miércoles, 27 de mayo de 2020

PENTECOSTÉS EN LA TRADICIÓN ANGLICANA...


PENTECOSTÉS EN LA TRADICIÓN ECLESIAL ANGLICANA Y SUS REFERENTES TEOLÓGICOS MÁS SOBRESALIENTES.



RESUMEN.



Desde nuestra perspectiva es importante tener presente que existe un vínculo multidialectico que une los momentos más sobresalientes de la vida de la Iglesia anglicana que hoy definimos como Comunión Anglicana y tal relación no se manifiesta solamente en Inglaterra sino en la universalidad de su origen como Iglesia histórica. Desde el primer ocupante de la sede en Canterbury, las reformas del siglo XVI, los “divinos” Carolinos, el Movimiento de Oxford, hasta nuestro presente, la Iglesia anglicana ha vivido y de hecho vive un perenne Pentecostés, que se manifiesta en su rica y variada historia eclesial, en la diversidad de sus ministerios y la filiación conciliar como doctrina durante el tiempo de los Santos Padres de la Iglesia. Supimos asumir el nuevo paradigma que implicaba la Ascensión del Señor, este concepto se materializa en una dinámica metafísica que supera la intuición del fenómeno para convertirse en una realidad que explicita nuestra Fe. El hálito de vida, el Paráclito y el Neu-ma haciendo particular énfasis en el movimiento y el Espíritu y la configuración de la realidad asumida por la Gracia que implica para nosotros la venida del Espíritu de Dios en Pentecostés, la celebración de las cosechas    o semanas para asumir dramáticamente que el marco relacional de la Resurrección es el fruto de la primera cosecha y Pentecostés de las demás en el contexto del triunfo del Señor. Aquí el Qué de la cuestión o Quod de quaestione, es dilucidar el momento presente como unido esencialmente a Pentecostés, el Espíritu como signo salvífico se convierte en nexo histórico con el Padre Dios y su adorado Hijo. La relación que podemos espiritualizar no necesariamente se materializa en la conversión ontológica del ser y sus propiedades redimidas. No es solo la presencia de la Gracia sino el Qué de tal maravillosa presencia. El ser eclesial no solo es fundado en el tiempo, sino que en el tiempo se convierte en signo instrumentalizado de salvación, la Iglesia anglicana hoy y siempre ha sido Sacramento de salvación por su personal e intrínseca relación con el Señor resucitado. Su propia universalidad identitativa trasciende el momento descrito por Hechos de los Apóstoles y se instala en la psique de los bautizados. Pentecostés trasciende en el tiempo y se convierte en expresión salvífica en la institución eclesial. El dogma tácito de esta Iglesia la señala y ubica en el plano de la soberanía eclesial. Una soberanía que no excluye su origen común.



INTRODUCCIÓN.


La Iglesia Anglicana por extensión desde la manifestación fundacional del Espíritu Santo (engendrada en el vientre apostólico) (1) guarda firmemente la tradición  ministerial tal y como esta se fue gestando en la Iglesia primitiva, pasando luego por la afirmación fundamental del Cristo de la Fe, ese proceso de identidad y definición teológica fue vital para la consolidación de la doctrina que llegó a la tierra de los celtas en la misma época apostólica y cuenta de ello es la consolidación de la catolicidad incluso antes del siglo V cuando Roma voltea la mirada sobre Britania (nombre dado por el Imperio romano) desde comienzos de nuestra Era. Pues la raíz apostólica se mantenía con la presencia de un Pentecostés pequeño” que alimentaria no solo los viajes de Pablo o la decisión de Pedro de sacar la Iglesia de Jerusalén (plano local) sino que se constituiría en plataforma de vivencia y fortalecimiento del ser eclesial fuera incluso de Oriente. Pentecostés el fenómeno engendrador se esparció por el mundo y de esta forma la identidad eclesial se mantuvo en Inglaterra. De esta afirmación es improcedente denominar o postular a Enrique VIII como su fundador. Sin duda que Enrique VIII no pretendió nunca la transformación protestante (termino inexacto de nuestra realidad eclesial) de su reino, sino la "nacionalización" de la Iglesia bajo el principio de autoridad del príncipe, fons utriusque iuris. Con este principio Enrique justificaba el Acta de supremacía de 1534, por la cual exigía que todos sus súbditos le reconocieran como "the only supreme head in earth of the Church of England". Isabel I igual que Enrique pretendía la constitución de una sola iglesia, en un solo país, bajo un solo príncipe. A esta empresa contribuyó decisivamente Thomas Cranmer (1489-1556), nombrado arzobispo de Cantorbery por Enrique VIII. Fue Cranmer el introductor de la lectura bíblica y de la práctica litúrgica en lengua inglesa. Reformador cuidadoso, Cranmer (2) quería el retorno a la pureza de la tradición antigua litúrgica y doctrinal como padre fundador del anglicanismo.  Los Hechos de los Apóstoles testimonian poderosamente el papel decisivo del Espíritu Santo en la difusión de la Fe y en el crecimiento de la Iglesia. Es un libro contagiado de la claridad y el vigor del Espíritu de Dios que habla y actúa en sus páginas. Una penetrante alegría impregna el conjunto de la narración. Es la alegría que procede del Espíritu, inspirador de una certeza inamovible sobre el origen divino de la Iglesia, y causa de los acontecimientos extraordinarios que acompañan a los predicadores del Evangelio (3). Esta manifestación del Espíritu Santo no solo se quedó con los apóstoles, sino que los tomó como referencia de su universalidad, la misma que llega a nuestra Iglesia.  El padre Van de Pol, un teólogo católico romano, afirma que la característica más distintiva del anglicanismo es la moderación porque sabe mantener un equilibrio moderado entre la intransigencia rigurosa y la flexibilidad anárquica. Es la actitud que ha quedado definida con la expresión ya clásica de la vía media (4). El anglicanismo descubre de esta forma, al menos, en nuestra Provincia la realidad el Espíritu Santo inserto en los acontecimientos sociales, culturales y políticos en los que viven su Fe los “episcopales de a pie” donde afirma el Rvdo. Isaías Rodríguez hay gran población latina.  Nuestro ir y venir histórico es relevante en la protección de derechos y fundamentos de convivencia y dignidad de la persona redimida, desde luego, en el presente de esta indagación se ve el sombrío panorama una vez más de la guerra (conflicto de índole internacional en Siria y otras latitudes que mantienen tensión como el conflicto con Corea del Norte) donde esta Iglesia sin duda deberá renovar su postura en defensa de la vida y su sacralidad.


EL ESPÍRITU SANTO EN LA TEOLOGÍA ANGLICANA.


Si nos referimos concretamente a nuestra teología debemos iniciar con quien es tenido como padre de la misma, me refiero a  Richard Hooker  (marzo de 1554 – 3 de noviembre de 1600) educado en Oxford, en su pensamiento la razón se convierte en luz de su análisis y vivencia cristiana (5) Hooker  debemos entenderlo desde la perspectiva Escolástica de su teología, donde el Espíritu Santo era tenido desde la naturaleza de su Ser y Esencia Tercera Persona de la SS. Trinidad, esta concepción de teología brillante limitaba su participación en la cotidianidad  del bautizado, se presenta una sentimiento Pentecostaliano asociado más a los apóstoles que  a la realidad presente de la Iglesia, es una noción más académica que  vivencial, lo que no implica que absolutamente su figura fuera asociada a la realidad del momento desconociendo su Inhabitación en nosotros (en el bautizado de aquella época) la postura eclesial sobre el Espíritu Santo durante Hooker conservó los ribetes dados por la Tradición y Magisterio de la Iglesia. Para el anglicanismo de este siglo, la realidad Pneumatologica de su teología  está edificada en la revelación Escrituristica y la acción de Pentecostés no se considera como un momento enmarcado en momentos sucesivos atravez de las épocas del cristianismo, Pentecostés se hace estático  y limitado a la presencia del Espíritu Santo en la Iglesia  que parte de la relación  Trinitaria como tal Ad-Extra, esta postura nos habla de un descubrir al Espíritu de Dios en su Revelación y por medio de los signos de la identidad de la Madre Iglesia. 

Sin duda que en la concepción de Hooker la participación de la vida espiritual sigue los lineamientos de la Escolástica que ve la necesidad de hablar de una presencia sobre el fundamento de una especie de estética trascendente que consiste en ordenar todo bajo los atributos de Dios:

Orden
Armonía
Estética
Justicia
Gracia
Verdad
Identidad
Economía salvífica.

Este inglés interpreta la relación con la Tercera Persona de la SS. Trinidad desde esta concepción mapeada en términos y cualidades señaladas en el recuadro. La espiritualidad era estéticamente ordenada y simétrica cuya expresión en el ámbito cotidiano era sobre todo la Oración y la Eucaristía.  La ley moral no puede depender de las concepciones cambiantes de los pueblos sino de una esencia permanente derivada a su vez de la conformidad de las cosas con los designios del Creador (6). En su pensamiento Conservador se refleja tanto el tomismo como la dinámica política del estado ingles cuyo accionar trascenderá a sus colonias y hoy día a los estados asociados. El Libre Albedrío como informado por el Espíritu Santo sede terreno ante la inexorable materialización de la Voluntad Divina por sobre la opción humana, de esta forma constituye al Espíritu Santo en el máximo rector de nuestros procederes, es interesante, como su pensamiento Conservador tiene espacio para la Tolerancia y la postura Ecuménica pionera en su tiempo, solo dejamos una muestra de uno de sus sermones Citado por J. Gauden:

He demostrado hasta aquí que, aunque la Iglesia de Roma se ha portado como una ramera, peor de lo que lo fue Israel, no obstante, no están - como lo está ahora la sinagoga de los judíos, por cuanto abiertamente niega a Cristo Jesús - completamente excluidos del nuevo pacto. Pero como a Samaria, comparada con Jerusalén, se la denomina Aholah, una iglesia o tabernáculo propio de ella, contrariamente, Jerusalén se denomina Aholibah, el lugar de reposo del Señor; así, de cualquier modo, que llamemos a la iglesia romana, cuando la comparamos con las iglesias reformadas, hacemos una diferencia como antes se hacía entre Babilonia y Samaria, también ahora la hacemos entre Roma y las asambleas paganas. Opinión que yo quiero y debo mencionar; debo conceder, y quiero hacerlo, que la iglesia romana, con todos sus hijos, está totalmente excluida; no hay ninguna diferencia en el mundo entre nuestros padres y los sarracenos, los turcos o los paganos, si niegan directamente a Cristo crucificado por la salvación del mundo. Pero, de cuántos millones de ellos se ha sabido que hayan terminado su vida mortal y que, al exhalar el último suspiro hayan pronunciado las palabras de esta Fe "Cristo, mi Salvador, mi Redentor Jesús". ¿Y podremos decir que los tales no han mantenido lo que es el fundamento de la Fe cristiana?... Por consiguiente, por más que se pueda decir de la iglesia romana, todavía tiene "un poco de poder", no niega directamente el fundamento de la Fe cristiana. Creo que puedo, sin ofender, persuadirme de que millares de nuestros padres en los tiempos pasados, que vivieron y murieron dentro de sus muros, han encontrado misericordia en las manos de Dios.

Nos permite analizar su espíritu eclesial, y como el reflejo de la venida del Espíritu Santo asume como lo plantea Agustín de Hipona su papel como el gran Reconciliador, no caminó solo en las filas del Tomismo, sino que su pensamiento intuitivo sobre el Ecumenismo lo podríamos considerar como iluminado por esta postura eminentemente de la Escuela Agustiniana. En nuestra especulación simplemente afirmamos que la realidad reconciliadora de Cristo en la Cruz tiene un esplendor especial en Pentecostés, y el Espíritu Santo se constituye en su Causa Eficiente. Recordándonos a otros ingleses anteriores a él como es el caso de Anselmo de Canterbury (Aosta, 1033-Canterbury, 1109) (7).

RETROSPECTIVA. 

 Anselmo de Canterbury teólogo de mucha relevancia dentro de la Escuela Agustiniana. Entre los varios argumentos desarrollados por A., los dos que más se destacan son su prueba ontológica de la existencia de Dios y su explicación de por qué Dios se hizo humano en la encarnación (Cur deus homo). En estos argumentos también es evidente que presupone ciertos aspectos de la filosofía de Platón, hegemónica todavía en el siglo XI. En el platonismo, todo lo que existe en la naturaleza tiene un prototipo ideal del cual es copia imperfecta. Estas ideas universales están en la mente divina y son más reales que el mundo material. Por ello, para A. la lógica y la razón son suficientes para demostrar la validez de un argumento. Esta influencia del platonismo es evidente en el Proslogio, donde Anselmo aplica su metodología y lógica para demostrar la existencia de Dios. Mucho después la prueba de A. adquiriría el nombre de ontológica, término derivado de dos palabras griegas que quieren decir la razón o lógica del ser. La presencia del Espíritu Santo en su obra… La presencia del Espíritu Santo se vive en la Oración, meditación y Reflexión de la Palabra de Dios.

En la Edad Media fue corriente desarrollar algunas oraciones devocionales al final de los Salmos que pretendían ayudar a resumir su contenido y facilitar su comprensión, convirtiéndolos en plegaria privada. Las Oraciones pueden entenderse como expansiones piadosas al rezo de los Salmos, si bien muy desarrolladas y elaboradas por un gran teólogo. Su método permanece así distinto del de los tratados dialécticos. Pentecostés se intuye presente no en la manifestación de alegría propia de la redacción lucana sino mediante la vivencia de sujeción a las enseñanzas de la Iglesia. El pecado en su teología no se enfoca en la maldad de la carne como en el pensamiento de su maestro el Hiponense, sino que habla de la solidaridad con el primer hombre. Pentecostés arroja sus dones libremente sobre los bautizados para que estos no sean esclavos de sus pecados y puedan reconocer a su Dios y vivir según sus enseñanzas, la relación salvífica con el Evangelio es muy fuerte en este pensador medieval. El fenómeno histórico se renueva en la vida y obra de los creyentes fieles a la Iglesia donde han construido una relación con el Dios que les puede salvar.  Cristo, es el punto en el cual reside todo el humanismo anselmiano (10). Pero esta definición se deja acompañar con la aseveración de la presencia tangible del Espíritu Santo sin la cual sería -para este autor- imposible vivir conforme al ejemplo de Cristo que se constituye no en una opción de imitar sino en esencialmente imitable para la salvación. Sobre su modelo de Oración/reflexión consignamos este bello ejemplo:

¡Ay, desgraciado!, ¿qué he hecho yo de mí? ¿Qué era yo hasta aquí? ¡Oh Señor!, ¿qué habías hecho de mí y qué es lo que he llegado a ser por mi falta? Yo había sido concebido y nacido en el pecado, pero tú me has lavado y santificado, y después yo mismo me he manchado con faltas peores. Yo había nacido en el pecado por necesidad, ahora me revuelvo en faltas voluntarias; yo había sido concebido en el pecado sin saberlo, después me he llenado y cubierto de él voluntariamente; gracias a tí había salido de los primeros por misericordia, después me he arrojado yo mismo miserablemente en los segundos; de los primeros había sido rescatado por bondad, en los otros me he perdido por malicia. ¡Oh Dios bueno!, tú habías curado mi alma, llagada por mis padres, y yo, impío, la he matado cuando estaba curada. Yo había sido despojado, ¡oh Señor misericordioso!, de los antiguos restos del pecado original, y tú me habías vestido de un manto de inocencia, prometiéndome además el de la incorruptibilidad, y yo, rechazando el que tú me has dado, me he cubierto de los harapos de la iniquidad; despreciando lo que me has prometido, he preferido escoger los dolores de la eterna miseria. Habías hecho de un hijo de tu cólera un hijo de tu gracia, y yo, despreciando ésta, he hecho de mí mismo un hijo de tu odio. Tú habías reformado en mí tu imagen tan amable, yo he sobrepuesto una imagen odiosa; ¡ay!, ¿imagen de quién, hombre pobre, miserable y loco; de quién es esa imagen que tú has colocado sobre la imagen divina (11) nos recuerda las Confesiones de Agustín de Hipona.

El reconocimiento histórico de la presencia del Espíritu Santo en su revelación/manifestación pentecosteliana tiene como razón de ser la historia de salvación y la institucionalización de la Economía Salvífica que fluye en su relación con el bautizado.   La pertenencia de Hooker a una tradición reformada se adelantó en su mentalidad, pero nunca abandonó la tradición eclesial que le unió a la historia de la Iglesia. Afirmaciones como esta: La Iglesia Episcopal no tiene doctrina, es fruto del desconocimiento de su raíz e historicidad, la cuestión se deja entender desde la dinámica retrospectiva, no se trata de una fundación romanizada sino del reconocimiento en nosotros de la praxis de una Iglesia histórica que se une a la misma causa apostólica. Recordemos que Pentecostés, no se quedó como un fenómeno de Fe aislado en su época y que por su manifestación global se sumó a  las expresiones de cristiandad tal y como esta Iglesia las vivió desde siempre.

 El bueno de Hooker no es solo el Padre de la teología anglicana, es también testigo de la universalidad de la misma gestando sus principios en la  tradición apostólica, para su época la Escuela Agustiniana y la Escolástica proveyeron sus fundamentos históricos referidos a su época en particular, nosotros los anglicanos no hacemos un ejercicio teológico por fuera de los parámetros de nuestra catolicidad, aunque muchos sigan empeñados en circunscribirla a una paradigma reciente o regional,  Hooker nutrió de ambas su pensamiento.

Somos un cristianismo universal en la consolidación de su institución eclesial y su naturaleza es totalmente apostólica. Nuestros Usos y Costumbres y los denominados Medios de Gracia son su contundente reflejo, no estamos afincados en una expresión local o sectaria de nuestro ser eclesial, la misma apostolicidad nos ha llevado a evangelizar también desde nuestra liturgia y cosmovisión donde el ser ecuménico es ampliamente reconocido en la catolicidad de la Iglesia en todas sus latitudes. Que dialéctica más compleja la que asumimos históricamente y que manera de vivirla en medio del totalitarismo sensualista del presente. Hooker podemos decir en la esencia de su pensamiento y el reconocimiento de signos salvíficos como Pentecostés es tan católico como lo es hoy el Obispo de Roma. El Espíritu Santo no se retiró por el contrario más trabajo tiene ahora en la relación ecuménica de las instituciones movidas por su presencia santificadora. No confundamos la Institucionalidad de los signos católicos con la catolicidad que se expresa en la fidelidad al Evangelio de Cristo. La Iglesia no es un tema exclusivamente humano, ella es fruto del Amor salvífico de Dios en su Adorado Hijo y el que procede de Entrambos.  Hooker veía en ella un camino salvífico sustancialmente hablando. Su catolicidad se alimentó de la liturgia la que consideraba parte vital del ser integral (12). La relación con la reforma continental siempre dejó a salvo la concepción eclesial histórica de Inglaterra y la Iglesia en su expresión propia y endémica. La formalidad de su pensamiento afirma en cuanto a Pentecostés el mismo principio escolástico, pero salvando la connotación anglicana como tal, solo para referir sobre la Doctrina de la Justificación por la Fe donde Hooker argumenta la necesidad del Amor y la Esperanza en la conjugación de la existencia del creyente. Aquí encontramos una Vía que conocemos como la Vía Media. Cristo es la Causa Formal de nuestra Justificación y aquí Hooker deja la cuestión en reposo sobre la Fe del bautizado. Existe una relación vital que une la revelación del Señor con la vivencia de nuestra Fe, tenemos mediante el Espíritu Santo la posibilidad de relación, salvíficamente ambas posturas, ya que en Cristo la salvación se concretiza y en la presencia del Espíritu Santo se espiritualiza entrando así a la historia personal y colectiva y quienes aceptan reciben el Espíritu Santo (13). Es desde luego una consideración de carácter epistemológica porque Hooker habla de la “Fe como Justificación” pero el conocimiento de la Fe se materializa en las obras de quien dice tenerla y vivirla en una praxis pragmática del ser cristiano. Todo lo anterior solo es posible en la Economía salvífica que manifiesta la Voluntad del Padre en su Hijo y el Espíritu Santo el gran Reconciliador. La manifestación de la obra salvífica se renueva en la Iglesia con la presencia del Espíritu Santo que es nuestro perenne Pentecostés.

Henry Hammond  (1605-1660) en su teología queda claro su marcado interés en afirmar que la “presencia del Espíritu Santo” asegura la unidad eclesial y la fidelidad a esta norma se expresa en signos de comunión visibles, esto último lo afirmamos luego de analizar su obra teológica en la dimensión de su eclesiología, hoy decimos que Hammond más que un anglicano-católico es un creyente seguro de los estadios históricos en donde la vida de la Madre Iglesia ha sido alimentada por la presencia del Espíritu de Dios. Intuimos según su pensamiento que los Medios de Gracia locales son también importantes en el contexto de la catolicidad de la Iglesia anglicana y en este caso en referencia directa con la Provincia Episcopal. El trabajo de este teólogo fue importante, pero toda su intuición sobre la relación emparentada de las Iglesias locales con el contexto general de la Iglesia y esa relación es fruto movido por el Espíritu Santo (14).

Thomas Cranmer (Aslockton 2 de julio de 1489  21 de marzo de 1556)  Que somos justificados por la Fe solamente, libremente y sin obras— se menciona para, claramente, quitar todo mérito de nuestras obras, por ser insuficientes para merecer nuestra justificación en las manos de Dios; y, por lo tanto, expresar más claramente la debilidad del hombre y la bondad de Dios, la imperfección de nuestras propias obras, y la gracia más abundante de nuestro Salvador Cristo; y así atribuir totalmente el mérito y el merecer de nuestra justificación a Cristo solamente, y a su más precioso derramamiento de sangre” (The Works of  Thomas Cranmer, 131). La teología de Cranmer (continuando en su inclusión)   gira como un todo en la doctrina de la Justificación  por medio de la Fe lo que implica en su reflexión la posibilidad de dejar en manos de Dios el derrotero de la existencia humana por el  cual la salvación es una gratuidad que se origina en el amor de Dios, nosotros consideramos luego de siglos de praxis que la responsabilidad en la elección salvífica es también nuestra, Cranmer  está pensando en categorías del mérito salvífico y desde esta su perspectiva tiene sin duda alguna la razón, pero en cuanto a la construcción histórica de la gratuidad salvífica diremos, yendo aún más allá de su época, que la salvación como expresión generosa de Dios no posee en su naturaleza parangón entre nosotros pero la respuesta material de su contenido teológico nos obliga positivamente a obrar bajo el signo de nuestra constante responsabilidad en la construcción de acciones y relaciones de índole salvíficas (16).


De su obra Prefacio a la Biblia es el siguiente pasaje:
Si algo es necesario saber, lo aprenderemos de la Sagrada Escritura. Si se ha de rechazar la falsedad, es de ella que obtendremos los modos para hacerlo. Si algo ha de corregirse y enmendarse, si hay necesidad de exhortación o de consolación, en las Escrituras aprenderemos lo necesario. En ellas se encuentran los pastos verdes del alma; en ella no hay carne venenosa ni nada insalubre; ella es el alimento puro y delicioso. El ignorante encontrará en ella lo que ha de aprender. El pecador perverso encontrará allí su condenación, que le hará temblar de temor. Quien se esfuerce por servir a Dios encontrará allí su gloria y las promesas de vida eterna, que le exhortan a continuar más diligentemente en su labor (15)

Cranmer en el Libro de Oración Común (L.O.C) publicado en 1549 plasma ese retorno a la pureza del evangelio en el que está pensando más allá de los momentos políticos que su nación está afrontando, el retorno a las raíces de la Iglesia no le hace o permite perder su identidad litúrgica distanciándose así de la reforma del Continente y conservando en su reflexión el Ministerio Ordenado casi que extinto por reformadores como Lutero y Calvino. El mérito de este hombre fue sin duda el poder conciliar la necesidad de retomar la fuente congruente de la catolicidad sin perder sus signos tanto locales como universales. La presencia del Espíritu Santo no se pierde, por el contrario, se renueva en la visión eclesial que sigue a su aparición en el seno del anglicanismo, una vez más repetimos, los signos locales de comunión son signo del Espíritu en Pentecostés (16). Para contextualizar y problematizar en nuestro presente el pensamiento anglicano basta con afirmar que la postura de sus teólogos antes del Movimiento de  Oxford  estaba marcado por una especie de imposibilidad dialéctica de conocer más allá del misterio revelado, esta postura todavía nos acompaña en el misterio de la santa Eucaristía y que nos deja ver como el misterio se hace virtualmente incognoscible que es una propiedad ajena a la capacidad racional del ser humano, lo Supra toma el lugar de la relación espiritual palpable y para subsanar la cuestión ampliamos el espectro de los signos de comunión desbloqueando el acceso de los laicos a la liturgia.

Problematizar la visión de Cranmer permite discutir en una postura de apertura la significación de la realidad en el misterio eucarístico como tal y evitar su trivialización, en nuestro ensayo sobre Introducción al ciclo de teólogos y filósofos anglicanos publicado en nuestro Blog cristoeseltema.blogspot.com en 2014, quiero citar textualmente uno de los problemas presentados en la teoría del conocimiento propuesta por el Escocés David Hume que ilustra la presente reflexión:



La Evidencia Sensible de características Directas, se opone a la Transubstanciación, por carecer esta de Evidencia Sensible al respecto. Hablando sobre la Eucaristía.

Tal postura retrata lo anterior en clara referencia nuestro amigo Cranmer. Las verdades fundamentales de la Religión, eran esencialmente misteriosas, incapaces de ser descubiertas por la razón natural y nuestro único medio de acceso a ellas es la Revelación de Dios. Era común la siguiente afirmación entre los Teólogos Anglicanos de esta época “Los milagros prueba de la naturaleza Divina de la revelación y a su vez de la confiabilidad del testimonio Escrito e histórico”. La obra del Espíritu Santo se percibe desde la concepción eclesial que nos habla de la confiabilidad del Texto Sagrado de Tradición, tal confiabilidad es fruto de la certeza que el Espíritu de Dios por Inhabitación le confiere al bautizado, nuestra relación con la revelación escrita carecería de sentido sino es por medio de la experiencia de nuestra propia creencia, Cranmer es un hombre de Fe y quiere que la Iglesia retome la tradición más auténtica.

Entrando ya en el terreno de la especulación solo agregaremos que la Iglesia es así gracias a su trabajo litúrgico y que muy seguramente si lo interpretamos en su contexto tendremos argumentos para asumir su cosmovisión, más aun, encontramos algunas fisuras en su relación con la Tradición eclesial algo que pretendió sanar el propio Hooker remitiéndose al contexto de la teología Escolástica y las escuelas de aquella época. Nosotros tenemos aún más fuentes de criterio y es importante tener presente que la tradición es sin duda un fundamento de nuestra eclesialidad. La visión histórica de Cranmer hoy es alimentada y puesta en escena bajo los presupuestos de la teología que retoma sus fuentes. Nosotros estamos llamados a trabajar para fortalecer las debilidades de la dialéctica teológica anterior a nosotros… Hoy se instruye al creyente sobre la raíz de su propia reflexión y sobre cada uno de los elementos que constituyen estructuralmente nuestro ETHOS TEOLÓGICO el porqué de nuestras acciones se refleja en la tradición que nos asiste desde hace muchos años. Estos grandes hombres y mujeres elaboraron su reflexión bajo el único fundamento posible su amor por Cristo y su Iglesia, ellos reflejan una eclesiología dinámica y dispuesta a enfrentar los cambios de los tiempos (17).

El 10 de enero de 1645William Laud, el arzobispo de Canterbury (nacido el 7 de octubre de 1573, Reading, Berkshire, Inglaterra, murió el 10 de enero de 1645), Londres fue decapitado en Tower Hill en Londres, Inglaterra. Había sido una figura controvertida durante muchos años; un partidario de Carlos I y defensor de detener la reforma puritana de la iglesia, se encontró en el lado equivocado de la historia durante la guerra civil. Por otra parte, los católicos romanos no cesaron en luchar por conservar esta Iglesia aliada a Roma. La última ofensiva se lanzó con el papa Pío V, quien no cesó de humillar y atacar a la reina Isabel. En l570 el papa cometió el error de promulgar la bula Regnans in excelsis (Pio V) por la cual se obligaba a los ciudadanos británicos a desobedecer a la reina bajo pena de excomunión. Naturalmente, quienes habían vivido una vida entre dos luces ahora se veían obligados a obedecer al papa y ser considerados como traidores, o a obedecer a la reina y ser excomulgados. Con esta bula se rompen definitivamente los lazos entre Roma e Inglaterra. Este contexto nos sirve para explicar la postura de Laud que buscaba generar fidelidad a los obispos y al L.O.C de su época, cosa que no entraba en la perspectiva teológica de los calvinistas y los puritanos. Su pensamiento se inclinaba a ver la Iglesia inglesa como “católica reformada” se identificó demasiado con Carlos I el Rey depuesto lo que sin duda lo llevó al, cadalso. Es interesante su actitud pero durante su arzobispado la Iglesia de Inglaterra no discutió razones teológicas más allá que la promulgación de ideas sobre su catolicidad defendida de los ataques protestantes del momento y las practicas litúrgicas que hoy vivimos algunas de ellas se gestaron en su época como para citar una: Inclinarnos al pronunciar el nombre del Señor o separar el comulgatorio del resto de la asamblea como aquí en Dominicana lo conservan algunas iglesias como San Esteban en San Pedro de Macorís. El puritanismo en ningún momento le interesaba conservar las tradiciones católicas que hoy vivimos. Para continuar nuestra investigación es bueno citar a los teólogos de su época inmediata, nos referimos a los Carolinos, quienes escribieron durante los reinados de Carlos I y Carlos II.

John Jewel (1522-1571)
En defensa de la Iglesia Anglicana (su obra fundamental) … En el caso de Jewel, su amor por la Iglesia Anglicana y las Sagradas Escrituras le movían a instar por la formación del bautizado quien según su mentalidad debía conocer plenamente la verdad revelada y hacerla parte viva de su experiencia cristiana.
Richard Hooker (1554-1600)
De las leyes de la política eclesiástica (su principal obra) … Su amor por la Iglesia y por conservar la tradición recibida de la Iglesia universal y su catolicidad le lleva a escudriñar las obras de los PP. de la Iglesia y especialmente la Escolástica, considera al Rey como autoridad, pero no así como la cabeza de la Iglesia en su connotación espiritual y salvífica.
Lancelot Andrewes (1555-1626),
Su obra como catequista fue importante y particularmente su habilidad en la predicación de los cuales se imprimieron más de 90 sermones. Su postura teológica es similar a los anteriores.
George Herbert (1593-1633)
Escritor y poeta sobresale por su poesía metafísica, es decir, aquella en cuyos contenidos aflora la reflexión propia de la existencia y su razón de ser. De profunda obediencia a la Iglesia y su disciplina eclesial en la liturgia.
John Cosin (1594-1672)
Trabajó incansablemente por la Liturgia de la Iglesia y su aporte fue significativo en la confección de devocionales y oraciones diarias para feligreses, en la Conferencia de Saboya en 1661 buscó ampliamente la reconciliación con los presbiterianos, en su teología veía la posibilidad de segundas nupcias especialmente para las “víctimas del adulterio”.  
Jeremy Taylor (1613-1667)
(Amigo de Laúd) defendió la institución episcopal y su autoridad como jurisdicción, su vida no fue nada fácil, sino el de mayores dificultades de su generación. Escribió devocionales que y todavía hoy los más devotos en Inglaterra poseen de su inspiración.
Nicholas Ferrar (1593-1637
Diacono cuya conmemoración la tenemos registrada en nuestro L.O.C para el 1 de diciembre. De profunda oración y servicio en la Caridad como Diacono que vive en Cristo su Diaconía y ministerio, fiel a la Iglesia como Madre espiritual y a la autoridad de la Iglesia, fue un hombre que vivió en su época y compartió su profundo testimonio de Cristo Resucitado (18).

Estos teológicos sobresalieron por su defensa de la tradición naciente anglicana y la lucha contra todo extremismo por parte de reformadores continentales y desde luego también del pensamiento de algunos católicos romanos. El volver a las fuentes fue también su bandera reflexiva y teológica, ellos vivieron en si una especie de meta-comunicación teológica, que les permitió compartir su pensamiento, el mismo al que siglos después el catolicismo romano volvería sus ojos con el deseo de retomar el camino del cristianismo primitivo (me refiero a Vaticano II) que brilló por su simpleza y solidaridad (19). El pensamiento de estos grandes teólogos anglicanos se desarrolló en momentos en los que existía la necesidad de afirmar la certeza eclesial sobre su praxis histórica y la relación salvífica de nuestra liturgia, teología, espiritualidad y vida sacramental, al unísono aquellos hombres lucharon denodadamente por afirmar la catolicidad reformada en todas las acciones de la Iglesia de su época. Lucharon contra el fanatismo religioso, afirmaron la importancia espiritual y teológica de la vida sacramental, defendieron su relación con la Gracia y la responsabilidad personal frente a los mismos, analicemos esta postura:

Las fórmulas ex operen operato / ex opere operantis sirvieron inicialmente para indicar en la crucifixión de Jesús el valor salvífico objetivo y la acción subjetiva de los verdugos. Luego pasaron a la teología de los sacramentos para señalar su eficacia. Ex opere operato indica el modo objetivo de obrar en los sacramentos: infunden la gracia en el sujeto «en virtud de la acción sacramental cumplida debidamente, en virtud y por autorización divina. La fórmula se utilizó desde finales del siglo XII en contraste con la de ex opere operantis (en virtud del ministro o del sujeto agente, en virtud de su acción); así lo hizo en primer lugar Pedro de Poitiers (t 1205) para demostrar que el bautismo es válido independientemente de los méritos del ministro y del sujeto. Se quiere dar a entender de este modo que la acción sacramental es la única causa instrumental de la gracia. Por eso, la validez del sacramento no puede hacerse depender de la fe o de la santidad del ministro o del sujeto. Guillermo de Auxerre afirmó que los sacramentos veterotestamentarios tenían una eficacia ex opere operantis (o sea, en virtud de la actividad del sujeto que los recibía), mientras que los sacramentos neo testamentarios son eficaces por el hecho mismo de poner objetivamente el sacramento (ex opere operato(19) …

La fuente citada arriba, es en síntesis la concepción sacramental de muchos de los “Carolinos”. El Espíritu Santo en su constante PENTECOSTÉS,  esto es visto por los  “Carolinos” como era observado en su época, ellos como era natural estaban cavilando entre las posturas de su época animadas fuertemente por el espíritu escolástico y los “residuos” de la Escuela Agustiniana al respecto, recordemos que Hooker como apologeta  se alimentó de esta doctrina Pneumatología,  por un lado esta Agustín de Hipona cuyo pensamiento es interpretado por  Anselmo de Canterbury (quien ocupó la cede más importante de Inglaterra) y  Tomás de Aquino  miremos la siguiente reflexión, que bien pudo nutrir en su época la postura de los teólogos anglicanos citados arriba, aunque especulamos y entramos en el terreno hipotético guiados por su amor a la Iglesia y la reforma que entendemos es fruto del Pentecostés particular. Si hay una presencia Eficiente del Espíritu Santo luego la Iglesia retoma el camino de su historia por esa presencia que guía y concede Gracia a las reflexiones de quienes buscaron defenderla en el suelo y cosmovisión inglesa y ahora universal. La catolicidad no fue defendida como pertenencia sustancial a Roma sino como don universal del Espíritu Santo, recordando Pentecostés y su mandato implícito a testimoniar al Resucitado. Somos fruto del Espíritu de Dios derramado sobre su Iglesia como fundador y enviado a la vez. Los teólogos del comienzo institucional de la Iglesia Anglicana buscaron con sus esfuerzos y defensa de la Fe al toque anglicano, demostrar que si era posible pensar en una Iglesia como Institución permanente y no solo sujeta a los devenires de la política de su época. Si bien políticamente no tenían otra alternativa que reconocer la autoridad del monarca inglés, también es muy cierto, que ellos al unísono declararon la suprema autoridad de Jesucristo como cabeza de la Iglesia. La modernidad dogmática (expresión para designar el pensamiento de su época) estaba gestando la Infalibilidad papal, que se concretizo gracias a la perdida de los estados pontificios en el siglo XIX, aunque no se admita como tal, lo cierto era la perdida sustancial de poder en Europa cuyo antecedente era Inglaterra como Madre que parió la Ilustración europea y con su “leche” alimentó el racionalismo y el empirismo particularmente. La institución romana   se vio enfrentada a un seguro ateísmo practico que les hizo replantear la figura papal y darles poder a sus definiciones en la Fe (Excathedra). Hooker (solo citando uno de ellos) desde la perspectiva de una Iglesia reformada por la presencia y el discernimiento del Espíritu Santo ve en su trabajo la principal función de defender a la madre Iglesia atomizada por bulas y decretos que solo dejaban claro un supuesto poder que abarcaba aun la condición social y cultural en Inglaterra. Ellos intuitivamente defienden a la Iglesia porque saben que es obra del Espíritu Santo y Sacramento de Salvación. UN PEQUEÑO PENTECOSTÉS SE DIO EN EL CORAZÓN DE ESTOS TEÓLOGOS.


En la teoría Trinitaria psicológica de Agustín el Espíritu es concebido por analogía con el amor de la voluntad. Ahora bien, el amor puede considerarse, bajo diversos aspectos, o bien como anterior, o bien como posterior al conocimiento. Es anterior en cuanto que es como el motor del dinamismo que impulsa al acto del conocimiento, uniendo la memoria al pensamiento y haciendo pasar de la una al otro. Es posterior en cuanto que su objeto ha de ser iluminado por la luz de la inteligencia. Esta ambigua postura del amor se refleja en una controversia del siglo XIII: Un maestro parisino enseña que el Espíritu, como lazo de unión entre el Padre y el Hijo, sólo procede del Padre y es lógicamente anterior al Hijo: es como intermediario en la generación del Hijo por el Padre, y por eso le asigna el segundo lugar en el orden de origen. Los teólogos de París en aquella ocasión no hicieron más que reafirmar el Filioque, diciendo que "incluso como vínculo de amor, el Espíritu procede de los dos. Pasando a Tomás, la cuestión se pone de la manera siguiente: cuando se dice que en Dios el Espíritu es amor, ¿de qué amor se trata? ¿De la amistad entre Padre e Hijo, como pensaba Agustín, o bien del amor con que Dios ama su propia bondad, como pensaba Anselmo? El P. Dondaine, que ha estudiado la cuestión, dice que en sus primeras obras Tomás piensa más bien en el amor mutuo de amistad entre Padre e Hijo: pero que en sus obras de madurez supone que el Espíritu es Dios en cuanto amado, lo cual presupone a Dios en cuanto conocido y expresado por su Verbo. Esta última concepción acentúa el hecho de que el Espíritu es tercera persona procedente de las otras dos, pero señala el paso de una concepción trinitaria más personalista -amor mutuo- a otra más ontológica -amor de sí- (20) … El termino amistad que emplea Agustín lo usa para manifestar el grado de perfección en las relaciones de la persona humana, es inexacto aplicarlo a las Personas Divinas. No hablamos de un estado emocional sino de su Esencia Divina.  

 La doctrina Trinitaria se explicita de múltiples formulas y concepciones teológicas, la tradición teológica nuestra considera la revelación desde la manifestación del Espíritu Santo y por ende todos los contenidos Escrituristicos aceptados son fruto de la presencia de la Tercera Persona de la SS. Trinidad, es pues, un principio de conformidad con la revelación y su fuente eterna. La espiritualización de    las Escrituras es fruto de la identidad eclesial que poseemos y no el azar de algunos teólogos, la revelación es obra exclusiva de Dios y se manifiesta en Dios Espíritu Santo. Es una vez más la Causa Eficiente de las Sagradas Escrituras, es el revelador por antonomasia de los misterios que nos conectan con el resucitado, esta Comunión eclesial es fruto vivo de un perenne Pentecostés. En cuanto a la apreciación histórica diremos que en las distintas épocas la revelación aterriza en la psique y el Ethos de los anglicanos que en la praxis eclesial dieron paso a una relación aterrizada y fundamental con el Espíritu Santo, los padres reformadores vivieron en su momento la necesidad de un diáfano discernimiento en la configuración de una Reforma que no perdiera el ser de nuestra catolicidad. La Reforma es fundamentalmente un discernimiento de la presencia del Espíritu Santo en la Iglesia y su necesaria re-objetivación en sus postulados.

 Aquellos hombres y muchos más de los mencionados vivieron en carne propia el anuncio de una idea cristiana que guardaba relación con su origen en la historia apostólica. Ellos no rechazaron a la Madre Iglesia sino a la institución romana por sus actuaciones al margen del evangelio y los fundamentos precisamente apostólicos. Recordemos que la Iglesia estaba involucrada en todo lo que acontecía con la sociedad y los conflictos gestados en esta en gran medida se dieron por motivaciones religiosas lo que implicaba una contradicción con la Paz recibida por el resucitado (Juan capítulo 20 versículo 22).  Este argumento hurgó la conciencia religiosa de quienes se motivaron por los acontecimientos en el reino de Inglaterra. La conciencia religiosa se conflictó precisamente con las acciones que desdibujaron el contenido evangélico y cambiaron las enseñanzas de las Escrituras por el poder y la injerencia en todas las latitudes. Vemos en ellos inspiración profunda de la Gracia que se manifiesta en la vida eclesial (21). Miremos una reflexión aportada por José Luis Aranguren sobre el origen de la reforma insular y que podemos emparentar con nuestra postura sobre la presencia del Espíritu Santo en este proceso.

¿Quién ha sido el Reformador inglés? ¿Enrique VIII? Salvo en lo que afecta a la supremacía pontifical, fue no sólo católico, sino hombre de alma medievalista: tal dicen los mismos anglicanos modernos. Su pública actividad religiosa comenzó con la Assertio Septem Sacramentorum, contra Lutero, opúsculo que le valió el título papal de Defensor Fidei, y terminó con los Seis Artículos, en los que daba fuerza de ley al dogma católico. ¿Eduardo VI? No fue él, sino sus ministros quienes dieron nuevo rumbo a la religión inglesa; pero sus extremismos no han prevalecido. ¿La Reina Isabel? Ella, efectivamente, encauzó el movimiento religioso, señaló una dirección alejada, por igual, del catolicismo romano y de la Reforma continental, trazó lo que se ha llamado una vía media (22).

La Iglesia Anglicana con su  contenido histórico se abrió a la realidad de la sociedad de su época y paulatinamente fue virando hacia la consolidación de la dignidad del creyente al punto de librarle de las ataduras con las que la desesperanza le sujetaba, mientras que en el catolicismo y su más aguda ortodoxia   se abrían aún más las “puertas del Hades” el anglicano las cerraba porque su postura era y es motivo de absoluta alegría, la esperanza cambio la dialéctica de la condenación eterna para recaer en la responsabilidad personal que también era en sí y para sí liberadora del peso de figuras que posteriormente fueron debatidas (Infierno, purgatorio, limbo). Hoy la teología les da la razón a estos hombres y mujeres de la Reforma Anglicana, cuando paulatinamente fueron desapareciendo tal concepción fatalista sobre la vida y su término material (23).

"Averigua cuánto te ha dado Dios y de eso toma lo que necesitas, el resto lo necesitan los demás" (Agustín de Hipona Padre de la Iglesia latina siglo V).

La presencia del Espíritu Santo en la vida de la Iglesia Anglicana se entiende desde la perspectiva de sus principios y bases de Comunión, así como su ministerio en las distintas latitudes donde la Comunión Anglicana hace presencia. Los motivos de su presencia en el mundo son variados pero todos ellos superando las dimensiones políticas, económicas e incluso militares son y serán fruto de la perenne presencia del Espíritu de Dios en su eterno Pentecostés. Ser parte de dicha manifestación constituye un eslabón clave en la afirmación de nuestra propia catolicidad. Más allá de sus orígenes políticos (como cualquier otra iglesia histórica) es relevante su vocación salvífica y ministerial de cara al pueblo de Dios. Nuestra Iglesia es fruto de esta presencia y parte viva de la cristiandad en su rol de vivir la catolicidad. La presencia de la Trinidad salvífica nos hace una “Iglesia Entera” es decir, parte de la Institución eclesial fundada por los apósteles. Aquella comprensión de la Persona y Obra del Espíritu Santo, que parte de la revelación divina grabada en las Escrituras, leída e interpretada en la óptica de la Hermenéutica reformada, teniendo como propósito la gloria de Dios y el avance de su reino en este mundo.” (24) tal afirmación nos deja la certeza de un fundamento de comunión que se hereda desde la perspectiva misma del Evangelio y sus contenidos traducidos en orientadores de vida o praxis social. La revelación del misterio salvífico produce el impacto necesario para ser difundido y la Iglesia Anglicana como parte viva de aquel Pentecostés que por extensión llegó a su ser católico y reformado puede asegurar la presencia del Espíritu Santo en todas sus intenciones salvíficas que a fin de cuentas son la base de todo ministerio. Nuestra relación con las enseñanzas apostólicas está latente y nuestro compromiso con la historia se ha vivido y alimentado desde siempre. No hay posibilidad de reusar la necesaria instrucción para facilitar la comprensión de la revelación en nuestras vidas. Como anglicanos vemos el signo de la revelación tanto en las Sagradas Escrituras como en los contenidos que la Tradición eclesial aportan a nuestro Corpus eclesial. Tal situación nos une en la dialéctica histórica de una doctrina que no es la misma, es parte viva de nuestro ser eclesial, no se trata de presentar las divergencias o similitudes sino las coordenadas de un ministerio que se vive intensamente y que históricamente también se constituye en nexo de comunión eclesial y vida espiritualizada de la Tercera Persona de la SS. Trinidad (2).  Pentecostés es el primer signo vivo de comunión.

MOVIMIENTO DE OXFORD.

Sol de mi ser, mi Salvador,
Contigo vivo sin temor;
No quieras esconder jamás
De mí la gloria de tu faz.        
Al sueño blando al entregar
Mi cuerpo para descansar,
Pensando en Ti recordaré
Dijiste: "Te protegeré".

Tu bendición al despertar
Dame, y que al transitar
Cual peregrino a tu mansión,
Alcance paz y salvación… (Sol de mi ser, por John Keble).  (25).
Desde la perspectiva de su aparición y cronología veamos un comentario sobre este movimiento en la vida de la Iglesia Anglicana: 

El Movimiento de Oxford, centrado en la ciudad universitaria inglesa de Oxford, tuvo una corta duración (1833-1845), pero habría de ser importante para la comunión anglicana e incluso para otras Iglesias. Fue en parte reacción frente al liberalismo dominante y en parte fruto del redescubrimiento de importantes elementos de la Iglesia primitiva. Fue más que un movimiento intelectual; se caracterizó por su pasión por la santidad y la verdad. En la secuencia de pronunciamientos sobre la actividad eclesial de Oxford (movimiento) es importante citar una vez más contenidos descriptivos que nos permitan iniciar esta reflexión bajo los parámetros de la percepción individual de tal movimiento: Los Tractarians afirmaban la independencia espiritual de la Iglesia de Inglaterra frente al liberalismo y el Estado. Trataban de eludir la Reforma indagando en los valores espirituales y teológicos de la Iglesia de los primeros siglos. Recuperaron para la Iglesia de Inglaterra una doctrina del ministerio que provocaría tensiones dentro de la Iglesia y en las relaciones ecuménicas con las Iglesias no episcopales. El movimiento fue atacado por el ala liberal de la universidad, por la prensa y por el gobierno, que nombró obispos de entre aquellos que se oponían a él (26).

PANORAMA SOCIO-CULTURAL DE INGLATERRA SIGLO XIX.

Sobre el Movimiento de Oxford, identificamos claramente que, en el mundo anglicano, hay una percepción de extremos, por un lado, quienes les consideran alejados de la tradición anglicana, incluso, de índole romanizante, y quienes consideran que sus esfuerzos fueron en el contexto de la crisis mundial y particularmente en Inglaterra por los modelos políticos, económicos y sociales imperantes décadas atrás con la invención de la era industrial. La pobreza contrastaba con los avances en la Industria inglesa, la cultura urbana desplazó del campo a sus habitantes y la mayor concentración de población se dio en las ciudades siendo ampliamente conocido el fenómeno de migración o desplazamiento interno (Londres- Liverpool-Manchester) Londres era la ciudad más poblada del mundo, ya para comienzos del siglo XX contaba con 6 millones de habitantes.

Clase baja- campesinos, criados, obreros industriales, mineros, artesanos y mendigos.   
Clase media- médicos, abogados, periodistas, profesores, curas, oficiales del ejército, funcionarios, campesinos acomodados y pequeños empresarios.
Clase alta- aristócratas, alto clero, banqueros, industriales, generales y comerciantes ricos. (27).

La moneda era la libra esterlina, que a mediados de siglo equivalía a unos 250 euros actuales. La libra se dividía en 20 chelines (un chelín = 12,5 euros actuales) y cada chelín en 12 peniques (un penique = 1 euro actual). Hasta 1850 se pagaba casi siempre con monedas, pero a partir de esa fecha los billetes se fueron haciendo cada vez más habituales. La gente de clase baja guardaba sus ahorros en casa, pero esto era peligroso, ya que les podían robar. Por eso escondían el dinero debajo de una baldosa, detrás de un ladrillo, dentro de un colchón o en un calcetín. La gente de clase media y alta tenía una parte del dinero en casa, pero otra parte la tenían en un banco, donde había más seguridad. Eso sólo lo podían hacer los que vivían en ciudades, ya que en los pueblos no había bancos. Además, los bancos a veces quebraban y entonces los que tenían ahorros allí se quedaban sin su dinero. Los bancos sólo prestaban dinero a la gente rica, al gobierno y a las empresas, por lo que muchos tenían que vender las joyas de la familia cuando necesitaban dinero. Otros recurrían a prestamistas, que te dejaban el dinero, pero con un interés muy alto. Y si no devolvías el dinero a tiempo se quedaban con tus tierras o con tu casa. La gente de clase baja comía sobre todo pan, patatas, sopa y legumbres (lentejas, garbanzos, alubias). La comida solían hacerla las mujeres de la casa, normalmente calentando una olla con leña. La carne era cara y se reservaba para ocasiones especiales. Pescado sólo se comía en localidades costeras, porque enseguida se estropeaba. Algo parecido sucedía con la leche, que sólo la tomaban los que tenían vacas u ovejas. En cuanto a las frutas y verduras, en Inglaterra se cultivaban pocas (sólo manzanas, peras, zanahorias, lechugas y coles) y esas eran las únicas que se consumían. Para beber tomaban agua o cerveza. Como comían pocas proteínas y pocas grasas, solían estar muy delgados y crecían poco. Y si se quedaban sin trabajo podían pasar varios días comiendo sólo una vez al día. No obstante, a partir de 1870 la mejora del transporte y la aparición de barcos frigoríficos permitieron que empezara a llegar carne y cereales de EE-UU.

En cuanto a la educación el 72% de la población sabía leer y escribir y en un porcentaje similar los niños estaban escolarizados.

El panorama descrito muy someramente dio origen o fue caldo de cultivo para manifestaciones desde la Fe y su concepción como es el caso del movimiento de Oxford, la condición social es uno de los factores detonantes de cualquier cambio a nivel antropológico. La Iglesia de Inglaterra no es la excepción a la norma, ella como Institución conectada con la Tradición y el presente o entorno somático. En la actualidad la mirada en retrospectiva no es solo una dialéctica que conecta el pasado con la realidad presente, es algo más profundo, se constituye en un vínculo relacional conceptual que ya por la cronología pasada se transforma en una realidad conocida y proyectada en el presente. Los eventos como este movimiento son en su naturaleza actualización formal de la realidad que abordaron. La situación social hacia replantear concepciones asociadas al bienestar y al cambio de hábitos, Inglaterra pasó dramáticamente de un estilo de vida rural a la vivencia de una y otra metrópoli con sus afanes y abusos de poder, los derechos de los nuevos trabajadores, de aquellos que dejaron la tierra y su conexión con la cosecha cambió totalmente. Ya estamos asumiendo categóricamente una nueva objetivación social y sobre todo una condición sociológica nueva y carente de justicia en sus inicios.

La Fe era también cuestionada por la inclusión de estos modelos distintos en el medio habitual inglés.  Londres era considerada la ciudad más contaminada del siglo XIX las enfermedades eran el pan de cada día, el sistema de salud era absolutamente inoperante y la proporción de habitantes por medico era muy parecida a la nuestra en algunas naciones de este hemisferio. Los anglicanos no solo buscaron respuesta en la dinámica social y política de su época, ya había conocimiento de la dinámica capitalista, ya el derecho de sangre solo estaba presente en la Monarquía. Los nuevos ricos dieron origen a una clase social nueva y radicalmente opuesta a los modelos obreros que ellos mismos impulsaron para amasar fortuna. Los deportes más populares en el mundo nacieron de esta situación de un gran interrogante de cómo ocupar el tiempo y entretener a la masa obrera en las grandes factorías. Por esta razón la liga de Fútbol más antigua en la FIFA es la Liga inglesa. La Iglesia Anglicana no tenía respuesta a estos cambios y su cosmovisión se enfrentaba como en Roma a los cambios dinámicos del mundo. El Racionalismo, el Marxismo, el Social-nacionalismo, el Ateísmo, el Laicismo, los fuertes movimientos obreros, el mapa europeo se alterará muy pronto, ya se estaba gestando la Primera guerra mundial (28).

La confrontación ideológica también tocó a la Iglesia y su casi nula respuesta, el mundo era otro y la Reforma inicial se mostraba corta y carece de conexiones con el mundo cada día más globalizado y “pequeño” gracias al comercio, Cuando se desarrollaron las máquinas de vapor, se trató de aplicarlas al ferrocarril. Los primeros intentos tuvieron lugar en Gran Bretaña; así, por ejemplo, Richard Trevithick construyó una locomotora en 1804, 22 años antes de la máquina de George Stephenson. Las comunicaciones ya eran cortas y el tiempo más productivo en términos económicos, en otro lado del mundo en EE-UU, el ferrocarril transformaría esta nación llevando vida y cultura moderna a tierras distantes de las grandes metrópolis. La realidad de este panorama es un poderoso motor en la conciencia religiosa de los padres de este movimiento (Oxford) Solo diremos que el amor de la santa Iglesia es el motor que mueve los corazones y voluntades de estos hombres y mujeres en la conquista de un panorama construido desde la perspectiva de la reflexión teológica. Oxford no es como suponen algunos un intento por romanizar la Iglesia Anglicana, es todo lo opuesto, desde luego esto no implica que las tesis puedan tener similitud sobre el paradigma conocido y tratado antes. En la primera parte del presente ensayo decíamos entre otras cosas, que los padres de la reforma en el siglo XVI no rechazaron el catolicismo de la Iglesia, sino que cuestionaron las prácticas usurpadoras del mensaje original, el Evangelio es el epicentro de todo proceso y cosmovisión y de esta manera era visto también por los padres de Oxford… Solo quien ama conoce y conociendo desea mejorar, es una yuxtaposición de la terminología Agustiniana (nadie ama lo que no conoce). La pureza significante del rito mueve su corazón por esta razón ellos buscaron en los PP. pre-nicenos los valores que afirmaron la vivencia sacramental, particularmente la Eucaristía y el Bautismo.


MOVIMIENTO DE OXFORD. CONCEPCIONES CRÍTICO/DIALÉCTICAS.


INTROSPECTIVA Y RETROSPECTIVA.


LA REFORMA DEL SIGLO XVI VISTA DESDE FUERA DE INGLATERRA.


Lord Chatham expresó esas anomalías en un Famoso epigrama "We have "a Popish Liturgy, Calvinistic articles, and an Arminian clergy." (Tenemos una liturgia papal, artículos calvinistas y clero arminiano) (Arminianismo es una doctrina teológica cristiana fundada por Jacobo Arminio en la Holanda de comienzos del siglo XVII, a partir de la impugnación del dogma calvinista de la doble predestinación. Sustenta la salvación en la cooperación del hombre con la gracia divina a través de la Fe) Las diferencias eran visibles desde el principio. “Es históricamente cierto”, dice J. A. Froude,” que Isabel y sus ministros dieron intencionadamente forma a las fórmulas de la Iglesia para facilitar que todos los que negaban alianza con el papa pudieran usarlas”. Cuando la armada fue dispersada y arruinada muchos de los seguidores de la vieja fe se conformaron y su ímpetu parece ser el responsable de que se formara el grupo High Anglican (Anglicano Alto) cuyo principal representante era Lancelot Andrews, obispo de Winchester (1555-1626). La escuela Anglo-católica fue mantenida por Laud y triunfó después de la Restauración. En 1662 expulsaron de la Iglesia a Baxter y a los Presbiterianos. Pero desde la revolución de 1688 fue declinando progresivamente. Los obispos que no juraron estaban totalmente en esta tradición que por extraños vericuetos fue trasmitida por su padre a John Keble y así a Hurrell Froude y Newman. Se ha dicho de Enrique, y es igualmente verdadero para Eduardo VI, que reclamó todo el poder de las llaves. Isabel, mientras que dejó el título de Cabeza y la administración de los ritos litúrgicos, sin embargo, retuvo y ejercitó la jurisdicción total sobre “todas las personas y causas” dentro del reino. Suprimió la antigua jerarquía “sin procedimiento alguno en ningún tribunal espiritual”, como observa Macaulay, y nombró una nueva. Ella le dio la vuelta al púlpito, soltó reprimendas a los obispos y hasta añadió por su propia autoridad legal defectos en el proceso de consagración episcopal. El mismo Libro de Oraciones era en sí un Acto del Parlamento.

“El tribunal supremo de apelaciones en las causas eclesiásticas, desde 1559 a 1832 fue creado por 25 Hen. VIII, c. 19, que concedió la apelación de los tribunales eclesiásticos al rey en Chancillería por falta de justicia” (Dodd, Hist. Canon Law, 232). Estos poderes eran ejercidos por el tribunal de delegados; en 1832 fueron transferidos a un comité judicial del consejo privado, cuyos miembros podían ser todos laicos y si eran obispos no estaban allí por su carácter episcopal sino como consejeros reales. Unos contrastes aclararán la cuestión. Lo constituyente de la Iglesia Católica es la jurisdicción universal del papa (ver concilio de Florencia; concilio Vaticano I). Pero la forma constituyente de la Iglesia de Inglaterra, tal como está establecido por el Parlamento, es la jurisdicción universal de la corona. En ambos casos, las decisiones del papa o de la corona no tienen apelación. Cuando Isabel rompió con los obispos católicos que no la reconocían como cabeza espiritual y cuando Guillermo III depuso a Sancroft y a sus sufragáneos que se negaron a pronunciar el juramento de lealtad, se hizo una prueba, dogmática en 1559, no menos en 1690, que demuestra que no hay causa de exención se puede aportar contra el rey cuando actúa como supremo gobernador de la Iglesia.

Esta es la doctrina llamada Erastiana, de Erasto, un teólogo suizo (1524-83), que negó al clero el poder de excomulgar. En Inglaterra los sucesos se habían precipitado antes de que Erastus publicara su filosofía. Políticos como Burghley y Walsingham actuaban sin teoría alguna, pero se inspiraban en Enrique VIII. La afirmación abstracta de una postura que identifica a la Iglesia con la nación y a los súbditos de ambos con el rey, se puede encontrar en Hooker "The Laws of Eclesiastical Polity" (1594-97). Lo mismo afirmaba vigorosamente Sewlden y los abogados en todo momento. Durante los años críticos del siglo diecinueve, Arnold, Stanley y Kingsley fueron los defensores más conocidos entre los clérigos. Stanley decía que la Iglesia de Inglaterra “es por la mismísima condición de su ser, ni Alta ni Baja, sino Ancha” ("Ed. Rev.", Julio, 1850).

De términos más bruscos, pero igualmente prácticos, los hombres decían “La Iglesia fue insertada en el Estado, y el Estado debería permanecer como Señor”. Así que ninguna regulación por parte de los obispos ni convocatorias han de ser tenidas en cuenta por parte de los anglicanos, laicos y clérigos, a no ser que implique, tácita o explícitamente, el consentimiento de la Corona y del Parlamento.


ANÁLISIS DEL TEXTO ARRIBA CITADO.


COSMOVISIÓN ANGLICANA.


El párrafo extenso que citamos corresponde al análisis de la realidad vista desde la postura contraria a su esencia, me refiero a la Institución romana, es interesante como la llamada injerencia natural de la monarquía y su gobernante de turno no fue desde sus inicios considerado siquiera como una debilidad de la Institución eclesial inglesa, hay una serie de elementos que podemos aportar para la reflexión presente y lo haremos de forma aleatoria como los proponemos a continuación:

1-Consideración: Los orígenes Identitativos de la Iglesia de Inglaterra o Anglicana como la conoce el mundo no están registrados estrictamente en la intervención de un Defensor del catolicismo romano como era Enrique VIII antes de este periodo existen relatos y tradiciones orales y posteriormente escritas que describen la misión de Agustín monje enviado junto con 40 compañeros a la tierra de los sajones, recordemos que los romanos fundaron Londres en el año 50 d.C le llamaron Londinium no perder de vista que el cristianismo usó convenientemente las rutas de este Imperio para  la misión evangelizadora, explicitamos una de esas leyendas: La Gran Bretaña, evangelizada desde los tiempos apostólicos (según la leyenda, el primer misionero que desembarcó en la isla fue José de Arimatea), había recaído en la idolatría después de la invasión de los sajones en el quinto y sexto siglo. Cuando el rey del Kent, Etelberto se casó con la princesa cristiana Berta, hija del rey de París, éste le pidió que fuera erigida una iglesia y que algunos sacerdotes cristianos celebraran allí los ritos sagrados. Cuando el Papa Gregorio Magno supo la noticia, juzgó que los tiempos estaban maduros para la evangelización de la isla. Le encomendó la misión al prior del monasterio benedictino de San Andrés, cuya principal cualidad no era la valentía, sino la humildad y la docilidad. Ese monje era Agustín. Lo interesante de estos relatos es que sus protagonistas como era el caso del mismo Agustín temían por la mala reputación de violentos y guerreros de este pueblo y aun así ninguno fue asesinado se presentó lo contrario. Suponemos, especulando que existía un conocimiento previo del Evangelio y porque históricamente sabemos que el Evangelio llegó hasta los confines del Imperio romano ya que muchos de sus legionarios eran bautizados. El propio Agustín llega pasados 150 años de Constantino y su edicto.

Pelagio monje británico que vivió 100 años antes de la llegada de Agustín a Canterbury. Britania, h. 360 – Alejandría 422) Monje de origen británico. Hacia el año 380 llegó a Roma, donde profesó junto a sus discípulos un riguroso ascetismo, y criticó severamente el laxismo moral imperante en la ciudad. Su doctrina, conocida como pelagianismo, afirmaba la excelencia de la creación y del libre albedrío, en detrimento del pecado original y de la Gracia, por lo que el Hiponense se opuso públicamente a las enseñanzas de Pelagio (condenado en el Concilio de Éfeso 431). Si la Iglesia universal condenaba los errores de Pelagio y este provenía de suelo inglés, que tipo de interpretación distinta puede surgir al respecto, la vida de Pelagio es tomada como argumento de la existencia del cristianismo y toda la organización de una Iglesia ya establecida. Pelagio facilitó toda la discusión de la Iglesia en cabeza del Hiponense sobre la Gracia en la vida del creyente. De estas cuestiones podemos rebatir la teoría romana de la llegada del cristianismo solo por mano de Agustín enviado por el papa Gregorio Magno. No desconocemos que la Iglesia tenía sus dificultades y producto de ello es Pelagio, pero existía ya la raíz apostólica en suelo inglés y eso no está sujeto a la voluntad romana o a la institución del papado. El problema de Agustín de Canterbury fue su voluntad de ser la cabeza de la Iglesia en tierra sajona a la usanza romana en otras latitudes.

2- Consideración:   La injerencia de la corona inglesa en asuntos religiosos tenía un parangón y era precisamente la autoridad del gobernante en asuntos de política o estado, cuyas actuaciones y veredictos no tenían apelación.  Recordemos que los príncipes alemanes protegieron a Lutero de la persecución papal y que Inglaterra había sido agredida con una bula proclamada por Pio V que instaba a desobedecer a la reina para acoger la autoridad del romano Pontífice. No podemos olvidar que antes hay otro antecedente y es algunos concilios y sínodos que se llevaron a cabo por voluntad y mandato de algún Rey por encima de Roma. El Segundo Concilio de Nicea (787) fue convocado por el emperador Constantino VI y su madre Irene, bajo el Papa Adriano I, también de la misma injerencia de Constantino y siglos después de Carlo Magno (siglo IX) en la vida de la Iglesia. Ese derecho argumentado por Enrique VIII fue la excusa para definirlo como el fundador de la Iglesia de Inglaterra, no podemos olvidar por un momento, que una Iglesia histórica no es fruto de la voluntad de un fundador distinto a la tradición apostólica como sucedió en Inglaterra con la llegada del cristianismo primitivo. La intervención histórica del papa en asuntos políticos es conocida bajo la supremacía de ser llamado El Cristianismo gestado como una religión de penuria y de escatología, se transformó luego en una religión de crecimiento durante el período carolingio, alcanzando finalmente sus límites geográficos en África y Asia, fraccionándose en los siglos XV- XVI. El mayor éxito obtenido por el catolicismo es su imposición de una forma política, de donde se deriva la instalación de representaciones colectivas con una visión "totalitaria" del mundo, incluyendo hábilmente todos los aspectos de la vida y la muerte, el trabajo, el descanso, vida cotidiana, la fiesta, la alegría y el dolor. El tiempo de la Iglesia llenaba todo durante el Medioevo, controlaba el mundo espiritual, estipulando lo pensado y lo impensable; a su vez, los clérigos asegurarían su éxito, como contrapartida, profesando la pobreza como forma de ascenso celestial. El poder eclesiástico superó las divisiones entre monjes y clérigos, éstos se constituyeron en el orden principal de la sociedad tripartita del siglo XI: oradores, bellatores, laboratores, configurando su lineamiento dentro de la sociedad para la cual se instituía la Iglesia como el principal ordenador.

El movimiento de las ideas gestado durante este período medieval produjo un impacto sobre el pensamiento político de la modernidad, con dos teorías de gobierno: la ascendente, heredada de los germanos y la descendente, donde el poder emanaba de un ser supremo. Ambos planteamientos entraron en conflicto durante esta etapa y marcaron el desarrollo, evolución política y elaboración de la transferencia del poder de Dios al emperador como su representante, imponiéndose de este modo la teoría descendente. El impacto del papado y de las monarquías fue  contundente al punto de abrir o cerrar las puertas del Reino según la voluntad y necesidad temporal de estos poderes, entonces según esa tesis, como vienen ahora a decir que la Corona inglesa es la absoluta cabeza de un  imperio trascendente que no tiene su realización en esta realidad o qué tipo de metafísica contiene tal declaración que supone solo la injerencia temporal en Inglaterra y la desconoce para  el continente y las  sucesivas misiones avaladas por Roma. Miremos un ejemplo de aval tácito del papado: El Tratado de Tordesillas tuvo como antecedente al Tratado de Alcáçovas firmado el 4 de septiembre de 1749 entre los reyes Isabel de Castilla y Fernando de Aragón y el rey Alfonso V de Portugal por el cual se selló la paz que puso fin a la guerra de Sucesión Castellana. Además de servir para formalizar el fin de la beligerancia, el pacto contenía otras cláusulas concernientes a la política de proyección exterior, en un momento en que castellanos y portugueses competían por el dominio del océano Atlántico y de las costas de África. A través del reparto de este tratado la Corona de Castilla recibió las islas Canarias mientras que el Reino de Portugal obtuvo el reconocimiento de su dominio sobre las islas de Madeira, Azores y Cabo Verde, y sobre Guinea y en general sobre la costa africana todo lo que es hallado se hallare, conquistase o descubriere en los dichos términos, allende de que es hallado ocupado o descubierto. A menos de un año del primer viaje de Cristóbal Colón, el Papa Alejandro VI, en su famosa bula del 4 de mayo de 1493, dividió el Nuevo Mundo a conquistar solo entre España y Portugal, sentando un privilegio objetado por otras potencias europeas. Fijó una línea de norte a sur -a unos 424 kilómetros al oeste de las Islas Azores-, al occidente de la cual exploraría España y al oriente Portugal; por reclamo de los portugueses finalmente se situó el trazado a 1 568 kilómetros al este de las islas de Cabo Verde. A España correspondió todo el territorio llamado después América -norte, centro caribe y sur-, menos una franja del actual Brasil que tocó a Portugal, la cual amplió durante la conquista hasta abarcar un amplio territorio. El reparto hispano-portugués fue confirmado por el Tratado de Tordesillas, el 7 de julio de 1494. Para concluir esta segunda consideración dejamos otra “píldora” histórica para compartir sobre la injerencia histórica de los poderes civil y religioso.

“Todo poder viene de Dios; los que existen han sido reglamentados por Dios mismo: resistirlos es alterar el orden que Dios ha establecido y quienes sean culpables de esa resistencia se condenan a sí mismos al castigo eterno”. (Pío VI, Quod Ali quantum, 1789- León XIII, Inmortale Dei, 1885 y Rerum novarum, 1891; Pío XI, Cuadragésimo anno, 1931.

3- Consideración: El L.O.C (año 1549) reúne la concepción de una liturgia y su catolicidad conciliadora con los distintos sentires y movimientos eclesiales de su época y contexto. Cranmer con total dedicación y solicito cuidado, prevé precisamente la convergencia histórica de la Iglesia bajo su figura inglesa y su relación mistagógica con la catolicidad de la cual esta nació en tiempos apostólicos. Los defectos en su forma litúrgica “vistos” posiblemente por Roma están limitados a la injerencia papal y su autoridad, la materia, forma y ministros de la Ordenación y Consagración Episcopal no entra aquí en discusión, cada una de sus líneas esta sabiamente alimentada por el Rito Sarum o Salisbury cuya historia consignamos como recurso de esta reflexión histórico/critica.

 En 1078, Guillermo de Normandía nombró a Osmund, un noble normando, como obispo de Salisbury el nombre del período del sitio cuyas ruinas ahora se conocen como el Viejo Sarum. Como obispo, Osmund inició algunas revisiones del rito celta-anglosajón existente y las adaptaciones locales del rito romano, recurriendo a las tradiciones tanto normanda como anglosajona. Los liturgistas del siglo XIX teorizaron que la liturgia y las prácticas de Rouen en el norte de Francia inspiraron los libros litúrgicos de Sarum. Los normandos habían depuesto la mayor parte del episcopado anglosajón, reemplazándolos con obispos normandos, de los cuales Osmund era uno. Dadas las similitudes entre la liturgia en Rouen y la de Sarum, parece que los normandos también importaron sus libros litúrgicos franceses. Esta conjetura se acerca a la certeza cuando se descubre que el uso de Rouen y el de Sarum eran casi idéntico en el siglo XI. Una curiosa e interesante ilustración de esto se encontrará en un extracto de un manuscrito de Rouen, supuestamente de 650 años de antigüedad... El Rouen Pontifical, de aproximadamente 1007 d. C., citado en la misma obra, muestra una afinidad similar a la de Sarum y Exeter en días posteriores. Las revisiones durante el episcopado de Osmund dieron como resultado la compilación de un nuevo misal, breviario y otros manuales litúrgicos, que se utilizaron en todo el sur de Inglaterra, Gales y partes de Irlanda.

Algunas diócesis emitieron sus propios misales, inspirados en el rito de Sarum, pero con sus propias oraciones particulares y ceremonias. Algunos de estos son tan diferentes que han sido identificados como liturgias efectivamente distintas, como las de Hereford, York, Bangor y Aberdeen. Otros misales como los de la Catedral de Lincoln o la Abadía de Westminster se basaban más evidentemente en el rito de Sarum y variaban solo en detalles. Los historiadores litúrgicos creen que el rito de Sarum tuvo una clara influencia sobre otros usos del rito romano. Inglaterra, como el rito Nidaros en Noruega y el Rito Braga en Portugal cuando la Iglesia de Inglaterra se separó de la Iglesia Católica en la década de 1530, al principio retuvo el rito Sarum, con modificaciones graduales. Bajo Eduardo VI, la presión protestante por el culto público en inglés resultó en su reemplazo por versiones sucesivas del Libro de Oración Común en 1549 y 1552. Mary I restauró el rito de Sarum en 1553 y lo promulgó en toda Inglaterra, pero finalmente fue abolido por Elizabeth en 1559. La tradición seguida por Cranmer es injusta ubicarla bajo las “alas” del capricho y desconocer de esta forma su contenido histórico fiel a la Madre Iglesia y bajo las características propias de la cultura sajona. La Intencionalidad en mi opinión personal está a salvo y se constituye en la metafísica del L.O.C. porque supera su época y se constituye en un fundamento litúrgico que expresa por Fe la cosmovisión mistagógica de la Iglesia, hoy Comunión Anglicana, Una, Santa, católica y Apostólica, cuya Señor, Esposo y Cabeza es Cristo.  El Rito Sarum   es expresión de la Adoración medieval y cuya presencia está viva en cada línea trazada por Cranmer. El ministerio ordenado retomó el empeño inicial y siempre se ha mantenido en el contexto y vocación de la universalidad de Cristo, esta Comunión de Iglesias no ordena para el “pequeño mundo” de alguien, sino que lo hace en la Gracia de la universalidad de la misión apostólica conferida por el propio Señor Resucitado. Nuestro sacerdocio no es propiedad exclusiva, es una gratuidad de Cristo nuestro Sumo y Eterno Sacerdote y la Iglesia es su portadora y el depósito de su Voluntad salvífica.


MOVIMIENTO DE OXFORD.


REALIDAD SOCIO-CULTURAL DONDE SE GESTÓ ESTE MOVIMIENTO.


 Para Hobsbawm   Durante el siglo XIX Gran Bretaña representaba la única potencia mundial reconocida. La economía industrial británica creció a partir del comercio, especialmente del comercio con el mundo subdesarrollado al que pertenecían gran parte de sus colonias. Su gran Imperio se expandió a lo largo del siglo, manteniendo su peculiar modelo: el comercio y el transporte marítimo mantenían la balanza de pagos británica y el intercambio de materias primas ultramarinas para las industrias británicas eran la base de la economía internacional de Gran Bretaña.  La prosperidad, el optimismo y la respetabilidad se materializaron en las dos grandes Exposiciones Universales celebradas en Londres en 1851 y 1862. De este modo, hacia 1870 la economía británica era la más floreciente del planeta, con casi la cuarta parte de la producción manufacturada y del comercio internacional, siendo Londres su sede mundial. Por su parte Nadales Ruíz (8) apunta que la reina Victoria fue la primera reina únicamente británica. Es decir, con ella terminó el periodo de mezcla de monarquía extranjera, ya que la casa de Hannover había reinado tanto en Gran Bretaña como en Alemania hasta ese momento. La ley Sálica (tiene su origen en la tribu de los francos salios, antiguos reyes francos. En virtud de ésta se reconocía un papel preponderante del jefe de guerreros en la sucesión al trono) existente en el país germano impedía que Victoria pudiese reinar allí y por lo tanto únicamente se debía a Gran Bretaña. Los británicos adoraron a su reina, quien consiguió devolver el prestigio perdido a la monarquía, nos aventuramos a conjeturar que el hecho de no tener que compartirla con ninguna otra nación pudo tener cierta influencia.

Según Hobsbawm, la conclusión más extendida es que los capitalistas británicos aspiraban a formar parte del estrato superior de la sociedad británica, los respetados gentleman, y una vez conseguido esto ya no deseaba luchar más. En efecto, los rasgos del carácter inglés gozan de gran importancia. Las consecuencias de su antipatía por el cambio se empezaron a notar ya a partir de1890 con el despunte de las economías alemana y norteamericana. La Fisiocracia en oposición al mercantilismo, la riqueza de una nación procedía de su capacidad de producción y no de las riquezas acumuladas por el comercio internacional. Y consideraban que la única actividad generadora de riqueza para las naciones era la agricultura. Se reducía la Plusvalía a un producto neto cuando este provenía de la naturaleza. El avance de la nueva clase económica imperante animada por el Liberalismo y la industrialización desencadena una crisis de la cual la Iglesia de Inglaterra se cuenta entre una de sus víctimas, recordemos que ellos durante la época Feudal acumularon grandes riquezas que ya no eran tan rentables como las nacientes factorías en las grandes ciudades.  Los fisiócratas dieron comienzo al análisis científico del capital fijo y del capital circulante mediante su doctrina de los anticipos iniciales y anuales. Fueron los primeros, en la historia de las ideas económicas, que intentaron analizar las leyes de la producción y de la distribución del producto social global bajo el Capitalismo… El Partido Liberal del Reino Unido es un partido político actualmente desaparecido que existió durante los siglos XIX y XX. Desde su nacimiento fue uno de los principales partidos de Gran Bretaña, junto con el conservador. Su apogeo se dio entre los años sesenta del siglo XIX, tras ser fundado por Lord Palmerston, hasta los años veinte del siglo pasado, cuando sufrieron varios reveses electorales que los situaron por debajo de los otros dos grandes partidos. A partir de entonces fue la tercera fuerza electoral, con un porcentaje de votos muy variable. En 1988 el partido se fusionó con el Partido Social Demócrata. La injerencia del Liberalismo se sintió en la libertad de poder expresar la Fe personal y colectiva fuera de los modelos conocidos en Inglaterra.  La preocupación principal del movimiento (Oxford) se centró en la presencia en el gobierno inglés de liberales de fundamentación (filosofía) no podemos desconocer que la presencia del Liberalismo y el Nacionalismo fueron los motores que impulsaron la Revolución Industrial haciendo de Inglaterra la primera potencia económica del siglo XIX y una de las principales durante el siglo pasado y el presente. El liberalismo político y el nacionalismo reaccionan contra los principios absolutistas de la Restauración. Por un lado, la burguesía, grupo social en expansión, no está dispuesta a renunciar al poder político. Por otro, la Revolución Francesa y el Imperio napoleónico despertaron la conciencia nacionalista de algunos estados europeos que tampoco están dispuestos a acatar la artificialidad de las fronteras políticas impuestas por el Congreso de Viena. Así, el liberalismo político y el nacionalismo se exacerban a partir de este Congreso, y unas veces unidos y otros separados, abrirán una etapa revolucionaria en Europa a partir de 1820 que se enfrentará a los principios de la Restauración.

Liberalismo económico: descansa sobre dos principios básicos, riqueza y propiedad y se convierte en el fundamento doctrinal del capitalismo.
Liberalismo político: se opone al absolutismo y al despotismo ilustrado; se convierte en el fundamento doctrinal del gobierno representativo y de la democracia parlamentaria
Liberalismo intelectual: caracterizado por un espíritu de tolerancia y conciliación, aunque éste no será exclusivo de los liberales. En el siglo XIX, pues, el liberalismo se presenta diverso, según las tendencias, los países y los períodos

LIBERALISMO DOCTRINARIO O MODERADO------ LIBERALISMO DEMOCRÁTICO O PROGRESISTA Sufragio censitario Sufragio universal masculino Soberanía nacional Soberanía popular Monarquía Constitucional (superioridad del rey sobre el Parlamento) Monarquía Constitucional (superioridad del Parlamento sobre el Rey) República. El Liberalismo como disposición amplia en la generación de las conciencias sobre los Derechos y Deberes del ciudadano choca frontalmente con los discursos absolutistas y la inclusión de la Iglesia en todas las facetas de la vida inglesa. También hay un choque con los católicos romanos ingleses al ver la posición gobiernista de unos y la pérdida de poder de otros, existe también un tercer factor de índole externo y son las relaciones políticas inglesas y la injerencia del papado que para la fecha del año 1891 promulgó una bula llamada Rerum novarum que traduce “Cosas Nuevas” que recogería la impresión romana sobre estos procesos de industrialización en Inglaterra y el continente europeo particularmente. El Movimiento de Oxford buscó una aproximación de índole espiritual antes que rebatir la cosa económica de su tiempo, se mantuvo al margen de esta realidad.

TRACTARIANISMO.

La realidad que se construye a partir de este Movimiento y antes su móvil por el cual actuaba y se convocó así mismo es bien particular, es un mito suponer que la idea de estos padres reformadores (podemos emplear el termino) era romanizar la Iglesia Anglicana, más bien y ateniéndonos a la historia de este periodo en  Inglaterra la cuestión giraba en orden a la necesidad de que el Estado ingles contara con la Iglesia en sus decisiones y no dejarla al margen de los asuntos que ella manejaba y en los que se esperaba su injerencia. El avance de la política Liberal estaba centrando en la autoridad del Estado. John Keble predicó un sermón titulado “Apostasía Nacional” el 14 de Julio de 1833. Había exactamente 90 tratados, la mayoría escritos por Newman, cuyo argumento general era que la verdad de las doctrinas de la Iglesia de Inglaterra descansaba sobre la posición moderna de la Iglesia como descendiente directa de la Iglesia establecida por los apóstoles. Obviamente, tal argumento era una respuesta conservadora a los varios desafíos contemporáneos a la autoridad de la religión en general, al cristianismo en particular, y específicamente, al anglicanismo y al catolicismo, alimentado por la misma necesidad de seguridad que el renacimiento evangélico (Evangelical).

Desde el siglo XVI, la Iglesia de Inglaterra se había enorgullecido de ser la vía media o término medio, entre el catolicismo romano y el protestantismo más radical. Los Tractarianos, buscaban insistentemente los puntos convergentes entre la Iglesia de Inglaterra y el catolicismo romano lo que no implica que estuvieran plenamente identificados con la totalidad de la doctrina de la Iglesia Universal (postura romana). La Vía Media, aún más enriquecida en nuestra época se convierte en la fundamentación de tales reflexiones. El movimiento de los Tractarianos no fue una reacción momentánea contra la legislación eclesiástica de un parlamento dedicado a la reforma, ni un intento de adaptar los hechos de la historia a una teoría particular de la Iglesia. Era, más bien, una afirmación de la necesidad de la vida sobrenatural en los miembros de la Iglesia y el carácter divino de su jerarquía y autoridad frente al liberalismo y naturalismo de los racionalistas.

El Movimiento de Oxford añadió una opción conservadora a la atmósfera caldeada del debate religioso victoriano. Los victorianos que aborrecían el ateísmo de los utilitaristas y el agnosticismo de los científicos, se quedaron desconcertados ante el entusiasmo de los evangélicos, y encontraron que la Iglesia extensa era demasiado latitudinaria para que ningún significado pudiera imprimirse en su doctrina, no pudiendo aceptar la conversión a Roma. En suma, encontraban que los anglicanos de la Iglesia alta eran la solución conservadora perfecta. La odisea del movimiento de Oxford fue una búsqueda para descubrir la fuente y la localización actual de la sucesión apostólica, del corpus de la doctrina cristiana y los sacramentos. Era una búsqueda que conducía a sus protagonistas hacia distintos destinos. Sin embargo, durante la mayor parte del movimiento estaban todos de acuerdo en que la verdad no podía encontrarse en Roma, que según ellos había ampliado la verdad, ni en el protestantismo, que la había reducido; ni tampoco en el anglicanismo, que había abusado de la misma. Así Newman siempre consideró el anti romanismo como el tercer principio del movimiento. En alguna parte del anglicanismo la verdad seguramente habría sido conservada; precisamente el objetivo de su investigación teológica era descubrir la base verdadera de la Iglesia Apostólica en el anglicanismo.

Los genuinos anglicanos identificaban la Iglesia Católica de una vez por todas con el cuerpo local del que eran miembros, e interpretaban los fenómenos de la cristiandad medieval o reformada bajo esta luz: eran ingleses primero y católicos después. Pero Newman no era así. Nos dice” sentía afecto por mi propia Iglesia, pero no ternura…Si el Liberalismo llegara a poner un pie dentro de ella, estaba seguro vencería. Yo veía que los principios de la Reforma eran incapaces de rescatarla. Pero respecto a abandonarla, la idea nunca pasó por mi imaginación; sin embargo, siempre tuve ante mí que había algo más grande que la Iglesia Establecida y que eso era la Iglesia Católica y Apostólica, establecida desde el principio y de la que no era otra cosa que un órgano y la presencia local”. Estas divergencias produjeron la ruptura por fin en 1845.Los “Nuevos Tratados”, dice Deán Church “fueron recibidos con sorpresa, desmayo, ridículo e indignación. Pero enseguida surgieron las respuestas de simpatía entusiasta”. Comenzó una propaganda activa por todo el país. Los obispos estaban asombrados por la atrevida reinterpretación de la Sucesión Apostólica, en la que apenas creían y la vivencia de una espiritualidad que superaba el ritualismo para instalarse en la necesidad trascendente del bautizado.

John Keble nació en Fairford, Gloucestershire, Inglaterra, el 25 de abril de 1792 y murió en Bournemouth, Hampshire, el 29 de marzo de 1866. Fue educado por su padre (un clérigo) y en Corpus Christi College, Oxford, siendo miembro del consejo rector de Oriel (en ese tiempo la institución señera en Oxford) en 1811 y tutor entre 1818 y 1823. Fue ordenado en 1816, siendo cura de East Leach y Burthorpe (cerca de Fairford) en 1818, cura de Hursley, Hampshire, en 1825 y vicario de Hursley en 1836. De 1831 a 1841 dio clases sobre poesía en Oxford.

John Henry Newman (Londres, 1801 - Birmingham, 1890) está íntimamente ligada a su pensamiento, por eso conviene describirla con cierto detalle. Estudió inicialmente en una escuela privada en Ealing, a las afueras de Londres. Allí, a la edad de 15 años tuvo una “primera conversión” que afianzó en él, con suma certeza, los dogmas cristianos —por el momento en su versión anglicana, influido además por el calvinismo— y la decisión de vivir comprometidamente la fe y moral cristianas. Al año siguiente, en 1817, se traslada a estudiar a Oxford (Trinity College). Richard Hurrell Froude nació en Dartington, Devonshire, Inglaterra, el 25 de marzo de 1803 y murió allí el 28 de febrero de 1836. Fue educado en Eton y Oxford (licenciatura en filosofía y letras, 1824; máster en filosofía y letras, 1827). En 1826 obtuvo una plaza en Oriel, donde fue también tutor desde 1827 a 1830. Fue ordenado diácono en 1828 y sacerdote en 1829. Edward Bouverie Pusey (1800-1882… Fue el segundo hijo del primer vizconde de Folkstone, Jacob Bouverie, descendiente de la antigua familia hugonote de Bouverie. A la edad de 18 años entró en Christ Church College, Oxford, y en 1824 fue elegido miembro del consejo rector de Oriel College, donde hizo amistad con J. H. Newman y John Keble. Estudió lenguas orientales, pero tras una prolongada estancia en Alemania (1825-27, en Gotinga, Berlín y Bonn) se dedicó al estudio de la teología alemana. Por su obra sobre este asunto, Historical Enquiry into the Probable Causes of the Rationalistic Character... Predominant in the Theology of Germany (Londres, 1828–30) atrajo la atención de los círculos académicos, por lo que el duque de Wellington en 1829 le hizo profesor regio de hebreo y canónigo de Christ Church.
Henry Edward Manning…  Sacerdote Cardenal de San Andrés y San Gregorio en la Coelian Hill y segundo arzobispo de Westminster, nació el 15 de Julio de 1808; murió el 14 de enero de 1892. Quien nació en la casa de su abuelo, Copped Hall, Totteridge, Hertz., Inglaterra, fue el segundo hijo de William Manning, miembro del Parlamento para Evesham y Lymington y por un tiempo Gobernador del Banco de Inglaterra. La familia de su padre era de una vieja rama de Kent y aunque nació en Hertfordshire, el futuro cardenal pasó algunos años de su niñez en Combe Bank, cerca de Sevenoaks en Kent, a donde su padre se había mudado cuando su hijo tenía apenas siete años. Su madre, la segunda esposa de William Manning, era hija de Henry Lannoy Hunter, que venía de una familia hugonota francesa conocida por el nombre de Veneur. Los padres del movimiento de Oxford miran con total profundidad a los PP. pre-nicenos, es decir, hasta antes del siglo V buscando su relación con la realidad vivida y absorbida en su cosmovisión eclesial, para una mayor referencia citaremos algunos de ellos en el presente cuadro:

La Didachè o Doctrina de los Doce Apóstoles
San Policarpo, discípulo directo del apóstol San Juan y obispo de Esmirna
Pastor de Hermas
Arístides (siglo II)
Ignacio de Antioquia (110 d.C.)
Atenágoras de Atenas (siglo II)
Taciano el sirio (siglo II)
San Ireneo (140 d.C.- 202 d.C.)
San Melitón de Sardes (siglo II)
San Clemente de Alejandría (Mediados del siglo II – antes del 215)
San Teófilo de Antioquia (siglo II)
Orígenes (185 d.C. – 254 d.C.)
San Justino (165 d.C.)
San Gregorio el Taumaturgo (siglo III)
Novaciano (siglo III)
San Cipriano de Cartago (siglo III)
San Dionisio de Roma (Siglo III).

Citamos a continuación un texto de la tradición que alimentó la espiritualidad de la santa Eucaristía en los padres de- movimiento de Oxford. La profundidad de la relación salvífica les hizo mirar al pasado para encontrar las fuentes de su presente, Oxford fue cuna de santidad y fervientes deseos de conocer y amar el vínculo con la catolicidad y la manifestación local de la Iglesia de Cristo. El día que se llama día del sol tiene lugar la reunión en un mismo sitio de todos los que habitan en la ciudad o en el campo. Se leen las memorias de los Apóstoles y los escritos de los Profetas. Cuando el lector ha terminado, el que preside toma la palabra para incitar y exhortar a la imitación de tan bellas cosas. Luego nos levantamos y oramos por nosotros… y por todos los demás dondequiera que estén, a fin de que seamos hallados justos en nuestra vida y nuestras acciones y seamos fieles a los mandamientos para alcanzar la salvación eterna.

Luego se lleva al que preside el pan y una copa con vino y agua mezclados. El que preside los toma y eleva alabanzas y gloria al Padre del universo, por el nombre del Hijo y del Espíritu Santo, y da gracias largamente porque hayamos sido juzgados dignos de estos dones. Cuando el que preside ha hecho la acción de gracias y el pueblo ha respondido “amén”, los que entre nosotros se llaman diáconos distribuyen a todos los que están presentes el pan y el vino “eucaristizados”. San Justino “A nadie le es lícito participar en la Eucaristía, si no cree que son verdad las cosas que enseñamos y no se ha purificado en aquel baño que da la remisión de los pecados y la regeneración, y no vive como Cristo nos enseñó. Porque no tomamos estos alimentos como si fueran un pan común o una bebida ordinaria, sino que, así como Cristo, nuestro salvador, se hizo carne y sangre a causa de nuestra salvación, de la misma manera hemos aprendido que el alimento sobre el que fue recitada la acción de gracias, que contiene las palabras de Jesús y con que se alimenta y transforma nuestra sangre y nuestra carne, es precisamente la carne y la sangre de aquel mismo Jesús que se encarnó. Los apóstoles, en efecto, en sus tratados llamados Evangelios, nos cuentan que así les fue mandado, cuando Jesús, tomando pan y dando gracias dijo: Haced esto en conmemoración mía. Esto es mi cuerpo. Y luego, tomando del mismo modo en sus manos el cáliz, dio gracias y dijo: Esta es mi sangre, dándoselo a ellos solos. Desde entonces seguimos recordándonos unos a otros estas cosas. Y los que tenemos bienes acudimos en ayuda de otros que no los tienen y permanecemos unidos. Y siempre que presentamos nuestras ofrendas alabamos al Creador de todo por medio de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo. Si deseas leer toda la obra completa de San Justino Mártir puede descargar el documento aquí Apología de Justino Mártir.
Newman afirmaba el principio del dogma; una Iglesia visible con sacramentos y ritos como los canales de la gracia invisible; un sistema episcopal ordenado por Dios como el inculcado en las cartas de Ignacio. Pero los Erastianos o Liberales no se regían por el dogma y los evangélicos no encontraron la gracia ex opere operato en los sacramentos. El episcopado era para ambos una forma conveniente de gobierno de la Iglesia y la misma Iglesia, una asociación voluntaria. Pero los obispos ingleses, que eran nombrados por los Erastianos “un gobierno infiel”, es la expresión de Keble, temían el poder de los evangélicos. De ningún modo podían apoyar los “Tratados”. Más aún, por citar a Newman, “Todo el mundo estaba asombrado de lo que decíamos Froude y yo; se decía que era puro “papismo”. En Inglaterra, los corazones buscaban como nunca antes, desde que los no-jurantes abandonaron. Los católicos habían sido emancipados y “aquellos que se sentaban en los asientos de los reformadores denigraban a la Reforma.” En esta dirección cabe resaltar que el aporte Pre-niceno fue determinante en la madurez de una espiritualidad que reclamaba en Oxford espacio para ser vivida como signo eclesial y “mojón” de su universalidad o una medida histórica que es lo mismo. Para aproximarnos mejor a estas definiciones citadas miremos un breve resumen de los aportes de este movimiento en la vida de la Iglesia en Inglaterra:
·          La primera obra de los PP: de la Iglesia latina en ser traducida y empleada en la consolidación de un parámetro de espiritualidad fueron las Confesiones del Hiponense.
·         La espiritualidad de estos creyentes giró en orden a la activación de los presupuestos históricos sobre el Bautismo y la Eucaristía.
·         El servicio cristiano libre de los prejuicios de su época sobre la lucha de clases entre los nacientes sindicatos o asociaciones y los dueños de las factorías.
·          Los PP. Pre-nicenos marcaron particularmente en Newman la necesidad de caminar por las bases de la doctrina universal del ser católico en una catolicidad histórica como la anglicana.
·         Newman y sus compañeros son culpables de desarrollar una visión eclesial de índole universal por sobre prejuicios que querían hacer de la Iglesia de Inglaterra una secta nacional.
·         Oxford centra en las escrituras la razón de la revelación y los caminos del cristianismo primitivo, por tal razón el libro de los Hechos de los Apóstoles contiene para ellos la clave de la vivencia espiritual autentica.
·         Ven el problema del Liberalismo que hoy ha relajado las tradiciones culturales de los pueblos y particularmente introduce formulas seudo eclesiales de espiritualidad desprovistas de raíz histórica.
·         Se equivocaron, al considerar como imperante la doctrina de la intervención de la Corona en asuntos de la Iglesia (Keble) particularmente y reclamar no trabajo de evangelización en las instituciones estatales sino mantener la relación económica y su injerencia.
·         Avivaron el Ecumenismo al proponer como lo hizo Newman la razón de buscar a otros como ellos (catolicidad inglesa) en las filas del catolicismo romano. Tal postura se desvió con el tránsito de algunos de ellos a Roma. No empleamos el termino conversión porque estamos hablando de una Iglesia emparentada fuertemente de origen apostólico cuya identidad en la praxis de su vida ministerial y doctrinal es sustentada por la misma raíz.
·         Se equivocaron, al pretender que la Institución Anglicana asumiera una concepción apenas aceptada respecto a Roma en tiempos donde las reformas económicas con la introducción de nuevas políticas y modelos debilitaron la Iglesia.
·         Se equivocaron, al desconocer el valor de la Institucionalidad eclesial inglesa y pensar que ellos no vivían de agrado el ser parte de la catolicidad. Y que la distinción era intrínseca a este cuerpo eclesial, es decir, que no se aceptaba su origen. Desde luego la concepción de unidad e identidad eclesial durante este periodo no permitía asumir la validez integra de la ministerialidad de la Iglesia Anglicana en la vivencia de la misión evangélica. Para ellos la supremacía papal era determinante desconociendo el valor apostólico implícito en esta tradición.
·         La postura de este Movimiento fue interesante desde la realidad doctrinal que pretendieron rescatar. Desde el Señorío de Cristo en la porción de su Iglesia Anglicana y la herencia de la tradición, la misma que invocan para rescatar el prestigio y la autoridad de los Obispos cuestionados por tomar siempre partido en las decisiones del gobierno inglés.
·          Valoraron la suprema autoridad de Cristo en la Iglesia y no la permanente injerencia de la Corona, la que reconocían, pero no desde la perspectiva de la enseñanza doctrinal de la Iglesia. Newman y sus amigos retoman los escritos de los PP. de la Iglesia y particularmente las enseñanzas teológicas sobre temas como: 

A-    Justificación por la Fe y la Gracia.
B-    La Encarnación.
C-    La SS. Trinidad.
D-    El Libre Albedrio.
E-     La Providencia Divina.
F-     Jesucristo Pastor y guía.
G-    Decálogo. Entre otros.

·         La capacidad para ver en si la necesidad de la Reforma es propia de estos cristianos, su pensamiento no encontró el eco esperado y mucho menos los espacios buscados por ellos en el ámbito teológico de la Iglesia de Inglaterra. Newman y compañía, estaban solos navegando por aguas que no tenían reposo, podemos pensar incluso, que este Movimiento, fue fruto no de la necesidad real de la Iglesia Anglicana sino de la búsqueda esencialmente existencial y vocacional de estos hombres. Ellos estaban buscándose a sí mismos y optaron por hacerlo en el ámbito público de la institución eclesial. Su noción universalista es hoy un llamado a quienes creen estar en una Iglesia histórica que se puede limitar por la praxis novel (adjetivar) de posturas o tendencias que aparecen hoy desconociendo su fundamento y tradición. Ellos subestimaron el poder histórico en la Iglesia que pretendieron reformar.
·         Desde Keble hasta el último de los integrantes del Movimiento de Oxford la buena intención se fue desdibujando hasta convertirse en un escape doctrinal seguro ya que las condiciones no fueron propicias y tampoco su vivencia vocacional.
·         La odisea del movimiento de Oxford fue una búsqueda para descubrir la fuente y la localización actual de la sucesión apostólica, del corpus de la doctrina cristiana y los sacramentos. Era una búsqueda que conducía a sus protagonistas hacia distintos destinos.
·         Newman siempre anti romanismo como el tercer principio del movimiento. En alguna parte del anglicanismo la verdad seguramente habría sido conservada; precisamente el objetivo de su investigación teológica era descubrir la base verdadera de la Iglesia Apostólica en el anglicanismo.
·          Newman afirmaba el principio del dogma; una Iglesia visible con sacramentos y ritos como los canales de la gracia invisible; un sistema episcopal ordenado por Dios como el inculcado en las cartas de Ignacio.
·         El movimiento de Oxford, es cuna de santidad y búsqueda de espiritualidad unida a la tradición de la Iglesia como era desde siempre bajo la guía e inspiración de los santos PP. de la Iglesia.
·         Ellos fueron para el desarrollo de la Iglesia lo que fueron los apóstoles para su nacimiento… Declaración de Juan Pablo II sobre la importancia de los PP. en la vida de la Madre Iglesia. Sin duda en esta misma dirección el movimiento de Oxford vio la necesidad de recuperar sus enseñanzas que hoy muchos teólogos ven demasiado lejos, pero nosotros pensamos distinto, consideramos que ellos están presentes aun en las discusiones teológicas que no los citan directamente pero que con su reflexión sin duda motivaron atemporalmente.
·         El movimiento de Oxford, es culpable de buscar la fundamentación de nuestra espiritualidad ignorada durante gran parte de los años posteriores a la Reforma del siglo XVI, eran hombres y mujeres deseosos de vivir la expectación de la universalidad de la Iglesia que supera las barreras políticas más tenaces. La tenacidad alimentó el espíritu de estos reformadores.  

CONCLUSIONES.

El fenómeno de Pentecostés transformó radicalmente la celebración en la liturgia del mundo antiguo e introdujo una consideración más profunda que la sola representación de deidades como era usual en el mundo clásico y los pueblos del lejano oriente. Los imaginarios dieron paso a la constatación por medio de la Fe de este fenómeno que se instaló en la psique del cristianismo primitivo. El Espíritu de Dios pasó de estar recreado por los autores sagrados como por ejemplo en la creación (relato Pentateuco) a convertirse en un referente vital de una nueva condición de interioridad y merito fundamentado en el amor como praxis viva de la Gracia. Nosotros como institución eclesial estamos y estaremos conectados a Pentecostés, que en la mayor de las paradojas y considerando su contenido fenomenológico asume una característica unica y que a la postre fundamentará la nueva relación y sus Ethos entre el Dios viviente y la persona humana. Pentecostés es pues una bella conjugación entre revelación y acontecer en el tiempo del amor de Dios por nosotros y toda su obra. El Espíritu Santo como Dios revela la vida Trinitaria y nos dispone para asumir progresivamente el contenido de nuestra vida trascendente, es decir, toda la obra de la Tercera Persona de la SS. Trinidad es escatológica en nuestro ser y medio eclesial. Es también la manera como Dios permanece entre nosotros y nos alimenta por medio de la Gracia. No es una presencia fundamentada en merito alguno de nuestra parte sino en el amor de Dios y su infinita misericordia.


FUENTES/INSUMOS/ARTÍCULOS/BIBLIOGRAFÍA/CIBERGRAFÍA.

1- Nota del autor.
4- Rvdo. Isaías Rodríguez “En Cristo Somos Uno” publicado por Episcopales Latinos.
5- www.iglesiapueblonuevo.es/index.php?codigo=bio_hookerr/ https://www.biografiasyvidas.com/biografia/h/hooker.htm/ Extraído de D.J. Atkinson, “Hooker, Richard” in: David J. Atkinson, Diccionario de Ética Cristiana y Teología Pastoral (Barcelona, Editorial CLIE & Publicaciones Andamio, 2004), pp. 662.
6- O autor: D.J. Atkinson, B.Sc., M.L.itt., Ph.D., M.A., reitor honorário do Canon da cátedra de Southwark, Londres; ex-membro do Corpus Christi College, Oxford, Inglaterra.
Traduzido em 12 de Março de 2014.
7- juango.es/files/tema5escolastica.pdf/ bladodiaz.blogspot.com/2011/05/el-pensamiento-conservador.html/
8- ANSELMO DE CANTERBURY, Epístola de Incarnatione Verbi, I.
9- R. W. SOUTHERN, Anselmo d’Aosta, 216-217.
10- J. LECLERCQ, Regards monastiques sur le Christ au moyen Âge, Paris 1993, 178-182.
11- ANSELMO DE CANTERBURY, Oratio VIII ad sanctum Iohannem Baptistam, 19-33.
12- LOS EVANGÉLICOS NECESITAN LEER A RICHARD HOOKER. ENTREVISTA CON BRADFORD LITTLEJOHN/ estudiosevangelicos.org/los-evangelicos-necesitan-leer-a-richard-hooker-entrevista-co... 4 may. 2016 - Los evangélicos necesitan leer a Richard Hooker. Entrevista con Bradford Little John.
13- Markus Wriedt, "Luther's Theology," en The Cambridge Companion to Luther (Cambridge University Press, 2003), pp. 88-94.
14- https://books.google.com.do/books?isbn=8446045451 ensayo sobre el entendimiento.
16- Ciclo de autores anglicanos. Introducción, cristoeseltema.blogspot.com
17- Nota del autor/ cristoeseltema.blogspot.com
18- www.episcopaleslatinos.org/historia/iglesiaanglicana2.htm/ https://books.google.com.do/books?isbn=1426740662/ ec.aciprensa.com/ Ferrar, Nicholas (2 de noviembre de 2006). Conversaciones en Little Gidding Prensa de la Universidad de Cambridge/ www.iglesiapueblonuevo.es/index.php?codigo=bio_herbertg/ www.luminarium.org/sevenlit/herbert/ https://artuk.org/.../john-cosin-15941672-dd-master-16351644-1/ https://hymnary.org/person/Cosin_J/ www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=hooker-richard/ www.luminarium.org/renlit/hookbio.htm/Munz, Peter, El lugar de Hooker en la historia del pensamiento (1952, repr. 1971).
19- M. Nicolau, Teología del signo sacramental, BAC, Madrid 1969; B, Haring, La vida cristiana a la luz de los sacramentos, Herder. Barcelona 1972/ J M. Castillo, 5ímbolos de libertad. Teología de los sacramentos, Sígueme, Salamanca 19S- fuente citada por- www.mercaba.org/VocTEO/E/ex_opere_operato.htm
20-  Pour une théorie de l'Esprit Sannt, Laval Théologique et Philosofique 36 (1980), 47-75/ www.seleccionesdeteologia.net/selecciones/llib/vol20/80/080_richard.pdf
21- Nota del autor/ cristoeseltema.blogspot.com/2014/09/ciclo-de-autores-y-teologos-anglicanos.html.
23- Nota del autor.
24- Green, M. Creo en el Espíritu Santo. Miami: Caribe, 1980/Murria, Ian, Revival and revivalism. Edinburgh: Banner of Truth, 1994.
25- Nota del autor.
26-    www.mercaba.org/DicEC/M/movimiento_de_oxford.htm /Sol de mi ser por John Keble.
27- Nota del autor.
*** Otras fuentes de consulta.
Nota del autor. https://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/carlomagno.htm Padres Apostólicos, Daniel Ruiz Bueno, (BAC 65), Pág. 84/Tomado de http://www.ipue.com/unicidad.htm/      Apologetas Griegos, Daniel Ruiz Bueno (BAC 116), Pág. 130/ The Faith of the Early Fathers, Vol. I, William A. Jurgen, Pág. 81 (las traducciones al español de esta obra las ha realizado el autor de este artículo) / Contra los herejes, San Ireneo de Lyon, Conferencia del Episcopado Mexicano. Edición preparada por el P. Carlos Ignacio Gonzáles/ Tomado de New Advent Encyclopedia, http://www.newadvent.org/fathers/0407.htm/ Ibid. http://www.newadvent.org/fathers/0317.htm/ ec.aciprensa.com/wiki/Movimiento_de_Oxford/ www.mercaba.org/Rialp/M/oxford_movimiento_de.htm/ Publicación de información escrita por William Barry. Transcrito por Ann Waterman. La Enciclopedia Católica, Volumen XI. Publicado 1911. Nueva York: arzobispo de. Nihil Obstat, 1 de febrero de 1911. Lafort Remy, STD, Censor. Imprimatur. + John Farley Cardenal, Arzobispo de Nueva York/https://www.larazon.es › Opinión › Tribuna/https://wold.fder.edu.uy/contenido/.../sintesis-europa-e-inglaterra-en-el-siglo-xix.pdf…Jean Pierre Poly y Eric Bournagel, El cambio feudal: Siglos X al XIII (Barcelona: Editorial Labor, 1983), Poly y Bournagel, El cambio feudal: Siglos X al XIII, 30/ F. G. Maier, Transformaciones del Mundo Mediterráneo (México: Editorial Siglo XXI, 1972) Walter Ullmann, La Historia del pensamiento político en la Edad Media (Madrid: Editorial Ariel, 1965. https://laicismo.org/data/docs/archivo_777.pdf/ www.es.w3eacademy.com/wiki/Sarum_rite/ Glenn Everett, profesor asociado de Inglés, Universidad de Tennessee en Martin, y George P. Landow, profesor de Inglés y de Historia del arte, Universidad de Brown/ www.victorianweb.org/espanol/religion/tractarian1.html. J. H. NEWMAN, Apología pro Vita sua, Londres 1455; R. W. CHURCH, The Oxford Movement, Londres 1891. / The Spirit of the Oxford Movement, Londres 1933; M. WARD, The Young Mr. Newman, Londres 1948. www.episcopaleslatinos.org/anglicanos/oxford.htm/ https://books.google.com.do/books?isbn=8499205828/ https://www.britannica.com/biography/John-Keble/ www.iglesiapueblonuevo.es/index.php?codigo=bio_froude/ anglicanhistory.org/Pusey.
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 (SAN JUSTINO, Carta a Antonino Pío, Emperador, año 155) Wikipedia, enciclopedia libre Corazones.org/ Patristica.info/ Catholic.net/ Mercaba.org.

Nota del autor: Conclusiones.





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