EL ANUNCIO DE JUAN EL BAUTISTA… (Lc3:1-6)
El Evangelio de Lucas (Lc) introduce la historia inicial y
el Ministerio del Bautista bajo la reseña histórica de quienes eran las
autoridades de la época, es un notorio interés por resaltar tanto su figura
como el impacto previo al Mesías, es muy
importante para la visión Lucana ubicar en este Tiempo al Bautista y mediante
el Texto Isainiano ( Segundo Isaías, 40,3ss) manifestar su figura como parte del cumplimiento de una promesa de carácter profético,
esta Promesa es vital para establecer el nexo entre el (A.T) y la figura del
Salvador en el (N.T) también en la misma dirección encontramos a Malaquías (3) atrás quedó el castigo y anuncios del Día
de Yahvé y la consumación del juicio para dar paso a la Era Mesiánica que sabrá clamar bajo la
figura del Precursor. Nosotros
estamos atentos a la manifestación de Dios en la Persona de su Hijo y el que Procede de Entrambos,
mientras Juan el Bautista anuncia esta llegada con signos de Fe concretos (Penitencia, Bautismo, Conversión)
el Creyente vive ya la plenitud del Anuncio.
Como olvidar que la última palabra
de Dios y su Revelación llegó a nosotros en su Hijo Jesucristo, ya no habrá Mensaje
distinto al Evangelio, ya no reinará otra Jerusalén que la Iglesia bajo la
figura de la Novia adornada para su
Esposo (Figura Paulina que designa la Relación entre Cristo y su Iglesia).
Gracias a la Introducción de Lucas
queda firme la conexión histórica entre Juan y el presente de
Israel, como indicando la actualidad de su Mensaje en el Contexto del Pueblo
(En la Cosmovisión Judía la autenticidad dependía de la inclusión del Personaje
en su Historia) y de esta manera convalidaba su Mensaje, retomando la figura
del Bautista sobre su vida exclamó el propio
Jesús: De los nacidos de Mujer
nadie tan grande como el Bautista, todo un alago que atiende a su Misión, pero
luego agregaría, aun uno de los Bautizados es mayor que el Bautista, este
personaje tan relevante no es la plenitud
del Mensaje pero representa la actitud que debe imperar en nosotros frente
al Salvador, ser permanentemente sus anunciadores en la vida de la Iglesia, su Nuevo
Pueblo.
El Bautista con los Signos de sus
exclamaciones deja claro bajo sus Metáforas que la Plenitud es y será obra de Cristo
y que no existe posibilidad alguna de esperarlo de alguien más, hasta aquí es
Patrimonio de los Sinópticos, pero luego el Evangelista Juan atento al devenir de nuestra Historia de Salvación, hace del
Bautista un interlocutor genuino que ubica a Jesús en la Centralidad de la Salvación
y lo equipara como el Cordero Pascual. Esta expresión representa un llamado a Israel
sobre la Pascua en Egipto como figura imperfecta de Cristo y su Sacrificio en
la Cruz.
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