miércoles, 15 de noviembre de 2017

LECTURA TEOLÓGICA EN PERSPECTIVA SOCIAL. MULTIPLICACIÓN DE LOS PANES... VISIÓN MATEANA.

LECTURA  TEOLÓGICA  EN  PERSPECTIVA  SOCIAL  DE  LA  MULTIPLICACIÓN  DE  LOS  PANES  CONTENIDA  EN… Evangelio de Mateo capítulo 14 versículos 13-21.


INTRODUCCIÓN.


Al cristiano hoy se le exige más que ayer y mañana seguramente más que hoy. Agustín de Hipona.


La perspectiva mesiánica se enfrenta a la realidad de pobreza y marginación que en la época del Salvador era el común denominador en una sociedad marcada por la ocupación extranjera y la alta carga de impuestos para satisfacer a sus invasores. Este es el escenario por donde transita el Señor, que paradójicamente no dista mucho del de millones de latinoamericanos y caribeños. Los modelos que se importan por lo general son destructivos ya que corresponden a una antropizacion distinta y con raíces culturales otras. La identidad del colectivo sufre dramáticamente como lo observamos en muchos pueblos de nuestro hemisferio… La dinámica en la que los  seres humanos se hacen visibles, individuales, y trazan relaciones, sufre con la pérdida de identidad y del “sentido de pertenencia”. Las fronteras son simplemente el reflejo de esta ausente integración y trabajo por intereses comunes que superen la dialéctica personalista de nuestro entorno, en un medio dictaminado o diagnosticado  de esta manera es muy posible encontrar todo tipo de fenómenos que retrasan por sí mismos y sus estructuras el Reino de Dios.  Jesús visibiliza la necesidad básica de quienes le rodeaban. En la escena descrita por Mateo, no es posible que el medio somático en el que actuamos no sea consciente de la realidad de quienes percibimos a diario, simplemente estamos pensando en una fragrante pérdida de humanidad que arrincona a las personas y las planta en soledad con sus problemas y/o alienaciones estructurales.

“Al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos y curó a sus enfermos. 15. Al atardecer se le acercaron los discípulos diciendo: «El lugar está deshabitado, y la hora es ya pasada. Despide, pues, a la gente, para que vayan a los pueblos y se compren comida.» 16. Mas Jesús les dijo: «No tienen por qué marcharse; dadles vosotros de comer.» 17. Dícenle ellos: No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces. 18. Él dijo: Traédmelos acá. 19. Y ordenó a la gente reclinarse sobre la hierba; tomó luego los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición y, partiendo los panes, se los dio a los discípulos y los discípulos a la gente. 20. Comieron todos y se saciaron, y recogieron de los trozos sobrantes doce canastos llenos. 21. Y los que habían comido eran unos 5.000 hombres, sin contar mujeres y niños. 22. Inmediatamente obligó a los discípulos a subir a la barca y a ir por delante de él a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. 23. Después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar; al atardecer estaba solo allí.” 

*** La multiplicación de los panes por parte del Señor suscita una serie de imaginarios que se pueden interpretar dependiendo de la orilla en la que nos encontremos. La acción de Jesús es sobre toda consideración un ejemplo vital de solidaridad y encuentro con el otro sin permitir siquiera que medie la condición de las personas y lo que hoy en día se conoce como “estatus” para indicar con ello la dignidad  y hasta el poder adquisitivo de la persona. La Iglesia cuyas estructuras están presentes en el derrotero y la cotidianidad de los bautizados tiene el deber de significar lo que es significante para el Salvador, es decir, de convertir nuestras homilías y sermones en experiencias concretas de solidaridad y fraternidad. La pobreza es tan alienante y destructiva como la ausencia misma de la Gracia. Jesús identifica intuitivamente los problemas y las limitaciones de quienes le acompañan y tienen hambre y no solo ofrece una respuesta anímica y emocional sino que mediante su praxis hace de aquella situación el escenario ideal para determinar los fundamentos de la Solidaridad Cristiana.

La Solidaridad Cristiana tiene por fundamento el amor de Cristo y de nuestra parte la capacidad de interesarnos y percibir la realidad del otro en la circunstancia en la que se encuentra. Jesús no solo contribuyó con su ejercicio solidario y por ende participativo sino que diagnosticó con absoluta precisión la estructura social a la afectó positivamente. La realidad de la pobreza hoy como en aquellas épocas se camufla bajo la disculpa de la poca o nula capacidad de generar recursos y la pregunta latente es donde están los recursos generados?  No interesa mucho al sistema y modelo socio-cultural en el que nos movemos. Digamos que la lógica de la existencia social está empoderada de la capacidad productiva y a la postre es la relación fundamental hoy por hoy en cualquier esquema político y por ende económico que conocemos.

Jesús rompió con el paradigma de la “acumulación de riquezas y bienes que generan pobreza y carestía”.  De esta forma la acción del Señor fue liberadora porque amplió el espectro de conciencia social y por lo tanto de Solidaridad entre sus congéneres. La bendición del Señor sobre los panes y los peces sella la alianza solidaria con los más necesitados y de paso asume por parte y figura de los hombres allí presentes el cuidado y protección de la familia lo que implica buenas y justas relaciones con sus esposas e hijos. La Solidaridad es más que un bocado de alimento, es la posibilidad de construir relaciones que evidencien tanto las necesidades como las soluciones. La dignidad del ser humano no puede ser medida por el tamaño del carro o la cuenta bancaria, debe ser tenida en cuenta por ser fruto de la presencia de Dios tanto en su ser como en la autenticidad de su proyecto de vida.

Los panes y los peces alcanzaron y sobró de ese alimento. Jesús nos permite intuir que la propiedad que sirve a todos es importante y debe ser cuidada. Cito una noticia especial que se registró en EE-UU, donde 400 hombres y mujeres los más ricos de esa Nación y seguramente del mundo le dirigen una carta a su presidente rogándole que no se aprueben leyes que les alivien las cargas tributarias sino todo lo contrario, desean pagar más de forma solidaria para favorecer políticas sociales y de asistencia a los más necesitados. Reflexionando es lamentable que en nuestros países los más poderosos no busquen sino evadir en paraísos fiscales sus compromisos con la Nación. También son en promedio los que menos pagan impuestos si tenemos presente su capital y acceso a los círculos privilegiados de poder… Los magnates estadounidenses dieron ejemplo de Solidaridad Cristiana aunque muchos de ellos lo ignoren o sus motivaciones sean solo asunto de Filantropía. Con lo anterior queda claro que ser solidarios es una condición natural de quienes son conscientes de las necesidades alienantes de su entorno.

La bendición de Dios es prosperidad pero no solo en cuanto al recurso material, también lo experimentan los corazones de los creyentes y/o bautizados. Jesús busca despertar en nosotros esa conciencia sobre el otro y su condición y de paso a no juzgar según nuestras inclinaciones o ideales de vida o pensamiento. El dar alimento es solo el principio de un mensaje liberador que empodera a quien lo escucha y da lugar en su corazón. El auténtico milagro fue su capacidad de liderazgo para despertar conciencia en quienes le rodeaban, de su condición, y la de su Prójimo. No importó la cantidad de aliento sino la posibilidad de ponerlo todo al servicio de sus hermanos y compañeros, cada una de las personas que aportaron sin duda cambió  su concepción sobre el otro y sus necesidades.

También es oportuna hablar de la Promoción Humana, que sin duda se manifestó en cuanto aconteció aquel día. La Promoción que lucha por sublimar la condición del ser humano hasta alcanzar con cada persona un grado de identidad y dignidad que le libere de las estructuras alienantes que el pecado construye en torno a nuestras vidas. El estudiar, el proyectarnos en el trabajo, el emprender relaciones sanas y estables, el ahorrar, incluso, los sueldos decentes y conscientes de la realidad económica, el deporte, la creatividad, los Derechos ciudadanos y sus Deberes son recursos potenciados por la Gracia de Cristo cuando entra en el todo social y cultural de nuestras actuaciones, como quien dice que el Señor no solo alimentó sus cuerpos sino sus vidas y dignidades redimidas. La Compasión se manifestó como un principio venéreo para actuar decididamente y no esperar otras posibles soluciones como las presentadas en infinidad de problemas de esta u otra índole.

Sobró comida, la Comensalía expresa en este tipo de circunstancias lo indispensable de la unidad en el sentir, en el creer y por ende en el vivir, dicha unidad se nutre portentosamente de la Gracia en su condición antropizado, es decir, en contacto con la realidad y la cotidianidad tal y como la experimentamos. Nosotros descubrimos en esta bella acción del Señor no solo su grande amor para con la humanidad sino la alegría de Dios por tener hijos entre nosotros, que sean solidarios y consientes del otro que es su hermana y hermano. La llamada multiplicación de los panes, es y fue y será una dinámica solidaria que en su más genuina exposición crea un grado superlativo de solidaridad y confianza en Dios. Digamos  que en vocación social es determinante que la presencia de los Derechos y Deberes sean en verdad explicitados bajo el signo de la auténtica solidaridad.

 El hacer que la multitud se identifique con un cometido determinado es propio de un auténtico líder, que la persuasión que emplea no es su autoridad sino  su ejemplo y sentido común para diagnosticar las necesidades en el momento oportuno y dar así respuesta eficiente como inmediata. Hoy como hace tiempo las necesidades básicas de la sociedad son motivo de discusión y de acción inmediata cuando esto no sucede el problema daña otras dimensiones de su entorno. Jesús conoce perfectamente la realidad de quienes le rodean y este conocimiento se materializa en respuestas necesarias que no dan espera. El amor del Señor es en ultimas el motor de sus acciones y sentimientos. Gracias a su diagnóstico inmediato dibuja un plan de acción que ejecutaran sus discípulos y amigos.

Caminamos en pos de un ideal de vida y en el camino la realidad puede ser desdibujada por las distintas estructuras de pecado que se visten de injusticia como sucedió con aquellas personas necesitadas, que la motivación inicial eran sus necesidades insatisfechas. La pobreza cuando no es superada se convierte en la “madre” de las postraciones y alienaciones de corte aberrantes que sacuden y frustran a los bautizados. Jesús busca restablecer la dignidad de aquellas personas porque Él conoce sus motivaciones iniciales y por ende diagnostica sus necesidades y la manera o el cómo suplirlas. La variante teológica introducida por Juan en el Evangelio apunta al reconocimiento in Persona Christi que no es solo una asociación literal con la identidad del Señor sino la profunda experiencia de Fe Joanica en el Señor. La dinámica de lo que es verdaderamente valioso suscita pensamientos sobre la Providencia que busca rescatar lo importante y trascendental de la existencia del bautizado. Los canastos fueron empleados para recoger lo que sobró porque la concepción de la necesidad como es apenas lógico se presentará en otro momento y esa postura me recuerda una expresión coloquial. El hambre nunca dice adiós sino hasta luego. Tal postura nos dice que el liderazgo animado por el Señor se proyecta vivo en cada acontecer cotidiano como es de esperarse en los movimientos de Fe que sufre el creyente y los cuales son convertidos en signo de madures y vida dinámica en el Espíritu. La comensalía es previsora de situaciones donde se necesitará de la solidaridad y justicia cristiana. La economía actual se fundamenta en una serie de valores y conceptos que como es lógico no poseen humanidad alguna así sus defensores hablen de una tendencia social en las operaciones económicas.   Estas posibles tendencias sociales pasan  por el ofrecer un producto condicionado por el poder económico de sus usuarios, que no refleja la realidad y su percepción social. La actualidad nos dice que el capitalismo como expresión  y modelo de lo social permea todas las instituciones sin que quede un solo referente social sin ser abordado por esta dinámica.

 La comensalía descrita por este evangelio se enmarca en la necesaria interpretación salvífica del acontecimiento que lo conecta con la experiencia del pueblo en el desierto (Moisés dio maná y codornices) pero Cristo dará eternidad, un valor y bien superior que solo será posible no por mediación humana sino por el amor personal del Señor por cada uno de los suyos. Es pues una comensalía de índole sacramental tal y como es vivida y asumida por el bautizado en la Eucaristía. Podremos exclamar como la niña samaritana: Domine da mihi hanc aquam, ut non sitiet iterum o en la aproximación castellana: Señor dame de esa agua para nunca  volver a tener sed que la gracia sea nuestro alimento para la vida presente y la futura. Amén.


“No es más feliz quien tiene mucho sino quien necesita poco” Agustín de Hipona.


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