SANTO NOMBRE DE
JESÚS… YAHVEH SALVA. (Lc
2:15-21).
La escena que recrea Lucas sobre el
Nacimiento del Salvador tiene de fondo la presencia Sobrenatural de los ángeles
que en sí mismo no plantea Identidad distinta a la revelada por el Padre
Dios. Una vez se retiran los emisarios
celestiales los pastores entran en la compleja reflexión sobre lo presenciado o
intuido… La Manifestación supera con creses la curiosidad natural que Lucas
pone en cada uno de los personajes que aquí intervienen. Es para nosotros una
bella alusión a la madures en la Fe que no debe por nada o circunstancia
particular quedarse en los enunciados iniciales. Belén es el epicentro de este portento que
involucra la cotidianidad humana representada en los pastores con la Gracia que
es revelada en los emisarios y concretada en el Niño y su familia. Es Belén como Nazaret
el hogar natural de su futuro Ministerio público.
La espiritualidad se manifiesta en
la sencillez que capta perfectamente este Evangelio Lucano. La profundidad de nuestra
Fe nos puede conducir a actualizar cada año esta experiencia vivida por
aquellos hombres y mujeres que en actitud de oración velaron en la noche por
acompañar la manifestación de Dios Humanado… Miremos que nos dice (Is 1,3) Conoce el buey a su dueño, y el asno al
pesebre de su amo, Israel no conoce, mi pueblo no discierne. La Voluntad de
conocer al Salvador en la imagen de un Niño indefenso y en el seno de su
familia es producto de la primera impresión que el visitante de aquella casa
recibe pero que posteriormente el discernimiento debe dar paso a cualquier otra
iniciativa de lo contrario la escena se convierte en un momento de muchos más
sin trascendencia alguna… El (versículo 20) nos resume la intencionalidad
Lucana de Adorar a Dios y recrear su Adoración en los testigos movidos por la
revelación angelical. En la perspectiva de esta manifestación que construye la
figura de un personaje digno de tal reconocimiento… Luego da paso al Punto
Focal de esta escena evangélica, estamos hablando de la identidad Nominal del
Salvador: Se le dio el nombre de Jesús,
el que le dio el ángel antes de ser
concebido en el seno. (Versículo 21) Es por demás un nombre común en su
época pero de una profunda naturaleza y distinción Jesús significa Yahveh Salva… Este nombre se solemniza con los
signos que lo preceden al punto de marcar el derrotero de todo el contenido del
Evangelio Lucano. Las visitas como tal ponen de
Contexto la futura vocación Universal del Salvador, no hay diferencia
alguna en cuanto a las personas y su Dignidad terrena, lo que es verdaderamente
importante será la cosmovisión Lucana
que no deja nada al azar y mucho menos expuesto a otras interpretaciones. El
mensaje del nacimiento del Mesías es vinculante con la Realidad espiritual que
desea enseñarnos Lucas. La trascendencia que anuncia la llegada de una época distinta llena de Esperanza
para la humanidad expectante y necesitada de su Gracia y Amor. Es el Mesías donde lo terreno y lo
trascendente coinciden. Es decir la
relación se hace esencialmente Salvífica con la inclusión del Verbo en la
historia de la humanidad.
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