PRIMER
DOMINGO EN CUARESMA. Año B. Colecta en la Página 132 del L.O.C y Prefacio de Cuaresma. Génesis capítulo 9 versículos 8
al 17. Salmo 25: 1-9. 1 Pedro capítulo 3 versículos 18-22. Marcos capítulo 1
versículos 9 al 15.
El relato del Génesis emplea como figura de la Alianza entre Dios y Noé,
sus descendientes y la naturaleza, al
Arco Iris, miremos su
significación en la historia.
Cuando
dos países del mundo antiguo, después de una larga guerra, alcanzaban la paz;
el rey de cada pueblo colocaba en el techo de la sala del trono su arco de
batalla. El arco
daba fe de que ambas naciones habían llegado
a la paz. Cuando los israelitas veían el arco iris en el cielo pensaban,
metafóricamente, que era el arco de
Dios. De ese modo, entendían que el Señor había colgado su arco en las
nubes y establecido la paz definitiva con su pueblo y con la Humanidad entera.
|
Esta metáfora es
explicita y su sola exposición nos aclara la significación que este fenómeno
natural tenia para el pueblo de Israel. Es el Dios de la vida y su Paz la que
puede transformar la vida del ser humano y su condición, de este modo, vivir en
Paz se convierte en una gracia que solo procede de Dios misericordioso ya que
nosotros, por nuestra sola fuerza es imposible vivir en perfecta Paz y por ende
Armonía. Noé y su familia son testigos
de este momento crucial en la vida
de quienes habían sobrevivido al diluvio. Recordemos hermanos que la
Alianza con este personaje afectará incluso a la creación y será totalizante
del amor de Dios por nosotros y todas las manifestaciones de la vida, mientras
que en Abraham solo afectará al pueblo escogido siendo inicio de
un fundamento histórico de índole trascendente (Circuncisión). Y en Moisés será por medio de la Ley
especialmente en la observancia del sábado.
El
Salmo 25 en sus versículos del 1 al 9, nos invita a “levantar nuestra alma a Dios” es una
figura para hablar de la necesidad de sublimar nuestras vidas y muy particularmente
la experiencia de Fe en el Dios amoroso, en Aquel que nunca nos dejará solos.
Es pues una invitación a la perfecta confianza en Dios y para lograrlo el
creyente deberá conocer sus caminos y lo que en su vida hay por Voluntad de
Dios. Solo Dios revela su designio sobre nosotros no para que nos
envalentonemos sino para que dimensionando lo que realmente somos nos pongamos en sus manos cargadas de Esperanza
y muchas bendiciones. Dios muestra el camino de todas y todos y lo hace
pensando en nuestro bienestar. Para conocerlo
es indispensable la humildad, de lo
contrario, la soberbia solo nos alejaría de su Amor inmensurable y gratuito.
El
Apóstol Pedro en su Primera Carta, nos relata sus propias creencias en Cristo y
las implicaciones que estas tienen en la vida práctica y por lo tanto en cada
una de las expresiones de nuestra cotidianidad. Esta entre otras cosas,
haciendo alusión directa a los misterios que rodearon la Pasión, Muerte y
Resurrección, así como la Ascensión del
Señor a los cielos, el poder de Dios y su manifestación en el creyente es tema
que transparenta la intención de Pedro
por dejar en claro que la mano de Dios interviene, y así mismo se revela Dios. Es
una bella analogía que nos habla de la liberación ya no por iniciativa o esfuerzo
humano sino por Voluntad salvífica de Dios en Cristo. En cuanto a los santos son como en Pablo quienes han sido fieles al mandato del Evangelio y lo
vivieron y viven con absoluta radicalidad y compromiso. Así como Noé y su familia sobrevivió “pasando por el agua” y el pueblo
liberado caminó entre las mismas, de
igual manera nosotros lo hacemos gracias
a Cristo el vencedor de la muerte y
el pecado. Recordemos que el agua es empleada en los “rituales de pureza”
pero su eficacia es solo corporal, en Cristo
es todo lo contrario, es la trascendencia a la eternidad de su Reino de Amor y
Vida. El poder de Cristo es también, en
este contexto israelita, legal, judicial, y sobre todo abogado, recordemos una
vez más que estamos escenificando un esquema como se vivía en su época… Anuncia implícitamente su retorno
especialmente en cuanto corresponde a su autoridad.
Marcos,
en consonancia con la misión del Señor lo ubica en su Evangelio justo después
de la aparición del Bautista, este
momento es fundamental en Marcos ya
que Jesús inicia su vida ministerial justo en el ocaso del Precursor estableciéndose un principio de relevancia de su mensaje.
Tampoco profundiza el tema de las tentaciones tan presente en Mateo y Lucas. Las etapas del plan de Dios se cumplen a cabalidad parece
ser el mensaje de este orden Marquiano.
También es posible ver un
cambio radical e incluso dramático de los esquemas de manifestación y elección en los profetas,
recordemos que ellos fueron llamados por el propio Dios, mientras que Jesús es testigo de una “Voz” que llega de las alturas y es difícilmente percibida por los
testigos, de allí la dinámica en la que el evangelista describe la escena. También es posible identificar la acción y la presencia
del Espíritu Santo en Jesús como fue la
manifestación en Moisés así citado
por el Trito Isaías (capitulo 63 versículo 11) por esta
razón si lo meditamos a la luz Isainiana es posible concluir la similitud y
sobre todo la fundamentación en la sique judía de esta escena y sus implicaciones
para la vida del pueblo.
El Evangelio quiere hacer
énfasis en la dinámica de la elección y manifestación al mundo de la Voluntad
salvífica del Padre Dios y como este mandato se ha intimado en la vida del
Redentor al punto de configurarlo de cara a la humanidad necesitada de su Amor
y sacrificio. Es pues un mandato la Reconciliación como emparentamos este Texto
Marquiano con la realidad cuaresmal. La
Paloma significa literalmente la ternura, dulzura, belleza y gracia de la
manifestación del Espíritu de Dios.
En
cuanto salió del agua vio que los cielos se rasgaban y que el Espíritu, en forma
de paloma, bajaba a él. Y se oyó una voz que venía de los cielos: Tú eres mi Hijo
amado, en ti me complazco (Marcos
capítulo 1 versículos 10-11).
|
No hay comentarios.:
Publicar un comentario