TERCER DOMINGO DESPUÉS DE EPIFANÍA. Año B. Jonás
capítulo 3 versículos 1-5, 10. Salmo 62: 6-14. 1 Corintios capítulo 7
versículos 29-31. Marcos capítulo 1 versículos 14-20.
El
relato de Jonás sobre los ninivitas y como se
convirtieron masivamente es signo del poder de la Fe que al tocar transforma la
vida del bautizado, el autor se asegura de que nosotros dimensionemos la ciudad,
al decir que eran necesarios “tres días”
para recorrerla, este señalamiento es clave si tenemos presente su tamaño y la
simbología de la cantidad enunciada, es un proceso de conversión pleno que
llevará a la comunidad a responder como un solo individuo a la oferta salvífica
del Señor. Es el compromiso que se convierte en
concluyente para la identidad del pueblo aquí citado. Los cuarenta días
(40) nos hace pensar en el éxodo (40) días en el desierto y el Diluvio (40) días también en un estado de
purificación como tal.
La mentalidad judía tenía
muy presente la significación de este tiempo dado que fue consignado en la Ley Mosaica con la finalidad de convertirse en signo de penitencia o
simplemente según sea el caso de preparación para un acontecimiento de grande
significación. La conversión de Nínive
no tiene parangón en los relatos del
(A.T).
Tal acción mueve la
Misericordia de Dios no por constituir mérito alguno en su presencia sino por
su corazón amoroso. Es para el creyente ejemplo de lo que una acción realizada
con amor puede alcanzar así sea en la dimensión de lo trascendente sin importar
realmente su profundidad o importancia, eso último es irrelevante para el Dios
vivo… Vemos lo descrito en este relato como un relato ejemplarizante para los bautizados,
el autor se cuida de especificar el tipo de creencia de ellos pero aun así
intuimos con el Texto que estaban caminando bajo la experiencia de Fe análoga
de los judíos.
El
Salmo (62), nos contextualiza en la existencia que
encuentra su total reposo en Dios, y describe este estado de vida de una manera
Didáctica al alcance de todo
creyente. Poner la esperanza en Dios es de una trascendencia tal que permite al
creyente visualizar su experiencia de Fe más allá del tiempo presente o de su
realidad histórica concreta. Lo contenido en este Salmo es tema recurrente por
los grandes profetas particularmente por (Jeremías
e Isaías) su centralidad es la Bondad de Dios que acoge y cuida de los
suyos, así lo siente y vive su autor.
Pablo
ubica
su reflexión en el escenario de la navegación, sus frases son reconocidas en
dicho medio “el tiempo es corto” y la concreción de relaciones personales
y la misma constitución de una familia, es vista por Pablo no desde su inutilidad sino desde la concepción de un Mundo Futuro que se ha manifestado ya
presente en Cristo resucitado, es decir, que el mundo anhelado se construye de
cara a la presencia de Cristo y su nuevo orden en cuanto a la vida y mentalidad
de los bautizados. Es pues el reto grande que la Iglesia tiene de cara al
mundo, implica la consecuencia de un mundo y sus ejes relacionales ya redimidos
y habitados por la Gracia. Estamos
afirmando que el mundo No pasa simplemente sino todo lo contrario que todo aquí
es potenciado por el amor de Dios espiritualizado en la Gracia. Tal
comunicación puede transformar toda realidad y hacerla santa no solo por
vocación sino también por su naturaleza, es decir, Cristo hace todo nuevo
porque su amor es siempre actual. Pablo
hace un análisis de la presencia histórica de Dios y puede concluir que aunque
se percibe un determinado afán en esperar su manifestación, también es cierto
que tal acción se está mostrando paulatinamente en el mundo y en la realidad de
los bautizados como referencia inmediata.
Marcos
nos
propone un Texto de índole tanto vocacional
como existencial en la medida de su proximidad con la realidad personal que
aquí es encarnada por estas personas y sus familias, porque la acción de llamar
no saca a nadie de su contexto. El tiempo cumplido es alusión directa a la
sucesión de los acontecimientos históricos que involucran la Fe de Israel. El
tiempo mesiánico se ha manifestado y la historia una vez más se estructura
desde la manifestación de Dios a la humanidad y la forma vital como esta la
descubre y vive.
El
evangelista intuye positivamente y hace la diferencia tanto en lo exclamado
como en la estructura del llamado vocacional a los pescadores que más tarde se
constituirán en sus discípulos. Ya el tiempo se cumplió
en el advenimiento del Señor pero el tiempo también como unidad de medida
llegará a su fin en la Recapitulación cósmica (visto así por los PP. De la Iglesia, especialmente Tertuliano siglo II)… Dejarlo todo, es una actitud de
desposeer toda confianza en el mundo y sus realidades materiales y sensualistas
y confiar enteramente en Dios. Solo así el bautizado al ser llamado podrá
abrazar a Cristo eternamente, porque con los brazos llenos de mundo será
imposible.
La
Comunión en perspectiva de la realización de nuestra Fe nos asegura a quienes
no conocimos personalmente al Señor el pasar a su presencia. La Iglesia llamada a ser Madre es también testiga y se convierte
en testimonio vivo del triunfo de la vida en la Persona del Resucitado. La
Buena Nueva es tan real como las relaciones fincadas en nuestros corazones,
todo llamado se asume desde la realidad que nuestra Fe percibe, de un Dios vivo
y totalizante cuya manifestación es viva y portadora de vida. El Tiempo se
cumplió ya es hora de vivir como hijos de Dios y herederos de su Reino. A un
lado debe quedar cuanto se convierte en obstáculo para esta vivencia.
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