sábado, 1 de abril de 2017

SEGUNDO TALLER PARA EL CLERO DIOCESANO EN JARABACOA.

LA UNIDAD SACERDOTAL COMO PARTICIPACIÓN DEL MISTERIO INTERPERSONAL DE DIOS.

MENSAJE. “EL DIACONO, EL SACERDOTE Y EL OBISPO SE CONSTITUYEN EN SIGNO VISIBLE DE LA COMUNIÓN Y UNIDAD ECLESIAL COMO MINISTERIAL” Jn 17,21.


SEGUNDO ENCUENTRO.

Dios Padre revela su misterio “interpersonal” en su Hijo y en el Espíritu Santo constituyendo así una comunidad de Amor cuyas relaciones nunca abandonan su ser Amoroso al punto de comunicar vida Ad-Extra  de esta relación. El Ministro Ordenado es consubstancial a este mandato de ir y obrar en su Nombre como quiera que fuimos instituidos para servir a Dios en su Iglesia  junto a nuestros hermanos feligreses. Dios-misterio desde la Encarnación se transforma para nuestra percepción en Dios-Amor y con ello deja claro el tipo y forma de relaciones que espera de cada uno de nosotros Ministros de su santa Iglesia. Unidad—Identidad se construyen o edifican a partir de la Gracia que nutre cada una de nuestras funciones y responsabilidades pastorales. El llamado de Jesús sobre la Unidad no se formula en ideal distinto a la Imagen del Dios Subsistente puesto que tal modo de vivir la Fe es una analogía del misterio revelado de la SS. Trinidad. Nuestro sacerdocio es Trinitario como Trinitaria es la forma de la relación de Dios entre y para sí.  Somos Partícula de Dios en la auténtica Koinonia.

Miremos brevemente los tres signos de comunión resaltados por san Buenaventura (escuela Agustiniana Siglo XIII)… A. INTERIOR……… B. EXTERIOR…….C. EUCARISTICA. En la primera vivimos el Amor como expresión de lo que somos y creemos como de lo que compartimos. En la segunda expresamos el valor e importancia de las relaciones eclesiales. En la última asistimos a la materialización del Signo por el cual Cristo se queda en medio de nosotros su pueblo.
Cada Diacono, Sacerdote y Obispo, se constituye en signo visible de comunión y unidad tanto eclesial como ministerial.  En el espíritu de nuestro  servicio pastoral se traduce en los siguientes componentes:

·         Espíritu del Señor (Hch 2 y 1 Cor 12,11)
·         El Amor cristiano (Hch 4,32)
·         La Eucaristía (Hch 2,42 y nuestro Pacto Bautismal)
·         La Unidad (Ef 4: 4-6)
·         Autoridad eclesial como signo de Unidad (Hch 20,28).

“Como este fragmento estaba disperso sobre los montes y reunido se hizo uno, así sea reunida tu Iglesia de los confines de la tierra en tu Reino” antiguo fragmento de oración eucarística.  Este trozo de oración nos muestra la concepción unitaria de la Eucaristía y como el Ministerio es el encargado de reunirla de entre todas las congregaciones y celebrarla como triunfo de la vida y la institución eclesial. Cada Clérigo al servicio de la vida sacramental funge como siervo del Reino de Dios en la tierra. La Unidad fraterna y ministerial en la vida de la Diócesis se manifiesta implícita en la Universalidad de la Iglesia de Cristo:

Dimensión—Unidad—Profética………………………..Dimensión—Unidad—Liturgica......Dimensión—Unidad—Social………… Dimensión—Unidad—Misionera.
La Unidad es específica como lo es el llamado y la vivencia vocacional, Jesús llamó a sus discípulos y eligió a doce de entre ellos (Lc 6,13). No existe acción pastoral más importante que la celebración del Día del Señor en la santa Eucaristía. La presencia del Ministro Ordenado es fundamental para vivir el Signo de Unidad eclesial. Los Ministros Laicos viven también el sacerdocio común como bautizados. “hasta los primados primero lo fueron”.

REFLEXIONES SOBRE LA UNIDAD SACERDOTAL.

·         La Unidad vivirá radicalmente opuesta a la hostilidad que el mundo le profesa.
·         La relación entre el Clero sufrirá también de hostilidad copiada del mundo en el que fungimos.
·         Nuestra Unidad en orden al Ministerio será siempre una realidad espiritual deseable.
·         Fácticamente hablando nuestra Unidad se fundamenta en  cada una de nuestras acciones que configuran nuestra Fe y experiencia con cristo.
·         Nuestros ideales personales son estructurantes de nuestras metas y propósitos pastorales.
·         Dios no solo es el Creador del Universo, también es quien lo revela en la Persona de su Adorado Hijo.

·         La Unidad y la Comunión Ministerial son en realidad consubstancial a Dios.
·         Jesús nos dio la gracia de ser Consubstanciales en su humanidad.
·         Nuestras actitudes de vida son la explicitación de la Unidad del Ministerio Ordenado.
·         Al materializar la “vida espiritual” se revela el Dios Invisible presente en las cosas materiales más visibles.

HACIA NUESTRA REFLEXIÓN GRUPAL.
A-     Reflexionar: Somos partícula de Dios en la auténtica Koinonia.
B-     Cuál es nuestro papel como signos de Unidad y Comunión en la vida de la Iglesia.
C-     Reflexionar: Al materializar la vida espiritual se revela el Dios invisible presente en las cosas materiales más visibles.





Revdo. Pbro. Diego Sabogal.

Decano C.E.T




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