miércoles, 30 de enero de 2019

CUARTO DOMINGO DESPUÉS DE EPIFANÍA.


CUARTO DOMINGO DESPUÉS DE EPIFANÍA. Jeremías capítulo 1 versículos 4-10. Salmo 71: 1-6. 1 Corintios capítulo 13 versículos 1-13. Lucas capítulo 4 versículos 21-30.



El profeta Jeremías, está ubicado cerca de Jerusalén al norte de esta ciudad cuando en visión recibe el encargo o mandato de anunciar el mensaje de Dios. Es el Señor quien le llama y otorga los dones necesarios para el desarrollo de su misión, es una especie de Predestinación para una obra particular en este caso anunciar la Voluntad de Dios a los suyos. El temor de aquel hombre es comprensible y Dios con su Gracia los desmonta uno a uno.  No hay barreras suficientemente altas cuando Dios dispone algo en nuestras vidas y hace que nuestras limitaciones se conviertan en fortaleza como sucedió con Jeremías.

La fórmula de escogencia es común a otros personajes de las Sagradas Escrituras. La autoridad es otorgada en virtud no de la persona sino de su misión, lo mismo sucede en la Iglesia no es la persona sino la obra que debe realizar porque los dones están unidos  a la misión.

El profeta Jeremías afrontará una serie de situaciones difíciles que fueron producto de la condición política de su pueblo y de la realidad de las potencias vecinas. Su propósito fue anunciar la Voluntad de Dios aunque esta acción implicara en su vida ministerial total rechazo de las autoridades políticas y religiosas de su pueblo.  Su confianza puesta solo en Dios nos amonesta a cada uno de nosotros y nuestras variadas actitudes ante los problemas. Confiar en Dios es fundamental para toda empresa cristina,  para toda misión que tengamos en la vida llámese familia, relaciones personales, trabajo,  o  pastoral de alguna índole.

El Salmo 71, camina en la misma dirección de acogida de la Voluntad de Dios y por ende de depositar en ella toda nuestra esperanza y confianza. Así lo encabeza su primer versículo. Clamar es propio de un espíritu confiado que sabe a dónde y a quien dirigir sus ruegos y suplicas. Dios es literalmente el refugio y defensa de los suyos, estas afirmaciones corresponden a una profunda experiencia de Dios en la vida del Salmista. Tal profundidad es solo posible asumiendo la integralidad de nuestro Pacto Bautismal. Un encuentro muy especial con el Dios revelado.

Pablo a los Corintios,  nos deja un tratado maravilloso sobre la Caridad y el Amor, tomando distancia del amor pasional que es exclusivamente egoísta,  se refiere al amor que brota de una profunda expresión de nuestra Fe. Pablo reconoce en la Caridad el supremo vínculo de la perfección y un constitutivo esencial de nuestras relaciones tanto con Dios como con el prójimo. Es la Caridad la identidad perfecta de todo bautizado, es la Caridad el motor que nos hace trascender en la Voluntad salvífica de Dios. Solo hermanos el amor de Cristo supera el conocimiento en cualquier realidad que le presentemos, solo el amor nos puede abrir las puertas de la eternidad.

El amor del Señor puede hacer que la Trinidad de Dios habite en cada uno de los bautizados, esta In-habitación es producto de la Gracia del amor de Cristo en  nosotros. La Caridad como adelanto de la vida en Cristo es una promesa amorosa de Dios para los suyos, Pablo explicita de esta manera la necesaria realidad vinculante con el ser eclesial. Pablo emplea  cerca de 15 verbos en esta exposición y el sujeto es el mismo,  la Caridad. Es apremiante su discurso cuando se trata de la configuración de una realidad redimida y direccionada por la Caridad como el fundamento de todo Ethos cristiano.
En cuanto a las virtudes teologales, Fe, Esperanza y Caridad,  (versículo 13) ellas son consecuencia de la relación salvífica establecida entre Dios y los seres humanos por medio de su Adorado Hijo, y desde esta perspectiva el contenido de cada uno de ellas estará supeditado al amor. Cuando hablamos de amor inmediatamente nos referimos a la vida tanto personal como congregacional, todos los dones son importantes y necesarios en la condición escatológica de los bautizados y la Madre Iglesia, pero los dones son importantes en la edificación de la Iglesia y la vida del bautizado pero ellos no son imprescindibles como si lo es la Caridad, ellos son fruto de la necesidad histórica de la Iglesia. 

La edificación del otro en la Fe es uno de los temas más citados por Pablo en sus cartas a las diferentes comunidades eclesiales, estos dones y carismas son un recurso de la vida sobrenatural de los bautizados. Estamos ante la posibilidad de explicitar las gracias de Cristo a su Iglesia y por ende a cada bautizado. Los dones no son para impresionar en la congregación son para servir eficientemente a los fines salvíficos de la Iglesia.

Los dones son necesarios como lo es también la madurez en la Fe para vivirlos e integrarlos a nuestra Historia de Salvación Personal. No son un lujo exclusivo son recursos salvíficos que se conservan en amor y para vivir el amor.


La Caridad introduce un dinamismo tal en la congregación que genera bienestar espiritual a sus miembros. Donde hay discordia o rivalidades no puede germinar la Caridad.

El evangelio Lucano, continua en la dirección del relato del domingo anterior, es su complemento literario, asume la reacción de los judíos ante la profecía que se cumple en el Señor, esta profecía no es anunciada por el Señor, su objeto de veracidad es el Señor mismo. La poca o escasa Fe es uno de los obstáculos que deberá enfrentar el Mesías en toda su vida pública y ministerial, es decir, será catalogado bajo las concepciones de su relación con el pueblo y su propia familia.

El rechazo es el común denominador que brota de la falta de Fe en nuestras vidas de manera concreta el pecado se convierte en  rechazo  directo del Señor. Las obras son tan importantes como la Fe porque estas expresan en acciones palpables la autenticidad de nuestras convicciones espirituales. El bautizado de todas las épocas debe luchar contra el indiferentismo que relaja los valores espirituales y nos hace pensar en una existencia proclive solo a los sentidos, sin vocación salvífica y trascendente.

Reconocer a Cristo no es un tema de manifestaciones sobrenaturales, de curaciones o algún tipo de prodigio, creer en Cristo es la razón de nuestra existencia y su fundamento. “Créele por amor y no por temor, y aun peor por interés” Las obras amorosas de Jesús son consecuencia de un corazón repleto de amor por la humanidad y consciente de lo que somos y podemos dar. El modelo de Jesús es el triunfo del amor y la auténtica humanidad que se preocupa de su prójimo. Lucas nos narra el intento de “defenestrarlo” o arrojarlo de una gran altura, eso es fruto del fanatismo de querer tener la razón absoluta de todo y negarle al otro el derecho a ser y existir, el absolutismo es contrario al mensaje del amor. Muchos dictadores se convirtieron en delincuentes precisamente por creer que solo y únicamente su verdad tenía sentido.




lunes, 28 de enero de 2019

APOCALIPSIS. PARTE UNO.


EL  APOCALIPSIS…  FUNDAMENTO  DE  UNA  ESCUELA,   SEGUNDA  MITAD SIGLO  I.



PARTE UNO…



El Apocalipsis, del verbo "apokalypto", revelar, es el nombre dado al último libro de la Biblia. También se le llama libro de la Revelación. Aunque es una obra cristiana, el Apocalipsis pertenece a una clase de literatura que tiene que ver con temas escatológicos, muy en boga entre los judíos del siglo I a. C. y del I después de Cristo (1).



INTRODUCCIÓN.



La palabra Apocalipsis quiere decir revelación (1 corintios capítulo 1 versículo 7) fue hecha por Jesucristo y tiene a Jesucristo por su objeto… De esta forma inicia en su primer capítulo y versículo este Libro, ultimo del N.T.



El libro del Apocalipsis no es en sí un género o estilo literario propio sino un componente de los mismos bajo el signo recursivo de otros estilos de la misma índole. No es fácil determinar el origen de su escuela que siempre trataremos  de unir al profeta Daniel y algunos Textos del Evangelio. Esta dificultad es propia de la falta de información al respecto, para guiarnos en  conservar nuestra perspectiva  citamos a Oscar Cullmann (Teólogo cristiano 1909-1999) (2) quien nos habla del denominado “Circulo Joaneo” (3) desarrollado en Asia Menor y su enclave la ciudad de Éfeso en la segunda mitad del siglo I.  Esta afirmación centra su atención en los escritos Joanicos (Evangelio, Cartas I, II, III y libro del Apocalipsis) (4) aunque no es posible indicar con absoluta precisión su origen si podemos afirmar que el Apocalipsis como obra que brota de una profunda expresión de Fe y conocimiento de la realidad religiosa de su entorno es el culmen del Evangelio de Juan y que su estilo teológico es determinante para la Iglesia primitiva llevándola a reflexionar sobre su importancia en la configuración de una doctrina que explicitará su mensaje salvífico según la directriz del propio Señor. La influencia griega se siente poderosamente en la obra Joanica y esta influencia también es posible percibirla  en los escritos del (A.T)  especialmente durante el tiempo de las aportaciones culturales de los griegos. Para hacernos una idea de otras influencias basta con hablar del panorama cristiano en este siglo, Ireneo (PP. de la Iglesia) ubica a Juan como discípulo de Cristo y afirma que su libro (Apocalipsis) (5) fue escrito entre el año 90 y 95 en tiempo de las persecuciones continuadas por el Emperador Domiciano quien fuera asesinado. Pues durante este tiempo el ser cristiano abiertamente practicante era una sentencia tacita de muerte y la obra necesitaba también del testimonio de los
Sobrevivientes, Juan encarna este último grupo de creyentes. Lo anterior nos indica que el Apocalipsis nace bajo esta realidad pero sobretodo en la influencia cultural de los griegos. La posibilidad de ubicar a Juan en el contexto de las culturas romana y griega es un ejercicio de notoriedad intelectiva que le permitió al vidente de Patmos  moverse en escenarios complejos donde la simbología podía ser la diferencia entre la vida y la muerte, el lenguaje encriptado solo era develado por la praxis y tradición de los creyentes en el Evangelio y  de los seguidores del “Nuevo Camino”. Siguiendo esta alusión Lucana (Evangelio de Lucas) (6) encontramos el Libro de Hechos de los Apóstoles, en su contenido el autor (Lucas) presenta al imperio romano como proclive (colateral)  a las actividades de los cristianos particularmente siguiendo el espíritu Paulino de moverse por sus caminos llegando a regiones de Asia y Europa, pues los romanos fueron responsables de la construcción de cerca de 400.000 kilómetros de caminos por todo su imperio (Pablo era judío-romano) mientras que Juan en el Apocalipsis lo presenta (imperio) (7) como negativo y lleno de oscuridad sin resaltar nada de lo que ve Lucas y Pablo. Es también una característica que encuentra Juan por su tardía obra, esta condición hace que el panorama político sea confuso para Juan y los cristianos a los que la obra estaba destinada (Conf. Apocalipsis capítulo 13 versículos 1-18). Juan identifica la Bestia que recibe poder del Dragón con el mismo imperio que seduce por su economía y logros tanto militares como científicos y culturales. Según lo anterior el Imperio romano no contribuye al bien del Reino de Dios sino que es su némesis o contrario, es decir, lo cataloga como el mal. Un Imperio que atenta contra toda estructura cultural y religiosa posibles, un Imperio que sistemáticamente quiere imponer su cosmovisión religiosa al punto de lograrlo y condenar a los cristianos de la naciente Iglesia (8)…


REALIDAD HISTÓRICO-CRITICA DEL ENCLAVE JOANICO.


Para adentrarnos en la visión de este Apóstol es necesario conocer un poco sobre su entorno teniendo en cuenta que el entorno es vital en la expresión idiomática e intelectiva de la persona que sufre su influjo de manera positiva o negativa, el Ethos que construimos define precisamente esa relación vital con el entorno y como en la vivencia se plasma nuestra concepción del mundo y sus relaciones. Juan desde la perspectiva del creyente asume su mundo fundamentalmente como expresión creadora de Dios pero afectado grandemente por el paso desmedido y desconsiderado de la persona humana, en este caso entre las autoridades religiosas de su pueblo y los invasores romanos (Hoy empleamos el termino ocupación que es solo una figura de nuestra semántica política pero en realidad es invasión) (9).

 Los grandes sucesos por medio de los cuales Dios obrará la liberación de Israel son presentados por la literatura apocalíptica como inminentes. Pero, al no encontrar una solución inmediata para los males nacionales del momento presente, se refugian en un futuro glorioso íntimamente ligado con los últimos días. Los autores apocalípticos recurren de ordinario a visiones divinas, a intervenciones de ángeles  que se presentan como guías o intérpretes de los hechos misteriosos que han contemplado. Esas visiones o revelaciones suelen tener lugar en las esferas celestes. Los hechos históricos contemporáneos del autor apocalíptico son presentados bajo una forma oscura y misteriosa. Y lo que esos autores no conocen por la historia lo presentan como envuelto en los velos de la profecía. Pretenden desligarse del presente para trasladarse a los tiempos futuros (10).

 El futuro se convierte en la razón de ser de su profecía como quiera que la realidad del presente se ha tornado oscura y difícil de manejar. El contenido político y su explicitación desde una perspectiva de Fe hacen del (Ap) un Texto totalmente distinto al evangelio Joanico, el mismo griego empleado difiere del  cuarto evangelio que posee mayor  estilo y elegancia si se quiere (11). El evangelio de Juan no señala su autor mientras que el Texto apocalíptico lo hace. El evangelio Joanico tiene por centralidad el dar a conocer a Cristo como Señor, luz de la humanidad, el autor de toda Gracia, pero en cuanto al último libro de las Sagradas Escrituras,  se explicita en una clara intención y es la de mostrar a Cristo como el heredero de un Reino y el  conquistador que derrota a satanás o a la figura antropizada más relevante del mal. Estas visiones descritas por su autor sin duda pueden y de hecho aterrizan en el ambiente político y social de su entorno, los gobernantes de Roma expresan rechazo total a formas culticas que no involucran tanto su “triada capitolina” como en general sus deidades y con ellas toda una liturgia de cultos cívicos a la largo y ancho de su reino. En cuanto a lo afirmado arriba sobre su idioma de composición el (Ap) posee también algunos términos hebreos que definen la idea tácitamente, miremos solo por citar un ejemplo de esta  afirmación: la palabra hebrea equivalente a “erchomenos”: “el que ha de venir”, en lugar de “esomenos” (Conf. Apocalipsis capítulo 1 versículo 8) (12).  La variante en el término es propio de un hebraísmo.

Las formas de pensamiento  y expresión que caracterizan los escritos apocalípticos nacen, en parte, de una especulación auténticamente teológica y, en parte, de la ávida curiosidad por conocer los misterios del hombre, del mundo y de Dios (influjos histórico-religiosos extraños al juanismo).  En una etapa posterior de la historia del pueblo judío, sentida como historia de elección y salvación, y en el ámbito de una situación políticamente sin esperanza y religiosamente amenazada, surge, bajo el influjo de un pensamiento dualístico que irrumpe triunfalmente, una visión histórica que se concentra más y más en el final de la historia, en el eskhaton, el fin del  eón malo y del reino de Satán, en el comienzo de la instauración del  Reino de Dios y de sus justos.  En la primitiva cristiandad ejerció un especial influjo la doctrina de los dos eones (en el acontecimiento de Cristo ha tenido lugar el cambio de eones, ha llegado la plenitud de los tiempos, Gálatas  4 versículo 4; Marcos capítulo  1 versículo 15). Con todo, debe tenerse en cuenta la significativa modificación de esta doctrina cuando se afirma la  coincidencia  de los dos eones, por cuanto expresa la diferenciación escatológica de la realidad que desemboca en la salvación o bien en la condenación. Debe advertirse, finalmente, la transformación de la actitud escatológica del cristiano respecto del concepto de  espera próxima,  acuñado por el género apocalíptico, y que ahora se aplica a la irrupción del Reino de Dios (Marcos capítulo 1 versículo 15) (13).

La culminación de una época de dominio del pecado y de tendencias políticas contrarias a la explicitación de la Fe judía son factores que desencadenaron el éxito del género apocalíptico y que llevo a Juan a escribir en esta dirección dado el influjo destructivo de la cultura y ocupación romana. Juan asiste al choque cultural que dejó en absoluta desventaja a su pueblo como quiera que el meollo de la ocupación romana terminó por relajar las costumbres y la memoria religiosa de su pueblo (14).
Nerón fue emperador romano desde el año 54 al 68 d. C. Nació en Antium, a unos 50 kilómetros al sur de Roma, el 15 diciembre del año 37 y murió cerca de Roma el 9 de junio del 68. Su nombre está asociado con la primera gran persecución de los cristianos conocida en la historia e inmediatamente conectado con la conflagración que asoló Roma durante seis días y noches, comenzando con la noche del 19 de julio de 64. (15).

Nerón ordenó la quema de Roma que para el momento era  la gran metrópolis el mundo antiguo, algunos cristianos vieron en esta acción una profecía sobre el fin del imperio pero su confusión fue despejada cuando el propio Nerón insinuó a los cristianos y judíos como autores o instigadores, para esta época el cristianismo era poco más que una secta, y Juan que lee los acontecimientos como un cronista, es decir, una vez pasaron lo interpreta en una perspectiva similar pero con una connotación antitética sobre el emperador romano (16). Desde luego el Texto que emplea es  inspirado en los profetas Ezequiel y Jeremías. Miremos su contenido y similitud en el Texto guía de este ensayo (Biblia de Jerusalén On line) (17).


EZEQUIEL.
JEREMÍAS.
2. Hijo de hombre, porque Tiro ha dicho contra Jerusalén: Ja, ja ahí está rota, la puerta de los pueblos; se vuelve hacia mí, su riqueza está en ruinas 3.  Por eso, así dice el Señor Yahveh: Aquí estoy contra ti, Tiro. Voy a hacer subir contra ti a naciones numerosas, como el mar hace subir sus olas. 4.  Derruirán las murallas de Tiro y abatirán sus torres. Yo barreré de ella hasta el polvo y la dejaré como roca pelada. Quedará, en medio del mar, como un secadero de redes. Porque he hablado yo, oráculo del Señor Yahveh. Tiro será presa propicia para las naciones. 6. Y sus hijas que están tierra adentro serán muertas a espada. Y se sabrá que yo soy Yahveh. 7.  Pues así dice el Señor Yahveh: He aquí que yo traigo contra Tiro, por el norte, a Nabucodonosor, rey de Babilonia, rey de reyes, con caballos, carros y jinetes y gran número de tropas. 8.  A tus hijas que están tierra adentro las matará a espada. Hará contra ti trincheras, levantará contra ti un terraplén, alzará contra ti un testudo, 9.  Lanzará los golpes de su ariete contra tus murallas, demolerá tus torres con sus máquinas. (Ezequiel capítulo 26). (17).

Por eso, así dice el Señor Yahveh: Porque has equiparado tu corazón al corazón de Dios, 7. por eso, he aquí que yo traigo contra ti extranjeros, los más bárbaros entre las naciones. Desenvainarán la espada contra tu linda sabiduría, y profanarán tu esplendor; 8.te precipitarán en la fosa, y morirás de muerte violenta en el corazón de los mares. 9. ¿Podrás decir aún: Soy un dios, ante tus verdugos? Pero serás un hombre, que no un dios, entre las manos de los que te traspasen. 10. Tendrás la muerte de los incircuncisos, a manos de extranjeros. Porque he hablado yo, oráculo del Señor Yahveh.
(Ezequiel capítulo 28). (18).

3. Porque subió contra ella una gente del norte, que va a convertir su territorio en desolación, y no habrá en él habitante. Tanto personas como bestias emigraron, se fueron. 4. En aquellos días y en aquella sazón  oráculo de Yahveh  vendrán los hijos de Israel, (y los hijos de Judá junto con ellos), andando y llorando, en busca de Yahveh su Dios. 5.  De Sión preguntaron por el camino, allá se dirigen: Venid y aliémonos a Yahveh con pacto eterno, inolvidable. 6.  Ovejas pérdidas era mi pueblo. Sus pastores las descarriaron, extraviándolas por los montes. De monte en collado andaban, olvidaron su aprisco. 7.  Cualquiera que les topaba los devoraba, y sus contrarios decían: No cometemos ningún delito, puesto que ellos pecaron contra Yahveh, el pastizal de justicia y la esperanza de sus padres   Yahveh!
(Jeremías capítulo 50).  (19).

APOCALIPSIS.

4. Luego oí otra voz que decía desde el cielo: Salid de ella, pueblo mío, no sea que os hagáis cómplices de sus pecados y os alcancen sus plagas. 5.  Porque sus pecados se han amontonado hasta el cielo y Dios se ha acordado de sus iniquidades. 6.  Dadle como ella ha dado, dobladle la medida  
Conforme a sus obras, en la copa que ella preparó preparadle el doble. 7. En proporción a su jactancia y a su lujo, dadle tormentos y llantos. Pues dice en su corazón: Estoy sentada como reina, y no soy viuda y no he de conocer el llanto... 8.Por eso, en un solo día llegarán sus plagas: peste, llanto y hambre, y será consumida por el fuego. Porque poderoso es el Señor Dios que la ha condenado. 9. Llorarán, harán duelo por ella los reyes de la tierra, los que con ella fornicaron y se dieron al lujo, cuando vean la humareda de sus llamas; 10.  Se quedarán a distancia horrorizados ante su suplicio, y dirán: Ay, ay, la Gran Ciudad Babilonia, ciudad poderosa, que en una hora ha llegado tu juicio.
(Apocalipsis capítulo 18).  (20).


Los Textos citados ratifican históricamente la intención profética  en el tiempo y el espacio de las implicaciones de la vida israelita como nación e individuo, no son un recurso para afirmar o negar profecía alguna. La intencionalidad del autor es justificar las consecuencias de las acciones cuando estas están insertas en la realidad del pueblo y su intrincada relación con los vecinos, por vecinos nos referimos a pueblos como los asirios, persas, romanos y demás invasores del suelo judío. Lo interesante es el estilo que evoca a los grandes profetas. Es también un mecanismo que busca  garantizar el desarrollo de una respuesta Divina a tales acontecimientos en la identidad religiosa del pueblo y como Juan en su dinámica escrituristica veía a su pueblo frente a otras naciones (21)  


CONCLUSIÓN: El “anticristo” (puedes er asociado con Nerón emperador romano) (22) es una figura que designa todo lo opuesto o némesis al Evangelio de Cristo y a quienes se oponen a su misión, Juan lo señala en sus escritos, puedes consultar en:  (1 Juan capítulo 2 versículos 18 y 22; 2 Juan versículo 7)  (23) y (24) también es muy probable que se refiriera a quienes habían perdida el espíritu eclesial y se apartaron de la Iglesia,  no olvidar que el tema eclesial es de capital importancia para Juan como quiera que la Iglesia es la testiga de cuanto sucederá en sus visiones.


Los señalamientos sobre los pecados del pueblo son suficiente argumento para asumir la posibilidad del castigo pero también de la esperanza de ser apartados de tales acontecimientos, no es de extrañarnos que para Juan la cita implícita sobre los “navegantes” figura del comercio que describe con lujo de detalles en el capítulo 18 (Ap) (25) es un recordatorio de lo que implica para el pueblo entrar en contacto con otras culturas y como estas sobrevaloran lo material y desprecian tanto al Dios vivo como a su pueblo, durante siglos expropiado por las potencias y reinos de turno  (asirios, egipcios, persas, romanos y culturalmente por griegos, también sumamos a la lista a Alejandro Magno siglo III a.C) (26). La prostitución citada es de índole ritual y corresponde a distintos cultos cívicos que se centraban en la prostitución como expresión de su liturgia pagana. Dicho así no es un ataque frontal contra la integridad (DD-HH)  de la mujer (27).

Cristo, es el centro de la historia y en ella existen otros modelos distintos en cuanto a su naturaleza los cuales son clara oposición a su Reino, tales son denominados anti-cristos, pero hablar de un anti-cristo es en síntesis hablar de la individual negación de la doctrina cristiana, en la cuestión aproximativa recalcamos que la doctrina describe desde la sublime perspectiva de la Fe la identidad de Cristo, tanto su Naturaleza como Persona Divina, así lo hace saber por ejemplo Juan en su evangelio. Expresiones como “y El Padre Yo somos Uno” (28)  es una afirmación Identitativa y por lo tanto esencia de Fe al ser profesada y vivida, el anti y los anti-cristos, son básicamente en la mentalidad del siglo I los obstáculos de la consecución doctrinal necesaria en la estructura eclesial primitiva (29).

En la visión Mateana, (capitulo 24 versículos 24) (30)  miremos el Texto: “Porque surgirán falsos cristos y falsos profetas, que harán grandes señales y prodigios, capaces de engañar, si fuera posible, a los mismos elegidos”. La relación comparativa es la misma aunque el lenguaje cambie levemente. La preocupación de la Iglesia primitiva era conservar la integralidad de la Fe transmitida por la Palabra inspirada, protegiendo de esta forma su contenido (31). La connotación Joanica está unida al termino anticristo que a diferencia suya en Pablo describe lo mismo pero no cita el termino como tal, la necesidad descriptiva es asumida según el ambiente de las comunidades y el riesgo de los señalamientos, Pablo era ciudadano romano y Juan no, la clave interpretativa desde esta perspectiva es el contacto cultural en la identificación  del Ethos cultural de uno y otro apóstol. Tal realidad apunta desambiguar desde una dinámica Psicológica el término y su impacto en una comunidad, es decir, Juan está interesado en ser categórico y señalar el problema del dualismo en la Fe si se  presentara en su congregación. Siendo generosos se extiende a la cristiandad (32).
La némesis del pensamiento Paulino lo podemos encontrar en (2 Tesalonicenses capítulo 2 versículos 3-12) miremos el Texto Sagrado de Tradición para elaborar nuestro paralelismo:


3. Que nadie os engañe de ninguna manera. Primero tiene que venir la apostasía y manifestarse el Hombre impío, el Hijo de perdición, 4. El Adversario que se eleva sobre todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto, hasta el extremo de sentarse él mismo en el Santuario de Dios y proclamar que él mismo es Dios. 5. ¿No os acordáis que ya os dije esto cuando estuve entre vosotros? 6. Vosotros sabéis qué es lo que ahora le retiene, para que se manifieste en su momento oportuno. 7. Porque el ministerio de la impiedad ya está actuando. Tan sólo con que sea quitado de en medio el que ahora le retiene, 8. Entonces se manifestará el Impío, a quien el Señor destruirá con el soplo de su boca, y aniquilará con la Manifestación de su Venida. 9. La venida del Impío estará señalada por el influjo de Satanás, con toda clase de milagros, señales, prodigios engañosos, 10. Y  todo tipo de maldades que seducirán a los que se han de condenar por no haber aceptado el amor de la verdad que les hubiera salvado. 11.  Por eso Dios les envía un poder seductor que les hace creer en la mentira, 12.  Para que sean condenados todos cuantos no creyeron en la verdad y prefirieron la iniquidad. (33).
                                                                                                  


El recurso es grande a la hora de delimitar textualmente la figura encriptada si se quiere del y los anti-cristos. El plural esta ceñido a la cantidad de dificultades y detractores que históricamente  salen al Evangelio y la misión eclesial. Pablo emplea el término “Rebelde” para designar la figura descrita en su némesis del Evangelio de Cristo.  Es una de las razones por las que dicho termino no es útil emplearlo en la discusión o en seudo-rituales de presencia del Espíritu Santo para designar a quienes no reaccionan emotivamente a tales insinuaciones. Este mecanismo experimenta la sugestión sobre el creyente débil en la Fe y necesitado de expresiones sensibles que pueda confundir con las manifestaciones de lo sobrenatural. Las manifestaciones mediáticas y el efecto placebo de la Fe pueden generar este tipo de aproximaciones en las personas desprevenidas. La Metanoia es un contenido intrínseco de toda conversión (34).


Desde la perspectiva popular y bajo el signo de la música contemporánea les invito a escuchar en ritmo salsa una melodía interpretada por el puertorriqueño Raphy Leavitt en la década de los 60 del siglo anterior, titulado: El Buen Pastor. Cuya letra plasma el sentir fundamental de una postura anticristiana (anti-cristo). (35).


En el Apocalipsis Juan hace contemporáneo un problema que percibimos gráficamente en sus escritos y es la necesidad de conceptualizar por medio de imágenes la realidad que no es posible asumir con símiles del presente. La yuxtaposición de valores ante el avance del laicismo  reproduce antropológicamente las posturas de este Libro inspirado. (36).  


Si retomamos desde el inicio el Libro en su primer capítulo encontramos en el (versículo 4) un paralelismo con respecto a Moisés a quien se le revela el Nombre Divino en Éxodo capítulo 3 versículo 14, “El que Es” (37)  este tipo de evidencias relacionan la obra Joanica con la tradición judía plasmada en el Pentateuco o Torah. Por otra parte es bueno reconocer que las indicaciones sobre el Señor y su reinado mesiánico interesaron tanto a los profetas y sus escuelas proféticas como a toda la literatura del (N.T)  estamos ubicados en la Iglesia primitiva particularmente en la segunda mitad del siglo I… Nosotros en la perspectiva de la revelación adaptamos estos nombres de la tradición a su similar de la Iglesia (38). El dominio universal es el móvil descrito por este libro Joanico, que se atribuye a Cristo como Hijo de Dios, esta realidad de índole ya política afectaba la integridad del vidente de Patmos, por esta razón el encriptamiento textual era la solución como la recreación de figuras alegóricas en sus relatos (39). No podemos negar la relación trazada con la promesa que Yahveh hace a David (2 Samuel capítulo 7 versículo 1  "Cuando el rey se estableció en su casa y Yahveh le concedió paz de todos sus enemigos de alrededor  (40)  pues el reinado mesiánico es la centralidad o tema fundamental del Apocalipsis. Juan une en su relato la tradición judía con la esperanza cristina. El libro del Apocalipsis como Revelación  es fuente inagotable de esperanza antes que de final o fin de los tiempos, lo que sin duda alguna contradice la perfección de la obra de Dios. El termino de sus enemigos es propio del argot de moda en aquella época como era el de imperios y sus dominios. En el presente usamos figuras similares a las que denominamos “regímenes” (41).


CENTRALIDAD DEL APOCALIPSIS: Es el reinado mesiánico y su triunfo sobre todos sus enemigos, establece una relación atemporal entre la tradición judía y la Iglesia. (42). Cristo es el Alfa y la Omega (alfabeto griego, primera y última letra) de esta forma Cristo es constituido en principio y termino de todo, cualidad solo reconocida  de Dios. Es pues también una profesión de Fe sobre la Divinidad del Señor como Hijo de Dios. Igual que en Daniel, el Mesías es y será Juez supremo de los pueblos y sus habitantes, es una connotación más de este género literario. (Conf: Isaías capítulo 41 versículo 4). (43).
                                                                                                                 
     
Esas cualidades mesiánicas son necesarias para establecer su reinado y poder ser comprendido por los creyentes particularmente de la época de Juan, no implica con ello que su valor sea hoy pretérito o pasado,  simplemente argumenta que el modelo imperante  era más popular en aquellos días que hoy. La realidad de tal destinación temática esta presente ahora en la compleja realidad política y sus distintos modelos donde una economía sofisticada y una connotación tecnológica hacen la diferencia en su explicitación pero el fenómeno de dominio y explotación social es el mismo, las alienaciones estructurales cambian de época pero no de naturaleza. (44).


APOCALIPSIS: Es una clara especulación teológica de alto vuelo en la Iglesia primitiva y en potencia en la época de los profetas, particularmente de Daniel, Jeremías, Isaías, Ezequiel, Joel, entre otros  (45).


En cuanto al mundo o escenario tanto de las visiones como de los conflictos Juan hace una muy particular separación ya que se está refiriendo  a los paganos  y sus creencias como sistema de vida (46). El creyente vive en el mundo pero recuerda que no es del mundo, esta separación crea por sí misma un Ethos de Fe que Juan plasma eficientemente en su Evangelio, miremos el Texto inspirado:


9. Por ellos ruego; no ruego por el mundo, sino por los que tú me has dado, porque son tuyos; 10. Y todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío; y yo he sido glorificado en ellos. 11. Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno como nosotros. 12. Cuando estaba yo con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me habías dado. He velado por ellos y ninguno se ha perdido, salvo el hijo de perdición, para que se cumpliera la Escritura. 13. Pero ahora voy a ti, y digo estas cosas en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría colmada. (Juan capítulo 17 versículos 9-13). (47).


El Ethos señalado corresponde a la tradición que genera la enseñanza sobre Cristo y su Evangelio. Argumento fundamental de la Iglesia primitiva. En cuanto al capítulo 4  que es el preámbulo de las profecías Joanicas vemos como la descripción del que está en el Trono (Dios)  en el versículo (3) se hace por medio de figuras que evitan a todo riesgo el emplear comparaciones humanas dadas su Majestad. La gloria de Dios toma una especie de forma en el esquema monárquico de Juan, esta sobre un Trono, es la única referencia sobre el mismo. Es también una manera de evitar trivializar su mensaje y contenido  que supera cualquier postura o connotación humana (48) Trono implica gobierno  de esta simbología se desprende las imágenes sobre los 24 ancianos que están ocupando los tronos, puede ser una alusión a las tribus del pueblo judío y los apóstoles pero definitivamente es un gobierno del mundo y las implicancias que esto trae son palpables, reconociendo que su autoridad viene de Dios.

Aquí en el capítulo citado hay figuras de origen profético, es decir, de los recursos empleados por profetas como Isaías y Ezequiel. Si tocamos la puerta de los Santos PP. de la Iglesia ellos y particularmente Ireneo designa estos fenómenos (viento, agua, rayos) a una manifestación simbólica de los 4 evangelistas (Evangelio). El mensaje del Señor llega  a los confines de la tierra (49). Las distintas concepciones alegóricas no desvirtúan  ninguna simbología solo contribuyen a exacerbarla según sea la época y el contexto, bien podríamos asumir que el género apocalíptico se nutre o se explicita en las distintas expresiones alegóricas que generan en el común sentir o pensar eclesial. Los seguidores de Dios son aquellos que preservados le Adoraran siempre, desde tal dialéctica todo lo opuesto es del mal en su expresión más pura. Aquí el juicio final coincide con el “Día de Yahveh” (Joel capítulo 2 versículos 1-3). La realidad de este “Día” es la recopilación de cuanto ha sucedido y Dios podrá en su lugar, por extensión Juan en su obra lo retoma como Día de Dios (50).


1. Tocad el cuerno en Sión, clamad en mi monte santo Tiemblen todos los habitantes del país, porque llega el Día de Yahveh, porque está cerca 2.  Día de tinieblas y de oscuridad, día de nublado y densa niebla,  Como la aurora sobre los montes se despliega un pueblo numeroso y fuerte, como jamás hubo otro, ni lo habrá después de él en años de generación en generación. 3.  Delante de él devora el fuego, detrás de él la llama abrasa. Como un jardín de Edén era delante de él la tierra, detrás de él, un desierto desolado. No hay escape ante él.  (51).



Solo citamos a Joel pero no podemos perder de vista que la dinámica profética veía en el Día de Yahveh la recapitulación de la obra Divina en términos de Justicia y libertad para su pueblo ya que no es posible un mal que no sea superado.  La superación del pecado y sus estructuras es obra de Dios cuando el creyente comprende su papel en la Salvación y lo hace partícipe de la naturaleza y todas las condiciones propias de la vida. Juan ve en el pecado la mayor abominación posible y sostiene tácitamente que el pecado en las distintas formas abrazadas desfigura la imagen de Dios en su obra (52).

No hay escape, es una interpretación apocalíptica de un juicio no contra una persona o comunidad sino de índole universal acercándonos a una especie de Recapitulación como sostendría Ireneo (53) apoyado en el pensamiento Paulino. Pues desde la perspectiva de la Recapitulación el pecado tendrá su fin y con el todo el reinado de muerte y destrucción del que fue víctima tanto el pueblo de Israel como la futura Iglesia y en síntesis toda la creación contaminada por el pecado de la humanidad  (54)… En Juan la noción histórica de la percepción del tiempo no es lineal e involucra el sentir y quehacer de la Fe de los bautizados. La clave interpretativa supera cualquier posible connotación de tiempo en la dialéctica de nuestra historia, es tanto como decir: “Ahora, pero todavía no”. (55).


CLAVE INTERPRETATIVA: El Apocalipsis no posee tiempo formalmente hablando sino distintas situaciones que impulsan el final de los tiempos sin que sea dramáticamente fijado en el tiempo de los perseguidores romanos o en nuestro presente, es una percepción de tiempo vinculado a la inmediatez de nuestras emociones y experiencias personales, y en general a lo que sucede en el mundo… (56).


Sobre la clave interpretativa que ligamos eidéticamente con los capítulos 6 al 9, son el preámbulo de la caída del imperio romano que como es sabido comenzó su deterioro en el siglo IV después del Señor. Tal figura aquí contenida es producto de la manera como Juan lee la historia y la  relaciona con la intervención de Dios a favor de su pueblo y en este caso de su Nuevo Pueblo la Madre Iglesia. Miremos los contenidos  que acompañan a estos capítulos citados (57):

1-      El Cordero rompe los sellos,  y la presencia de los 4 Jinetes y sus colores son en realidad una figura alegórica que sitúa este escenario en las amenazas  anunciadas por los profetas al pueblo judío, temas como hambre, guerra, esclavitud, enemistades y conflictos, peste, describen una serie de castigos al pueblo cuando pierde su rumbo. No todo es castigo siempre triunfa tanto el creyente como el valor sobrenatural del mensaje que nos mueve a obrar como es debido. Estas alusiones y sus imágenes culminan con una clara exhortación al Dia de Yahveh (Capitulo 6).

2-      Los servidores de Dios… Posee un mensaje que a la par con el anterior está hablando sobre los escogidos, que son quienes permaneciendo files al Señor guardan su mensaje para luego convertirlo en vivencias concretas de su grande testimonio. El numero dado es simbólico y habla de totalidad no de cantidad en las categorías que todos conocemos de las matemáticas, 144.000 es el resultado de multiplicar el cuadrado de 12 por 1000. En la numerología de las Escrituras inspiradas esta cifra es sagrada en términos de concreción y limite a la vez de la idea de liberación. Estos escogidos sufrieron persecución y están ahora victoriosos,  es una alusión más sobre el gobierno de Nerón en Roma (capitulo 7 versículo 14). (Capitulo 7). Juan acude una vez más a las profecías Isainianas, miremos el versículo 17 del presente capitulo: "Porque el Cordero que está en medio del trono los apacentará y los guiará a los manantiales de las aguas de la vida. Y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos." En realidad manifiesta un estado ideal que supera el relato del Génesis sobre el Paraíso donde vivían nuestros primeros padres.

3-      Las oraciones de los santos apresuran la llegada del Gran Día. El capítulo 8 inicia con el Sello 8, del que se anuncia un gran silencio por espacio de media hora, en la tradición profética de Israel el “silencio” era augurio de un decreto o manifestación de Dios. Habla también sobre una liturgia muy particular de índole celestial, es visto por la Iglesia como una alusión  de la Iglesia  Triunfante encabezada por los santos, la tradición anglicana coincide totalmente con su fuente, en esta apreciación teológica, nos referimos a los santos PP. de la Iglesia. Las plagas a las que se refiere este capítulo son una evocación a las plagas experimentadas por los egipcios (versículo 6).  La realidad expresada por este capítulo nos ubica una vez más en la expectativa escatológica de esta revelación.

4-      El capítulo 9 se mueve en la misma dirección de la estructura compuesta entre los capítulos (6, 7, 8). La estrella caída los santos PP. de la Iglesia han visto en ella figura de satanás, el lenguaje empleado busca liberar al creyente de la carga interpretativa en una fuerte especulación doctrinal. Las langostas citadas en este capítulo fueron vistas por  Jerónimo (PP. de la Iglesia siglo V)  como las invasiones  de las que fue víctima Israel en su historia, asirios, romanos, persas, griegos, entre otros. La visión de esta plaga no se ubica en tiempo presente para Juan sino en la evocación de la historia de su pueblo. Y lleva estos tormentos al plano espiritual cuando es factible ver en ellos los ataques del demonio a los creyentes (bautizados) (58).  

Continuaremos en la Parte Dos…

BIBLIOGRAFÍA/ ARTÍCULOS/ FUENTES Y CIBERGRAFÍA.

2-      Teólogo protestante de origen Suizo, Oscar Cullmann (1902-1999).
3-      Movimiento que involucraba el género apocalíptico en Asia Menor cuyo epicentro era la ciudad de Éfeso sobre la segunda mitad del siglo 1.
4-      Biblia de Jerusalén, Edición Española, DIRIGIDA por Ángel UBIETA.
5-      Nota del autor.
6-      Nota del autor.
7-      Nota del autor.
8-      Nota del autor.
9-      Nota del autor.
10-  Nota del autor.
11-  Nota del autor.
12-  https://ec.aciprensa.com/wiki/Apocalipsis. https://www.aciprensa.com › Recursos › Biblia.
14-  Nota del autor.
16-  Notad el autor.
17-  https://www.bibliacatolica.com.br › La Biblia de Jerusalén › Ezequiel.
18-  https://www.bibliacatolica.com.br › La Biblia de Jerusalén › Ezequiel.
19-  https://www.bibliacatolica.com.br › La Biblia de Jerusalén › Jeremías.
20-  https://www.bibliacatolica.com.br › La Biblia de Jerusalén › Apocalipsis.
21-  Nota del autor.
22-  Nota del autor.
23-  https://www.bibliacatolica.com.br › La Biblia de Jerusalén › I Juan.
24-  https://www.bibliacatolica.com.br › La Biblia de Jerusalén › 2 Juan.
25-  Nota del autor.
26-  Nota del autor.
27-  Nota del autor.
28-  https://www.bibliacatolica.com.br › La Biblia de Jerusalén › Juan 10.
29-  Nota del autor.
30-  https//www.bibliacatolica.com.br/La Biblia de Jerusalén/ Mateo 24.
31-  Nota del autor.
32-  Nota del autor.
33-  Nota del autor.
34-  Nota del autor.
35-  Nota del autor.
36-  Nota del autor.
37-  https//www.bibliacatolica.com.br/La Biblia de Jerusalén/ Éxodo.
38-  Nota del autor.
39-  Nota del autor.
40-  https://www.bibliacatolica.com.br › La Biblia de Jerusalén › II Samuel.
41-  Nota del autor.
42-  Nota del autor.
43-  https://www.bibliacatolica.com.br › La Biblia de Jerusalén › Isaías.
44-  Nota del autor.
45-  Nota del autor.
46-  https://www.bibliacatolica.com.br › La Biblia de Jerusalén › Juan 17. Nota del autor, realidad del mundo material y espiritual.
47-  https://www.bibliacatolica.com.br › La Biblia de Jerusalén › Juan 17.
48-  Nota del autor.
49-  Nota del autor.
50-  Nota del autor.
51-  https://www.bibliacatolica.com.br › La Biblia de Jerusalén › Joel.
52-  Nota del autor.
53-  Obispo de Lyon, y Padre de la Iglesia. La información sobre su vida es escasa, y hasta cierto punto inexacta. Nació en la Asia Proconsular, o al menos en alguna provincia colindante, en la primera mitad del siglo II; la fecha exacta es controversial, entre los años 115 y 125, de acuerdo con algunos, o, de acuerdo con otros, entre el 130 y 142. Es cierto que, aun siendo muy joven, Ireneo había visto y escuchado al obispo San Policarpo (m. 155) en Esmirna. Durante la persecución de Marco Aurelio Antonino, Ireneo fue sacerdote de la Iglesia de Lyon…
54-  https://ec.aciprensa.com/wiki/Exégesis_Patrística:_San_Ireneo
55-  Nota del autor.
56-  Nota del autor.
57-  Nota del autor.
  





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