martes, 4 de junio de 2019

TEÓLOGOS CAROLINOS...


TEÓLOGOS  DE  LA  REFORMA  INSULAR...  EPISCOPALIANISMO Y SU CATOLICIDAD.
                                 

                      
La Comunión Anglicana, con su comunión de Iglesias, tiene una responsabilidad especial en este momento en el mundo. Nosotros no tenemos una doctrina propia - sólo poseemos la doctrina Católica de la Iglesia Católica, consagrada en los credos católicos, y en estos credos permanecemos sin adición ni disminución. Nos mantenemos firmes en esa roca.” (Arzobispo Godffrey Fisher)…


CUESTIONES ABORDADAS.


·         Antecedente histórico-critico.
·         Cronología Escocia Vs. Inglaterra.
·         Criterio Episcopal y su eclesiología  en el ámbito de la Catolicidad.
·         Denominados, teólogos Carolinos.
·         William Laud.
·         George Herbert.
·         Jeremy Taylor.
·         Lancelot Andrewes.
·         Nicholas Ferrar.
·          Doctrina Teológica.
·         Algunas Cuestiones.
·         Problemas Teológicos del siglo XVI y XVII.
·          


ANTECEDENTE HISTÓRICO-CRÍTICO.


Un canon reducido a la Escritura por Dios mismo, dos testamentos,  tres credos, cuatro concilios generales, cinco siglos y la serie de los PP. de la Iglesia en ese período - es decir, los tres siglos antes de Constantino, y dos después, determinan el límite de nuestra Fe”. (Obispo Lancelot Andrewes)…


Particularizando el enunciado encontramos que la perspectiva que construye la estructura eclesial aplicada a nuestra doctrina emplea en su método gnoseológico que conocemos como el "trípode de nuestra Fe" sus postulados y desambiguado en unidades lingüísticas simples será: Biblia, Tradición, y Razón, desde una re-formulación dialéctica afirmamos: Razón, Biblia, y Tradición... este método está vigente introduciendo a la especulación teológica el sentir académico de la filosofía como recurso metodológico. La expresión local de nuestra doctrina se re-formula, ella misma, intelectiva por medio de la confesión del Credo "Niceno -constantinopolitano" que se recoge en el Libro de Oración Común o (L.O.C) en la página 280. La pregunta retórica desde nuestra óptica podría ser ¿El Episcopal como se conecta con la trascendencia doctrinal de la Iglesia de Cristo fundada por los apóstoles y engendrada por el Espíritu Santo? desde la reflexión teológica de los teólogos Carolinos y el Movimiento de Oxford buscaremos dar respuesta a nuestro interrogante ahora retorico… cristoeseltema.blogspot.com
                                                                                     

En nuestro medio surge siempre el interrogante sobre la identidad doctrinal de la Iglesia Episcopal y la primera referencia es la relación de estar  dentro de la Comunión Anglicana. La diferencia de índole social y cultural como del establecimiento de una cosmovisión coherente ha hecho pensar que existe siquiera la posibilidad de ser una propuesta endémica estrictamente hablando, pero tal postura puede llegar a desconocer una praxis cultica-liturgia que desde siempre fue importante para esta Iglesia de la Comunión Anglicana. Ser hoy Episcopal se dibuja en el horizonte doctrinal de una serie de conceptos que no nacieron en América del Norte con el establecimiento de la sociedad Anglosajona (1). El hilo de nuestra historia necesariamente debe reconocer como padre y madre a la doctrina argumentada desde Inglaterra. Desde la dinámica sociológica de la religión podemos decir también que su Ethos fue heredado en una praxis de contenidos realmente altos. No existe por dinámica nacionalista Iglesia histórica alguna que no se deba a una Tradición eclesial muy anterior a ella, el intuicionismo eclesial no es factible como fenómeno dialectico, aunque no negamos que pueda generar imaginarios. El conocimiento eclesial no depende de orientación teológica alguna ya que la sola praxis de nuestra Teologia nos hace hijos de la Catolicidad en términos histórico-críticos de nuestra propia realidad doctrinal. No es correcto argumentar que el ser Episcopal como doctrina  teológica nace con la presencia de su primer Obispo en suelo estadounidense, y nos referimos a Samuel Seabury (2).

La revolución americana de 1775 introdujo una situación completamente nueva, pues con la separación de las trece colonias de la Madre Patria, los anglicanos de la nueva república tuvieron que regularizar su situación eclesiástica independientemente de la Iglesia de Inglaterra. Bien pronto, en 1783, el clero de la colonia de Connecticut eligió a Samuel Seabury, sacerdote misionero procedente de la diócesis de Lincoln en Inglaterra, como obispo. Según la ley inglesa de entonces, la consagración de un obispo por los obispos ingleses no era posible ni concebible sin un juramento de lealtad a la corona inglesa, lo que el ciudadano norteamericano Seabury no podía hacer. La dificultad fue resuelta en el año siguiente con la consagración de Seabury en Aberdeen por tres obispos de la Iglesia Episcopal de Escocia que, por no haber sido establecida por la ley inglesa, no exigía juramento de lealtad a la corona. En 1787 quedaron resueltas las dificultades legales en Inglaterra, y el arzobispo de Canterbury pudo consagrar dos obispos norteamericanos más. Así se agregó la sucesión inglesa a la escocesa, y existieron desde entonces los tres obispos necesarios para asegurar la continuación de la jerarquía episcopal (3). La Iglesia Episcopal de Escocia ocupa una posición  muy distinta a la Iglesia de Inglaterra, a pesar de ser la representante del anglicanismo en aquel país. Ello se explica por razones históricas.

En Escocia la separación de Roma se produjo no como consecuencia del acto de poder que dio origen a la llamada Iglesia de Inglaterra, sino al movimiento, de inspiración calvinista, que desarrolló John Knox (4) y que dio origen a los presbiterianos (5) Dichos presbiterianos escoceses detestaron siempre la vía media de la Iglesia de Inglaterra en la que veían sólo un disfraz de la papistería, de modo que las tentativas de los reyes estuardos para imponer el anglicanismo en Escocia fracasaron totalmente. Los reyes tuvieron por fin que reconocer a la Iglesia Presbiteriana como la religión establecida en Escocia, donde cuenta hasta hoy con el apoyo de la inmensa mayoría de la nación. La minoría que aceptó el anglicanismo forma la Iglesia Episcopal Escocesa, que reclama para sí la continuidad con la Iglesia medieval en Escocia, y que acusa fuertes tendencias católicas a las cuales puede dar libre desarrollo, pues no sufre las trabas del control estatal.  

Al respecto hacemos mención de Samuel Seabury (6)  nació en North Groton, Connecticut, el 30 de noviembre de 1729 y murió en New London el 25 de febrero de 1796. Se graduó en Yale College, 1748, y poco después comenzó a estudiar medicina. En 1752, aunque ya se había entregado a la vocación clerical, fue a Edimburgo para terminar sus estudios médicos, entrando en contacto con un remanente de la antigua Iglesia de Escocia. Fue ordenado diácono por el obispo de Lincoln el 21 de diciembre de 1753 y sacerdote dos días después en Londres; llegó a New Brunswick. New Jersey, como misionero en 1754; fue rector en Jamaica, Long Island, 1757-1767; y en Westchester, Nueva York, desde 1767. Al proceder su sustento misionero de la Iglesia anglicana y estar bajo juramento de lealtad, permaneció firmemente leal, lo que le causó problemas con los patriotas. Se hizo particularmente odioso por una serie de tratados firmados A. W. Farme y titulados, Free Thoughts on the Proceedings of the Continental Congress (16 de noviembre de 1774), The Congress Canvassed (26 de noviembre) y A View of the Controversy between Great Britain and her Colonies (24 de diciembre). Fue capturado por una banda armada, trasladado a Connecticut y detenido en New Haven durante seis semanas. Tras pasar a las líneas británicas se retiró a Nueva York, donde se sostuvo en parte por la práctica de la medicina, sirviendo como capellán del regimiento real americano y manteniendo su lealtad hasta el final de la guerra. En 1783 fue elegido obispo por el clero de Connecticut, yendo a Inglaterra para ser ordenado. El arzobispo de Canterbury rechazó su ordenación porque ciertas complicaciones del juramento civil de lealtad no habían sido todavía resultas, por lo que Seabury regresó a Escocia, donde fue consagrado en 1784 por tres prelados no juramentadores. Regresó a Connecticut en 1785, donde, residiendo como rector en New London, fue reconocida su jurisdicción, que se extendió, por invitación, a Rhode Island. Fue el primer obispo que presidió las iglesias en varios Estados unidos bajo la convención general en 1789. Unido con los tres obispos consagrados posteriormente en Inglaterra para la formación de la nueva constitución, que convertía a la Iglesia americana en independiente y autónoma, participó en la consagración del primer obispo de Maryland, Thomas J. Claggett. De ahí que ningún obispo haya sido nunca consagrado que no derive sus prerrogativas de las líneas escocesa y anglicana.

Para enfocarnos de una manera más objetiva en la relación geográfica y política  entre ingleses y escoceses miremos algunas cronologías de eventos importantes entre estas dos naciones:


CRONOLOGÍA ESCOCIA VRS. INGLATERRA.


1296 – La primera Guerra de Independencia entre Escocia, liderada por el famosos William Wallace, e Inglaterra da comienzo cuando el rey inglés Eduardo I invade tierras escocesas.
1314 – Los escoceses derrotan a Inglaterra en la batalla de Bannockburn.
1328 – La independencia de Escocia es reconocida.
1332-1357 – Segunda Guerra de Independencia.
1603 – Unificación de las coronas de Escocia e Inglaterra. Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia, un Estuardo, asciende al trono tras la muerte de su prima Isabel I, la última Tudor.
1688 – Guillermo de Orange, yerno de Jacobo II, encabeza la Glorious Revolution contra el rey católico, haciéndose con la corona. Jacobo II y su familia huyen a Francia para alejar a sus herederos de la influencia de Guillermo de Orange.
1701 – Muerte Jacobo II y su hijo, Jacobo III, hereda sus derechos a la corona, siendo reconocido por las coronas de Francia y España o la Santa Sede.
1707 – Mediante el Acta de Unión se produce la unificación política de Escocia e Inglaterra bajo el reinado de Ana I, la última Estuardo. Aunque ya había habido propuestas para la unificación en 1700 y 1702, Escocia solo aceptó cuando se vio sumergida en una gran crisis económica provocada por su aventura colonial en Panamá. El poder se trasladó a Londres y Escocia retuvo su propia iglesia, sistema educativo y legal.
1715 – Jacobo III encabeza a 10.000 jacobitas escoceses −nombre que recibían los seguidores de Jacobo II y después los partidarios de romper la Unión− en una rebelión para proclamarse como rey. La sublevación fracasa y Jacobo III deja las islas británicas.
1745 − El hijo de Jacobo III, el príncipe Carlos Eduardo Estuardo, retorna a las islas para encabezar una nueva revuelta jacobita y conquistar el trono. En esta ocasión, los jacobitas llegan a tomar Derby, a tan solo 127 millas de Londres. Tras la derrota en la batalla de Culloden, Carlos tiene que exiliarse.
1750 – En las primeras décadas tras la unión, los beneficios para la economía no fueron tan altos como Escocia había calculado. Según el historiador escocés Michael Lynch, para el año 1750 los escoceses ya se concebían a sí mismos con una doble identidad, escocesa y británica.
(7)

En el recuadro de cronologías podemos observar la relación de los eventos entre estas naciones hermanadas, basta con agregar que los postulados religiosos son completamente distintos y la rivalidad favoreció la sucesión eclesial para la nación del Norte. Samuel Seabury (no juramentado) (8) asume el ministerio diaconal y su presbiterado desde la fundamentación inglesa de las órdenes y la doctrina, al renunciar a la corona (no juramentado) en su ministerio sacerdotal busca arropo en la iglesia escocesa de allí naturalmente parte nuestra sucesión que por el principio de universalidad ministerial nos conecta con Inglaterra. La realidad de esta índole ministerial se conserva no en división sino en supra unidad de las órdenes,  por lo tanto apreciativamente hablando la raíz de la catolicidad por extensión es tan inglesa como escocesa y como apostólica, confluyendo en la identidad eclesial que llamamos Episcopal (9).

El rechazo a la autoridad de la Corona inglesa hace de Escocia el escenario ideal para el establecimiento de confesiones religiosas que no dependan para su estructuración de la influencia de los reyes ingleses (10). Tal independencia es vital en la futura consolidación Episcopal. Citamos a Seabury desde la perspectiva de su necesaria participación en la sucesión apostólica que a pesar de los distintos movimientos reformistas supo conservarse como identidad inicial y formal de la Iglesia de Inglaterra. Seabury es un símbolo de las implicancias de sostener en la tradición eclesial la sucesión apostólica y hacerla ligar con la Iglesia en otra latitud aunque es imposible de negar la herencia inglesa en todo el ministerio que él y los demás  obispos y presbíteros y diáconos desempeñaron y lo venimos haciendo en nuestro presente.  Se convierte en una innegable dinámica entre la tradición recibida y el espíritu identitativo propio, entre el ser Episcopal y reconocerse parte de la catolicidad, de lo contrario,  ser Episcopal no sería más relevante que  llamarse protestante o cristiano cesante de tradición eclesial. Seabury no perpetuó identidad eclesial que desconociera la catolicidad de sus órdenes ya que estas y la catolicidad son intrínsecas de lo contrario qué sentido tendría conservar la sucesión apostólica y no ser parte viva de la catolicidad. Solo citaremos a este obispo y las implicancias que su búsqueda de la sucesión trajo en la naciente Iglesia en los EE.UU. (11).  En realidad Seabury fue formalmente hablando tan católico como protestante y no es un fundamento contradictorio al menos gramaticalmente enunciado, sino la praxis de un ser eclesial reformado. Si en términos de sociedades y sus estructuras pragmáticas decimos:

El ser Episcopal sociológicamente  hablando es la nacionalidad eclesial, entonces el ser parte de la catolicidad le da al Episcopal no ya la nacionalidad de su origen sino la ciudadanía del mundo… (12).


CRITERIO EPISCOPAL Y SU ECLESIOLOGÍA EN EL ÁMBITO DE LA CATOLICIDAD.

De la anterior expresión podemos afirmar que el ser de nuestra catolicidad queda claro y en firme… la concepción LOCAL (13) de la doctrina eclesial no es fundamentalmente algún concepto excluyente, aquí nos planteamos un tipo de fenomenología por extensión al mejor estilo heideggeriano y vemos con claridad lo que conlleva suponer la extensión eclesial fuera de Inglaterra y como en su continuo crecimiento se configura en lo que hoy conocemos como “Comunión Anglicana”  sin la presencia de Hooker y los Carolinos y más tarde los PP. del Movimiento de Oxford,  la dinámica Identitativa de nuestra propia catolicidad se hubiera diluido bajo el sofisma de una expresión teológica  regional.  La Comunión Anglicana posee su propio Ethos territorial compuesto  por las distintas inclusiones eclesiales (Provincias)  tal afirmación no riñe con la unicidad intuitiva y formal de la doctrina que nos permite ser expresión tanto católica como reformada.  El Qué de la cuestión Episcopal y Anglicana, es  su propio método (Biblia, Razón, y Tradición) (13). La extensión del ser eclesial no puede ser resumido o contenido en una Provincia, es decir, el Episcopal no puede argumentar que su estilo es único ya que la sucesión de eventos eclesiales no es propia totalmente,  es parte de las costumbres  que la catolicidad conservó, el ser eclesial por extensión es inglés como estadounidense y dominicano.  El ser eidético que se manifiesta concretamente en la doctrina reconoce de si y para si el ejercicio dialectico y fenomenológico de la liturgia romana del siglo IV y XI, como también de los usos de Salisbury o Sarum y   de York (siglos XV y XVI). La independencia de cada una posee una praxis común que solo se registra en su catolicidad (14). Los usos particularizaron la liturgia y animaron la identidad de dichas particularidades hasta ser unificados en una liturgia de índole universal y menos local, por esta y otras razones el (L.O.C) es signo de universalidad en la diversidad de nuestra eclesiología.


DENOMINADOS, TEÓLOGOS CAROLINOS.                                          


William Laud, arzobispo de Canterbury, nació el 7 de octubre de 1573 en Reading, Berkshire, Inglaterra y murió el 10 de enero de 1645 en Londres. (15).

Era hijo de un sastre, pero estudió en St. John College, Oxford (licenciatura en filosofía y letras, 1594; máster en filosofía y letras, 1598; doctor en teología, 1608), siendo miembro del consejo rector a la edad de veinte años. En 1601 fue ordenado y dos años después era capellán del conde de Devonshire. Su capacidad ya atraía la atención y su progreso fue rápido. En 1607 fue nombrado vicario de Stanford, Northamptonshire, y capellán de Richard Neile, posterior obispo de York. En 1611 fue elegido director de su colegio, aunque su posición era difícil porque Oxford en aquel momento era totalmente calvinista, (16) siendo Laud igualmente opuesto al catolicismo y al presbiterianismo. La antipatía puritana hacia él se intensificó. Robert Abbott, (17) posterior obispo de Salisbury, le atacó violentamente en 1614, pero su fiel amigo Neile le dio la prebenda de Buckden en el mismo año y la archidiaconía de Huntingdon en 1615, siendo en 1616 deán de Gloucester. Allí, con las más excelentes intenciones, levantó oposición por su obstinación y falta de tacto, cuando ordenó que el altar, puesto por influencia puritana en el centro del coro, debía ser restaurado a su antigua posición, contra el muro oriental. Su impopularidad se incrementó en 1617, al vestir una sobrepelliz en un funeral en Escocia. Su favor con el rey, en cambio, aumentó. En enero de 1621 tomó posesión de su prebenda en Westminster y seis meses más tarde fue consagrado obispo de St. David. Es característico de su rígida adhesión a lo que él estimaba recto, que rechazó retener los dos oficios, de obispo y rector de St. John, aunque tenía permiso expreso para hacerlo. En 1622 el asunto de la condesa de Buckingham, que se inclinaba hacia el catolicismo, demandó que definiera su posición hacia la Iglesia católica, que reconoció como una Iglesia verdadera, aunque ni en ese tiempo ni en ningún otro se aproximó o aceptó sus enseñanzas características. Con la muerte de Jacobo I, (18) el 27 de marzo de 1625, comenzó el poder auténtico de Laud en la Iglesia de Inglaterra. Firmemente convencido de la justicia de su causa, quiso hacer del rey un instrumento, para imponer sus propias ideas sobre la Iglesia entera. Firme defensor de la alianza entre la Iglesia y el Estado, subrayó la doctrina del derecho divino de los reyes, hasta el punto que la Cámara de los Comunes puritana le estimó enemigo de la libertad religiosa y civil. Por su parte, Carlos recompensó su fidelidad abundantemente. El 20 de junio de 1626 fue nombrado obispo de Bath y Wells, continuando con sus intentos de cambio, a pesar de la oposición puritana, a la que no intentó conciliar. En 1633, a la muerte de George Abbott, que había sido su oponente más feroz, Laud fue nombrado arzobispo de Canterbury. En ese tiempo sucedió algo que fue un enigma a la vez para puritanos y católicos. Laud, sospechoso ante los puritanos de tener inclinaciones católicas, recibió la oferta de la púrpura cardenalicia, pero él la rechazó diciendo: “Hay algo dentro de mí que no lo soportaría, hasta que Roma sea diferente de lo que es”, tomando posesión con energía de su nuevo deber como jefe de la Iglesia anglicana. El uso del Libro de Oración Común salió reforzado, se insistió en la dignidad de la adoración, las iglesias fueron reparadas, el sistema de “lectores”, por el que los sermones que atacaban los principios anglicanos fueron promovidos, fue frenado y el puritanismo agresivo detenido. Por otro lado, su insistencia en inclinarse ante el nombre de Jesús, la colocación del altar en el muro oriental de la iglesia, distinguiéndolo de esa manera de la mesa de la comunión puritana, así como su defensa de la diversión sana en domingo, en contraste con la observancia puritana, fueron atacados violentamente. Al mismo tiempo, se atrajo la hostilidad de la reina, que era católica, por su protesta contra el favoritismo mostrado hacia sus correligionarios. Como él mismo dijo, era  “como maíz entre dos prensas”.

DOCTRINA TEOLÓGICA.

Su pensamiento fundamentalmente se centra en la Iglesia primitiva  y la necesidad de retomar sus fundamentos, por ende, desconoce la presencia de doctrinas  modificadas que rompen con la historia eclesial.  La praxis eclesial se sujeta a la historia y a la génesis del cristianismo, una visión idealista lleva a nuestro autor a pretender casi que  poéticamente retornar a los orígenes estructurales del cristianismo (19). Centra su accionar reflexivo en los primeros concilios de la cristiandad donde a su juicio la unidad eclesial era una realidad. Afirma categóricamente la naturaleza Cristocentrica de nuestra liturgia y la alta estima y reverencia al nombre Santísimo de nuestro Señor (20). No rechaza la secuencialidad eclesial sino las perversiones que encuentra en la praxis argumentativa y doctrinal. Hay un cierto realismo que se interesa por instalarse bajo el concepto pragmático de unos fundamentos anteriores a la misma expresión doctrinal conocida por la Iglesia en la Reforma Insular. Laud acepta solo los primeros 4 concilios por considerarlos fruto de la Iglesia indivisa, miremos su listado:

·         Nicea año 325… Reunido por el Emperador Constantino durante el pontificado de San Silvestre. Contra el arrianismo (21). Definió la consubstancialidad del Verbo (22), largamente defendida por Atanasio, diácono de Alejandría; sancionó los privilegios de las tres sedes patriarcales de Roma, Alejandría y Antioquía (23), y extendió a toda la Iglesia la costumbre romana concertando la fecha de la celebración de Pascua (24).
·         Constantinopla año 381… Reunido durante el pontificado del Papa San Dámaso y el Emperador Teodosio el Grande, reafirmó la divinidad del Espíritu Santo. Contra los macedonianos. También fue condenada la doctrina de Pelagio (25) y Celestino (26) que negaban la transmisión del pecado de Adán a su descendencia y defendían la bondad, puramente humana para hacer el bien sin el concurso del auxilio divino.
·         Éfeso año 431… Celestino I. Contra el nestorianismo (27). En el reinado de Teodosio el Joven. Definió la unidad de persona en Cristo y la maternidad divina de María. Condenación de los errores pelagianos.
·         Calcedonia año 431… León I El Magno. Contra los monofisitas (28). Emperador Marciano. Condenó el eutiquianismo (29), que no reconocía en Cristo la distinción de las dos naturalezas perfectas.




George Herbert nació en Montgomery, Gales, el 3 de abril de 1593 y murió en Bemerton, Wiltshire, en febrero de 1633, siendo enterrado el 3 de marzo.

 Era hermano de Lord Herbert de Cherbury. A la edad de doce años fue enviado a Westminster School y posteriormente a Trinity College, Cambridge (licenciatura en filosofía y letras, 1613; máster en filosofía y letras, 1616). En esta institución fue miembro del consejo rector en 1616 y orador de la universidad en 1619, posición de la que dimitió en 1627. Como orador universitario estuvo en estrecho contacto con el rey, pasando mucho tiempo en la corte y esperando obtener alguna promoción en el servicio del Estado. Entre sus amigos estuvieron Francis Bacon (30), Sir Henry Wotton, Isaak Walton, John Donne y el obispo Andrewes. A la muerte de Jacobo I en 1625 se retiró de la vida cortesana y se fue a la casa de un amigo en Kent para estudiar teología. Al año siguiente fue ordenado diácono y presentado a la prebenda de Layton Ecclesia, Huntingdonshire, a la que estaba asociada una propiedad, con una iglesia dilapidada, en Leighton, a dos millas de Little Gidding, hogar de Nicholas Ferrar. Bajo la guía de éste Herbert restauró la iglesia, siendo por su influencia que se integró finalmente a una completa vida religiosa. En abril de 1630 fue presentado a Carlos I para la rectoría de Fugglestone con Bemerton, Wiltshire. Su corto ministerio de tres años en Bemerton se caracterizó por una devoción tan entregada a sus deberes que fue llamado "Holy George Herbert". Tras el cristianismo amó a la Iglesia anglicana. Su fama descansa en el volumen póstumo The Temple: Sacred Poems and Private Ejaculations (edición N. Ferrar, Cambridge, 1633). Aunque sus poemas quedan a veces perjudicados por su presunción verbal, su auténtica piedad y fervor devocional los han convertido en clásicos religiosos, situando a Herbert en una posición, compartida sólo por John Keble (31), como poeta de la teología anglicana. La obra en prosa de Herbert A Priest to the Temple: or, the Country Parson (edición de H. C. Beeching, Oxford, 1898), publicada primero en sus Remains (Londres, 1652), es un excelente tratado de teología pastoral. De las muchas ediciones de Herbert una de las mejores es la de A. B. Grosart, The Complete Works in Prose and Verse of George Herbert, con una valiosa introducción (3 volúmenes, Londres, 1874).


Jeremy Taylor, obispo, teólogo y escritor devocional inglés, nació en Cambridge el 15 de agosto de 1613 y murió en Lisburn, a 13 kilómetros al sudoeste de Belfast, Irlanda del Norte, el 13 de agosto de 1667. (32).

Estudió en Gonville y Gaius College, Cambridge (licenciatura en filosofía y letras, 1630-31; máster en filosofía y letras, 1633-34; doctor en teología, Oxford, 1642); al desempeñar deberes ocasionales para Thomas Risden, profesor de teología en San Pablo, Londres, atrajo la atención del arzobispo Laud, quien lo envió a Oxford en 1635 y procuró para él una beca, 1636, haciéndole su capellán e intentando probablemente que fuera nombrado capellán real; fue nombrado rector de Uppingham, Rutland, en 1638; probablemente en 1642 acompañó al rey a Oxford y es verosímil que fuera entonces (aunque formalmente no lo fue hasta 1644) privado de su beneficio; en 1643 fue nombrado rector de Overstone, Northamptonshire; en 1644 fue hecho prisionero del ejército parlamentario. En 1645 fue uno de los principales en la escuela en Newton Hall, Carmarthenshire, también capellán de Richard Vaughan, conde de Carbery. Este periodo fue uno de los más fructíferos en su vida, publicando Theologia eklektike; a Discourse of the Liberty of Prophesying (1646), una defensa de los clérigos episcopales destituidos; Great Exemplar... Life and Death of... Jesus Christ (1649); Rule and Exercises of Holy Living (1650) y Rule and Exercises of Holy Dying (1651). Las dos últimas obras citadas junto con Worthy Communicant (no publicada hasta 1660) están entre los libros devocionales más valiosos en lengua inglesa. Luego siguieron varios sermones, incluyendo Discourse on Baptism (1652); a este periodo es atribuible también The Real Presence and Spirituall of Christ in the Blessed Sacrament Proved... against Transubstantiation (1654) y Polemical and Moral Discourses (1657). Mientras tanto había reanudado sus relaciones con Londres en 1653, predicando allí ocasionalmente en 1654 y por razones desconocidas fue hecho prisionero en Chepstow en 1654 y de nuevo en 1655; en 1657-1658 Taylor ministró a una pequeña iglesia episcopal en Londres. Al año siguiente aceptó un profesorado semanal en Lisburn, condado de Antrim, Irlanda, que aceptó tras alguna vacilación, recibiendo de Cromwell garantías de protección, pero en 1660 fue de nuevo a Londres, donde publicó Doctor dubitantium or the Rule of Conscience, favorablemente resaltada por Hallam como 'extensa y entendida obra sobre casuística' (33); la obra iba dedicada a Carlos II. Cuando el episcopado fue restaurado, Taylor fue promovido en 1660-61 al obispado de Down y Connor, al que se añadió después el de Dromore; pero encontró estos menesteres difíciles como obispo, pues los presbiterianos especialmente crearon problemas a los que él replicó con la destitución de quienes rechazaran reconocer la jurisdicción episcopal. Quiso ser trasladado a una sede inglesa, pero su solicitud no fue atendida, quedando hasta el fin de sus días en un entorno poco propicio. Además de las obras ya citadas merece especial mención Discourse of Friendship (1657); también publicó un gran número de sermones. Sus Whole Works fueron editadas por Reginald Heber (15 volúmenes, Londres, 1822).
Taylor fue llamado "el Crisóstomo de Inglaterra", sobrepasando en brillantez de imaginación a su antitipo griego. Para las generaciones posteriores su fama descansa en las tres obras devocionales citadas.
                                                         
Lancelot Andrewes, obispo de Winchester, nació en Barking, a 11 kilómetros al este de Londres, en 1555 y murió en Winchester House, Southwark, el 26 de septiembre de 1626. (34).

 Su padre era comerciante y llegó a ser rector de Trinity House. Lancelot estaba destinado a la misma profesión, pero sus dos maestros de escuela, Ward, en Coopers Free Grammar School en Ratcliffe, y Mulcaster, de Merchant Taylors, observaron la extraordinaria capacidad de su estudiante, persuadiendo a sus padres para que le dieran una educación superior. Desde Merchant Taylors fue a Pembroke Hall, Cambridge, siendo uno de los estudiantes del doctor Watts. En 1576 fue elegido miembro de Pembroke y ese mismo año fue propuesto por el doctor Hugh Price para una beca en el recién fundado Jesus College, Oxford. Andrewes continuó residiendo en Cambridge y, tras recibir las órdenes sagradas en 1580, fue nombrado catequista en Pembroke. A sus 'conferencias catequéticas', que se impartían todos los sábados y domingos a las 3 p.m., asistían todos los que tenían alguna pretensión de estudiar teología, anotándolas cuidadosamente; también era muy solicitado como casuista. El conde de Huntingdon, presidente del Norte, lo designó para que fuera su capellán; y allí, 'mediante la predicación y la exposición, atrajo a muchos recusantes, sacerdotes y laicos, a la religión protestante.' En 1589, por medio de Walsingham, ministro de la reina Isabel, obtuvo el beneficio de St. Giles, Cripplegate; y, poco después, fue designado 'para ocupar una prebenda en San Pablo', siendo elegido rector de Pembroke Hall. Mantuvo el cargo hasta 1605, tiempo durante el que el déficit en los ingresos del colegio se convirtió en superávit. Predicaba constantemente en St. Giles, y fue en ese tiempo cuando hizo su comentario tan citado que 'cuando predicaba dos veces, parloteaba una vez'; en San Pablo enseñaba tres veces a la semana durante el curso. Su trabajo, unido a su modo de vida ascético, dañó su salud, y durante un tiempo cayó en desconsuelo, pero se recuperó y fue nombrado capellán del arzobispo Whitgift y capellán ordinario de la reina. Durante el reinado de Isabel rechazó dos obispados (Salisbury y Ely), porque la oferta en cada caso iba unida a la condición de que debía consentir en la enajenación de parte de los ingresos de la sede; pero poco después de la muerte de la reina (1597), primero aceptó una prebenda y luego (1601) el deanato en Westminster. Bajo el rey Jacobo I el ascenso de Andrewes fue rápido. En 1605 recibió con cierta dificultad el obispado de Chichester y en el mismo año fue hecho limosnero del rey; en 1609 fue trasladado a Ely y en 1619 a Winchester, 'de donde', dice el obispo Buckeridge, 'Dios lo trasladó al cielo', no sin antes haber escapado por poco a otro traslado en la tierra, el primado de toda Inglaterra. En 1619 también fue nombrado miembro de Chapel Royal, siendo consejero privado tanto de Inglaterra (1609) como de Escocia (1617). Tomó parte en la Conferencia de Hampton Court (1603-4), cuando su vasto saber patrístico fue de utilidad; su nombre ocupa el primer lugar en la lista de teólogos que fueron nombrados (1607) para hacer la 'versión autorizada' de la Biblia, siendo uno de los diez de Westminster cuya tarea fue traducir el Pentateuco y los libros históricos desde Josué a 1 Crónicas; y cuando el rey Jacobo estableció el episcopado en Escocia, fue Andrewes quien sugirió, en vano, que los prelados elegidos debían ser ordenados sacerdotes antes de que fueran obispos. Aunque Andrewes fue favorito en tres cortes sucesivas y sostuvo, por motivos religiosos, las ideas más elevadas del poder real, no fue un adulador. La siguiente anécdota se ha citado a menudo: 'Mis señores', dijo el rey Jacobo a los obispos, Neale de Durham y a Andrewes de Winchester, mientras estaban detrás de su silla en la cena, '¿no puedo tomar el dinero de mis súbditos cuando quiera, sin toda esta formalidad en el parlamento?' 'Dios no lo quiera, señor, pero podría', dijo el obispo Neale; 'vos sois el aliento de nuestras fosas nasales.' Andrewes replicó que 'no tenía habilidad en casos parlamentarios'; pero al ser presionado dijo: 'Entonces, señor, creo que es lícito que os llevéis el dinero de mi hermano Neale, porque os lo ofrece.' Se dice que la imponencia de la presencia de Andrewes no restringía al rey Jacobo de esa indecente indulgencia a la que era demasiado propenso. Andrewes solo iba a la corte para pronunciar sus mensajes teológicos, y 'cuando por la debilidad no pudo predicar', dice el obispo Buckeridge, 'comenzó a ir poco a la corte.' Aunque fue a menudo promocionado, Andrewes era bastante indiferente a la promoción; otros quedaron amargamente decepcionados cuando no fue promovido al primado, pero él nunca se sintió así; y lejos de mostrar algún resentimiento contra Abbot, quien fue preferido antes que él, demostró ser el mejor amigo del infortunado arzobispo cuando quedó bajo el cargo de homicidio casual. Pero la verdad obliga a agregar que en algunos puntos Andrewes no se adelantó a su tiempo. Es triste constatar que probablemente fue uno de los obispos que sancionaron la quema del arriano Leggat; y aún más triste saber que votó por el divorcio de Essex.

Andrewes fue eminente  como prelado. Pocos hombres combinan más felizmente las diversas cualidades que contribuyen a hacer un gran prelado que Andrewes. Sus principios eran muy distintivos y definidos y de los tales nunca se desvió. Era un acabado eclesiástico anglicano, tan alejado del catolicismo, por una parte, como del puritanismo, por otra. Nunca interfirió en los asuntos públicos, ni como consejero privado ni en ninguna otra capacidad, excepto cuando los intereses espirituales le obligaban a participar y entonces, a pesar de su modestia constitucional, hablaba enérgicamente. Su saber fue inigualable. Desde su infancia hasta su muerte fue un estudiante infatigable; nunca permitió que sus múltiples ocupaciones como hombre público interfirieran en sus estudios. Estableció la regla de no ser interrumpido, a excepción de la oración pública o privada, antes de la comida (a las 12 en punto); cuando era interrumpido, decía que 'temía que no fuera un verdadero estudiante quien venía a verlo antes del mediodía.' El resultado fue que dominó quince idiomas, si no más, mientras que en su conocimiento de la teología patrística no tenía rival. 'El mundo', escribe Fuller, 'quiso saber cómo aprendió este hombre, tan hábil en todos los idiomas (especialmente en los orientales), hasta el punto que algunos conciben la posibilidad (si hubiera vivido) de que casi habría servido como intérprete general en la confusión de lenguas.' Sobresalió en sus cualidades sociales, teniendo una inocente simplicidad, tanto en maneras como en mente, una modestia no afectada y un raro sentido del humor. Su generosidad fue tan grande que la gran cantidad de sus donativos es imposible enumerarla. El obispo Buckeridge (quien lo conocía tal vez mejor que nadie) parece haber pensado que esa fue la característica más prominente de su personalidad, pues tomó para el texto de su sermón fúnebre Hebreos 13:16: 'Y de hacer el bien y de la ayuda mutua no os olvidéis', centrándose en gran medida en el cumplimiento de Andrewes de este precepto. Entre otros méritos de Andrewes como prelado debe observarse su extremo cuidado en la distribución del patrocinio. La simonía era uno de los tres vicios (los otros dos fueron la usura y el sacrilegio) que aborreció especialmente y con frecuencia se metió en problemas y gastos antes de instituir para beneficios a hombres que consideraba ser moralmente ineptos para el cargo. A pesar de que mostró su gratitud a los amigos de su juventud, en particular a Ward, Mulcaster y Watts, que le habían ayudado en su educación, procurando promoverlos, nunca permitió que el favoritismo o el nepotismo le influyeran; siempre se esforzó por encontrar el hombre más adecuado para un puesto, a menudo para gran sorpresa del destinatario; de ahí que muchos hombres, que fueron eminentes en ese momento o después, estuvieran en deuda más o menos con él por su discernimiento. Fue el primer patrono y amigo de Matthew Wren, posteriormente famoso obispo de Norwich y Ely, y uno de los primeros que se hizo amigo de John Cosin, el todavía más famoso obispo de Durham. William Laud, Meric Casaubon 'por sus propios méritos y los de su padre', Peter Blois, uno de sus compañeros traductores de la Biblia, Nicholas Fuller, 'el crítico más admirado de su tiempo' y muchos otros más o menos notables, estuvieron en deuda con él. Finalmente, como gran prelado, aunque firme como una roca en sus propias convicciones, fue amplio y tolerante hacia aquellos que diferían de él. Por ejemplo, en su respuesta a Du Moulin sobre el episcopado, teniendo en cuenta que el escritor era decididamente partidario de la alta Iglesia, afirmó: 'Aunque nuestro gobierno sea por derecho divino, tampoco se sigue que no hay salvación, o que una iglesia no puede estar sin ella; debe ser de hierro y tener un corazón duro quien les niegue la salvación. No estamos hechos de ese metal.' O su actitud con respecto a la adoración.

Personalmente valoraba un elevado ritual y, por lo tanto, como obispo de Ely y como obispo de Winchester, tenía sus capillas privadas adornadas con lo que Prynne llama 'muebles papistas', 'el altar de más de un metro de alto, y un cojín, dos candelabros con velas, el mobiliario diario para el altar; un cojín para el libro de servicio, un recipiente de plata y oro para las obleas, una cesta de mimbre forrada con encaje de Cambray; el cáliz cubierto con una servilleta de lino; un pequeño recipiente con el que se vierte el incienso, un vaso para el agua de la mezcla; un cojín, donde se arrodillaban para leer la letanía', y mucho más que el lector encontrará en Canterburie's Doome, no solo descrito, sino 'expresado en una pieza de cobre.' Prynne, por supuesto, lo registra todo con disgusto, pero en otros causó una impresión muy diferente. Su capilla, escribe su primer biógrafo, 'estaba tan devotamente adornada, y Dios fue servido allí con un comportamiento tan santo y reverente, que las almas de muchos de los que fueron allí se sintieron muy elevadas; algunos de los que allí estuvieron hubieran querido terminar sus días en la capilla del obispo de Ely.

 Pero, a pesar de lo mucho que Andrewes valoraba tal culto, nunca lo impuso a otros; estaba 'contento con practicarlo sin imponerlo.' Su amistad y amabilidad con distinguidos extranjeros, algunos de los cuales tenían ideas muy diferentes a los suyas (Du Moulin, los Casaubons, Cluverius, Vossius, Grocio y Erpinius) es otra prueba de su grandeza de corazón. Isaac Casaubon, en su Ephemerides, se refiere constantemente a la maravillosa piedad y conocimiento del (entonces) obispo de Ely, y su bondad hacia él mismo. Tal vez no se deba poner demasiado énfasis en el hecho de que dos poetas, uno de los cuales fue un alto eclesiástico, Richard Crashaw, y el otro un puritano, John Milton, lo celebraran en verso; porque la elegía de Milton la escribió cuando el poeta tenía solo diecisiete años y cuando su puritanismo aún no estaba desarrollado, pero hay que notar que fue un editor puritano (Michael Sparke) quien dijo que 'nombrarlo era un elogio suficiente.' El hecho de que Bacon lo consultara con frecuencia sobre su obra filosóficas es prueba de la amplitud de las simpatías de Andrewes. Como escritor. Andrewes publicó poco durante su vida, aunque sus obras ocupan ahora ocho volúmenes en Library of Anglo-Catholic Theology. Su obra más importante fue Tortura Torti. Tras la Conspiración de la Pólvora se impuso un nuevo juramento de lealtad, que la mayoría de los católicos en Inglaterra prestaron hasta que fue condenado por dos breves papales. Entonces el rey Jacobo escribió una apología del juramento, que fue respondida por el famoso controversista cardenal Bellarmino, bajo el seudónimo de Matthaeus Tortus, nombre de su limosnero.

 De ahí el pícaro título Tortura Torti (1609) de Andrewes. Lo escribió en latín y demuestra que Andrewes era un gran erudito latino, así como un decidido anti-católico y un entendido y diestro controversista. Entre los que elogiaron la obra, estuvo Isaac Casaubon (Ephemerides, p. 793). A Tortura Torti le siguió su obra en defensa del rey Jacobo, quien nuevamente bajó a la arena para tratar más plenamente el nuevo juramento. Bellarmino se quitó entonces la máscara y atacó al rey en su propio nombre, y Andrewes, en respuesta, escribió Responsio ad Apologiam cardinalis Bellarmini, al que añadió un pequeño tratado, titulado Determinatio Theologica de Jurejurando exequendo. Andrewes no publicó ninguna otra obra de importancia, pero después de su muerte muchas obras que llevan su nombre se imprimieron gradualmente. En 1628 se publicaron noventa y seis sermones 'por mandato especial de su majestad', bajo la edición de Laud y Buckeridge. Son sin duda, palabra por palabra, composiciones propias de Andrewes; pero los sermones sobre el Padrenuestro y sobre la tentación, Exposition of the Moral Law y Pattern of the Catechistical Doctrine y varios más, solo son de Andrewes en tanto expresan sus ideas modeladas por otros. Sus oraciones compuestas en griego y latín para su propio uso son famosas y han sido traducidas (cf. The Greek Devotions of Lancelot Andrewes, from the manuscript given by him to William Laud and recently discovered, edición de P. G. Medd, Londres, 1892; The Devotions of Bishop Andrewes, Græce et Latine, edición de H. Veale, 1895; The Private Devotions of Lancelot Andrewes, edición de E. Venables, 1883). Andrewes murió soltero y fue enterrado en St. Saviour, Southwark, predicando su sermón fúnebre su viejo amigo, el obispo Buckeridge.

ALGUNAS CUESTIONES…  (35).

Lancelot Andrewes, desde la perspectiva confesional se movió rápidamente definiendo su inclinación teológica de lado de la Reforma, su figura no interfirió en asuntos de índole política, lo suyo era la dinámica eclesial en la que vivió y gastó sus habilidades y discurso. Diremos también que supo equilibrar su vocación y concepciones teológicas, no era romano y mucho menos puritano vivió la esencia de la Reforma insular sin perder de vista la Tradición común catolicidad,  más que teológico, su testimonio es vivencial, un clérigo de profunda oración y penitencia como señalan sus contemporáneos. La línea de sus disertaciones nunca sobrepasó el sentido común de una praxis de Fe de la mano con la Reforma y sus cualidades  propias, las mismas que se convirtieron en fundamento de la identidad religiosa y eclesial del pueblo inglés. Sus escritos se desarrollaron en la vivencia y defensa de la Fe reformada sin que con ello se mostraran contrarios a la esencia misma del cristianismo bajo el signo de la apostolicidad de la Iglesia de Inglaterra, tampoco podemos considerar su trabajo como diametralmente opuesto a esta realidad eclesial. La necesidad de acudir a las fuentes le hizo proclive a rechazar no a la Tradición eclesial de Roma sino en lo que la Iglesia en su juego de poder político y económico se había convertido.
                    
Defender la institución de la Corona y su autoridad no lo convertirá en amigo de la injerencia de la Corona en asuntos de Fe,  sino que en esta acción ve la necesidad de asegurar el respaldo de una institución gravada en la psique de los ingleses, sin la cual era impensable siquiera suponer las garantías para formalizar esta Reforma a todas luces cismática para el continente europeo mayoritariamente católico (36).

Podemos asegurar que su praxis es la misma que se inspiró en la Iglesia indivisible de la que hace eco el Credo como símbolo vivo de nuestra tradición  y su catolicidad implícita en tal declaración bajo el peso de la Fe.  Patrimonio de los “Carolinos” es sin duda su fidelidad dialéctica a los primeros concilios de la Iglesia y la manera como ellos ven la doctrina teológica enseñada y disertada por los Santos PP. de la Iglesia.

                                                                                                                                               

Nicholas Ferrar, teólogo inglés, nació en Londres el 22 de febrero de 1592 y murió en Little Gidding, Huntigndonshire, el 4 de diciembre de 1637. (37).

 Era el tercer hijo de Nicholas Ferrar, comerciante de Londres, y de su esposa Mary, hija de Lawrence Wodenoth de Savington Hall, Cheshire. Su padre alcanzó notoriedad entre los comerciantes de Londres, interesándose en las aventuras de Hawkins, Drake y Raleigh; su madre era una mujer de ferviente piedad, que administraba bien su hogar y se ocupó de la educación de sus hijos. Ferrar se crió leyendo la Biblia y Book of Martyrs de Foxe y a los cinco años de edad ya daba señales de profunda disposición religiosa. Con seis años fue enviado a la escuela de un tal Mr. Brooks, en Enborne, cerca de Newbury, Berkshire, de donde marchó con catorce años a Clare Hall, Cambridge (licenciatura en filosofía y letras, 1610; máster en filosofía y letras, 1613). Su tutor, Augustine Lindsell, era un hombre de mente piadosa y refinada, cuya influencia contribuyó a fortalecer el carácter de Ferrar. Su residencia en Cambridge le fue agradable sobremanera, pues su hermana favorita se casó con un caballero del condado llamado Collet.

Sin embargo, la salud de Ferrar era tan débil que necesitó todo su conocimiento de medicina y el cuidado de su hermana. Sufrió de fiebres y en 1612 se le aconsejó que viajara. El nuevo rector de Clare Hall, el doctor Robert Scott, era sub-limosnero del rey y presentó a Ferrar a Elizabeth, hija de Jacobo I. Elizabeth acababa de iniciar su desdichada carrera al casarse con el elector palatino. Al estar pendiente de ella Ferrar partió para Holanda en abril de 1613, apartándose en Ámsterdam del séquito del elector y visitando el norte de Alemania, donde pasó de Hamburgo a Leipzig y de allí a Praga, estudiando la historia y literatura alemanas. Luego visitó Italia, haciendo de Venecia su residencia, aunque llegó a ir a Roma. En Marsella casi murió a consecuencia de una fiebre severa (abril de 1616) y tras recuperarse partió para España, que recorrió principalmente a pie. En 1618 regresó a Inglaterra. Sus viajes mejoraron tanto su salud que ahora podía reintegrarse a sus actividades. Su deseo era volver a Cambridge, pero su padre era anciano y los asuntos de la firma superaban la capacidad de su hermano mayor. La familia Ferrar estaba estrechamente relacionada con la compañía de Virginia, a la que Nicholas se dedicó. Su reputación fue tan grande como hombre de ciencia que en 1619 se le ofreció el puesto de profesor de geometría en Gresham College, que rehusó. Los asuntos de la compañía le daban suficiente trabajo, ya que su patente quería anularla el rey, haciendo el consejo frecuentes intentos de eliminarla. Ferrar fue el principal consejero del conde de Southampton y Sir Edward Sandys para frenar esos intentos, pero sus esfuerzos fueron en vano y la compañía fue privada de su patente en 1623.

Ferrar era ya un hombre reconocido en círculos políticos. Fue elegido para el parlamento de 1624 y tomó parte en el encausamiento del conde de Middlesex, que había sido promotor de la disolución de la compañía de Virginia. Pero este sería el último acto de la vida pública de Ferrar. Ya sabía bastante del mundo y sus métodos. Se retrajo de la previsible batalla que iba a estallar entre Carlos I y el parlamento, comenzando un antiguo plan de pasar sus días en retiro religioso y en la práctica de la devoción. Tuvo la oportunidad de tener como esposa a una de las grandes herederas en Londres, pero él se negó, diciendo que había determinado quedar soltero. Las animosidades de la vida pública le causaron sentimientos de remordimiento, empleándose en liquidar sus negocios para poder retirarse de Londres. En su propósito le secundó su madre y como su padre había muerto en 1620 no había nada que le impidiera efectuar sus deseos.

Primero buscó un lugar apropiado, sintiéndose atraído por Little Gidding en Huntingdonshire. Su madre compró la propiedad en 1624 y al año siguiente se desató una peste en Londres que apresuró los planes de partida. La propiedad de Little Gidding tenía una cabaña de pastores, una casa en ruinas y una iglesia que se usaba como establo. Cuando la madre llegó y encontró trabajadores preparando la casa, se negó a entrar en ella hasta que la iglesia hubiera sido limpiada de su profanación. La iglesia fue pronto reparada y un sacerdote vecino se ocupó en oficiar el servicio diario. El domingo de Trinidad de 1626 Ferrar fue ordenado diácono por el obispo Laud, regresando a Little Gidding, de donde nunca más salió. Tan pronto como se supo que Ferrar había recibido las órdenes, sus amigos más influyentes le ofrecieron promociones. Pero eso no entraba en sus planes, al no querer recibir las órdenes superiores. Su propósito era llevar una vida de acuerdo a los principios de la Iglesia anglicana, uniéndosele los otros miembros de la familia con asombrosa unanimidad. Su hermano John y su cuñado, John Collet, llevaron sus familias a Little Gidding. Como la familia de Collet contaba catorce hijos y John Ferrar tenía al menos tres, en la casa vivían unas treinta personas. Para todos Ferrar estableció una norma de devoción diaria, ejerciendo él mismo como capellán de la comunidad. La iglesia fue restaurada, teniendo todo lo necesario para la adecuada adoración que Laud quería introducir en la Iglesia de Inglaterra.

En la iglesia se cantaban los maitines y las otras horas canónicas se decían en la casa solariega. Se turnaban de dos en dos para velar y orar por la noche, de modo que nunca faltaba la oración y la alabanza. Los hijos de las dos familias fueron cuidadosamente instruidos y los hijos del vecindario eran recibidos para participar de la instrucción. Little Gidding se convirtió en la escuela, dispensario y enfermería del distrito. Los domingos por la mañana los niños eran invitados, recibiendo cada uno un penique y comida si podían repetir uno de los salmos de memoria. Dentro de la casa todo funcionaba por reglas, habiendo una ocupación cada hora. La teoría de Ferrar era que todos debían aprender un oficio, enseñándose la encuadernación de libros. Se daba la bienvenida a los visitantes, pero nada interrumpía el curso regular de la vida cotidiana dentro de la casa.

Naturalmente tal institución causó muchos comentarios y el emergente puritanismo la denominó sarcásticamente 'convento de monjas protestante.' Pero el obispo Williams de Lincoln no halló nada reprobable. No había voto de celibato ni intento de imponerlo; de las ocho hermanas de Ferrar, seis se casaron y dejaron Gidding. Muchos que estaban escandalizados al principio, cambiaron de opinión tras una visita. 'Encontré humanidad y humildad', fue el testimonio de alguien que no estaba bien dispuesto al principio. A un visitante, Edward Lenton, Ferrar le dio una razón para su retiro: 'Habían encontrado diversas perplejidades, distracciones y casi la ruina total en sus llamamientos; si otros supieran qué consuelo les había ministrado Dios en su retiro, harían lo mismo.' La institución de Little Gidding no era el comienzo de ninguna orden religiosa sino que procuraba organizar la vida familiar basándose en la devoción como prioridad. Ferrar no se consideraba con una misión especial hacia otros. Tampoco tenía el deseo de escribir, aunque se ocupó en elaborar una armonía de los evangelios y la historia de Reyes y Crónicas. Además tradujo Divine Considerations de Valdez y On Temperance de Lessio, obras que mandó a su amigo George Herbert para que las corrigiera.

Esta tranquila vida en Little Gidding continuó sin más interrupción que una visita del obispo Williams y otra de Carlos I en 1633, o las preguntas de un escandalizado protestante y la petición de Carlos I de una copia de Concordance de Ferrar, hasta que en noviembre de 1637 la débil constitución de Ferrar comenzó a ceder ante las austeridades de su vida. Con su muerte no se cerró la comunidad de Little Gidding, donde John Ferrar y su hijo Nicholas continuaron viviendo bajo la misma regla. Pero el incremento de las diferencias religiosas que precedieron a la guerra civil puso a Little Gidding en mayor prominencia y en 1641 se publicó un escrito, dirigido al parlamento, The Arminian Nunnery, or a Brief Description and Relation of the newly erected monastical Place called the Arminian Nunnery at Little Gidding que denigraba a la institución. En 1640 el joven Nicholas Ferrar murió a los 21 años de edad y la vida de los internos en Little Gidding se vio perturbada por el aumento de la lucha civil. En 1642 Carlos I se solazó en una apresurada visita al establecimiento, diciendo: 'Verdaderamente merece la contemplación. No creo haber visto nada de tal clase que me haya agradado tanto. Que Dios bendiga a los fundadores.'

En 1647 la casa y la iglesia de Little Gidding fueron saqueadas por los partidarios del parlamento y la pequeña comunidad quedó destruida. La iglesia fue cuidadosamente restaurada en 1853. Todavía existen volúmenes restaurados preparados por los miembros de la casa de Gidding, especialmente armonías de las Escrituras. Dos armonías de los evangelios hechas por Ferrar mismo están en el Museo Británico; también hay History of the Israelites de Ferrar, presentada al rey en 1637.

ALGUNAS CUESTIONES.

El aspecto de la Psicología religiosa nos permite ver una personalidad entregada y dispuesta a la trascendencia en sus acciones y pensamientos, configurar una vida y una condición sobrenatural es propia de quienes han decidido tomar muy en serio su vida de Fe, Nicolás era un hombre que reunía estas características, sus escritos fueron orientados a la formación de quienes le conocían y hacían vida eclesial a su lado. La condición de una Teologia bajo la figura de un pensamiento teológico propio es particularmente la herencia de los teólogos Carolinos, la verdad vista desde el contenido de una teología ecuménica nos permite hoy como hace siglos en el pasado ser parte de una expresión de Fe que coherentemente sostiene sus relaciones con el pasado vital y sus contenidos determinados bajo la praxis de la Tradición y el Magisterio eclesial (38).

La teología como disertación de una praxis se adorna con las  sentencias propias del discurso retorico pero sobre todo con los postulados que se argumentan como herencia de la unicidad eclesial apostólica. Un camino que trazado desde esta perspectiva no deja más que realidad eclesial condicionada por la Reforma pro unida indistintamente a la Iglesia de Cristo, si rompemos ese cordón umbilical entonces la capacidad de ser espiritualizados en la historia de la Iglesia se convertiría solo en un contenido anecdótico y no en realidad histórica tanto demostrable como sujeta de investigación (39).  

Nicolás se distinguió por su gran capacidad para dimensionar la espiritualidad de la Iglesia y aplicarla en los estadios de madures de su vida espiritual. La oración era parte de su gran patrimonio eclesial (40). Él y todos los Carolinos vieron en la Teologia del Amor (41) el nexo que animaba sus disertaciones sustituyendo el imperativo platónico y aristotélico por la teología sujeta a la Cruz del Resucitado. La terminología brillante por la praxis y formalidad de la entrega amorosa a la Iglesia de los primeros concilios y de los Santos Padres post-nicenos (42)…



PROBLEMA TEOLÓGICO SIGLOS  XVI Y XVII.


La postura de los teólogos de comienzos del Siglo XVII en Inglaterra, sobre las polémicas que generaron estos acontecimientos ya entraban en el discurso sistemático y en su orden nos dejan ver una clarividencia al respecto que en tiempos modernos podrían sonar a visionarios de la misma interpretación espiritual del Texto Sagrado de Tradición, para la muestra un botón: La doctrina de la Justificación tan discutida en estas épocas de reforma permite al cristiano establecer con su Dios una nueva relación de característica permanente entre Dios y el pecador, es pues el acto por el cual Dios declara su amor y misericordia en la Persona Adorada de su Hijo… los teólogos anglicanos lucharon contra una especie de Anti- nominalismo,  nuestra afirmación sustenta la misericordia de Dios y no es causa de afianzar  el relativismo frente a nuestra responsabilidad personal… mientras que el catolicismo romano y oriental se afirmó contra la Reforma invocando el poder castigar y abrir aún más las puertas de los infiernos, el Anglicanismo se centró en la misericordia y amor de Dios por sus Hijos necesitados de su Gracia y por ende de su perdón eterno. En esta nueva relación de características personales sobresale la Bondad de Dios y su deseo de liberar al ser humano preso del pecado y por consiguiente proclive a la muerte (43).  

La realidad de la Teología abordada en este periodo de la historia está dejando de largo la concepción sistemática brillante, es decir, la especulación bajo el carácter griego (Platón y Aristóteles) para centrar su accionar en una concepción más personal de la relación con Dios revelado.  Los rasgos antropológicos de  este periodo se dibujan en la mentalidad de una revelación que se detiene para hacerse una con la independencia del carácter y criterio de los individuos en la sociedad, el individualismo salta desde las esquinas británicas, francesas y alemanas, las consecuencias de la Reforma Continental se traducen en una dirección que será la madre de las doctrinas sobre el Liberalismo (44), el Materialismo (45) y posteriormente ideas como el Socialismo (46) donde el Estado como sistema de gobierno se auto determina importando modelos fatalistas para la masa social. Lo anterior determina para nosotros una herencia laica de importante impacto en la persona que además de auto determinar su existencia es ciudadano y sujeto de la Gracia de Cristo, esta connotación tripartita se muestra atenta a los cambios y dinamismo de la sociedad (47)…

Un Dios revelado en la intimidad de la voluntad y el accionar de los bautizados nos recuerda esto último el concepto fundamental que Jesús percibió de la oración y como amonestó a los suyos cuando expresó: “Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará”.  (Biblia Latinoamericana Mateo capítulo 6 versículo 6) (48) la interioridad es uno de los valores teológicos unidos a la Reforma tanto insular como continental. Las grandes catedrales europeas e inglesas se rinden ante la posibilidad de la oración personal y guiada por las Sagradas Escrituras en la lengua materna y no expresamente en latín o griego (49).   Los teólogos denominados Carolinos apuestan por la actualización doctrinal que se nutra de expresiones tanto históricas como nuevas en el panorama cultico inglés y que posteriormente llegaran a otras naciones por las vías ya ampliamente conocidas. La disertación histórica es una posibilidad dialéctica (50) para afirmar todos estos procesos de la Reforma y su influjo en concepciones o expresiones de Fe que riñen de entrada con el totalitarismo romano para la época de los Carolinos (51).   

El encuentro personal es uno de los valores de esta Reforma y el poder conciliar tal argumento con la Tradición es un problema de índole epistemológico que abordar. La liturgia como manifestación de lo cultico (mistagógico) (52) tiene gran relevancia en esta visión revisada de la Fe re-dimensionada y re-actualizada  en la Iglesia Anglicana que por ser una institución confesional se enfrenta a los obstáculos propios de su Reforma. La espiritualización doctrinal aclimata su sentir en el ámbito de  la sociedad inglesa y por ende de su Ethos (53). Los teólogos denominados Carolinos retaron al tiempo y sus fórmulas gramaticales cuando reflejaron una Iglesia soberana y auto-determinada, más allá de los límites meta-confesionales de su entorno,  y particularmente nos referimos a las denominadas “iglesias de Ginebra” solo para citar a los Presbiterianos, (54) Puritanos, (55) y Calvinistas (56)  y la Iglesia de Roma, que para la época constituían la fuente de un Mega-Ethos religioso. La soberanía es un principio de seguridad doctrinal como quiera que una institución la requiere para afirmar su autonomía y por ende su gobierno. La praxis del concepto soberanía radica en la auto-determinación y construcción de un Ethos endémico que responda a su origen universal, así entendemos el quehacer Anglicano y la inclusión Episcopal en esta realidad formal (57).

La posibilidad de actuar bajo los fundamentos de la universalidad de nuestra Fe  se constituye en la contundente respuesta al mundo por parte de la Iglesia Episcopal. La naturaleza eclesial queda a salvo precisamente cuando su universalidad conjuga,  o mejor aún, es conjugada en los valores Episcopales del ser anglicano (58).  La relatividad de los términos pueden hacer pensar  a unos en ausencia de doctrina y en otros, en una doctrina propia que rompa los esquemas fundamentales de la Tradición heredada primero de los Apóstoles y luego de los Santos PP. de la Iglesia. No es tema de ausencias sino de riqueza y herencia por parte de nuestra catolicidad (59). 

Durante el siglo XVII el Empirismo (60) que es en sí y dada su naturaleza la Ilustración inglesa partía de presupuestos epistemológicos de la experiencia, se constituye en una dificultad para asumir los fundamentos de la religión cuya praxis es subjetiva  rechazando tácitamente la objetivación de la experiencia de Fe por encontrarla improcedente. Los Sentidos proporcionan la información necesaria, la Fe que concretiza  la condición sobrenatural de la persona no puede ser el punto de partida de tales definiciones.  La  propuesta del medio civil no es lenta, por el contrario, la fenomenología de lo social en procesos dialécticos es la responsable de principios acuñados en estos siglos (XVI y XVII), la connotación de la Iglesia de Inglaterra vive su propia emancipación jerárquica que bajo el modelo conocido perpetua la sucesión apostólica y la cosmovisión universal, nuca fue de otra forma porque la necesidad de la sucesión es propia de su historia más no de intereses locales.  Bajo esta fórmula es impensable en relaciones esenciales más que ecuménicas con quienes no posean los atributos dela historia y la sucesión insertos en su discurso y retórica. La imposibilidad doctrinal no es general entre nosotros sino la ausencia de un modelo metafísico de autoridad que supere lo establecido (61).


“Para que el hombre aprendiera a amarse, se le fijó un fin al que refiriera todo lo que hace para ser feliz. El que se ama a sí mismo, no quiere otra cosa que ser feliz. Este fin es adherirse a Dios. Al que sabe amarse ya a sí mismo, cuando se le manda amar al prójimo como a sí mismo ¿qué otra cosa se le manda sino encarecer al otro, en cuanto está de su parte, el amor a Dios? Éste es el culto de Dios, ésta es la verdadera religión, ésta es la recta piedad, ésta la servidumbre debida sólo a Dios” (62).


Un problema antropológico de esta magnitud centra su accionar en la identidad cultica del creyente y nosotros vemos, aplicando este principio a la Iglesia Anglicana,  que descubre lo fundamental de Adorar a Dios en la unicidad de una liturgia que contenida prioritariamente en su (L.O.C) es muestra de su ser  concreto dibujado en la universalidad   de su  espíritu doctrinal. La  postura de nuestra visión histórica en la Reforma insular se traslada a cada una de las provincias que directamente toman de ella su identidad, la autoridad es Cristo-céntrica y Cristo-lógica lo que no implica algún abandono a la Tradición en la que el Anglicanismo nace. La Pastoral Anglicana desde sus orígenes pretendió conciliar tanto el uso práctico de la Razón como la, necesidad de comunicar el Evangelio. Somos los pioneros en argumentar la necesidad de un conocimiento teológico funcional en nuestros bautizados anglicanos en esta latitud llamados  Episcopales. No hemos perdido el componente reflexivo de nuestras acciones pastorales porque no hemos sido diluidos en esfuerzos de índole locales. La epistemología de nuestra postura al mundo es vital y dinámica, somos desde nuestra explicitación en Inglaterra parte viva de la Iglesia de Cristo (63).  El siglo XVI y XVII respectivamente aborda la necesidad Pastoral  en medio de los dramas de teorías filosóficas e ideológicas nuevas, aquí podemos nosotros asumir que tales procesos generaron una dialéctica propia pero con una respuesta medida según su impacto en la sociedad. Más adelante el Movimiento de Oxford reaccionará a la inclusión del Liberalismo en los esquemas del estado inglés.

Leyendo al Hiponense la ruta de la Pastoral centra al otro en su intención fundamental, una respuesta psicológica busca precisamente  darles estructura viva a los creyentes frente al mundo y sus distintas posturas, no en balde los Carolinos conocían la obra Agustiniana y tomaron de ella como pasó con Calvino toda la doctrina referente a la Gracia. Lutero fue discípulo en el tiempo del Hiponense y eso lo conocemos perfectamente (64). Los anglicanos no podemos abandonar la Tradición ella por si solo hace parte de todo proceso de madurez y crecimiento tanto institucional como misionero. Una cultura no puede renunciar a la Tradición y lo positivo que de ella ha tomado en sus distintos procesos, pues los teólogos Carolinos conservaron en la Tradición la fundamentación de la Iglesia explicitada en una manifestación local en Inglaterra. No es algo “Loco” el pensar que la revelación contenida en las Sagradas Escrituras, en el terreno explicitado de nuestro Ethos religioso cuenta con la Tradición como un elemento  generador de revelación en la medida en la que los Santos PP. de la Iglesia bajo la guía de la Gracia producían la doctrina eclesial conocida y aceptada por esta Comunión eclesial. El sentir de la Iglesia podemos hoy considerarlo  como parte de la Voluntad del Dios amorosamente revelado, de lo contrario la Iglesia perdería su ser como madre en todas nuestras épocas (65).

La Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio como intérprete de esa Palabra, son entonces la fuente de donde se alimenta la Teología para desarrollar su ejercicio científico, y son parámetros seguros para la autenticidad de su reflexión. Nosotros al asumir la inclusión de la Razón en la reflexión de nuestra Teologia indirectamente terminamos aceptando esta realidad, basta con recordar a Hooker y el Trípode de la Fe Anglicana, no es solo un enunciado sino la formulación teórica-critica de una teológica que reflexiona sobre sí misma en los escenarios tan variados en los que hace presencia la Comunión de Iglesias Anglicanas.  La  reflexión científica y teórica   parte de nuestra herencia y naturaleza no conformista con los procesos teológicos que abordamos en cada época (66). Según lo anterior qué podríamos los Episcopales decir sobre la Teodicea (67) de nuestra Iglesia, sobre la visión que tenemos de Dios manifestado y actuante entre nosotros,  de qué manera el Episcopal ha presentado a Dios en su medio y como nuestro medio de vida puede dar testimonio de la presencia de Dios, aquí podemos pensar en la liturgia y en las acciones pastorales que dibujan esta realidad y su percepción (68).  Un Dios amoroso que actúa es un primicia veterotestamentaria, al menos anunciada por los profetas, pero en el hoy de la historia de nuestra Iglesia es fácil centrar esta reflexión en el N.T y concretamente en el Evangelio y la manera como este establece un principio de relación con Dios a partir de Jesucristo su Adorado Hijo. Los problemas son realmente patrimonio de los siglos anteriores y continuaran siendo nuestros en el presente y futuro, nuestra Teodicea debe ser clara,  Dios no es el culpable de los eventos por los cuales el ser humano vive sus frustraciones en el mundo y en los escenarios donde construye sus relaciones (69).

La teología en su visión positiva de la realidad creada debe descargar en el ser humano la responsabilidad de sus acciones así como el régimen de consecuencias por las mismas. No es claro suponer que Dios tenga que ver con el desorden introducido por el pecado. El valor de la vida hoy está sujeto al contenido de ideologías ajenas a la concepción de un mundo obra amorosa de Dios.  Los siglos sucesivos a la Reforma insular se han caracterizado por la pérdida paulatina de los fundamentos de nuestra percepción de la realidad creada para convertirse hoy en una realidad pensada (70).

  La cuestión es determinante para la sobrevivencia de la vocación de los bautizados como obra de la Bondad de un Dios revelado, que bajo los términos de su generosidad decidió entregarnos todo un mundo sin límites para la recreación de la vida en todas sus formas, un principio de universalidad que parece estar siendo agotado por los intereses materiales de la realidad convertida en objeto de consumo y dominio introduciendo nuestra decadencia en la pureza de la creación amorosa de Dios (71)… El daño moral parece buscar la emancipación del pecado y el cautiverio de la auténtica libertad de los bautizados o hijos adoptivos del Dios viviente. Estamos pues ante un fenómeno que trasciende el acontecer de nuestra propia conciencia instalando imaginarios que evocan la esclavitud del pecado pero con un dulce toque que esconde su amarga realidad (72).  


BIBLIOGRAFÍA/FUENTES/ARTÍCULOS.    

1-      Nota del autor.
2-      Nota del autor.
4-      El reformador escocés John Knox nació en Haddington hacia el 1513 y murió en el 1572. El escrito más conocido de Knox fue su History of the Reformation in Scotland. A él, más que a ningún otro, se debe el hecho de que la Iglesia de Escocia sea presbiteriana y calvinista.
5-      La iglesia presbiteriana es producto de la Reforma Protestante, por medio de las enseñanzas de Juan Calvino, un ministro francés quien se estableció en Suiza, y luego por medio de Juan Knox, reformista de la iglesia en Escocia a mitad del siglo XVI. Después de haber declarado su apoyo por el protestantismo en el 1545, Knox salió como exiliado a Francia, Inglaterra y a Suiza donde conoció a Calvino y estuvo a cargo de una iglesia allí. En el 1560 el parlamento de Escocia descarto las doctrinas de la iglesia católica y estableció el protestantismo. Knox fue apuntado como el ministro principal de esta nueva iglesia. El sistema presbiteriano fue como él interpreto una forma del gobierno eclesiástico del nuevo testamento. La palabra presbítero proviene del griego y significa "anciano". En su uso se refiere a los líderes de la iglesia.
8-      Termino aplicado a quienes no juraban lealtad a la Corona inglesa.
9-      Nota del autor.
10-  Nota del autor.
11-  Nota del autor.
12-  Nota del autor.
13-  Nota del autor.
14-  Fue un principio aceptado en la ley canónica medieval que con respecto a materias judiciales, sacramentos y también en los ayunos más solemnes, debería seguirse la costumbre de la Iglesia Romana; sin embargo en lo referente a los servicios eclesiásticos (divinis officiis) cada Iglesia mantendría sus propias tradiciones (véase el Decretum Gratiani, c. iv., d.12). De este modo vinieron a existir una multitud de “Usos”, palabra que denotaba las especiales costumbres litúrgicas que prevalecían en una diócesis particular o grupo de diócesis: hablando de Inglaterra antes de la Reforma, en el sur y en las tierras centrales, el ceremonial estaba regulado por el Uso de Sarum (n.t. Nombre latino de Salisbury) pero en la parte más extensa del norte prevalecía el Uso de York… https://ec.aciprensa.com/wiki/Uso_de_York.
16-  Calvinismo es el nombre (introducido por los luteranos contra la voluntad de Calvino) de aquella forma de  protestantismo que directa o indirectamente tiene su origen en la obra reformadora de Juan Calvino (1509-1564)… https://mercaba.org/Mundi/1/calvinismo.htm.
17-  Robert Abbot, 1560-1617. Clérigo anglicano y académico. Maestro de Balliol College, Oxford. Obispo de Salisbury. https://www.alamy.es/robert-abbot-1560-1617-clerigo-anglicano-y-academico-maestr...
18-  Nació el 19 de junio del año 1566, en el castillo de Edimburgo. Proclamado rey con un solo año de edad. Hijo de María Estuardo, reina de Escocia, y el Duque de Albano, Enrique Estuardo, primos entre sí y ambos descendientes de Enrique VII de Inglaterra. Una serie de regentes gobernaron en su nombre y lucharon por el poder durante su minoría de edad, hasta que está terminó oficialmente en 1578. Sin embargo no obtuvo el verdadero control del Estado hasta 1581. En 1603 sucedió en el trono de Inglaterra e Irlanda a la última Tudor, Isabel I, que murió sin descendencia. Por lo tanto fue rey de Escocia, Inglaterra e Irlanda durante 22 años… https://www.ecured.cu/Jacobo_I_de_Inglaterra_y_VI_de_Escocia.
19-  Nota del autor.
20-  Nota del autor.
21-  Arrío… (Ptolemaida, actual Libia, h. 256 - Constantinopla, 336) Sacerdote cristiano de Alejandría, probablemente de origen libio, cuyas doctrinas dieron origen al arrianismo. Su doctrina, considerada herética por la Iglesia, negaba la divinidad de Jesucristo, pues Dios Padre existía antes que él y le había creado de la nada. Arrío, ordenado presbítero en el año 311, elaboró esa doctrina a partir de la de Pablo de Samosata, obispo de Antioquía. https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/arrio.htm.
22-  El Hijo engendrado por el Padre, Dios y Hombre verdaderos. La misma Naturaleza y Substancia, la diferencia está en su Personalidad como Hijo y no en la Esencia como Dios. Nuestra naturaleza enferma exigía ser sanada; desgarrada, ser restablecida; muerta, ser resucitada. Habíamos perdida la posesión del bien, era necesario que se nos devolviera. Encerrados en las tinieblas, hacía falta que nos llegara la luz; estando cautivos, esperábamos un salvador; prisioneros, un socorro; esclavos, un libertador. ¿No tenían importancia estos razonamientos? ¿No merecían conmover a Dios hasta el punto de hacerle bajar hasta nuestra naturaleza humana para visitarla ya que la humanidad se encontraba en un estado tan miserable y tan desgraciado? (San Gregorio de Nisa, or. catech. 15)… www.vatican.va/archive/catechism_sp/p122a3p1_sp.html.
23-  Principales cedes del cristianismo, lo que implica con ello autoridad en figura de  patriarcado y en Roma institución papal. Nota del autor.
24-  La Pascua, su fecha se fijó de ordinario antes que la celebración de la Cuaresma, la misma, que fue fijada en el siglo V. Nota del autor…
25-  Pelagio… (Britania, h. 360 - Alejandría?, h. 422) Monje de origen británico. Hacia el año 380 llegó a Roma, donde profesó junto a sus discípulos un riguroso ascetismo, y criticó severamente el laxismo moral imperante en la ciudad. Su doctrina, conocida como pelagianismo, afirmaba la excelencia de la creación y del libre albedrío, en detrimento del pecado original y de la gracia, por lo que se opuso públicamente a las enseñanzas de las Confesiones de San Agustín. Al caer la ciudad en manos de los godos de Alarico en el 410, ambos hubieron de emigrar al norte de África. Allí tuvo que hacer frente a los ataques de San Agustín, quien logró la condena de su doctrina en varios concilios africanos (411, 416, 418) y en el concilio de Éfeso (431). En 412 se instaló en Palestina, donde redactó De libero arbitrio (416), en respuesta a sus cada vez más numerosos detractores. Sus esfuerzos resultaron inútiles y al año siguiente fue excomulgado por el papa Inocencio I. https://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/pelagio.htm.
26-  Celestino… fue discípulo de Pelagio.
27-  Nestorio, que dio su nombre a la herejía nestoriana, nació en Germanicia en Siria Eufratense (fecha desconocida) y murió en la Tebaida, Egipto cerca del año 451. Vivía como sacerdote y monje en el monasterio de Euprepio cerca de las murallas, cuando fue elegido por el emperador Teodosio II como patriarca de Constantinopla, para suceder a Sisinio. Era famoso por su elocuencia, y la popularidad de la memoria de San Juan Crisóstomo entre la gente de la ciudad imperial pudo haber influido para que el emperador eligiera a otro sacerdote de Antioquía como obispo de la corte. Fue consagrado en abril de 428 y parece que dejó una excelente impresión. https://ec.aciprensa.com/wiki/Nestorio_y_nestorianismo.
28-  Monofisismo. (del griego μόνος, monos, 'uno', y φύσις, physis, 'naturaleza'). Es una doctrina teológica que sostiene que en Jesús sólo está presente la naturaleza divina, pero no la humana. El dogma definido en Calcedonia y mantenido por la Iglesia Ortodoxa y la Iglesia Católica sostiene que en Cristo existen dos naturalezas, la divina y la humana «sin separación» y «sin confusión», según el símbolo Niceno-Constantinopolitano. Sin embargo, el monofisismo mantiene que en Cristo existen las dos naturalezas, «sin separación» pero «confundidas», de forma que la naturaleza humana se pierde, absorbida, en la divina… https://www.ecured.cu/Monofisismo.
29-  Eutiques (378-454), abad de un monasterio en Constantinopla. Es similar al monofisismo. Sostiene que las naturalezas divina y humana de Jesucristo estaban de tal manera imbricadas -en cierto sentido confundido entre sí- hasta hacerse indistinguibles. Como resultado, Cristo no sería verdaderamente capaz de relacionarse e identificarse plenamente con nosotros; no sería verdadera y plenamente divino ni humano. Por tanto, sería incapaz de actuar como el perfecto mediador entre Dios y el hombre, o de expiar realmente por nuestros pecados. https://www.teologia.pro/wiki/eutiquianismo/
30-  filósofo ingles Francis Bacon (1561-1626), autor del Novum organum (1620) y uno de los padres del empirismo anglosajón, es objeto de un fino análisis en la última encíclica de Benito XVI. Se refiere a él como a uno de los máximos representantes de la fe en el progreso científico y técnico… https://mercaba.org/ARTICULOS/F/francis_bacon_en_la_mente_de_rat.htm. www.episcopaleslatinos.org/anglicanos/carolinos.htm. www.episcopaleslatinos.org/anglicanos/teologoscarolinos.htm. www.iglesiapueblonuevo.es/index.php?codigo=bio_herbertg.
31-  John Keble nació el 25 de abril del año 1782 en Fairford, Gloucestershire, y falleció el 29 de marzo de 1866 en Gran Bretaña. sacerdote anglicano,  teólogo y poeta que se originó y ayudó a dirigir el  Movimiento de Oxford  que buscaba revivir en el anglicanismo los ideales de la Iglesia Alta de la iglesia de finales del siglo XVII… https://www.ccel.org/ccel/keble.
33-  Casuística… Este término, derivado de la palabra latina casus, significa en primer lugar la aplicación de unos conocimientos o normas generales a unos fenómenos o casos particulares, a menudo con la intención pedagógica de ofrecer una ayuda para una decisión responsable en casos análogos de conflicto… Como momento de la teología moral, la casuística se desarrolló solamente a partir del siglo  XVl, cuando para obedecer la prescripción del concilio de Trento de confesar íntegramente todos los pecados mortales, indicando incluso el número, la especie y - las circunstancias de los mismos, se encargó a unos profesores concretos la formación de los futuros confesores mediante la discusión de diversos casus conscientiae, sacados en parte de la vida y en parte totalmente ficticios… https://mercaba.org/VocTEO/C/casuistica.htm.
35-  Nota del autor… análisis teológico.
36-  Nota del autor.
38-  Nota del autor.
39-  Nota del autor.
40-  Nota del autor.
41-  Nota del autor.
42-  Nota del autor.
43-  cristoeseltema.blogspot.com/2014/09/ciclo-de-autores-y-teologos-anglicanos.html.
44-  El liberalismo, llamado también individualismo, es una doctrina, que exaltando la bondad natural de la persona humana (del individuo), afirma en consecuencia la bondad de su conducta libre y autónoma, y establece por lo tanto el derecho a la libertad como el derecho más fundamental del hombre. El Liberalismo es, pues, una exaltación del "individuo" y una glorificación de la "libertad humana", cuyos límites ensancha más allá de lo debido; más aún, naturalmente, dada la bondad natural de la persona humana no le reconoce límite alguno. Una concepción naturalista del hombre en sentido rousseaniano. Rousseau, en efecto, considera al hombre "bueno por naturaleza"; son las estructuras jurídicas y sociales las que matan en él el desarrollo espontaneo de sus sentimientos naturales, siempre buenos y orientados naturalmente al amor obsequioso de los demás. Aquí está, pues, la raíz de los conflictos humanos. Por consiguiente, la clave de solución de los mismos  estará en "la vuelta a la naturaleza" (Rousseau), a la sencillez primitiva, libre de trabas jurídicas y sociales. Ahora bien, tanto más nos acercamos a ese estado primitivo y natural, cuanto más libres pongamos al hombre de trabas jurídicas y legales que desfiguran y estropean su conducta… https://mercaba.org/Filosofia/Argos/cuestion_social_03.htm
45-   Como la palabra misma lo indica, el Materialismo es un sistema filosófico que considera a la materia como a la única realidad en el mundo, que intenta explicar todo evento en el universo como un resultado de las condiciones y actividades de la materia y que, en consecuencia, niega la existencia de Dios y del alma. Es diametralmente opuesto al Espiritualismo y al Idealismo, los cuales, en la medida en que son parciales y exclusivos, declaran que todo en el mundo es espiritual, y que el mundo, e incluso la materia misma, son puras concepciones o ideas del ser pensante. El Materialismo es más antiguo que el Espiritualismo, si consideramos que el desarrollo de la filosofía comenzó en Grecia. La antigua filosofía india, sin embargo, es idealista; según ella hay un único ser verdadero, Brahma; todo lo demás es apariencia, Maja. En Grecia los primeros intentos para concebir la filosofía fueron más o menos materialistas; asumían la existencia de una materia única primordial -- agua, tierra, fuego, aire -- o sea los cuatro elementos a partir de los cuales se consideraba que se desarrolló el mundo. El Materialismo fue metódicamente desarrollado por los atomistas. El primero y el más importante de los materialistas sistemáticos fue Demócrito, el "filósofo sonriente". El enseñó que de la nada no puede surgir nada; que todo es el resultado de combinaciones y divisiones de partes (átomos); que estos átomos, separado por espacios vacíos, son infinitamente numerosos y variados. Incluso al hombre extendió su Materialismo cosmológico, y fue así el fundador del Materialismo en el sentido estrecho, o sea, la negación del alma. El alma es un complejo de muy finos, uniformes, redondos, e impetuosos átomos: éstos son muy móviles y penetran el cuerpo entero, al que le dan la vida. Empédocles no fue un materialista intransigente, aunque consideraba a los cuatro elementos con amor y odio como los principios formativos del universo, y se negaba a reconocer a un Creador espiritual del mundo. Aristóteles reprochaba a los filósofos Ionianos, en general, el intentar explicar la evolución del mundo sin el Nous (inteligencia); él consideraba a Protágoras, quien fue el primero en introducir un principio espiritual, como a un hombre sobrio entre los borrachos. https://mercaba.org/FICHAS/Enciclopedia/M/materialismo.htm.
46-  En la historia del pensamiento social y político, se han rastreado las raíces del socialismo en la teoría política de Platón, expuesta en La República, por su defensa de la comunidad de bienes de todo tipo y la abolición de la propiedad privada a todos los niveles: económico, social y sexual. Aunque posteriormente, en Las Leyes, cambió su pensamiento, Platón mantenía en La República que la propiedad divide a los hombres mediante la barrera de lo mío y lo tuyo, mientras que la comunidad de bienes devuelve la unidad. Donde no existe la propiedad, nada es mío ni tuyo, sino que todo es nuestro. También se daba gran importancia al comunismo de la iglesia cristiana primitiva y a los elementos comunistas existentes en la vida monástica de la Edad Media y se redescubrían estas raíces en la revuelta campesina de 1381 o en la insurrección campesina comunista encabezada por Thomas Münzer en el siglo XV. Miremos su fuente:  www.mercaba.org/DicPC/S/socialismo.htm.
47-  Nota del autor.
49-  Nota del autor.
50-  La dialéctica no es más que la ciencia de las leyes generales del movimiento y la evolución de la naturaleza, de la sociedad humana y del pensamiento…El método dialéctico tenía ya una larga existencia antes de que Marx y Engels lo desarrollasen científicamente como un medio de comprender el desarrollo de la sociedad humana. los griegos antiguos produjeron algunos grandes pensadores dialécticos, entre los que están Platón, Zenón de Elea y Aristóteles. Ya en el año 500 antes de nuestra era, Heráclito adelantaba la idea de que "todas las cosas son y no son, porque todo fluye, está cambiando constantemente, constantemente naciendo y muriendo. Es imposible sumergirse dos veces en uno e idéntico río"…https://www.mercaba.org/FICHAS/Monografias/la_dialectica.htm.
51-  Nota del autor.
52-  Del griego mystagogheín (iniciar, introducir en los misterios). En la historia de las religiones el término "mistagogia» se usa precisamente para indicar lo que se refiere a la iniciación en los misterios. En la terminología cristiana, mistagogia indica el último período del catecumenado antiguo, de ordinario la semana después de Pascua, durante la cual se impartían a los neófitos las catequesis llamadas mistagógicas. Son famosas las de Ambrosio, Cirilo de Jerusalén, Teodoro de Mopsuestia y Juan Crisóstomo. La explicación de los ritos de iniciación no se había dado anteriormente, debido a la llamada " disciplina del arcano ». La mistagogia ha sido revaluada por el nuevo Rito para la iniciación cristiana de los adultos (RICA), nn. 37-40, como cuarto y último grado del itinerario de iniciación, como tiempo de la experiencia de los sacramentos recibidos y como fase de la experiencia de la comunidad. Los neófitos prosiguen su camino durante el período pascual mediante la meditación del evangelio, la participación en la eucaristía Y el ejercicio de la caridad, e intentan- traducir cada vez más el misterio mismo en la práctica de la vida. Renovados interiormente por la experiencia de los sacramentos recibidos, los neófitos pueden entonces alcanzar un sentido completamente nuevo de la fe, de la Iglesia Y del mundo…B, Studer Mistagogia, en DPAC, 11, 1456; E. Lodi, Iniciación,-catecumenado, en DTI, 111, 146-158; D, Borobio, Catecumenado, en CFP, 99-120; C. Floristán, El catecumenado, PPC, Madrid 1972, estas fuentes las encontramos citadas en: https://mercaba.org/VocTEO/M/mistagogia.htm
53-  El Ethos es la sedimentación en el tiempo y en el espacio de los principios morales en unas convicciones y reglas de comportamiento. Puede identificarse con el dato de hecho determinado por lo que nosotros llamamos fenómeno moral. En este sentido toda cultura, todo pueblo, toda generación, toda persona individual posee siempre su Ethos, que puede describirse en todos sus aspectos, compararse con otros Ethos, evolucionando e involucionando continuamente. https://www.mercaba.org/VocTEO/E/ethos.htm
54-  PRESBITERIANA… Se conoce con este nombre a aquellas confesiones cristianas que, apartándose de la Iglesia católica y rechazando el orden episcopal conservaron, en cambio, una cierta organización presbiterial como forma de gobierno eclesiástico. Tienen su origen en Calvino (v.), una de cuyas preocupaciones fue la de dotar al protestantismo de una organización capaz de reemplazar el sistema jerárquico católico. Esto lo hizo por medio de un solo orden de ministros, los presbíteros, quienes, junto con representantes laicos llamados Elder (ancianos), unidos en el Presbyteri (sínodo presbiteral), ejercen conjuntamente una autoridad parecida a la de un obispo. El sistema y las ideas calvinistas, al llegar a Inglaterra y Escocia, dieron origen al presbiterianismo; puede decirse, pues, que p. es el nombre con que se designó en los países de tradición anglosajona a quienes en los ámbitos de influjo alemán o francés se designa como reformados. Con unos 40 millones de adeptos es probablemente la denominación protestante más numerosa del mundo. Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991. https://mercaba.org/Rialp/P/presbiterianos.htm
55-  PURITANOS aparece en el contexto de la historia religiosa de Inglaterra después de la reforma. En el «Acta de supremacía» ( 1534), Enrique VIII (1491-1547) separó la Iglesia de Inglaterra de Roma, no va por los motivos teológicos que aducían los luteranos, los calvinistas y los otros movimientos de la Reforma continental, sino más bien para obtener en su reino la supremacía sobre la Iglesia. Sin embargo, ya desde el principio, las ideas teológicas de la Reforma continental conquistaban en Inglaterra a un número cada vez mayor de personas en el clero y en el laicado. Se advertía, por otra parte, que el nuevo orden religioso, establecido por la hija de Enrique VIII, Isabel I (1533-1603), mantenía aún demasiadas cosas de la doctrina, de la estructura episcopal y de la liturgia de la Iglesia romana. Surgieron entonces individuos que querían "purificar» a la Iglesia de Inglaterra de todos los vestigios del papismo (de ahí el nombre de puritanos) y adoptar una reforma más radical, especialmente según el modelo de la Ginebra de Calvino, adonde habían huido cierto número de exponentes puritanos durante el breve restablecimiento del catolicismo bajo la reina María (1553-1558)… https://mercaba.org/Rialp/P/presbiterianos.htm
56-  CALVINISMO  es el nombre (introducido por los luteranos contra la voluntad de Calvino) de aquella forma de -> protestantismo que directa o indirectamente tiene su origen en la obra reformadora de Juan Calvino (1509-1564). Tiene sus raíces en el humanismo francés y suizo de principios del s. xvi y, por tanto, no es simplemente una desviación del luteranismo, por muy verdad que sea que «las doctrinas fundamentales de Lutero son también las de Calvino» (E. TROELTSCH, Die Soxiallehren der christlichen Kirchen und Gruppen, T 1922, p. 610). La influencia de Bucero, Melanchton y Bullinger sobre Calvino modificó también el c. La «conversión» de Calvino (entre 1530 y 1533) se debió a la lectura de la Biblia, especialmente a la lectura del AT. Él la leyó como palabra de Dios pronunciada directamente para él y la tomó como única fuente y norma de la fe cristiana. Este principio de que la Escritura no sólo es la única fuente sino también la única norma, de manera que el creyente, para conseguir una seguridad sobre el contenido de la revelación, no necesita una interpretación infalible por parte de la Iglesia, es la base de toda la -> reforma. En este sentido el c. se consideraba a sí mismo en primer lugar como la iglesia reformada según la palabra de Dios, que todo cristiano podía corregir a la luz de la Escritura. La intención de fundar una Iglesia nueva estuvo tan lejos de la mente de Calvino como de la mente de Lutero. La preocupación más seria de Calvino fue la de garantizar la transcendencia de la revelación de Dios, de la cual el hombre no puede participar más que por la gracia. https://mercaba.org/Mundi/1/calvinismo.htm.
57-  Nota del autor.
58-  Nota del autor.
59-  Nota del autor.
60-         EMPIRISMO... es también un movimiento filosófico histórico que tuvo lugar en Inglaterra al mismo tiempo que el racionalismo continental (v.) y en oposición a él. Son empiristas Thomas Hobbes (1585-1679) John Locke (1632-1704), George Berkeley (1685-1753) y David Hume (1711-1776). Puede considerarse un precursor del e. Francis Bacon de Verulam (1561-1626). El utilitarismo posterior es de inspiración empirista y dentro de esa escuela se destaca como empirista el gran filósofo positivista del s. XIX inglés John Stuart Mill (1806-1873). En el siglo XX Bertrand Russell (1873-1969) sigue en la línea de Hume. Unidad y Diversidad: E. es fundamentalmente una doctrina epistemológica. Subraya la importancia de la experiencia sensible. Aun allí incluye cierta variedad de matices y grados, ya que es posible decir que la experiencia sensible es básica, que es la única fuente de conocimiento, o ir más lejos y decir que es preeminente, o llegar a afirmar que es el único tipo de conocimiento. En cualquier caso el empirista hace hincapié en el conocimiento sensible.
61-  De Civitate Dei, X, 3. Citado en: bisabuelos.com/pat/thc/apuntes.pdf.
62-  Nota del autor.
63-  Nota del autor.
64-  Nota del autor.
65-  Nota del autor.
66-  Nota del autor.
67-  Concepto. Se llama Teodicea o Teología natural a la parte de la Filosofía que trata de Dios (v. FILOSOFÍA I, 4c); es la ciencia que comprende, por tanto, el conjunto de conocimientos que el hombre, sin ayuda de la Revelación sobrenatural, puede llegar a tener de Dios. El nombre T. es combinación del griego Théos (Dios) y diké (justicia o justificación), y fue acuñado por Leibniz (v.) en su obra Ensayo de teodicea sobre la bondad de Dios, la libertad del hombre y el origen del mal (de 1710), donde trata de «justificar» la existencia de Dios ante los que la ponían en duda -sobre toda Bayle- por el hecho del mal en el mundo. Esta obra se compone de un «Discurso preliminar sobre la conformidad de la fe con la razón» y de tres capítulos, en el último de los cuales hace observaciones al libro de King De origine mali (Londres 1702). La «teodicea» leibniziana es, pues, una investigación destinada a explicar la bondad y justicia de Dios y la presencia del mal en el mundo… https://mercaba.org/Rialp/T/teodicea_i_ii.htm
68-  Nota del autor.
69-  Nota del autor.
70-  Nota del autor.
71-  Nota del autor.
72-  Nota del autor.


1 comentario:

  1. Este blog esta buenísimo para la enseñanza de nuestra iglesia Episcopal. Mr. Irish

    ResponderBorrar

LA TRANSFIGURACIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO…

  LA TRANSFIGURACIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO… Éxodo capítulo 34 versículos 29-35. 2 Pedro capítulo 1 versículos 13-21. Salmo 99. Lucas c...