NOMINALES MESIÁNICOS… LA EVOLUCIÓN CONCEPTUAL DEL GO´EL (GOEL) DE ISRAEL HASTA LA CONCEPCIÓN MESIÁNICA DE SU CONTENIDO.
INTRODUCCIÓN.
La dinámica profética de
Israel toma una cantidad inusitada de recursos en sus distintas aplicaciones
religiosas que nos permiten ver la evolución tanto de sus figuras como de su
percepción doctrinal que sin duda marcaran la cosmovisión del pueblo y sus anhelos…
El GOÉL aparece en la tradición de
Israel y sufre constantes evoluciones hasta la insinuación posterior del
profeta Isaías. Miremos un ejemplo
de ello:
El
mismo vengador de la sangre dará muerte al homicida: en cuanto le encuentre,
lo matará (Números capítulo 35
versículo 19).
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El GO´EL es el defensor de la
viuda de su familia o clan, el que rescata cuando hay una deuda difícil de
pagar y desde luego en la conciencia de la moral imperfecta judía de esta
época, es el encargado de tomar venganza (vengador
de sangre) y matar a quien mate uno
de los suyos. Es una concepción de
justicia necesaria en su época. La
concepción profética y la irrupción del mesianismo convierten a Jesús en ese
gran Go´el cuyas acciones justas rescataran a Israel
y particularmente a quienes permanecieron fieles al mensaje. También podemos
citar brevemente a Isaías que lo
menciona algunas veces particularmente
en el Segundo Isaías.
No
temas, gusano de Jacob, gente de Israel: Yo te ayudo, oráculo de Yahveh y r
tu redentor es el Santo de Israel (Isaías
capítulo 41 versículo 14).
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CONSTRUCCIÓN
HISTORICA DE ESTA FIGURA.
La elaboración histórica
de este contenido evolucionó hasta la percepción de una realidad inicial
ampliamente superada por la sublimación de sus contenidos básicos y
dialécticos. Este argumento histórico nos dice que el Goél se reproduce en cada
una de las situaciones que lo originaron
en la tradición judía. Miremos el
ejemplo concreto:
Noemí dijo a su
nuera:
Bendito sea Yahveh que no deja de mostrar su bondad hacia los vivos y los
muertos. Le dijo Noemí: Ese hombre
es nuestro pariente, es uno de los que tienen derecho de rescate sobre
nosotros (Rut capítulo 2 versículo 20).
La tierra no puede venderse para siempre, porque la tierra es mía, ya que vosotros sois para mí como forasteros y huéspedes. En todo terreno de vuestra propiedad concederéis derecho a rescatar la tierra. Si se empobrece tu hermano y vende algo de su propiedad, su Goel más cercano vendrá y rescatará lo vendido por su hermano (Levítico capítulo 25 versículos 23-25). |
Los textos anteriores nos
muestran las funciones del Goel y
como su institución favorecía a los más débiles y era representación de sus derechos sin que
implique con ello la mediación de una condición de jurisprudencia que se aplique en
todos los casos ya que en la Ley Mosaica se consagra a la totalidad judía y no
en casos particulares. La viuda era expuesta como la comunidad de las viudas y
sus derechos no eran permanentes sino transitorios según la necesidad de su
exposición. Esta consideración buscaba
establecer en la evolución profética una luz que mostrara su establecimiento
definitivo y que cobijara al pueblo como necesitado. La tierra y el pueblo
eran los valores predominantes para el ejercicio de la justicia por parte del Goel que desde la percepción judía era
indispensable combinar su eficacia con otras tradiciones para garantizar los
alcances de la Ley y sobre todo dejar en pie la santidad de la tierra como
propiedad legada por Dios en parte de sus promesas al pueblo judío. En esta
dinámica el Goel asume no solo la
necesidad de que la tierra nunca salga de las manos de su propietario (judío) sino que busca establecer un
fundamento de justicia al tener dominio sobre la misma. Para no olvidar que el
garante de todos estos procesos es Dios
pero para hacer efectivo el derecho de la tierra misma se decretará un año en
el que no se podrá sembrar para que la tierra recupere sus propiedades
regenerativas evitando también el “mono
cultivo” y la especulación (un año
cada 7 años) esta garantía de Dios
sobre la tierra y sus frutos la encontramos en:
Cumplid
mis preceptos; guardad mis normas y cumplidlas; así viviréis seguros en esta
tierra. Y la tierra dará su fruto, y comeréis hasta saciaros; y habitaréis
seguros en ella. Si preguntáis: ¿Qué
comeremos el año séptimo, puesto que no podremos sembrar ni cosechar nuestros productos? Yo os mandaré mi bendición en el año sexto,
de modo que producirá para tres años; sembraréis el año octavo y seguiréis
comiendo de la cosecha anterior hasta el año noveno. Hasta que venga su
cosecha, seguiréis comiendo de la anterior. La tierra no puede venderse para siempre, porque la tierra es mía,
ya que vosotros sois para mí como forasteros y huéspedes. En todo terreno de
vuestra propiedad concederéis derecho a rescatar la tierra. Si se empobrece
tu hermano y vende algo de su propiedad, su Goel más cercano vendrá y rescatará lo vendido por su hermano. Si
alguno no tiene Goel, adquiera por
sí mismo recursos suficientes para su rescate; calcule los años pasados desde
la venta y devuelva al comprador la cantidad del tiempo que falta; así
volverá a su propiedad (Levítico
capítulo 25 versículos 18-27).
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CRISTO EL
NUEVO Y DEFINITIVO
GOEL.
La evolución doctrinal
del Goel llega a configurarse con una realidad que
supera el drama personal para convertirse en cósmico, es decir, abarcante no
solo de la situación de una persona sino de la humanidad rescatada del pecado y
de la muerte. Cristo es el Goel de la
creación y de la humanidad y como tal la rescatara del pecado. El Señor
asume como consecuencia de su misión el rescatar a la humanidad presa
literalmente del pecado y la ausencia de toda esperanza. Esta concepción cristiana (en potencia o figura) ya era convertida
en fuente de doctrina y profecía en las escuelas proféticas de Israel que
fueron madurando la opción de un rescate definitivo ante tanta situación de
conflicto, diáspora, pérdida de valores e identidad nacional, entre otros. Se
emplea una serie de términos que hemos asociado a lo largo de la Historia de Salvación para construir
una estructura visible de la Gracia los
cuales deseo señalar:
Cristo
liberador
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Cristo
Redentor
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Cristo
el Salvador
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Cristo
el enviado
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Cristo
resucitado
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Cristo
de nuestra Fe
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Cristo
rompe las cadenas
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Cristo
vencedor
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Cristo
Pantocrátor
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Cristo
nuestro Goel (rescatador)
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Cristo
Hijo de Dios
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Cristo
Palabra del Padre
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Cristo
fuente de la vida inmortal
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Cristo
nuestro guerrero
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Cristo
Príncipe de paz.
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Son solo algunos de los
nombres que se desprenden del ejercicio de señalar las cualidades de un Goel que en el cumplimiento de su deber da todo
aquello que asociamos con su misión. La condición propia de su ministerio y las
acciones que Jesus adelantaba particularmente
descritas en Marcos da cuenta de un
frenesí por servir y liberar a su pueblo y en persona de cada uno de ellos a la
humanidad plena. Es nuestro ejercicio fundamental determinar que estas
manifestaciones no son solo aisladas en Israel son el inicio de una contundente
obra salvífica. Miremos algunas citas bíblicas al respecto:
Cristo
nos liberó para ser libres.
Manténganse, pues, firmes y no se sometan de nuevo al yugo de la esclavitud (Gálatas capítulo 5 versículo 1).
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La liberación es una
cualidad que poseía el Goel en la
historia israelita y Cristo posee
ese atributo de una liberación existencial, definitiva y plena. En la
perspectiva salvífica es una cualidad solo otorgada por Dios y no bajo mérito
de nuestra parte.
Y
aconteció que, estando Jesús orando
en un lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos
a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.
Y él les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los
cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como
en el cielo, así también en la tierra.
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
Y perdónanos nuestros pecados,
porque también nosotros perdonamos a todos los
que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos
del mal.
Les dijo también: ¿Quién de
vosotros que tenga un amigo va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame
tres panes,
porque un amigo mío ha venido a mí de
camino, y no tengo qué ofrecerle;
Y el de dentro, respondiendo, le dice:
No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama;
no puedo levantarme para dártelos.
Os
digo que, si no se levanta a dárselos por ser su amigo, sin embargo, por su
importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite (Lucas capítulo 11 versículos del 1 al 8).
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En la concepción del Dios
providente que explicita los dones y gracias de su Goel esta oración los resume todos, particularmente lo referente a
la confianza puesta en Dios y su generosa intervención en nuestro favor. Oramos
bajo la concepción de un Dios amoroso que sabe lo que necesitamos incluso antes
de que lo pidamos. Dejamos en claro también que la Voluntad de Dios es acatada
por su Goel como un hijo amoroso
escucha y respeta las decisiones de su padre. Desde esta dialéctica nosotros
estamos llamados a confiar profundamente en la Voluntad de Dios. Es pues el Padre Nuestro una oración que brota de
la reunión de todas las cualidades o atributos del Goel de Dios. Los estados de postración habituales en el género
humano son superados por una concepción universal de la necesidad sobre todo
movida por el pecado, no es solo una viuda o un huérfano es la totalidad de la
humanidad esclavizada por el pecado. No es un Goel cuyas implicaciones estén
limitadas a una geografía determinada sino que actúa en la vida y conciencia
del bautizado.
El
Cristo Justiciero no es precisamente una concepción
determinada bajo un modelo de leyes o político afín, es la idea concreta de un
Dios encarnado que visualiza desde su
carne tomada de María una
realidad que solo era percibida desde la humanidad misma. Es la rutina del día
a día donde el cristiano debe ser bueno y justo, es en el encuentro con el otro
y su circunstancia. Es donde la enfermedad roba dignidad y condiciona el ser de
la persona que la sufre. Es la voluntad que lucha cada día contra su propia
condición. Visto bajo esta óptica es fácil asumir que la realidad donde Cristo intervino y donde lo hace hoy
está compuesta por una serie de elementos que brotan de la praxis misma del convivir y
edificar historias personales. En el concepto de justicia entra la lucha contra
el mal y todas sus formas alienantes tal y como lo enseñan los evangelios,
miremos algunos ejemplos de lo expuesto:
La
curación de un sordomudo (Marcos
capítulo 7 versículos 31-37)
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La
curación del ciego de Betsaida (Marcos
capítulo 8 versículos 22-26)
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Curación
de un Paralítico del estanque de Betesda (Juan 5 versículos 1-15)
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La
pesca milagrosa (Juan capítulo 21
versículos 4-11)
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Milagro
de los peces (Lucas capítulo 5
versículos 1-11).
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Solo por citar un ejemplo
entre muchos que nos hablan de la Bondad de Jesús en medio de los suyos, como también hace una radiografía de
la condición humana y los factores o detonadores de la misma. Diremos que el
máximo sacrificio de nuestro Goel fue
en la Cruz y todo el drama que en ella soportó por Amor a la humanidad en la
experiencia concreta de cada uno de nosotros. Estos signos del Reino de Dios son clave para comprender su papel en la
manifestación de Dios a la humanidad.
Jesucristo
nuestro abogado y defensor, ante las contradicciones
del mundo como escenario hostil al Evangelio y su praxis, el creyente sabe que
tiene en Cristo a su Señor y Defensor, es una manera de ver con nuestros propios ojos que el
Señor no abandona a nadie sin importar la condición de su ser. Es determinante
para nosotros no perder de vista que nuestras vidas son condicionadas por las
diferentes experiencias que sumamos a lo largo y ancho de ella y que afirman
nuestra autentica opción por el Dios de la vida.
Hijitos
míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado,
abogado tenemos para con el Padre, a
Jesucristo el justo.
Y él es la propiciación por nuestros
pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
Y en esto sabemos que nosotros le
conocemos, si guardamos sus mandamientos.
El que dice: Yo le conozco, y no guarda
sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;
Pero el que guarda su palabra, en éste
verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que
estamos en él.
El que dice que permanece en él, debe
andar como él anduvo (1 Juan capítulo
2 versículos 1-6).
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En la época del Señor
quienes abogaban por una persona normalmente estaban muy cerca del gobernante (consejeros del Rey) y tenían acceso a él para poder hacer su
trabajo y “hablar bien” de esa
persona. Pues las influencias del mundo material son tomadas como referencia
para la construcción de este tipo de relatos y abrogarlos al Señor como expresión
entendible de su amor misericordioso. El Goel
tenía también esta función de hablar
bien de su protegido e interceder por él. En cuanto a la puesta en secuencia
textual de los Mandamientos o Decálogo, se hace de esta forma para que el
creyente encuentre en ellos un fundamento de su definitiva alianza la que le
permitirá informar mediante el amor todo lo que es y hace. Jesús renovó la concepción de la Norma y la constituyó en consecuencia
de la inclusión del amor en su exposición. Es también un signo como lo
indicábamos, de unidad filial.
Jesus
signo vivo de Paz, solo para que lo tengamos presente
siempre, el Señor no fue amigo de la violencia bajo ningún pretexto y mucho
menos la consagro como era en la denominada Ley del Talión, es precisamente aquí donde se distancia de la
concepción del Goel en el (A.T) que la venganza era una cualidad
ejercida muy a menudo por el Goel de
una familia o persona. Es tan vital la Paz,
ella es uno de los atributos
manifestados por el Señor a sus discípulos después de su Resurrección, basta
con observar el Texto Joanico para dimensionarlo:
Entonces,
al atardecer de aquel día, el primero de la semana, y estando cerradas las
puertas del lugar donde los discípulos se encontraban por miedo a los judíos,
Jesús vino y se puso en medio de ellos, y les dijo Paz a
vosotros.
Y
diciendo esto, les mostró las manos y el costado. Entonces los discípulos se
regocijaron al ver al Señor.
Jesús
entonces les dijo otra vez: Paz a
vosotros; como el Padre me ha enviado, así también yo os envío (Juan capítulo 20 versículos 19-21).
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Es determinante para el
bautizado vivir esta Paz que no se
constituye en la “ausencia de conflictos” sino en tener la capacidad
y resolución de trabajar para superar sus obstáculos, sin claudicar o “tirar la toalla” en términos
coloquiales, estamos llamados a ser generadores de Paz y no como la presenta el mundo sino desde la perspectiva de un
mismo Padre y Señor de todas y
todos. La vida diaria es el escenario por antonomasia para vivir la Paz o su némesis el conflicto, pero
quien opta por Cristo no puede si
quiera considerar el conflicto como medio de solución. Es pues urgente tener en
mente la necesidad de vivir cuanto estamos asumiendo en el Evangelio o
compromiso cristiano, no es optativo, somos generadores de Paz y armonía.
El discurso evangélico
argumentado sobre esta primicia es importante si pensamos que Cristo vivió en
perfecta Paz. Todo aquello que brota
del ser humano puede ser Luz o tiniebla, todo depende de que situaciones
estamos alimentando en nuestras vidas. El
mundo no es proclive a vivir en Paz porque ha puesto los fundamentos de su
felicidad en el tener por sobre el ser. Es una especie de dualismo que reclama
conciencia de nuestra parte para asumir su impacto e injerencia.
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