PENTECOSTÉS, REFLEXIONES DESDE UNA PERSPECTIVA METAFÍSICA.
PRIMERA
PARTE.
INTRODUCCIÓN.
Pentecostés
(1) aparece en el panorama de los bautizados como
el gran detonante de la obra misionera
dibujada ya en el Evangelio de Cristo y su vocación de universalidad. La
manera como el Texto Sagrado de Tradición describe esos momentos para nosotros
nos permite ver su fuerte contenido simbólico y la manera de ver más allá este
maravilloso fenómeno (2). Es precisamente esta necesidad la que se fundamenta
en una expresión y exposición de su contundente Metafísica (3), de la forma vital como el misterio convertido en
imágenes da forma a la apreciación apostólica de una manifestación amorosa de
Dios necesaria en términos salvíficos. La
Mater Eclesiae o Madre Iglesia es el producto convertido en “mojones” (4) de la Gracia-revelación de
Dios Trinidad. La Perichoresis (5) de los Santos PP. griegos (6) se muestra en la
manera como las relaciones de las Divinas Personas asisten este especial
momento de Kairos (7) y todo su poder revelador. El Texto nos dice
puntualmente: “2. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de
viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. 3. Se les
aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre
cada uno de ellos; 4. Quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a
hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.” (Biblia de
Jerusalén hechos de los Apóstoles capítulo 2 versículos 2-4). (8). Para Lucas
la presencia del Espíritu Santo era total y totalizante al punto de hacer casi
de manera instantánea una aprehensión mística de sus dones y frutos. No hay
tiempo que perder el dinamismo de esta
manifestación toca preferentemente a la Institución Eclesial en cabeza de los
discípulos del Señor. Tal accionar de la Gracia deja en firme la naturaleza de
la misión de estos amigos, y cercanos con Jesús. Estar pues, delante de tal
imagen que describe un movimiento espiritual por parte de los discípulos supone
también una respuesta inmediata. “Quedaron
todos llenos del Espíritu Santo” es
la aseveración Lucana (9) como respuesta dialéctica al fenómeno de Pentecostés,
la manera de comunicar estos dones y gracias busca evitar a toda costa la
trivialización del acontecimiento descrito en Hechos de los Apóstoles. Una
respuesta Metafísica pretende comprender como la comunidad de los creyentes se
enfocó en convertir en acciones concretas la manifestación del Espíritu de Dios
y como tales acciones podían ser insertas en la Economía de Salvación. La Metafísica de este signo maravilloso
supera la respuesta apenas natural de
las emociones y estados espirituales que se suscitaron por ella (10). La
alegría de los discípulos era signo inequívoco del reconocimiento de una
relación formada aun antes de los acontecimientos que rodearon la vida
inmediata del Señor. Pentecostés como
como intuitivamente era constituido por tradiciones anteriores a los mismos
judíos puede ser ubicado en Egipto (pueblo Camita-Semita) (11) y cuyo vínculo
con el pastoreo y las cosechas era supremamente fuerte y con esta nación del río
Nilo también podemos contar a Babilonia y los cananeos, solo citando estos
pueblos vecinos de la nación hebrea, en
perspectiva de un antecedente diremos que el modelo monárquico de Israel fue
copiado de su vecino cananeo (12). De lo anterior podemos abonar terreno a tal
manifestación en la psique del judío y que por la presencia de la Gracia asume
una realidad sobrenatural. La historia
se suscribe a la presencia de la Gracia para dibujar desde su perspectiva un
acontecer tanto puntual como trascendente en la vida y conciencia de los
bautizados. Desde esta dinámica intelectiva el accionar coherente es un signo
fehaciente del influjo de Pentecostés en la vida de los creyentes (13). Una expresión Metafísica de Pentecostés
habría que divisarla en la perspectiva continuada de la misión de la Iglesia. No
es un mito, es un acontecimiento
concreto e históricamente ubicado en un tiempo determinado, y sus frutos, no
podemos explicitarlos sino reconocerlos en cada una de las personas y sus
conceptos íntimos de una relación con el
Dios revelado. Pentecostés nos mostró una condición
psicológica bien intencionada de reconocer el influjo de la Gracia y de paso
espiritualizarlo (14). La realidad
históricamente vista por los apóstoles centró toda su atención en el acontecimiento
como indicando que de esta manera se marcaba un inicio salvífico destinado a
trascender las barreras de Israel propias del mundo antiguo. Un mundo limitado
ideológicamente, plagado de mitos y
leyendas que buscaban emparentar con las deidades de turno y lugar, nos dice a toda luz que la dificultad cultural
para asumir Pentecostés fue
definitiva en la elaboración posterior de la doctrina cristiana en hombres como
Pablo y los PP. Apostólicos herederos de esta tradición ocular. Miremos en el
desarrollo del presente ejercicio reflexivo el aporte de tales acciones en el
ámbito de nuestra eclesiología (15).
TÉRMINOS
CLAVE.
Amor
|
Misericordia
|
Revelación
|
Resucitado
|
Pentecostés
|
Espiritualizar
|
Historia
|
Gracia
|
Misión
|
Metafísica
|
Iglesia
|
Bautismo
|
Bautizado
|
Sinópticos
|
PP.
Griegos
|
PP.
Apostólicos
|
Agustín
de Hipona
|
Kerigma
|
Escatología
|
Filioque
|
Comunión
Anglicana
|
Movimiento
de Oxford
|
PP.
de la Reforma
|
SS.
Trinidad.
|
NATURALEZA DEL
PENTECOSTÉS CRISTIANO.
Si bien Dios entra en la
historia de la humanidad, no es menos cierto que la capacidad de asumir tales
manifestaciones no comporta en sí y para
sí una relación intelectiva simplemente. Pentecostés
es histórico pero también cala profundo en los imaginarios que nos acompañan
hasta la fecha. Es una manifestación de la SS. Trinidad Ad-Extra, es decir, a
diferencia de los Santos PP. Griegos,
seguimos al Hiponense (16) y le concedemos al Dios Espíritu Santo tan
maravillosa procesión de eventos reveladores del Dios amoroso y misericordioso
que se comunica no por necesidad sino por amor hacia nosotros. Esta Procesión
de Dios hacia nosotros no rompe con la relación Trinitaria y mucho menos atenta
contra la Unidad Personal de Dios. Solo
mediante su Espíritu el Padre Dios y su Adorado Hijo entran en la historia
humana en dimensiones que superan la temporalidad de nuestro conocimiento y
razón. No pretendemos ver en Pentecostés
cosa distinta a la revelación de los sucesivos nuevos Eones que serán “responsabilidad” (17) del Espíritu de
Dios. Ya no hablamos de un Dios lejano y castigador Veterotestamentario sino de
un Dios que entrando en la historia introduce en ella nociones de salvación por medio de fenómenos
como el descrito y que motivan la presente reflexión. Qué otra
connotación distinta a la salvífica puede tener una manifestación de Dios en
medio de la humanidad (18). No estamos lejos de definir tal manifestación
como propiciada por el Espíritu de Dios como la Causa Eficiente de Pentecostés.
EN
CUANTO A LOS SINOPTICOS.... En el estrato pre-pascual de los
sinópticos, Jesús de Nazaret se presenta como el Mesías, el Ungido de Yahveh sobre
el que reposa la plenitud del Espíritu. Ya la escena del bautismo se describe
como una consagración mesiánica de Jesús de Nazaret (Marcos capítulo 10 versículo 38; Lucas capítulo 1 versículos 9-11 y ss.) Y probablemente, precisamente a
partir de esta escena de unción mesiánica, toda la existencia de Jesús y su
ministerio se comprenden como un único Bautismo (Marcos capítulo 10 versículo 38; Lucas capítulo 12 versículos 49-50). También la inauguración del ministerio
mesiánico en la sinagoga de Nazaret, tal como se describe en Lucas capítulo 4 versículos 16-20, se interpreta como una
unción del Espíritu con referencia al texto mesiánico de Isaías capítulo 61 versículo l y ss; y toda la existencia y el
ministerio de Jesús se leen como un acontecimiento en el Espíritu: el kerigma y
la praxis, los exorcismos y los milagros, todo ocurre en virtud y bajo el
impulso del Espíritu. En particular, tres loghia sinópticos
(19) atestiguan esta presencia del Espíritu en la misión presente y futura de
Jesús como elemento intrínseco y esencial (Mateo capítulo 18 versículo 28, donde la llegada del Reino se relaciona
con el poder del Espíritu; Marcos capítulo 3 versículos 28-29 y
par., el texto famoso sobre la “blasfemia
contra el Espíritu”. Marcos capítulo
13 versículo 11 y ss.
Recoge la promesa hecha por Jesús
del don del Espíritu a sus testigos en las persecuciones. La radicalidad de la
vivencia por parte de los apóstoles será un signo de certeza sobre la presencia
del Espíritu Santo aun en tiempos de suprema dificultad. Aquí el mensaje se emparenta
sintéticamente con el Kerigma, es decir, constituye una unidad doctrinal y de
fuerte vínculo con la Tradición apostólica. La
praxis como vivencia lleva a los hombres de aquellas épocas como a nosotros a afirmar
la identidad sobrenatural de nuestras creencias, la religión materializa la
obra misma de revelación de Dios por
medio de su Espíritu (20). Negar el
influjo del Espíritu de Dios es negar la obra de salvación y sus efectos
positivos en la humanidad particularizada y representada por cada bautizado
(21).
SU
ESCATOLOGÍA… La
tradición Neo-testamentaria nos atestigua la experiencia y la comprensión apostólica
del don del Espíritu Santo recibido por la comunidad de la nueva alianza en
estrecha vinculación con el acontecimiento Pascual de Jesús, aunque solamente
dos textos, el uno al comienzo de los Hechos de los Apóstoles capítulo 2 versículos
1-13) y el otro al final del cuarto
evangelio (20, 19-23), ofrecen un contexto histórico preciso y describen las
condiciones de la primera comunicación escatológica del Espíritu por parte del
Cristo resucitado. Los dos relatos están de acuerdo en lo esencial: la efusión
del Espíritu tiene lugar inicialmente y de modo fontal sobre los apóstoles, por
parte de Cristo resucitado, y en Jerusalén. Son diversas las circunstancias y
el marco de la interpretación teológica que sirven de contorno y de explicación
del acontecimiento (22). No es fácil en el contexto de la revelación inmediata
a la que fueron sometidos los apóstoles una vez resucita el Señor, clarificar su impacto y continuidad, sin duda,
que en esta dirección era posible argumentar mitos por sobre la experiencia fenomenológica.
La dimensión escatológica esta presente aun en el devenir histórico de los
acontecimientos, por tal razón Lucas los
saca del “letargo” y los envía en la
misión y todo su dinamismo, ese enviar a actuar nos dice que la obra está por ser completada y para eso requiere de
la mano decidida de los bautizados. Tal efusión de la Gracia sobre ellos y sus
voluntades dejando a salvo su libre albedrio dio como resultado la idealización
de la misión por parte de los discípulos del Señor. Los procesos antropológicos
se sujetaron a las connotaciones de su entorno, es decir, a la concepción de
vida y continuidad de la misma para sujetar a estas definiciones al resucitado
y poder así comprender mejor lo acontecido. En esta dinámica la presencia del Espíritu
Santo es vital e intrínseca a la obra de Cristo en la Cruz. Tal obra no puede
ser entendida fuera de la connotación de lo trascendente. Lucas ve con claridad
la necesidad de plasmar en su evangelio el tópico de los acontecimientos de los
últimos días del Señor con sus amigos y discípulos. Lucas ve la realidad misma
de la manifestación del resucitado como signo integro de los nuevos y definitivos
tiempos… La connotación de la vida
sobrenatural es solo una de las consecuencias de la Resurrección del Señor y su
interpretación en la historia, aquí reconoce la Madre Iglesia su presencia en
la psique de sus hijos los bautizados (23). Revelar tal fenómeno se escapa
de la mera percepción natural de sus testigos, lo sobrenatural animado por la
Gracia puede interpretar lo sucedido con el Hijo del Dios Altísimo (24).
Pentecostés asume la extensión de la
revelación y su entronque con lo supra- revelado, solo desde la Fe movida por
la Gracia, es factible reconocer que hay
Resurrección y con ella eternidad, aunque no sea perceptible aquí y ahora, pero Pentecostés
si fue percibido en tiempo y espacio por los discípulos y amigos del Señor (25).
***
PARA TENER PRESENTE… En la teoría
Trinitaria psicológica de Agustín el Espíritu es
concebido por analogía con el amor de la voluntad. Ahora bien, el amor puede
considerarse, bajo diversos aspectos, o bien como anterior, o bien como
posterior al conocimiento. Es anterior en cuanto que es como el motor del
dinamismo que impulsa al acto del conocimiento, uniendo la memoria al
pensamiento y haciendo pasar de la una al otro. Es posterior en cuanto que su
objeto ha de ser iluminado por la luz de la inteligencia. Esta ambigua
postura del amor se refleja en una controversia del siglo XIII: Un
maestro parisino enseña que el Espíritu, como lazo de unión entre el Padre y
el Hijo, sólo procede del Padre y es lógicamente anterior al Hijo: es como
intermediario en la generación del Hijo por el Padre, y por eso le asigna el
segundo lugar en el orden de origen. Los teólogos de París en aquella ocasión
no hicieron más que reafirmar el Filioque, diciendo que "incluso
como vínculo de amor, el Espíritu procede de los dos. Pasando
a Tomás, la cuestión se pone de la manera siguiente: cuando
se dice que en Dios el Espíritu es amor, ¿de qué amor se trata? ¿De la
amistad entre Padre e Hijo, como pensaba Agustín, o bien
del amor con que Dios ama su propia bondad, como pensaba Anselmo?
El P. Dondaine, que ha estudiado la cuestión, dice que en sus
primeras obras Tomás piensa más bien en el amor mutuo de
amistad entre Padre e Hijo: pero que en sus obras de madurez supone que el
Espíritu es Dios en cuanto amado, lo cual presupone a Dios en cuanto conocido
y expresado por su Verbo. Esta última concepción acentúa el hecho de que el
Espíritu es tercera persona procedente de las otras dos, pero señala el paso
de una concepción trinitaria más personalista -amor mutuo- a otra más
ontológica -amor de sí- … El termino amistad que
emplea Agustín lo usa para manifestar el grado de perfección
en las relaciones de la persona humana, es inexacto aplicarlo a las Personas
Divinas. No hablamos de un estado emocional sino de su Esencia Divina. (Fuente
y recopilación por parte de: cristoeseltema.blogspot.com)
(26).
|
La doctrina Trinitaria se
explicita de múltiples formulas y concepciones teológicas, la tradición teológica Anglicana (Episcopal) considera
la revelación desde la manifestación del Espíritu Santo y por ende todos los
contenidos Escrituristicos aceptados son fruto de la presencia de la Tercera
Persona de la SS. Trinidad, es pues, un principio de conformidad con la
revelación y su fuente eterna. La espiritualización de las Escrituras es fruto de la identidad
eclesial que poseemos y no el azar de algunos teólogos, la revelación es obra
exclusiva de Dios y se manifiesta en Dios Espíritu Santo. Es una vez más la Causa Eficiente de las Sagradas Escrituras, es el
revelador por antonomasia de los misterios que nos conectan con el resucitado,
esta Comunión Eclesial es fruto vivo de un perenne Pentecostés (27).
En cuanto a la
apreciación histórica diremos que en las distintas épocas la revelación
aterriza en la sique y el Ethos de los Anglicanos que en la praxis eclesial
dieron paso a una relación aterrizada y fundamental con el Espíritu Santo, los
PP. Reformadores (Carolinos y del
Movimiento de Oxford) vivieron en su momento la necesidad de un diáfano
discernimiento en la configuración de una Reforma que no perdiera el ser de nuestra catolicidad. La Reforma es fundamentalmente un discernimiento de la presencia del Espíritu
Santo en la Iglesia y la necesaria re-objetivación en sus postulados (28). Pentecostés
actualiza la identidad y sentir de
la Iglesia donde esta se encuentra en la
vida y obra de los bautizados, no es una manifestación estática y mucho menos
de-meritoria de su propia y vital identidad. El tiempo fue objetivado por Pentecostés lo que implica que no
importa la Era o los siglos posteriores, el Espíritu de Dios renueva el signo salvífico
de la Iglesia. La Palabra de Dios es
portadora de tal manifestación siempre viva y dinámica inserta en el corazón de
la Santa Iglesia… (29) La maternidad se nutre de Pentecostés
y en su fenómeno historizado toma forma la Institución que hoy se explicita en
la Comunión Anglicana y sus distintas Provincias. La fidelidad a las enseñanzas apostólicas
y a los Santos PP. de la Iglesia es el componente de nuestra identidad y razón
de ser eclesial (30).
La vida Sacramental es
signo nuevo de la Alianza definitiva y su énfasis es por ende a manera de Ciclos Vitales (31) que iluminan y
componen la vida de los bautizados, son
no solo ritos o formulas litúrgicas, son desde luego, la objetivación de la relación
salvífica en términos tanto humanos como
históricos. La Iglesia llega a sus hijos los bautizados desde la perspectiva de su
liturgia y doctrina y esta brota de la revelación y expresiones de Fe de sus
hijos a lo largo de su historia (32).
TEXTOS
CONSULTADOS Y/O CITADOS EN ESTE ENSAYO.
1.
PENTECOSTÉS…
Originalmente se denominaba “fiesta de
las semanas” y tenía lugar siete semanas después de la fiesta de los
primeros frutos (Levítico capitulo 23 versículos 15-21; Deuteronomio capitulo 16 versiculario 9). Siete semanas son cincuenta días; de ahí
el nombre de Pentecostés (cincuenta) que recibió más tarde. Según Ex 34 22 se
celebraba al término de la cosecha de la cebada y antes de comenzar la del
trigo; era una fiesta movible pues dependía de cuándo llegaba cada año la
cosecha a su sazón, pero tendría lugar casi siempre durante el mes judío de
Siván, equivalente a nuestro Mayo/Junio.
En su origen tenía un sentido fundamental de acción de gracias por la cosecha
recogida, pero pronto se le añadió un sentido histórico: se celebraba en esta
fiesta el hecho de la alianza y el don de la ley… https://mercaba.org/FICHAS/Chile/que_es_pentecostes.htm
2.
La palabra «aparecer» («aparición») tiene doble
filo: en algo que aparece distinguimos lo que la cosa es en sí y de por sí (y
también para otros) y la manera como se nos muestra a nosotros. El fenómeno. apunta a un «ser en sí»
distinto de lo que aparece; la identidad y diferencia que impera en esta
solidaridad constituyen en el sentido más profundo la esencia y el problema del
fenómeno. Lo que de suyo es «más»
que la aparición concreta se nos muestra. O, por el contrario, ¿el aparecer
mismo es el ser? Para los griegos los f. son la totalidad de lo que sale o
puede ser sacado a la luz; los fenómenos. se presentan en el proceso de la
percepción o sensación (aisthesis) y tienen ellos mismos el modo de ser de lo
percibido; todavía no está decidido si son de fiar o conducen al error. En
realidad el ente puede mostrarse también en forma distinta de cómo es en sí
mismo. «Parece solamente como si...»… https://mercaba.org/FICHAS/Chile/que_es_pentecostes.htm
3. Metafísica,
hablando en general, es aquella parte de la filosofía que trata de las cosas
supra-sensibles e inmateriales, o sea de las cosas que se elevan sobre el orden
sensible y material. https://mercaba.org/Mundi/3/fenomeno_fenomenologia.htm
4.
Mojón…
Señalización utilizada en las carreteras, desde hace mucho tiempo, para indicar
las distancias. A veces, entre un mojón y otro, se situaban también mojones
hectométricos, con cifras romanas. Frecuentemente, los mojones se emplean
también para insertar informaciones útiles sobre las localidades inmediatas y
sus distancias, así como para indicar el número y el nombre de la carretera… https://diccionario.motorgiga.com/diccionario/mojon.../gmx-niv15-con194850.htm
5. PERICHORESIS…
La Trinidad es el término empleado para significar la doctrina central de la
religión Cristiana: la verdad que en la unidad
del Altísimo, hay Tres Personas, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo,
estas Tres Personas siendo verdaderamente distintas una de la otra. De este
modo, en palabras del Credo Atanasio: "El Padre es Dios, el Hijo es Dios,
y el Espíritu Santo es Dios, y, sin embargo, no hay tres Dioses sino uno
solo". En esta Trinidad de Personas, el Hijo proviene del Padre por una
generación eterna, y el Espíritu Santo procede por una procesión eterna del
Padre y el Hijo. Sin embargo y a pesar de esta diferencia, en cuanto al origen,
las Personas son co-eternas y co-iguales: todos semejantes no creados y
omnipotentes. Esto, enseña la Iglesia, es la revelación en relación a la
naturaleza de Dios, donde Jesucristo, el Hijo de Dios, vino al mundo a
entregarla al mundo: y la cual, la Iglesia, propone al hombre como el
fundamento de todo su sistema dogmático. En las Escrituras, aún no hay ningún
término por el cual las Tres Personas Divinas sean denotadas juntas. La
palabras trías (de la cual su traducción latina es trinitas) fue primeramente
encontrada en Teófilo de Antioquía cerca del año 180 D.C. El habla de "la
Trinidad de Dios (el Padre), su Palabra y su Sabiduría. El término, desde era
usado antes de su tiempo. Más tarde, aparece en su forma Latina de trinitas en
Tertuliano. En el siglo siguiente, la palabra tiene uso general. Se encuentra
en muchos pasajes de Orígenes. El primer credo en el cual aparece es aquel del
pupilo de Orígenes, Gregorio Thaumaturgus. En su Ekthesis tes pisteos compuesto
entre los años 260 and 270, escribe: Por lo tanto, no hay nada creado, nada
sujeto a otro en la Trinidad: tampoco hay nada que haya sido añadido como si
alguna vez no hubiera existido, pero que ingresó luego: por lo tanto, el Padre
nunca ha estado sin el Hijo, ni el Hijo sin el Espíritu: y esta misma Trinidad
es inmutable e inalterable por siempre. https://ec.aciprensa.com/wiki/Santísima_Trinidad.
6.
Padres de la Iglesia griega y latina… tiene origen en la
dogmática y responde a la necesidad que sentía el catolicismo de probar su
autenticidad por la tradición convenía,
en efecto, reunir los testimonios de la tradición católica auténtica para
reforzar los dogmas establecidos y defender los que todavía estaban en
discusión…Los griegos corresponden a la Iglesia de Oriente…
7.
El griego clásico conoce una doble
terminología para indicar el tiempo: chrónos, el fluir del tiempo sobre el que
el hombre no tiene poder alguno y Kairos,
(y que engendra el fatalismo), que indica aquellos poquísimos momentos, regalo
de un dios o del destino, que el hombre tiene que aprovechar: es una locura
dejar que se escapen. Muy distinto es el sentido temporal que se encuentra en
la Biblia: el tiempo es la situación en la que se verifica el encuentro entre
el Dios que se revela y el hombre histórico. Por este motivo los Setenta usan
preferentemente el término Kairos para
indicar el tiempo. Dios es Señor del tiempo (Sal 90,4) y le ha señalado una
finalidad. La literatura sapiencial subraya que todos los acontecimientos
temporales están bajo el señorío divino (Job, Ecl 3,2ss). Para nosotros es el
tiempo de Dios percibido en la realidad salvífica por el creyente. Cristoeseltema.blogspot.com y
https://www.mercaba.org/VocTEO/K/kairos.htmLeia mais em: https://www.bibliacatolica.com.br/la-biblia-de-jerusalen/hechos/2/
8.
https://www.bibliacatolica.com.br › La
Biblia de Jerusalén › Hechos
9.
Relativo a Lucas, autor del tercer Evangelio
y el libro de los Hechos de los Apóstoles. Nota del autor.
10.
Nota del autor.
11.
EGIPTO CAMITO-SEMITICO… etnog. Díc. del
individuo perteneciente a una raza que comprende diversos pueblos del N de
África: egipcios, abisinios, galas, beréberes, tuaregs y fulbes. Se distinguen
por su estatura pequeña, cuerpo esbelto y ágil, cara alargante, nariz saliente,
piel morena y ojos oscuros. Nota del autor. Referente a la cultura Semita Pueblos
oriundos de la península Arábiga que han desempeñado desde los tiempos más remotos
un papel importante en la historia política, cultural y religiosa de la
Humanidad. El nombre tiene su origen en un pasaje de la Biblia, concretamente
en el cap. X del Génesis. En él se explican los parentescos entre los pueblos,
haciéndose derivar de antepasados comunes; así de Sem descienden Aram, Asur y
Eber, es decir, arameos, asirios y hebreos.
De ahí la adopción del nombre semita por los investigadores europeos para
definir la rama a la que pertenecen los arameos, asirios y hebreos, y cuya relación
resulta evidente a primera vista en el aspecto lingüístico. Posteriormente, la
denominación se ha aplicado a todos los demás pueblos de caracteres análogos
(fenicios, cananeos, etc.) y, en primer lugar, a los árabes. https://es.thefreedictionary.com/camitas enciclopedia.us.es/index.php/Semita
12.
CANAAN
O CANANEOS… en el Antiguo Testamento como el nombre de uno de
los hijos de Cam; en una forma alargada, Kenaaná (B.D., Chanana, Canaana) como
el nombre de otras dos personas (1 Crón.7, 10; 2 Crón. 18,10); En la época en la que los
mercaderes fenicios ocupaban un lugar prominente, en especial entre
los cananeos, esta palabra (kena’ani),
e incluso Canaán (por ejemplo Isaías 23,8), obtuvo el significado de
"comerciante", "mercader". Como nombre del país, aparece
bajo las formas knnahni kinahni y kinahna, tan temprano como dos siglos
antes de Moisés en las cartas cuneiformes de los
príncipes sirios y palestinos a los faraones egipcios,
halladas en las Tablas de Tell el-Amarna; y más temprano aún en algunas
inscripciones egipcias, con la forma Ka-n-‘-na. En las monedas del siglo II a.C., el pueblo
fenicio de Laodicea se llama a sí mismo "una madre en Kena’an”. También en la literatura
griega queda evidencia de que los fenicios llamaban Chna a cierto antepasado, así
como a su país, e incluso en tiempo de San Agustín los
campesinos púnicos, vecinos a Hipona, se llamaban a sí mismos Chanani, o sea, cananeos. Si el
vocablo es de origen semita, debe
derivarse de la raíz Kana,
que originalmente significa "bajo", o en sentido figurativo,
"pequeño", "humilde", "despreciable",
"subyugado". Siguiendo esta derivación en su sentido original,
"la tierra de Canaán" ha sido explicada por varios estudiosos como
"la tierra baja"---ya sea porque el nombre puede haber significado
originalmente sólo la costa plana, o también el país montañoso de Palestina
occidental, en oposición a las aún más altas montañas del Líbano y
el Hermón
13.
Nota
del autor.
14.
Nota del autor.
15.
Nota del autor.
16.
Nota del autor.
17.
Nota del autor.
18.
Nota del autor.
19.
Dichos o palabras recogidas solo en estos evangelios.
21.
Nota del autor.
22.
Nota del autor.
24.
Nota del autor.
25.
Nota del autor.
26.
Cristoeseltema.blogspot.com
27.
Nota del autor.
28.
Nota del autor.
29.
Nota del autor.
30.
Nota del autor.
31.
Nota del autor.
32.
Nota del autor.
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