SEGUNDO
DOMINGO DE PASCUA. Año B. Hechos de los Apóstoles capítulo 4 versículos 32-35.
Salmo 133. 1 Juan capítulo 1:1-2:2. Juan capítulo 20 versículos 19-31.
El
Texto del llamado Quinto Evangelio o Hechos de los Apóstoles
nos muestra la visión Lucana sobre la renuncia efectiva a los bienes materiales
como testimonio de los eternos. El autor está interesado en mostrar la
presencia de la Gracia que suple toda posible necesidad valiéndose de la
conciencia sobre el otro y su condición.
En el hoy de nuestra historia podría sonar un tanto idealista y porque no
idílico, pero lo cierto es que este pensamiento alimentó a la Iglesia
primitiva. El testimonio de vida es fundamental para la misión de la
Iglesia y quienes así lo entienden privilegian todo por la necesidad y mandato
del anuncio. Lucas es sin duda un
conocedor de la Sique humana y la forma como el ser humano ve los cambios y los
asume desde su perspectiva personal. La renuncia a los bienes es también
interpretada como opción de vida por los bienes de Dios y su Reino. El Texto es
claro cuando dice que entre ellos no había ninguna necesidad (Conf: versículo 34). La necesidad es signo de
injusticia y la Resurrección del Señor anuló su estatuto para introducir la
nueva condición del bautizado. Todo procede de Dios en una perfecta Mayordomía y Teonomía llevando todo a
la perfección de la relación solidaria y fraterna que identificará a los cristianos.
Esta es la auténtica
religión Lucana. Donde el que sufre es atendido no como consecuencia de la
obligación de la Caridad sino por
amor al reconocerle también participe de los bienes eternos. Recordemos que a
estas alturas la opción es por la universalidad de la Fe cristiana. Eran los
apóstoles quienes distribuían a la comunidad creyente. Este es un bello signo de Comunión entre bautizados.
El
Salmo 133, es también expresión del vínculo fraterno
que prioritariamente la Iglesia lo ubica en la relación gestada entre sus
clérigos y demás servidores del Evangelio. La Caridad es el alimento de esta relación que asume aquí
características escatológicas por la perfección del vínculo relacional. La Caridad mueve el encuentro entre los
hermanos que se congregan haciendo extensivo a la congregación esta experiencia
de relaciones redimidas y en vocación a la santidad.
Oh, qué bueno,
qué dulce habitar los hermanos todos juntos 2. Como un
ungüento fino en la cabeza, que baja por la barba, que baja por la barba de
Aarón, hasta la orla de sus vestiduras. 3.
Como el rocío del Hermón que baja por las alturas de Sión; allí Yahveh la
bendición dispensa, la vida para siempre.
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Desde luego en tiempo de Moisés se refiere a los sacerdotes y a
los levitas y su desempeño en la liturgia del Templo y antes en la Tienda
del Encuentro. También nos recuerda a Éxodo capítulo 30 versículos 25-30.
Juan
en su primera Carta, nos presenta una de las más primitivas
defensas de la naciente apología en favor de la verdadera Humanidad del Señor.
Miremos la riqueza de este Texto inspirado.
Lo que existía desde el principio, lo
que hemos oído, lo que hemos visto
con nuestros ojos, lo que
contemplamos y tocaron nuestras manos
acerca de la Palabra de vida- y continua en el segundo capítulo- Él es víctima de propiciación por nuestros
pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.
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Sin duda se refiere a
Cristo al que le da el nombre de Palabra
de Vida (este calificativo a manera de título es de índole post-pascual). Nos
habla de la relación que experimentó con sus discípulos y como la revelación
paulatina de su Ser glorioso llega al culmen en su Resurrección. El sacrificio
de Cristo se remarca en su misma universalidad, así lo expresa Juan en esta Carta. El testimonio apostólico
es determinante en la misión de la naciente Iglesia y son ellos quienes
palparon al Señor y lo experimentaron vivo y Resucitado, muy probablemente y
siguiendo el pensamiento los santos PP. De
la Iglesia, afirmaron: Juan se refería a
una herejía, la primera conocida, el Gnosticismo. Este último señalamiento
para que no olvidemos que antes del cristianismo existían estructuras de
pensamiento y especulación como tal. Lo cierto es la defensa de la Encarnación
del Señor y su auténtica Naturaleza Humana (Agustín de Hipona). Pues hoy vivimos del testimonio de la Madre
Iglesia y de cada uno de los bautizados que actualizan la Resurrección del
Señor muriendo al pecado y viviendo para la vida renovada.
La
mentalidad Joanica continúa en la dirección de las
manifestaciones del Resucitado en medio de los suyos. Este Evangelio reúne una
serie de pruebas evidentes de la Resurrección del Señor y con esta finalidad fue escrito. El lenguaje rabínico reconoce signos como por citar algunos de este evangelio:
La Paz, el Espíritu de Dios, la Retribución perfecta, que sin duda hablan de
los nuevos tiempos establecidos o instaurados por la Resurrección del Salvador.
Estamos ante la imagen de una nueva creación libre de las ataduras y degradación
del pecado en cualquiera de sus formas.
La segunda escena que corresponde
a Tomás (aquel discípulo que no estaba
en su primera manifestación) parece encontrarse con el Señor en la misma línea de
tiempo de esta escena. Juan literalmente
mira hacia el creyente, se refiere a quienes sin haber visto creemos en el
Señor. Que importante es el testimonio apostólico para la futura
consolidación de la Iglesia que ve en esta manifestación un signo de
contundente eclesialidad y apostolicidad. No son solo las huellas de la Pasión
las que mueven el corazón del bautizado, por esta razón las apariciones del
Señor reforzaran en ellos su Fe y convicción personal. Sin una relación de
absoluta intimidad con el Señor y amistad real, el bautizado de hoy vivirá como
Tomás pensando solo en los signos
palpables de Cristo y buscará satisfacer en la praxis de su espiritualidad y
vida congregacional los vacíos y ausencias de esa amistad escatológica… Hoy
muchos creyentes dicen reconocerle solo desde los milagros que experimentan, el
buen trabajo, los logros profesionales, solo para citar algunos, como si su Fe fuera solo un asunto fenomenológico
y retributivo inmediato. Cristo todo lo puede pero el Amor es más poderoso que
cualquier otra razón para creerle y adorarle. Ese cristianismo mediático también acompañó su ministerio público, imaginemos
por un momento la cantidad de curiosos que lo seguían al Señor o salían a su encuentro esperando que Jesús
realizara algo sobrenatural solo para saciar su curiosidad. Sin amor no hay
posibilidad de reconocerlo y mucho menos de seguirle a la eternidad, recordemos
que las ovejas reconocen la voz del Buen
Pastor.
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