HUMANIDAD Y
CARISMAS SEGÚN SAN
PABLO. (Segunda Parte).
La enseñanza formal
sobre los carismas en la vida del bautizado como que apela a la expresión “dar
permiso” al Espíritu Santo para que irradie el alma con su Información
salvífica, pues esa afirmación no es del todo cierta dado que el Espíritu actúa
libremente pero es considerada una gracia especial el que nosotros reconozcamos
a certeza la presencia de los carismas en nuestra existencia. Dicho en esos
términos se requiere de una gran docilidad y convicción de parte nuestra para
aceptar y vivir esos dones amorosos de Dios. En una metáfora Litúrgica diremos
que el Espíritu de Dios es el Ministro de los dones y carismas y que solo de su
presencia en nosotros proceden. La comunicación de los carismas en nuestra vida
se realiza bajo la Voluntad salvífica del Padre Dios. Los carismas son signo,
como símbolo y figura, de las relaciones Trinitarias que llegan a nosotros. No
procede el carisma, cualquiera que este sea de un mero movimiento del alma o
razón del bautizado. Por el contrario brota de la Inhabitación Trinitaria en nosotros, que por demás es libremente su
Voluntad… No existe alguna posibilidad de carismas saliendo de la nobleza de
nuestro ser persona a menos que se confundan con las cualidades naturales de
nuestra afectividad y racionalidad. El ser persona redimida ya abre para
nosotros la posibilidad de una relación de interioridad con el resucitado lo
que implicará la vivencia de estos dones también resucitados en cada uno de los
cristianos… Las estructuras sociales en
las que se desenvuelven los bautizados cada día enfatizan más las prioridades
que definen sus derroteros y es así como vemos con preocupación que se
establece una dicotomía entre las expresiones de Fe y la vivencia segura de la
espiritualidad que trasciende en una relación con Dios que sobre pasa y valora
cualquier otra cuestión de nuestra
parte. Pablo en su antropología deja claro y en firme que la experiencia de los
carismas es también una consecuencia de la Resurrección y en el ser humano de
su deificación. Recordemos que las apariciones y coloquios del Salvador con sus
inmediatos y discípulos fueron precisamente afirmadas por los carismas pascuales, estos se
comunicaron con la presencia glorificada del Señor:
·
Paz.
·
Reconciliación.
·
Ataraxia
o Armonía.
·
Esperanza.
·
Caridad.
·
Fe.
Son
los dones y carismas inmediatos que informaron la vida y conciencia de los
discípulos una vez se comunica corpóreamente el Resucitado. Es pues una bella
manera de decir que el Señor abrió la conciencia de los suyos y los puso en la
perspectiva concreta de la Nueva vida tendiendo un puente existencial entre la
humanidad y la eternidad. Cristo materializa la realidad palpable solo desde la
Fe y esa materialización o argumento de realidad Pablo la define como Carisma… es pues importante que no
perdamos de vista que los carismas operan por sobre las situaciones de vida y
su experiencia. Pablo tiene presente que la Resurrección del Señor como evento
fenomenológico necesita de los carismas para ser vivenciada y aprehendida
plenamente, de lo contrario se convertiría solamente en una acción
fenomenológica cualquiera. Los carismas son vivenciales, es decir, se
consideran en la medida en la que los aterrizamos concretamente. Esta manera de
percibirlos es propia de la realidad que generan cuando entran en contacto con
nuestras vidas. Pablo se refiere particularmente a la Caridad cuya praxis sensibiliza nuestra experiencia de Fe al máximo
y despierta conciencia sobre el otro y su papel en mi vida (Primera Corintios
capitulo 13 versículo 4). Pablo observa en su reflexión personal que los
carismas que el bautizado vive aquí en medio de los suyos y la Iglesia se constituye
en modelo ideal o referencia de índole impronta de los dones que la Iglesia
vive en la eternidad (Comunión de los santos). Esta Jerarquía de carismas es
propia de la dinámica utilitaria de los mismos en la vida del bautizado y como
la Iglesia se sirve de ellos para su
Misión. Las palabras de Pablo son claras cuando argumenta literalmente: La Caridad no acaba nunca (versículo 8)
es una forma de señalar la dinámica de esta Virtud que sin duda alguna es
consecuencia de la Predestinación salvífica de Dios sobre su Iglesia. Ahora
nuestro conocimiento es imperfecto como quiera que brota de los sentidos y está
encerrado gráficamente en nuestra propia Inmanencia pero el conocer de Dios es
absolutamente trascendente en la persona redimida, es decir, bautizada. Tal
conclusión la planteamos porque la necesidad el conocimiento de dios está
presente siempre en nosotros y caminamos en dicha dirección, estamos inquietos
permanentemente porque el Amor de dios cala profundo en nosotros y nos
transforma en seres para conocerle y adorarle en su Naturaleza. El Amor que se
une a la Caridad es la Forma plena de
comunicación y comunión con Dios Trinidad. No será posible establecer otro
principio que pueda potenciar el ser persona redimida como el Amor que tomando
forma de nuestra propia antropología se transforma en Caridad en toda una Praxis salvífica. Pablo sabe de la
limitante que implica el conocimiento matizado por nuestra natural condición
pero aun así recalca la necesidad de la Caridad como experiencia de nuestra
propia Fe. El Amor de Cristo supera todo conocimiento y está por sobre toda
praxis aun la del Amor porque su Amor es perfecto al brotar de las relaciones
de la Trinidad Inmanente. La
redención como operación Trinitaria se expresa en las categorías del Amor de
Dios por nosotros y nuestra frágil condición… La Caridad se hará totalizante
una vez Dios nos conceda los dones que dispuso para nosotros en su presencia.
Es pues cada Carisma una expresión del Amor trascendente de Dios en nosotros
los bautizados. No olvidemos hermanos que el Amor de Dios expresado en la
Salvación de la Creación es un Amor Total y Totalizante que no está poseído por
el egoísmo como suele pasar con muchas personas y sus experiencias de amor. El
Amor de Dios es consecuencia de su comunicación amorosa que llega a nosotros
por su Santísima Voluntad sin que medie argumento de nuestra parte. Según el
pensamiento de Pablo los carismas nos unen a ese Amor que en su momento
brotará hasta la eternidad. Son ellos
muestra adelantada de la Vida Triunfante. El amor requiere de una contundente
reciprocidad de lo contrario sería una simple experiencia humana… Los carismas
proceden del Amor y como tal son signo vivo de la comunicación Trinitaria en
nosotros y en su Iglesia. El Amor del
Padre, es el Amor del Hijo y el Amor de Entrambos es el mismo del Espíritu
Santo. De la anterior relación concluimos que el Espíritu Santo es la Causa Formal de nuestros carismas y dones. No
queda nada fuera de las categorías plenas que Dios dispuso para los bautizados.
Estructurar el Amor que procede de la Misericordia de Dios es posible en la
vida de los bautizados cuando estos viven el mensaje de Cristo y lo llevan a la
perfección en sus vidas. Solo el Amor de Dios…Losa verbos en los que el Amor de
Dios se concretiza son sin duda fundamentales como expresión de la realidad de
los bautizados… La procedencia del Amor
es sin duda materializada en los carismas que el cristiano vive en medio de los
suyos y en general de la Sociedad. A diferencia de cualidades meramente humanas
que llegan a un punto de evolución y no tienen más a donde llegar, con el Amor
de Dios convertido en carismas y dones no sucede lo mismo, apenas este será el
inicio de su absoluta vivencia en el Reino de Dios. Pablo une maravillosamente
el Kerigma con los carismas puesto
que estos tienen anclaje especial en el anuncio del resucitado. Los carismas
son consecutivos del Kerigma y como tal expresan también la Esperanza y la Fe
en el Dios vivo y Subsistente por antonomasia…
CARISMAS Y HUMANIDAD REDIMIDA.
·
Los carismas son signo inequívoco de la
presencia del Espíritu Santo en la vida del bautizado.
·
Son huellas de la Gracia que se
manifiesta y toma forma en la realidad del
bautizado.
·
Los carismas expresan con contundencia
el mensaje del Kerigma.
·
Los carismas como signo de salvación son
en sí un anticipo de la eternidad.
·
El Amor es la Esencia de los carismas.
·
El Espíritu Santo es la Causa Formal de
los dones y carismas que vive el Creyente.
·
Los
carismas son la deificación de las potencias de la existencia humana, es decir,
plenifican lo que somos y aportamos.
·
La
Resurrección de Cristo define la importancia de los carismas porque sin ella no
tendrían sentido.
·
El Carisma es sin duda alguna la
manifestación Ad-Extra de las relaciones Trinitarias. No existe Carisma que no
proceda de esta relación y/o manifestación de Dios a la humanidad.
·
Los
carismas encarnan la Voluntad de Dios que se comunica sobrenaturalmente con los
bautizados.
·
Los carismas son tanto experiencia como
fruto de Amor.
·
Los carismas hablan muy bien de la
condición redimida de los bautizado sy como estos interactúan en la Sociedad
dando testimonio del Dios vivo y vivificador.
·
Primero la Gracia y luego los carismas.
Los
carismas son en sí portadores de una Nueva Condición a la que somos llamados,
también se constituye en los Huellas de la Gracia que al entrar históricamente
en nuestras vidas deja su Impronta… Una
Congregación cuya experiencia con el resucitado es autentica sin duda podrá
vivir con libertad esos dones y ponerlos por estructura de su Misión. La
Iglesia en su experiencia terrenal necesita de los carismas para afirmar su
vocación en medio de la Sociedad y facilitar los desarrollos culturales como
tal, esos desarrollos son sin duda a partir de la Espiritualización de la
Gracia en sus estructuras. Cada bautizado recibe este influjo y lo emplea en su edificación y
respuesta de Fe. Si la Congregación no discierne sobre el carácter de los
carismas es muy probable que no pueda orientar bien a sus feligreses y emplear en el anuncio del Evangelio sus dones
y habilidades. Los carismas poseen una connotación muy especial y es la de
apropiarse de los procesos necesarios y tan humanos de Reconciliación… La presencia
del Espíritu santo es sin duda alguna el aliciente y motor de la Reconciliación
que por medio del Bautismo de hace realidad en la humanidad agredida por el
pecado pero llamada a hacer las paces con Dios. La amistad entre Dios y los ser
humanos parte de la explicitación del sacrificio de Cristo en la Cruz y los
carismas son la continuidad histórica de la salvación en términos históricos
puesto que en toda época se viven y son fácilmente identificados. La
Reconciliación en términos escatológicos se visibiliza en la perspectiva de la
vida ministerial de la Iglesia y el compromiso de todo bautizado por vivir esa
dinámica. Estamos ante la posibilidad de transformar las estructuras de la
sociedad bajo la primicia de los carismas que humanizan el accionar de cada
bautizado… Cristo es el gran unificador de la humanidad ya no hablamos de
judíos o de otro pueblo sino de los seres humanos libres y bajo el gobierno de
la Gracia. Este gobierno es contundente como quiera que exprese la voluntad de
los creyentes en el mundo y en general en sus espacios vitales.
La
referencia directa es el Evangelio y su gran poder humanizador de las
estructuras socio-culturales. Estas estructuras son permeadas por la
materialización de los valores cristianos a partir de la experiencia redimida
de nuestros dones y carismas. Hoy más que nunca necesitamos confeccionar la Cultura del Amor para hacer frente a
las estructuras desposeídas de Gracia y Reconciliación que no solo afectan a la
Sociedad actual sino que dejan sentir su peso aun en las Congregaciones. No hablamos de venganzas u odios ya que la
respuesta de la Cultura del Amor es la vida y su absoluta promoción como el
bien realizado en cada una de nuestras acciones. Pablo relaciona hábilmente la presencia de los
carismas con la Moral del bautizado, la
misma que nos impulsa a vivir de forma abierta nuestra relación con el otro
sujeto también de salvación y presencia de la Gracia. La Moral del creyente se
alimenta de la Gracia que fundamenta todas sus operaciones, miremos estas
afirmaciones en:
·
Ética cristiana.
·
Moral cristiana.
·
Acto Humano bajo la primicia de la
Gracia.
·
Intencionalidad movida por la Caridad.
·
Espiritualización e instrumentalización
de la presencia de la Gracia en nosotros, es sin más la metafísica de los
carismas.
·
La definición Ontológica de los carismas afecta
la concepción de la vida por parte del bautizado. Todo bautizado es en sí un
sujeto de transformación existencial. La Gracia es la facilitadora de su
transformación o deificación.
·
La historia está moldeada por el obrar
humano y la Cultura del Amor por la presencia del Espíritu santo y sus dones.
·
Salamanca
no da lo que natura no presta.
·
La
Gracia supone naturaleza.
·
Los carismas son luz del hombre nuevo
bajo la primicia de la Redención. Sin Redención no existe carisma alguno, solo
operaciones propias de la Personalidad y Conciencia humana.
·
El
Amor es mi peso. Hiponense.
·
La única libertad posible nace en el
Amor y se convierte en carisma.
ANTROPOLOGIA DE LA ACCIÓN
CARISMATICA.
La
delimitación del presente enunciado es factible para poder nosotros concretar
con absoluta claridad el alcance en términos antropológicos de los carismas y
por ende de la Gracia en la vida del bautizado. La experiencia de la humanidad
en torno a gracias particulares es muy amplia, recordemos que la personalidad
está adornada con una serie de cualidades que especifican tanto su complejidad
como su racionalidad. Los carismas son un asunto de Información esencial de la Gracia para el cultivo de cualidades y
virtudes en vocación salvífica, esta postura no es nueva y la leemos en Pablo
como en los santos PP. de la Iglesia.
Nosotros en cuanto a la Gracia somos materia disponible o moldeable y
las intuiciones que se desprenden de esta realidad sobrenatural son
constatables y argumentables… Hoy como hace siglos el bautizado disfruta de la Gracia Habitual como su definición
específica es la continua presencia de la Trinidad en su existencia
(Inhabitación) de lo contrario la vida
de la Gracia segmentada no iría para nosotros. La salvación reconoce el aporte de los
carismas y la Sociedad también cuando exalta los valores y ejemplariza los
contenidos de los ejemplos de santidad y
vida de Fe. El arrepentimiento ante el pecado es solo posible si los carismas
nos mueven a reconocer la magnitud de la afectación de nuestra vida espiritual.
Es una Ley Física “que dos cuerpos no
existan en el mismo espacio” lo mismo sucede con esta realidad increada en
nosotros, el pecado nunca podrá ser
depositario de la Gracia y sus dones como carismas. La definición
Ontológica de la persona redimida se ve
afectada positivamente por los carismas y la consiguiente presencia de la
Gracia. Es casi que una Ley Universal en la dimensión salvífica. La experiencia
eclesial penetra ostensiblemente tanto la Vida
moral como civil y ética de los bautizados. Esta expresión nos invita a
emplear los carismas en la edificación de una Sociedad justa que no vea en este
enunciado un imaginario o en el mejor de los casos una Utopía. Creemos todo lo
opuesto o contrario, si es posible vivir una Topia de valores y ejemplo bien intencionado. Al respecto
miremos a manera de enunciados
sintéticos:
·
La
dimensión antropológica es arropada por la presencia de los carismas y dones
que el Espíritu de Dios concede a los bautizados.
·
La naturaleza humana en su esencia es
transformada y direccionada por los carismas como testigos del poder de la
Gracia para transformar cuanto toca y posee.
·
La supremacía del Amor en cuanto a las
relaciones autenticas de la especie humana se convierte en Vestigia de su Creador.
·
Los carismas complementan idealmente la
vocación salvífica a la que hemos sido llamados.
·
La Libertad es uno de los sinónimos del
Amor.
·
Ama y haz lo que quieras. Hiponense.
·
El perdón como experiencia renovadora
brota de la Misericordia de Dios y la disposición de nuestra parte para dar
forma a los carismas que nos mueven en dicha aproximación.
·
Todo conocimiento brota de la Voluntad y
Verdad de Dios y el Carisma como la Virtud son consecuencia de la presencia de
esa verdad de carácter esencial en la naturaleza humana.
·
Colosenses capitulo 3 versículos 12-13.
·
La Reconciliación engloba absolutamente
todos los dones y carismas que informan la vida de los bautizados.
·
El Rito no expresa la perfección del
Amor como don de Dios sino que procede de su praxis.
·
Pablo
nos inspira en la búsqueda de los carismas “superiores” como el mismo lo
indica (1 Corintios capitulo 12 versículo 31).
·
El
Amor es la centralidad de nuestra experiencia como bautizados, y por el Amor
Dios Trinidad se manifiesta en cada uno de los cristianos. Efesios
capitulo 3 versículo 17. El Amor de Dios es el nexo o vinculo entre los
seres humanos y la trascendencia.
·
La
Fe en palabras del Apóstol necesita de ser ilustrada y fundamentada para evitar
dudas y poco crecimiento, romanos capitulo 14 versículo 1.
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