BIENAVENTURADO
AQUEL CUYA TRANSGRESION HA SIDO PERDONADA… SALMO 32, CRISTO ASUMIO NUESTRA
INIQUIDAD (Is 53,6).
El Perdón se
convierte para nosotros en una gran necesidad para Conciliar nuestro “Mundo” lo
que asumimos y con lo que construimos nuestro “Entorno”, el Salmista nos ubica
en un contexto bien interesante donde el Perdón es fruto de la primerísima
reconciliación del ser Humano y cuanto le rodea. Este Salmo canta sobre todo,
el Perdón de Dios como fuente de su Gracia y la plena disposición de Dios para
guiar al Perdonado, ante su guía nuestro deber es confesar nuestros pecados, y
quien actúa así se alegra en el Señor, entendemos por Alegría como un
movimiento de la Conciencia del
Cristiano que sabe y ve en su vida el paulatino cumplimiento de las
promesas de Dios y genera su propia
Ataraxia o Armonía en su Corazón, para profundizar en dicho movimiento el Salmo
32 nos ofrece esta maravillosa “Meditación Sapiencial”.
“Bienaventurado el hombre a quien el Señor no culpa de iniquidad y en
cuyo espíritu no hay engaño…Mi pecado te declaré y no encubrí mi pecado. Dije:
Confesaré al Señor, y tu perdonaste la maldad de mi pecado”
Sobre este Salmo tomamos los apartes relacionados con la actitud Humilde del Salmista
que reconoce la necesidad de interactuar
desde su Conciencia hasta su accionar Cultico, porque esta reflexión que él
hace nace en el seno de una Comunidad orante que mueve a los suyos en la
reflexión y orden de su concepción Ética
y Moral, en una clara Cosmovisión de Perdón y Reconciliación (Is 53,6). Tal
actitud nos permite ver la Misericordia de Dios a favor nuestro y de su
Iglesia, nos permite desarrollar una “Mística” de Oración que clama
incesantemente a Dios por su Iglesia y por nosotros dejamos de largo la sola
visión individual del Sujeto para convertirnos en el Colectivo Social que clama
por el restablecimiento de la Justicia por parte de nuestro Dios…
“Alegraos en Dios y gozaos justos, cantad con júbilo todos vosotros los
rectos de corazón” Así concluye este Salmo dejando para
nuestro meditación la necesidad de la Alegría que produce la Obra del Espíritu
Santo en la Iglesia explicitada en cada Congregación y Familia, quiero tomar
las palabras de San Basilio” Cantad un
cantico nuevo… Es fruto de la renovación de la Mente”, porque el perdón es
renovación en el Señor de la vida, que llega hasta la última piedra viva de su
Pueblo Eclesial. Recuerda entrar siempre en la actitud del Agradecido con su
Dios…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario