Génesis
capítulo 1 versículo 1-2, 4ª. 2 Corintios capítulo 13 versículo 11-13. Mateo
capítulo 28 versículo 16-20.
La raíz de nuestra
revelación es Trinitaria por antonomasia, no es un asunto de adaptación al
monoteísmo judío como suponen algunos autores modernos. Nosotros vivimos la
Tradición y la revelación de un Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. La
Esencia de Dios es la misma, no cambia o se altera, nos referimos a las
funciones y carácter de ellos: Padre Creador, Hijo Redentor, Espíritu Santo
Santificador… En palabras de Agustín de Hipona (constatación Psicológica) ante la insondable profundidad que supera con
creces nuestro intelecto simplemente: Tres
divinas Personas parta Amar y Adorar y luego callar antes que entender o
comprender. Es pues el primer argumento de nuestra Fe. Esta tarea definió
el derrotero teológico de la Iglesia y su exposición en el medio creyente. Antropológicamente hablando se buscó una
aproximación con la cultura y el entendimiento humano especialmente sobre la
concepción necesaria para la vida del vínculo hombre/mujer y la consabida
consecuencia de la generación de la vida. Muchos interrogantes a ser despejados. El
Padre es Principio sin Principio,
Engendró a su Hijo y Él no fue Engendrado. Es Hijo desde siempre en el
Intelecto o mente del Padre y el Espíritu Santo es Dios que procede de
Entrambos… El Amor une la Voluntad y Mente tanto del Padre como del Hijo y por
Espiración Volitiva procede el Espíritu Santo… (Gran dificultad si nuestra
comprensión es Intelectiva). Un Amor sin límite del que procede quien
tampoco lo tiene. Existe total imposibilidad de nuestra parte para si quiera
acercarnos a su realidad pero a pesar de
ello Dios hace que lo natural en nosotros sea Vestigia de lo Trascendente que
hay en Él como Subsistente por antonomasia. No pretendemos entrar en más
detalles de índole teológica solamente introducir la reflexión que corresponde
a este domingo y su celebración:
Si observamos con
detenimiento la primera lectura encontramos que se está preparando la noción de
la Creación de la nada o Ex Nihilo. Puede sonar una expresión negativa pero
gramaticalmente introduce la noción de la Creación y la Estética que ella
expone como su origen. Lo primero en ser ordenado es la Luz en contrapeso con las
tinieblas que simbolizan el caos y ausencia de orden como de presencia de Dios.
El Génesis de una forma muy especial y bella
a la vez nos ubica en la Voluntad
de Dios para relacionar intencionalmente la Luz con la vida y esta con el orden
de su obra. Dios es un Dios de Orden- Diferencia- Estética como Belleza y
Armonía. Cualidades que constituyen la perfección en sí de la Creación en
la simpleza de sus elementos pero en la riqueza de las manifestaciones de la
vida.
La segunda lectura, nos
presenta la gran riqueza de la
meditación Paulina sobre la Trinidad de Dios. Su Doxología argumenta la realidad de la presencia y funciones de las
Divinas Personas. La Santidad es entendida como producto de la relación sincera
y autentica con el Dios de la Vida, el Amor y el Perdón. Pablo en esta bella
oración plasma el sentir de la Iglesia primitiva. La realidad de la presencia de la SS. Trinidad
involucra la vida y la cotidianidad de la persona humana redimida y anexada al
pueblo escatológico por medio del Santo Bautismo. El ser humano necesita vivir
la experiencia de la Familia y su entorno así como el compartir con ella los
dones y gracias que Dios le concede a su naturaleza
singular. El hogar es una simbología poderosa del don amoroso de Dios y la
familia es modelo Antropizado de su realidad trascendente… Toda obra que
nosotros emprendamos necesita de su presencia y bendición y es así como la SS.
Trinidad destina en función salvífica al Espíritu Santo para que se manifieste presente
en nuestras vidas. Su presencia es signo de buenas y santas obras como de Orden
y Estética justos.
El Evangelio Mateano
centra su atención y por ende enseñanza en la Misión reveladora de la Iglesia apostólica
que en palabras del propio resucitado nos ilustra: Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra (versículo 18)
su poder es la fuente que llega para transformar vidas y conducirlas según la
Voluntad salvífica de la Trinidad Divina. La presencia del Poder de Cristo es y
será el signo contundente de la Misión de la Iglesia y revelación oportuna de
Dios Trinidad como ilustra el versículo 19: Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo… Y desde luego contener en
el corazón y alma de la Iglesia sus enseñanzas. Los PP. Griegos definieron
bellamente la relación de las operaciones de las Divinas Personas: El Padre es la Fuente. El Hijo es el Rio y
el Espíritu Santo es la Corriente. Se
establece una relación necesaria como vital y lo mismo en figura sucede con
nosotros y la Iglesia siendo el Espíritu Santo el Alma de la Iglesia y nosotros
su medio motriz para el desplazamiento del Evangelio y sus enseñanzas. La
presencia Trinitaria en nosotros es Vestigia del Amor de Dios que nunca se ha
quedado lejos de sus siervos. El
bautismo concentra en su Rito y Mistagogia toda la fuerza y poder liberador
de Dios…La Consagración del bautizado es real y esa consagración le dispone
para superar o vencer los obstáculos naturales de los sentidos atados a este
mundo material. La espiritualidad nos revela a Dios y sus multiformes
manifestaciones siendo la Iglesia una de ellas y sin duda de las más poderosas.
Bautizar al ser humano es en definitiva una acción pastoral de la Iglesia como
será atenderlos y cuidarlos como hijos suyos. La vida del Creyente se une a la SS.
Trinidad por Voluntad de Dios. El
Evangelio se centra en la revelación de
Dios en nuestras vidas y lo cotidiano se sublima por su Gracia. A partir de la
presencia Trinitaria en nosotros el bautismo cobra toda su fuerza al punto de
consagrarnos como regenerarnos y anexarnos como novedad a su Reino. El fin del
Mundo no es una cuestión de absoluta preocupación ya que la obra de Dios es
perfecta y plena como llamada a la santidad. Solo Dios crea en santidad y vida
y solo Dios nos ama por sobre toda personal consideración…
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