LAS TRES PARÁBOLAS
DE LA MISERICORDIA… (Lc 15:1-10).
Lucas nos presenta un cuadro bien
diciente de su Evangelio y es precisamente argumentar sobre la Misericordia de
Dios y su relación con nosotros los “necesitados de su Misericordia” de la Gracia
que procede de su Corazón. La Cosmovisión Lucana inicia citando a todo tipo de
contradictores y contradicciones en un mismo escenario que podría ser altamente
hostil para el Salvador, publicanos, pecadores, fariseos, escribas, geste que
por sus vivencias e ideologías estaban aparentemente lejos del Redentor, Lucas nos ofrece Tres pero en nuestra Liturgia
de la Palabra solo tomamos para este Domingo dos de ellas que citamos
textualmente: La oveja perdida y la dracma
perdida, ambas están en una situación bien particular, están retiradas
de la relación inmediata y suponemos ya un obstáculo para ello, “Quien de vosotros que tiene cien ovejas,
si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va a
buscar la que se perdió, hasta que la encuentra… La relación de valor en
este Evangelio es bien asumida en la perspectiva de lo Valioso, para Lucas no
siempre la cantidad estará por sobre la Individualidad teniendo presente que la
Gracia opera en uno y en todos y que el valor de una Persona es superior a
cualquier Universal citado por nosotros, el Amor de Dios se derrama sobre uno y
sobre todos y su Misericordia se experimenta tanto en todos como en uno, cuando
se ama no se discrimina sobre uno o sobre todos, un Padre y una Madre amarán a
los suyos sin distingo alguno tanto al primero como al último… El que Ama está
listo para hacerlo sin límite o condición, bien podrías amar a uno o a noventa
y nueve o como expresa el Hiponense: Amor
meus pondus meus y traducido el Amor es mi peso, pero para que quede
claro el propio Salvador en la intención Lucana afirmará habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tengan
necesidad de conversión (7) el Camino Lucano del Perdón esta dramáticamente señalado
por la Gracia o Amor de Dios.
Sobre la dracma perdida, como en la Parábola anterior se relaciona bajo un
mismo principio el de la Intimidad de nuestras convicciones las que
precisamente hablan de nuestra Coherencia de Fe, Diez dracmas expresa una cantidad inusitada de Valor para aquella
Mujer y para nosotros, es una cantidad
que no se mide por el contenido monetario ($$$$) sino por el grado de significación que tiene
para la persona que sufre el influjo de la Gracia que le mueve a dar respuesta
de Valía, esta Mujer literalmente corre a buscar pero antes a poner en orden su
“casa” o vida personal para ser digna portadora de la Gracia que la estructura definitivamente, cuando uno está seguro
de su experiencia con la Trascendencia “corre
a dejar en orden su vida” permitiendo que la Gracia entre y convierta en
valioso lo que antes era presa del pecado y por ende del desorden… Recordemos que esta moneda era parte de su Dote lo que implicaba un grado de importancia tal que marcaba la relación con su futuro esposo.
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