martes, 22 de septiembre de 2015

11 DE OCTUBRE... EL JOVEN RICO, EL LLAMADO QUE INVOLUCRA A TODO BAUTIZADO.

EL JOVEN RICO… EL LLAMADO QUE INVOLUCRA A TODO BAUTIZADO (Mc 10:17-31).


La Escena Evangélica nos ofrece un dialogo muy intenso y de gran contenido entre aquella persona “Joven” que como sabemos implica más que una indicación de carácter Cronológico, la aseveración de una necesaria Madurez Espiritual para asumir y vivir según las exigencias del Evangelio enseñado por Jesús, es pues, la respuesta oportuna aquella que se compadece de nuestra Madurez y crecimiento en el Camino del Evangelio, la Riqueza que señala el Evangelio es sobre toda consideración una Riqueza Integral que involucra todo lo que somos dentro y fuera de nosotros, no solo habla de los apegos naturales, sino que indica la forma del vivir como Hijos de Dios y en toda confianza de su Mano providente,  es como decir que la Bondad de Dios se concreta en cada situación que vivimos y viviremos al punto de hacerse donación sin importar que tan “Ricos” somos y en que lo somos.

Aquel Hombre se plantea un Compromiso de vida muy grande y Sublime pero tiene una serie de dificultades que son las nuestras y no es precisamente la Riqueza como algunos creen sino mejor y más complejo aun, es el Temor y la desconfianza de ponerse en manos de Cristo y vivir para Él y la Realización de su proyecto de vida lejos de las seguridades que esta vida nos ofrece… El único Modelo es conocido por todos se llama Evangelio, este Hombre que encarna a cada Bautizado en su afán de vivir auténtica-mente su Fe, esos Bienes que atesoramos son en Realidad los Dis-valores que nos cuestionan y llenan de “miedo” se convierten el falta de Fe.

Si miramos los Mandamientos o Decálogo de la Ley de Dios que cita el propio Jesús atienden casi que estrictamente a la forma y modo de nuestras relaciones con quienes nos rodean, Jesús más que tocar el “dinero” toca a la Persona y sus prioridades, y busca lo que es verdaderamente valioso y vive en su Ser Interior, con razón exclamaría en Hiponense: El Amor de Dios es mi peso, atiende así a la verdadera Esencia del ser Humano y su capacidad de Trascender unido a su Salvador en una dinámica de Prioridades que vencen al pecado y su consecuencia la muerte eterna. Para concluir miremos las palabras del Redentor: De cierto os digo que no hay nadie que haya dejado casa o hermanos o hermanas o padre o madre o mujer o hijos o tierras por causa mía y de mi Evangelio que no reciba cien veces más… (29) es la Promesa del salvador y nuestra Realidad…



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