EL DOGMA
TRINITARIO EN EL PRESENTE. Lectura actual desde una comprensión antropológica y
sociológica.
RESUMEN.
La familia humana es la
proyección en términos del amor creado del increado y nos referimos a Dios
Trinidad. Mientras más difícil sea reunir la familia y conformarla según el
modelo vivido y dimensionado, más complejo será comprender el modelo Trinitario.
La realidad del presente ofrece una serie de fundamentos que en la diversidad
ideológica retroceden en la configuración de la humanidad en la unidad. Las
distancias hoy son tan breves como el recorrido de la luz. La relación
ensamblada sobre el fundamento del amor perdura mientras que los modelos
relacionales en este nuevo circulo hermenéutico dificultan poderosamente la
aprensión igualitaria de unos y otros en el interior de la familia. El mundo
moderno y su discurso multidimensional pierde con tal afirmación el poder de
concreción de su dialéctica, la verdad hoy depende de quien la diga y no de su
misma esencia como lo que es. El Dogma Trinitario en el presente enfrenta
enemigos en la auto-realización de los bautizados que preocupados por el
quehacer del mundo material descuidan la realidad espiritual de su existencia
sobrenatural. Como entender la posibilidad cierta de Dios TRINO y UNO
en un entorno que no asume la unidad de sus postulados por verse reflejado en
la auto-verdad excluyente. La soberanía argumentada desde la personal y solo
voluntad humana está dejando de ser potenciada por la Gracia de Dios y por ende
el misterio aterrizado del Dogma Trinitario sale de la escena diaria y de los
imaginarios que edifican condición, vida y realidad, los Ethos aquí trasladados
son realmente consecuencia de la verdad personal y no de la universal.
INTRODUCCIÓN.
“Muéstresenos que
hay algo claramente definido en las Escrituras que nosotros no enseñemos y lo
enseñaremos. Muéstresenos que en nuestra enseña y práctica hay algo contrario a
la Sagrada Escritura y lo abandonaremos”.
La humanidad presente en
el siglo XX se estrelló de frente contra los “meta relatos” que reflejaban el
avance de doctrinas totalitaristas en su concepción y exposición, muchas de
ellas verdaderamente vivían y respiraban su caustico totalitarismo, solo
señalaremos los orígenes de la segunda guerra mundial (1) en el discurso
ultranacionalista alemán (nacismo) el comunismo en la ex-unión de repúblicas
socialistas soviéticas, el régimen cubano, el capitalismo salvaje del
neo-liberalismo, las dictaduras auspiciadas por el coloso del norte en
Latinoamérica denominadas “Plan cóndor”, el modelo ideológico chino,
también el surgimiento de iglesias fundamentalistas que radicalizaron sus ideas
y creencias, son solo algunas de las exposiciones de estos “meta-relatos”
y que desaparecieron algunos de ellos bajo el símbolo de la caída del muro de
Berlín, Mijaíl Gorbachov, en la Unión Soviética, (Perestroika y Glasnost)
que sin duda cuestionaron las bases del pensamiento global, la realidad
abordada de forma particular buscó insertarse en la conciencia colectiva, la
clave de supervivencia hoy se transformó en la interpretación personal e
individualista del pensamiento y su connotación universal. Empleamos frases que
lo dicen todo, como ejemplo: “Lo que a ti te dice una cosa, al otro no, cada
cual es libre de pensar y asumir según crea es su propia realidad”, (2) estas
concepciones de la dialéctica postmodernista encuentran eco en la verdad de
cada cual y en el momento que cada uno disponga para su interpretación, tales
posturas también han afectado ostensiblemente la concreción del Dogma de la
SS. Trinidad, que en muchos casos no encuentra asidero con la realidad
intelectiva del creyente y se convierte en una fórmula abierta a la comprensión
libre y arbitraria del misterio aquí señalado, no es posible sacarlo de la
historia de la revelación y convertirlo en un esquema de pensamiento relativo
según el cambio de los conceptos y categorías del pensamiento actual.
El presente no acepta, y
mucho menos tolera el absolutismo no por principio filosófico alguno sino por
la necesidad existencial de afirmar la propia e individual soberanía de la
condición humana. Las relaciones se convirtieron en tangibles particularmente
las nociones de bienestar y espiritualidad (3) la revelación como parte de un
meta-relato (vista así) debe sortear obstáculos diversos a la hora de exponer
sus contenidos y plasmar la opción de la vivencia sobrenatural en un medio
definido por el pragmatismo y las tesis inmediatas como la configuración
política y social de los distintos sistemas de pensamiento. Las Personas
Divinas de la Trinidad no son comprendidas desde sus relaciones sino desde la
noción de individualidad del mundo, donde lo singular y particular chocan de
frente con lo que tenga olor a identidad y unidad. La teología Trinitaria trata
no solo del “cómo” y el “por qué” de las doctrinas y las
prácticas, sino lo que es más importante, empieza con el “quién”. Se
pregunta: “¿Quién es el Dios dado a conocer en Jesucristo, y quiénes somos
nosotros en relación con él?”. La discusión ahora versa sobre la identidad
de las Personas Divinas y su capacidad para actuar una unida a las otras
reconociendo en su esencia tanto la igualdad como la identidad y por qué no,
diversidad en el accionar salvífico pero encausado por analogía. La “teología
Trinitaria” (4) por lo tanto, no se refiere simplemente a una creencia en
la doctrina de la Trinidad, se refiere a creer en este Dios Unitrino y a
reconocer que esta doctrina, que señala quien es en realidad el Dios de la
Biblia, está en el corazón de todas las demás doctrinas y conforma la base
sobre como entendemos todo lo que leemos en las Escrituras. No perder de
vista que la Trinidad como exposición doctrinal y fenomenológica de la
revelación es también obra de la Cristología y de hecho está centrada en la
Cristología. Buscamos articular un discurso cuya sindéresis aterrice en la
necesidad y comprensión de nuestro presente. La tradición anglicana es
igualmente rica en expresiones teológicas y su cosmovisión enriquece todo
presupuesto especulativo. Nuestro propósito no es una teología sistemática
anglicana, la mayoría de nosotros no queremos una teología distintivamente
anglicana.” La razón por la cual una teología anglicana no es deseable es
porque somos herederos de una variedad de teologías católicas y reformadas y
debemos mantener ambas doctrinas en su variedad rica y sabia. Únicamente cuando
aceptamos ambas tradiciones tendremos una teología distintivamente cristiana e
“influenciada por la tradición de una cultura libre y liberal la cual es una
herencia histórica del espíritu griego, recuperada por la Iglesia occidental en
Europa en la época del Renacimiento (5). Un canon reducido a la Escritura
por Dios mismo, dos testamentos, tres credos, cuatro concilios generales, cinco
siglos y la serie de los Padres en ese período - es decir, los tres siglos
antes de Constantino, y dos después, determinan el límite de nuestra Fe (Obispo
Lancelot Andrewes). La doctrina se contiene explícitamente en las
enseñanzas de la Iglesia y su perennidad (1555 –1626) teólogo de la Iglesia de
Inglaterra (anglicana).
POST-MODERNIDAD TEOLÓGICA.
El título en el enclave
reflexivo supone de entrada la necesidad de clarificar al respecto de la
conciencia de Fe del bautizado que no experimenta simplemente una pérdida de Fe
formalmente hablando sino la perdida de escenarios que antes eran habituales
para la vivencia de su Fe y el compartir fraterno de tales eventos, el mundo
moderno se edifica hacia fuera de los individuos, es decir, la noción de
interioridad está siendo bombardeada por otra muy distinta, la de actuar en
relación con el medio y el bienestar que este nos brinda. La Post-modernidad
teológica ofrece una visión cambiante de Dios, el ser humano y la connotación
antropológica (6). El Dogma por
excelencia de la vida y la naturaleza se enfrenta a la realidad conflictiva y
en muchas situaciones apreciativa de su valor o dis-valor, la Trinidad como
revelación en su parangón comunitario donde la igualdad y la misma naturaleza
en su unicidad es la clave dialéctica se enfrenta en el plano humano con la
disparidad del discurso y las condiciones de vida básicas afectadas por la
pobreza y la ignorancia, el interrogante se trasforma en fenómeno cuando pasa a
dar explicación de la conducta y su intríngulis social. Un Dios liberador
así revelado no es objeto de cuestionamiento sino de revelación y comprensión. Las
posibilidades son hiladas en la medida de su reconocimiento tácito, citamos a
Eric Mascall: “La Fe que la Iglesia ha proclamado a lo largo de los siglos
abarca y coordina una gama más amplia de experiencias humanas, abre más
posibilidades de vida humana y ofrece al final un éxtasis de plenitud más
profundo y rico que cualquier forma alternativa de vida y pensamiento” (7).
La visión teísta de Mascall lo acercó al Tomismo (escolástica) la idea central
de la existencia del Dios Creador absoluto asistió su obra y concepción Trinitaria,
la revelación era pues bajo la guía de la misma Voluntad de Dios como Señor y
Creador Soberano, su concepción dogmática es la identidad misma de la tradición
y el magisterio eclesial. El neotomismo parece también haber influido
profundamente en su pensamiento del que rescatamos la necesidad de emplear
términos lógicos y estéticamente dicientes de la verdad revelada, no dejar pie
a duda alguna parece ser su consigna. La realidad abordada desde la perspectiva
racional parece el camino para despejar los planteamientos del dogma, el mismo
que llega bajo la fórmula de la disciplina eclesial (8) La realidad vista
por los neotomistas o neoescolasticos, no dista de la concepción del presente,
más bien nos permite centrarnos en la radicalidad absoluta del mensaje
totalizante del Evangelio y como este puede llegar a nosotros bajo sus
primicias reveladas. Comprender al Dios Trinidad desde la óptica de su
revelación aterrizada en el orden natural de la familia y su modelo y también
si se ve desde otra perspectiva la ausencia de modelos plausibles de la familia
post-modernista nos deja sin un contenido para señalar a Dios en el medio
natural y la analogía de nuestra propia familia (9).
Buenos Aires, Argentina.
- Padres del mismo sexo, parejas que no pasan por el registro civil, hijos de
madres solteras que cuentan con modernas técnicas de fertilización, familias
ensambladas y una amplia gama de variantes confluyen en la nueva configuración
familiar, que durante la última década modificó su estructura. La constitución
de la familia burguesa -matrimonio, padre, madre, hijos- sigue existiendo. Pero
aparecieron otras. "Si tomamos la historia de la institución familiar, nos
encontramos con una familia más ampliada en la Edad Media. Después, con el
nacimiento de la burguesía, surge una familia constituida más nuclearmente: la
familia burguesa". En julio de 2010 el Parlamento argentino fue el primero
de Latinoamérica que otorgó iguales derechos a gays que a heterosexuales para
casarse. "Hay un cambio, pero sigue primando la familia con matrimonio
heterosexual. Los homosexuales que arman familias aún no son un grupo tan
importante, más si lo comparamos con países como Estados Unidos, sobre todo en
la costa californiana " (10) Solo tomaremos el trozo indicado de este
artículo publicado el año 2011 en Argentina sobre el “nuevo modelo familiar”.
La familia como referente del dogma Trinitario es en el hoy de nuestra historia
la familia post-modernista cuyas implicaciones de comunidad y sociedad
domestica no puede ignorarse, la verdad sobre el quehacer de los individuos en
la familia descansa sobre la naturaleza de esta y su accionar en el medio
social y cultural donde explicita su vida y cotidianidad (11).
En una sociedad cada vez
más exigente, la familia ha pasado de ser un nido donde se cobijaba a los
hijos, para convertirse en un espacio en el cual se les dé la oportunidad a sus
miembros de desarrollarse de manera adecuada. Los que integran la familia sin
importar la edad o las creencias de estos, deben de admitir que como dice
Salvador Minuchin: “la familia debe adaptarse a las circunstancias
cambiantes manteniendo la continuidad y fomentando el desarrollo psicosocial de
sus miembros, ya que ésta debe ir transformándose, en la medida que sus
miembros así lo hagan, adaptándose a los intereses y motivaciones de los que la
conforman, no transigir en sus valores y tradiciones, pues dejaría de ser una
familia para convertirse en una pieza de vestir que se acomoda a quien la lleva
puesta, adaptarse es motivar entre sus miembros la necesidad de capacitarse y
fomentar el respeto por las decisiones de unos y otros haciendo que los lazos
se fortalezcan”.
Las necesidades
económicas, sociales y profesionales de hoy día, hacen que sea imposible que
los padres pasen mucho tiempo con sus hijos. Estas mismas exigencias hacen que
muchos consideren, que no encuentran oportunidades en el país y tomen la
decisión de emigrar, una realidad a la que ciertamente nos hemos habituado.
Estos que se van, dejan a sus hijos con la idea de buscarlos mejores
condiciones de vida. Sería interesante reflexionar si realmente valdrá la pena
desintegrar a toda una familia, dejar a los hijos sobre todo en edades
vulnerables, con el pretexto de buscar unas mejores condiciones de vida, que a
veces en remuneración económica es mucho, pero en resultados familiares no lo
es. Hoy día, además de los adultos, niños y adolescentes, en algunos hogares
está presente la figura del envejeciente, que cuando ya no puede vivir solo va
a habitar a la casa de uno de sus hijos, lo que hace que la familia tenga que
adecuarse y realizar algunos cambios, pues en algunas ocasiones los adultos
mayores por el mismo hecho de haberse desarrollado en otra época, tienen
posiciones encontradas en relación al comportamiento de algunos de los miembros
del hogar en especial con el de los más jóvenes. Muy a menudo escuchamos
decir que las familias de hoy no son sanas, debido a los diferentes estímulos
negativos que le ofrece la sociedad, la popularización de la Internet, los
medios de comunicación que cada vez son más agresivos e invasivos y promueven
todo tipo de cosas. Los modismos en conversación, vestimenta, tatuajes, piercing,
son un gran reto para la familia de hoy.
Fomentar entre los que
integran esta familia de la postmodernidad, el respeto, la solidaridad y la
tolerancia es uno de los grandes desafíos de este tiempo, pues estos valores
garantizarán que entre sus miembros se dé una sólida unión fraternal. Una
familia que promueve entre sus miembros los valores humanos como estandarte, es
una familia sana. La familia como forjadora de los ciudadanos que harán vida en
la sociedad debe evitar convertirse en hotel o pensión donde cada quien entra o
sale a la hora que le place, sin importar el tiempo que se disponga para
compartir. Se debe hacer un espacio de calidad, donde de manera natural sus
miembros se reúnan, planeen y organicen actividades en conjunto, estableciendo
reglas, y sanciones para quienes sobrepasen los límites fijados. Es propio
establecer metas en común para que todos se sientan identificados y
comprometidos con los objetivos planteados. La comunicación efectiva es la
base para que en el hogar se forjen mujeres y hombres visionarios, respetuosos
y libres, que al salir a la sociedad posean los aprestos necesarios para
enfrentar todo tipo de situaciones que ésta les presente. En el hogar se
les deben dar las primeras informaciones en cuanto a sexualidad, drogas, y
riesgos psicosociales, esto con la finalidad de edificarlos mejor (12). La
realidad que nos ofrecen este tipo de artículos son una radiografía de la
situación de la familia en el contexto del mundo moderno, pareciera que los
valores se han consumido y su explicita perdida es palpable, pero como en todo
siempre surge la posibilidad de trasformar el entorno y núcleo de la familia
como célula de la sociedad y fundamento eclesial, del corazón de la Trinidad
revelada surge para nosotros un modelo de praxis a nivel de la vida de la
familia, este modelo se concretiza en las acciones redimidas de sus integrantes
bautizados y en comunión con la vivencia y actualización de su Fe. La
Trinidad procede Ad-Extra en su relación con lo creado, la familia lo hace partiendo
de la misma esencia de su relación y vínculo familiar. Las relaciones
iluminadas por la Gracia en sus operaciones afines son un bello símbolo práctico
de la Trinidad Inmanente, eso sí, guardando su natural proporción, que tipo de
operaciones de los padres están en sus hijos, aquí no hablamos de esencia la
cual no es la misma en la manifestación de su carácter, temperamento y por ende
personalidad, los padres no pueden inferir en sus hijos patrones de conducta
igualitarios pero si educar bajo la guía de un modelo plausible, pues este
modelo se inserta en la sociedad constituyendo el fundamento del orden
socio-cultural… (13).
En la familia de nuestro presente el rol de la mujer
se ha venido emancipando en el concierto laboral y académico, es decir, la mujer
ya no solo es madre también es trabajadora que ha superado su desempeño en lo
domestico para salir a la calle a lo público y producir bajo las condiciones
del medio. Es una relación que busca por su novedad la inclusión en
categorías de absoluta igualdad en términos de oportunidades, reconocimiento
y salarios.
|
La unidad familiar es
también imagen del Dios comunidad que se mantiene unido en el vínculo del amor,
no queremos automatizar las relaciones Trinitarias por tal razón hacemos del
amor su nexo vital, el mismo que se manifiesta en sus operaciones (Intra / Ad-Extra).
La relación que se produce al operar bajo el amor es clara no son movimientos,
son relaciones manifestadas en escenarios distintos. De esta forma el amor
cuando es vivido intensamente nos une al misterio trinitario, recordemos la
expresión Joanica Dios es amor o Deus est caritas, un canto expresa nuestro
sentir:
Donde hay Caridad
y Amor.
Ubi caritas et amor,
Deus ibi est
Congregavit nos in unum Christi amor
Exultemus, et in ipso iucundemur
Timeamus, et amemus Deum vivum
Et ex corde diligamus nos
sincero
Ubi caritas et amor,
Deus ibi est
Simul ergo cum in unum congregamur
Ne nos mente dividamur, caveamus
Cessent iurgia maligna, cessent lites
Et in medio nostri sit Christus Deus
Ubi caritas et amor, Deus ibi est
Simul quoque cum beatis videamus
Glorianter vultum tuum, Christe Deus
Gaudium quod est immensum, atque probum
Saecula per infinita
saeculorum
Amen
Donde hay caridad
y amor, allí está Dios
Hemos reunido el amor de
Cristo
Tomemos deleite en Él
Temamos y amemos a Dios
vivo,
Desde nuestros corazones
con amor
Donde hay caridad y
amor, allí está Dios
Al mismo tiempo, por lo
tanto, cuando se reunieron en una sola
No nos dividimos en
cuenta
Dejar que cese el mal
Cristo está en medio de
nosotros
Donde hay caridad y
amor, allí está Dios
Al mismo tiempo que con
los santos, vamos a ver, también,
Cara en la gloria, oh
Cristo, la alegría que es inmenso y bueno saldrán para las edades infinitas.
Amén. (14).
El amor es el regulador
de las relaciones de la familia, ella de esta manera se constituye en figura
vital de la Trinidad de Dios en la creación como obra de Dios que brota si nos permitimos
emplear el término del Amor/Voluntad de Dios. La obra nos habla de su Creador y
mientras más perfecta más fuerte nos habla de su Señor, al mostrar sus
atributos y cualidades pensados por Dios para la familia humana (15).
CONSIDERACIÓN
EPISTEMOLÓGICA DEL MISTERIO Y EL DOGMA TRINITARIO.
REFLEXIÓN.
El conocimiento es una
realidad constatable pero cuando se trata de la compleja dinámica del dogma en
términos generales se torna difícil de asimilar por el necesario ejercicio de
la razón y el corazón (epistemología Agustiniana). El dogma se hace en si mismo
universal porque su sola exposición toca las fibras de la realidad humana en su
condición tanto antropológica como sociológica como quiera que el dogma reúne
en sí y por sí los conceptos, anhelos y sueños de la humanidad y su deseo
contundente de la realidad plena de su existencia (16). El dogma visto así es
una nueva realidad de vida que supera las limitaciones de la existencia
material de la especie humana, de allí se puede desprender la dificultad de
asimilación bajo los modelos del presente, el postmodernismo confunde
gravemente el valor intrínseco de la enseñanza dogmática y la traslada intelectivamente
a la refutabilidad para ellos del discurso influido por una realidad supra
metafísica. Ver en el dogma
Trinitario una connotación metafísica es en cierta medida necesario si
planteamos su realidad por sobre el quehacer de nuestra limitada materialidad
(17). Por otro lado, no es posible asumir una connotación ontológica de
quien esta por sobre la realidad de toda criatura creada por su amor y Voluntad
salvífica, aquí la salvación no es solo ver la creación libre de pecado sino
encontrar su cauce y razón de ser, la causalidad del amor de Dios es la
plenitud de su obra.
Es y será un misterio
solo iluminado por la praxis del amor-creyente (18). Una praxis que se
convierte en una razón y forma de vida para afrontar la Fe y su contenido
sobrenatural. Las relaciones de los
creyentes o bautizados con el entorno que asumen en posibilidad de plenitud nos
dice abiertamente que el trasegar de la comprensión del dogma camina
seguramente por los linderos de la razón y el amor. Una vez más encontramos
que la realidad vista apreciativamente nos indaga en el corazón sobre el
fundamento de lo que creemos y lo más importante el como lo creemos siendo esto
ultimo la concreción intelectiva y emocional de nuestra Fe (19). Conocer es
una razón innata en el ser humano y amar es plenamente relacionarse con la
trascendencia de donde brota el amor y su condición amable (antropología
trascendente en Agustín de Hipona). El dogma se explicita de manera “transeúnte”
(20) en la creación, pero de forma permanente en nosotros como expresión del Imago
Dei o imagen del Dios viviente (21). La proximidad con tal afirmación nos
obliga perentoriamente a sumir formas más comprometidas de vivencia de nuestra
Fe y realidad personal abierta al dialogo permanente con la vida y su
Creador. La naturaleza misma de nuestra
redención asegura tal proximidad del Dios amoroso y lleno de misericordia. El
dogma es universal en la comprensión de su misterio y como el vinculo esencial
de Dios con nosotros, su obra, es por medio de las potencias del alma que nos
muestran el modelo revelado de Dios en la conjugación de su Voluntad, para
crearnos y en su mente santísima para manifestar su acción volitiva, en su
conocimiento pleno de todo e incluso antes de su creación. Solo mediante el
amor Dios abaja su Gracia para que nosotros trascendamos a la realidad misma
que palpa su amor eterno (22). La manifestación de tal verdad llega a
nosotros como premisa de la obra redentora ya que la misión del Verbo o Logos,
desde antes de la creación es la respuesta al pecado introducido en la creación
por parte de la humanidad, es una respuesta que prevé la debilidad esencial de
quienes perdimos la libertad autentica por vivir los postulados de nuestra
limitada libertad. Una limitación que es inmanente a la naturaleza humana. No
se trata de un actuar sino de la necesidad de las acciones en la mente y
voluntad de cada persona humana. Según este principio sin voluntad de asumir
nuestra propia salvación Dios no actúa en nosotros y hacemos de su Gracia una
acción transeúnte y no esencialmente intrínseca a nuestra condición (23).
Dios no salva a quien
tácitamente no desea ser salvado, aquí la negación de la salvación es un
artículo exclusivo demuestra especie.
La misma naturaleza no rechaza la presencia de la
Gracia de Dios y la asume en los principios y fundamentos de su existencia
como necesaria, de la misma manera que asume las leyes naturales y el
instinto en las especies. Podemos también afirmar que la naturaleza vive
plenamente su contingencia y reconoce a su Creador (24).
|
Palpar el dogma
Trinitario es posible si el bautizado configura su vida y modelo de esta a la
relación de las Divinas Personas, La Trinidad de Dios en sus relaciones eternas
(Inmanente) se manifiesta Ad-Extra en la Trinidad Económica (25) y hace de esta
relación la acción de nuestra creación y posterior redención. Dios no deja
nunca solos a los seres y criaturas que ha creado existe con nosotros una
relación de condición salvífica perenne porque aun en su presencia
necesitaremos ser justificados por toda la eternidad porque el “cielo”
no se gana. Esta consideración nos instala en la necesidad y contingencia de su
Inhabitación en nosotros. La Fruición neoplatónica y Agustiniana es claro
indicio de la posesión del sumo bien del amor de Dios en nosotros y como si
buscamos ese amor estamos dispuestos a renunciar a otras fuentes inferiores de
amor y placer en el mundo sensible. No es una postura platónica sino
esencialmente opción fundamental por Cristo, nadie verá Dios en su eternidad
sino le ama por sobre todo en su vida, sin importar las implicancias
emocionales y morales de esta afirmación (26). La Inhabitación de Dios en
nosotros es categóricamente una relación salvífica personal expresada en
términos comunitarios de familia, amigos, iglesia y demás realidades del mundo
en donde existimos y vivimos el plan salvífico inicialmente. El desprenderse
implica una plena y totalizante disposición para la plena y plenitud de la
Gracia en nosotros. El modelo humano será trascendido por el modelo de Dios
revelado en el Ser amoroso de la SS. Trinidad.
BIBLIOGRAFIA/ CIBERGRAFÍA/
ARTÍCULOS/ INSUMOS.
3- Nota del autor.
5- Mark Chapman, "El
Anglicanismo y la Teología", él describe el trabajo de una comisión de la
Iglesia de Inglaterra en 1931 encargada de clarificar la "Doctrina
Anglicana"
6- Nota del autor.
8- Corriente filosófica
que busca reivindicar el pensamiento de Tomás de Aquino en el Siglo XIX; tiene
como objetivo el resolver problemas contemporáneos. Es una de las corrientes
más importantes de la filosofía cristiana actual, con consecuencias políticas y
sociales relevantes, en la que se plantea la comprensión de la Filosofía
tomista en las circunstancias presentes.
13- Nota del autor/ familias
modernas.
15- Nota del autor.
16- Nota del autor.
17- Nota del autor.
18- Nota del autor.
19- Nota del autor.
20- Nota del autor.
21- Nota del autor.
21- Nota del autor.
22- Nota del autor.
23- Nota del autor.
24- Nota del autor.
25- Nota del autor.
26- Nota del autor.
esenos que
hay algo claramente definido en las Escrituras que nosotros no enseñemos y lo
enseñaremos. Muéstresenos que en nuestra enseña y práctica hay algo contrario a
la Sagrada Escritura y lo abandonaremos”.
La humanidad presente en
el siglo XX se estrelló de frente contra los “meta relatos” que reflejaban el
avance de doctrinas totalitaristas en su concepción y exposición, muchas de
ellas verdaderamente vivían y respiraban su caustico totalitarismo, solo
señalaremos los orígenes de la segunda guerra mundial (1) en el discurso
ultranacionalista alemán (nacismo) el comunismo en la ex-unión de repúblicas
socialistas soviéticas, el régimen cubano, el capitalismo salvaje del
neo-liberalismo, las dictaduras auspiciadas por el coloso del norte en
Latinoamérica denominadas “Plan cóndor”, el modelo ideológico chino,
también el surgimiento de iglesias fundamentalistas que radicalizaron sus ideas
y creencias, son solo algunas de las exposiciones de estos “meta-relatos”
y que desaparecieron algunos de ellos bajo el símbolo de la caída del muro de
Berlín, Mijaíl Gorbachov, en la Unión Soviética, (Perestroika y Glasnost)
que sin duda cuestionaron las bases del pensamiento global, la realidad
abordada de forma particular buscó insertarse en la conciencia colectiva, la
clave de supervivencia hoy se transformó en la interpretación personal e
individualista del pensamiento y su connotación universal. Empleamos frases que
lo dicen todo, como ejemplo: “Lo que a ti te dice una cosa, al otro no, cada
cual es libre de pensar y asumir según crea es su propia realidad”, (2) estas
concepciones de la dialéctica postmodernista encuentran eco en la verdad de
cada cual y en el momento que cada uno disponga para su interpretación, tales
posturas también han afectado ostensiblemente la concreción del Dogma de la
SS. Trinidad, que en muchos casos no encuentra asidero con la realidad
intelectiva del creyente y se convierte en una fórmula abierta a la comprensión
libre y arbitraria del misterio aquí señalado, no es posible sacarlo de la
historia de la revelación y convertirlo en un esquema de pensamiento relativo
según el cambio de los conceptos y categorías del pensamiento actual.
El presente no acepta, y
mucho menos tolera el absolutismo no por principio filosófico alguno sino por
la necesidad existencial de afirmar la propia e individual soberanía de la
condición humana. Las relaciones se convirtieron en tangibles particularmente
las nociones de bienestar y espiritualidad (3) la revelación como parte de un
meta-relato (vista así) debe sortear obstáculos diversos a la hora de exponer
sus contenidos y plasmar la opción de la vivencia sobrenatural en un medio
definido por el pragmatismo y las tesis inmediatas como la configuración
política y social de los distintos sistemas de pensamiento. Las Personas
Divinas de la Trinidad no son comprendidas desde sus relaciones sino desde la
noción de individualidad del mundo, donde lo singular y particular chocan de
frente con lo que tenga olor a identidad y unidad. La teología Trinitaria trata
no solo del “cómo” y el “por qué” de las doctrinas y las
prácticas, sino lo que es más importante, empieza con el “quién”. Se
pregunta: “¿Quién es el Dios dado a conocer en Jesucristo, y quiénes somos
nosotros en relación con él?”. La discusión ahora versa sobre la identidad
de las Personas Divinas y su capacidad para actuar una unida a las otras
reconociendo en su esencia tanto la igualdad como la identidad y por qué no,
diversidad en el accionar salvífico pero encausado por analogía. La “teología
Trinitaria” (4) por lo tanto, no se refiere simplemente a una creencia en
la doctrina de la Trinidad, se refiere a creer en este Dios Unitrino y a
reconocer que esta doctrina, que señala quien es en realidad el Dios de la
Biblia, está en el corazón de todas las demás doctrinas y conforma la base
sobre como entendemos todo lo que leemos en las Escrituras. No perder de
vista que la Trinidad como exposición doctrinal y fenomenológica de la
revelación es también obra de la Cristología y de hecho está centrada en la
Cristología. Buscamos articular un discurso cuya sindéresis aterrice en la
necesidad y comprensión de nuestro presente. La tradición anglicana es
igualmente rica en expresiones teológicas y su cosmovisión enriquece todo
presupuesto especulativo. Nuestro propósito no es una teología sistemática
anglicana, la mayoría de nosotros no queremos una teología distintivamente
anglicana.” La razón por la cual una teología anglicana no es deseable es
porque somos herederos de una variedad de teologías católicas y reformadas y
debemos mantener ambas doctrinas en su variedad rica y sabia. Únicamente cuando
aceptamos ambas tradiciones tendremos una teología distintivamente cristiana e
“influenciada por la tradición de una cultura libre y liberal la cual es una
herencia histórica del espíritu griego, recuperada por la Iglesia occidental en
Europa en la época del Renacimiento (5). Un canon reducido a la Escritura
por Dios mismo, dos testamentos, tres credos, cuatro concilios generales, cinco
siglos y la serie de los Padres en ese período - es decir, los tres siglos
antes de Constantino, y dos después, determinan el límite de nuestra Fe (Obispo
Lancelot Andrewes). La doctrina se contiene explícitamente en las
enseñanzas de la Iglesia y su perennidad (1555 –1626) teólogo de la Iglesia de
Inglaterra (anglicana).
POST-MODERNIDAD TEOLÓGICA.
El título en el enclave
reflexivo supone de entrada la necesidad de clarificar al respecto de la
conciencia de Fe del bautizado que no experimenta simplemente una pérdida de Fe
formalmente hablando sino la perdida de escenarios que antes eran habituales
para la vivencia de su Fe y el compartir fraterno de tales eventos, el mundo
moderno se edifica hacia fuera de los individuos, es decir, la noción de
interioridad está siendo bombardeada por otra muy distinta, la de actuar en
relación con el medio y el bienestar que este nos brinda. La Post-modernidad
teológica ofrece una visión cambiante de Dios, el ser humano y la connotación
antropológica (6). El Dogma por
excelencia de la vida y la naturaleza se enfrenta a la realidad conflictiva y
en muchas situaciones apreciativa de su valor o dis-valor, la Trinidad como
revelación en su parangón comunitario donde la igualdad y la misma naturaleza
en su unicidad es la clave dialéctica se enfrenta en el plano humano con la
disparidad del discurso y las condiciones de vida básicas afectadas por la
pobreza y la ignorancia, el interrogante se trasforma en fenómeno cuando pasa a
dar explicación de la conducta y su intríngulis social. Un Dios liberador
así revelado no es objeto de cuestionamiento sino de revelación y comprensión. Las
posibilidades son hiladas en la medida de su reconocimiento tácito, citamos a
Eric Mascall: “La Fe que la Iglesia ha proclamado a lo largo de los siglos
abarca y coordina una gama más amplia de experiencias humanas, abre más
posibilidades de vida humana y ofrece al final un éxtasis de plenitud más
profundo y rico que cualquier forma alternativa de vida y pensamiento” (7).
La visión teísta de Mascall lo acercó al Tomismo (escolástica) la idea central
de la existencia del Dios Creador absoluto asistió su obra y concepción Trinitaria,
la revelación era pues bajo la guía de la misma Voluntad de Dios como Señor y
Creador Soberano, su concepción dogmática es la identidad misma de la tradición
y el magisterio eclesial. El neotomismo parece también haber influido
profundamente en su pensamiento del que rescatamos la necesidad de emplear
términos lógicos y estéticamente dicientes de la verdad revelada, no dejar pie
a duda alguna parece ser su consigna. La realidad abordada desde la perspectiva
racional parece el camino para despejar los planteamientos del dogma, el mismo
que llega bajo la fórmula de la disciplina eclesial (8) La realidad vista
por los neotomistas o neoescolasticos, no dista de la concepción del presente,
más bien nos permite centrarnos en la radicalidad absoluta del mensaje
totalizante del Evangelio y como este puede llegar a nosotros bajo sus
primicias reveladas. Comprender al Dios Trinidad desde la óptica de su
revelación aterrizada en el orden natural de la familia y su modelo y también
si se ve desde otra perspectiva la ausencia de modelos plausibles de la familia
post-modernista nos deja sin un contenido para señalar a Dios en el medio
natural y la analogía de nuestra propia familia (9).
Buenos Aires, Argentina.
- Padres del mismo sexo, parejas que no pasan por el registro civil, hijos de
madres solteras que cuentan con modernas técnicas de fertilización, familias
ensambladas y una amplia gama de variantes confluyen en la nueva configuración
familiar, que durante la última década modificó su estructura. La constitución
de la familia burguesa -matrimonio, padre, madre, hijos- sigue existiendo. Pero
aparecieron otras. "Si tomamos la historia de la institución familiar, nos
encontramos con una familia más ampliada en la Edad Media. Después, con el
nacimiento de la burguesía, surge una familia constituida más nuclearmente: la
familia burguesa". En julio de 2010 el Parlamento argentino fue el primero
de Latinoamérica que otorgó iguales derechos a gays que a heterosexuales para
casarse. "Hay un cambio, pero sigue primando la familia con matrimonio
heterosexual. Los homosexuales que arman familias aún no son un grupo tan
importante, más si lo comparamos con países como Estados Unidos, sobre todo en
la costa californiana " (10) Solo tomaremos el trozo indicado de este
artículo publicado el año 2011 en Argentina sobre el “nuevo modelo familiar”.
La familia como referente del dogma Trinitario es en el hoy de nuestra historia
la familia post-modernista cuyas implicaciones de comunidad y sociedad
domestica no puede ignorarse, la verdad sobre el quehacer de los individuos en
la familia descansa sobre la naturaleza de esta y su accionar en el medio
social y cultural donde explicita su vida y cotidianidad (11).
En una sociedad cada vez
más exigente, la familia ha pasado de ser un nido donde se cobijaba a los
hijos, para convertirse en un espacio en el cual se les dé la oportunidad a sus
miembros de desarrollarse de manera adecuada. Los que integran la familia sin
importar la edad o las creencias de estos, deben de admitir que como dice
Salvador Minuchin: “la familia debe adaptarse a las circunstancias
cambiantes manteniendo la continuidad y fomentando el desarrollo psicosocial de
sus miembros, ya que ésta debe ir transformándose, en la medida que sus
miembros así lo hagan, adaptándose a los intereses y motivaciones de los que la
conforman, no transigir en sus valores y tradiciones, pues dejaría de ser una
familia para convertirse en una pieza de vestir que se acomoda a quien la lleva
puesta, adaptarse es motivar entre sus miembros la necesidad de capacitarse y
fomentar el respeto por las decisiones de unos y otros haciendo que los lazos
se fortalezcan”.
Las necesidades
económicas, sociales y profesionales de hoy día, hacen que sea imposible que
los padres pasen mucho tiempo con sus hijos. Estas mismas exigencias hacen que
muchos consideren, que no encuentran oportunidades en el país y tomen la
decisión de emigrar, una realidad a la que ciertamente nos hemos habituado.
Estos que se van, dejan a sus hijos con la idea de buscarlos mejores
condiciones de vida. Sería interesante reflexionar si realmente valdrá la pena
desintegrar a toda una familia, dejar a los hijos sobre todo en edades
vulnerables, con el pretexto de buscar unas mejores condiciones de vida, que a
veces en remuneración económica es mucho, pero en resultados familiares no lo
es. Hoy día, además de los adultos, niños y adolescentes, en algunos hogares
está presente la figura del envejeciente, que cuando ya no puede vivir solo va
a habitar a la casa de uno de sus hijos, lo que hace que la familia tenga que
adecuarse y realizar algunos cambios, pues en algunas ocasiones los adultos
mayores por el mismo hecho de haberse desarrollado en otra época, tienen
posiciones encontradas en relación al comportamiento de algunos de los miembros
del hogar en especial con el de los más jóvenes. Muy a menudo escuchamos
decir que las familias de hoy no son sanas, debido a los diferentes estímulos
negativos que le ofrece la sociedad, la popularización de la Internet, los
medios de comunicación que cada vez son más agresivos e invasivos y promueven
todo tipo de cosas. Los modismos en conversación, vestimenta, tatuajes, piercing,
son un gran reto para la familia de hoy.
Fomentar entre los que
integran esta familia de la postmodernidad, el respeto, la solidaridad y la
tolerancia es uno de los grandes desafíos de este tiempo, pues estos valores
garantizarán que entre sus miembros se dé una sólida unión fraternal. Una
familia que promueve entre sus miembros los valores humanos como estandarte, es
una familia sana. La familia como forjadora de los ciudadanos que harán vida en
la sociedad debe evitar convertirse en hotel o pensión donde cada quien entra o
sale a la hora que le place, sin importar el tiempo que se disponga para
compartir. Se debe hacer un espacio de calidad, donde de manera natural sus
miembros se reúnan, planeen y organicen actividades en conjunto, estableciendo
reglas, y sanciones para quienes sobrepasen los límites fijados. Es propio
establecer metas en común para que todos se sientan identificados y
comprometidos con los objetivos planteados. La comunicación efectiva es la
base para que en el hogar se forjen mujeres y hombres visionarios, respetuosos
y libres, que al salir a la sociedad posean los aprestos necesarios para
enfrentar todo tipo de situaciones que ésta les presente. En el hogar se
les deben dar las primeras informaciones en cuanto a sexualidad, drogas, y
riesgos psicosociales, esto con la finalidad de edificarlos mejor (12). La
realidad que nos ofrecen este tipo de artículos son una radiografía de la
situación de la familia en el contexto del mundo moderno, pareciera que los
valores se han consumido y su explicita perdida es palpable, pero como en todo
siempre surge la posibilidad de trasformar el entorno y núcleo de la familia
como célula de la sociedad y fundamento eclesial, del corazón de la Trinidad
revelada surge para nosotros un modelo de praxis a nivel de la vida de la
familia, este modelo se concretiza en las acciones redimidas de sus integrantes
bautizados y en comunión con la vivencia y actualización de su Fe. La
Trinidad procede Ad-Extra en su relación con lo creado, la familia lo hace partiendo
de la misma esencia de su relación y vínculo familiar. Las relaciones
iluminadas por la Gracia en sus operaciones afines son un bello símbolo práctico
de la Trinidad Inmanente, eso sí, guardando su natural proporción, que tipo de
operaciones de los padres están en sus hijos, aquí no hablamos de esencia la
cual no es la misma en la manifestación de su carácter, temperamento y por ende
personalidad, los padres no pueden inferir en sus hijos patrones de conducta
igualitarios pero si educar bajo la guía de un modelo plausible, pues este
modelo se inserta en la sociedad constituyendo el fundamento del orden
socio-cultural… (13).
En la familia de nuestro presente el rol de la mujer
se ha venido emancipando en el concierto laboral y académico, es decir, la mujer
ya no solo es madre también es trabajadora que ha superado su desempeño en lo
domestico para salir a la calle a lo público y producir bajo las condiciones
del medio. Es una relación que busca por su novedad la inclusión en
categorías de absoluta igualdad en términos de oportunidades, reconocimiento
y salarios.
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La unidad familiar es
también imagen del Dios comunidad que se mantiene unido en el vínculo del amor,
no queremos automatizar las relaciones Trinitarias por tal razón hacemos del
amor su nexo vital, el mismo que se manifiesta en sus operaciones (Intra / Ad-Extra).
La relación que se produce al operar bajo el amor es clara no son movimientos,
son relaciones manifestadas en escenarios distintos. De esta forma el amor
cuando es vivido intensamente nos une al misterio trinitario, recordemos la
expresión Joanica Dios es amor o Deus est caritas, un canto expresa nuestro
sentir:
Donde hay Caridad
y Amor.
Ubi caritas et amor,
Deus ibi est
Congregavit nos in unum Christi amor
Exultemus, et in ipso iucundemur
Timeamus, et amemus Deum vivum
Et ex corde diligamus nos
sincero
Ubi caritas et amor,
Deus ibi est
Simul ergo cum in unum congregamur
Ne nos mente dividamur, caveamus
Cessent iurgia maligna, cessent lites
Et in medio nostri sit Christus Deus
Ubi caritas et amor, Deus ibi est
Simul quoque cum beatis videamus
Glorianter vultum tuum, Christe Deus
Gaudium quod est immensum, atque probum
Saecula per infinita
saeculorum
Amen
Donde hay caridad
y amor, allí está Dios
Hemos reunido el amor de
Cristo
Tomemos deleite en Él
Temamos y amemos a Dios
vivo,
Desde nuestros corazones
con amor
Donde hay caridad y
amor, allí está Dios
Al mismo tiempo, por lo
tanto, cuando se reunieron en una sola
No nos dividimos en
cuenta
Dejar que cese el mal
Cristo está en medio de
nosotros
Donde hay caridad y
amor, allí está Dios
Al mismo tiempo que con
los santos, vamos a ver, también,
Cara en la gloria, oh
Cristo, la alegría que es inmenso y bueno saldrán para las edades infinitas.
Amén. (14).
El amor es el regulador
de las relaciones de la familia, ella de esta manera se constituye en figura
vital de la Trinidad de Dios en la creación como obra de Dios que brota si nos permitimos
emplear el término del Amor/Voluntad de Dios. La obra nos habla de su Creador y
mientras más perfecta más fuerte nos habla de su Señor, al mostrar sus
atributos y cualidades pensados por Dios para la familia humana (15).
CONSIDERACIÓN
EPISTEMOLÓGICA DEL MISTERIO Y EL DOGMA TRINITARIO.
REFLEXIÓN.
El conocimiento es una
realidad constatable pero cuando se trata de la compleja dinámica del dogma en
términos generales se torna difícil de asimilar por el necesario ejercicio de
la razón y el corazón (epistemología Agustiniana). El dogma se hace en si mismo
universal porque su sola exposición toca las fibras de la realidad humana en su
condición tanto antropológica como sociológica como quiera que el dogma reúne
en sí y por sí los conceptos, anhelos y sueños de la humanidad y su deseo
contundente de la realidad plena de su existencia (16). El dogma visto así es
una nueva realidad de vida que supera las limitaciones de la existencia
material de la especie humana, de allí se puede desprender la dificultad de
asimilación bajo los modelos del presente, el postmodernismo confunde
gravemente el valor intrínseco de la enseñanza dogmática y la traslada intelectivamente
a la refutabilidad para ellos del discurso influido por una realidad supra
metafísica. Ver en el dogma
Trinitario una connotación metafísica es en cierta medida necesario si
planteamos su realidad por sobre el quehacer de nuestra limitada materialidad
(17). Por otro lado, no es posible asumir una connotación ontológica de
quien esta por sobre la realidad de toda criatura creada por su amor y Voluntad
salvífica, aquí la salvación no es solo ver la creación libre de pecado sino
encontrar su cauce y razón de ser, la causalidad del amor de Dios es la
plenitud de su obra.
Es y será un misterio
solo iluminado por la praxis del amor-creyente (18). Una praxis que se
convierte en una razón y forma de vida para afrontar la Fe y su contenido
sobrenatural. Las relaciones de los
creyentes o bautizados con el entorno que asumen en posibilidad de plenitud nos
dice abiertamente que el trasegar de la comprensión del dogma camina
seguramente por los linderos de la razón y el amor. Una vez más encontramos
que la realidad vista apreciativamente nos indaga en el corazón sobre el
fundamento de lo que creemos y lo más importante el como lo creemos siendo esto
ultimo la concreción intelectiva y emocional de nuestra Fe (19). Conocer es
una razón innata en el ser humano y amar es plenamente relacionarse con la
trascendencia de donde brota el amor y su condición amable (antropología
trascendente en Agustín de Hipona). El dogma se explicita de manera “transeúnte”
(20) en la creación, pero de forma permanente en nosotros como expresión del Imago
Dei o imagen del Dios viviente (21). La proximidad con tal afirmación nos
obliga perentoriamente a sumir formas más comprometidas de vivencia de nuestra
Fe y realidad personal abierta al dialogo permanente con la vida y su
Creador. La naturaleza misma de nuestra
redención asegura tal proximidad del Dios amoroso y lleno de misericordia. El
dogma es universal en la comprensión de su misterio y como el vinculo esencial
de Dios con nosotros, su obra, es por medio de las potencias del alma que nos
muestran el modelo revelado de Dios en la conjugación de su Voluntad, para
crearnos y en su mente santísima para manifestar su acción volitiva, en su
conocimiento pleno de todo e incluso antes de su creación. Solo mediante el
amor Dios abaja su Gracia para que nosotros trascendamos a la realidad misma
que palpa su amor eterno (22). La manifestación de tal verdad llega a
nosotros como premisa de la obra redentora ya que la misión del Verbo o Logos,
desde antes de la creación es la respuesta al pecado introducido en la creación
por parte de la humanidad, es una respuesta que prevé la debilidad esencial de
quienes perdimos la libertad autentica por vivir los postulados de nuestra
limitada libertad. Una limitación que es inmanente a la naturaleza humana. No
se trata de un actuar sino de la necesidad de las acciones en la mente y
voluntad de cada persona humana. Según este principio sin voluntad de asumir
nuestra propia salvación Dios no actúa en nosotros y hacemos de su Gracia una
acción transeúnte y no esencialmente intrínseca a nuestra condición (23).
Dios no salva a quien
tácitamente no desea ser salvado, aquí la negación de la salvación es un
artículo exclusivo demuestra especie.
La misma naturaleza no rechaza la presencia de la
Gracia de Dios y la asume en los principios y fundamentos de su existencia
como necesaria, de la misma manera que asume las leyes naturales y el
instinto en las especies. Podemos también afirmar que la naturaleza vive
plenamente su contingencia y reconoce a su Creador (24).
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Palpar el dogma
Trinitario es posible si el bautizado configura su vida y modelo de esta a la
relación de las Divinas Personas, La Trinidad de Dios en sus relaciones eternas
(Inmanente) se manifiesta Ad-Extra en la Trinidad Económica (25) y hace de esta
relación la acción de nuestra creación y posterior redención. Dios no deja
nunca solos a los seres y criaturas que ha creado existe con nosotros una
relación de condición salvífica perenne porque aun en su presencia
necesitaremos ser justificados por toda la eternidad porque el “cielo”
no se gana. Esta consideración nos instala en la necesidad y contingencia de su
Inhabitación en nosotros. La Fruición neoplatónica y Agustiniana es claro
indicio de la posesión del sumo bien del amor de Dios en nosotros y como si
buscamos ese amor estamos dispuestos a renunciar a otras fuentes inferiores de
amor y placer en el mundo sensible. No es una postura platónica sino
esencialmente opción fundamental por Cristo, nadie verá Dios en su eternidad
sino le ama por sobre todo en su vida, sin importar las implicancias
emocionales y morales de esta afirmación (26). La Inhabitación de Dios en
nosotros es categóricamente una relación salvífica personal expresada en
términos comunitarios de familia, amigos, iglesia y demás realidades del mundo
en donde existimos y vivimos el plan salvífico inicialmente. El desprenderse
implica una plena y totalizante disposición para la plena y plenitud de la
Gracia en nosotros. El modelo humano será trascendido por el modelo de Dios
revelado en el Ser amoroso de la SS. Trinidad.
BIBLIOGRAFIA/ CIBERGRAFÍA/
ARTÍCULOS/ INSUMOS.
3- Nota del autor.
5- Mark Chapman, "El
Anglicanismo y la Teología", él describe el trabajo de una comisión de la
Iglesia de Inglaterra en 1931 encargada de clarificar la "Doctrina
Anglicana"
6- Nota del autor.
8- Corriente filosófica
que busca reivindicar el pensamiento de Tomás de Aquino en el Siglo XIX; tiene
como objetivo el resolver problemas contemporáneos. Es una de las corrientes
más importantes de la filosofía cristiana actual, con consecuencias políticas y
sociales relevantes, en la que se plantea la comprensión de la Filosofía
tomista en las circunstancias presentes.
13- Nota del autor/ familias
modernas.
15- Nota del autor.
16- Nota del autor.
17- Nota del autor.
18- Nota del autor.
19- Nota del autor.
20- Nota del autor.
21- Nota del autor.
21- Nota del autor.
22- Nota del autor.
23- Nota del autor.
24- Nota del autor.
25- Nota del autor.
26- Nota del autor.