EL EXEGETA
BIEN INTENCIONADO.
“La
Palabra de la verdad, el Evangelio de vuestra salvación” (apartes de Efesios
1,13).
La cultura humana
desarrolla todo tipo de actividades y disciplinas tendientes a la comprensión
de su entorno y las realidades que se perciben desde sus connotaciones de las
que inferimos tanto lo espiritual como lo material. El Exegeta no se aparta de su compromiso institucional de donde le
vienen las nociones y los lineamientos indispensables para su producción
académica matizada por la fuerte presencia de lo espiritual (Pneumatología). La
Iglesia no añade validez a la Palabra Inspirada, la Iglesia es su portadora y
defensora. La naturaleza de las
definiciones de Inerrancia del Texto Sagrado de Tradición
supone por antonomasia una perenne actualidad que no se desgasta por el
supuesto interpretativo… Nosotros desde la doctrina de la Iglesia aseguramos
bajo la gravedad de nuestra Fe que las Escrituras Reveladas son en sí y por si
libres de falla o error. Es el primer fundamento de toda Exegesis bien intencionada. La Verdad no se lleva a un plano
relativo puesto que no solo dicta a la conciencia de quien la investiga
permitiendo que las mismas ideas contenidas en la Palabra se transformen en
fenomenológicas de sus enseñanzas, es decir, que la verdad revelada aflore por
Voluntad de Dios su revelador. El exegeta que no esté en la disciplina de la
Iglesia muy probablemente sus interpretaciones así contengan la transversalidad
de las disciplinas afines e instrumentalizadas no contará con la fuerza para
develar su misterio, este último aplica en la inmanencia de la humanidad
creyente. El Episcopal debe ser un apasionado
de las Escrituras Sagradas pero no puede confundir las interpretaciones
personales con la analogía de la Palabra en el vientre de la Iglesia. Nuestras
investigaciones deben tener siempre la mirada puesta en Cristo…
La naturaleza exacta de
la Palabra no implica que los distintos géneros y tradiciones no influyan en su
matiz y presentación conceptual. Dios empleó nuestro lenguaje para hablarnos
porque no existe posibilidad de comprender fuera de nuestras categorías
racionales. Dios se comunica en todo momento actualizando sus palabras bajo la
concepción de un mensaje que dice al alma y conciencia del creyente. La Palabra
se materializa en las expresiones Eidéticas que la mente asume y da forma
expresando su contenido en figuras conocidas, nadie puede empelar figuras que
no conozca para hacerse entender y la Palabra revelada también parte de esta
concepción comunicativa de sus escritores o Hagiógrafos relatan desde la perspectiva de sus categorías
cognoscibles y desde luego idiomáticas siendo esto último un componente
definitivo puesto que el idioma introduce una dialéctica propia y cuya
visualización no es la misma. En la
mentalidad hebrea niña, mujer joven y
muchacha se equipara en el latín y griego a virgen (Isaías capítulo 7
versículo 14). Aquí median los convencionalismos socioculturales que definen el
rol de las personas en sus relaciones con el entorno somático. El exegeta es uno más de esta realidad y
sus motivaciones cuando no son las motivaciones de la Iglesia pueden amañar el
mensaje.
Recordemos que la Palabra y su interpretación adquiere
el plus de autenticad cuando la tradición
se manifiesta en sus lineamientos, somos una Iglesia histórica, somos
catolicidad y como tal la disciplina define sus parámetros interpretativos y no enseñamos con la interpretación personal
de las Sagradas Escrituras. Es pues importante tener presente que la
disciplina de la Iglesia nos permite dirigir la fuerza interpretativa en la
dirección de su historia. El exegeta puede
interpretar el texto bíblico que el Magisterio lo hace exacto en su reflexión. Lo
que el Escritor Sagrado (Hagiógrafo) dijo en su tiempo es posible que en el
nuestro alcance una más amplia comprensión
e incidencia. La concepción Tropológica del Evangelio se orienta
a corregir costumbres de índole moral, ejemplo de ello, la actitud del “buen samaritano”. El sentido
típico del A.T es universal porque es la preparación de la Ley antigua para
la revelada en Cristo (Hebreos 10,1). La Escuela Antioquena afirmaba
su teoría sobre la base de comprender bienes superiores en figuras inferiores
como la anterior, Luciano y Pablo de Samasota Siglo IV en Siria. Se
admite su postura en hechos históricos descritos en los evangelios como por
ejemplo la crucifixión del Señor (aparece su registro en archivos romanos). Interpretación histórico-gramatical. La
regla fundamental es que las palabras o expresiones deben entenderse en su
sentido obvio y natural. Interpretación cristiana. Todo libro
debe leerse con el mismo espíritu con que se ha escrito. La Biblia es, en
frase de San Pablo, la palabra de la verdad (Efesios 1,13). Y, si es la palabra de la verdad,
verdad es cuanto en la Biblia se contiene (en cuanto a su contenido). Nuestra
función en la exegesis es sin duda alguna la ratificación de su fenómeno y este
como incidencia en la vida de la Iglesia, es decir, de los bautizados.
El llamado Sentido Típico, nos invita a aterrizar el concepto y su dialéctica hacia
una experiencia creíble y experimentable ya que la Palabra de Dios no se queda
como enunciado recordemos que ella sale de Dios y regresa a Dios después de producir
cambios y transformaciones en la vida del creyente. La trasformación
ontológica del bautizado y de quienes la interpretan es signo de su poder y
actualidad. No existe posibilidad de asumir la Palabra de Dios como un fenómeno
aislado del ser humano, es todo lo contrario, muestra y garantía de vida
interior o espiritualidad. La Palabra explora el universo y con cada letra de
su mensaje se hace presente la Voluntad salvífica de Dios.
Nuestra exegesis es delimitada no desde la
concepción de nuestra Fe simplemente sino también desde la perspectiva eclesial
donde esta tiene su escenario ideal. Nuestra concepción de Fe se alimenta de la
Palabra, es una bella expresión de Agustín de Hipona luego de aterrizar su
exegesis en la relación esencial con la Iglesia y su Institucionalidad. “Creo
en Cristo y en su Evangelio porque me lo enseña la santa Iglesia” este
principio no corta la luz del Espíritu Santo, no le entrega el derecho a la
Institución sino que la convierte en su depositaria sin que con ello medie
autoridad distinta a la dada o entregada por el Señor. El exegeta Episcopal,
busca en la tradición las claves interpretativas sin dejar de usar los recursos
propios de nuestros Usos y Costumbres… La historia delimita la
concepción conceptual que brota de las disciplinas que el exegeta emplea en sus
investigaciones y meditaciones. Nuestro Círculo hermenéutico está bien definido y tales definiciones son la
clave y no al revés, es decir, no es la ciencia la que define el derrotero de
nuestra experiencia de Fe en las Escrituras sino estas las que dan cabida a la
necesaria interacción de las disciplinas afines de las que citaremos algunas: Historia,
Antropología, Sociología, Psicología, Derecho, Arte, Biología, incluso la
medicina forense, etc. Es pues importante que la multidisciplinariedad de las ciencias afines se conserve dentro
de los conceptos de la necesaria objetividad de la investigación académica para
aportar conceptos y cosmovisiones al respecto. Los círculos de la investigación
exegética son amplios y los delimitamos con facilidad cuando los incluimos en
la extensión conceptual y textual del Texto Sagrado a investigar. Recordemos
hermanos que no es lo mismo la extensión del Texto en cuanto a su contenido
gramatical que en orden a la enseñanza doctrinal. La extensión se delimita por
la complejidad eidética de nuestro ejercicio. Es en síntesis la
afirmación de su contenido en el escenario de la narrativa que lo convierte en
sonidos e imágenes y su extensión teológica quien lo resume o condensa en
enunciados de índole investigativa. El Texto Inspirado posee una complejidad no
enunciada en sus líneas gramaticales, es decir, necesitamos conocer sus
antecedentes y las fuentes que delimitan su historia para acercarnos a la
intencionalidad literaria de su autor, en este caso Pablo. Hagamos un
ejercicio sencillo para demostrar nuestro punto:
EFESIOS 1: 3-14.
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ANALISIS EXEGETICO.
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3. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones
espirituales, en los cielos, en Cristo; 4. Por cuanto nos ha elegido en él antes de la fundación del mundo, para
ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor; 5. Eligiéndonos de
antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el
beneplácito de su voluntad, 6. Para alabanza de la gloria de su gracia con la
que nos agració en el Amado. 7. En él
tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de los delitos 8. Que
ha prodigado sobre nosotros en toda sabiduría e inteligencia, 9. Dándonos a
conocer el Misterio de su voluntad según el benévolo designio que en él se
propuso de antemano, 10. Para realizarlo en la plenitud de los tiempos: hacer
que todo tenga a Cristo por Cabeza, lo que está en los cielos y lo que está
en la tierra. 11. A él, por quien
entramos en herencia, elegidos de antemano según el previo designio del que
realiza todo conforme a la decisión de su voluntad, 12. Para ser nosotros
alabanza de su gloria, los que ya antes esperábamos en Cristo. 13. En él
también vosotros, tras haber oído la Palabra de la verdad, el Evangelio de
vuestra salvación, y creído también en él, fuisteis sellados con el Espíritu
Santo de la Promesa, 14. Que es prenda de nuestra herencia, para redención
del Pueblo de su posesión, para alabanza de su gloria.
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*** Estos versículos citados se desenvuelven el
plano de lo sobrenatural. El apóstol Pablo muestra así la intencionalidad de
este escrito que define la tendencia de toda la Carta a los Efesios. La
elección es el fundamento tanto de la salvación como de la predestinación
bien entendida en los bautizados escogidos por Dios. Pablo lo expresa al llamarnos “hijos adoptivos de Dios. La santidad es parte de la elección y
el llamado coherente que Dios nos hace en su adorado Hijo. El modelo y a la
vez el origen de este llamado es
Jesucristo. Pablo no alude a la ley (uno de sus temas favoritos) sino
directamente a la relación escatológica de Jesús el Cristo con la salvación de la humanidad (opción de
Cristo por nosotros).
*La soberanía
de Cristo es anunciada por Pablo después de la reflexión de los primeros
creyentes y su inclusión en la cosmovisión religiosa de los venidos de Israel
y el judaísmo al cristianismo.
*** La Gracia se ofrece como gratuidad en la existencia humana
convirtiéndose en historia de salvación que brota de su génesis es decir, de
la Trinidad Económica, cuyo accionar es
intrínseco al ser humano su alcance es superior porque no se queda en la
aceptación sino que fortalece la vivencia salvífica del Bautismo. La
liberalidad de Dios llega a nuestras vidas para permanecer en ella. Cuya
gloria se exalta en nosotros y en los que aceptan el mandato de Dios en su
Adorado Hijo. La cruz aparece como la obra en la concepción histórica de la
salvación. La totalidad salvífica reúne a toda la Creación, hombres, ángeles,
judíos y no judíos, todos son agrupados en una misma obra salvífica.
*** El don del Espíritu de Dios es la cima o
culmen de la elección Divina que no
solo atañe a Israel sino a todas y todos. Es pues una alusión a la Parusía o venida definitiva de
Cristo. Recordemos que el mundo y su contenido deben ser renovados por la Gracia total y totalizante. En la
sangre de Cristo todos son elegidos como pueblo de Dios, es una definición de
índole cósmica. Las palabras clave de la evolución
típica del Texto sometido a nuestra exegesis son:
·
Bendición
·
Santos
·
Elección
·
Adopción
·
Redención Herencia
·
Promesa…
***Estos términos son en sí perceptibles desde el discurso tanto
paulino como de las Escrituras del N.T que como sabemos se abre a un espectro
mayor con la inclusión por parte de la Iglesia en el escenario escatológico
de las promesas de salvación obradas en Cristo. Si antes la elección tocaba a una Nación en
Palestina ahora toca al universo entero y relaciona aun la realidad spiritual
que no percibimos.
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INTERPRETACIÓN
TIPICA.
Es la actualidad del relato pero sin apártanos de su momento histórico
en el que se obró el Texto Inspirado. Es
pues desde esta perspectiva el pensar como pensó su autor y de nuestra parte
con los ojos y el entendimiento puestos en Cristo el Maestro que nos potencia. La
interpretación típica busca emplear la información aportada y contextualizarla
sin sacarla de la realidad que la origino (en el Texto). El Texto siempre nos
remite a Cristo que es el fundamento de nuestra hermenéutica y exegesis. La potencia de las palabras reveladas no se
pierde en el camino sino que produce un fenómeno contrario al matizar la vida
con la revelación y darle sentido experiencial a la misma. Así las palabras de Dios expresadas
en lenguaje humano, se han hecho en todo semejantes al modo de hablar humano,
menos en el error. No es posible hablar de Reescribir la
Biblia como una tesis posible, ya que el mensaje confeccionado como lo tenemos no
sufre alteración alguna y su hermenéutica debe responder al bien de la Iglesia
y los creyentes en su conjunto como comunidad de Fe y no de grupos aislados
como tal. Esta Iglesia como parte de la Comunión Anglicana comparte
tradicionalmente los mismos componentes de la exegesis cristiana heredada de
los PP. De la Iglesia y su Magisterio. El sentir correcto es el sentir de la
Iglesia en todas partes: El Canon de las
Sagradas Escrituras está más en el corazón de la Iglesia que en los libros
inspirados.
Estas palabras hacer
parte de un axioma Escrituristico heredado de los santos PP. De la Iglesia. Nuestras
posibilidades de estudio e interpretación son verdaderamente amplias y elaboradas
responden a todas las necesidades de la Iglesia en su conjunto. Somos históricos
y prima el bien universal que el particular sin de meritar o desconocer las reivindicaciones
sociales y culturales. El exegeta no
piensa solo en su entorno inmediato sino que una norma de su labor dicta la necesidad
de compaginar la interpretación aislada con el conjunto de la universalidad de
la Palabra y de la misma Iglesia. Las interpretaciones privadas deben igualmente
estar unidas al sentir de la Iglesia sin que medie el fanatismo y el creer ser
fruto de una particular revelación, por principio universal todos los
bautizados reciben en el Bautismo las gracias necesarias para su vida de Fe lo
que incluye el fruto de la lectura y meditación de la Palabra de Dios. No
perdamos de vista el contexto de la exegesis y las posibilidades como los
objetivos de la misma.
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