COMO
ABORDAR LA REALIDAD POST-PASCUAL EN HECHOS DE LOS APÓSTOLES.
INTRODUCCIÓN.
El resucitado durante sus
coloquios se manifiesta bajo los signos de su condición glorificada, planteando
una necesidad de comprensión por parte de sus discípulos los cuales como
sabemos, nunca habían vivido episodios semejantes. No existía la posibilidad de
comparar estas manifestaciones con experiencias pasadas y lo mismo sucede con
nuestra espiritualidad personal. Los recursos de nuestra parte nos invitan a
plantearnos interrogantes que solo podrán ser esclarecidos por medio de la
expresión más auténtica de nuestra Fe y esta enmarcada en nuestra escatología
cristiana. La realidad espiritual se funde en los signos de la percepción
material y por ende sensorial de los testigos de estos coloquios. La Fe de
estas mujeres y hombres se configuró con la nueva realidad del resucitado. Una
configuración imposible de darse sin la mediación de estas apariciones y toda
la cotidianidad que encerraron. No
fueron mágicas, fueron todo lo contrario, un verdadero adelanto de la vida
resucitada del bautizado. Los testimonios aquí contenidos (evangelios,
hechos de los Apóstoles) son claro indicio de la manera como los discípulos
asimilaron tal realidad. Una realidad construida sobre manifestaciones para
nada convencionales y mucho menos perceptibles únicamente por la razón de sus
testigos. El amor fue la clave para asumir que la vida triunfaba sobre la
muerte y que el Señor encarna toda expresión autentica del amor vencedor (1).
REALIDAD
PROBLEMATIZADA DE LAS MANIFESTACIONES
POST-PASCUALES.
La lectura de los Hechos de
los Apóstoles nos ubica en un tiempo cuya cronología se relaciona y es motivada
ampliamente por los sucesos descritos anteriormente. La vida de la Iglesia
primitiva debe problematizar y plantear su propia tesis sobre el Resucitado y
hacerlo de cara a la realidad que está viviendo, se establece así una
cronología que marcará el inicio de la materialización del mensaje Post-pascual,
el mismo sublimado por las apariciones del resucitado (2). La teología en el llamado quinto evangelio es
una construcción intuitiva de los acontecimientos descritos antes y sobre todo
estructurados en la conciencia religiosa de los nuevos cristianos. El problema
es convertido en formulas y ritos para su transmisión o comunicación
intelectiva. La muestra la encontramos en dos ritos muy conocidos el bautismo y
la imposición de manos para la venida sobre el bautizado del Espíritu Santo.
Sobre el
Bautismo.
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Sobre la
imposición de manos.
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Convertíos
y que cada uno de vosotros se haga bautizar
en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y
recibiréis el don del Espíritu Santo; 39.pues
la Promesa es para vosotros y para vuestros hijos, y para todos los que están
lejos, para cuantos llame el Señor Dios nuestro.
(Hechos de los Apóstoles capítulo 2 versículos 37-39).
(3).
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Al
enterarse los apóstoles que estaban en Jerusalén de que Samaria había
aceptado la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. 15 .Estos bajaron y oraron por ellos
para que recibieran el Espíritu Santo; 16.pues
todavía no había descendido sobre ninguno de ellos; únicamente habían sido
bautizados en el nombre del Señor Jesús. 17
.Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo (hechos de los Apóstoles capítulo 8
versículos 14-17).
(4).
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Los Textos referidos
presentan dos momentos de la cronología espiritual en el rito o en este caso en
potencia de los futuros ritos de iniciación (sacramentos). De la forma como su
estructura tanto canónica como litúrgica es conocida en el hoy de nuestra historia.
La percepción en el presente tiene
algunas dificultades por abordar y considero que una de ellas es sin duda la
problematización de la necesidad del Bautismo como su naturaleza lo expresa, es
decir, con fines salvíficos. El hombre del presente rechaza ostensiblemente los
discursos absolutistas, no acepta de buen agrado aquellas formulas expresadas
en la Fe de la confesión religiosa. No implica que no haya Fe en las personas
de nuestra cotidianidad, estamos planteando que la formula teológica debe ser
aterrizada en el pensamiento moderno donde los dominios ideológicos se han
vestido muchas veces de vanidad y otras de consumismo exacerbado. Sociológicamente
hablando las nuevas generaciones perdieron interés y contacto directo incluso
con los elementos de nuestra liturgia al grado de establecer relaciones
artificiales con su entorno. Nuestra tesis parte de la configuración de
escenarios artificiales que prometen ser concluyentes en la búsqueda de la
felicidad.
El agua, el crisma, las Escrituras, las oraciones
e invocaciones, hacen ahora parte de rituales ignorados
y poco frecuentados por las nuevas generaciones. El interés se aferra a la expresión fundamental de los
sentidos, aquí describimos el primer
problema que la liturgia afronta en el creyente común y corriente. Ahora parece
que no hay fórmulas que concatenen la expresión de Fe con la vivencia de la
liturgia y el modelo congregacional de este siglo. Nuestros feligreses caminan
por una zona de confort peligrosa como es la de convertirse algunos de ellos en
“cristianos acomodaticios” El nexo mistagógico vivido intensamente por los
discípulos con el rito ya está extinto en muchos corazones. El llamado “espíritu eclesial” está dejando paso al
“espíritu organizacional de accionar mecánico” (5) el modelo
pastoral debe estar inspirado en su poderosa relación con el rito y en este
caso con los Sacramentos de Iniciación Cristiana y los Medios de Gracia. Los
apóstoles vivieron un problema particular en su ministerio y era como
materializar la opción por un Cristo resucitado y ascendido al cielo, es decir,
fuera de la escena intelectiva del creyente. La dificultad era básicamente como tomar y
concretizar su mensaje y los mismos coloquios, como actualizarlos en la
liturgia y toda su mistagogia. Como actualizarlos
en las predicaciones y signos eclesiales visibles. No era fácil en su
época pero la Fe era y es el nexo con lo
tangible y palpable de los ritos eclesiales y su mistagogia… El Kairos apostólico se extiende en cada
tradición asimilada por nosotros y en
general por la catolicidad. Cuando hablamos de Kairos apostólico estamos invocando la figura de una cronología
sobrenatural que marcó el inicio y vivencia de la Iglesia en sus primeros años.
Esta cronología no es vivida en tiempo puntual sino en la esfera vivencial y
testimonial. La Imposición de manos como figura de un rito arcaico, es parte
de los ritos de iniciación cargados de
su simbología (6). La acción de la Imposición
de Manos es propia de la tradición israelita ya que ellos imponían
(levitas) sus manos a las victimas sacrificadas en el templo (ganado ovejuno y
otros semovientes). Muchos son los bautizados que han asumido la práctica de la
imposición de las manos como una realidad sacramental, la cual unida a un
proceso de acompañamiento espiritual y de oración, puede culminar con una
experiencia sanadora. Esta sanación va más allá de lo físico, pues logra tocar
todas las dimensiones del ser humano, por ello en este camino investigativo se
empleará el término sanación holística. Asumida la sanación desde una realidad
holística, lo que se busca es establecer “una relación más humana entre
personal sanitario y paciente, que tenga en cuenta la unidad psicosomática del
ser humano y no lo considere simplemente un tejido de órganos que curar
independientemente de su yo espiritual, de su historia y del contexto relacional
de su vida (7).
En nuestra dinámica la Imposición de Manos visualiza el Reino
de Dios ya que nos relaciona desde la perspectiva de la Fe con aquello que
estamos esperando, la misma concepción era vivida por los apóstoles cuya
autoridad emanaba del Resucitado. Los signos de la Pascua se desarrollan
conforme el ritmo y número de los
creyentes aumentaba y se hacía más fuerte como vimos en la cita anterior del
llamado quinto evangelio. Los signos externos empleados por los Apóstoles para
la construcción no solo de imaginarios creíbles sino y sobre todo de argumentos
doctrinales constituidos en Praxis
eclesial fueron indispensables para la problematización de toda su carga
antropológica y sociológica al ser sacados de su entorno y tradición… Muy
seguramente y adentrándonos en la fundamentación el rito eucarístico y tratando
de establecer una línea de conducta ritual en la Eucaristía los primeros
cristianos desarrollaron toda la simbología de la Imposición de Manos en la Epiclesis
o presencia del Espíritu Santo en las especies consagradas. Litúrgicamente,
el único momento en el cual el ministro debe realizar el gesto de la Imposición de las Manos ha de ser en la
consagración del pan y del vino; sin embargo, con mucha frecuencia, se constata
que en algunas celebraciones eucarísticas los ministros hacen caso omiso al
rito y extienden sus manos en diversos momentos, quizás con argumentos que sólo
ellos conocen.
La anterior acción se
extiende también a la sanación integral el creyente pero como signo del Resucitado se vive en la esfera de su
poder sobrenatural y como ejemplo de ello citamos el Texto inspirado:
Pedro y Juan
subían al Templo para la oración de la hora nona. 2. Había un
hombre, tullido desde su nacimiento, al que llevaban y ponían todos los días
junto a la puerta del Templo llamada Hermosa para que pidiera limosna a los
que entraban en el Templo. 3. Este,
al ver a Pedro y a Juan que iban a
entrar en el Templo, les pidió una limosna. 4. Pedro fijó en él la mirada juntamente con Juan, y le dijo: Míranos. 5.Él les miraba con fijeza esperando
recibir algo de ellos. 6. Pedro le
dijo: No tengo plata ni oro; pero lo que tengo, te doy: en nombre de Jesucristo,
el Nazoreo, ponte a andar. 7. Y tomándole de la mano derecha le levantó. Al
instante cobraron fuerza sus pies y tobillos, 8.y de un salto se puso en pie
y andaba. Entró con ellos en el Templo andando, saltando y alabando a Dios. 9.
Todo el pueblo le vio cómo andaba y alababa a Dios; 10.le reconocían, pues él
era el que pedía limosna sentado junto a la puerta Hermosa del Templo. Y se
quedaron llenos de estupor y asombro por lo que había sucedido (Hechos de los
Apóstoles capítulo 3 versículos 1-10).
(8).
La realidad interpretada en este pasaje de Hechos de los Apóstoles nos habla
de la relación entre la expresión consumada de la Fe en el Resucitado y las
acciones eclesiales que se adelantan en figura apostólica. Son ellos como
ahora los ministros de la Iglesia los que manifiestan la relación coherente
entre la Fe y el rito ejecutado en la Iglesia y su ministerialidad. La Pascua como tiempo de Gracia introduce al
creyente en la vivencia de una
realidad ampliada por el espectro de la presencia del Señor. La presencia del
Resucitado suscita modelos de dialogo absolutamente nuevos en su complejidad
y categorías perceptibles (9). No es un dialogo cortado o segmentado por
situaciones insalvables sino lo opuesto un dialogo pleno movido por la Gracia
en su aproximación historica dependiendo de la realidad de la persona
redimida.
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La centralidad vista en
retrospectiva nos habla de Cristo
rechazado por los judíos pero aun así las acciones sobrenaturales de Pedro y Juan se realizan en su nombre
con todo lo que ello implica para quienes escuchaban y observaban esta acción. Es la relación salvífica del tiempo cuya
cronología ordinaria se entrelaza con el Post-pascual de la Gracia poderosa de
Cristo Señor de nuestra realidad. La acción en si encierra los tiempos tanto
salvíficos como antropológicos de los apóstoles y los que compartían con ellos.
La obra de estos apóstoles tiene un propósito y el milagro descrito aquí
muestra fundamentalmente la dirección del resucitado en sus discípulos. Aquel hombre esperaba algo pero sin duda en su
experiencia de Fe no estaba la posibilidad de su propia curación, esta acción
es en sí signo de los nuevos y definitivos tiempos donde la realidad será
abordada por el bautizado desde la vivencia de su Fe y solo así encontrara sentido a su existencia terrenal.
Toda expresión sobre el
poder de Dios es una bella forma de decir que Cristo está intuitivamente con
ellos y su presencia es fuente que desborda salud y toda clase de bendiciones
para el creyente. La realidad también ha
resucitado de la mano con el Señor de la historia. La sensibilidad de Pedro y Juan permite ver la condición de absoluta vulnerabilidad de este
hombre y su condición de postración que claramente hace referencia a la
condición anterior no resucitada. Es
determinante que la lectura de la Pascua nos comunique toda su fuerza
dialéctica y que la apreciación de la enfermedad y la postración sea solo un
referente dialectico/intuitivo del pecado derrotado por el Señor (10). La
realidad Post-pascual es vida y transformadora de todo cuanto toca especialmente
el corazón del bautizado. Aquí tenemos los nuevos tiempos cargados como el que
más de Esperanza y vida gracias al resucitado. La interpretación Post-pascual
es siempre dinámica y contextualizada en la tangible y aun palpable presencia
del resucitado…
Los hechos de
los Apóstoles son la continuación del evangelio de Lucas y narran el
nacimiento del cristianismo y de la primera iglesia. Aquí encontramos las
raíces de un mensaje y un modo de vida que ha sido decisivo en la historia de
la humanidad. La Iglesia presentada en los Hechos es la comunidad de los
discípulos, guiados por el Espíritu Santo. Dan testimonio del Señor desde la
experiencia de la fraternidad (11).
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La presencia post-pascual
no es una especie de residuos fruto de sus coloquios espirituales con los
discípulos, es una forma nueva de realidad espiritual que se establece después
de la manifestación de Fe de los mismos y posteriormente con cada bautizado. La
Gracia se transforma en un nexo tanto histórico como trascendente creando así
una forma vital de comunicación/comunión permanente en la vida ministerial de
la Iglesia. Una familiaridad que no es superada antes y
después de la era apostólica. La experiencia
de la pascua es totalizante de todas y cada una de las facetas de la Iglesia
primitiva.
El
primer escollo que debió superar la Iglesia primitiva fue éste: ¿Sería la
Iglesia una rama más de la religión judaica, o se trataba de algo nuevo?
¿Cómo llegó el cristianismo a independizarse de sus raíces judías y
convertirse en una religión universal?
Nuestra religión se llama católica, es decir, universal. Cristo envió a los suyos “a todas las naciones” (Mateo capítulo 28 versículo 19), diciéndoles: “Seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta el extremo de la tierra” (Hechos de los Apóstoles capítulo 1 versículo 8). Sin embargo, dicho universalismo no fue entendido desde el inicio por todos. Tal desinteligencia constituyó el primer gran escollo con que se topó la Iglesia en los albores de su existencia (12). |
Las dificultades de la
vivencia Post-pascual fueron asimiladas por la Institución eclesial
al ritmo de su obra misionera. El
recorrido estaba sujeto a las facilidades que otorgaba el seguir la llamada “ruta del Imperio” que básicamente eran
las vías y la infraestructura romana desde Egipto hasta Grecia. Una estrategia
de penetración por parte de los misioneros como Pablo y sus cercanos. Miremos un breve aporte sobre los viajes
desarrollados por el apóstol de la gentilidad:
Primer viaje.
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Segundo viaje.
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Tercer viaje.
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Cuarto viaje.
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Conocemos
del primer viaje misionero de Pablo en Hechos
de los Apóstoles capítulo 13 y 14. Comenzó cuando Dios le dijo
a la iglesia en Antioquía de Siria que reservaran a Pablo y Bernabé para un
trabajo especial. Inmediatamente después de esto, el Espíritu Santo guio a
estos hombres a través de la isla de Chipre.
Después
de varias oportunidades de ministerio allí, siguieron adelante en un viaje
evangelístico a Asia Menor. La práctica inicial de Pablo era proclamar el
evangelio principalmente en las sinagogas judías. Pero después de enfrentar
mucha resistencia por parte de los judíos, comenzó a predicar también a los
Gentiles.
En
este viaje Pablo plantó varias iglesias con éxito, incluyendo algunas en la
región de Galacia. Después de viajar hacia el este hasta Derbe, Pablo y
Bernabé se volvieron. Regresaron a varias ciudades de la región de Galacia,
eventualmente llegaron al mar y navegaron hacia su hogar.
El
primer viaje misionero de Pablo como apóstol de Cristo fue relativamente
corto y sin complicaciones. Pero su
segundo viaje lo llevó más lejos de la tierra de Palestina.
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El
segundo viaje misionero de Pablo aparece en Hechos de los Apóstoles capítulo 15 versículo 36 hasta el capítulo 18 versículo 22. Esta
expedición comenzó cuando los apóstoles y los líderes de la iglesia en
Jerusalén seleccionaron a Pablo y Bernabé para llevar una carta a las
iglesias en Antioquía, Siria, Cilicia y Galacia, explicando que los Gentiles
convertidos no necesitaban ser circuncidados o guardar la Ley de Moisés con
el fin de ganar la salvación. Ahora, justo antes de que comenzara el viaje,
Pablo tuvo un altercado con Bernabé así que se separaron y Pablo se asoció
con Silas.
Estos
dos viajaron primero por Siria y después por Cilicia hasta que llegaron a
Galacia. Fue en la región de Listra que Timoteo se unió a Pablo en su viaje.
Mientras
Pablo continuaba quería predicar en el norte de Asia y Bitinia, pero el
Espíritu Santo se lo prohibió. Así que Pablo viajó a la ciudad costera de
Troas.
Allí
se hizo clara la razón de la prohibición del Espíritu Santo a través de la
famosa "Visión Macedónica".
En esta visión, un hombre le rogaba que predicara el evangelio en Macedonia,
la provincia del Norte de Grecia. Así que Pablo y su compañero respondieron
inmediatamente a este sueño navegando hacia esa provincia. Pablo plantó
muchas iglesias en Grecia, incluyendo aquellas de Filipos y Tesalónica en el
norte.
Eventualmente
se fue hacia el sur, visitando Atenas y plantando una iglesia en Corinto.
Después Pablo fue a Éfeso, y después de un periodo de tiempo allí, se
encaminó de regreso a Palestina.
El
segundo viaje misionero de Pablo pronto fue seguido por una tercera
expedición, en la que viajó otra vez lejos hacia el oeste.
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El
tercer viaje misionero de Pablo aparece en Hechos de los Apóstoles capítulo 18 versículo 23 al capítulo 21 versículo 17. En
estos viajes Pablo fue de Antioquía de Siria por Galacia y Frigia, y después
estableció un ministerio próspero en Éfeso.
Después
de esto, el pasó varios meses viajando en Grecia de Norte a Sur y de regreso
al Norte otra vez. Visitó iglesias que había plantado en su viaje anterior a
la región. Después el apóstol regresó hacia Jerusalén por tierra y por mar.
Cuando
Pablo regresó a Jerusalén después de su tercer viaje, los judíos lo acusaron
falsamente de sedición y los romanos lo arrestaron. Después de pasar dos años
en prisión, Pablo defendió sus derechos como ciudadano romano para llevar su
caso ante César. Esta apelación a César genera su cuarto viaje que lo llevó a
Roma.
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El
registro de este viaje aparece en Hechos
de los Apóstoles capítulos 27 y 28.
Pablo se trasladó principalmente en barco en este viaje. Entre Creta y la
Isla de Malta, una terrible tormenta destruyó completamente la embarcación
que llevaba a Pablo y a un buen número de prisioneros.
La
tripulación, los guardias, Pablo y sus compañeros naufragaron en la isla de
Malta por tres meses antes de que pudieran hacer la travesía a Roma. Pablo
permaneció bajo arresto domiciliario en Roma del año 60 DC. Al año 62. Él
pudo ministrar libremente durante este tiempo.
La
tradición nos dice que Pablo fue conocido por Nerón, y que después viajó
hacia España predicando el evangelio. Algunas evidencias en las epístolas a
Timoteo y a Tito también sugieren que él viajó hacia el este, estableciendo y
fortaleciendo iglesias allí también. Pero probablemente alrededor del año 65
DC. O un poco después, Nerón arrestó a Pablo una vez más, y finalmente
ejecutó al apóstol.
Un
vistazo rápido a la región entre Jerusalén y Roma revela que Pablo visitó
muchos lugares diferentes, haciendo contacto con miles de personas en más de veinticinco ciudades.
(13).
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Es interesante entender en la perspectiva de la presente
reflexión que el matiz universal de la Iglesia es uno de los primeros frutos
institucionales de la interiorización de la Pascua vivida por los discípulos
del Señor. Correlativamente se pasa de un apostolado misionero al episcopado
local. Cada comunidad tenía un colegio de ministros locales y de forma
preeminente, a partir de la presidencia única de la celebración eucarística, se
asumió el episcopado monárquico. Así pues, progresivamente se condensó en una
misma persona aquello que venía de la Episcopé apostólica y
aquello que definía ya al obispo local. De esta forma, hacia el 110 d. C.,
Ignacio de Antioquía da ya el testimonio consolidado del triple grado del
ministerio apostólico: los obispos, los presbíteros y los diáconos,
establecidos hasta los confines de la tierra.
Así la desaparición de la
generación apostólica creó de forma especial una situación totalmente nueva
para la Iglesia que, de acuerdo con el principio de la "tradición por
sucesión" (la famosa fórmula de IRENEO, III, 3.1), la obligó
paulatinamente a encontrar "sucesores" del particular "ministerio" que ejercían los
apóstoles. Esta transición entre el período apostólico y el período sub y pos
apostólico se hizo de forma relevante con la ayuda de la función de la episcopé. Las
comunidades locales sub y pos apostólicas experimentaron la necesidad primera
de consolidarse en un "lugar"
y de mantenerse en la "catolicidad" de la Iglesia una. Esta misión,
este ministerio, fue asumido por aquellos que sucedían a los apóstoles en su
particular episcopé, se llamaran obispos o presbíteros, tal
como se manifiesta en Tito capítulo 1 versículos 7-11 y Timoteo capítulo 3 versículos 1-7, así como en la (1 carta de Clemente en el siglo I) (14). En la dinámica anterior la Iglesia fue eficaz
porque logró relacionar rápidamente su pensamiento con otras religiones como
sucedió con el judaísmo cuyas prácticas fueron tomadas en la mayoría de
neustros ritos y su liturgia. El periodo Post-pascual en hechos de los
Apóstoles marca definitivamente la ruta de su crecimiento exponencial. La
figura de personajes como esteban encajan en la propuesta de una mirada
Post-pascual de la Iglesia apostólica, la visión de este hombre de Fe o está
lejos de la Transfiguración que a estas alturas ya había sido consolidada
perfectamente por las apariciones el
Señor. La relación con la
historia judía se expresa en los rezagos de índole cultural y cosmológica que
la Iglesia sufre en su estado más primitivo. La lucha por la identidad eclesial
es por decirlo así determinante para la consolidación de su ser institucional.
Esteban (protomártir) da testimonio y se convierte en sacrificio para
indicarnos como las vivencias personales son también llevadas a la Cruz y como
el accionar del bautizado no le excluirá de asumir las consecuencias de sus
actos. No podemos perder de vista que las señales primitivas se gestaron
partiendo del martirio como signo de una civilización proclive a la ausencia
total de derechos y dignidad en la vida individual de las personas. No asumimos
que la poster testimonial de Esteban
no rindiera frutos ya que los procesos de conversiones masivas eran también
signo de la credibilidad de los predicadores. Esteban, vive históricamente referida una especie de
transfiguración con la verdad evangélica, la misma por la que está dispuesto a
entregar su vida, es una simbiosis tan estrecha que nos sugiere otro termino,
una Hipostasis de absoluta comunión entre la Palabra viva del Resucitado y los
modelos arcaicos de significación trascendental como era la Ley antes de la
llegada de la era mesiánica.
Pero él, lleno del Espíritu Santo, miró fijamente
al cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús que estaba en pie a la diestra de
Dios; 56.y dijo: Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre que
está en pie a la diestra de Dios (Hechos de los Apóstoles capítulo 7
versículos 55-56) (15).
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LECTURA
POST-PASCUAL DE HECHOS
DE LOS APOSTOLES.
La
lectura que se nos propone en el enunciado inmediatamente arriba, nos motiva a
construir nuestra reflexión en la dinámica de la aproximación al fenómeno
histórico de Pentecostés sin que con
ello implique la puntual construcción del relato. La concreción historica se
divorcia ostensiblemente de la realidad salvífica aquí particularmente,
recordemos que no hablamos de un momento tiempo espacial solamente ni tampoco
de su evidencia histórico-critica, lo estamos haciendo desde la perspectiva de
la Hipostasis entre la vivencial y la espiritualidad de estos testigos
nominales de los acontecimientos. Esteban
es testigo desde la percepción de su espiritualidad e intimidad con el
Resucitado, esta relación no se ve afectada por la connotación tiempo-espacial.
Estamos especulando sobre la posibilidad de una inserción historica desde la
perspectiva de la relación espiritual y no material con el Señor, lo material corresponde a la degradación
del tiempo y su influjo sobre la realidad de la persona humana. Es la lectura alegre y emotiva de los
frutos de los coloquios espirituales con el Señor. Esta historia admite que
Dios ha enviado su Hijo al mundo y que su Espíritu continúa comunicándose a los
creyentes para vivir su misterio a lo largo de todas las generaciones humanas.
La espiritualidad es el conjunto de las inspiraciones y de las convicciones que
animan interiormente a los cristianos en su relación con Dios, así como el
conjunto de las reacciones y de las expresiones personales o colectivas y de
las formas exteriores visibles que concretizan dicha relación. El
leguaje post-pascual es igualmente determinante en esta vivencia apostólica. Miremos algunos de estos términos y
oraciones que fortalecieron el discurso de la naciente Iglesia:
Fracción
del pan
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Hermandad
en el seguimiento de las enseñanzas apostólicas.
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Propiedad
común como un signo de la Iglesia primitiva.
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Colegio
apostólico.
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Gracia
y liberación en el nombre de Jesucristo.
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Curación
en el nombre de Jesucristo.
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Carisma
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Resurrección
|
La
Paz fruto de la Resurrección y su presencia en el creyente produce Alegría.
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Espíritu
Santo asociado al creyente por la imposición de manos después del Bautismo.
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Testimonio.
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Oraciones
en común.
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Intervención
de Gamaliel.
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Camino
como designación conductual del ser humano, referencia directa a la
conversión de Saulo.
|
Intervención
de Esteban.
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Institucionalización
de la Diaconía en su naturaleza eminentemente de servicio y atención en la
vida de la Iglesia.
|
Envío.
|
Evangelización
como dependencia de la misión de la Iglesia.
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Culto
en perspectiva de la naciente liturgia.
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Apóstol/Apostolicidad/Apostólico.
Fundación.
|
Gentilidad.
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Dios/Creador/mundo/comunidad/iglesia
local/ Ministerialidad eclesial/ gobierno apostólico/
Pablo/arresto/ley/Naufragio/resistencia/ cristianismo/expansión.
|
Descripción
geográfica ampliada.
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Presbíteros.
(15).
|
Algunos de los términos
comunes en el quinto evangelio lucano son el reflejo del Ethos cultural
que se gesta en el periodo Post-pascual
y que como es natural expresa con claridad el desarrollo eclesial. Los apóstoles como los paradigmas del anuncio
se centraran en el modelo imperante para desplazarse y transmitir, ellos como
judíos acuden primero a las sinagogas antes que a los gentiles. El epicentro
salvífico se dilata conforme entran en la verdadera significación de los Hechos
de los Apóstoles como es la CONSTRUCCIÓN DEL CRISTO DE LA FE. En la
maduración del fundamento de la Fe apostólica y la perspectiva del anuncio del
resucitado transcurren estadios de crecimiento espiritual y redondeamos la
función de tal enunciado. En el Blogg cristoeseltema.blogspot.com aportamos brevemente un artículo sobre
la superación el mito y la construcción Post-pascual del mensaje del Cristo
dela Fe.
Prueba
Intelectiva.
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Prueba Volitiva.
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Prueba de la Fe.
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Los
discípulos no creen en las palabras de las mujeres (Lucas capítulo 24
versículo 9-11) es evidente que los sentidos no garantizaron el conocimiento
Intelectual y mucho menos trascendente de lo anunciado. La Fe es un bien
inmanente a la persona y esta no puede legarla a otra pero si dar testimonio
de lo manifestado. La respuesta de Pedro es particular movido por la Gracia y
la Voluntad (Volitiva) sale al encuentro Intelectivo o de los sentidos. Es
particularmente importante señalar que solo Lucas y Juan desarrollan este
argumento de la “carrera de Pedro” que se convierte en una forma de
evolucionar en la Fe y en el testimonio, es evidente que no están hablando de
una carrera para ver lo acontecido sino del movimiento de la Fe
que despierta por la Gracia. No es una dinámica puntual pero si
histórica de Pedro y los discípulos. Lo intelectivo dará paso inmediato a la
constatación por la Fe y su absoluto imperio en el bautizado que en esta
respuesta es completamente A-temporal, es decir, sin tiempo
de respuesta sino vivencia absoluta de los dones de la Resurrección.
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La
percibimos particularmente en (Lucas capítulo 24 versículo 8)… Lucas es
enfático en decir y consignar que las mujeres “recordaron” las palabras donde
Jesús anunciaba su desenlace en la Cruz y que en ellas toma fuerza bajo
la concepción de la Resurrección, recordemos la “vuelta a la vida” de Lázaro
contenida en Juan y como este suceso se asume a si mismo fenomenológico y
desarrolla una concepción determinada por la transformación Ontológica que
implica recuperar la existencia en el plano corporal como aconteció con
Lázaro. Ellas recuerdan lo que el Señor les había enseñado, es decir, ellas
conocen tanto la tradición judía como la cultura farisea y saducea. La
Voluntad asume la consecuencia directa del influjo de la Fe y está motivada
por la presencia de la Gracia que irradia el resucitado particularmente en
quienes creyeron en su mensaje. Es la misma certeza que nos invadió este
Domingo de Resurrección, Cristo vive. La Voluntad es iluminada por la
Gracia al punto de visualizar la materialización o corporalidad de lo creído
y este espacio es asumido por Cristo en el alma del Creyente o cómo
explicamos que creamos 2000 años después.
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Estamos
convencidos de que el fenómeno se interioriza al punto de convertirse en
argumento de vida sobrenatural en los amigos y cercanos al Maestro. Los
discípulos de Emaús nos dan señales al respecto: Y sucedió que
mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió con
ellos; pero sus ojos estaban retenidos para que no le conocieran… (Lucas
capítulo 24 versículo 13 al 32) es claro que ellos le verán solo mediante un
signo o gesto habitual que delate su intimidad con ellos. El cuerpo del
Resucitado literalmente se encuentra en un estado que modifica su apariencia
o simplemente diremos que en el Resucitado reside la plenitud de la Gracia y
la vida Trinitaria. Ya no hay restricción alguna a los
sentidos pero aun así nuestra condición terrena hace imposible ver la verdad
del Resucitado y su trascendencia. Lo que implica para nosotros el necesario
ejercicio de la Fe como condición de vida y servicio en la Iglesia. La Fe se
constituye en el bastión que sobresale de la confesión en Cristo y las
implicaciones hacen de nosotros “Nuevas criaturas” como lo expresaría el propio
Pablo. La novedad de la Fe en Cristo Señor es el símbolo de Salvación para
los Creyentes. Estamos pues en la esfera de la trascendencia y con ella la
aproximación de nuestra realidad espiritual ilumina por así decirlo nuestra
vida y acciones. Ya la concepción de la “buena voluntad” es superada por la
vida de Cristo en el bautizado. Esa concepción se transforma después de la
percepción de la Resurrección en la Inhabitación Trinitaria en el ser
humano (Agustín de Hipona) que es para nosotros la plena presencia
de Dios en cada uno de los bautizados. Los amigos de Jesús en Emaús no
le reconocieron porque sus ojos y sentidos solo habían experimentado las
pruebas intelectivas de su cotidianidad pero ahora saltaron a la Gracia y su
plenitud para conocer y amar su nueva y definitiva condición. Pablo lo tiene
claro cuando asegura que nada nos podrá separar del Amor de Dios (Romanos
capítulo 8 versículo 35 ss). La Fe se constituye en una fortaleza desde donde
el Creyente vivirá su experiencia en el Resucitado. Los discípulos de Emaús
solo le reconocerán como lo indica el versículo 32 el “ardor” del corazón es
fruto de la forma como las Escrituras revelan o sirven de fundamento a la
Revelación de la Naturaleza del Redentor que aquí su humanidad ha sido
asimilada o “llena” de la Persona Divina que es. La Unión Hipostática fue
plenificada y la Humanidad de Jesús fue glorificada totalmente como
totalizante por la presencia Trinitaria que nunca estuvo fuera de Jesús pero
ahora es signo de plenitud. El Retorno del Verbo argumentado por
Orígenes cesa en sus efectos y operaciones para hablar ahora de
presencia plena y personal de Dios Trinidad en su Adorado Hijo. En Emaús su
Humanidad es plena, total y totalizante como Deificada y Glorificada.
(16).
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Pentecostés
se
constituye en la primera gran obra de la Iglesia en términos de misión y
colectivismo, es un esclarecedor proceder en la esfera teológica del Espíritu
Santo como es de suponer de forma inmediata en el Texto del llamado quinto
evangelio. Los viajes de Pablo son sin duda el segundo gran acontecimiento de
la presencia del resucitado en la categoría Post-pascual. Las acciones
contenidas en sus relatos son el claro cumplimiento del mandato intimado del
Señor sobre la necesidad de experimentar y fundamentar el postulado de sus
futuros seguidores o en la extensión de la idea de sus nuevos otros discípulos
en otras latitudes. De esta dinámica se
argumenta como tesis, la misión de los discípulos del Cristo de la Fe que
pasando sobre la muerte muestra toda su autoridad para dar y retener la vida. La misma respuesta se pone de relieve en las actuaciones paulinas
de cara a la realidad misionera del “Cuerpo
de Cristo” así nos lo hace saber san Jerónimo
PP. De la Iglesia latina (17): Jerónimo
resume, en la carta al presbítero Paulino, su juicio ante este divino Libro en
las siguientes palabras: “El Libro de los Hechos de los Apóstoles parece contar
una sencilla historia, y tejer la infancia de la Iglesia naciente. Más sabiendo
que su autor es Lucas, el médico, “cuya alabanza está en el Evangelio” (II
Corintios capítulo 8 versículo 18), echaremos de ver que todas sus palabras
son, a la vez que historia, medicina para el alma enferma”. Es el sentir de los
PP. Que asumen no solo la autoría lucana sino la disposición de su contenido
como referencia a la naciente Iglesia y a la construcción del Cristo de la Fe. Diremos que la
connotación historica de las acciones del Señor son con su Resurrección los
argumentos preferidos aquí en la Iglesia apostólica.
BIBLIOGRAFIA/FUENTES/
INSUMOS/CIBERGRAFIA.
1-
Nota del autor.
2-
Nora del autor.
5-
Nota del autor.
6-
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Traducido por Luis Alberto Bianchi.rc.
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del Nuevo Testamento: Ediciones sígueme.
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Nota del autor.
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Sesión. Los Hechos de los Apóstoles, la primitiva comunidad cristiana. Pbro.
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https://www.coalicionporelevangelio.org/.../que-dice-la-biblia-acerca-de-los-apostoles/ BRAVO ÁLVAREZ, GONZALO El discipulado
post-pascual Veritas. Revista de Filosofía y Teología, vol. IV, núm. 20, marzo,
2009, pp. 9-28 Pontificio Seminario Mayor San Rafael Valparaíso, Chile/Veritas.
Revista de Filosofía y Teología
16- Espíritu
post—pascual, el transito al Cristo de la Fe/ cristoeseltema.blogspot.com
17- www.mercaba.org/.../brown,%20raymond%20e%20-%20comentario%20biblico%20s/ textoshistoriadelaiglesia.blogspot.com/2011/03/tres-cartas-de-san-jeronimo.html…
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