lunes, 16 de noviembre de 2015

PAZ O GUERRA... SALMO 120.

SALMO  120… SOLO A TI CLAMO DIOS  MIO.



El Salmista tiene claro que las situaciones de la misma Cotidianidad pueden afectar el constante crecimiento espiritual y precisamente centra la Paz en su reflexión hecha plegaria: Al Señor clamé en mi angustia, y Él me respondió… Las confrontaciones de nuestra vida  siempre repercuten en el Espíritu y pueden robarnos la Paz, nunca estaremos preparados para la calumnia y los comentarios sobre nuestras actuaciones particulares, pero el Bautizado debe tener presente la necesidad de construir su Realidad respetando a sus Próximos cuya referencia es el Evangelio, solo convencidos de la veracidad de la Palabra y Dignidad de cada Persona es posible evitar los Juicios de valores que degeneran la apreciación del Otro y su circunstancia de vida, solo quien se “pone” literalmente en manos de Dios aprende a valorar y dimensionar a los demás en su existencia y se atreve a construir con ellos su Realidad de Fe: Líbrame Señor de los labios mentirosos de la lengua engañosa, es un aspecto de la Convivencia que trasciende en nuestra Conciencia y forma de valorar el Mundo, es imposible construir Humanidad si despreciamos la vida e Integridad de los demás, es imposible construir Paz si de nuestro corazón sale odio cargado de prevenciones por la Sociedad de la que ni siquiera nos hemos sustraído, recordemos  que Jesús nunca se sustrajo de la Sociedad y decidió aportar en su edificación de esto atestiguan los Evangelios, nunca  se hizo aliado de la injusticia o el desprecio por el otro, basta mirar a (Jn 8) donde el Salvador no tolera estructuras sociales o legales que discriminan o juzgan implacablemente a las personas:  Si alguno de ustedes nunca ha pecado tire la primera piedra, tamaña sorpresa para quienes se refugian  en la Ley cuando de salvar sus intereses personales se trata.

Para este Hombre (Salmista) la Paz es reflejo de la absoluta confianza en Dios que dicta paulatinamente a nuestra Conciencia los fundamentos del vivir temerosos de Dios, bajo una óptica positiva  cuya Centralidad es el Amor y Respeto por la vida y sus procesos, literalmente odiar la Paz significa actuar bajo la guía personal y desconocer el Mandato de Fe, para él (Salmista)  la Ley y para nosotros el Evangelio, tanto puede sufrir una persona bajo la Cultura  de la  guerra y destrucción como lo hemos visto estos días (Oriente, Medio, Próximo y Lejano, África, Centro y Sur América y ahora Europa) donde los Discursos Socio-Culturales absolutistas perdieron el control y la gran paradoja de la Globalización es precisamente un efecto contrario asemejado con el principio  Aristotélico de la “No-contradicción”  que para el Mundo del “Siber” traduce:  mientras más cerca, más lejos,  la tecnología y el buen vivir se constituye en sinónimo de Paz y tranquilidad pero hasta en nuestras calles sin importar el “$$$” del Apartamento aflora la violencia y el malestar  que roba la Paz  al Bautizado, miremos las palabras  del  Salmista: Demasiado he sufrido  viviendo con los que odian la Paz… Y continúa en su reflexión hecha Plegaria Estoy del lado de la Paz, pero cuando digo Paz, ellos dicen guerra… De esta forma culmina su Plegaria y suplica, revisemos nuestras actitudes  de Paz o tristemente de conflicto y busquemos la coherencia de nuestra apuesta por la Auténtica Paz y superemos tanta indiferencia.

Rev. Diego Sabogal.
Epifanía.   


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