DISCURSO SOBRE LA RUINA DE JERUSALÉN. (Lc 21: 5-19)…
La visión Lucana se alimenta de
fuentes distintas a los otros Sinópticos al menos aquí en este pasaje se pone
de manifiesto, si observamos el Discurso Mateano sobre este tópico vemos que
Lucas no habla sobre el fin de los tiempos sino que se centra estrictamente en
la Ciudad santa y su entorno (Mt 24,1) la experiencia Lucana se condensa en el
mandato del Padre Dios en la Persona de
su Adorado Hijo así lo percibimos implícitamente en el versículo (15) la
iniciativa está en manos del Salvador como Signo de su Poder y Misión ( la
diferencia Sinóptica la podemos apreciar en Mt 10,20 y Mc 13,11)… Es claro que
tal postura tiene una intención marcada y es la de difundir la Autoridad de
Jesús en su medio Ministerial y resaltar la poderosa influencia de sus palabras que superan cualquier
comparación con Profeta alguno. Jesús está haciendo referencia a su Palabra
como Testimonio del Padre.
Lucas está en la determinación de
difundir desde su Evangelio la Autoridad Personal del Salvador y relacionarla
en primera Persona con el Padre Dios y conforme evoluciona la Revelación con el
Espiritu Santo, si observamos el asunto Misionero convendrá tal postura dada la
necesidad de entrar en un Mundo que entiende y vive la Relación Antropizada cuyo único referente es la Humanidad, por lo
anterior el Mensaje de Jesús se centra en su Autoridad así como en su Actualidad… Las señales de las que habla este Evangelio son de carácter
apocalíptico (recordemos que este género se popularizó en el año 200 antes del
Salvador). Así como el Creyente conoce los Signos de la Historia y de la
Naturaleza de la misma manera debe conocer y observar su vida Espiritual donde
Dios se revela de forma apacible… Pero luego termina la suerte de Signos trágicos
con una promesa que exalta la perseverancia y firmeza en la Fe: Pero no perecerá ni un cabello de vuestra
cabeza. Con vuestra perseverancia salvareis vuestras almas (versículos 18-19)…
Lucas se centra en la vivencia y continuidad de la Fe que no observa como una
simple manifestación de la Voluntad del Creyente sino como la total afirmación
de Dios en nuestras vidas, Solo quien rechaza las estructuras de pecado podrá
relacionarse con Dios y vivir de su Palabra y hacer posible sus Promesas Salvíficas,
así mismo lo expresa Lucas. Los tiempos Lucanos hay que interpretarlos pero
sobre todo la respuesta al llamado que Jesús nos hace en su Evangelio, es la
propuesta que en su momento desconocieron y redujeron a una simple
investigación Escrituristica… La defensa del Creyente será la Gracia que
confiere el Salvador (15).
La respuesta no estará supeditada a
los tiempos sino a la experiencia de Fe de los bautizados que más que observar
a la Naturaleza y sus crisis deberán vivir de la esperanza en la compañía permanente
del Salvador.
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