viernes, 7 de octubre de 2016

LA SOLEDAD EN EL MINISTERIO ORDENADO...

MEDITACIONES  SOBRE  LA  SOLEDAD  EN  EL  MINISTERIO.





Un gran Bolerista Cubano Rolando  Laserie fallecido en el año 1998 cantó una bella Canción llamada Hola Soledad en la que trata a la Soledad en primera persona (Meta-comunicación)  y la hace amena en su dialogo repetitivo y más o menos dice: Hola Soledad no me extraña tu presencia casi siempre estás conmigo este encuentro es uno más… Soledad yo soy tu amigo ven que vamos a charlar… Hola Soledad… Desde la perspectiva Psicológica la Soledad puede ser causada por múltiples manifestaciones de la Personalidad de un Individuo. Recordando mis clases de Psicología Clínica hablábamos de este problema que efectivamente lo es para muchas personas. La Soledad producida por estos fenómenos que pueden convertirse en trastornos de Personalidad se origina en la baja Autoestima o en un Egocentrismo-narcisista  que raya en lo absurdo imposibilitando grandemente a la Persona para trabar relaciones duraderas y ampliar su “Circulo Social” es decir, no es posible ponerse en la esfera del Otro y construir espacios y nuevos Ejes Relacionales con él o en general con la Humanidad… Estos traumas ocasionan grandes complejos y miedos sin fundamento convirtiéndose en fobias para muchos pacientes y personas que no creen tener estos problemas. Es bueno que nosotros en nuestras Congregaciones hagamos espacios de vinculación y participación para contrarrestar en nuestros feligreses estos problemas del Siglo XXI cuyo modelo es la Sociedad “Autista” imperante. La Soledad  es considerada por algunos  como un problema de implicaciones sociales ya que genera en las personas rechazo por el encuentro con los demás, es importante que la Iglesia busque consolidar Políticas de Salud Emocional para el Clero y sus feligreses, existe patologías relacionadas con la Soledad y su influencia en las Comunidades, la Soledad no responde a clase social alguna está presente entre las personas sin importar su condición… Esta Soledad desde luego no está relacionada con la Soledad del Ministerio pero es importante conocerla y  contrarrestarla.

La Soledad  es una experiencia que el Clérigo vive en la condición de su Ministerio, la ausencia de personas  y relaciones será un imposible dada la naturaleza del Ministerio Ordenado lo que si determinará lo prolijo de un   Ministerio será la Vocación con la que el interesado viva su Opción Fundamental. El llamado vocacional se da en cualquier ambiente y no significa ni significará que quien sea llamado esté por sobre sus hermanos, basta reflexionar con el Hiponense cuando afirmaba conforme  su estado clerical evolucionaba: Con ustedes soy Bautizado, entre ustedes soy Diacono, Presbítero y ahora Obispo, estas palabras nos indican lo relevante de asumir que nuestro Ministerio es una Responsabilidad que funge entre los Bautizados y a ellos como a nosotros nos “ata” el Pacto Bautismal no podría ser de otra forma ya que cada experiencia Ministerial sin importar su naturaleza depende de la Madre Iglesia que comparte el Don Ministerial comunicado por su Señor y Salvador como Cabeza ( Mc 1,9)… La Soledad aparece no por capricho del Ministro sino por la muy particular o singular vivencia de su Opción por Cristo, por mucho que nos acerquemos a los Hnos en la Fe estaremos siempre para servirles y convertirnos en sus referentes inmediatos en la Praxis de la Fe y Espiritualidad.

 El propio Jesús da muestras del valor y naturaleza de la Soledad cuando se retiraba a solas y/o en compañía de sus Discípulos. Estas acciones son por demás la norma que enseña a los suyos pero también muestra el Camino como el servicio Ministerial se alimenta y fortalece, sin duda había temas que solo el Salvador trataba con sus inmediatos que atañen solo a ellos por esta razón el Clérigo Casado o en una Relación   no podrá moralmente compartir nada relacionado con la Confidencialidad o Sigilo  de sus orientaciones, información o vida de sus feligreses, es este principio parte activo de la Soledad Ministerial tan necesaria en el bienestar espiritual de sus hermanos y elemento de su propia credibilidad. Es curioso como el Evangelio no dice nada sobre las “platicas” del Redentor con los suyos, es curioso como el tema de la Oración es el Eje de este comportamiento y como sus más cercanos participaban de tales ejercicios que robustecían también su Fraternidad. El Evangelio  de Marcos es quien da mejor la noción del seguimiento y asistencia de los discípulos en todas las acciones del Salvador, para (Mc) es muy importante ubicar a Jesús en medio de ellos cuestión que podemos interpretar al menos en dos vías:


A-   Encuentro discipular. Jesús fundamenta su relación con los discípulos desde la perspectiva de lo Fraterno y fraternal, es decir, los escoge y los forma con el ejemplo y toda su capacidad simbólica (así lo percibe y comunica Marcos)  este encuentro es constante y emparentado con el nexo hermano y nexo Padre espiritual no era una relación  laboral y mucho menos profesional, requería de un permanente encuentro hasta lograr que ellos fueran más que propagadores de su Mensaje es decir, hasta alcanzar una Simbiosis o Koinonia  tan estrecha que Uno y todos fueran en el poder de su significación lo mismo, una especie de naturaleza compartida desde la visión de lo Ministerial, sin duda es primero la Familia (dinámica Eclesial)  que otra consideración… El Encuentro discipular se alimenta de lo cotidiano es un alimento que trabaja también en la perspectiva de lo Congregacional, es un alimento que hace de la Congregación y de la Iglesia una Familia de Fe con intereses bien conocidos por todas y todos. La Iglesia visualizada de forma Arcaica por Marcos es la Iglesia de lo Fraterno de la compañía permanente… Encuentro significa capacidad de Unidad en orden a una propuesta y ya la conocemos muy bien, es por demás el organizar prioridades y hacerlas coincidir con nuestros hermanos en el Ministerio y la vida de la Diócesis (Mc 8). Basta indicar que salir al encuentro del Salvador supone asumir las consecuencias del mismo tanto en nuestra vida como en la zona de influencia de nuestro Entorno o  Espacio Vital. La Koinonia se vive en las categorías de su discipulado y en la dinámica de la escogencia que traspasa las barreras culturales de sus amigos y discípulos a lo largo y ancho del mundo cristiano como se verá reflejado más tarde en el crecimiento del cristianismo fuera de Israel.


B-    Oración personal y Fraterna. Los momentos de Oración descritos al unísono en los evangelios siempre contienen una gran cantidad de Signos y Símbolos así como de momentos que están alejados de la puntualidad descrita en los mismos, la Oración en manos del Salvador y los suyos se convierte en un Movimiento sin tiempo de la Voluntad, este movimiento se enraíza en la necesaria postura de quienes crecen en la meditación al punto de reclamar para este ejercicio tanto espacios como momentos… La Oración fraterna se ampara en el hecho de que todos ellos son amigos y muy cercanos, que todos ellos constituyen una familia de Fe cuya centralidad es la Revelación de su Señor como Hijo de Dios, este es también el fundamento de nuestra Oración fraterna. El movimiento de la Oración no es el mismo entre sus amigos existe quienes están más cerca y quienes están en proceso de aproximación  de mayor intimidad con su Señor.



 El llamar a Yahvé ABBÁ (Mc 14,26) de esta forma nos muestra la relación tan personal y esencial entre Jesús y el Padre Dios… La primera experiencia es la que brota del Amor fraterno así se expresa en los términos relacionales que emplea este Evangelio (Mc). En el contexto de su Oración personal el Salvador opera Milagros con una finalidad clara, ilustrar sobre su Misión a los discípulos que gracias a su cercanía pueden participar de los portentos señalados por su Señor (Mc 8:22 ss). La Soledad se llena de Dignidad en la medida en la que opera la Gracia en ella y la transforma en experiencia fecunda para quienes salen al Encuentro de Jesús esta misma aseveración la transpolamos a la Realidad del Siervo del oficial romano curado sin necesidad de encontrarse personalmente con el Salvador (Corporalidad) en esta relación de vivencias y situaciones el  conocimiento mutuo es importante y concluyente. La Soledad alentada desde la perspectiva de la familiaridad da sus frutos y estos son continuadores de la Esperanza necesaria para vivir en la dinámica del continuo crecimiento. La Soledad nos permite entrar en nosotros mismos y disponer del tiempo necesario para Estudiar, Leer, meditar, Escribir, Intimar, son tantos los elementos que enriquecen nuestra propuesta Ministerial que la Soledad nos da por llamarlo así la facultad de salir al encuentro de nuestro propio Yo consistente de nuestra Identidad.





SOBRE LA SOLEDAD EN EL MINISTERIO… REFLEXIONES PERSONALES.





1-    La Soledad en el Ministerio no es tema o asunto de “materia” sino y sobre toda consideración de la naturaleza que la genera entre nosotros.
2-    En cuanto al Ministerio la Soledad es su condimento porque sazona cada una de las acciones pastorales del Ministro y le permite concentrarse en su trabajo pastoral.
3-    La Soledad  en el Clérigo es distintivo de la profunda Espiritualidad a la que está llamado.
4-    La Soledad  en el Ministerio es tierra saludable que permite al Clérigo intervenir en su propio “viñedo” y abonar con diligencia su plantío antes de hacer lo propio con sus feligreses.
5-    La Soledad  en el Ministerio es estado natural que solo encuentra consuelo y bienestar en los frutos de su Vocación. Quien sigue a Cristo inexorablemente  le asistirá en el “retiro” de su Oración, Jesús se hacía acompañar de sus discípulos para luego introducirlos en el misterio de la Contemplación y les reforzaba hábitos como el Orar solos o en colectivo.
6-    La Soledad no se convierte en carencia de compañía sino en la emotiva selección tanto de momentos como de personas y especialmente miembros del Clero.
7-    La Soledad es una opción que se convierte en ingrediente del estado de vida que abrazamos.
8-    La Soledad respira el aire de la Fe, Esperanza y Caridad.
9-    La Soledad  en el Ministerio nunca podrá ser tenida como medida del fracaso de nuestras relaciones sociales sino lo opuesto a la valía de cada Persona y circunstancia junto a la nuestra.
10-                      La Soledad en el Ministerio  camina por la vertiente de la posibilidad real de conformar relaciones duraderas cuyos frutos son abundantes y necesarios en el caminar de nuestro Ministerio.
11-                      La Soledad  es una fuerza que nos motiva a valorar la compañía pero también es nuestro interrogador sobre la forma en la que estamos manejando nuestras relaciones con los hermanos y hermanas en el Ministerio… Alguien pudiera pensar que somos Clérigos solos que solo tenemos familia.
12-                      En cuanto a la emotividad la Soledad sabe centrar sus expectativas en el llamado que hace Jesús de sus discípulos y acompaña al Salvador en las horas más difíciles de su existencia terrena, un Clérigo nunca podrá estar de “vacaciones” mientras la Madre Iglesia celebra el Triduo Pascual de su Señor.
13-                      La Soledad  dicta con fina letra su entusiasmo al alma atenta y deseosa de experimentarla.
14-                      La vida Ministerial hace de la Soledad un recurso para salvaguardar la vida y privacidad del Clérigo.
15-                      La Soledad en el Ministerio no es una patología como pretenden algunos y tampoco es la causa de adicciones y desordenes entre el Clero.
16-                      La Soledad  no es una experiencia negativa sino enriquecedora.
17-                      La Soledad  no significa falencia o patología en la vida del Clérigo es comprendida desde su experiencia espiritual al saber a plenitud que no existe nada que sacie sus inquietudes fuera de la auténtica experiencia con el Resucitado.  
18-                      La Soledad potencia todas las experiencias y las ordena según su importancia haciendo de todo lo vivido un proceso continuo de aprendizaje.
19-                      La Soledad  en el Ministerio  rompe con los estereotipos que siempre clasificaron al Clérigo.
20-                      No confundir  Soledad en el Ministerio con el miedo a lo Social.
21-                      La Soledad en el Ministerio,  es también figura de las relaciones de Cristo con sus discípulos y se convierte en referente de nuestra Interiorización.
22-                      Quien ama su Ministerio vivirá rodeado de muchísimas personas pero necesariamente solo para discernir la Gracia de su Vocación.
23-                      La Soledad  se hace amiga de quienes disfrutan de su compañía como dice la Canción de Rolando Laserie.
24-                      El Amor es paradójicamente aliciente de la   Soledad  de nuestras experiencias religiosas.
25-                      Las palabras del Salvador son Claras respecto a la Oración como estilo de vida: “Cuando ores entra a solas contigo mismo”.
26-                      La Soledad es exclusiva de quienes aman su cercanía y valoran su presencia.
27-                      La Soledad en el Ministerio  muchas veces nos puede alejar de nuestros hermanos en el Ministerio por esta razón debemos trabajar para vincularlos más y más en nuestros espacios.
28-                      La Soledad en el Ministerio es una forma que expresa Solidaridad con la Madre Iglesia al celebrar con ella los Misterios de nuestra Fe y vivir en ella la Resurrección del Salvador.
29-                      La Soledad en el Ministerio no propone un alejarse de las personas sino un incluirse en sus vidas y ser prepositivo según sean sus requerimientos o necesidades.
30-                      Quien manifiesta temor por la Soledad en el Ministerio desconoce la riqueza insondable que la presencia de Cristo agrega en su vida y como esta presencia especial hace que su Ministerio sea abundante y confortante para muchos más.
31-                      Nada de lo Humano me es desconocido. Agustín de Hipona.



ASPECTO NEGATIVO DE LA SOLEDAD FUERA DE SU ENFOQUE.



El sentir la Soledad como un peso insoportable puede marcar la tendencia de distorsionar la misma Realidad y hacernos entrar en un Mundo de competencia sensorial bastante fuerte donde la Imagen de los ideales de la Sociedad circundante pueden hacer que el  Sacerdote Episcopal como romano o griego entre en un  estado que falsamente pretenda defender  su imagen ante un Mundo entendido como amenazante o simplemente competitivo… la Soledad negativa nos puede arrastrar a las adicciones modernas como es el caso de las “redes sociales” donde muchos clérigos pasan prácticamente el día posteando mensajes muy piadosos pero poco prácticos o realistas, este tipo de actitudes está enviando un mensaje de urgencia para ocupar el tiempo y las habilidades en una verdadera dinámica de  por Interpersonales que logren erradicar las “relaciones sociales por “Relaciones por compensación”   cuyas consecuencias son bien conocidas y solo para mencionar una de ellas cuando el Clérigo entra en una dinámica o comportamiento complaciente para ganar espacio en su Entorno Social que reclama actitudes que no son propias de nuestro estado y Orden… Otro fenómeno de la Soledad negativa lo constituye el Espiritualismo barato que le acerca a las masas pero desdibuja una autentica relación espiritual pero le aproxima al inmediatismo en la Fe que las personas buscan Hoy, es decir, conocer y vivenciar a Dios sin ningún esfuerzo o Conversión, este tipo de actitudes contradicen la Espiritualidad del Ministerio y “rifan” la Dignidad del Ministro Ordenado y su Congregación… Otro aspecto negativo es el embotamiento o estado de la razón que supone que el Clérigo siempre tiene la razón convirtiéndose en una especie  de Ministro infalible  recreando desaciertos de su Ministerio e imaginarios sobre la vivencia y valía de sus juicios y criterio.

 Las vivencias negativas son aún más amplias de las descritas aquí de forma breve, requiere el Sacerdote, el Diacono y el Obispo de compartir y vivir la estrecha hermandad que emana del Ministerio Ordenado y cuidarse así de la “infalibilidad” a la que puede llegar con absoluta facilidad en el ejercicio de su Ministerio Eclesial… La cercanía con sus hermanos Clérigos es bálsamo de refrigerio y solaz en la vida y obra de su Ministerio.  La Iglesia debe también reconocer que las adicciones son comunes entre sus Ministros y las causas que están generando tales dependencias son múltiples y algunas de ellas insospechadas o poco tenidas en cuenta por creer que nuestra Iglesia por favorecer la vida y entorno familiar del Clérigo se ve libre de tales patologías Sociales pero la Realidad dicta otra cosa, el Clérigo puede sufrir el influjo de los males que atañen al resto de los “mortales” y necesita como merece oportunidades para superar sus conflictos o llamados “demonios personales”. La Soledad negativa es una Realidad a tratar y ayudar a quienes la padecen, este problema de Salud Ministerial reclama total atención de nuestra parte, uno de los remedios efectivos es y será el Compartir fraterno y la integración familiar del Clérigo en la Iglesia y las Congregaciones  donde este sirve a la Madre de los Bautizados. La Paz que tanto reclamamos en nuestras Sociedades se hace presente cuando hay tiempo para valorar hasta un vaso lleno de agua que nos compartan, sin duda alguna Jesús vivió en su Soledad una total Acción de Gracias con respecto a sus amigos y en general con quienes gastaron su vida junto a la suya. Los hijos de Dios agradecidos son conscientes de sus limitaciones pero sobre todo de la Bondad de Dios, estamos llamados a propagar la Esperanza entre nuestros hermanos no abandonemos la ruta iniciada y veamos el Ministerio no solo como trabajo  sino mejor aún como estilo y Valía de nuestra Existencia matizada por la forma como transitamos nuestro Camino de Fe  que no siempre está en nuestras manos escogerlo sino que Cristo nos invitó a transitarlo según su Voluntad y nuestra Disposición…

La Oración es sin duda el más eficiente antídoto contra la Soledad negativa y nos aproxima a la Realidad de nuestra experiencia tanto de Fe como religiosa. La Iglesia es una Comunidad Universal donde todos los Seres Humanos son importantes y donde Uno es como Todos y poseemos en mismo valor y valía, la Iglesia no abandona a ninguno de sus hijos Clérigos, por el contrario redobla sus esfuerzos por prodigarles cuanto necesitan y ser para cada uno compañía espiritual al potenciar cada una de nuestras oraciones e intenciones… La Iglesia busca con ahínco a sus hijos para estar tan cerca de ellos como ellos lo permitan. La Soledad es la mayor de las compañías y presencias. Nada negativo podrá adentrarse en el corazón de los Bautizados cuando la Madre está a su lado velando por ellas y ellos, nuestra Soledad es “caldo de cultivo” para toda suerte de bendiciones y compromisos en el Espíritu Santo. La Soledad anima cualquier proceso de conocimiento y madurez ya que dosifica el tiempo y la disciplina de su intervención y motivación. La relación del Tiempo en la Soledad es desprovista de aprehensiones contrarias al bienestar del Clérigo que busca en cada espacio de su Ministerio estrechar su relación con el Salvador, la Soledad vista así es una bella analogía de la Gracia que requiere naturaleza de nuestra parte para ser determinante y la Soledad es determinante para madurar en la Fe y Ministerio. 












  

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