lunes, 19 de febrero de 2018

EL GOEL... TITULO MESIÁNICO.


NOMINALES MESIÁNICOS… LA EVOLUCIÓN CONCEPTUAL DEL GO´EL (GOEL) DE ISRAEL HASTA LA CONCEPCIÓN MESIÁNICA  DE SU CONTENIDO.


INTRODUCCIÓN.


La dinámica profética de Israel toma una cantidad inusitada de recursos en sus distintas aplicaciones religiosas que nos permiten ver la evolución tanto de sus figuras como de su percepción doctrinal que sin duda marcaran la cosmovisión del pueblo y sus anhelos… El GOÉL aparece en la tradición de Israel y sufre constantes evoluciones hasta la insinuación posterior del profeta Isaías. Miremos un ejemplo de ello:

El mismo vengador de la sangre dará muerte al homicida: en cuanto le encuentre, lo matará (Números capítulo 35 versículo 19).



El GO´EL  es el defensor de la viuda de su familia o clan, el que rescata cuando hay una deuda difícil de pagar y desde luego en la conciencia de la moral imperfecta judía de esta época, es el encargado de tomar venganza (vengador de sangre)  y matar a quien mate uno de los suyos. Es una concepción de justicia necesaria en su época.  La concepción profética y la irrupción del mesianismo convierten a Jesús en ese gran Go´el  cuyas acciones justas rescataran a Israel y particularmente a quienes permanecieron fieles al mensaje. También podemos citar brevemente a Isaías que lo menciona  algunas veces particularmente en el Segundo Isaías.

No temas, gusano de Jacob, gente de Israel: Yo te ayudo, oráculo de Yahveh y r tu redentor es el Santo de Israel (Isaías capítulo 41 versículo 14).

CONSTRUCCIÓN HISTORICA DE ESTA FIGURA.

La elaboración histórica de este contenido evolucionó hasta la percepción de una realidad inicial ampliamente superada por la sublimación de sus contenidos básicos y dialécticos. Este argumento histórico nos dice que el Goél se reproduce en cada una de las situaciones que  lo originaron en la tradición judía.  Miremos el ejemplo concreto:

Noemí dijo a su nuera: Bendito sea Yahveh que no deja de mostrar su bondad hacia los vivos y los muertos. Le dijo Noemí: Ese hombre es nuestro pariente, es uno de los que tienen derecho de rescate sobre nosotros (Rut capítulo 2 versículo 20).

La tierra no puede venderse para siempre, porque la tierra es mía, ya que vosotros sois para mí como forasteros y huéspedes. En todo terreno de vuestra propiedad concederéis derecho a rescatar la tierra. Si se empobrece tu hermano y vende algo de su propiedad, su Goel más cercano vendrá y rescatará lo vendido por su hermano (Levítico capítulo 25 versículos 23-25).
 


Los textos anteriores nos muestran las funciones del Goel y como su institución favorecía a los más débiles y era  representación de sus derechos sin que implique con ello la mediación de una  condición de jurisprudencia que se aplique en todos los casos ya que en la Ley Mosaica se consagra a la totalidad judía y no en casos particulares. La viuda era expuesta como la comunidad de las viudas y sus derechos no eran permanentes sino transitorios según la necesidad de su exposición. Esta consideración buscaba establecer en la evolución profética una luz que mostrara su establecimiento definitivo y que cobijara al pueblo como necesitado. La tierra y el pueblo eran los valores predominantes para el ejercicio de la justicia por parte del Goel  que desde la percepción judía era indispensable combinar su eficacia con otras tradiciones para garantizar los alcances de la Ley y sobre todo dejar en pie la santidad de la tierra como propiedad legada por Dios en parte de sus promesas al pueblo judío. En esta dinámica el Goel asume no solo la necesidad de que la tierra nunca salga de las manos de su propietario (judío) sino que busca establecer un fundamento de justicia al tener dominio sobre la misma. Para no olvidar que el garante  de todos estos procesos es Dios pero para hacer efectivo el derecho de la tierra misma se decretará un año en el que no se podrá sembrar para que la tierra recupere sus propiedades regenerativas evitando también el “mono cultivo” y la especulación (un año cada 7 años) esta garantía de Dios sobre la tierra y sus frutos la encontramos en: 

Cumplid mis preceptos; guardad mis normas y cumplidlas; así viviréis seguros en esta tierra. Y la tierra dará su fruto, y comeréis hasta saciaros; y habitaréis seguros en ella. Si preguntáis: ¿Qué comeremos el año séptimo, puesto que no podremos sembrar ni cosechar nuestros productos?  Yo os mandaré mi bendición en el año sexto, de modo que producirá para tres años; sembraréis el año octavo y seguiréis comiendo de la cosecha anterior hasta el año noveno. Hasta que venga su cosecha, seguiréis comiendo de la anterior. La tierra no puede venderse para siempre, porque la tierra es mía, ya que vosotros sois para mí como forasteros y huéspedes. En todo terreno de vuestra propiedad concederéis derecho a rescatar la tierra. Si se empobrece tu hermano y vende algo de su propiedad, su Goel más cercano vendrá y rescatará lo vendido por su hermano. Si alguno no tiene Goel, adquiera por sí mismo recursos suficientes para su rescate; calcule los años pasados desde la venta y devuelva al comprador la cantidad del tiempo que falta; así volverá a su propiedad (Levítico capítulo 25 versículos 18-27).
 


CRISTO  EL  NUEVO  Y  DEFINITIVO  GOEL.

La evolución doctrinal del Goel  llega a configurarse con una realidad que supera el drama personal para convertirse en cósmico, es decir, abarcante no solo de la situación de una persona sino de la humanidad rescatada del pecado y de la muerte. Cristo es el Goel de la creación y de la humanidad y como tal la rescatara del pecado. El Señor asume como consecuencia de su misión el rescatar a la humanidad presa literalmente del pecado y la ausencia de toda esperanza.   Esta concepción cristiana (en potencia o figura) ya era convertida en fuente de doctrina y profecía en las escuelas proféticas de Israel que fueron madurando la opción de un rescate definitivo ante tanta situación de conflicto, diáspora, pérdida de valores e identidad nacional, entre otros. Se emplea una serie de términos que hemos asociado a lo largo de la Historia de Salvación para construir una estructura visible de la Gracia  los cuales deseo señalar:

Cristo liberador
Cristo Redentor
Cristo el Salvador
Cristo el enviado
Cristo resucitado
Cristo de nuestra Fe
Cristo rompe las cadenas
Cristo vencedor
Cristo Pantocrátor
Cristo nuestro Goel (rescatador)
Cristo Hijo de Dios
Cristo Palabra del Padre
Cristo fuente de la vida inmortal
Cristo nuestro guerrero
Cristo Príncipe de paz.

Son solo algunos de los nombres que se desprenden del ejercicio de señalar las cualidades de un Goel  que en el cumplimiento de su deber da todo aquello que asociamos con su misión. La condición propia de su ministerio y las acciones que Jesus adelantaba particularmente descritas en Marcos da cuenta de un frenesí por servir y liberar a su pueblo y en persona de cada uno de ellos a la humanidad plena. Es nuestro ejercicio fundamental determinar que estas manifestaciones no son solo aisladas en Israel son el inicio de una contundente obra salvífica. Miremos algunas citas bíblicas al respecto:

Cristo nos liberó para ser libres. Manténganse, pues, firmes y no se sometan de nuevo al yugo de la esclavitud (Gálatas capítulo 5 versículo 1).

La liberación es una cualidad que poseía el Goel en la historia israelita y Cristo posee ese atributo de una liberación existencial, definitiva y plena. En la perspectiva salvífica es una cualidad solo otorgada por Dios y no bajo mérito de nuestra parte.

Y aconteció que, estando Jesús orando en un lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.
 Y él les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
 Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.
 Les dijo también: ¿Quién de vosotros que tenga un amigo va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes,
 porque un amigo mío ha venido a mí de camino, y no tengo qué ofrecerle;
 Y el de dentro, respondiendo, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme para dártelos.
Os digo que, si no se levanta a dárselos por ser su amigo, sin embargo, por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite (Lucas capítulo 11 versículos del 1 al 8).


En la concepción del Dios providente que explicita los dones y gracias de su Goel esta oración los resume todos, particularmente lo referente a la confianza puesta en Dios y su generosa intervención en nuestro favor. Oramos bajo la concepción de un Dios amoroso que sabe lo que necesitamos incluso antes de que lo pidamos. Dejamos en claro también que la Voluntad de Dios es acatada por su Goel como un hijo amoroso escucha y respeta las decisiones de su padre. Desde esta dialéctica nosotros estamos llamados a confiar profundamente en la Voluntad de Dios. Es pues el Padre Nuestro una oración que brota de la reunión de todas las cualidades o atributos del Goel de Dios. Los estados de postración habituales en el género humano son superados por una concepción universal de la necesidad sobre todo movida por el pecado, no es solo una viuda o un huérfano es la totalidad de la humanidad esclavizada por el pecado. No es un Goel cuyas implicaciones estén limitadas a una geografía determinada sino que actúa en la vida y conciencia del bautizado.

El Cristo Justiciero no es precisamente una concepción determinada bajo un modelo de leyes o político afín, es la idea concreta de un Dios encarnado que visualiza desde su  carne tomada de María una realidad que solo era percibida desde la humanidad misma. Es la rutina del día a día donde el cristiano debe ser bueno y justo, es en el encuentro con el otro y su circunstancia. Es donde la enfermedad roba dignidad y condiciona el ser de la persona que la sufre. Es la voluntad que lucha cada día contra su propia condición. Visto bajo esta óptica es fácil asumir que la realidad donde Cristo intervino y donde lo hace hoy está compuesta por una serie de elementos  que brotan de la praxis misma del convivir y edificar historias personales. En el concepto de justicia entra la lucha contra el mal y todas sus formas alienantes tal y como lo enseñan los evangelios, miremos algunos ejemplos de lo expuesto:

La curación de un sordomudo (Marcos capítulo 7 versículos 31-37)

La curación del ciego de Betsaida (Marcos capítulo 8 versículos 22-26)
Curación de un Paralítico del estanque de Betesda (Juan 5 versículos 1-15
La pesca milagrosa (Juan capítulo 21 versículos 4-11)
Milagro de los peces (Lucas capítulo 5 versículos 1-11).

Solo por citar un ejemplo entre muchos que nos hablan de la Bondad de Jesús en medio de los suyos, como también hace una radiografía de la condición humana y los factores o detonadores de la misma. Diremos que el máximo sacrificio de nuestro Goel fue en la Cruz y todo el drama que en ella soportó por Amor a la humanidad en la experiencia concreta de cada uno de nosotros. Estos signos del Reino de Dios son clave para comprender su papel en la manifestación de Dios a la humanidad. 

Jesucristo nuestro abogado y defensor, ante las contradicciones del mundo como escenario hostil al Evangelio y su praxis, el creyente sabe que tiene en Cristo a su Señor y Defensor, es una manera de ver con nuestros propios ojos que el Señor no abandona a nadie sin importar la condición de su ser. Es determinante para nosotros no perder de vista que nuestras vidas son condicionadas por las diferentes experiencias que sumamos a lo largo y ancho de ella y que afirman nuestra autentica opción por el Dios de la vida.

Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.
 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
 Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.
 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;
 Pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.
 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo (1 Juan capítulo 2 versículos 1-6).


En la época del Señor quienes abogaban por una persona normalmente estaban muy cerca del gobernante (consejeros del Rey)  y tenían acceso a él para poder hacer su trabajo y “hablar bien” de esa persona. Pues las influencias del mundo material son tomadas como referencia para la construcción de este tipo de relatos y abrogarlos al Señor como expresión entendible de su amor misericordioso. El Goel  tenía también esta función de hablar bien de su protegido e interceder por él. En cuanto a la puesta en secuencia textual de los Mandamientos o Decálogo, se hace de esta forma para que el creyente encuentre en ellos un fundamento de su definitiva alianza la que le permitirá informar mediante el amor todo lo que es y hace. Jesús renovó la concepción de la Norma y la constituyó en consecuencia de la inclusión del amor en su exposición. Es también un signo como lo indicábamos, de unidad filial.

Jesus signo vivo de Paz, solo para que lo tengamos presente siempre, el Señor no fue amigo de la violencia bajo ningún pretexto y mucho menos la consagro como era en la denominada Ley del Talión, es precisamente aquí donde se distancia de la concepción del Goel en el (A.T) que la venganza era una cualidad ejercida muy a menudo por el Goel de una familia o persona. Es tan vital la Paz,  ella es uno de los atributos manifestados por el Señor a sus discípulos después de su Resurrección, basta con observar el Texto Joanico para dimensionarlo:

Entonces, al atardecer de aquel día, el primero de la semana, y estando cerradas las puertas del lugar donde los discípulos se encontraban por miedo a los judíos, Jesús vino y se puso en medio de ellos, y les dijo Paz a vosotros
Y diciendo esto, les mostró las manos y el costado. Entonces los discípulos se regocijaron al ver al Señor. 
 Jesús entonces les dijo otra vez: Paz a vosotros; como el Padre me ha enviado, así también yo os envío (Juan capítulo 20 versículos 19-21).


Es determinante para el bautizado vivir esta Paz que no se constituye en la “ausencia de conflictos” sino en tener la capacidad y resolución de trabajar para superar sus obstáculos, sin claudicar o “tirar la toalla” en términos coloquiales, estamos llamados a ser generadores de Paz y no como la presenta el mundo sino desde la perspectiva de un mismo Padre y Señor de todas y todos. La vida diaria es el escenario por antonomasia para vivir la Paz o su némesis el conflicto, pero quien opta por Cristo no puede si quiera considerar el conflicto como medio de solución. Es pues urgente tener en mente la necesidad de vivir cuanto estamos asumiendo en el Evangelio o compromiso cristiano, no es optativo, somos generadores de Paz y armonía.

El discurso evangélico argumentado sobre esta primicia es importante si pensamos que Cristo vivió en perfecta Paz. Todo aquello que brota del ser humano puede ser Luz o tiniebla, todo depende de que situaciones estamos alimentando en nuestras vidas. El mundo no es proclive a vivir en Paz porque ha puesto los fundamentos de su felicidad en el tener por sobre el ser. Es una especie de dualismo que reclama conciencia de nuestra parte para asumir su impacto e injerencia.

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