martes, 22 de noviembre de 2016

ACTITUD VIGILANTE DEL CRISTIANO...

ACTITUD  VIGILANTE  DEL  CRISTIANO… (Mt 24: 36-44)



Lucas recoge algunos elementos de la Tradición y sus géneros literarios para confeccionar esta escena evangélica que nos invita a mantener tanto un estilo de vida como una actitud renovada constantemente por la presencia del Espiritu Santo quien hace posible el potenciar los valores y atributos que asisten al bautizado. Lucas tiene un cierto “escrúpulo teológico” al afirmar la identidad de Jesús,   así inicia con el versículo (36) Más de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino solo el Padre… Es claro para nosotros que el conocimiento de Jesús como Gracia se remitía al conocimiento de su Misión en la tierra, pero Lucas desea por todos los medios afirmar la Intimación del Padre (Yahvé) respecto de su Hijo Adorado, esta afirmación es categórica y nos mueve en la perspectiva de la obra de Redención animada por la conciencia que debe tener el bautizado  sobre el origen y mandato divino de su Salvación. En cuanto a la Tradición relaciona este principio con Noé (Gn 7: 11-23).

En cuanto a la Actitud diligente  vemos que se fundamenta en la Voluntad personal para afrontar el llamado y la destinación a la Salvación cristiana… es pues afirmar con diligencia que la Actitud personal es consecuencia de la Gracia en cada uno de nuestros procederes y que solo así el bautizado sabrá comprometer su vida con la causa del Evangelio.  La decisión siempre será nuestra y como tal pondrá de manifiesto la inclinación a esta opción (Cristo). Esperar la venida de Cristo no es simplemente afirmar la futura “Recapitulación” es sobre toda consideración una forma de vivir como quien tiene todo pero sabe que nada le colma de Felicidad plena, en este aspecto de su reflexión se remite exclusivamente a Cristo como Señor de su vida y expectativas…  El “estar atentos y/o vigilantes” es una obligación en términos positivos para el Creyente de lo contrario las preocupaciones el mundo le arrancarán la Paz y Fe que se requieren para saber aguardar en el Señor y confiar totalmente en su Misericordia…

Nuestra Esperanza es firme en el Salvador por esta razón la constituimos en bastión de nuestra Fe y seguridad. Nuestra madurez de Fe es el requisito fundamental para comprender esta espera y lo que significa en la vida del bautizado, esperamos en el Señor y no seremos defraudados mientras lo hacemos… estas palabras de la Cosmovisión lucana son muy confortantes al anunciar la recompensa que tendremos implícitamente y como consecuencia de nuestra actitud ante la venida del Salvador, el Alma se mueve en la dirección de la Gracia que como faro nos guía en nuestro caminar cristiano.



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