martes, 11 de junio de 2013


SINTESIS CATEQUETICA I, TITULOS MESIANICOS REFERIDOS A JESUCRISTO HIJO DE DIOS… APROXIMACION BIBLICA.

En nuestra formación Cristiana es importante conocer los Nombres dados a Jesús como figura relevante presente en las Sagradas Escrituras, sus connotaciones son clave a la hora de conocer a Jesús como “Don supremo del Padre revelado a la Creación”. Es mi objetivo distinguir tres momentos o Cronologías a saber: Mesianismo Bíblico, Sacerdotal, y Apocalíptico.

El primero de ellos, tiene un desarrollo considerable, que se remonta incluso a la institución Monárquica, pues nos habla del Mesianismo Pre- israelítico o Patriarcal, pero lo consideramos solo desde la aparición del Rey David cuando el fenómeno Profético adquiere contornos bien definidos, pero nos habla de atributos propios del Rey o Consagrado(Cosmovisión Judía de lo Sagrado), y tales cualidades son vitales para realizar Alianza y sobre todo para transmitir las Bendiciones Divinas al Pueblo (2 Sam 7:11-16), “asume la promesa y hace de ella también signo de una muy especial presencia de Dios, por medio de su escogido”.

Isaías nos muestra con claridad este indicio profético, en el anuncio del Enmanuel, (Is 7,14), Jeremías  habla en el contexto de su Pueblo de una restauración Política, de un Rey Mesiánico Ideal, (Jer 23,5s), también encontramos alusión a un auténtico Soberano en Ezequiel (34,23s), Zacarías orienta su discurso profético hacia la figura de un Mesías Rey escatológico que vivirá en santidad y mostrará la Salvación, (Zac 9,9s)… Esta nueva apertura Mesiánica se halla presente en el Deuteroisaias, en los poemas del Siervo de Yahve, es sin duda, la más pura y clara imagen de todo el A.T.

Investidura del Siervo (42:1-4).

Vocación del Siervo  (49:1-6).

Confianza en Dios (50:4-9).

Mesías Paciente (52,13; 53,12).

La figura del Mesías Sacerdote, no está muy claro en el A.T. Cristo rompe con los paradigmas existentes porque no desciende de Aarón, sino según el rito de Melquisedec (Salmo 110,4) su novedad tiene todo que ver con el culto que se celebrará en Jerusalén, que es descrito a grandes rasgos en las visiones proféticas, nada que ver con la Liturgia anterior, Cristo introduce en su Persona y meritos, un nuevo y Cósmico Sacrificio.

A comienzos del Siglo II (a de C.) cuando la Fe Judía se ve amenazada, como ocurrió en la persecución  de Antíoco IV Epifanes,  en este periodo se desarrolla la Literatura de tipo Apocalíptico, que proclamará el próximo advenimiento de Dios para juzgar a Imperios y potestades Humanas (Dan 7,18.22.25.27) es usado por el propio Jesús en (Mc 14,61s),” Eres tu el Cristo, el Hijo de Dios”, el Mesianismo de Jesús es original pero reviste los rasgos más puros de la Tradición del A.T. pero es orientado dando una especie de preferencia al descrito por el Profeta Isaías. Ya en el N.T. El discurso de Pedro en Pentecostés es Paradigmático (Hch 2:32-36) Y lo ha proclamado Señor, es decir, participe de la Omnipotencia divina del Mesías Consagrado para una especialísima misión Salvífica, (Hch 2,33) por tanto es Dios y Salvador del Ser Humano, sobre nuestra Cristología y en unidad conceptual de este Discurso encontramos quizá la alusión más antigua en el N.T. (1 Cor 15: 1-7),”argumento Teológico que vincula la Cristología con la Soteriología”.

En el ámbito Palestino Jesús es llamado  Maran(a), Señor en Arameo presente en (1 Cor 16,22 y Ap 22,20) es designado también como Bar-Nasha, el Hijo del Hombre que debe venir para el Juicio Final (Mt 26,64), su tercer título en el medio Palestino, Mesías o Ungido ( Christos) Y que designaba justamente al Rey de Israel…

Para continuar nuestra reflexión les invito a meditar con las formulas de exclamación con las que se proclamaba la Fe en Jesucristo, son los ejemplos más arcaicos de nuestra Cristología.  Como tarea puedes encontrarlas en las cartas Paulinas. (Homologías), también en los escritos de los Padres Apostólicos o  puedes encontrar en Pablo alusiones precisas sobre nuestro interés reflexivo, (Gal 1,2; Filp 2: 6-11; 2:9-11).

Queda claro la necesidad de conocer e interiorizar el Mensaje que las Sagradas Escrituras comparte con nosotros y la Iglesia, no es posible hablar de un Cristianismo maduro que supera con creses la “Curiosidad” espiritual sino conocemos la Revelación y el “Que” de nuestra Salvación y propósito Divino. La figura de Cristo es siempre actual e inmanente a su Iglesia y por extensión a cada uno de nosotros, bien exclamó San Agustín “Nadie ama lo que no conoce” y nuestro primer paso lo damos unidos a las Escrituras y a la Tradición de la Iglesia o Pleroma de Cristo (San Pablo). Les invito a reflexionar al respecto…

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