lunes, 5 de diciembre de 2016

ESPIRITUALIDAD DE LA NAVIDAD.

ESPIRITUALIDAD  DE  LA  NAVIDAD… MOMENTO  DE  CELEBRACIÓN.



Afirmaría en uno de sus sermones el Hiponense sobre la vivencia de la navidad: Mirad hecho hombre al Creador del hombre, para que mamase leche el que gobierna el mundo sideral, para que tuviese hambre el pan, para que tuviera sed la fuente, para que durmiese la luz, y el camino se fatigue en el viaje, y la verdad fuera acusada por falsos testigos, y el juez de vivos y muertos fuera juzgado por juez mortal…  Y la justicia condenada por los injustos y la disciplina fuera azotada con látigos, y el racimo de uvas fuera coronado de espinas y el cimiento, colgado en el madero, la virtud se enflaqueciera, la salud fuera herida y muriese la misma vida. (Sermón 191).

El Creyente vive distintos momentos que son definitivos en su espiritualidad y que marcan el ritmo de su vida y convivencia, es pues, la Navidad un tiempo de alegría lleno de Esperanza y Gracia. Navidad es MOMENTO Y TIEMPO donde la presencia de Dios se vive con todo su poder y llega incluso a transformar la percepción del entorno o medio donde actúa el bautizado… La Navidad es tiempo de la presencia de Dios en su Adorado Hijo y Momento de Gracia para reanimar nuestra relación con el Dios revelado. Durante la Navidad el Espíritu de Dios se manifiesta muy especialmente en el sentir de la Fe que nos dice que la Encarnación dará su maravilloso fruto y que si bien no es una fiesta física es una celebración espiritual llena de nuestras realidades espirituales y por ende de valores que describen de forma acertada el sentir de la Iglesia que en potencia aguardaba ya la misma Encarnación como proyección de la Salvación futura. Ese aguardar es tan feliz como el momento de ver al Dios Humanado en la estela de nuestra Historia… Estamos y estaremos aún más felices de celebrar el triunfo del Amor que decide entrar en nuestra Historia tanto Universal como personal en la figura vulnerable de una criatura que al igual que nosotros llega así  al mundo. Es el Niño Dios   resumen y el contenido de nuestras propias Esperanzas de cara a la Eternidad prometida, es el hacernos como niños para contemplar el Reino de Dios. Atrás debe quedar toda preocupación o perturbación que busque alejarnos del maravilloso regalo de Dios, a un lado debemos dejar todo aquello que oscurezca la caridad que mueve el corazón del creyente y la celebración entre los suyos y con ellos contamos también su Congregación.

Nuestra Navidad es tan personal como cósmica y tan real como el corazón puede palpitar movido por el amor y el cerebro irrigado por nuestra sangre y oxígeno. La  Navidad está ya entre nosotros y será siempre así porque nunca terminaremos de vivir este maravilloso Misterio de Dios Humanado, es Navidad siempre porque siempre habrá Esperanza en nuestros corazones. Dejemos de lado el escándalo y el tumulto de prácticas que no tienen nada que ver con el Dios Encarnado sino y  sobre todo con la tendencia cultural que mueve nuestra hilaridad. Hoy como mañana y hace más de 2000 años la vida cambió cuando cada componente de su ser fue elevado al Trono de Dios por su Adorado Hijo… Navidad tiempo de vida  porque en sus notas esenciales relaciona tanto la Redención como la auténtica posibilidad de superar el pecado que hace necesaria la misma Encarnación. Es la vida un Don del Amor de Dios y  junto con el Amor lo más cercano a su Naturaleza. Solo Dios podía darnos este tiempo de fuerte espiritualidad para el bautizado y solo Dios puede hacer de nuestra Navidad un verdadero tiempo de encuentro. Jesucristo el Hijo de Dios es la única verdadera Esperanza y este tiempo es una perfecta ambientación para celebrar su entrada en la historia y en el corazón del bautizado. La Navidad es también Tiempo de perdón  ya que el odio y el rencor afectan la Imagen de Dios en nosotros y daña gravemente el templo del Espíritu Santo como expresaría el apóstol Pablo. Estamos ad-portas de un misterio que aclara el panorama salvífico de la humanidad y potencia la Voluntad proclive al perdón  del Padre Dios (Yahveh).

Aquellos pastores que llenos de asombro y alegría luego  se acercan a contemplar el misterio de Dios  nacido quedan estupefactos con la Imagen nada distante de sus propias realidades. Los pastores como ninguna otra criatura de forma desprevenida y humilde reconocen la Majestad del Niño Dios y por ende de su Gracia para exclamar como nosotros bendito el que viene en Nombre de Dios  que con su Humanidad expresa cada sonido y oración del Nombre del Todopoderoso… El Dios con nosotros, el Adonai potente, Yahveh de los ejércitos, el Guardián de Israel, el Señor mío y Dios mío, el Abba de Jesús son solo algunos calificativos del Nombre Sublime de Dios hecho carne en la Persona Adorada de su Hijo, es la misma y única Hipostasis del Amor y la Gracia como la Naturaleza de Dios  que contemplaron en sus meditaciones los santos PP. De la Iglesia. Es pues la oportunidad en bandeja de oro para renovar nuestras tradiciones y sobre todo vivencias a la luz de su manifestación. Dirán los PP. De la Iglesia: El Dios que se hizo Hombre para que la Humanidad se hiciera como Él…   Es una muestra de la coherencia de Dios por la humanidad, es sobre toda consideración la posibilidad cierta de alcanzar lo inalcanzable, eso es también Navidad tiempo de unirnos con lo más alto de nuestras creencias y tradiciones. El que llega a nosotros en Nombre de Dios  es  Dios mismo donado y entregado por Amor a la Humanidad. Aquella noche que paradójicamente en términos bíblicos significa oscuridad, pecado, hostilidad se transforma liberadora gracias a la Divina Presencia de Dios, esa noche que antes inspiraba desconfianza ahora es esperanza y alegría… No hay hostilidad porque el Dios Humanado trae Paz y Misericordia. La Navidad  es una proximidad que hace compatible si podemos emplear este término la necesidad humana con la Bondad de Dios que asume la humanidad para que nosotros podamos asumir la vida en la eternidad de lo contrario nos sería posible estar cerca de su Reino.


MEDITACIONES DE ESTE MARAVILLOSO TIEMPO.


·        Dios se hizo hombre para que nosotros nos hiciéramos como Él
·        Aparición temporal del Dios que esta fuera de toda consideración de Tiempo.
·        El que por razones políticas de su época no tuvo donde nacer fabrica templos en nuestros corazones
·        En Navidad el que es la absoluta fortaleza se convirtió en la más grande debilidad para los ojos del desprevenido
·        La Gracia y el Amor de su nacimiento en la carne enciende la llamarada de nuestra Fe y nos conduce por el camino de nuestra futura eternidad de la misma forma que un faro guía a los barcos en la noche a feliz puerto.
·        Consideremos que aquel Todopoderoso Dios que es el dueño de toda lengua y nación llegó a la humanidad en un niño que no habla y depende en todo de sus padres.
·        Navidad es tiempo de Familia.
·        Navidad es tiempo de Perdón.
·        Navidad es tiempo de Caridad
·        Nació como Niño de una Niña.
·        El Belén está presente la Madre Iglesia, ella celebra en y con la humanidad que más tarde en la cruz se convertirá en su familia, en sus hijos los bautizados.
·        Todos los seres humanos contribuyeron con las ofrendas al recién nacido, es decir, con la cabeza de la Iglesia y nuestro Redentor.
·        El Niño Dios  tan grande es su Amor que no hace otra cosa que santificar y liberar con su presencia la humanidad herida por el pecado de Adán.
·        Navidad es tiempo de Paz.
·        Navidad es tiempo de retornar a la Iglesia y celebrar con ella la Salvación que se manifestará pronto
·        Navidad es también Hipostasis del Amor de Dios con la Redención futura.
·        Bendita sea la santísima noche en la que Dios mismo tocó la tierra. Adorado sea Aquel que se hizo hombre para que la humanidad se hiciera como Él. Adorado sea Aquel  que gobierna cielos y tierra y nació recostado en una humilde cuna.
·        Adorado sea aquel cuya Majestad llena todo cuanto existe y aun así se convirtió en la feliz esperanza de los más pequeños. Adorado sea Aquel que los pastores adoraron en una cuna.
·        Adorado sea Aquel Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo…
·        Sobre la Navidad la Iglesia tiene el consenso que nos indica que en ella se inicia la Redención al formalizar en la Encarnación la entrada de Dios (Yahveh) en la historia de la humanidad y desde luego tocando la misma y única Singularidad de nuestra naturaleza al punto de santificar personalmente a cada criatura humana.  En la familia de Nazaret se confirma la Gracia que adorna a cada hogar cristiano dispuesto a  acoger al Dios viviente.
·        Él ha sido puesto sobre un pesebre para que tú puedas ser colocado sobre altares. Él ha sido puesto en la tierra para que tú seas colocado entre las estrellas. Él no tuvo lugar en el mesón para que tú tengas muchas mansiones en los cielos. (Ambrosio, Obispo de Milán).
·        San Efrén de Siria… Tú estás conmigo y todos los coros angélicos te adoran, mientras te estrecho entre mis brazos eres llevado por querubines… Es claro que en el pensamiento de los santos PP de la Iglesia el nacimiento del Salvador es la consolidación de las promesas manifestadas tanto a los judíos como al resto de la humanidad.
·        En este maravilloso tiempo no es posible que la humanidad ignore el regalo de la vida que implica nacer para la eternidad.
·        La continuidad  histórica de la Gracia se conserva en la mente de los bautizados especialmente cuando estos  viven su espiritualidad y actualizan la entrada de Dios en la historia cósmica y personal.
·        Estamos convencidos de la entrañable Misericordia de Dios al concedernos el poder celebrar cada año el nacimiento de su Adorado Hijo entre nosotros.
·        Aquel que nació en  la carne nunca abandonó al Padre Dios siempre estaba en eterno retorno (Orígenes, escuela de Alejandría y PP. griego).
·         Santo tiempo de Navidad que nos motiva a estrechar los vínculos fraternos  y de paso afirmar nuestra vocación cristiana.



  







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