ESPIRITUALIDAD DE
LA NAVIDAD… MOMENTO DE
CELEBRACIÓN.
Afirmaría en uno de sus sermones el Hiponense sobre la
vivencia de la navidad: Mirad hecho
hombre al Creador del hombre, para que mamase leche el que gobierna el mundo
sideral, para que tuviese hambre el pan, para que tuviera sed la fuente, para
que durmiese la luz, y el camino se fatigue en el viaje, y la verdad fuera
acusada por falsos testigos, y el juez de vivos y muertos fuera juzgado por
juez mortal… Y la justicia condenada por
los injustos y la disciplina fuera azotada con látigos, y el racimo de uvas
fuera coronado de espinas y el cimiento, colgado en el madero, la virtud se
enflaqueciera, la salud fuera herida y muriese la misma vida. (Sermón 191).
El Creyente vive distintos momentos que son definitivos en su
espiritualidad y que marcan el ritmo de su vida y convivencia, es pues, la
Navidad un tiempo de alegría lleno de Esperanza y Gracia. Navidad es MOMENTO Y TIEMPO donde la presencia de
Dios se vive con todo su poder y llega incluso a transformar la percepción del
entorno o medio donde actúa el bautizado… La Navidad es tiempo de la presencia
de Dios en su Adorado Hijo y Momento de Gracia para reanimar nuestra relación
con el Dios revelado. Durante la Navidad el Espíritu de Dios se manifiesta muy
especialmente en el sentir de la Fe que nos dice que la Encarnación dará su
maravilloso fruto y que si bien no es una fiesta
física es una celebración espiritual llena de nuestras realidades
espirituales y por ende de valores que describen de forma acertada el sentir de
la Iglesia que en potencia aguardaba ya la misma Encarnación como proyección de
la Salvación futura. Ese aguardar es tan feliz como el momento de ver al Dios Humanado en la estela de nuestra
Historia… Estamos y estaremos aún más felices de celebrar el triunfo del Amor
que decide entrar en nuestra Historia tanto Universal como personal en la
figura vulnerable de una criatura que al igual que nosotros llega así al mundo. Es el Niño Dios resumen y el contenido de nuestras propias
Esperanzas de cara a la Eternidad prometida, es el hacernos como niños para contemplar el Reino de Dios. Atrás debe
quedar toda preocupación o perturbación que busque alejarnos del maravilloso
regalo de Dios, a un lado debemos dejar todo aquello que oscurezca la caridad
que mueve el corazón del creyente y la celebración entre los suyos y con ellos
contamos también su Congregación.
Nuestra Navidad es
tan personal como cósmica y tan real como el corazón puede palpitar movido por
el amor y el cerebro irrigado por nuestra sangre y oxígeno. La Navidad está ya entre nosotros y será
siempre así porque nunca terminaremos de vivir este maravilloso Misterio de
Dios Humanado, es Navidad siempre porque siempre habrá Esperanza en nuestros
corazones. Dejemos de lado el escándalo y el tumulto de prácticas que no tienen
nada que ver con el Dios Encarnado sino y
sobre todo con la tendencia cultural que mueve nuestra hilaridad. Hoy
como mañana y hace más de 2000 años la vida cambió cuando cada componente de su
ser fue elevado al Trono de Dios por su Adorado Hijo… Navidad tiempo de vida porque en sus notas esenciales relaciona tanto
la Redención como la auténtica posibilidad de superar el pecado que hace
necesaria la misma Encarnación. Es la vida un Don del Amor de Dios y junto con el Amor lo más cercano a su
Naturaleza. Solo Dios podía darnos este tiempo de fuerte espiritualidad para el
bautizado y solo Dios puede hacer de nuestra Navidad un verdadero tiempo de encuentro. Jesucristo el Hijo
de Dios es la única verdadera Esperanza y este tiempo es una perfecta
ambientación para celebrar su entrada en la historia y en el corazón del
bautizado. La Navidad es también Tiempo
de perdón ya que el odio y el rencor
afectan la Imagen de Dios en nosotros y daña gravemente el templo del Espíritu
Santo como expresaría el apóstol Pablo. Estamos ad-portas de un misterio
que aclara el panorama salvífico de la humanidad y potencia la Voluntad proclive
al perdón del Padre Dios (Yahveh).
Aquellos pastores que llenos de asombro y alegría luego se acercan a contemplar el misterio de
Dios nacido quedan estupefactos con la
Imagen nada distante de sus propias realidades. Los pastores como ninguna otra
criatura de forma desprevenida y humilde reconocen la Majestad del Niño Dios y
por ende de su Gracia para exclamar como nosotros bendito el que viene en Nombre de Dios que con su Humanidad expresa cada sonido y
oración del Nombre del Todopoderoso… El
Dios con nosotros, el Adonai potente, Yahveh de los ejércitos, el Guardián de
Israel, el Señor mío y Dios mío, el Abba de Jesús son solo algunos
calificativos del Nombre Sublime de Dios hecho carne en la Persona Adorada de
su Hijo, es la misma y única Hipostasis
del Amor y la Gracia como la Naturaleza de Dios que contemplaron en sus meditaciones los
santos PP. De la Iglesia. Es pues la oportunidad en bandeja de oro para renovar
nuestras tradiciones y sobre todo vivencias a la luz de su manifestación. Dirán
los PP. De la Iglesia: El Dios que se
hizo Hombre para que la Humanidad se hiciera como Él… Es
una muestra de la coherencia de Dios por la humanidad, es sobre toda
consideración la posibilidad cierta de alcanzar lo inalcanzable, eso es también
Navidad tiempo de unirnos con lo más alto de nuestras creencias y tradiciones. El
que llega a nosotros en Nombre de Dios es
Dios mismo donado y entregado por Amor a
la Humanidad. Aquella noche que paradójicamente en términos bíblicos significa
oscuridad, pecado, hostilidad se transforma liberadora gracias a la Divina
Presencia de Dios, esa noche que antes inspiraba desconfianza ahora es
esperanza y alegría… No hay hostilidad
porque el Dios Humanado trae Paz y Misericordia. La Navidad es una proximidad que hace compatible si
podemos emplear este término la necesidad humana con la Bondad de Dios que
asume la humanidad para que nosotros podamos asumir la vida en la eternidad de lo
contrario nos sería posible estar cerca de su Reino.
MEDITACIONES DE ESTE
MARAVILLOSO TIEMPO.
·
Dios
se hizo hombre para que nosotros nos hiciéramos como Él
·
Aparición
temporal del Dios que esta fuera de toda consideración de Tiempo.
·
El
que por razones políticas de su época no tuvo donde nacer fabrica templos en
nuestros corazones
·
En Navidad el que es la absoluta fortaleza se
convirtió en la más grande debilidad para los ojos del desprevenido
·
La
Gracia y el Amor de su nacimiento en la carne enciende la llamarada de nuestra
Fe y nos conduce por el camino de nuestra futura eternidad de la misma forma
que un faro guía a los barcos en la noche a feliz puerto.
·
Consideremos que aquel Todopoderoso Dios que es el
dueño de toda lengua y nación llegó a la humanidad en un niño que no habla y
depende en todo de sus padres.
·
Navidad
es tiempo de Familia.
·
Navidad
es tiempo de Perdón.
·
Navidad
es tiempo de Caridad
·
Nació como Niño de una Niña.
·
El Belén está presente la Madre
Iglesia, ella celebra en y con la humanidad que más tarde en la cruz se
convertirá en su familia, en sus hijos los bautizados.
·
Todos
los seres humanos contribuyeron con las ofrendas al recién nacido, es decir,
con la cabeza de la Iglesia y nuestro Redentor.
·
El Niño Dios tan grande es su Amor que no hace otra cosa
que santificar y liberar con su presencia la humanidad herida por el pecado de
Adán.
·
Navidad
es tiempo de Paz.
·
Navidad
es tiempo de retornar a la Iglesia y celebrar con ella la Salvación que se
manifestará pronto
·
Navidad
es también Hipostasis del Amor de Dios con la Redención futura.
·
Bendita sea la santísima noche en la
que Dios mismo tocó la tierra. Adorado sea Aquel que se hizo hombre para que la
humanidad se hiciera como Él. Adorado sea Aquel que gobierna cielos y tierra y nació recostado
en una humilde cuna.
·
Adorado sea aquel cuya Majestad llena
todo cuanto existe y aun así se convirtió en la feliz esperanza de los más
pequeños. Adorado sea Aquel que los pastores adoraron en una cuna.
·
Adorado sea Aquel Dios Padre, Hijo y
Espíritu Santo…
·
Sobre
la Navidad la Iglesia tiene el consenso que nos indica que en ella se inicia la
Redención al formalizar en la Encarnación la entrada de Dios (Yahveh) en la
historia de la humanidad y desde luego tocando la misma y única Singularidad de
nuestra naturaleza al punto de santificar personalmente a cada criatura humana.
En la familia de Nazaret se confirma la
Gracia que adorna a cada hogar cristiano dispuesto a acoger al Dios viviente.
·
Él
ha sido puesto sobre un pesebre para que tú puedas ser colocado sobre altares.
Él ha sido puesto en la tierra para que tú seas colocado entre las estrellas. Él
no tuvo lugar en el mesón para que tú tengas muchas mansiones en los cielos. (Ambrosio,
Obispo de Milán).
·
San
Efrén de Siria… Tú estás conmigo y todos los coros angélicos te adoran,
mientras te estrecho entre mis brazos eres llevado por querubines… Es claro que
en el pensamiento de los santos PP de la Iglesia el nacimiento del Salvador es
la consolidación de las promesas manifestadas tanto a los judíos como al resto
de la humanidad.
·
En
este maravilloso tiempo no es posible que la humanidad ignore el regalo de la
vida que implica nacer para la eternidad.
·
La
continuidad histórica de la Gracia se
conserva en la mente de los bautizados especialmente cuando estos viven su espiritualidad y actualizan la
entrada de Dios en la historia cósmica y personal.
·
Estamos
convencidos de la entrañable Misericordia de Dios al concedernos el poder
celebrar cada año el nacimiento de su Adorado Hijo entre nosotros.
·
Aquel que nació en la carne nunca abandonó al Padre Dios siempre
estaba en eterno retorno (Orígenes, escuela de Alejandría y PP. griego).
·
Santo tiempo de Navidad que nos motiva a
estrechar los vínculos fraternos y de
paso afirmar nuestra vocación cristiana.
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