REFLEXIONES SOBRE
NUESTRA ESPIRITUALIDAD Y EL PARÁCLITO.
La experiencia de grandes hombres y mujeres que a lo largo de
la vida de la Iglesia generalizan la idea de la Gracia por medio del Espíritu
Santo llega a nosotros como alimento de nuestra propia Espiritualidad, en esta
dirección la vida de Oración y Meditación en los grandes reformadores del
Medioevo nos habla de una muy especial presencia del Espíritu Santo en las
profundidades del Ser Humano, encontramos afirmaciones como esta: Espíritu Santo dulce Huésped del Alma diría
la Reformadora del Carmelo, y nos muestra la concepción de una función bien
importante que acerca a la Tercera Persona de la SS. Trinidad a convertirse en
una muy especial forma Maternal en la categoría de los atributos que expresa
una Madre en sus Hijos, El Dios Espíritu Santo se hace Sanador, Liberador, Transformador, Resucitador y Alimento del Alma,
Engendra en la Fe y por la Fe, Señor y Padre de la Madre Iglesia, estas últimas cualidades de nuestra
Eclesiología resaltan la Era de su Imperio amoroso y en cada una de sus
actuaciones se manifiesta la misma Eternidad. Las Procesiones del Espíritu
Santo son Vitales y Eternas, solo despiden Amor y Voluntad como Entendimiento
del Padre y el Hijo…
Aquel que es enviado
vive Eternamente en las Procesiones que comunica en su Esencia y Sustancia el
Amor del Padre y el Hijo, un Eterno Retorno Creador, Santificador y Redentor a
la par con la Voluntad Salvífica que expresa en su Ser Divino la mente del
Padre Dios (Intimación) al respecto asume el Hiponense que las procesiones
Ad-Extra de las Personas Divinas son su Obra (Un Eterno Partir y un Eterno
Retorno) Sustancia que se desprende (por así decirlo) del Corazón Amante del
Padre que Ama desde siempre a su santísimo Hijo, no es ni esta ni estuvo Subordinado porque es
Dios Sin Principio alguno solo Procedencia Eterna en Operaciones y Funciones
Dios, en Artículo y Atributos Dios, Motor Inmóvil, Causa de toda Causa
Eficiente y Amoroso Dios Espíritu Santo.
SECUENCIA DE SU TEOLOGÍA.
Es necesario establecer la diferencia y relación Intrínseca
en la terminología Teológica para comprender la Presencia y Operaciones del
Espíritu santo en la Creación y en la Humanidad: El Espíritu Santo es Consustancial al Padre y al Hijo, pero es
importante comprender que su Consubstancialidad no es en virtud de la índole
misma de su Procesión, ya que se establece la Espiración Pasiva a diferencia de
la establecida por el Padre y el Hijo
hacia el Espíritu Santo que es Activa…
Sus Eones marcan la Escatología que reina con su venida y
Eterna Permanencia en la Creación y en la Iglesia, Todo lo Sabe, Puede y Conoce
y todo Total y Totalizante lo Predica del Padre y del Hijo, es también quien Funda la Iglesia y la Ama como si procediera
de su Ser Perfectísimo estamos invocando el consenso de los PP. De la
Iglesia (Llaman al Espíritu Santo Amor) quienes
siempre manifestaron una muy particular Predilección por la relación Salvífica
establecida por el Espíritu Santo y la Iglesia, nosotros tenemos en alta estima
esta relación Vital y más que presentar un Todo en la Institución Eclesial
suponemos que el Espíritu de Dios es el Hálito vital de la Iglesia es quien la sostiene y marca los
derroteros que esta vivirá en la Historia, ese “Dulce Huésped del Alma” como
sostendría Santa Teresa de Jesús, hace
de cada Potencia en nosotros una Realidad Plena cuyas connotaciones son y serán
Salvíficas, sin Espíritu no hay
Institución Eclesial y se manifiesta en
un Eterno Ir y Venir del Ámbito Trinitario, es por demás, la fuerza del Dios
Creador Ad-Extra esta procedencia en Sustancia asume en si misma los Artículos
y Nominales propios del Espíritu Santo… La docilidad en la Oración es tan solo
una consecuencia de su Presencia en la Gracia y esta como vehículo de su
Voluntad, es para cada bautizado una real posibilidad de crecer espiritualmente
y conocer a Dios desde la revelación que Él hace de su Persona Divina y
Naturaleza.
El Dios que ama como Padre y Madre, el Dios que hace pleno en
su Persona el Amor y la capacidad de Entrega y Donación y que establece la
Gratuidad como Articulo de Salvación, ese mismo Dios que envía desde siempre su
Espíritu, Recapitula en la Persona
Adorada de su Hijo la Creación y la Humanidad ya informada en Gracia y
redención por su Espíritu Santo por el que Procede de Entrambos, esa
procedencia es en cuanto a Sustancia: Tres
Personas Divinas más que para conocer, para amar y callar sintetizaría el
Hiponense sobre la Inclusión del Amor en las Relaciones Trinitarias.
Rev. Diego Sabogal.
C.E.T Bogotá.
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