martes, 30 de mayo de 2017

PENTECOSTÉS.

SOLEMNE CELEBRACIÓN DE PENTECOSTÉS… EL DÍA QUE EL ESPÍRITU DE DIOS  ENGENDRÓ A LA MADRE IGLESIA…  Génesis capítulo 11 versículo 1-9. Hechos de los Apóstoles capítulo 2 versículo 1-11. Juan capítulo 7 versículo 37-39ª.


El Libro del Génesis empieza la descripción puntual de una de las características más interesantes de la “Torre de Babel” la unicidad en su lenguaje: Todo el mundo era de un mismo lenguaje e idénticas palabras (versículo 1). El género Yahvista  interpreta que la perdida de la unidad en su lenguaje e identidad será ocasionada  por el pecado de características colectivas que afectará no solo la comunicación sino también la comprensión de la humanidad. En esta perspectiva es Cristo quien más tarde recuperará un solo lenguaje el de la Gracia que hará de los creyentes un Pueblo y Nación santa para nuestro Dios. No solo pecaron Adán y Eva también el resto de los seres humanos persistieron en el orgullo y consecuentemente buscaron ser “como Dios”. La Antropología cristiana aterriza en la perdida de los dones (preternaturales)  que hacen la diferencia entre una interpretación de Fe y un mero señalamiento fantástico. Esta escena muy probablemente se desarrolla en Babilonia o es inspirada en la multi-cultura y antigüedad de este pueblo. El carácter de la humanidad es afectado siempre  por el pecado, basta ver como el manejo de la contaminación altera a nivel mundial el clima y como todos son alcanzados por esta realidad de la explotación salvaje  sin control de  nuestra parte. En cuanto a su arquitectura se asemeja a los pisos y elevados construidos en Mesopotamia aproximadamente 3000 mil años antes del Redentor. El idioma como factor de transmisión cultural es determinante para expandir los intereses de los pueblos y hoy vemos como solo tres idiomas a lo sumo controlan la economía mundial y son precisamente estas naciones las más ricas y desarrolladas.   El poder de la comunicación es el factor que hoy decide los rumbos de la humanidad y no siempre actúa a favor de la Justicia y el Derecho. La comunicación del bautizado se da a partir de la Gracia y el Amor de Dios presente en su vida y acciones. Somos producto del lenguaje amoroso de las Divinas Personas. Somos  su comunicación creada y luego redimida. Hoy persisten muchas torres y las más altas y difíciles de franquear las construimos para dejar fuera a quienes nos rodean y solo pensar en nosotros y nuestra supremamente mega importantes asuntos personales. La Gracia es la única que puede convertir cada vida y cada bautizado en un lenguaje del Amor Redentor de Dios…

La visión Lucana sobre Pentecostés es definitiva para el desarrollo de la vida y misión de la Iglesia, estamos ante una Unidad temática que apunta en una dirección  la Institucionalidad de la Iglesia y su origen divino… Aquellos hombres, mujeres y niños reunidos son en realidad el testimonio de la diversidad y riqueza en la que nace la Iglesia.  La presencia intuitiva del Espíritu Santo les prepara en comunidad como un gesto cargado  de simbolismo de Unidad entre la Diversidad de quienes se encontraban en aquel lugar. Ahora los discípulos y cercanos al Señor son enviados y ese envío es signo de la perenne presencia del Espíritu Santo en sus vidas y actividades misioneras. Estas personas hablan y seguirán haciéndolo desde su testimonio de vida y Fidelidad como Amor a Dios y su Palabra (versículo 4). La riqueza del mensaje será alimentada y aún más potenciada  por el Ministerio de la Iglesia en lo sucesivo. Pentecostés no es fenómeno aislado donde participaron algunas personas. Pentecostés simboliza la presencia de Dios en su Iglesia y como implícitamente recibe el encargo de compartir estos dones maravillosos recibidos de Dios, (los mismos dones que nos negaron nuestros primeros padres Adán y Eva)… Ellos no eran solo creyentes, ellos eran Iglesia. Recordemos una vez más que la propuesta salvífica de Cristo se vive y alcanza su perfección en la dinámica de la comunidad. Dios no salva situaciones puntuales. Dios salva personas unidas por el vínculo del Amor.  De esta anterior definición concluimos que la salvación llega en la unidad de un mismo sentir y vivir la Fe en el Dios de la vida que es Padre- Hijo y Espíritu Santo… Viva Pentecostés. Viva el Espíritu de Dios que llega a nuestras vidas con el Mensaje de Dios y todo su Amor. Por la presencia del Espíritu Santo somos: Renovados- Regenerados- Re-edificados- Destinados a un Reino eterno- Consagrados- Santificados- Liberados- protegidos- Amados- Sanados… Todo y más aún que todo. Agustín de Hipona llamó al Espíritu Santo Dedo Poderoso de Dios y en otra parte como El gran Reconciliador. Solo hermanos concluiremos diciendo:

 GLORIA AL GRAN CONSOLADOR, AL PARÁCLITO, AL ESPÍRITU DE LA VERDAD AL QUE RESUCITÓ A JESUCRISTO DE ENTRE LOS MUERTOS Y ENGENDRÓ A LA MADRE DE TODOS LOS BAUTIZADOS. AMÉN…


La cosmovisión Joanica (capitulo 7 versículo 37-39ª) ejemplariza la forma como el Espíritu Santo llegará al Creyente (contemporáneos de Jesús)  y a nosotros los bautizados. Esa Sed solo podrá ser apagada por el Amor y paradójicamente por la intensidad de la llama del Espíritu de Dios de esa bella simbología en forma de llamarada que cubre la vida del creyente. Jesús observa el contexto de su época y comprende que la necesidad de su Gracia permanecerá presente en la humanidad de todas las épocas y no solo entre aquellos que buscan su corazón sino de todos y cada uno de los bautizados. Es el mismo poderoso calor que abraza a los discípulos camino a Emaús: No nos ardía el corazón, palabras llenas de Gracia y revelación. Palabras llenas de poder en boca de quien abre su vida a la presencia de Dios Espíritu Santo. Los  Ríos de agua viva (versículo 38) atraviesan la vida e historia de los bautizados y se convierten su propia personal y comunitaria economía salvífica como historia de salvación. La Iglesia señala como Medios de Gracia esta metáfora para referirse a la Palabra, Sacramentos, Meditación, Oración. Recursos incuestionables que se refieren y los referimos a Dios presente en su Iglesia y en el  corazón de los bautizados. La celebración de Pentecostés resume los triunfos y luchas de la Iglesia que sabe dejarse guiar de Dios aunque algunas veces en su historia y peregrinación pierda de vista esta máxima en su Ministerialidad. Conocer a Cristo es amarle verdaderamente y vivir unidos a su Majestad. Amar a Cristo es establecer una relación que salta a la eternidad iluminada por su Espíritu. Envía tu Espíritu Señor y renueva la faz de la tierra… ven la mente de los tuyos a visitar. Aclamaciones del bautizado que confía su existencia a la guía poderosa del Espíritu del resucitado. 

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