PRIMERA PARTE… ENSAYO SOBRE
ESPIRITUALIDAD ANGLICANA.
PERSPECTIVA Y DIVERSIDAD
EN UN MISMO SENTIR
ECLESIAL.
INTRODUCCIÓN.
La Tradición Anglicana vista desde la Pluralidad de su
Eclesiología nos ofrece un espectro bien amplio que con el correr de los años
plasmó una Identidad Espiritual que llega a nuestros días. Nuestra condición de
Iglesia Histórica supone también la posibilidad de enriquecernos con múltiples
y variadas formas de Espiritualidad que si bien aparecen entre nosotros deben
estar orientadas según nuestra Realidad Eclesiológica… La Catolicidad
no solo expresa en nosotros sus notas o Atributos esenciales de Universalidad sino y sobretodo un
componente en alta estima de Fidelidad al
Evangelio lo que da muestras de Disciplina Eclesial sin desconocer el valor de las manifestaciones
espirituales en esta Comunión. La Fidelidad al Evangelio es una de nuestras más
preciadas cualidades y precisamente la que nos define en un Mundo complejo
cargado de todo tipo de individualidades como de Individuos. El bueno de William Stafford (Escritor y Poeta
Estadounidense nacido en el año 1914) define la Espiritualidad Anglicana desde
una perspectiva eminentemente experiencial: Es la manera como uno vive hacia Dios de una forma Anglicana, la
cuestión está planteada en el “Como” es la vivencia del anglicanismo
transformado en opción espiritual de nuestro tiempo… Nuestra Espiritualidad no es
solo un fenómeno de masas es también y muy especialmente un Movimiento del Alma en una continua
exploración de sus opciones de crecimiento integral. Estamos por decirlo de
algunas manera vinculados con la
trascendencia del Ser Anglicano…
REALIDADES TEOLÓGICAS
DE LA REFORMA INSULAR.
Cuando queda plasmado el deseo categórico de volver a la
fuente del cristianismo la Iglesia Anglicana se plantea el reto de retomar la
Tradición en la concepción original y hacer de ella la guía ineludible de
nuestra Trascendencia como tal. Quiero solo enumerar algunos puntos que surgieron
a partir de ese deseo Eclesial:
1- La Razón como elemento contemporáneo se agrega a la experiencia de Fe
del Bautizado y gracias a ella hace una experiencia fenomenológica de las
verdades reveladas que llegan a cada uno
de nosotros por las fuentes habituales.
2- Retornar a las Sagradas Escrituras y su
concepción teológica de la Inerrancia preservando
de esta manera el valor de la Revelación y no sujetarla al capricho de ninguna
Iglesia, posteriormente será también aplicado a la Iglesia Anglicana como tal, para aclarar este punto diremos que se
establece un Binomio Razón- Tradición para
evitar el sometimiento de las Escrituras al “escrutinio indiferente”.
3- Retomar las orientaciones y verdades
de Fe sostenidas en los primeros Concilios
de la Catolicidad.
4- Proclamar la fidelidad a la Tradición
por medio de las enseñanzas e interpretaciones de los PP. De la Iglesia a saber (Apostólicos, Alejandrinos, Capadocios,
PP. latinos, PP. griegos) convirtiendo sus aportaciones en materia de Estudio y
Formación para la Iglesia del Presente.
5- La Actualización de la Palabra de Dios por medio del Ministerio de la Madre Iglesia
que al Predicar está constantemente Actualizando el Mensaje sin que ello
implique su Alteración
re-interpretativa.
6- Conservar y promover el Triple Ministerio Ordenado en la vida y
obra de la Iglesia.
7- Aportar a la concepción Cristo-céntrica de nuestra Liturgia y
Adoración.
8- Reconocer solo como “mediador” y
Camino al Hijo de Dios.
9- Retomar la práctica Sacramental
sustentada en las Escrituras y en la Tradición de la Iglesia.
10-
Detener la proliferación de Indulgencias,
Santorales, Milagros populares, y todo tipo de manifestaciones de la Piedad
popular alejadas de nuestra Esencia Eclesial.
11-
La Gracia es el fundamento de
nuestra experiencia con el Resucitado y gracias a ella la Trascendencia es una
Realidad para el Bautizado.
12-
La Maternidad Eclesial se
retomó tal y como lo expresó la Iglesia en sus comienzos.
13-
En cuanto a la Liturgia
recuperamos parte de la Tradición del Rito
Sarum y se dio cabida a mayor
influencia de las Sagradas Escrituras.
14-
El Rito penitencial que en la actualidad empleamos nació en el
espíritu Eclesial del Siglo XI con sus raíces en tiempos del último PP. De la
Iglesia latina (Isidoro de Sevilla).
15-
La Doctrina sobre el Purgatorio,
Limbo e Infierno fue retirada de los imaginarios de la Iglesia y se retomó
la Doctrina de la Justificación por la Cruz
de nuestro Señor y Salvador
Jesucristo.
16-
Se avivó la Doctrina y Simbología sobre el Pacto bautismal.
17-
Se estableció un principio de interacción en la celebración de la Santa
Eucaristía que consistía en la vinculación de los feligreses al Rito y su
principio de Comunión Eclesial.
18-
Introdujo posteriormente las nociones de la Universalidad del Ecumenismo.
19-
Se convirtió la Liturgia en un poderoso recurso de la Evangelización como
de la Misión de la Iglesia.
20-
Se asumió en cada componente de la Liturgia la dinámica de la Meta-comunicación.
21-
Sostuvo para su época la absoluta Libertad del Ser Humano así como su
total responsabilidad frente a las consecuencias de sus obras “quitándole al
mal esta facultad”.
22-
La formulación del Libro de
Oración Común o (L.O.C) en la perspectiva del espíritu de nuestra Liturgia
y como Espiritualización del Ecumenismo.
23-
L.O.C como Signo de Unidad en la Diversidad.
24-
“Es necesario todo el mundo para
conocer todo el Evangelio” Max Warren (1950).
25-
El llamado Convenio Isabelino permitía que en un mismo escenario se
desarrollaran tanto los católicos ortodoxos como los reformistas.
26-
Difusión masiva de las Sagradas Escrituras para el Pueblo.
ORACIÓN Y MEDITACIÓN.
La comprensión o asimilación de la
Realidad en la que la Persona Humana vive su existencia es tan compleja que no
bastaría un momento sino toda la vida para su entendimiento y aun quedaríamos a
medias. La Oración toca las profundidades del Ser al punto de aflorar nuestra
forma de ver el Mundo y relacionarnos con el… Orar es para el Anglicano el Lenguaje del Amor, la forma como
nuestras actitudes se alinean en torno a una idea en este caso vivir nuestra
Espiritualidad, en la Oración no estamos solos es Cristo quien Potencia cada
una de nuestras emociones y palabras y traduce al Idioma de la Gracia, es
decir, del Amor y la vida, no existe
posibilidad de que oremos a medias o con solo el intelecto la Oración relaciona
la Absoluta Integralidad de nuestro ser
Personal y Fraterno, es por decirlo de alguna manera la capacidad de hacer
y establecer una Relación de Cotidianidad con el Dios que se Revela en su Hijo
y en su Espiritu.
El Lenguaje de la Oración no emplea solo palabras también se
manifiesta en todos los asuntos de nuestra vida de allí la expresión del Modo Anglicano que nos invita a vivir
testimoniando todos los días la actualidad de Cristo en lo que Somos, Pensamos y Obramos. Nuestra
forma de Orar es consciente de las situaciones de vida que atravesamos y se
apega a la Realidad para Re-interpretarla
según se viven los Signos de los
tiempos, estas vivencias son por demás argumentación contundente de los
cambios que a diario vivimos, es decir, el Anglicano no es “quietista social”
puesto que está en constante cambio y experimentación de nuevas configuraciones
de su Realidad y Subjetividad… Anhelamos la vida en Armonía como está expresada
en los más altos ideales evangélicos pero a pesar de ello no podemos
sustraernos de la Realidad tal y como la palpamos y vivimos. El Episcopal sufre los cambios y
transformaciones de su entorno y todo ello lo somete al “crisol” de la Oración
y Meditación de la Palabra de Dios y hace de su vida una constante señal de la Promesa de Cristo. La Oración en
nuestra Espiritualidad se constituye en el alimento Sobrenatural que nos conecta con la
Trascendencia, oramos en Cristo y en el Espiritu de Dios así como presentamos
por mediación de Jesucristo al Padre nuestras vidas y acciones en un dinamismo
de la Gracia. La Meditación de la
Palabra es en si la actualización de esta y constantemente evoluciona en
nosotros hasta conducirnos a su total familiaridad, es importante tener
presente que el Espiritu Santo actúa en la Meditación sacando lo precioso de la
Revelación Escrita y la Intuición de quien Ora constantemente de esta manera… La
Actualización de la Palabra no es la elaboración de nuevas y curiosas interpretaciones
sino la inclusión del Mensaje en cada experiencia de vida por parte del
Bautizado. La Iglesia Ora y medita junto a sus hijos y es siempre así, ningunos
de los bautizados está o estará solo orando siempre la Iglesia vivirá su
Maternidad asistiendo a sus hijos en toda circunstancia de Ser y Existir… La
Palabra se involucra en todas las facetas del Bautizado y toca poderosamente su
vida e incluso forma de Pensar o Percibir su Realidad personal, la Oración
unida a la Meditación crea en nosotros hábitos saludables que robustecen la
Persona, estamos llamados siempre a formar los “anticuerpos” espirituales para
no ser presa de tentaciones que superan nuestras fuerzas e incluso preservar la
Salud.
Estamos afirmando constantemente una Espiritualidad Integral que abarca
absolutamente toda la esencia de nuestro Ser por esta poderosa razón el
Anglicano-Episcopal vive su Fe desde la perspectiva Anglicana, es decir, desde
la presencia de Dios en la Soberanía de sus decisiones y actitudes, quien vive
así nunca más verá al otro y su mundo
distante del propio… Quiero resaltar que la Oración modifica no solo la
percepción de la Realidad sino que abre el espectro de acogida del otro y su
circunstancia de vida, quien Ora constantemente será capaz de mayor Caridad por el Otro, se convertirá en
su guía y Fraterno antes que en Juez implacable. La Oración y la Meditación al
estilo y Carisma Anglicano. El cristiano Ora siempre y en todo momento no
existe el lugar o la intención ideal para nuestra Oración digamos que es la
vida el campo fértil de la Oración, hace falta conocer los fundamentos de
nuestra Fe al Carisma Anglicano y ver en la diversidad una gran oportunidad de
crecer. El Evangelio es el aliciente que promueve nuestra Oración y despierta
el interés por el Otro en nuestra experiencia fraterna, el Episcopal Ora
pensando en Dios y proyectándose en el Otro que es su Prójimo y Hermano que es
cercano a él por la Gracia del Resucitado.
La Oración genera sensibilidad y
sentido de Justicia no es coherente
que un Episcopal Ore y practique la injusticia o desinterés por el bienestar
del otro. Somos conscientes de la Realidad que envuelve la vida de nuestros
hermanos y estamos llamados a ser
absolutamente Solidarios con el Otro y su ser perceptible como tal… Un
Episcopal será Sujeto activo de la
generación de Justicia de lo contrario seriamos simplemente cómplices de
las estructuras de pecado que
retrasa el Reino proclamado por Cristo. Nuestra Oración debe aterrizar en la
Praxis del cumplimiento de Derechos y afirmación de nuestros Deberes para con
la Sociedad donde vivimos el ser hijos de Dios y personas de Naturaleza
Singular o compartida. Estamos obligados en el mejor sentido de la palabra a
ser defensores y promotores de Derechos lo que se convierte en terreno de
cultivo para valores y actitudes de sana
y ordenada Convivencia y crecimiento en la Fe o experiencia con el Resucitado.
Oración con injusticia no es
procedente y por naturaleza es un total despropósito, nuestra Oración está
ligada a la Justicia, la Equidad y el Derecho puesto que nuestras palabras
hablan de una Realidad perceptible y eminentemente Social como quiera que sean
la proyección de nuestra presencia en el Mundo… Nuestra Oración y Meditación
encarnan la vida tal y como la hacemos experiencia sea placentera o no pero lo
concreto es sencillo solo en la Oración y Meditación nos aproximamos a la
Trascendencia que habita en nosotros. El Mundo está ávido de experiencias
liberadoras que le permitan al Creyente vivir en Libertad la Bondad amorosa de
Dios que se comunica siempre en la perspectiva de la Oración, no se trata solo
de nuestros deseos materializados sino de la naturaleza de una Relación de
características Salvíficas. La Santidad es la primera en optimizar los canales o
medios de la Comunicación esencial por medio de la cual la Criatura Redimida
entra en Contacto con su Creador, es también la posibilidad de crear un canal
de absoluta necesidad para relacionarnos con el Ser Revelado de Dios. La
Oración descubre el Ser Interior que
habita en nosotros y nos lleva a un viaje a la misma profundidad del Alma. Quien
Ora se conoce o descubre a sí mismo…
Nuestra Espiritualidad está
totalmente inserta en el Mundo y en su Realidad, nuestra Espiritualidad vive de
lleno la experiencia Humana al punto de exclamar con el Hiponense: Nada de lo Humano me es desconocido, es
decir, nada que procede del corazón y la Voluntad Humanas es posible dejar
fuera el Paquete
de la Salvación viene completo y no necesariamente conocemos con antelación su
contenido es la manera de decir que estamos sujetos a una experiencia
sensible que goza de un sin número de matices al alcance de todas y todos. La
Oración se convierte en un Camino donde continuamente asimilamos cuanto sucede
con nosotros y nuestro Entorno. La Relación estrecha entre el Mundo y nuestra
Realidad se clarifica conforme nos adentramos en el terreno de la Oración y la
Meditación, las palabras el Evangelio de Juan son claras: Jesús les habló otra vez diciendo, Yo Soy la Luz de la vida (Jn
8,12) es importante conceptualizar
sobre esta expresión que hace carrera especialmente en el (N.T) ya que en el
(A.T) se refería a la Luz que brindaba la Ley Mosaica, la Nube que guio al
Pueblo en el Desierto según los relatos del Libro del Éxodo como guía de los judíos practicantes. En
nuestro presente que es el mismo de Jesús la Luz es la personificación también
de la vida comprometida del Creyente
Bautizado que se convierte en Luz para el Mundo dando así testimonio sobre
su Señor y Salvador. También es Símbolo de la actividad Salvadora del Mesías
que llega al Mundo para “iluminar” nuestra Realidad. Por medio de la Oración el
Bautizado rompe con las tinieblas del Mundo lleno de estructuras de pecado
permitiendo la llegada de la Luz de la Gracia. Para ilustrar la Cuestión
podemos referirnos a algunas citas Bíblicas sobre la Luz y las tinieblas:
·
Jn
8,12
·
Prov
4: 18-19
·
Salmo
119,105
·
Jn
1,9; 9: 1-39
·
Ex
13,21
·
Mt
5;14-16
·
Lc
8,16
·
Rm
2,19
·
Flp
2,15
·
Ap
21,24
·
Is
45,7
Este componente de Justicia toca de
lleno la responsabilidad del Bautizado
con la Sociedad y la vida en todas sus formas, es pues determinante que la
Sociedad requiere de nosotros y todo nuestro ser comprometido en la generación
de acciones tendientes al establecimiento del Reino y su Justicia para que la Luz como Praxis de nuestra
Antropología de sus frutos y en verdad creemos condiciones de Respeto y
Dignificación de la Existencia del Ser Humano y su Entorno Somático… Orar con el estómago vacío dificulta su
asimilación y crecimiento, las condiciones de pobreza en las que viven muchísimos
Bautizados no permiten el aprovechamiento de la experiencia de la Gracia en
nuestra Realidad material. El dualismo es peligroso cuando entramos en la
concepción de un Mundo espiritual donde el antagonismo puede generar posturas
contrarias a la asimilación de la Bondad y Misericordia de Dios… La mutación a la que pueden someterse los
creyentes cuando viven en un medio dispar es alta, la Iglesia debe trabajar por
la Promoción Humana como fuente de
Evangelización a corto plazo.
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