MEDITACIONES
SOBRE LA SOLEDAD
EN EL MINISTERIO.
Un gran Bolerista Cubano Rolando Laserie fallecido
en el año 1998 cantó una bella Canción llamada Hola Soledad en la que trata a la Soledad en primera persona
(Meta-comunicación) y la hace amena en
su dialogo repetitivo y más o menos dice: Hola
Soledad no me extraña tu presencia casi siempre estás conmigo este encuentro es
uno más… Soledad yo soy tu amigo ven que vamos a charlar… Hola Soledad… Desde
la perspectiva Psicológica la Soledad puede ser causada por múltiples
manifestaciones de la Personalidad de un Individuo. Recordando mis clases de
Psicología Clínica hablábamos de este problema que efectivamente lo es para
muchas personas. La Soledad producida por estos fenómenos que pueden
convertirse en trastornos de Personalidad se origina en la baja Autoestima o en
un Egocentrismo-narcisista que raya en lo absurdo imposibilitando
grandemente a la Persona para trabar relaciones duraderas y ampliar su “Circulo
Social” es decir, no es posible ponerse en la esfera del Otro y construir
espacios y nuevos Ejes Relacionales con él o en general con la Humanidad… Estos
traumas ocasionan grandes complejos y miedos sin fundamento convirtiéndose en
fobias para muchos pacientes y personas que no creen tener estos problemas. Es
bueno que nosotros en nuestras Congregaciones hagamos espacios de vinculación y
participación para contrarrestar en nuestros feligreses estos problemas del
Siglo XXI cuyo modelo es la Sociedad “Autista” imperante. La Soledad es considerada
por algunos como un problema de
implicaciones sociales ya que genera en las personas rechazo por el encuentro
con los demás, es importante que la Iglesia busque consolidar Políticas de Salud Emocional para el
Clero y sus feligreses, existe patologías relacionadas con la Soledad y su
influencia en las Comunidades, la Soledad no responde a clase social alguna
está presente entre las personas sin importar su condición… Esta Soledad desde
luego no está relacionada con la Soledad
del Ministerio pero es importante conocerla y contrarrestarla.
La Soledad es una experiencia
que el Clérigo vive en la condición de su Ministerio, la ausencia de
personas y relaciones será un imposible
dada la naturaleza del Ministerio Ordenado lo que si determinará lo prolijo de
un Ministerio será la Vocación con la
que el interesado viva su Opción Fundamental. El llamado vocacional se da en
cualquier ambiente y no significa ni significará que quien sea llamado esté por
sobre sus hermanos, basta reflexionar con el Hiponense cuando afirmaba conforme
su estado clerical evolucionaba: Con ustedes soy Bautizado, entre ustedes
soy Diacono, Presbítero y ahora Obispo, estas palabras nos indican lo
relevante de asumir que nuestro Ministerio es una Responsabilidad que funge
entre los Bautizados y a ellos como a nosotros nos “ata” el Pacto Bautismal no podría ser de otra
forma ya que cada experiencia Ministerial sin importar su naturaleza depende de
la Madre Iglesia que comparte el Don Ministerial comunicado por su Señor y
Salvador como Cabeza ( Mc 1,9)… La Soledad aparece no por capricho del Ministro
sino por la muy particular o singular vivencia de su Opción por Cristo, por
mucho que nos acerquemos a los Hnos en la Fe estaremos siempre para servirles y
convertirnos en sus referentes inmediatos en la Praxis de la Fe y
Espiritualidad.
El propio Jesús da muestras del valor y
naturaleza de la Soledad cuando se retiraba a solas y/o en compañía de sus
Discípulos. Estas acciones son por demás la norma que enseña a los suyos pero
también muestra el Camino como el
servicio Ministerial se alimenta y fortalece, sin duda había temas que solo el
Salvador trataba con sus inmediatos que atañen solo a ellos por esta razón el Clérigo Casado o en una Relación no podrá moralmente compartir nada
relacionado con la Confidencialidad o
Sigilo de sus orientaciones,
información o vida de sus feligreses, es este principio parte activo de la Soledad Ministerial tan necesaria en el
bienestar espiritual de sus hermanos y elemento de su propia credibilidad. Es
curioso como el Evangelio no dice nada sobre las “platicas” del Redentor con
los suyos, es curioso como el tema de la Oración es el Eje de este
comportamiento y como sus más cercanos participaban de tales ejercicios que
robustecían también su Fraternidad. El Evangelio
de Marcos es quien da mejor la
noción del seguimiento y asistencia de los discípulos en todas las acciones del
Salvador, para (Mc) es muy importante ubicar a Jesús en medio de ellos cuestión
que podemos interpretar al menos en dos vías:
A-
Encuentro
discipular. Jesús fundamenta su relación con los discípulos desde
la perspectiva de lo Fraterno y fraternal, es decir, los escoge y los forma con
el ejemplo y toda su capacidad simbólica (así lo percibe y comunica Marcos) este encuentro es constante y emparentado con
el nexo hermano y nexo Padre espiritual no
era una relación laboral y mucho menos
profesional, requería de un permanente encuentro hasta lograr que ellos fueran
más que propagadores de su Mensaje es decir, hasta alcanzar una Simbiosis o Koinonia tan estrecha que Uno y todos fueran en el
poder de su significación lo mismo, una especie de naturaleza compartida desde
la visión de lo Ministerial, sin duda es primero la Familia (dinámica Eclesial)
que otra consideración… El Encuentro
discipular se alimenta de lo cotidiano es un alimento que trabaja también en la
perspectiva de lo Congregacional, es un alimento que hace de la Congregación y
de la Iglesia una Familia de Fe con intereses bien conocidos por todas y todos.
La Iglesia visualizada de forma Arcaica por Marcos es la Iglesia de lo Fraterno
de la compañía permanente… Encuentro significa capacidad de Unidad en orden a
una propuesta y ya la conocemos muy bien, es por demás el organizar prioridades
y hacerlas coincidir con nuestros hermanos en el Ministerio y la vida de la
Diócesis (Mc 8). Basta indicar que salir al encuentro del Salvador supone
asumir las consecuencias del mismo tanto en nuestra vida como en la zona de
influencia de nuestro Entorno o Espacio Vital. La Koinonia se vive en
las categorías de su discipulado y en la dinámica de la escogencia que traspasa
las barreras culturales de sus amigos y discípulos a lo largo y ancho del mundo
cristiano como se verá reflejado más tarde en el crecimiento del cristianismo
fuera de Israel.
B-
Oración
personal y Fraterna. Los momentos de Oración descritos
al unísono en los evangelios siempre contienen una gran cantidad de Signos y
Símbolos así como de momentos que están alejados de la puntualidad descrita en
los mismos, la Oración en manos del Salvador y los suyos se convierte en un Movimiento sin tiempo de la Voluntad, este
movimiento se enraíza en la necesaria postura de quienes crecen en la
meditación al punto de reclamar para este ejercicio tanto espacios como
momentos… La Oración fraterna se ampara en el hecho de que todos ellos son
amigos y muy cercanos, que todos ellos constituyen una familia de Fe cuya
centralidad es la Revelación de su Señor como Hijo de Dios, este es también el
fundamento de nuestra Oración fraterna. El movimiento de la Oración no es el
mismo entre sus amigos existe quienes están más cerca y quienes están en
proceso de aproximación de mayor
intimidad con su Señor.
El llamar a Yahvé ABBÁ (Mc 14,26) de esta forma nos muestra la relación tan personal
y esencial entre Jesús y el Padre Dios… La primera experiencia es la que brota
del Amor fraterno así se expresa en los términos relacionales que emplea este Evangelio
(Mc). En el contexto de su Oración personal el Salvador opera Milagros con una
finalidad clara, ilustrar sobre su Misión a los discípulos que gracias a su
cercanía pueden participar de los portentos señalados por su Señor (Mc 8:22
ss). La Soledad se llena de Dignidad
en la medida en la que opera la Gracia en ella y la transforma en experiencia
fecunda para quienes salen al Encuentro de Jesús esta misma aseveración la
transpolamos a la Realidad del Siervo del oficial romano curado sin necesidad
de encontrarse personalmente con el Salvador (Corporalidad) en esta relación de
vivencias y situaciones el conocimiento mutuo
es importante y concluyente. La Soledad alentada desde la perspectiva de la
familiaridad da sus frutos y estos son continuadores de la Esperanza necesaria
para vivir en la dinámica del continuo crecimiento. La Soledad nos permite entrar en nosotros mismos y disponer
del tiempo necesario para Estudiar, Leer, meditar, Escribir, Intimar, son
tantos los elementos que enriquecen nuestra propuesta Ministerial que la
Soledad nos da por llamarlo así la facultad de salir al encuentro de nuestro propio Yo consistente de nuestra
Identidad.
SOBRE LA SOLEDAD EN EL MINISTERIO…
REFLEXIONES PERSONALES.
1-
La
Soledad en el Ministerio no es tema o asunto de “materia” sino
y sobre toda consideración de la naturaleza que la genera entre nosotros.
2-
En cuanto al Ministerio la Soledad es su condimento porque sazona
cada una de las acciones pastorales del Ministro y le permite concentrarse en
su trabajo pastoral.
3-
La
Soledad en el Clérigo
es distintivo de la profunda Espiritualidad a la que está llamado.
4-
La
Soledad en el
Ministerio es tierra saludable que permite al Clérigo intervenir en su propio
“viñedo” y abonar con diligencia su plantío antes de hacer lo propio con sus
feligreses.
5-
La
Soledad en el
Ministerio es estado natural que solo encuentra consuelo y bienestar en los
frutos de su Vocación. Quien sigue a Cristo inexorablemente le asistirá en el “retiro” de su Oración,
Jesús se hacía acompañar de sus discípulos para luego introducirlos en el
misterio de la Contemplación y les reforzaba hábitos como el Orar solos o en
colectivo.
6-
La
Soledad no se convierte en carencia de compañía sino en la
emotiva selección tanto de momentos como de personas y especialmente miembros
del Clero.
7-
La
Soledad es una opción que se convierte en ingrediente del
estado de vida que abrazamos.
8-
La
Soledad respira el aire de la Fe, Esperanza y Caridad.
9-
La
Soledad en el
Ministerio nunca podrá ser tenida como medida del fracaso de nuestras
relaciones sociales sino lo opuesto a la valía de cada Persona y circunstancia
junto a la nuestra.
10-
La
Soledad en el Ministerio camina
por la vertiente de la posibilidad real de conformar relaciones duraderas cuyos
frutos son abundantes y necesarios en el caminar de nuestro Ministerio.
11-
La
Soledad es una fuerza que nos motiva a
valorar la compañía pero también es nuestro interrogador sobre la forma en la
que estamos manejando nuestras relaciones con los hermanos y hermanas en el
Ministerio… Alguien pudiera pensar que somos Clérigos solos que solo tenemos
familia.
12-
En cuanto a la emotividad la Soledad sabe centrar sus
expectativas en el llamado que hace Jesús de sus discípulos y acompaña al Salvador
en las horas más difíciles de su existencia terrena, un Clérigo nunca podrá
estar de “vacaciones” mientras la Madre Iglesia celebra el Triduo Pascual de su
Señor.
13-
La
Soledad dicta con fina letra su
entusiasmo al alma atenta y deseosa de experimentarla.
14-
La vida Ministerial hace de la Soledad un recurso para salvaguardar
la vida y privacidad del Clérigo.
15-
La
Soledad en el Ministerio no es una patología como pretenden
algunos y tampoco es la causa de adicciones y desordenes entre el Clero.
16-
La
Soledad no es una
experiencia negativa sino enriquecedora.
17-
La
Soledad no significa
falencia o patología en la vida del Clérigo es comprendida desde su experiencia
espiritual al saber a plenitud que no existe nada que sacie sus inquietudes
fuera de la auténtica experiencia con el Resucitado.
18-
La
Soledad potencia todas las experiencias y las ordena según su
importancia haciendo de todo lo vivido un proceso continuo de aprendizaje.
19-
La
Soledad en el Ministerio rompe con los estereotipos que siempre
clasificaron al Clérigo.
20-
No confundir Soledad
en el Ministerio con el miedo a lo Social.
21-
La
Soledad en el Ministerio, es también figura de las relaciones de Cristo
con sus discípulos y se convierte en referente de nuestra Interiorización.
22-
Quien
ama su Ministerio vivirá rodeado de muchísimas personas pero necesariamente
solo para discernir la Gracia de su Vocación.
23-
La
Soledad se hace amiga
de quienes disfrutan de su compañía como dice la Canción de Rolando Laserie.
24-
El Amor es paradójicamente
aliciente de la Soledad de nuestras experiencias religiosas.
25-
Las palabras del Salvador son
Claras respecto a la Oración como estilo de vida: “Cuando ores entra a solas
contigo mismo”.
26-
La
Soledad es exclusiva de quienes aman su cercanía y valoran su presencia.
27-
La
Soledad en el Ministerio muchas
veces nos puede alejar de nuestros hermanos en el Ministerio por esta razón
debemos trabajar para vincularlos más y más en nuestros espacios.
28-
La
Soledad en el Ministerio es una forma que expresa
Solidaridad con la Madre Iglesia al celebrar con ella los Misterios de nuestra
Fe y vivir en ella la Resurrección del Salvador.
29-
La
Soledad en el Ministerio no propone un alejarse de las personas sino un
incluirse en sus vidas y ser prepositivo según sean sus requerimientos o
necesidades.
30-
Quien manifiesta temor por la Soledad en el Ministerio desconoce la
riqueza insondable que la presencia de Cristo agrega en su vida y como esta
presencia especial hace que su Ministerio sea abundante y confortante para
muchos más.
31-
Nada
de lo Humano me es desconocido. Agustín de Hipona.
ASPECTO NEGATIVO DE LA SOLEDAD
FUERA DE SU ENFOQUE.
El sentir
la Soledad como un peso insoportable puede marcar la tendencia de distorsionar
la misma Realidad y hacernos entrar en un Mundo de competencia sensorial
bastante fuerte donde la Imagen de los ideales de la Sociedad circundante
pueden hacer que el Sacerdote Episcopal
como romano o griego entre en un estado
que falsamente pretenda defender su
imagen ante un Mundo entendido como amenazante o simplemente competitivo… la Soledad negativa nos puede arrastrar a
las adicciones modernas como es el caso de las “redes sociales” donde muchos
clérigos pasan prácticamente el día posteando mensajes muy piadosos pero poco
prácticos o realistas, este tipo de actitudes está enviando un mensaje de urgencia
para ocupar el tiempo y las habilidades en una verdadera dinámica de por Interpersonales
que logren erradicar las “relaciones sociales por “Relaciones por compensación”
cuyas
consecuencias son bien conocidas y solo para mencionar una de ellas cuando el
Clérigo entra en una dinámica o comportamiento complaciente para ganar espacio
en su Entorno Social que reclama actitudes que no son propias de nuestro estado
y Orden… Otro fenómeno de la Soledad negativa lo constituye el Espiritualismo barato que le acerca a
las masas pero desdibuja una autentica relación espiritual pero le aproxima al inmediatismo en la Fe que las personas
buscan Hoy, es decir, conocer y vivenciar a Dios sin ningún esfuerzo o
Conversión, este tipo de actitudes contradicen la Espiritualidad del Ministerio
y “rifan” la Dignidad del Ministro Ordenado y su Congregación… Otro aspecto
negativo es el embotamiento o estado
de la razón que supone que el Clérigo siempre tiene la razón convirtiéndose en
una especie de Ministro infalible recreando
desaciertos de su Ministerio e imaginarios sobre la vivencia y valía de sus
juicios y criterio.
Las vivencias negativas son aún más amplias de
las descritas aquí de forma breve, requiere el Sacerdote, el Diacono y el
Obispo de compartir y vivir la estrecha hermandad que emana del Ministerio
Ordenado y cuidarse así de la “infalibilidad” a la que puede llegar con
absoluta facilidad en el ejercicio de su Ministerio Eclesial… La cercanía con
sus hermanos Clérigos es bálsamo de refrigerio y solaz en la vida y obra de su
Ministerio. La Iglesia debe también
reconocer que las adicciones son comunes entre sus Ministros y las causas que
están generando tales dependencias son múltiples y algunas de ellas
insospechadas o poco tenidas en cuenta por creer que nuestra Iglesia por
favorecer la vida y entorno familiar del Clérigo se ve libre de tales
patologías Sociales pero la Realidad dicta otra cosa, el Clérigo puede sufrir
el influjo de los males que atañen al resto de los “mortales” y necesita como
merece oportunidades para superar sus conflictos o llamados “demonios
personales”. La Soledad negativa es una Realidad a tratar y ayudar a quienes la
padecen, este problema de Salud
Ministerial reclama total atención de nuestra parte, uno de los remedios
efectivos es y será el Compartir fraterno y la integración familiar del Clérigo
en la Iglesia y las Congregaciones donde
este sirve a la Madre de los Bautizados. La Paz que tanto reclamamos en
nuestras Sociedades se hace presente cuando hay tiempo para valorar hasta un vaso
lleno de agua que nos compartan, sin duda alguna Jesús vivió en su Soledad una
total Acción de Gracias con respecto a sus amigos y en general con quienes
gastaron su vida junto a la suya. Los hijos de Dios agradecidos son conscientes
de sus limitaciones pero sobre todo de la Bondad de Dios, estamos llamados a
propagar la Esperanza entre nuestros hermanos no abandonemos la ruta iniciada y
veamos el Ministerio no solo como trabajo
sino mejor aún como estilo y Valía de nuestra Existencia matizada por la
forma como transitamos nuestro Camino de
Fe que no siempre está en nuestras
manos escogerlo sino que Cristo nos invitó a transitarlo según su Voluntad y
nuestra Disposición…
La Oración
es sin duda el más eficiente antídoto contra la Soledad negativa y nos aproxima
a la Realidad de nuestra experiencia tanto de Fe como religiosa. La Iglesia es
una Comunidad Universal donde todos los Seres Humanos son importantes y donde
Uno es como Todos y poseemos en mismo valor y valía, la Iglesia no abandona a ninguno de sus hijos Clérigos, por el
contrario redobla sus esfuerzos por prodigarles cuanto necesitan y ser para
cada uno compañía espiritual al potenciar cada una de nuestras oraciones e
intenciones… La Iglesia busca con ahínco a sus hijos para estar tan cerca de ellos
como ellos lo permitan. La Soledad es la
mayor de las compañías y presencias. Nada negativo podrá adentrarse en el
corazón de los Bautizados cuando la Madre está a su lado velando por ellas y
ellos, nuestra Soledad es “caldo de cultivo” para toda suerte de bendiciones y
compromisos en el Espíritu Santo. La Soledad anima cualquier proceso de
conocimiento y madurez ya que dosifica el tiempo y la disciplina de su
intervención y motivación. La relación del Tiempo en la Soledad es desprovista
de aprehensiones contrarias al bienestar del Clérigo que busca en cada espacio
de su Ministerio estrechar su relación con el Salvador, la Soledad vista así es
una bella analogía de la Gracia que requiere naturaleza de nuestra parte para
ser determinante y la Soledad es determinante para madurar en la Fe y
Ministerio.
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