miércoles, 12 de junio de 2013

CRISTO SIEMPRE DISPUESTO A ENTRAR A NUESTRAS VIDAS. (Lc 7,36; 8,3).
Lucas en su Evangelio nos presenta cuidadosamente un esquema de Perdón y Salvación acompañado de la mano Misericordiosa de Jesús que rompiendo con los convencionalismos de su Época y Cultura muestra la orientación Universal de su Obra, cosa que también recrea en la intimidad del trato y convivencia sin distingo de Género.”Un Fariseo le rogó que comiera con él...” (7,36) y añade luego en (8,3)”Juana, mujer de Cusa... Susana y otras muchas que le servían con sus bienes” luego encontramos que Lucas retoma la escena en (11,37 y 14,1) incluso hasta la Cruz “Estaban a distancia viendo estas cosas... las mujeres que le habían seguido desde Galilea” Debemos tener muy presente que los vínculos Relacionales que nos ofrece este Evangelio son determinados y afianzados en el ámbito de la intimidad donde se manifiesta progresiva y gradualmente la Misericordia y los atributos Divinos de Jesús. La Conversión es vista como prueba de la cercanía de Cristo a la vida y Conciencia de las personas de su época, no necesariamente pasa por un “espacio físico determinado” mejor aun, por la experiencia de fe que afianza al Amigo o Discípulo ( la mesa solo era compartida con los más allegados o afines).
La presencia de la Mujer solo puede indicarnos la Voluntad de Dios en orden a la plena y perfecta inclusión femenina en la esfera de la fe y vida de la posterior Iglesia... Jesús tiene en ellas sus aliadas en la vida Pública de su Ministerio salvífico, no son simplemente sus “servidoras” como algunas personas quieren suponer, ellas son activas y vitales en la Institución posterior y fijan el derrotero de la perfecta aceptación y compromiso de la Mujer en la vida Pastoral, Cultica, y Ministerial de la Iglesia primitiva. Ellas interiorizaron (Sensibilidad Femenina al servicio de la Espiritualidad) y presenciaron el Sacrificio de la Cruz, ellas no le abandonaron y sobre todo, el Espíritu trasciende en ellas como “primerísimas en la fe y en la Gracia”. El propio Jesús no aborda la presencia de la Mujer en la esfera Ideológica Judía, por el contrario, la trata y relaciona “entre iguales”, recordemos el Pasaje de Juan sobre la Mujer adultera (Jn 8s), la Fidelidad Evangélica de ellas son el Paradigma de la futura Iglesia...
Lucas centra la experiencia del Perdón en la dinámica del Amor que aproxima Ontológicamente al Pecador y Pecadora a la esfera de la Gracia reparadora o mejor restauradora de la Voluntad de Dios sobre el Género Humano... El Amor es signo real de Salvación y fuente instauradora del nuevo orden de los Hijos de Dios (Amor y sus connotaciones Escatológicas).
Pareciera que el Señor nos señala que la Radicalidad de su Evangelio nunca pasa ni pasará por la supremacía de Género, sino por la aceptación real y concreta de su propuesta (El perdón es Fruto de la experiencia del Amor Liberador de Dios), la Dialéctica Luquiana es clara “Al que mucho ama, mucho le es perdonado, al que poco ama, poco le es perdonado” (Lc 7,47). Cristo grada la acción Salvadora de Dios en la Persona Humana desde la perspectiva del Amor, Cristo asume en la vivencia del Amor la perfecta unión que hace posible la Redención. Este Vínculo supera la Ley y trasciende en la complejidad del Acto Humano y su Intencionalidad, buscando la integración del Hombre y la Mujer en su propósito de salvación.
 Queda para nosotros la forma como integramos a las Personas en los distintos escenarios de la Pastoral y como les permitimos vivir el Mensaje y sobre todo, como luchamos o asumimos posturas a la hora de defender y promover los Derechos de nuestros hermanos sin distingo de Género... Sin duda estamos ante un Mensaje de gran contenido Fraterno e igualitario que nos invita a dejar de lado cualquier actitud discriminatoria.

Estamos comprometidos en la defensa de la Igualdad Esencial de los Seres Humanos. Articulamos el Mandamiento Nuevo a este propósito de vida y Fe en el Espíritu...

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