SEGUNDO ANUNCIO DE LA PASIÓN DEL SALVADOR… (Mc 9: 30-37).
Marcos retoma el tema de la siguiente manera:
Y saliendo de allí, iban caminando por
Galilea, Él no quería que se supiera, porque iba enseñando a sus Discípulos… (30) la forma como se comunican sus enseñanzas
reclama de quienes son instruidos total disposición y actitud ante el Mensaje,
esta es la aceptación que desde la Fe hacen sus Amigos, nosotros declaramos positivamente sobre Dios
en nuestras vidas solo en la proporción en la que vivimos la Integralidad de su
Evangelio, Jesús reclama en algunas oportunidades a los Discípulos sobre esta
postura ante su Palabra Revelada, el temor del que nos habla (Mc) es justo por
la ausencia de la Revelación en la vida de sus Amigos asunto que solo podrá dar
a luz en la medida de la aceptación y cercanía con el Salvador, no estamos ante
los Grandes Signos de corte Apocalíptico, mejor aún, estamos viviendo los Eones
del Espíritu Santo y su Revelación intima…
En este contexto temático es donde se
desarrollan o manifiestan las pretensiones de quienes buscan reconocimiento a
su lado: Y tomando un Niño, le puso en
medio de ellos, le estrechó entre sus brazos y les dijo; El que reciba a un Niño como este en mi
nombre, a mi me recibe, y el que me
reciba a mí, no me recibe a mí, sino a Aquel que me ha enviado… (36-37).
Para Jesús la proyección de la Fe involucra a los demás al Próximo
que también se encuentra enmarcado en la Gracia y la necesidad de la plena y
Total realización Personal, esa acción pasa
por la Gracia que crea Comunidad de Amor y de Esperanza frente al seguimiento
del Redentor, es aquí la Esperanza el elemento que nos conecta con la Futura Realidad
Escatológica de los Bautizados. Declaremos el Amor de Dios como la fuerza
que nos hace sus Hijos y nos involucra en la vida de la Madre Iglesia que
Profesa con los Bautizados la Realidad de su condición Redimida e Inhabitada
por la misma única Gracia “El Amor de Dios”
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