martes, 31 de marzo de 2020

DOMINGO DE PALMAS O RAMOS...


REFLEXIÓN SOBRE DOMINGO DE RAMOS.


“Al hacerse hombre no perdió nada de su Ser de Hijo de Dios y Dios mismo, y al mostrase como Dios no perdió nada de la humanidad ganada en el vientre de la Virgen Madre”. Agustín de Hipona (Santos PP. de la Iglesia latina y post-niceno).


LIBRA MIS OJOS DE LA MUERTE… dales la luz que es su destino, yo como el ciego del camino pido un milagro para verte. Haz de esta piedra de mis manos una herramienta constructiva cura su fiebre posesiva y ábrela al bien de mis hermanos. Haz que mi pie vaya ligero, da de tu pan y de tu vaso al que te sigue paso a paso por lo más duro del sendero.  Que yo comprenda Señor mío al que se queja y retrocede, que el corazón no se me quede desentendidamente frío.  Guarda mi Fe del enemigo, tantos me dicen que estás muerto y entre la sombra y el desierto dame tu mano y ven conmigo.  Himno de la tarde (Vespertina).  

"1. Cuando se aproximaron a Jerusalén, al llegar a Betfagé, junto al monte de los Olivos, entonces envió Jesús a dos discípulos, 2. diciéndoles: «Id al pueblo que está enfrente de vosotros, y enseguida encontraréis un asna atada y un pollino con ella; desatadlos y traédmelos. 3.Y si alguien os dice algo, diréis: El Señor los necesita, pero enseguida los devolverá.» 4. Esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del profeta: 5. Decid a la hija de Sión: He aquí que tu Rey viene a ti, manso y montado en un asna y un pollino, hijo de animal de yugo. 6. Fueron, pues, los discípulos e hicieron como Jesús les había encargado: 7. trajeron el asna y el pollino. Luego pusieron sobre ellos sus mantos, y él se sentó encima. 8. La gente, muy numerosa, extendió sus mantos por el camino; otros cortaban ramas de los árboles y las tendían por el camino. 9. Y la gente que iba delante y detrás de él gritaba: «¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!» 10. Y al entrar él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió. «¿Quién es éste?» decían. 11. Y la gente decía: «Este es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea.»"www.bibliacatolica.com.br/la-biblia-de-jerusalen/mateo/21/

La teología lleva muchos lustros hablando sobre estas celebraciones que se constituyen en el centro de nuestra gravedad espiritual. Domingo de Ramos o Palmas es un oasis de frescura y verdor en el mar de sufrimientos que aguardan al Salvador en Jerusalén. Su entrada de ribetes y señalamientos mesiánicos llena de manifestaciones pacíficas nos inclina a pensar en la naturaleza de su Reino donde la propuesta está cargada de humildad en grado superlativo y donde la conciencia de Jesús lo sitúa emocionalmente ante el sacrificio y ante el desprestigio que sufrirá junto con su familia. Recordemos una vez más que los condenados a muerte en la Cruz eran considerados “peligrosos” para la Sociedad y sus familias eran señaladas de por vida como signo de castigo y maldición. Pues a todo eso se enfrenta el Redentor. Es aclamado bajo el símbolo de una forma primitiva contenida en el Salmo 118 versículo 26: “Bendito el que viene en nombre de Dios, desde la casa de Dios os bendecimos”. El termino Hosanna significa Salvación son palabras de un contenido muy profundo pero que en el colmo de la paradoja son olvidadas y condenado a la muerte de Cruz.  Nosotros hoy después de analizar nuestro proceder de Fe debemos ser conscientes y reconocer que muchas veces lo hemos aclamado y hemos dicho delante de los hombres y en nuestras iglesias y congregaciones que deseamos proclamar con toda fuerza su reinado, pero luego lo olvidamos y como los judíos testigos de sus muchas acciones milagrosas nos gastamos el tiempo en cosas muchas veces banales… Este domingo diremos Hosanna bendito el que viene en nombre de Dios… Y muy probablemente el domingo que sigue le abandonaremos por una actividad eminentemente social. 

Es necesario ser Coherentes y manifestar el grado de responsabilidad en el drama de la Cruz. Jesús murió por nosotros y no por pecados de su ser. Jesús fue llamado pecador y condenado a muerte por una muerte que nos agobia a nosotros y por nuestros pecados personales y comunitarios. Él, aclamado para luego ser vilipendiado. Él, llamado mensajero de Dios para luego ser desconocido por la humanidad. Él, llamado en el colmo de la hilaridad “hijo de David” para luego ser dejado solo por los mismos descendientes de David rey de Israel.  Mateo recrea la forma como el rey David manda que procedan con su hijo Salomón: “Tomad con vosotros a los veteranos de vuestro señor, haced montar a mi hijo Salomón sobre mi propia mula y bajadle a Guijón. Libro primero de Reyes capítulo 1 versículo 33 y también: Se apresuraron a tomar cada uno su manto que colocaron bajo él”. (Segundo libro de Reyes capítulo 9 versículo 13). Los honores rendidos a Jesús son similares a los que se rendían a reyes y generales o militares destacados después de un triunfo en el campo de batalla. Esta última aseveración nos hace pensar que ellos más que reconocerlo como su Señor exaltaban la fama que precedía al Señor. Nosotros hoy y después del signo santo del Bautismo debemos caminar no solo en la vivencia de este tipo de signos de Fe sino en la coherencia de llamarle y aceptarle como nuestro único y suficiente Salvador.  Más que mantos y palmas debemos poner en su regazo nuestros corazones y la humildad suficiente para reconocerle en el hermano que sufre o que tiene conflicto con nosotros. Aclamarlo será un acto de profunda Fe y este acto debe consumarse en nuestra cotidianidad. No hay descanso para quien vive de cara a Dios. El domingo de palmas desde nuestros hogares y llenos de alegría le aclamaremos y reconoceremos como a nuestro único y suficiente Señor y Salvador que reclama reinar íntegramente en nuestras vidas y relaciones con el entorno. No podemos permitirnos solo manifestaciones de profunda alegría sin su contenido espiritual. Estamos para vivir como signo de aclamación. Estamos para unir tanto lo que celebramos como lo que vivimos fuera del templo. Nos congregaremos este domingo y aclamaremos al Dios de la vida y lo más importante lo llevaremos con nosotros al trabajo, a la calle, a la familia, al restaurante, en fin, lo llevaremos con nosotros siempre.  Mayor tributo que vivir el amor no existe y mayor aclamación que hacer su santa Voluntad no puede haber. Bendito el Salvador que viene para ser nuestra autentica alegría. Bendito sea el Señor nuestro Rey.

Consultar nuestra liturgia indicada para esta celebración en el L.O.C pagina 189 en adelante.


viernes, 27 de marzo de 2020

QUINTO DOMINGO EN CUARESMA.


QUINTO DOMINGO EN CUARESMA… Año A, Ezequiel capítulo 37, versículo 1 al 14. Salmo 130. Romanos capítulo 8 versículo 6 al 11, Evangelio de Juan capítulo 11 versículo 1 al 45.



El profeta Ezequiel comparte una visión esperanzadora para el pueblo de Israel. El tema central es la visión de la futura Resurrección. Los huesos secos simbolizan la ausencia de Esperanza, pero es claro que solo Dios restaurará su antigua condición y retornaran a la vida. La esperanza no se puede perder porque es don del Amor de Dios. Es para el profeta la restauración de Israel por parte del Mesías. Es una recreación literaria que nos conduce a afirmar en potencia la Resurrección universal. Es pues tema profético en Israel elevando la concepción de restauración y dejando a un lado la mera vuelta o retorno a la tierra de sus antepasados una vez superada la Diáspora, desde luego su mensaje concluye con una aseveración “el profeta ubica su visión en Babilonia” para adentrarse en una definición de carácter existencial citando el espíritu del Salmo 104 versículo 30: Envías tu soplo y son creados y renuevas la faz de la tierra. Dios traerá a su Pueblo a su anterior posesión estableciendo una Alianza que no peligrará más porque la muerte no será un obstáculo ya que ella y los enemigos serán destruidos definitivamente. Es para nosotros la oportunidad de revisar como estamos trabajando nuestra madurez espiritual para afrontar desde esa perspectiva las dificultades que nos rodean y no permitir que nada nos separe de Dios y su Gracia.

El apóstol Pablo en Texto citado de la Carta a los Romanos nos habla sobre las dificultades y rivalidad que se presentan en la vida del Creyente y como el “espíritu y la carne” a pesar de ser una Unidad existencial se enfrentan y cada uno busca satisfacer sus inclinaciones y tendencias. Es por demás un llamado a asumir con responsabilidad los retos y compromisos del seguimiento de Cristo en nuestras vidas sin perder de vista que hemos sido llamados por Cristo… Queda claro que la muerte es consecuencia del pecado que lastimó profundamente la esencia del ser humano y que en Cristo retorna la Inmortalidad para el bautizado. Nuestra Resurrección está íntimamente relacionada con la del propio Señor. Es una relación de dependencia, es decir, que no es por mérito alguno de nuestra parte sino del Amor de Dios en su adorado Hijo y en el Espíritu de Entrambos. Nos incorporamos a Cristo Resucitado por medio del Bautismo. Es pues el Espíritu Santo el artífice en nosotros de la vida divina en Cristo Señor Nuestro… Hacer morir las obras del cuerpo es sujetar nuestro entendimiento a Dios y “proceder como a plena luz del día” citando a Romanos capítulo 13 versículo 13. Es la luz del Espíritu Santo la fuente de Salvación en nosotros por la Sangre del Señor en la Cruz.

La visión Joanica sobre la Amistad entre Jesús y la familia de Lázaro nos permite dimensionar las escenas que a continuación nos describe. La enfermedad y muerte de Lázaro genera todo tipo de opiniones y posturas lo cierto es que la muerte no se constituye en “natural” y afecta todas las relaciones que el ser humano se plantea. La muerte es fruto del pecado y no de la Voluntad de Dios en el ser humano. Jesús enfrenta en su dimensión humana la muerte con la Esperanza de su conciencia en Dios. La muerte no es el final es apenas el inicio de las relaciones de características eternas entre Dios y el ser humano. La amistad es un vínculo que acompañará hasta la eternidad porque hace parte de la esencia relacional de las personas y como tal se potenciará en un conocimiento pleno delante de Dios. Es importante la “declaración de Fe” de la familia de Lázaro unida al redentor también y sobre todo desde la Fe. El milagro obrado es fuente que dará fortaleza a quienes lo presenciaron y se “conectaron” con el fenómeno y su contenido sobrenatural. Su dialogo con Marta hermana de Lázaro es reconfortante y esclarece las dudas naturales ante la muerte, es pues, el Señor la Esperanza cierta para el Creyente que inexorablemente experimentará la muerte.  Recordemos que la relación con el Resucitado será nuestra Resurrección. Una vez superado el dialogo inicial entra en escena María la segunda hermana de Lázaro, recordemos que María era el nombre femenino más popular en Israel. Su participación está bellamente asegurada con la expresión contenida en el versículo 28: El Maestro está ahí y te llama. Es un llamado existencial que nos recuerda al profeta Ezequiel cuando el Espíritu revive los “huesos secos” entrando en ellos y transformando la totalidad de su Esperanza, pues aquí sucede de igual forma, es la Esperanza encarnada en el Señor la que da vida en abundancia…  Es importante tener presente que es en esta escena descrita por Juan el único Texto que nos habla de la profunda sensibilidad del Salvador al “llorar por su amigo Lázaro”.

 Hace cuatro días lo sepultaron, el número (4) empleado (cifra) habla de la imperfección de lo acontecido y como la intervención del Señor dejará en orden las situaciones y las vidas implicadas en ello. Es por demás una gran paradoja que este milagro del Señor sirviera en primera instancia para fortalecer la Fe de quienes estaban involucrados, pero en segunda instancia precipitaran la sentencia de muerte sobre Jesús así mismo lo indica el Evangelio en los versículos 45 al 48.   Queda como enseñanza para cada uno de nosotros que la muerte no es el final y que los valores y riquezas que nos definen como Imagen del Dios vivo nos acompañaran por toda la eternidad. 


miércoles, 25 de marzo de 2020

DISCURSO TEOLÓGICO Y ACCION PROFETICA DE LA IGLESIA...


DISCURSO TEOLÓGICO Y ACCIÓN PROFÉTICA DE LA IGLESIA.



RESUMEN.


La obra profética de la Iglesia no se detiene en época alguna, por el contrario, se adapta a los momentos y vivencias, ella como institución no desconoce el quehacer de la conciencia de la humanidad en su condición totalizante donde un solo individuo representa a la totalidad (1). A diferencia del mundo o entorno somático la Gracia puede y moldea la vida eclesial según la necesidad del anuncio. La pandemia que estamos viviendo (coronavirus) y sus mutaciones son consecuencia de un proceder humano entrado en la historia de una cultura que depreda todos los recursos y formas de vida posible. La misión profética de la Iglesia anuncia la esperanza de un cambio de vida y actitud que genere una real comunión entre la humanidad y las demás expresiones de vida de este planeta o realidad existencial de la especie humana (2). El profeta moderno debe renunciar a vivir como lo hace el mundo de lo contrario su mensaje carece del suficiente testimonio. La obra de Dios en la Iglesia reclama una forma de concretar la realidad salvífica anunciada por Cristo. El profeta actual es un convencido de la necesidad de acudir a la vida personal como paradigma de la Gracia actuando en su ser y entorno. Somos conservadores de la vida por antonomasia ya que el mensaje profético no discrimina forma de vida alguna (3).

COSMOVISIÓN EN PROSPECTIVA.

La función profética es una cualidad que se manifiesta en el bautizado y muy especialmente en el Ministro Ordenado que leyendo el “signo de los tiempos” (4) se adelanta a acontecimientos que señalan ya en presente la inclinación del futuro o porvenir.  El fundamento profético se une a la denuncia que este hace de las estructuras injustas que generan esclavitud en el ser humano y que por decirlo de otro modo retrasan la manifestación del Reino de Dios en su creación (5). El profeta no es otro que un aventajado lector de los tiempos conjugados, tanto en lo que sucedió ayer y las causas de esos sucesos para promoverlos positivamente en el presente o desvirtuarlos del hoy de nuestra historia personal o colectiva. El profeta ve en el futuro o porvenir una oportunidad para reafirmar el Señorío histórico de Dios, así como su inmersión en los estadios y procesos de vivencias más allá de la mera experiencia existencial de los bautizados. Es un visionario que afronta cada día y sus contenidos como determinantes de su propia realidad.  No es factible señalarnos como tal sino conocemos la historia de la humanidad y como se manifiesta Dios sin alterar el rumbo de los sucesos orquestados por el ser humano, pero sin que ello impida la luz y Gracia de sus dones presentes. Esta manifestación es fácil de percibir en la vida y la escogencia de los profetas y patriarcas del (A.T) donde la elección de Dios derriba cualquier tipo de estereotipo o limitación tanto física como psicológica. Se habla mucho sobre la dificultad de Moisés para hablar con claridad, pero lo que pasamos por alto es la misma significación de sus palabras que no obedecían al lenguaje humano sino a la Voluntad de Dios. Oseas el profeta nos dice que su vida se convirtió en un signo que lee profusamente el presente de su pueblo y las consecuencias de sus acciones (6). Oseas encarna la fidelidad a Dios muy a pesar de los pecados personales y colectivos. Oseas el profeta es un símil vivo de la sociedad de su época y voz de su conciencia. Pero no olvidemos que el profetismo se encarnó en los vecinos de Israel desde siglos atrás, basta con hablar de los profetas del siglo XI antes de Cristo en Biblos como en Jamá. Hombres y mujeres que sabían leer el signo de su tiempo y conjeturar sobre su porvenir. Es pues, el profetismo un análisis de los acontecimientos y sus consecuencias vistas o por ver. En cuanto a los profetas de las Sagradas Escrituras, sus vidas ejemplarizaron el contenido de sus palabras y conducta. Para continuar con esta cuestión diremos que en Israel existían dos principios que daban autenticidad a una profecía y son:

·          Su cumplimiento (Jeremías capítulo 28 versículo 9 y Deuteronomio capítulo 18 versículo 22). Miremos el Texto de jeremías: Si un profeta profetiza la paz, cuando se cumpla la palabra del profeta, se reconocerá que le había enviado Yahveh de verdad.
·         Conformidad con la doctrina expuesta (Yahvista). Igualmente citamos a (Jeremías 23,22 y Deuteronomio 13: 2-6). Una vez más el profeta nos dice: Pues si asistieron a mi consejo, hagan oír mi palabra a mi pueblo, y háganle tornar de su mal camino y de sus acciones malas.

La fuerza del mensaje debe estar coherentemente relacionada con la forma en la que las Escrituras educan nuestra conciencia religiosa y nuestras acciones. Es necesario que el profeta se actualice para emitir juicios acertados sobre la realidad que percibe. Es una necesidad latente asumir que la historia se ha instrumentalizado a favor de la misma revelación y que cada uno de los acontecimientos descritos se viven casi que atemporalmente por corresponder a sucesos humanos bajo el signo de la Gracia y paradójicamente del pecado que limita la claridad a la hora de percibir el fruto de la profecía. La historia es un poderoso aliado a la hora de analizar acciones y sus consecuencias. Ejemplo sería lo acontecido con Napoleón al intentar invadir la tierra de los Zares y como el ejército ruso en su retirada cortaba cualquier posibilidad de alimento y refugio  a los invasores, esto era desastroso si consideramos que la invasión y retiro de las tropas napoleónicas se produce en una tierra que posee los inviernos más fríos del planeta y dada su extensión  fue una derrota anunciada y vivida… Décadas después Adolfo Hitler, invadió Rusia y se enfrentó a la misma estrategia de defensa  que diezmó sus tropas y terminaron derrotados. La historia sentó un precedente y Hitler no supo leerlo e interpretar su incidencia en el futuro, pues un profeta debe saber leer el pasado y concretamente su actualización.

En América Latina los profetas se enfrentan a las situaciones que marcaron la vida del Continente hace siglos como por mencionar simplemente la invasión y depredación española donde una nación poderosa se apropia el derecho de los más atrasados. Si bien los nativos tenían su cultura y ciencia no podían hacer frente a los venidos de Europa. Lo mismo está aconteciendo hoy cuando nuestra cultura es absorbida por modismos, jerga, música, alimentos, armas, vicios, entre otros que llegan de latitudes más poderosas produciéndose un choque cultural donde siempre perderá el más vulnerable, y sobra decir quién es. Ante este panorama la misión profética de la Iglesia debe sembrar esperanza y promover los valores que nos definen como cristianos y hermanos bajo la Gracia de un mismo Padre. El anuncio profético de Jesús superó cualquier resistencia al llamar a Dios Padre y en sintonía de sus enseñanzas y anuncio hoy llamamos atrevidamente a Dios Padre de todos los vivientes. En cuanto a la esperanza se debe reforzar por una visión de la historia actualizada bajo el signo de la Gracia y empoderada bajo el peso de la Cruz.  El clérigo de esta Iglesia se convierte en un propagador de esperanza en medio de una sociedad violenta y que desprecia la vida como Imagen del Dios vivo. El gran reto para este siglo seguramente es la construcción de la paz a todo nivel y que esta pueda compensar toda expectativa. Paz interior, exterior, social, económica, política, etc. No es solo una Paz de ley y Norma sino una Paz cristiana cuyo artífice es el Señor y la humanidad. El Ministro Ordenado es un propagador de Esperanza y respeto por la vida y bienes de los demás sean sus feligreses o no.  La paz como esencia del mensaje sereno que se comunica libremente es abarcante y configura tanto la percepción como la respuesta del Creyente. No hablamos de nuestras limitaciones sino del poder Dios en nosotros y en la humanidad.  Nuestra coherencia no corresponde a postulados individuales sino a los más altos principios de Unicidad de la Madre Iglesia. Nuestro anuncio estará centrado en el anuncio del Reino de Dios y su Justicia no en manifestaciones mediáticas de lo sobrenatural así percibido por nuestra sugestionable imaginación intelectiva. Ya no es la Zarza ardiendo la panacea de su manifestación sino un corazón contrito y obediente que ama y es amado por su Dios. Claro está que, para muchos bautizados, es más fácil separar las aguas o caminar sobre ellas que apartar el corazón del mal camino. Nosotros no podemos bajar la guardia, por el contrario, debemos continuar muy atentos y leer con Fe y Amor los tiempos de nuestro presente y realidad. Nuestro anuncio está matizado por la misericordia de Dios que se apiada de cada viviente.

ANUNCIO E IDEOLOGÍAS.

La sucesión de los tiempos modernos acelera gravemente los acontecimientos de la Sociedad y moldea apresuradamente la cultura. En los últimos 60 años hemos asistido a cambios dramáticos en la sociedad universal que esquematizamos así:

·         Fin del Modernismo (7) (las guerras mundiales dejaron a la Sociedad y sus estamentos sin fundamento alguno y menos sin respuesta al problema de la guerra, el mal y la muerte de millones de personas todas ellas creyentes).
·         Nacimiento del Postmodernismo (tendencia de pensamiento que se afirma en la independencia conceptual rechazando los discursos establecidos bajo la metafísica y el absolutismo).
·         Nacimiento del Trans-modernismo (8) (buscan asumir su relación superando lo que se convierte para ellos en rezago cultural mayormente visibilizado en las artes liberales y búsqueda constante de Identidad que nos libere de los modelos foráneos que desvirtúan las tradiciones locales).
·         Colonialismo (instauración de un orden extranjero y sus tendencias socio-culturales que desgastan o anulan la expresión cultural de los pueblos más débiles).
·         Poscolonialismo (busca rechazar los modelos culturales extranjeros y destacar el valor de los procesos y tradiciones endémicas. Se manifiestan desde las ciencias y el drama (dramaturgia) como la literatura).
·          Transculturación (la cultura sufre los estragos de las distintas tendencias que hoy más que nunca cambian tanto de propuesta que se convierten en sustitutos de lo propio. Hay naciones americanas donde la gente busca afanosamente hablar un idioma o lengua extranjera pero no sabe pronunciar lo más básico de su idioma). Esta pérdida de identidad llega también a los distintos modelos religiosos imponiéndose las grandes concentraciones culticas propias del Norte. 

Hemos agotado los presupuestos de doctrina para muchas personas que no encuentran en las iglesias y particularmente en las históricas una respuesta a sus interrogantes y nosotros ante ese panorama muchas veces ni nos damos por enterados. La percepción de la Iglesia debe abrirse a los tiempos y asumir el compromiso de la profecía llena de vida y optimismo que busca promover la dignidad de todo ser viviente y particularmente de la humanidad. Estamos asistiendo a tiempos que no aceptan un discurso totalizante (metadiscurso), aunque con ello desvirtúan la dimensión cultica de su aproximación a Dios con una oración que lo sintetiza todo, miremos: Creo en Dios, pero no en la Iglesia… O… Desde mi casa puedo orar y vivir una relación con Dios sin necesidad de nadie más (11). Esta frase puede convertirse en el reflejo de lo que está sucediendo en el panorama de una sociedad violentada constantemente por patrones de realización al margen del Evangelio. Esto es, de manifestaciones de total o parcial autonomía que excluye la libertad potenciada que solo da Cristo. El estado o gobierno actual dice ser creyente pero sus prácticas son una constante contradicción sembrando un modelo de total ausencia evangélica donde predomina el poder y las bondades que esta entrega a sus actores.  Nuestros jóvenes quieren dinero y mucho, pero sin trabajar o educarse para su consecución. Este principio es un total desprecio por la vida humana.  La acción profética debe resarcir y recuperar estos valores perdidos dando ejemplo de vida y compromiso ministerial (12).  La oportunidad de difundir el Evangelio es vital para tal fin y no es simplemente el anuncio es la Palabra transformada en acciones de vida y cotidianidad. La influencia de los medios de comunicación se siente particularmente a la hora de difundir vidas y obras para nada edificantes (las novelas y series más difundidas en Occidente corresponden a delincuentes, mafiosos, asesinos, etc.) no hay una sola que exalte la ciencia y sus logros como tampoco el buen y sano ejemplo de acciones cargadas de civilidad por parte de los ciudadanos. Hoy venden y mucho los disvalores y sus modelos superficiales. En el terreno práctico la mujer está siendo victimizada al punto de crear espectáculos donde muchas buscan superar la pobreza y escasez de oportunidades entrando en un “cuadrilátero” para dar puñetazos y patadas a otra mujer hasta derrotarla o lastimarla lo suficiente para que no se incorpore. Son modos de relativizar el ser femenino de forma progresiva y descarada que en nada dignifican a un ser digno por excelencia como la mujer.  El modelo cristiano hombre-mujer (13) debe ser anunciado desde la dignidad de cada uno de ellos y no dejarlo solo al azar o a tiempos “fuertes” en la Liturgia o encuentros de congregaciones o grupos.   Si continuamos fuera de esta realidad cada vez más se buscarán modelos nuevos y nosotros corremos el riesgo de estar fuera de ellos. El Evangelio es el referente clave en el anuncio de la dignidad de la persona humana y es labor profética anticiparse a los problemas y riesgos del presente teniendo en cuenta que lo sucedido hoy puede traer consecuencias en el futuro inmediato, estamos hablando de:

·                  Relaciones afectivas pasajeras o superficiales
·                  Agresiones intra y extrafamiliares.
·                  Búsqueda desmedida de placer.
·                  Pobreza emocional, afectiva, y de relaciones sociales.
·                 Autismo socio-cultural.
·                  Materialismo y sensualismo.
·                  Invisibilidad social.
·                 Ausencia de políticas tanto eclesiales como gubernamentales de promoción humana a todo nivel (niños, jóvenes y adultos).
·                  El anciano se convirtió en un paria desprotegido e ignorado como sujeto o individuo de derechos y el estado dejó sus necesidades en manos de la familia.
·                  Poca o nula asistencia médica preventiva (14).

Es un panorama sobre el que debemos trabajar y predicar la esperanza que nace en el seguimiento del Salvador. Es también un reto formativo que supera la propuesta inicial del bautizado y la reemplaza o mejor aún plenifica por el Pacto Bautismal que explicita en sus contenidos la naturaleza del creyente y su relación con Cristo (15). Hoy necesitamos de manifestaciones más contundentes de la posibilidad que hay de vivir el Evangelio en la Iglesia. La cultura de la palabra busca que el bautizado pueda discernir sobre su vida y Fe y que estas reflexiones se acentúen en su compromiso tanto en la casa como en la congregación porque somos una Iglesia de fuertes contenidos culticos y de esta forma expresamos nuestra fe y adoración (rito y liturgia). Entonamos un canto que resumimos así: “Cristo rompe las cadenas, Cristo rompe las cadenas y nos da su libertad”. Acudimos a Cristo y su respuesta no se hace esperar, pero aun Dios necesita de nuestra voluntad para intimar en nosotros la suya en vocación salvífica. Predicamos en cada acción profética a Cristo como nuestro liberador, sanador y redentor. Lo vemos y vivimos como el “Amigo que nunca falla”. El apóstol Pablo interpretando el sentir del creyente y de quienes desean creer pero que no conocen en quien hacerlo expresa en Romanos capítulo 10 versículo 14-15… “Pero como invocaran a aquel en quien no han creído y cómo creerán en aquel a quien no han oído, como oirán sin que se les predique y como predicaran sino son enviados” … (16) La relación con el Evangelio se torna existencial al señalar una forma y modo de vivir y adelantar el trabajo de la Iglesia. La predicación se vive como parte esencial del Ministerio Ordenado y para visualizarla en el plano pastoral diremos que es “consubstancial a las acciones por las cuales la Iglesia enseña sobre Cristo” (17). Para concluir esta definición acudimos al Hiponense cuando afirma su principio eclesiológico: “Creo en Cristo y en su Evangelio porque me lo enseña la Madre Iglesia” (18). Queda claro que la Palabra se convierte en Sacramento gracias a la acción evangelizadora de la Iglesia y sus distintos ministerios. La predicación actualiza la realidad de Fe que nos asegura el creer en Cristo y reconocerle como Nuestro Señor y Salvador. El Evangelio es la obra perfecta de la revelación de la Palabra de Dios en términos de su historia como ilustración de la salvación. Hoy más que nunca ante un mundo pragmático que evita la trascendencia debemos argumentar con el ejemplo y la convicción personal el valor de la Palabra y su predicación (19).  Debemos insertarla en el medio socio-cultural para lograr con ello su vigencia y permanencia en la realidad salvífica que toca a este mundo.  Pensemos por un momento que Cristo llega a nosotros como a todos los seres humanos y espera ser correspondido por la constante aceptación de su Evangelio y/o condición de la misión permanente de la Iglesia en el mundo. Esta misión reclama enseñar con absoluta autoridad y convicción sobre la base y fundamento de la Inspiración y como de la revelación a partir de su mensaje salvífico. La Palabra de Dios se torna aguda como dulce, esto último, corresponde a la cantidad de matices y variantes que la vida del ser humano le introduce a su condición de Fe. No descuidemos el papel que nos corresponde como ministros del Evangelio y los sacramentos en un mundo sediento de Dios y sus dones como gratuidades.

El mandato Mateano de ir a evangelizar o enseñar, que aquí es lo mismo, es un llamado para dar a conocer el contenido extenso de la revelación evangélica. No olvidamos ni por un momento que somos testigos de Cristo en su Iglesia y que nuestro testimonio se vive por extensión y afirmación del Señorío de Cristo y su Ministerio fundamental que da vida a la Iglesia (20). La constante actualización de la vida eclesial sufre en el contexto de las culturas en donde hace presencia el Evangelio. Una realidad latente que involucra nuestra percepción de la realidad predicada, no es fácil suponer que el mensaje salvífico llega y se instala rotundamente en la psique de los bautizados, estos, por el contrario, viven en distintos escenarios dando sustento a determinadas prioridades que en la mayoría de los casos hace del Evangelio un contenido abstracto. Llegar a los imaginarios del presente siglo XXI es una ingente tarea de laboriosidad bíblica al servicio de la institución eclesial como quiera que seta en la persona y vida de los bautizados dinamiza los contenidos Escrituristicos a ella confiados.

NEMESIS DEL ANUNCIO EN EL PRESENTE.

FALSOS PROFETAS INSTITUCIONALES.

El anuncio en el presente se enfrenta a la crisis propia de la ciencia y la tecnología en su máxima expresión, pero fenómenos como el virus denominado “coronavirus” nos deja en evidencia mostrando la débil condición humana cuando de enfrentar eventos vitales se trata (21). El profetismo de estas épocas debe armarse del componente esperanzador que la misma palabra le entrega, de la certeza de la compañía y presencia de Cristo con cada uno de los bautizados (Mateo capitulo 28 versiculos 16-20). La seguridad de la cercana y amorosa presencia de Cristo es uno de los valores fundamentales de nuestro anuncio en el siglo presente (22). Los acontecimientos no son definitivos y la sociedad cristiana debe erigirse como el modelo de vida más factible y armonioso para el mundo. Es una realidad que despierta imaginarios destructivos en el entorno en donde nos movemos. Aquí en este punto, muchos clérigos de todo grado ministerial se olvidaron de su rol y se dedicaron a ser altos ejecutivos de ministerios, pero su labor pastoral es abstracta, las vedettes del mundo cinematográfico llegaron también a nuestra Iglesia para ensanchar conciencias y vanaglorias (23).  

La construcción de los tejidos sociales y sus nuevos Ethos reclaman de la Iglesia y sus ministros una respuesta donde la vida sea la prioridad antes que otras consideraciones, la vida fue redimida y como tal elevada a la condición perdida por nuestros primeros padres, la condición de la Gracia nos dispuso para un Reino y un discipulado vivo y dinámico. Esta categoría de índole escatológico no puede ser dejada aun lado solo por pensar en el mundo como meta y culmen de todo proceso de promoción humana (24). Otro concepto que esta dificultando nuestro anuncio en el presente siglo es la ambigüedad con la que en algunos sectores de la Iglesia se enfrenta a su disciplina y fidelidad a la Tradición. No todo es lícito, aunque se permita llevarlo a cabo, el mundo reclama de la Iglesia una institución que escuche, pero también que mantenga el orden y disciplina que muchos están buscando. Nuestro pensamiento es un vehículo por medio del cual el Evangelio llega a los demás y no podemos presentar otro que el mismo Cristo. No prima los “evangelios” (25) cómodos y sin disciplina que andamos creando para nuestro bienestar personal. La sed del dinero y el bienestar contaminó la Iglesia en algunas latitudes, como si solo se esperara vivir aquí y ahora lejos de la futura patria celestial (26). Unos buscando sucesores que sigan la ruta del saqueo y pobreza institucional, aquí es donde el profetismo eclesial debe retomar el camino de la fuente de su ser institucional. Un caminar que se deba a Cristo y solo a su Señorío de lo contrario el mundo tendrá más injerencia donde claramente no debe nunca tenerlo. Estamos invitados a trabajar por el Reino de Dios y la dignidad de las personas, pero siendo justos de lo contrario eso no sucederá o pasará (27).

 Los signos eclesiales hoy se enfrentan a un mundo dispuesto a reinar bajo sus fundamentos conocidos por todos, la Eugenesis se vive todavía en el mundo, unos queriendo ser superiores a los demás, nuevos sistemas económicos poderosos que nublan el carácter de la gente y les conducen por vías de un total desapego de los valores del Evangelio.  Un ateísmo práctico tocó el modelo social y cultural y por ende elabora sus propios Ethos con las dificultades que ello conlleva (28). Si un comportamiento no resiste ser enfrentado al Evangelio entonces sabemos que no es correcto, aunque políticamente sea aceptado por todos o al menos la gran mayoría, lo que implica un acuerdo más no una validez esencial. La Palabra de Dios como tal esta en medio de nosotros y tomó de la misma identidad de la Iglesia y desde luego los bautizados, (29). Configurar nuestros Ethos bajo la luz de la Gracia y la Palabra de Dios nos permitirá buscar su Reino por amor y no por interés materialista como sucede con bautizados, el Reino es una realidad trascendente que solo se encuentra por amor (30). Reavivemos el compromiso con el Evangelio y de esta manera el proceder institucional y personal atraerá a otros deseosos de vivir estos fundamentos, recordemos una frase atribuida a Bernardo de Claraval “Se atrapan más moscas con un poquito de miel que con un barril repleto de vinagre”. (31). Los milagros más grandes son aquellos que se presentan al corazón de los creyentes donde el propio Cristo entra para nunca ser sacado por el mundo y los apegos a esta realidad. Aquí el profeta inicia su auténtica relación con el Dios viviente comunicando a sus hermanos la alegría de la vida iluminada por la Gracia y la certeza de la eternidad (32). Es pues importante que la formación y debida ciencia ilumine el desarrollo de la Iglesia y el anuncio de su verdad amorosa a ella confiada. Las expresiones de nuestra Fe colectiva se alimentan de los testimonios de los bautizados y su manera de enfrentar la vida y santificarla (33). La fuerza del testimonio es auténtica fórmula de éxito para la obra de la Iglesia y en ella sus ministros y la vitalidad de sus ministerios dependerá del amor de esta por la obra de Cristo, una Iglesia débil y sin participación de los bautizados es signo inequívoco de pereza espiritual y otros intereses no tan evangélicos (34). La Gracia es la némesis de todo lo anterior porque ella como singo amoroso de Dios en el mundo hace que las obras eclesiales den frutos abundantes. La universalidad de la Palabra salvífica sigue las rutas por donde entraron en las distintas culturas los bautizados, esto nos deja en la posición clave de llevarle a todos los escenarios en donde nos movemos. La universalidad de sus contenidos no reconoce frontera sino intenciones y corazones (35).

CIBERGRAFÍA E INSUMOS.

1-      Nota del autor.
2-      Nota del autor.
3-      Nota del autor.
4-      Nota del autor.
5-      Nota del autor.
6-      Nota del autor.
7-      El modernismo, en su sentido estricto e histórico, designa una crisis del pensamiento dentro del catolicismo que se manifestó a finales del siglo xix y comienzos del xx. A cierta distancia, muchos historiadores se han sentido inclinados a considerar el modernismo en una unidad y una cohesión que jamás tuvo. El modernismo no formó un todo más que por su condenación de conjunto por el decreto Lamentable (17 de julio de 1907) y la encíclica Pascendi (8 de septiembre de 1907). Se pueden, sin embargo, señalar algunas tendencias comunes en cierto número de autores de este período: un esfuerzo por superar cierta teología esclerotizada, un intento de reformulación de la fe adaptada al hombre moderno, una verificación de los fundamentos del cristianismo con la ayuda de los nuevos métodos críticos e históricos. Movido por el deseo de devolverle a la Iglesia su influjo espiritual sobre los contemporáneos, el modernismo constituye un intento de renovación de la exégesis, de la historia y de la teología en el surco de un pensamiento que sospechaba de todo dogmatismo y que estaba familiarizado con los nuevos métodos de interpretación de los textos.
8-      las primeras divulgaciones del concepto de transmodernidad realizadas en la década de los noventa del siglo XX, por el filósofo argentino-mexicano Enrique Dussel (Dussel, 1996) y por el filósofo y teólogo belga Marc LuyckxGhisi (Luyckx-Ghisi, 1999), no parecen estar conectadas con la de Rosa Mª Rodríguez-Magda (Rodríguez-Magda, 1989) más que por un contexto intelectual de insatisfacción con las teorías de la modernidad y la postmodernidad (RodríguezMagda, 1989; Dussel, 1996; Luyckx-Ghisi, 1999) y una cierta reivindicación de los valores de la premodernidad (Dussel, 1996; Luyckx-Ghisi, 1999). Transmodernidad y transdesarrollo - UHU CIM Antonio Luis Hidalgo-Capitán y Ana Patricia Cubillo-Guevara © De esta edición: Ediciones Bonanza Avda. Guatemala, 8-12. 21003 - Huelva (España).
9-      Se habla de Transculturación para referirse a un proceso de sustitución en el que una sociedad adquiere de forma gradual gran parte de una nueva cultura y la asimila en la propia Transculturación - Definición, Concepto y Qué es.
10-  Nota del autor.
11-  Nota del autor.
12-  Nota del autor.
13-  Nota del autor.
14-  Nota del autor.
15-  Nota del autor.
16-  Los Textos Escrituristicos fueron tomados de esta edición digital   https://www.bibliatodo.com/la-biblia/version/Biblia-de-Jerusalen
17-  Nota del autor.
18-  Agustín de Hipona Padre de la Iglesia Latina siglo V.
19-  Nota del autor.
20-  cristoeseltema.blogspot.com › 2017/03 › acción-profética-de-la-iglesia...
21-  Nota del autor.
22-  Nota del autor.
23-  Nota del autor.
24-  Nota del autor.
25-  Nota del autor.
26-  Nota del autor.
27-  Nota del autor.
28-  Nota del autor.
29-  Nota del autor.
30-  Nota del autor.
31-  Bernardo de Claraval. Nació en el año 1090, en Fontaine, cerca de Dijon, Francia y murió en Claraval el 21 de agosto de 1153. Sus padres fueron Tescelin, señor de Fontaine y Aleth de Montbard, pertenecientes ambos a la alta nobleza de Borgoña. Bernardo, tercero de una familia de siete hijos, seis de los cuales eran varones, fue educado con un cuidado especial porque aún antes de nacer un hombre devoto le había vaticinado un gran destino.
32-  Nota del autor.
33-  Nota del autor.
34-  Nota del autor.
35-  Nota del autor.






martes, 17 de marzo de 2020

CUARTO DOMINGO EN CUARESMA...


CUARTO DOMINGO EN CUARESMA… Año A, Salmo 23, 1 Samuel capítulo 16 versículo 1 al 13, Carta a los Efesios capítulo 5 versículo 8 al 14, Evangelio de Juan capítulo 9 versículo 1 al 41.


Vio, al pasar, a un hombre ciego de nacimiento. 2. Y le preguntaron sus discípulos: «Rabbí, ¿quién pecó, él o sus padres, para que haya nacido ciego?» 3. Respondió Jesús: «Ni él pecó ni sus padres; es para que se manifiesten en él las obras de Dios. 4. Tenemos que trabajar en las obras del que me ha enviado mientras es de día; llega la noche, cuando nadie puede trabajar. 5. Mientras estoy en el mundo, soy luz del mundo.» 6. Dicho esto, escupió en tierra, hizo barro con la saliva, y untó con el barro los ojos del ciego 7. y le dijo: «Vete, lávate en la piscina de Siloé» (que quiere decir Enviado). Él fue, se lavó y volvió ya viendo. 8. Los vecinos y los que solían verle antes, pues era mendigo, decían: «¿No es éste el que se sentaba para mendigar?» 9. Unos decían: «Es él». «No, decían otros, sino que es uno que se le parece.» Pero él decía: «Soy yo.» 10. Le dijeron entonces: «¿Cómo, pues, se te han abierto los ojos?» 11. El respondió: «Ese hombre que se llama Jesús, hizo barro, me untó los ojos y me dijo: "Vete a Siloé y lávate." Yo fui, me lavé y vi.» 12. Ellos le dijeron: «¿Dónde está ése?» El respondió: «No lo sé.» 13. Lo llevan donde los fariseos al que antes era ciego. 14. Pero era sábado el día en que Jesús hizo barro y le abrió los ojos. 15. Los fariseos a su vez le preguntaron cómo había recobrado la vista. Él les dijo: «Me puso barro sobre los ojos, me lavé y veo.» 16. Algunos fariseos decían: «Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado.» Otros decían: «Pero, ¿cómo puede un pecador realizar semejantes señales?» Y había disensión entre ellos. 17. Entonces le dicen otra vez al ciego: «¿Y tú qué dices de él, ya que te ha abierto los ojos?» El respondió: «Que es un profeta.» 18. No creyeron los judíos que aquel hombre hubiera sido ciego, hasta que llamaron a los padres del que había recobrado la vista 19. y les preguntaron: «¿Es éste vuestro hijo, el que decís que nació ciego? ¿Cómo, pues, ve ahora?» 20. Sus padres respondieron: «Nosotros sabemos que este es nuestro hijo y que nació ciego. 21. Pero, cómo ve ahora, no lo sabemos; ni quién le ha abierto los ojos, eso nosotros no lo sabemos. Preguntadle; edad tiene; puede hablar de sí mismo.» 22. Sus padres decían esto por miedo por los judíos, pues los judíos se habían puesto ya de acuerdo en que, si alguno le reconocía como Cristo, quedara excluido de la sinagoga. 23. Por eso dijeron sus padres: «Edad tiene; preguntádselo a él.» 24. Le llamaron por segunda vez al hombre que había sido ciego y le dijeron: «Da gloria a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es un pecador.» 25. Les respondió: «Si es un pecador, no lo sé. Sólo sé una cosa: que era ciego y ahora veo.» 26. Le dijeron entonces: «¿Qué hizo contigo? ¿Cómo te abrió los ojos?» 27. El replicó: «Os lo he dicho ya, y no me habéis escuchado. ¿Por qué queréis oírlo otra vez? ¿Es qué queréis también vosotros haceros discípulos suyos?» 28. Ellos le llenaron de injurias y le dijeron: «Tú eres discípulo de ese hombre; nosotros somos discípulos de Moisés. 29. Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios; pero ése no sabemos de dónde es.» 30. El hombre les respondió: «Eso es lo extraño: que vosotros no sepáis de dónde es y que me haya abierto a mí los ojos. 31. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores; más, si uno es religioso y cumple su voluntad, a ése le escucha. 32. Jamás se ha oído decir que alguien haya abierto los ojos de un ciego de nacimiento. 33. Si éste no viniera de Dios, no podría hacer nada.» 34. Ellos le respondieron: «Has nacido todo entero en pecado ¿y nos da lecciones a nosotros?» Y le echaron fuera. 35. Jesús se enteró de que le habían echado fuera y, encontrándose con él, le dijo: «¿Tú crees en el Hijo del hombre?» 36. El respondió: «¿Y quién es, Señor, ¿para que crea en él?» 37. Jesús le dijo: «Le has visto; el que está hablando contigo, ése es. 38. El entonces dijo: «Creo, Señor.» Y se postró ante él. 39. Y dijo Jesús: «Para un juicio he venido a este mundo: para que los que no ven, vean; y los que ven, se vuelvan ciegos.» 40. Algunos fariseos que estaban con él oyeron esto y le dijeron: «Es que también nosotros somos ciegos?» 41. Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; pero, como decís: "Vemos" vuestro pecado permanece.» https://www.bibliacatolica.com.br/la-biblia-de-jerusalen/juan/9/

El hombre mira las apariencias, pero Dios mira el corazón versículo 7. Es la primicia que define el contenido de este pasaje bíblico. La Gracia del Espíritu Santo es quien escoge a los bautizados sin que tenga que mediar consideración distinta de nuestra parte.  Quienes pasaron delante de Samuel reunían según el criterio humano las características necesarias para ser ungidos, pero Dios no busca en nosotros modelos o paradigmas sino corazones dispuestos ya que es Él quien adelanta el trabajo. Somos consagrados a Dios por medio del Bautismo y no por nociones de nuestra habilidad o valía personal. El relato que hemos escuchado en la primera lectura sin duda hace parte de la tradición profética de Israel y es la manifestación de la Voluntad revelada de Dios por medio de un rito de consagración. Sabemos que David fue ungido también por los ancianos y que en su primera unción se guarda su contenido y significación por asuntos políticos en su nación. Lo que es de capital importancia resaltar es el hecho de la escogencia por parte de Dios y sus planes para con David que no difieren de nuestra escogencia por medio del pacto bautismal. No olvidemos que somos los ungidos de Dios y que nuestra vida debe ser siempre respuesta y afirmación de su escogencia y misión a lo que estamos destinados.

El apóstol Pablo en su Carta a los Efesios arriba citada, nos invita a poner en orden las preferencias y no perder de vista que el dinero mal encausado resta a Dios el culto debido por dárselo a las cosas materiales adquiridas como centralidad de nuestras vidas. Es pues la codicia capaz de dañar o envilecer la Imagen de Dios en nosotros y terminar por sublimar lo que es perecedero y que solo aporta felicidad pasajera.  Vivamos pues como hijos de la luz nos dice Pablo para que podamos así establecer la diferencia y proceder de forma ordenada y armoniosa.  Sacudamos nuestras vidas despertemos del letargo que implica existir solo delante de los hombres y perder de vista la presencia de Dios. Somos seres destinados a la trascendencia y no materia de muerte. Hagamos un “inventario” de nuestra vida y de las cosas que consideramos valiosas en ella no sea que estemos confundiendo el valor con la utilidad en términos egoístas de autosuficiencia. Solo la Luz de Cristo puede exponer nuestras obras y purificarlas, así como convertirlas en agradables para nuestro Dios. Refrenando los comportamientos del siglo procederemos como hijos de un mismo Padre y Señor. Es pues para Pablo el corazón del ser humano el lugar ideal, el templo de lo sobrenatural que rinde gloria a Dios.

El evangelio relata la “curación de un ciego de nacimiento” se presenta en el contexto de la vida pública del Salvador y para Juan es una oportunidad más para aseverar que la obra de Jesús solo terminará con su muerte puesto que la Voluntad del Padre Dios es proceder por medio de sus obras. Lo anterior es fundamentado por las palabras del Señor mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo versículo 5. Como en Pablo este evangelista acude siempre a la simbología de la luz para designar la obra de Dios y las tinieblas o ausencia de luz como obra del mundo sin trascendencia posible y limitado por el pecado y sus estructuras.  Quienes rodeaban a este hombre ya se habían acostumbrado a su presencia, pero solo Dios en su Hijo adorado le dignificó liberándole de sus ataduras. Solo Dios reconoce a sus hijos y hace todo para liberarles y sanarles. La piscina de Siloé es signo de las bendiciones mesiánicas y el agua contenida en ella es referida simbólicamente a la presencia del Espíritu Santo en el ministerio del redentor. Los ojos al sanar ponen de relieve la importancia de la conciencia y su buen juicio y desde luego buenas intenciones en la comprensión de la bondad de Dios que toca y limpia las impurezas de sus hijos.  Aquel hombre transcendió a su propia percepción de la vida y su realidad y entró en la dinámica de los bautizados cuando viven a plenitud su pacto bautismal. Jesús en el uso del “barro” y su saliva refleja   como el poder de Dios emplea lo cotidiano y lo instrumentaliza al punto de resignificarlo convirtiendo este rito de sanidad en figura potenciada del Bautismo. La soberbia y autosatisfacción hacen hoy en día que muchas personas confíen solo en sus conocimientos y en la Ciencia que interpreta la vida como estrictamente natural. Pero aquel hombre privado de la vista obedece al modelo cristiano de quienes confían en Dios y en su Sabiduría absoluta para enfrentar la vida y lo que ello puede implicar.  Es la luz de su Gracia la que permite al Creyente verle literalmente presente en su Palabra y en la Iglesia. El libro de Proverbios en el capítulo 15 versículo 29 dice: Dios se aleja de los malos, y escucha la plegaria de los justos. El retener el conocimiento de su identidad es consecuencia de las tinieblas del pecado que rodean la vida de sus detractores. Solo quien reconoce su   autoridad podrá verle sin tener que taparse los ojos como Moisés o el profeta Isaías y otros tantos. La luz de los ojos es el alma y el corazón. Hay ciegos que ven mejor que cualquiera de nosotros que solo percibimos cosas naturales y no trascendentes…

LA TRANSFIGURACIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO…

  LA TRANSFIGURACIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO… Éxodo capítulo 34 versículos 29-35. 2 Pedro capítulo 1 versículos 13-21. Salmo 99. Lucas c...