de superar los esquemas idiomáticos y trascender con la determinación de su contenido, ya no hablamos del “Prefijo” sino de la posibilidad de equipar toda intuición con el discurso de nuestra Economía salvífica como tal.




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