EVANGELIO TRANSPERSONALISTA… Cuarta Parte.
EN CONTEXTO.
La visión que poseen
los evangelios sobre la persona humana es siempre la misma solo cambian algunos
matices propios de la visión de cada uno de sus autores. Nos referimos a la
dinámica de presentar algunas veces estereotipada su relación con el Redentor. Estos
momentos son determinantes para ubicar gramaticalmente la acción y su reacción.
Para ilustrar lo anterior analizamos por citar solo uno de tantos ejemplos a Marcos su Evangelio plasma
magistralmente la relación en un plano directo de su concepción Antropológica/Trascendente… Cuya clave
exponencial será la actividad del Señor con sus discípulos y la forma como esa
intimidad construye paulatinamente sus vínculos trascendentales, miremos la
fuente textual: Había precisamente en la
sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo y se puso a gritar. Que
tenemos nosotros contigo Jesús de Nazaret… (Marcos capitulo 1 versículo 23).
El reconocimiento que el “mal” en su forma más pura hace del Señor es sin duda
uno de los móviles de mayor impacto en la formación de sus discípulos. El mal reconoce su Autoridad lo que no está
implicando que acepte la misma. Los discípulos asombrados simplemente se
encuentran en un Estadio de madurez espiritual por demás incipiente. Estos
mismos hombres y mujeres deberán evolucionar hasta llegar a la convicción de la
Autoridad de su Señor por Amor y no por su manifestación en si… Lo Transpersonal del Evangelio se expresa
en las categorías de la comprensión del
Creyente que aun sin experimentar cuanto estos describen aman a Dios por sobre
todas las cosas. La
visión Marcana La presencia del mal es
la paulatina pérdida de la presencia de Dios. Su rechazo sistemático deja
espacio para una presencia particular que superando cualquier estereotipo nos
remite al mal en su forma concreta. La declaración del mal no es precisamente
un acto de Fe sino de absoluto rechazo al Reino
de Dios que encarna Nuestro Señor. La situación social en Israel para esta
época era bastante caótica y las prácticas culticas estaban relajadas siendo permeadas por otras
costumbres… El desconocimiento de la Ley Mosaica por parte de un amplio sector
de Israel trae consigo la pérdida de Identidad y con ello se mina la Esperanza
en la restauración de su pueblo. El
pecado se transforma en estructura que afectará progresivamente la Cosmovisión
judía al punto de no encontrar respuesta a sus plegarias y buscar de una manera sesgada la vivencia de
sus postulados que a la cuesta son los mismos vividos durante su experiencia en
el desierto, solo que aquí la libertad e Identidad fueron “secuestradas” por
las circunstancias de vida. La tradición del segundo Evangelio nos pone en la
perspectiva de una compleja escogencia entre el bien y el mal y como la vida
espiritual no se fundamentará en manifestaciones sobrenaturales de Dios sino en
el Amor del Creyente. Esta relación se mira desde otra óptica que por lo
general no es la compartida por la espiritualidad tradicional de Israel donde
la relación con Dios se daba en el escenario de las manifestaciones
sobrenaturales y todos los signos y prodigios que acompañan a esta. Marcos se
centrará en la relación amorosa de carácter testimonial y habla en esta
dirección a una nación deseosa de ver grandes prodigios que restauren su pasada
gloria. La sencillez de Marcos contrasta grandemente con las pretensiones de
las autoridades religiosas de Israel y su paradigma es la clave interpretativa.
El llamado Secreto Mesiánico se manifiesta precisamente en la forma como
Marcos plantea esta relación de profunda espiritualidad con Jesús. Ver obras
portentosas es fácil y creer posteriormente se asumiría como una consecuencia
de lo visto pero el punto fundamental de este Evangelio radica no en lo
anterior sino el poder del Amor que construye paso a paso una relación
autentica y desprovista de ambiciones distintas al Amor. El Secreto es una intuición de la dinámica
Trans-personalista de este Evangelio
en la forma como Marcos sale de la comodidad de otros relatos rematados con
señales prodigiosas para centrase exclusivamente en la confesión del corazón
del Creyente o bautizado. Lo Trans-personal es sin duda la razón de
una exposición que abandona los postulados estereotipados que en la tradición
judía acompañaban una gran manifestación de Dios para dar paso a una
interiorización del fenómeno en el concepto perceptible en el que se convierte
el accionar del Redentor. Un Contexto marcado
por el desprecio de la vida y la aceptación de algunas prácticas
deshumanizantes que hacían de los Israelitas presa fácil de nuevas culturas… El
fenómeno de las relaciones sociales trasciende la concepción de un denominado Monarca escogido por Yahveh para
convertirse en una maniobra política que solo pretendía asegurar la autoridad
de las clases dominantes en la perspectiva de la Fe judía como tal. Recordemos
que ellos llevaron a Jesús ante la autoridad invasora porque ellos no podían
condenar a muerte. Este drama se gesta en medio de la polémica que implica para
el judío de la ocupación la usurpación de sus poderes institucionales ya que el
centro de la polémica legal no es la Justicia sino el “poder dar muerte” estas
escenas parecen repetirse en el presente cuando la Sociedad cristiana se olvida
de sus fundamentos de Fe y camina en medio de situaciones ajenas al Evangelio y
lo peor cimenta su existencia sobre un fundamento que es el mundo y no el
Resucitado. El Contexto es claramente hostil a Cristo y su Evangelio y debe
confrontarse con los poderes del mundo. La confrontación se siente con todo
rigor especialmente en la superficialidad
de los bautizados que descuidando su Fe caminan bajo el signo de lo sensitivo
olvidando la trascendencia de la relación asumida en el Pacto Bautismal… La relatividad es también patrimonio de su época y
de la nuestra. Una relatividad que desprecia los valores evangélicos por ir en busca de otros esquemas
de satisfacción inmediata que en nada configuran su felicidad presente. Es pues
la lucha constante por la supremacía del Amor y su Cultura la misma que
reivindica los Derechos y Deberes del bautizado en su entorno. El Contexto
redimido pasa por la presencia de la Gracia en todas sus actuaciones y
presencias. Solo con la Gracia es factible reconocer en el otro la filiación
que subsiste en cada uno de nosotros. Solo por medio de la Gracia la vida se
convierte en una Hipostasis de Amor entre Dios y el bautizado. En una relación
de principio y fin salvíficos. El propio Señor contextualiza su Palabra y la
transforma en luz de su Reino presente en el Amor. Cristo enlaza
convenientemente el Reino con la vida del Creyente y lo convierte en Sujeto
portador de su Esperanza donde cada evento significa tanto como la Gracia lo
constituye en su manifestación perenne. Marcos anuncia el ideal del Mesías
entre su pueblo y busca esta referencia en el corazón del Creyente y no solo lo
deja a merced del testimonio ritual judío sino del poder de su corazón para
contener la Gracia de Dios. El Personalismo
Marcano se expresa en los términos del Reino de Dios y como este llega a
redimir las situaciones de vida más complejas en las personas. Un Reino que se
centra en la exposición del Amor como su fundamento tanto en la Fe como en el Testimonio. Ya llega el Reino de Dios y los
paradigmas del mundo son de naturaleza irrealizables y por lo tanto no conceden
al ser humano plenitud alguna (Marcos capítulos 1-2-3) Las acciones son
descritas de una forma simple pero concreta y diciente. Este Contexto es claro
para el Creyente, es un Dios que obra bajo la Esencia de sus relaciones que es
el Amor.
COMO
CONCRETIZAR LO SOBRENATURAL
EN MARCOS.
La concreción de este
Evangelio es bien particular, muchos PP de la Iglesia creían que en su desorden
Textual había una particular intención. Esta intención se dibujaba paulatinamente conforme se profundizaba en la naturaleza de su
mensaje salvífico. La serie de eventos sobrenaturales (Milagros) que inician a
partir del capítulo 1 versículo 21, no comienzan sino hasta divisar la
instrucción correspondiente y ser estas acciones sometidas al peso de la
Escritura. No se trata solo de una acción liberadora puesto que la liberación
inicia en la Instrucción dando a
cada Creyente una fundamentación de su propia Esperanza y superando así el
mediatismo del Rito y lo sobrenatural de su acción. El Milagro está garantizado
pero no significa que sea la finalidad del Creyente, es pues, una confirmación
de la Voluntad salvífica de Dios. El término de la obra reveladora del Señor es
visto por Marcos como el inicio formal del Reino de Dios que se manifiesta en
la sencillez de la Fe del bautizado y su cercanía con Cristo. Miremos pues el
versículo 21: Llegan a Cafarnaúm. Al
llegar el sábado entro en la sinagoga y se puso a enseñar… La enseñanza es
el bastión de donde se lanza la proclamación del Reino y donde se materializa
la concepción teológica del pueblo sobre el Dios revelado. Marcos ve la necesidad de
identificar el Reino de Dios con las Obras
santas y nuevas de Jesús asumiendo que ellas son fruto de la naturaleza de
este Reino que es rápidamente asociado con la Persona del Salvador. La
enseñanza es más importante que la acción en sí, ya que el obrar del Señor es
consecuencia de lo que ÉL ES y en la
dirección en la que se desplaza su mensaje. Cada milagro descrito por Marcos
que entre otras cosas es el Evangelio en
Movimiento describiendo más que los otros evangelios el recorrido salvífico
“bien intencionado del Señor” como expresión de su compromiso y generosidad con
la humanidad. El tinte liberador es también una luz que despeja la oscuridad de
quienes presa por el mundo y sus estructuras buscan afanosamente a Dios y su
Justicia. Los Milagros Márcanos son de clara orientación en esta dirección. No se trata solo de una
restauración de índole social o personal es la exposición de todo el conjunto
de las intervenciones de Dios que movido por Amor quiere que sus hijos en
Cristo sean mejores y libres. Este fundamento del ser y vivir en libertad es
principio de la Economía Marcana que
deja en libertad al Creyente para asumir y abrazar de corazón su Fe en Cristo y
no cegado por los milagros y prodigios “Amar
con el vientre lleno y el corazón sano es fácil” pero reconocer a Dios en cada paso que
vivimos y aun cuando el plan nuestro no se desarrolla como lo esperamos, aquí
radica el intríngulis de la acción salvadora y liberadora como tal y para tal.
Marcos aterriza los milagros del Señor aquí descritos en el panorama de la
Esperanza del israelita promedio, en aquel que no tiene muchas posibilidades de
ser reivindicado o defendido por las instituciones de su País. Las postraciones más complejas y difíciles
son asumidas por este evangelista desde su concepción de un Dios con
Nosotros que se convierte fácilmente en un Dios entre nosotros. Ese estar entre
nosotros fija una postura interesante como gratificante al asumir que Cristo se
relaciona perfectamente en cualquier dinámica que el ser humano necesite.
·
Dios
con nosotros.
·
Dios
entre nosotros.
·
Dios
por medio de nosotros.
·
Dios
liberador entre nosotros.
·
Dios
liberador con nosotros.
·
Dios
liberador por medio de nosotros.
·
Dios
sanador al nivel de la conciencia del bautizado.
·
Dios
liberador al nivel de nuestra conciencia.
·
Dios
Amor cuya Gracia es intransferible una vez llega a nosotros.
·
Dios
y Señor de Justicia e Integración de la humanidad redimida.
·
Dios
que restablece nuestra confianza y seguridad.
·
Dios
presente y nunca ausente.
Son
solo algunas de las características que Marcos desea que veamos en los milagros
descritos de su Evangelio y como se centra en la acción y reacción del
Creyente. La clave interpretativa que argumenta Marcos está bien definida especialmente
en el versículo 25. El encuentro con la entidad maligna fija una postura
definitiva en los sucesivos encuentros del Señor con la enfermedad humana. Se
abre todo un abanico de posibilidades para quedar libre y limpio del dominio
enajenador del pecado y sus postraciones. El mal no reconoce el Amor de Dios
pero si puede experimentar como es excluido del mismo. El Amor de Dios es en si
la fuente de toda obra liberadora y de todo mensaje contenido en los Evangelios
particularmente como revelaciones de su Adorado Hijo. La limitación tanto
física como espiritual y moral es clara consecuencia del pecado que atenta
contra las estructuras de la Sociedad y con su influjo se desarrolla una seudo
cultura donde la Ética y la Moral del Creyente son asaltadas constante por las formas variadas
de pecado. La respuesta de nuestra parte
está formalmente cimentada en la manifestación del Amor de Cristo que
literalmente se emparenta con el nuestro en una relación salvífica sin
precedentes. Su recorrido se centra en la perspectiva de un ir y venir en
conexión directa con el templo judío o sinagoga (versículo 29). El común
denominador que Jesús encuentra en sus recorridos los resumimos en dos estados
particulares de postración y esclavitud: enfermedad y endemoniados como apuntando a una
verdad moral que toca las fibras del alma del Creyente que desafortunadamente
se convierte en esclavo de las manifestaciones de debilidad en su vida y lo más
preocupante en las relaciones que construye con quienes componen su Entorno. El
sentido profundo de Marcos en cuanto a su Secreto Mesiánico es bien elaborado y
no es fruto de una invención literaria sino de una concienzuda propuesta de
inclusión de la revelación de Jesús en medio de los suyos donde prima la
interioridad del bautizado. El Secreto es la posibilidad de establecer un principio revelador donde la madurez de la relación sea el factor
determinante para configurar las creencias de los bautizados. Un secreto que
solo la intimidad espiritual podrá debelar y que no necesita de manifestaciones
distintas a la espiritualidad y al amor que nos une con el resucitado.
Marcos ve la posibilidad de trascender
su opción evangélica y determinar así que la presencia de Cristo es en sí Intrínseca
al bautizado lo que implica una nueva y
definitiva concepción de la existencia a la luz de la revelación.
EL JESUS MARCANO.
A
diferencia de los demás evangelios Marcos tiene la capacidad de presentar a un Jesús
“desnudo” desprovisto de poder y grandes señales que aterriza su dinámica antropológica
a la perfección restándole brillo a su condición explicita de Dios. Este brillo
es bien intencionado puesto que su finalidad es presentarle en el ámbito de la
absoluta confianza y posibilidad de establecer una relación basada en la Fe y
reconocimiento de su Naturaleza actuante en el plano de la Trinidad, es decir,
de un vinculo que se comunica de Dios
hacia la Humanidad pero en el camino de dicha relación la entrega se
transforma en la Fuerza motora de
nuestra Fe en Cristo. Marcos
pretende dibujar un plano antropizado de la revelación potenciando al ser
humano y dándole la capacidad de entregarse también a la comunicación con su Dios y Señor. El tiempo de Jesús es
ampliamente compartido con los necesitados que acuden a Él durante sus recorridos misioneros. Este interactuar
es vital a la hora de crear la conciencia religiosa sobre la forma como el
Mensaje de Jesús llega a los contemporáneos de su pueblo. El Jesús que sale del
Padre es el mismo capaz de caminar entre otros hermanos y vivir las mismas
situaciones que estos están atravesando pero también puede abrir el cielo a una
nueva luz perenne que a diferencia del imaginario judío no se apaga o pasa. Cristo
es la luz testimonial capaz de forjar vida y libertad sin importar la condición
de quien la recibe ya que su poder es el transformador de la vida y sus
distintas realidades. La Sangre de Jesús tiene aquí todo poder para sanar
liberando la conciencia del bautizado. El autentico reconocimiento de Jesús
como tal se dará explícitamente en la Cruz donde el escándalo del Dios y Hombre
verdadero sacudirá las estructuras e imaginarios de la revelación y
espiritualidad de su pueblo. El signo del sábado y su poder legal es ya relativizado
por el Salvador capitulo 2 versículo 27 decimos
relativizado puesto que la presencia del
Salvador es determinante para la superación
de modelos arcaicos culticos que afectan la concepción de la humanidad del
Salvador. El sábado sirve a los fines ritualistas de Israel más no a la revelación
de Jesús. Los fundamentos de la Ley Mosaica fueron potenciados plenamente por
el Mensaje liberador de Jesús que busca así superar las viejas estructuras de
Fe que encadenan tanto la razón como la voluntad de los bautizados. Miremos algunas definiciones al respecto:
·
Jesús
histórico desprovisto de brillo.
·
Antropología
trascendente sometida a la praxis de nuestra realidad perceptiva.
·
Centralidad
en la relación personal y confianza absoluta.
·
Exalta
la humanidad del Salvador.
·
Solo se llega al Señor si la Fe madura y
evoluciona a una relación plena desprovista de otros intereses.
·
Al
Jesús presentado por Marcos solo se llega por autentico y verdadero Amor y no
por necesidad milagrera o petición alguna.
·
La Gracia entra en la Historia concreta con la
Encarnación y se comunica en cada acción del Señor por imperceptible que esta
sea.
·
La
fuerza que hace posible el Reino de Dios radica en el Amor de Dios comunicado
en la Persona de su Hijo.
·
Esta
fuerza de su Amor es la que en los milagros opera las distintas curaciones y
liberaciones, es la fuerza de su Amor revelado en su Humanidad asumida en el
Vientre de una Virgen.
·
Solo
quien ama a Cristo podrá ser testigo de todo lo anunciado, ese amor dará la confianza
para ver sus obras salvíficas.
·
Los
milagros del Señor son signo de la misión asumida en bien de la humanidad y de
paso invita a los suyos a vivirlos y continuar su obra en la tierra. Es este el
principio más arcaico de los evangelios sobre la obra misionera de la futura
Madre de los bautizados, es decir, la Iglesia.
·
El
Transpersonalismo de este Evangelio ubica al Señor en la cúspide de la entrega
por otras y otros.
·
El
personalismo Marcano no se centra en el Poder
de Jesús ante la enfermedad sino en la capacidad de amar de la persona.
·
El
Amor de Dios es la raíz de toda obra buena.
Superando
los paradigmas existentes Jesús se presenta como el enviado y asume desde la perspectiva
de la revelación su papel en la tierra. Un esquema particularmente distinto al
Evangelio Joanico pero suficiente para construir los relatos bajo el signo de
la revelación contenida en la Persona de Jesús que
poco a poco muestra su condición de Hijo de Dios. La purificación como parte de
la espiritualidad ronda la vida de todas y todos, sin esa Gracia es imposible
crecer en la vida espiritual e integrarnos a Cristo en su plenitud. La Cruz es
la raíz de ese fuego purificador como tal. No es tan relevante el orden temático
para presentar su contenido sino la manera como aparece la relación de Jesús
con el entorno y con sus discípulos. Este esquema propio de Marcos sin duda se
debe a su antigüedad y la manera como se agrupaban los relatos de la vida y
obra de Jesús pero posee una riqueza inagotable y es precisamente que
privilegia sensiblemente los vínculos creados entre Jesús y su entorno. Es pues
fundamental para la comprensión del
segundo Evangelio. Es el primero en la tradición evangélica en cuanto a su
estilo literario lo que sin duda es ampliamente superado por Juan en su Evangelio
o en Lucas por su percepción de la realidad y sus ejes relacionales. La dinámica
personalista de su Evangelio busca explayar la relación de sus temas con los seguidores
de Jesús y lo que ello implica para la
vida del bautizado. Es pues un pensamiento en potencia sobre los futuros seguidores
de Cristo y más en un ambiente judío por excelencia. La discusión que se
presenta ante las obras de Jesús no solo posee una implicación política entre
los suyos y el esquema religioso imperante sino que muestra una característica literaria
arcaica que acompaña a Israel desde sus comienzos. Es pues la tentación el “pan de cada día” en
esta relación salvífica, recordemos la travesía del pueblo en el desierto por
su desobediencia y como el propio Moisés murió sin entrar en la tierra
prometida. No perdamos de vista que Moisés se comunicaba con Yahveh era una comunicación
“Unilateral” del Dios que se revelaba a su siervo. En cuanto a Jesús la comunicación
se aborda desde la dinámica personal y fraterna lo que no deja espacio para la división
o la misma figura de la tentación. El Secreto Marcano es de fuete tendencia
personal en la relación que busca debelarlo y solo cuando esta relación se
concretiza el Creyente puede decir que conoce y ama a Cristo. Marcos no deja
espacio al inmediatismo sino a la experiencia de los hechos de amor en nuestras
vidas.
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