lunes, 4 de septiembre de 2017

LA MODA DE SER INFALIBLES...

LA  MODA  DE  SER  INFALIBLES… IGLESIA  CONTEMPORÁNEA.



INTRODUCCIÓN.



“Los dones y las gracias que Dios concede a los bautizados no son exclusivos de  una u otra persona en particular son dados a todos por definición de nuestra naturaleza bautismal”.



Es un sueño materializado por pocos, hoy se habla de la Infalibilidad como una necesidad afirmante al menos en el campo del Magisterio de la Iglesia (romana)  en los últimos 200 años. Hoy en el mundo asistimos al desmonte y desuso de concepciones antagónicas y ciertamente “fabulosas” que supeditaron a la exposición de la Fe contemporánea… En la actualidad basta  con analizar no tanto la profundidad sino en si la exposición y su viabilidad idiomática, para justificar que existe la infalibilidad solo basta con ligarla dialécticamente a la Fe y conceptuarla como un Dogma y punto final  y si se desea gramaticalmente como el final de un enunciado del que no se retorna su contenido básicamente como una idea expuesta en su percepción racional al convertirse en concepto… Que el Papa o romano pontífice es infalible que los clérigos  lo son, que algunos gobernantes suponen poseer esta capacidad que desdibuja el mando y no se sabe dónde termina el gobierno y donde el “culto a la personalidad” que para la muestra hay infinidad de “botones” es muy cierto, pero creo conveniente ilustrar nuestra critica al sistema que al imperar se fundamenta en la “infalibilidad tacita”. Los números que conocemos como naturales (nos permiten contar los elementos de un conjunto, es lo básico).   Las operaciones que se concretan a partir de su relación es la que interesa al presente ensayo. Escojamos una cifra cualquiera pensemos en 33.333 (treinta y tres mil trecientos treinta y tres) es una cifra común que procede de la operación en donde alineamos de forma aleatoria el número (3) digamos que al incluir los llamados decimales (que a su vez representan números más pequeños que la unidad citada) esta apreciación es Universal. Pues si la cifra en decimales se repite ininterrumpidamente, en el pasado se consideró que era infinita por no tener finalidad concreta y si poseer una frecuencia numérica que se repite según nuestra cifra en: 3333333333333333333333333………… Lo interesante es la delimitación de este problema que suena a primaria pero que a los fines reflexivos es positivo citarlos. Lo básico y práctico para definir su Universalidad ya está expuesto, ahora bien, porqué tal cifra que parece no tener “fin” en la percepción de nuestras categorías reflexivas si lo tiene o mejor aún, porqué razón la repetición de los números entra en la categoría contable y pierde nuestro interés por abrogarle el valor de una cifra en crecimiento. Sabemos que para tal despeje conceptual debemos buscar la concreción de su concepto y transformarlo desde la cifra a la elaboración dialéctica que  sufre una idea y también una cifra: La cifra se agota pero no así la percepción numérica de esta, el decimal  es asumido pero como cifra es ignorado por no ser relevante a la definición del concepto que nos interesa. La mente que es finita  percibe la composición numérica pero intuye el desenlace de los decimales. Basta con recordar que en Babilonia 300 años antes de Cristo ya se empleaba en la matemática y especialmente en la Arquitectura, registros nos hablan de su inclusión en las tablillas de arcilla que moldearon la escritura “cuneiforme”   es decir, letras o figuras tal en bajo relieve de allí su nombre. Hay datos de su empleo en América al menos 40 años antes de Cristo. Lo importante es comprender que el Cero como número posee la capacidad de abstracción que no poseen los demás números (naturales) es decir, su significación dependerá de donde sea puesto.

  Regresando a nuestra reflexión. Los Infalibles incluso los numéricos no existen y los conceptos concebidos desde la axiología como Universales no necesariamente implican en ellos anterioridad lo que los convierte en “finitos”  la Verdad de Dios revelada en las Escrituras y enseñada por la Tradición de la Madre Iglesia, no es simplemente una exposición conceptual que implica hechos salvíficos, es  una muestra de la Majestad de Dios y como tal no existe posibilidad que una concepción metal o retorica finita contenga lo que es eterno y por definición no puede ser contenido en una naturaleza mental singular como la nuestra. No es posible que la existencia finita se abrogue el derecho de contener como depositaria fehaciente de la Verdad eterna en la potencia de Dios Trinidad (potencia en nosotros, Dios es en sí Acto puro). La noción de las ideas es finita en la mente finita,  lo que asume la postura mudable de los cuerpos que versan sobre ella. Ser infalible en materia o dialéctica variadas no es posible y las determinaciones que se toman o tomen están, y deberán ser revisadas por el tiempo como factor de radicalidad. No existe por demás un sustento a lo infalible  en las Escrituras o en los PP de la Iglesia, existe alusiones al orden y gobierno eclesiástico conveniente más no infalible. La conveniencia de algo depende de los estadios de madures en los que esta haga sentir su influjo. La imperfección humana está latente y su manifestación es “natural”. La mente finita no es infalible y la Gracia de Dios en ella no la hace infalible sino receptora de su Voluntad.


RENATO  DESCARTES.


He querido citar este Autor por la agudeza de sus definiciones y por sobre una consideración bien particular como es la variación fenomenológica de las definiciones de la Res en su pensamiento y referencia: René Descartes  vivió en los albores el siglo XVII de origen francés, su pensamiento estaba ligado a la cosmovisión especulativa de raíz escolástica. Lo cito porque posee la agudeza para ubicarnos en la presente reflexión. René Descartes describe tres formas o modos de la existencia y cada una de ellas con una percepción bien particular. En su orden plantea la existencia a partir de la conjugación de  Dios—Yo—El Mundo.

1-      Res Cogitans o Sustancia pensante (ser humano). La describe como una Sustancia pensante que se refiere al Yo como el símbolo de la persona que se auto-determina y limita de esta manera su propia existencia y conciencia. Lo referente a lo cognoscible esta equiparado a la mente finita y sus operaciones como tal, es decir, la concepción infalible en una mente limitada y no portadora o conocedora de la verdad absoluta es irrelevante. La extensión de la mente como su dinámica intelectiva limita el conocimiento que esta puede contener. La Res Cogitans corresponde al auto-conocimiento del ser humano de su ser limitado pero extenso en la inmanencia de su propia comprensión. La dinámica de la reflexión humana necesita nutrirse de su propia experiencia y como tal lo que procede de nuestra racionalidad hablará de acciones y momentos que están fuera de nosotros y otros sometidos al análisis personal de la realidad. Hoy reconocemos la necesidad de la elaboración conceptual para situar al ser humano en un determinado plano perceptivo de la realidad. La oración cartesiana sobre el pensamiento y la duda la exponemos básicamente como su naturaleza la organiza: Cogito ergo sum o lo que es lo mismo Pienso luego existo. Aquí el atributo finito y extenso a la vez del Yo es el pensamiento, lo que implica que nuestra observación es solo finita como las verdades que poseemos racionalmente en nuestra acción antropológica.

El Yo es también Causa finita de mí mismo, de tu y del nosotros. Las particularidades en las que expresamos el ser racional que reconocemos bajo nuestra identidad esencial y singular. Las observaciones de Descartes se suman a los esfuerzos por clarificar el conocimiento como posibilidad realizable de la criatura. Esa Res que piensa y conoce no es determinada ni determinante de su existencia por si misma sino que depende de Dios para ser y recibir por lo tanto su Res Cogitans. Cada uno de nosotros recibe de dios la Causa de su existencia. En este orden reflexivo lo que el propio Descartes llama Ideas Innatas proceden de Dios que es otra Causa por definición. Luego si retomamos la definición de “infalible” no procede en el plano humano cuya existencia y verdad no corresponde a su Innatismo sino a Dios que se revela como tal fuerza que  deja al ser Imagen de su Gracia en capacidad de pensarse, amarse y cuestionarse. Nuestros pensamientos existen fuera de nosotros y se originan en la observación de las referencias de nuestro entorno con el que armamos la realidad y la pensamos siempre.

 La infalibilidad no es posible asumirla para aceptarla o justificar dialécticamente su existencia amarrarla a la revelación o decir que Dios le concedió al ser humano serlo pues de ser así sería un patrimonio de todo bautizado y no de alguien que hasta una posición religiosa anterior no lo era. Recordemos que el ser romano pontífice no implica carácter a nadie lo ordenan papa, lo ordenan y consagran Obispo y antes Presbítero y antes Diacono. No existe posibilidad de una Gracia especial que no pueda ser recibida por todos y cada uno de los bautizados. Tampoco hay una Res de mi conciencia de existir (Yo) que no comparta con otras  y otros por ser bautizados y/o imagen de Dios Subsistente. Recordemos  “nadie es causa de sí mismo” nadie existe por sí y para sí mismo, la vida y la existencia a la par conformando una sola exposición del Ser es fruto de Dios.

2-      Res Infinita o Sustancia Infinita (Dios). Corresponde como su definición apunta a Dios que sobresale en sus atributos de Verdad absoluta  y el Subsistente por antonomasia. Descartes pretende escribir un orden relacional para el ser humano a partir de la identidad de Dios en su existencia. Busca de esta forma equiparar las definiciones de la Res Cogitans  como finita y obra de la Infinita que remite directamente  a Dios. Desde esta perspectiva la Infalibilidad papal u otras no posee fundamento desde la percepción antropológica de un Dios Infinito cuya extensión alude a la perfección de su naturaleza que simplemente Es. La naturaleza humana es en síntesis imagen creada de lo increado luego es la gran dificultad de suponer infalible a la Res creada o finita. Nada de lo creado posee la sustancia de lo eterno o infinito y mucho menos puede sobrevivir en su ser algo eterno más allá de lo revelado y concedido por Dios para provecho de todas y todos. La Res en su extensión alude a lo finito y lo infinito de Dios no es siquiera imaginable por lo finito de nuestra naturaleza racional que en si ya está limitada por su origen y extensión. Dios es en sí formalmente todo pensamiento y todo amor, en su ser no existe limitación tiempo espacial como en nosotros y como lo limitado posee noción concreta de lo increado como si Dios necesitara de lo humano para afirmar su Verdad esencial. Lo Infalible (romano pontífice Excathedra) no existe sin los dones preter-naturales perdidos en el paraíso, es una manera hasta poética de expresarlo. Solo la reflexión finita estará sujeta a las dinámicas expositivas del tiempo y el espacio como del movimiento. “no es una verdad de Fe la Infalibilidad” puesto que la Fe como tal es la referencia inmaterial de lo que nuestros cerebros materiales aceptan y viven. No es posible en términos antropológicos, sociológicos o espirituales sostener los postulados de la infalibilidad… Solo Dios posee la Verdad absoluta y solo Dios la revela para salvación de los bautizados.

 La percepción humana está limitada por la sola generación de la existencia finita. Dios es la Substancia Infinita y una definición de infinito plena y total como totalizante no como los “decimales” en las operaciones matemáticas. La verdad que Dios revela es en sí y por si como para sí autentica comunicación de su Ser Revelado como revelador de lo trascendente. Dios está por sobre cualquier categoría de lo cognoscible o analizado bajo la percepción racional humana, es Dios y punto… La universalidad de la Institución eclesial no necesita componer mitos sobre autoridades infalibles, mejor aún relancemos lo infalible, hablando desde  la perspectiva agustiniana: Que nuestros líderes sean amados por sus enseñanzas y no temidos por su autoridad.

3-      Res Extensa Substancia extensa (mundo). El mundo es una vez contemplado como el   escenario de la vida racional y emotiva del ser humano, es también el lugar cuya realidad delimita el proceder y sus implicaciones y para algunos más puede ser hostil. La Sustancia extensa aduce el argumento de lo cognoscible que es propio de la realidad material que percibimos como fundamento del mundo. La percepción de lo material se manifiesta  bajo la praxis de la experiencia y también participa en ello la Sensación como dirían los empiristas ingleses (John Locke, por citar un ejemplo). El mundo es en esta dinámica el espacio para actuar  de los sentidos y los conocimientos variados de la humanidad. El mundo existe no solo en la percepción sino en la elaboración de la realidad habitada y pensada y lo infalible entra aquí como una recreación Supra de una verdad que no se percibe y fácilmente se transforma en mito, estas transformaciones sustentan la ignorancia que se atribuye a definiciones de Fe que corresponden a Dios y las usurparon para entregarlas a seres humanos. El mundo actua bajo la primicia de la relación de los universales como su origen y memoria de cuanto existe en él y es percibido por el intelecto humano. Antes no era infalible y ahora lo es, que curiosa mutación metafísica y de orden ontológico que es a fin  solo para una o dos personas. Para mi simplemente son los alquimistas modernos de la razón y la verdad que transforman mediante un rito la verdad en algo exclusivo de percepción amañada. Pablo nos habla de los carismas y su utilidad a toda la Asamblea y/o Congregación. El liderazgo posee ya un modelo que fue dado por el propio Salvador cuando afirma: Si quieres ser el primero sé  el ultimo, y como olvidar que se agrega y sirve a todos. El servicio está por sobre la concepción de lo infalible. El liderazgo y autoridad en la Iglesia no es exclusivo de sus jerarcas, es un mandato que debe servir a la Institución eclesial. No es solo hacer la voluntad de quien sirve. La infalibilidad se transmuta en actitudes que lo evidencian. Es también la radicalidad autoritaria frente a una responsabilidad de gobierno y administración en la vida eclesial.

 El ser humano no está en posesión de la infinitud conceptual, estamos ampliamente limitados por los sentidos. El mundo es el lugar que genera los vínculos relacionales y la posibilidad de actuar y percibir como luego somos nosotros percibidos. La conciencia de que estamos en el mundo nos debe llevar a hacer del mundo la casa común y la vivencia de la presencia de Dios ordenador en su realidad inmanente. El mundo y quienes por el caminamos no poseemos la posibilidad de ser infalibles ya sea como proceso cognoscitivo o por apropiación de la razón y lo intelectivo. La mente es finita y los conceptos que en el mundo esta posee también lo es…  No hay facultad alguna por potenciada que esté de poseer la realidad plena en su dialogo antropológico permanente. El fin último no lo conocemos y solo hablamos de la evidencia de la verdad en nuestras vidas y acciones. Quien ama es completamente libre porque el amor le permite a su ser romper la esclavitud de la inmanencia y vivir también de la concreción extrínseca de lo que ama. La auténtica libertad no se finca como posibilidad en lo infalible sino en lo amable, diría el Hiponense: Ama y haz lo que quieras. Solo el amor como posesión asegura la auténtica posesión de la vida. El tener la vida no implica el ser infalibles implica por el contrario la Causa maravillosa de la realización del ser creado por amor y en amor. En dicha perspectiva también las pasiones y lo que despiertan en nosotros es consecuencia de la posibilidad de amar. La materialización del amor son los hijos y antes (relación de pareja) el sexo entre quienes se aman, de esta manera se sublima lo natural y proclive a la vida en el instinto que todavía sobrevive en nosotros.  No podemos condenar el ejercicio de la sexualidad porque ella también expresa la identidad y libertad del bautizado y porque su praxis nos convierte en Co-creadores.

Renato Descartes nos sitúa en una posición bien interesante  sobre la Duda y como esta lucha frontalmente contra las concepciones infalibles del accionar humano. Descartes es un hombre interesado en la superación de esquemas alienantes que no resisten el método de la interpelación de la Duda.  El pensar para existir es la conciencia sobre el estar Aquí y Ahora en la realidad de lo conocido y desde luego de lo amado.  Quien ama no es infalible es feliz… (Dogma de la Infalibilidad papal año 1870 Vaticano I). Es más una exposición de lo que no se debe hacer para perder hegemonía y conciencia colectiva como incidencia en lo individual de la expresión católica de los bautizados. Se constituye en respuesta ante los cambios pedidos a gritos por la catolicidad romana y que se transforma en verdad de Fe, para cerrar el paso a estas expresiones de profunda y necesaria reforma. Durante su proclamación los griegos, los anglicanos y los luteranos como parte de la catolicidad no fueron tenidos en cuenta y su poder ecuménico no fue tal. El problema y su fenomenología no es la autoridad papal ya que él es el Obispo de Roma (título canónico) el problema se centra en la tradición de la Madre Iglesia. Algunos teólogos pro-infalibilidad citan a Tertuliano y a Ireneo sobre las verdades de las que la Iglesia no se equivoca. Pero no existe una sola declaración de los PP. De la Iglesia que definan como tal este Dogma estrictamente romano. Dogma que se convierte con el correr de los años y las libertades  de la persona redimida en una enseñanza políticamente correcta pero no espiritualmente o moralmente congruente con el espíritu de la universalidad de la Iglesia. La autoridad no se  debe fundamentar sobre la infalibilidad de quien tiene esa responsabilidad de servir. Las instituciones reciben su valía de sus fines y propósitos no de la Justicia de sus acciones, estas por el contario manifiestan su naturaleza y relación con el medio o entorno. La Justicia en el ejercicio de la autoridad no es retórica es consecuencia de la instauración de un orden cuya estética es la Justicia. Una vez más reconocemos y proclamamos que Cristo es cabeza y Señor de la Madre Iglesia y esta es su Pleroma.
  



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