ANTROPOLOGÍA
DE LA
DENUNCIA CRISTIANA… SU IMPACTO
EN LA SOCIEDAD
ACTUAL.
APORTE
SOCIOLÓGICO.
La elaboración social
implica la participación amplia de los sectores que la constituyen. La
representatividad es igualmente un recurso moderno de nuestros Estados y/o Gobiernos.
Toda actividad humana requiere ser dirigida y organizada para los fines que dicta
su naturaleza. Moisés por consejo de su suegro Jetró y con la anuencia de Yahveh instituyó los Jueces (Éxodo capítulo 18 versículo 13
y ss) El objetivo era la generación eficiente de espacios para tratar asuntos
que afectaban la convivencia y sanas costumbres de su pueblo. Pues esta
iniciativa lograba sincronizar a los Israelitas en orden a la exigencia de un
modelo de Justicia inmediato y eficiente que no retrasaba la defensa y
restauración de Derechos. Este modelo funcionó
en principio y cumplió así con su objetivo. Nosotros debemos analizar si
nuestro sistema de Justicia cumple con los fines establecidos o consagrados en
la Carta Magna. Israel en su peregrinar estaba rodeado de una infinidad de
pueblos y culturas y este principio interiorizaba y encarnaba también las
experiencias de sus vecinos. Es pues fundamental reconocer que la Justicia es
también tributo al Dios Justo en el que no existe pecado o injusticia alguna.
El orden social vivido por el pueblo en el desierto se asemeja a los Gitanos
que iban buscando donde establecerse
para edificar sus estructuras duraderas. Pues los Jueces eran el símbolo de la
Norma aplicada por el bienestar de todos y no solo un asunto de
individualidades ya que la conciencia de ser un pueblo bajo unos mismos principios
es logro de Moisés y su inquebrantable Fe. La Justicia se convierte
paulatinamente en un Derecho y una necesidad de la existencia del Colectivo
social. El ser humano busca en la Justicia asegurar sus propios Derechos como
intereses pero también se compromete a cuidar los de su hermano en las mismas
circunstancias de vida. La realidad de Israel en el desierto era sin duda una Justicia de Transito que necesitaba
unos principios inamovibles como tal para su existencia y utilidad. La
conciencia religiosa lleva al pueblo a confiar en los hombres movidos por la Fe
y el compromiso relacional con Yahveh. El orden de esa Justicia era eficiente
por el tamaño el pueblo pero al crecer las bases logradas soportaron el
edificio y su cosmovisión legal. La pedagogía de Dios busca crear en ellos la
Identidad de un todo que se integra y donde uno era lo mismo que muchos y
muchos eran como uno. La relación de los Derechos y los Deberes estaba
cimentada bajo el precepto de Dios como el Señor de su pueblo. Esta afirmación
es comprobable desde las prohibiciones en boca de Yahveh y su acomodo literario
en la Tradición de Israel. El pecado como prohibición atenta contra uno y
contra todos. La misma relación esencial la hacemos cuando un corrupto roba el
dinero de la Salud o la Educación, es intrínsecamente un asunto de todos y no
solo el rublo o destinación primera. Los
Jueces nos enseñan que la administración de Justicia es también una poderosa
fuerza que educa y motiva las buenas costumbres de cualquier Sociedad. Está demostrado que el
aumento de corrupción y por consiguiente de impunidad se convierte en un seudo-modelo
imitado especialmente por nuestros jóvenes. Que no creen en el trabajo
duradero sino en fórmulas para conseguir dinero y vivir sin esfuerzo alguno
como los referentes culturales que desafortunadamente están observando como exitosos
en la calle.
DENUNCIA
CRISTIANA…
El contexto social
actual no dista mucho de los esquemas vividos en siglos pasados. Basta con
decir que la actividad humana es la misma en todas las épocas así como los
intereses que la mueven. La Denuncia
cristiana es una consecuencia de la necesidad de imperar bajo la forma de
la Verdad revelada. La Denuncia se aborda desde la percepción de un orden o
institución contaminada. La Denuncia nos ubica en la sintonía de las relaciones con nuestro medio o entorno
somático. El lenguaje que empleamos debe dar Fe de nuestras buenas intenciones como de la
debida formación para discernir en el plano antropológico el valor de cuanto
está sucediendo. Es cierto que nuestro momento es precisamente lo que está
pasado en nosotros y con el concurso nuestro. Es sorprendente como la indiferencia que genera actitud
indiferentista bloquea toda reflexión valida o valedera. Es sorprendente como
las personas viven de espalda a la realidad política de sus países
particularmente en América Latina y el Caribe y como el ente ideal llamado Estado se administra
así mismo en la voluntad de sus funcionarios que todos los días comprometen la
vida y riqueza de sus naciones y que deterioran los imaginarios que juraron
defender en sus respectivas posesiones o nombramientos… Algunos juran sobre la
Biblia cumplir con el deber patrio y se les olvida lo que opina Dios al
respecto: No tuerzas el derecho de tu
pobre en su pleito. Aléjate de las causas mentirosas, no quites la vida al
inocente y al justo y no absuelvas al malvado. No recibas regalos; porque el
regalo ciega a los perspicaces y pervierte las causas justas… No oprimas al
forastero; ya sabéis lo que es ser forastero, porque forasteros fuisteis
vosotros en Egipto (Éxodo capítulo 23 versículo 6-9)…
La Denuncia cristiana
es la actitud de vida que el bautizado lleva siempre denunciando con el ejemplo
y el compromiso las estructuras de pecado que atentan contra la vida en todas
sus formas. Dios es Justo y Misericordioso lento a la ira y rico en Clemencia y
no nos trata como merecen nuestros pecados. Sabias palabras que describen los
Nominales del Nombre de Dios y que se convierten en realidad solo en la medida
en la que nos adentramos verdaderamente en una relación de profunda
Espiritualidad con su Amor revelado. Funcionario y Ciudadano que no cumpla sus
compromisos ante su prójimo ciertamente está negando el Amor y presencia de
Dios en su vida y entorno. Dios no tolera la mentira y abuso de poder y como
dice su Palabra en el Génesis “La sangre
de tu hermano clama a mí desde la tierra” (Génesis capítulo 4 versículo 10) La sangre ya no solo corre por las venas
también se llama oportunidad de estudiar, trabajar, tener servicio de salud
digno y confiable, vivienda, recreación,
reconocimiento Socio-político y más Derechos esenciales para sostener la
integridad de la vida Humana y Natural. No solo es la sangre arrebatada por la
violencia efectiva sino también por la humillante y degradante castración intelectual de nuestros
niños y jóvenes. Es la sangre que el
Colectivo lleva en las venas y que le hace parte de todos y de todas. Es la
vulneración de los DD-HH que crea en nuestras ciudades y países
latinoamericanos y africanos como asiáticos y orientales, hombres y mujeres,
niños y ancianos de 1-2-3-4-5-6—7- categorías. La Justicia que es mandato de
Dios a su pueblo solo se aplica según la “cara” del implicado: Había un juez en una ciudad, que ni temía a
Dios ni respetaba a los hombres. Había en aquella ciudad una viuda, que acudiendo a él, le dijo. Hazme justicia
contra mi adversario. Durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo a sí
mismo: Aunque no temo a Dios, ni respeto a los hombres, como esta viuda me
causa molestias, le voy a hacer justicia para que no venga continuamente a
importunarme… (Lucas capítulo 18 versículo 1 y ss). Jesús consciente de la
realidad social y cultural de su época y como enseñanza atemporal para su
Iglesia nos pide ser justos y propagar su semilla desde el ejercicio
democrático responsable y denunciar sacando de nosotros esos principios de
injusticia o ausencia de Gracia. La Denuncia es clara y enfática no somos ni
podremos ser cómplices legales de tales acciones. El ejercicio democrático
implica el conocer y juzgar la realidad de las promesas de campaña como conocer
los antecedentes y eficiencia de los funcionarios que se postulan. Aquel juez no era consciente
del valor de la Justicia puesta en sus manos y no nos explicamos como cada año
encontramos los mismos y las mismas negligencias y nadie se hace responsable.
Nos han quitado tanto que su espacio está siendo colmado por la indiferencia. Según
estudios en nuestros países la corrupción como fenómeno social se lleva a sus
arcas cerca del 40% de los presupuestos nacionales. No existe un solo
ex-mandatario que no se retire
literalmente “tapado” o forrado en dinero y nada sucede como que el
Derecho y la Justicia no alcanza a esta casta de ex-funcionarios
plenipotenciarios aun en su retiro. Los mecanismos de Justicia no dictan
jurisprudencia sobre ellos y sus bienes… Y los más denigrantes de las
multitudes “conservan su patrimonio político y plena injerencia en los asuntos
del Estado y la cosa política”. La conciencia colectiva es una de las especies
en vía de extinción, seguida muy de cerca por el amor a la Patria y la tierra
que cubrirá a unos y otros. Los vicios de la cosa política enseñan que
permanecer vigentes es la seguridad real de no ser juzgados porque se tiene a
mano las herramientas para evadir la Justicia y su mano. Aquella viuda puso
todo en oración y es el recurso vital que hay en nuestras manos para abonar esfuerzos
junto con nuestra toma de conciencia. Sin pecar de idealismos políticos estamos seguros que está en manos nuestras educar a los futuros
electores y funcionarios por el bien de nuestras naciones y de la Iglesia que
ve con absoluta preocupación como los valores se invierten y generan más formas
de violencia y pecado como de alienación…
Las Estructuras sociales deben ser políticamente redimidas dando paso a
la elaboración de un aterrizado discurso
de Derechos lo que implicará la Fidelidad
a la Palabra de Dios y a los valores cristianos. La elección deberá recaer
sobre servidores del Estado que administren la riqueza de todos y no
simplemente se administren a sí mismos. Aquel juez injusto solo pensó en su
“zona de bienestar” y se despreocupó de las implicaciones de sus
responsabilidades como Agente de Justicia. La Iglesia es Testiga del triunfo de
Cristo y por ende denuncia las estructuras que hacen que la humanidad pierda la
Esperanza en el resucitado y resucitador. La Denuncia del bautizado es
expresión viva de su esperanza ya que confía enteramente en su Señor y sabe que
el pecado no perdurará en la Sociedad. La Soberanía de Cristo es incuestionable
y es nuestro deber difundirla por medio de una vida comprometida y de cara a la
realidad y sus necesidades. Somos Imagen del Dios vivo y en Dios no hay ni
podrá haber injusticias. Es el mismo Dios que se puso de lado de la víctima Abel y de la viuda pobre. Es el mismo Señor
que alimentó a muchas personas y liberó como sanó y curó a tantas otras. Es
para nosotros un reto grande el rechazar las estructuras de pecado que sobreviven en la cotidianidad redimida. Sus
implicaciones son muy elevadas pero no imposibles de superar. Cristo es un
triunfador y de su mano todos los bautizados. Se aproxima Pentecostés y con su celebración se actualiza tanto la Misión como
el testimonio de la Iglesia y el bautizado. En pentecostés se anuncia la Esperanza
de Creyente en que Dios renueve todas las cosas y entre ellas la voluntad de luchar
por la Justicia y por el Reino anunciado desde la perspectiva de nuestra propia
realidad… El Reino de Dios en la tierra es la novedad de caminar coherentemente
conforme a los valores y creencias que anuncian el triunfo de Cristo y su
Gobierno. Un Gobierno que supera los convencionalismos sociales y culturales. Es
una constante en nuestras vidas el oponernos a las obras de la obscuridad que retrasan la
manifestación de Dios y su Señorío. Las estructuras contaminadas con el pecado
de la humanidad reclaman verse libres. La realidad política y axiológica de
nuestra Sociedad es hoy más que nunca el reflejo de la superficialidad y
frivolidad que envuelven millones de vidas. Es la realidad de un mundo víctima
de la humanidad y contaminado por el desprecio de las cosas santas y valiosas.
Estamos asistiendo a una constante de decadencia que se siente con toda su
fuerza en la institución de la Familia. Nuestros gobiernos no son parangón para
nadie y la percepción que se maneja en la calle es de total y absoluta
corrupción… El pecado social es el nuevo
ingrediente del Siglo XX y XXI que se vistió de clases sociales y
desigualdad de oportunidades. Cada niño que nace en nuestros países es un
deudor de la deuda externa de su País. Si
estuviera presente Agustín de Hipona diría: nacer es empezar a deber y si no es suficiente también aportamos que en la
actualidad la política de seguridad social y pensiones en esta parte del mundo
es dictada por el Fondo Monetario
Internacional y la Banca Mundial. El objetivo es conocido por todos, cada
día será imposible que una persona se pensione y el Estado abandonó al anciano
e ignoró dramáticamente al niño… Las estructuras que denunciamos nosotros los
bautizados son todas aquellas que alienan a la persona redimida y le cercenan
su Esperanza y roban tanto la Paz como la Bondad dada por el Dios de la vida en la Resurrección
de su Adorado Hijo. La coyuntura actual reclama de nosotros un compromiso real
y latente en todas nuestras actuaciones somos el referente obligado de los más
jóvenes y nuestra cotidianidad se convierte en ejemplo y testimonio vivo para
ellas y ellos en la construcción de su propia vida.
LA CULTURA
CRISTIANA Y SUS
APORTES A LA
SOCIEDAD ACTUAL.
La Cultura Cristiana es
sin duda un ejemplo vivo de la Antropización e instrumentalización en el tiempo
de los valores y enseñanzas del Evangelio. Es por demás una manera dinámica de
vivir en un mundo que no reviste mucha preocupación por la trascendencia y que
a diario nos lo hace saber. Los escenarios de crianza y educación de los más
pequeños están enajenados por la propuesta consumista de sus padres y padrinos
(en el mejor de los casos) como del resto de la familia. El uso indiscriminado de la Tecnología en los
pequeños que solo piden un abrazo y
tiempo de calidad a sus padres y/o adultos responsables. La pérdida de
privacidad por parte de la inclusión de la vida en las redes sociales como es
el caso de Facebook donde se publican todos los aspectos de la cotidianidad y
donde se ora según la respuesta de los interesados. Esta cultura electrónica da
más vida a la máquina que a la persona redimida. Es un círculo vicioso del que es muy difícil
salir, en este panorama la vida se relativizó al punto de cuestionar la
actualidad según dictan las redes sociales y no el ingenio y necesidad
afectiva, emocional, espiritual, intelectual de la persona. La individualización del pecado se retrajo
sobre sí misma y se convirtió en una interpretación amañada de la vida de Fe y
sus contenidos de obligatoriedad aunque suene crudo de amar los unos a los
otros. La Cultura de la vida que
nace en la Cruz se desarrolla en el bautizado que debe Antropizar al Resucitado
e introducirlo en su historia personal como vinculo salvífico cierto y seguro. La
Cultura de la vida es el complemento ideal de la Cultura del Amor como el motor que nos mueve en la existencia a ser
y construir la realidad desde la perspectiva del Amor y Respeto por el otro y
su circunstancia. El anterior señalamiento se constituye en un principio relevante de la Antropología
Anglicana que a diferencia de otras definiciones también históricas vincula
activamente a todo ser humano en la Salvación y considera que los bautizados
sin distingo alguno son la verdad y realidad por la cual Cristo se Encarnó,
Nació, Murió y Resucitó bajo el dominio amoroso de la Voluntad de Dios Padre,
su Voluntad no se considera una injerencia sino una prueba histórica del Amor
de Dios. Es decir, en palabras del Hiponense: El Dios que te creó sin ti no te salvará sin ti. (Mateo capítulo 10
versículo 30) Aquí la Salvación y su contenido individual se vinculan
poderosamente al ser Eclesial del bautizado Imagen del Dios vivo y
trascendente. Nuestra realidad antropocéntrica es potenciada por el Dios de la
vida que planta en cada persona de todas las épocas su Gracia y Bondad la misma
que impulsa nuestra natural condición de
caminar en pos de su Amor y nuestra total como totalizante realización. Los valores
del Evangelio son necesarios para la configuración de la persona en su condición de hijo de Dios
y por lo tanto es la iniciativa para la sólida construcción de la humanidad
redimida y siempre presente en la historia de la Creación. No somos cómplices sino denunciantes activos del pecado y sus
estructuras en la Sociedad y en el Estado. La anterior afirmación implica
una actitud testimonial permanente y congruente con la Fe expresada y vivida
desde el Evangelio y su Misión. La teología
Política que se remonta al menos la natural y mitológica al Siglo de
Pericles (Siglo VI antes del Salvador) y que pasó por la pluma Agustiniana (Año
354 de nuestra Era) hasta Santo Tomas de Aquino y Buenaventura (Escolástica
Siglo XIII) dan cuenta de la necesaria organización del Estado y
como el poder económico desplaza las buenas costumbres y convierte la cosa
social en una franquicia al mejor postor… Un ejemplo valido podrías ser la definición a lugar de Riqueza: Si una persona se hace rica esto implica
que millones se convirtieron en más pobres todavía. Solo así se explica que
unos consigan donde la mayoría no pudo. Moralmente hablando es casi imposible
asumir que la riqueza de una persona no se contaminó en algunos de sus pasos
con la injusticia o manejo de información privilegiada que hace la diferencia
en la competitividad de la Sociedad (funcionarios). En palabras de Tomás de
Aquino: No existe riqueza moralmente
incontaminada de injusticia. El Mundo Contemporáneo se ideo la formula
descrita y denunciada por Marx cuando afirma el principio de la Plusvalía. Este principio se convierte
no en fundamento de la discusión histórica del dinero o su variante
materialista sino como lo recibido estará siempre por debajo de lo producido ya
que el efecto de la Plusvalía beneficia solo al dueño del capital no al obrero
que lo actualiza con su trabajo diario. No es el objeto del presente ensayo o
reflexión mostrar la connotación política del dinero y el capital sino mostrar
la necesaria equivalencia de Justicia aun en la economía que hoy define el
quehacer de la humanidad. El bautizado vive también esta realidad y sale a su
encuentro desde la percepción de Solidaridad
con el necesitado. El ser humano actúa motivado por la percepción de sus
sentidos en una total disposición Intelectiva que permite conocer y transformar sus
experiencias a todo momento. La memoria funciona en el Colectivo precisamente
cuando este conserva las acciones y
comportamientos tanto imitados como reflexivos. Esta percepción no dista
mucho de otras especies animales solo que nosotros las Sublimamos en la dinámica de
la razón aún más plena que nos define como civilizados. El hombre primitivo
que habita nuestro cerebelo aflora en muchas situaciones de vida que incluso en
algunas personas son de matices cotidianos, me refiero a la violencia y toda
forma de auto-destrucción de la Especie Humana. Para ilustrar la afirmación
anterior solo citaremos algunos ejemplos:
·
Guerras
·
Hambrunas por mal manejo de los recursos
naturales como la des-forestación
·
Vicios como el licor, la ludopatía, el
consumo de sustancias o fármacos
·
Infringirse dolor
·
Concepciones equivocadas de estética
·
Bulimia
·
Anorexia
·
Auto-mutilación
·
Narco-dependencia
Solo
citando algunos de los ejemplos que la In-civilidad
genera entre nosotros. La cuestión radica en la ausencia liberadora de la
Fe y su Metafísica que es la Gracia o materia de la cual somos hechos
verdaderamente libres, eso sí Espiritualizando la presencia de Dios por referencia
en nosotros como sus criaturas. Pues la Cultura es el reflejo de tamaña
situación de esclavitud la misma que muta hasta convertirse en imperceptible. Nosotros
desde la oportunidad que nos brinda la Gracia podemos transformar esta realidad
y sublimar con el Amor de Dios cuanto hacemos por vocación y mandato
socio-cultural. El “Colectivo de los civilizados” sería un nombre apropiado
para establecer diferencias tanto de comportamiento como de relación entre los
seres humanos. La Verdad misma
preconizada desde los Evangelios puede ser alterada por actitudes aun dentro de
la misma Iglesia de necesidad casi existencial de adaptabilidad a los tiempos.
La Verdad como tal está Intrínsecamente relacionada con
la propuesta salvífica del Señor a su Iglesia o Nuevo Pueblo. Somos elementos recurrentes
en la Voluntad Salvífica de Dios sin que ello deshumanice nuestra propia
humanidad, por el contrario, solo Dios puede Sublimar la naturaleza redimida de
la Especie Humana si tenemos en cuenta que su Amor se constituye en fuente de
Redención segura desde el fenómeno de la Cruz. Cristo mismo Resucita en la Cruz indicando con ello que la Cruz es
el nexo materialmente cognoscible de la Salvación de la Creación. La Cultura de
la vida se manifiesta desde la dinámica relacional
que Cristo establece con los suyos y con nosotros una vez resucita y se
manifiesta de cuerpo presente y no solo en la intuición de los discípulos. Es
pues una constatación material de lo invisible e inmaterial pero Cristo lo
deseó de esta manera para fortalecer la Voluntad de la humanidad y su actividad
sensorial. Toda prueba Intelectiva nace
en el Amor de Dios por nosotros, quiere que palpemos conforme nos dicta el
corazón (Cónfer: discípulos camino a Emaús). Somos testigos tanto de su pasado
como de su presente esto en términos estrictamente cognoscibles. La Cultura del
Evangelio materializa la Cultura de la vida y la bendice con toda la fuerza de
su intención por ser la Sociedad cristiana donde sus valores se manifiestan o
son sacados de su dinámica Ideal para ser aterrizados en acciones concretas o fenomenológicas.
La Cruz es pues para nosotros el pararrayos
entre Dios y la Humanidad el vínculo del Amor pero también del dolor del
que sufre clavado en ella. Hoy hermanos debemos tener claro que somos
sus testigos y estamos dispuestos a encarnar su Voluntad en las acciones de la Iglesia
como la Denuncia profética… El
profetismo implica conocer la realidad del País y su entorno teniendo presente
que la Globalización de la Economía acortó distancias también en el acople de
modelos culturales foráneos que desafortunadamente dañan la perspectiva histórica
de los países en vía de desarrollo como es nuestro caso particular. Debemos conocer
y analizar cuanto sucede para ilustrar como lo hacían los profetas de A.T que
denunciaban alianzas y acuerdos fallidos para el pueblo con las naciones
vecinas, solo para citar la vida y obra de Ezequiel y Jeremías. El profeta actual es también un consumado
analista político como social y cultural donde se mueve la humanidad. El
Evangelio nos ilumina al respecto haciendo prevalecer al Ser por sobre cualquier
consideración por justa o valedera que se presente en nuestro panorama.
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