lunes, 8 de enero de 2018

TREINTA REFLEXIONES SOBRE ECO-TEOLOGÍA... PARTE TRES.

DELIBERATIONES NOSTRAE TRIGINTA ECOTHEOLOGY… TREINTA REFLEXIONES  SOBRE  ECO-TEOLOGÍA…


SÍNTESIS, PARTE TRES.


La percepción eco-teológica la podemos sintetizar en 30 reflexiones, que nos permiten ver el impacto medio-ambiental de nuestras distintas estructuras y composiciones,  sin desconocer que el DOGMA DE LA NATURALEZA se construye paulatinamente visibilizando la vida en todas sus formas y adornándolas con la trascendencia de su origen. Es una declaración de Fe por medio de la cual aceptamos humildemente la Soberanía del Dios Creador, cuya potencia todo lo puede y que en  su OMNIPOTENCIA todo fluye, desde el Génesis hasta el Apocalipsis su amor todo lo hace nuevo dándole un orden y una ley necesarios para su evolución: Entonces dijo el que está sentado en el trono: Mira que hago un mundo nuevo. (Apocalipsis capítulo 21 versículo 5). Todo nuevo es un calificativo que expresa en síntesis la Voluntad de Dios sobre su obra y ese señalamiento del “hacer” brota de su Ser amoroso como un rayo de luz que llega para iluminar y proveer la suficiente claridad a nuestra retina. La obra de Dios es la expresión de su amor y comprensión con el mundo sensible que necesitamos para explicitar nuestra existencia.  La realidad de la creación es percibida como un acto de Fe en el Dios creador y también como manifestación de su Sabiduría, la misma que se revela   en los ciclos vitales de las formas vivas percibidas por el ser humano y por la naturaleza en general. La voz de la creación es la perfección y sinfonía de todos los vivientes.   El Padre Dios nos da todo absolutamente todo por medio de su Hijo el Verbo eterno y el Espíritu Santo que procede de entrambos lo consuma. Es la fórmula de la Creación y toda ella como un maravilloso acto Volitivo del amor de Dios. El querer de Dios se hace uno con su poder de esta manera la creación es fruto de su Poder como de su Amor y de su misericordiosa Voluntad. Nada puede existir sin el don de la perfección implícita del amor de Dios.

El Génesis nos relata que Dios expresó tácitamente que “todo estaba bien” y de esta forma todo lo bueno era por si manifestación del Dios Bueno como lo expresa Jesús: Y cierto hombre prominente le preguntó, diciendo: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le respondió: ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo uno, Dios (Lucas capítulo 18 versículos 18-19). La bondad de Dios es uno de sus atributos más sobresalientes en su trato tanto con la humanidad como con el universo el fruto de sus manos. La Bondad del Creador no es asumida por su criatura, existe en nuestro medio socio-cultural un fragrante desprecio por la vida no-humana, proliferan la reproducción indiscriminada de animales que son denominados domésticos (perros y gatos) sin que exista una política clara por parte el Estado para intervenir y protegerlos de su condición injustificada. Existe naciones donde la política de atención y protección de especies no-humanas es fuerte, solo para citar un ejemplo: El Estado Mexicano, aprobó la creación de “clínicas para la atención de animales callejeros” y comederos  y  bebederos en las calles y plazas para asegurar su alimentación y sobrevivencia. Muchas naciones están implementando políticas de salud pública para atender a los animales y protegerlos en su medio. Muchas instituciones educativas están llevando animalitos a clase para que los niños interactúen con ellos y los sientan “vivos” y no un objeto de explotación. De esta manera se puede trabajar la conciencia sobre la naturaleza y la existencia pacífica entre las especies que compartimos el planeta. La coexistencia es una necesidad ya que ellos y nosotros no poseemos otro lugar para habitar. La legislación de nuestros países debe reconocer en el ciudadano la voz de la naturaleza y su representante en los estrados judiciales, es el colmo que se amparen en permisos de explotación tanto del suelo como del subsuelo y desconozcan el impacto en la vida, “debemos erradicar la falacia de unas formas de vida que se reproducen sin ninguna necesidad previa” Un árbol tarda en desarrollarse tanto como una persona en vincularse al medio académico y/o productivo, no se trata solo de “tirar” la semilla y punto, es algo más complejo, se requiere de una serie de condiciones incuestionables para sostener y promover la vida sin importar la especie a la que podamos hacer mención.


1.      La Omnipotencia de Dios es la razón de nuestra existencia y de la creación entera, el Hijo Adorado es la Causa Eficiente de la creación, manifestada en el Espíritu Santo. La Iglesia Anglicana reconoce la existencia de formas de vida e inertes creados por Dios a partir de principios básicos como la Evolución y la consolidación de formas moleculares como tal. También afirmamos que la existencia brota de la mente de Dios donde los Universales son pensados por el Creador.
2.      Todas las formas de vida obedecen a un ciclo de existencia agregado en sus células y componentes químicos por la “voz del creador”  que desde su mente determinó la existencia de las mismas en una danza de perfección que registra en el tiempo cósmico la evolución de las especies y el surgimiento de algunas otras, todo ello, en una línea de tiempo creada por su Voluntad Santísima.
3.      Dios (expresa el Hiponense) creó todo cuanto existe en el tiempo y creando también a la par el tiempo con la materia. Para que de esta forma tiempo y movimiento fueran los determinantes en la materia que está sujeta a sus devenires. No es preexistente ni el tiempo, ni la materia, ni el movimiento que se origina en los dos anteriores. Todo posee un principio y ese principio es la Voluntad de Dios.
4.      Las Razones Seminales agustinianas, que se expresan en la generación inicial de la vida del ser humano pueden medianamente ser aplicadas a la vida en todas sus formas si reconocemos el origen de esta en manos de su Creador, la vida se explicita originalmente y para ser compartida a la largo y ancho de la historia de la naturaleza, es decir, asumimos que la naturaleza en su origen mismo comprende la plenitud de sus formas vivas y una plenitud unida inexorablemente con la razón amorosa de su Creador.
5.      La Providencia de Dios Creador, es la expresión de la sostenibilidad de la vida  que nunca agota voluntariamente cuanto necesita para su evolución, salvo en las situaciones anti-natura en las que el pecado de la depredación limita sus recursos, no obstante, Dios su proveedor asegura que las leyes naturales y los compuestos moleculares surtan el efecto necesario para conservar la DIVERSIDAD
6.      Las relaciones Trinitarias en su función natural y preternatural (paternidad y maternidad) como expresión de las figuras cognoscibles humanas, sostienen la vida y su intríngulis objetivamente hablando, esto implica abiertamente, que la vida se mantiene activa y sustentable por si misma tanto en sus ciclos vitales como en la generación de las potencias mismas de las especies, esto es, nada existe por capricho o por accidente en la naturaleza y para todos existe las mismas oportunidades evolutivas salvo donde las especies se adelantan en la carrera de la supervivencia, cito solo un ejemplo sobre la anterior tesis (no existe serpiente o culebra carroñera).
7.      La contingencia es una necesidad amorosa porque deposita las oportunidades de la vida y sus distintas y multiformes recreaciones en manos de su Hacedor. En palabras de Aristóteles podríamos decir, que los motores inmóviles mueven todo cuanto existe y estos son movidos por el único Motor Inmóvil que nada lo puede mover, es decir, Dios.
8.      Es para nosotros (anglicanismo) un deber ético-moral el defender la naturaleza y denunciar los ataques que sufre a manos de la humanidad y su estilo de vida. Como también propender por formas de coexistencia pacificas que nos promuevan, y a la vida que se desarrolla en torno nuestro.
9.      La contingencia se expresa en las condiciones que se convierten en interdependientes de la vida, solo para tener presente que un Ecosistema es rico en diversidad pero también sostiene una cadena necesaria de recursos y de individuos. Las leyes naturales son fruto de esas relaciones y su Causalidad una total necesidad.
10.  La Encarnación del Verbo de Dios  puso de relieve una presencia tangible, material, cognitiva que permitió a la naturaleza sentirse escuchada y amada puesto que la humanidad del Hijo de Dios, implica la vivencia radical tanto de su ser corporal como de los componentes del mismo, para recordar que existen distintos minerales que corren por nuestras venas, dándonos un “toque” de naturaleza en todo lo que somos y obramos. Nadie se sustrae de su propia inmanencia y puede abandonar esta relación cuya simbiosis es vital. Somos naturaleza y la racionalidad no nos quita el serlo ya que esta parte del ser persona y creación de Dios y no hay nada en nosotros que no exista en la creación.
11.  La renovación de la obra de la creación es asunto inherente a la Gracia del Resucitado.
12.  La obra de Dios no solo conjuga su corazón sino también su mente (figuras antropomórficas) adaptables a nuestro lenguaje y comprensión, reconocemos tanto emociones como sentimientos en su obra creadora. La perfección también emplea para nuestra comprensión  las analogías del lenguaje universal. Nada de lo que produce el ser humano es ajeno a esta realidad y nada que sea percibido por una persona es inexistente para las demás.
13.  La presencia de Dios no anula la intrínseca perfección de lo creado sino que lo potencia a niveles insospechados de perfección, los distintos  ambientes son consecuencia de la materialización de la Bondad de Dios para con la vida en todas sus formas, son en sí y para si las vestigias del acto creador de Dios. 
14.  El pecado como respuesta humana toca la creación y la carga negativamente con toda suerte de complejidades destructoras. La contaminación en todas sus expresiones es la consecuencia de la paulatina pérdida de la Gracia que la creación posee por su origen en manos de Dios. El pecado asume estructuras diversas y todas ellas en si destructivas. La vida sufre las consecuencias de estas estructuras que analógicamente hablando son accidentes de la misma realidad: Degeneración de la vida/ contaminación/ perdida de eco-sistemas/ antropización de los paisajes naturales/ sobre explotación de los recursos no-renovables/ depredación/ ignorancia de los derechos de los vivientes/ raíces culturales utilitaristas/ desconexión cultural con la tierra y los elementos/ economías de consumo cuyo objetivo son los recursos naturales como materia prima/  minería ilegal/ contaminación de las zonas lacustres y sus reservas/ contaminación de los mares y océanos/ pesca con red barredora/ pesca con explosivos/ no respeto por la veda de pesca/ quema de cultivos y bosques para evitar otro manejo ambiental a la hora de cultivar/ incremento de ganado en áreas selváticas y sus grandes emisiones de gas metano/ ausencia de plantas de purificación de aguas residuales tanto en las ciudades como en las grandes empresas y manufactureras/ incremento dantesco del parque automotor en nuestros países y sus grandes emisiones/ transgénicos/ desorden y perdida de la capa de ozono/ efecto invernadero/  fenómenos climáticos mal asociados por sus nombres arbitrarios (del niño y de la niña) productos de salud y belleza (cosméticos) contaminantes y no bio-degradables/ manejo inviable de productos de plástico y similares/ aumento de la concepción de la cultura de lo  desechable para generar más ingresos por la cantidad de articulos puestos en el mercado/ súper población en las grandes ciudades y muchos asentamientos rodean las empresas y reciben de primera mano sus emisiones toxicas/ consumo de variantes genéticos empleados en la alimentación de especies consumidas (Aves, porcinos, ganado, peces) sintetización de alimentos a partir de desechos de organismos vivos/ aumento incalculable de abonos e insumos orgánicos para los cultivos con el fin de crear especies más resistentes/ uso de energía nuclear sin control por parte de la comunidad internacional/ conflictos bélicos/ Es posible anexar a esta lista de males la inclusión poblacional que no posee sustentación real lo que hace escasear tanto los servicios públicos como la calidad del espacio habitacional en las urbes o capitales de las naciones. Tales aumentos poblacionales rompen el equilibrio en atención y prestación de servicios y bienes de consumo prioritarios, vehículos de transporte público cuadruplican sus emisiones contaminantes ante la impasibilidad de las autoridades para regular sus desplazamientos y mantenimiento de los mismos. La problemática es sin duda el haber dejado al ser humano fuera de la creación y convertirlo en su administrador lo que genera la falsa percepción de autoridad fundada en su sola racionalidad.
15.  La NATURALEZA ESPIRITUAL se revela en la dirección de la redención y como este acto de amor de Dios se materializa en la concepción de una vida renovada y bendecida con el encargo de su Señor para multiplicar y llenar la tierra, sin que olvidemos que este encargo es una expresión  de la concepción antropizada del ser humano que requiere de la tierra para proveer su sustento, las Escrituras lo dimensionaron plenamente al afirmar la Ley amorosa de Dios sobre su creación o Providencia Divina. La naturaleza no solo corresponde a la dimensión material e intelectiva de la comprensión humana, es también el lugar donde los cielos se juntan con la obra de Dios. Es una manera de manifestar concretamente la relación – realidad entre lo creado en la materia y lo creado espiritual, Pablo nos da alguna luz al respecto cuando habla de otros poderes bajo el Trono de Dios, miremos la cita literal: “Porque en Él (Cristo) fueron creadas todas las cosas del cielo y de la tierra, las visibles y las invisibles, los tronos, las dominaciones, los principados, las potestades; todo fue creado por Él y para Él” (Colosenses capítulo 1 versículo  16) la creación material no es solo la única realidad de la manifestación del amor de Dios como lo indica Pablo estamos ante la realidad de una creación espiritual (invisible) cuyas categorías simplemente son distintas a la nuestra. Estas entidades poseen un conocimiento intuitivo, es decir, aprehensión inmediata de su realidad no como nosotros cuyo proceso es gradual y sujeto a la duda (Descartes).
16.  En el orden establecido por Dios somos simplemente interpretes (san Buenaventura) de la Voluntad del Creador y de la contingencia implícita en la vida que nos rodea, somos una parte viva que reclama acción en un mundo dinámico por las formas vivas que lo enriquecen. La interpretación superando su carga subjetiva que nos propone en la praxis sino la perfecta comunión y dependencia original rota por el pecado cuando “ingenuamente” el Texto habla de un “Paraíso” o lugar idílico donde la muerte y la necesidad no tienen espacio, y desde nuestra perspectiva no lo tienen porque la armonía solidaria constituye una conciencia  universal. La conciencia universal es la gran proveedora de la Voluntad de su Creador.
17.  El pecado introduce una serie de visiones conflictivas sobre la vitalidad de la naturaleza, al punto de convertirla en una dificultad para la activa presencia de la especie racional, es decir, en muchos escenarios se ve como una dificultad el tener que  asegurar sus derechos por sobre la tentación de convertirla en un “súper” donde cada quien toma lo que necesita sin preocuparse por cómo llegaron a los estantes o vitrinas los productos.
18.  La RECONCILIACIÓN, es obra del Padre Dios que previendo el desenlace del pecado en su obra envía a su Hijo nuestro Redentor y por medio de su presencia encarnada nos señala el camino de la salvación no sin determinar en el medio relacional Trinitario la presencia del Espíritu Santo como Causa Eficiente de esta relación salvífica y todo lo que implica para nosotros su gratuidad.
19.  La naturaleza afectada por el pecado sufre el desorden en sus ciclos vitales y en la perdida de especies que el mundo moderno ha llamado Extinción.
20.  Dios moldea y transforma la vida y la experiencia humana en contacto con la naturaleza, es la Gracia el medio por el cual la perfección toca el universo y lo condiciona en un único camino el de la futura restauración o Recapitulación Cósmica (Ireneo). Sin la Gracia no existe posibilidad alguna de perfección para la vida sin importar la evolución o sofisticación que esta posea.
21.  La mentalidad ombligocéntrica de los hijos de la modernidad cegó a la humanidad ante el daño que se causaba a la “casa”, al oikos, al único lugar que puede habitar y que alberga las formas de vida conocidas por éste, con las que interactúa y de las que depende para poder existir. La carrera industrializadora del sapiens con horizontes “infinitos”, proyectó imaginarios “infinitos” y quiso un desarrollo infinito” en un mundo “finito”, limitado, con recursos agotables. Aquí vemos el primer gran escoyo de la comunión entre el ser humano y la obra de Dios.
22.  Recordemos que el propio Señor empleó en sus enseñanzas escenas retratadas de la vida silvestre de su entorno. “Considerad los cuervos, que ni siembran ni siegan; no tienen bodega ni granero, y sin embargo, Dios los alimenta; ¡cuánto más valéis vosotros que las aves! ¿Y quién de vosotros, por ansioso que esté, puede añadir una hora al curso de su vida? Si vosotros, pues, no podéis hacer algo tan pequeño, ¿por qué os preocupáis por lo demás?” (Lucas capítulo 12 versículos 24 y ss). La reflexión Lucana se centra en la teonomia y lo que implica para la vida y existencia humana de cara a su realidad  relacional o forma de percibir su entorno.
23.  El capitalismo ha consumido más recursos sobre la tierra en menos de 50 años de lo que toda la humanidad hizo en 70.000 (Homo Sapiens)  años de historia sobre el planeta. Este panorama es claramente generador de miles de estructuras de pecado que desmejoran la calidad de vida y restan esperanzas a países enteros. La Paz se rompe en esta dirección y se ejerce una violencia cósmica incontenible sobre la vida y su entorno vital. Me atrevo a decir que aún lo más pequeño que hagamos tiene una afectación cósmica si medimos la relación vital en su extensión, necesidad y percepción.
24.  Estamos desconociendo el mensaje espiritual en la materialidad de la naturaleza y sus dones al ser humano, estamos ignorando que la revelación de Dios al mundo se sirve de los recursos que sostienen nuestra existencia. Es cierto que considerar a la naturaleza como instancia moral sigue estando mal visto. Una reacción marcada por un temor irracional ante la técnica continúa conviviendo con la incapacidad para reconocer un mensaje espiritual en el mundo corpóreo.  La naturaleza sigue siendo vista como una realidad en sí irracional, que por otra parte muestra estructuras matemáticas que se pueden evaluar técnicamente. Que la naturaleza posea una racionalidad matemática ha llegado a ser algo, por así decir, tangible; pero que en ella se anuncie también una racionalidad moral es rechazado como una fantasía metafísica. El declinar de la metafísica se ha visto acompañado por el declinar de la doctrina de la creación. La realidad del ser de la naturaleza se vivencia como extensión de su perfección solo limitado por la Voluntad de Dios en su  deseo creador.
25.  La naturaleza pierde también su independencia de ser y manifestarse en el mundo ya que nosotros hemos delimitado sus espacios creando parques y zonas verdes cuando el planeta es verde y matizado por infinidad de colores y tonos que observamos en los continentes y en sus mares y océanos. Nuestra respuesta debe ser determinante para asegurar la sostenibilidad de los recursos hídricos que mueven el País y la fertilidad de los suelos. El pecado se convierte en un recurso no deseado en la vida y sus formas pero al parecer, también en el único camino sin la esperanza de la armonía y la paz del Dios de la vida.
26.  La BIOETICA, que es promovida por el Anglicanismo tiene por objeto el mantener a salvo la dignidad y origen de la vida y sus multiformes recreaciones, esto implica tácitamente que toda manipulación que se salga de los lineamientos coherentes del respeto y manejo de esta es rechazado por nosotros. Abogamos por formas sanas y amigables con el Medio Ambiente para superar la dependencia del combustible de origen orgánico cuyas emisiones son la mayor fuente contaminante del planeta, también bajo esta primicia reconocemos la necesidad de buscar formas de producir energía que no sean destructoras del entorno, podemos pensar en combinar la producción de energía por medio de  la fuerza de los vientos y la luz solar, así como el recurso hídrico. Eólica/ Fotovoltaica/ Hidroenergia/ Energía a partir de desechos orgánicos. ... A través de la fermentación de los residuos orgánicos de personas y animales se obtiene gas metano/ son algunos de los recursos que están a nuestro alcance y que sin duda facilitarían la recuperación de los ciclos climáticos así como de la capacidad de tener aire limpio. El respeto por la vida nos debe llevar a compromisos personales sobre el manejo ambiental y el reconocimiento de la dignidad de la vida sin importar que esta no sea humana… La dificultad problematizada de esta afirmación radica en nuestra postura educada sobre el consumismo y el reduccionismo de algunas especies solo al “menú” cotidiano. Existen granjas de producción a gran escala donde los animales son tratados como “cosas”, vacas y otros tipos de ganado, son sometidos a tratos aberrantes para asegurar su productividad con el sofisma de “no les duele y es soportable para ellas” es una crueldad y en este punto todos somos responsables por el consumo desmedido de productos de origen animal que solo alientan este tipo de procedimientos por satisfacer nuestra demanda. El compromiso moral con la vida nos debe llevar a reflexionar sobre nuestras prácticas y estima por los animales no-humanos.
27.  La mentalidad debe ser transformada en una auténtica tendencia de vida sostenible que no afecte al planeta y su delicado balance.
28.  La dinámica del lenguaje debe ser actualizada por terminología que nos involucre  de una manera más determinante, expresó Leonardo Boff “no hablamos de medio ambiente sino de ambiente entero” destacando coincidencialmente con la postura de nuestra Iglesia,  que afirma categóricamente la necesidad de replantear hábitos de vida y modos de comunicarnos con nuestro entorno vital. La naturaleza es en sí un conjunto de organismos de todo tipo y composición pero unidos por un mismo fin, la sobrevivencia…
29.  Los más pobres en nuestros continentes sufren más que nadie los problemas que la contaminación y la depredación ocasionan en el medio ambiente. La naturaleza sufre y hace sentir su dolor entre los más necesitados que por lo general conforman soluciones habitables en la periferia o margen de las ciudades, como viendo de lejos el progreso y calidad de vida de otros pero sufriendo sus desperdicios y contaminación.
30.  Todavía hay latitudes  e incluso entre nosotros donde el “agua potable” no existe, es casi del orden de 2000 millones de personas que padecen este problema. Nuestros países poseen riqueza hídrica abundante pero están siendo explotadas paralelamente por sectores de la economía que hacen que una “botella personal de agua” cueste más que un metro cubico de consumo en un hogar, estamos ante un cuadro de distorsión de valores esenciales para la sostenibilidad de la vida. La propuesta del mundo actual llamado civilizado es precisamente generar recursos con el manejo de la oferta en terrenos donde el Estado se muestra inoperante como en la garantía del agua como recurso vital. En el ámbito civil,  las leyes son garantía de cumplimiento de las políticas estatales, sin ellas es poco probable que tengamos un Estatuto Epistemológico de Ecología razonable y necesaria. Las leyes deben reflejar las necesidades de las mayorías y no solo los recursos económicos que pueden ser priorizados destruyendo hasta las riquezas intangibles de los pueblos. La reconciliación con la obra de Dios necesita crear en nosotros conciencia sobre la vitalidad y contingencia que implica la existencia. Nosotros no somos más que guardianes de la obra de Dios y eso tiene una serie de implicaciones que afectan positivamente nuestro estilo de vida en el planeta. No es un despropósito hablar del Rostro amable de Dios en la tierra, es por el contrario un reto para la Iglesia convertirse en defensora de la vida y no solo de la humana sino de la existencia de los seres de la creación.


APLICACIÓN  DEL  DOGMA  DE  LA  CREACIÓN.

(Reflexión de índole y carácter personal).

La teología volvió la mirada a la Ecoteología como una necesidad  del presente. Como un retomar senderos que poco se habían sumado a la reflexión teológica que busca hoy paradigmas distintos y sin explorar como es el caso de la dialéctica de la naturaleza. Un discurso articulado con la reflexión sobre la presencia de Dios en su obra y no solo por acto de Fe lo creemos sino que también se experimenta en toda perspectiva posible, desde la perfección hasta los ciclos vitales de la vida. La Iglesia debe fungir  desde su perspectiva como defensora de la vida y su promoción. La lucha por la justicia y el orden justo que parte del Evangelio toca también la vida en su medio ambiente. La naturaleza en su conjunto necesita de la Gracia tanto como el ser humano porque ella se convierte en la despensa y depositaria de todas las frustraciones de los más necesitados y del derroche de los más poderosos. El DOGMA DE LA NATURALEZA, se manifiesta necesario a partir de la concepción de una naturaleza obra de Dios y poseedora de Derechos frente a las especies y particularmente a la humana. El Dogma así propuesto y evidenciado porta en su fundamento teológico y practico la continuidad dinámica de su origen como un Acto Creador de Dios.

El lenguaje en su aproximación dialéctica no puede ni debe concurrir términos agotados de la anterior confección del modelo relacional con la creación, las palabras cargadas de absolutismo por parte nuestra deben ceder su espacio a la praxis de una composición gramatical generadora tanto de esperanza como de respeto. La misma que evolucionando concede una manera vital de dialogo en actitud dialogante cuando no nos colocamos en el tope o cima de la altura relacional sino que nos ubicamos como parte de ella. Tal construcción posee por sí misma y gracias a la Ecoteología una dinámica distinta equiparando el trato con la vida en todas sus formas al de una relación de actualidad y sobre todo cargada de redención y justicia… Nosotros como parte de la naturaleza también explicitamos nuestra propia naturaleza relacional en su máxima expresión de singularidad como hacemos ver en el cambio de concepción frente a la vida en todas sus formas… El libro del Génesis habla de un orden instintivo y de índole estético por medio del cual Dios dispuso la participación de las formas vivas y en cuanto a nosotros nos ubicó en la periferia (aquí no implica estar aparte sino  ejercer como guardián viendo literalmente la perspectiva estructural de la obra de Dios)  por la responsabilidad racional, afectiva y emotiva de nuestras propias relaciones y las establecidas con la vida no humana pero al fin y al cabo vida… La Iglesia Anglicana no puede darse el lujo de pasar inadvertida frente a las condiciones cambiantes de la naturaleza y sus ecosistemas. Dentro de nuestras funciones instructivas hacia los pequeños y la feligresía está el insistir en políticas amigables y defensoras del medio ambiente. La implementación de una Ética y Moral concienzuda de las relaciones vitales son el entronque perfecto para la exposición y socialización de nuestro Dogma Natural (para hacer memoria de la obra de Dios y no una naturaleza o forma de existir en particular) como era hasta hace muy poco ya que toda la reflexión teológica se centraba en el ser humano.

Nuestra postura eclesial no puede desconocer la necesidad de la transformación de la relación vital con la naturaleza y la superación de los imaginarios de poder por parte del ser humano… Es el momento de afirmar categóricamente la necesaria comunión entre la humanidad y la vida en todas sus formas. Cada día aparecen nuevas dietas que involucran miles de seres para satisfacer a uno solo (particularmente en los alimentos marinos). El desprecio por la vida nos puede llevar a relativizar su valor y por ende a afirmar que su importancia la damos nosotros y no su propia existencia.  

Son muy pocas las congregaciones que poseen instrucción sobre el manejo de los desechos tanto orgánicos como tecnológicos (reciclaje) es pues necesario que la armonía con el entorno sea patrimonio de nuestra Iglesia y eso toca también a la arquitectura de nuestros templos y demás construcciones para favorecer el empleo de la iluminación natural y bajar el consumo de otras formas de energía empleadas.

Digamos  en el presente ensayo, que la relación puede y debe ser autosuficiente en términos de manejo de recursos ambientales y servicios públicos. Como de instrucción tendiente a fundamentar un equilibro sano y hacer de nuestra presencia  motivadora de políticas medio ambientales. La lucha de poder en las democracias de nuestra latitud se traslada a la naturaleza, gobiernos que venden los recursos y no controlan  su explotación irracional, leyes permisivas y alienantes de la depredación,  desconocimiento real del impacto de estas políticas en los ecosistemas y en las poblaciones vecinas, perdida de ambientes sanos y armonía para la población, son solo algunos de los problemas que una relación estrictamente antropizante trae a la naturaleza y a la humanidad. Recordemos que la Gracia como presencia del amor de Dios necesita de escenarios para transformar la realidad de la vida y esos escenarios no pueden ni deben estar contaminados de ninguna forma, este enunciado se constituye a partir de una primicia, y es en su exposición: También la naturaleza reclama la Sangre de Cristo para recuperar su condición preternatural. La misma que originalmente asistió también al ser humano tristemente colectivizado por el pecado. La realidad creacionista abre nuevos espacios para el dialogo del ser humano y su entorno maravillosamente enriquecido por la sabiduría del Dios Creador. La condición de dominio  debe ceder su lugar a la Comunión concreta entre el racional humano y la inteligencia (no humana) representada en el instinto que se hace necesario en las especies no-humanas. Una condición totalizante que hace de la vida su razón de ser y de expresarse en fundamentos reales. La misma y única realidad que se percibe desde el encuentro de la vida en todas sus formas. Es pues la exposición de los seres no-humanos pero con capacidad de producir procesos de alguna magnitud de diferenciación con su entorno… La condición historica del ser humano lo hace presente en distintos estadios de la vida de la creación y sus ciclos movidos por la intervención de las especies.  La construcción de su Dogma se actualiza al reconocer la multiforme necesidad de la redención en la universalidad de la vida y cuanto la sustenta. Universalidad implica un presupuesto epistemológico no limitado a la expresión de nuestra particular concepción de la naturaleza y los vivientes. La convivencia es un ejercicio por antonomasia de reconocimiento del valor intrínseco de cada una de las formas de vida con las que hacemos reconocimiento existencial.



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