MANIFESTACIONES DE NUESTRA IDENTIDAD RELIGIOSA Y TRADICIÓN.
(SEGUNDA PARTE).
El no estar bajo la Autoridad del
Papa (Iglesia romana) no implica siquiera posibilidad de pérdida de
Catolicidad, basta recordar que la Institución papal aunque pretendan verla así
no es fruto de la Revelación y Praxis temprana de la Iglesia aunque para sustentarlo
acudan al Texto Sagrado cuando Jesús habla sobre la “edificación de su
Iglesia” (Mt 16,18) desafortunadamente
olvidaron la anterior declaración de fe de Pedro sobre la Identidad del
Salvador” Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios” pues sin duda el Salvador no
habla de Pedro como Base o cabeza sino de esta declaración de Fe como sustento
de la Iglesia y plataforma de la misma, es la Iglesia el Pleroma de Cristo, y Cristo su Cabeza y Señor, basta citar al
Hiponense cuando afirma: La Iglesia es sierva de Cristo y Madre de los
Bautizados, para comprender que la Iglesia existe gracias a la relación
Salvífica con Dios (Economía de Salvación) y que si existe en el Mundo una
Promesa del Resucitado es precisamente el enviar al Paráclito como lo interpreta el propio Juan (Evangelio) no existe
Institución distinta a la Iglesia que se abrogue el derecho de administrar los
Dones Pascuales (Sacramentos) y no existe Don distinto al Espíritu Santo.
La Declaración de Pedro se admite en el marco de la Revelación personal
del Salvador a sus Discípulos y en su Contexto es muy probable que se refiera a
la opinión compartida por el resto de sus discípulos, nosotros asumimos de
lleno que tal profesión de Fe es un estímulo para el Creyente de todas las
épocas al recibir la certeza del
Redentor. La Piedra es parte de una Simbología que ratifica el valor intrínseco de los cimientos
como soporte de cualquier tipo de Edificación pero no necesariamente de una
persona en particular, la piedra de la
Iglesia es Cristo y su Evangelio.
No pretendemos conferir Autoridad
distinta a la establecida de Cristo para su Iglesia, no es posible asegurar que
la Comunión Eclesial dependa de la
aceptación de la Autoridad del Romano Pontífice, asunto para nosotros
zanjado hace algunos Siglos, nuestros “Signos de Comunión” son distintos si se quiere porque se remontan
a la figura de los Apóstoles y sus sucesores (PP. Apostólicos, Latinos,
Capadocios, Griegos) para más ilustraciones acudimos al Símbolo Niceno:
Creemos en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador de cielo y tierra,
de todo lo visible e invisible. Creemos en un solo Señor, Jesucristo, Hijo
único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de
Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado no creado, de la misma naturaleza que el Padre, por quien todo fue
hecho; que por nosotros y por nuestra Salvación bajó del cielo: por obra del Espíritu
Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre. Por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato: padeció y fue sepultado. Resucitó al
tercer día, según las Escrituras, subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre. De
nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá
fin.
Creemos en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el
Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los
profetas. Creemos en la Iglesia, que es Una, Santa, Católica y Apostólica.
Reconocemos un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Esperamos la Resurrección
de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
Los Signos-Símbolos de la Iglesia
Universal en casi su totalidad son asumidos por nuestra
Tradición al punto de delinear toda una Cosmovisión partiendo de las
aproximaciones a la época apostólica cuyas practicas (Praxis) siempre se
fundamentaron en la experiencia Cristiana de estos primeros Siglos, no podemos
hablar de una Liturgia propia en la extensión de la afirmación, pero si de una
Liturgia que tomó de lo Esencial y
articuló su pensamiento aportando también a su enriquecimiento, los PP. De la
Iglesia formularon en el Símbolo Niceno-Constantinopolitano la ratificación de
la presencia del Espíritu Santo en sus relaciones de Procedencia (Procesiones)
y la misma Madre Iglesia definió tres formas de comprender su Procedencia
(Quiauque):
·
Espíritu Santo Procede del Padre.
·
Espíritu
Santo procede del Padre y del Hijo... Espíritu Santo procede del Padre por medio del Hijo.
Superamos
la relación de Naturaleza planteada por los Concilios anteriores y que esta
Comunión acepta, solo quiero enumerarlos
para nuestro recuerdo y estudio personal, sobre las Relaciones Trinitarias:
·
Nominales del Padre- Hijo- Espíritu Santo.
·
Principio sin Principio.
·
Padre del Hijo.
·
Motor del Motor Inmóvil.
·
Único Subsistente.
·
Luz Inteligible.
·
Causa primera.
·
Causa Ejemplar.
·
Hijo del Padre… Engendrado antes de todo tiempo.
·
Amor del Padre.
·
Redentor.
·
Salvador de la Humanidad.
·
Persona Divina.
·
Consustancial al Padre (Misma Naturaleza).
·
Procede del Padre y del Hijo.
·
Comunicación Eterna del Padre y del Hijo.
·
Procesión del Espíritu Santo del Padre y del Hijo.
·
Manifestaciones
Ad-Extra de la Santísima Trinidad.
·
Misma Naturaleza que el Padre y el Hijo.
·
Espiraciones tanto Activas como Pasivas.
·
Del Padre y el Hijo al Espíritu Santo, Activas.
·
Del Espíritu Santo al Padre y el Hijo Pasivas.
·
Dios Padre Inmenso como Dios Hijo Y Dios Espíritu
Santo.
·
Perfectísimo el Padre igual el Hijo y el Espíritu
Santo.
·
Luz Inteligible.
·
Fruición.
·
Generación.
·
Sustancia.
·
Esencia.
·
Simple.
·
Concilio de Calcedonia (451) Sobre la Unión Hipostática de Cristo.
·
Libro de Oración Común Página (758-759).
Según la
formula Dogmática que profesamos y que está contenida en el Credo comúnmente
llamado de San Atanasio estructura la Teología sobre la Revelación de Dios como
Trinidad de Personas Divinas y rechaza toda posible interpretación distinta a
la Profesada, la terminología nos sirve
para la composición de nuestro marco teológico que en lo esencial no dista de
la Tradición de la Catolicidad… Calcedonia fue clave al luchar contra el
arrianismo y fruto de esta reflexión encontramos esta fórmula profesada: Engendrado, no creado, Consustancial al
Padre.
NO OLVIDAR: La Clausula Filioque para nosotros
como miembros de la Comunión Anglicana y parte de la Catolicidad creemos que
esta fórmula es aceptable y no altera la Tradición de la
Iglesia, no altera las concepciones de
las relaciones Trinitarias (Espiraciones- Procesiones), también aceptamos las
formulas anteriores que sostienen la Procedencia del Espíritu Santo del Padre
(Subordinacionismo griego) son igual fórmulas que no modifican el Símbolo de nuestra Fe. Ellas no suponen
derogación de Doctrina alguna, ellas no
ponen en duda la Sustancia divina o la Esencia
misma de Dios Padre-Hijo-Espíritu Santo, así como las operaciones
(orígenes) tanto Ad-Extra como Ad-Intra de la SS. Trinidad.
Complementando
la reflexión diremos: El conocimiento intelectual en nosotros nos dice que en
la Gramática existen las oraciones que componemos constantemente y que tales
oraciones tienen su origen en la reflexión intelectual, no es posible suponer
que en nuestro Idioma los Verbos afloran solo en la Escritura, antes
procedieron de nuestro conocimiento Intelectual para construirlos, escribirlos
y conjugarlos según la oración, en la Mente Perfectísima de Dios sucede algo
similar, Existe una Procesión Intelectual en Dios por la que existe el Verbo, ejemplo de ello
es la Encarnación que supone un Eterno Retorno del Hijo al Padre “ siempre” y
desde luego en la Simplicidad de Dios no
puede existir algo que no sea Dios mismo, su esencia y no distinta a esta,
luego el Verbo es Dios, según esta formulación nosotros suponemos que el conocimiento de Dios es en sí mismo el
conocerse y amarse plena y totalmente al punto de proceder de tal eterna acción
el Dios Espíritu Santo, desde luego, unido al Hijo (Con el Padre) cuya acción reveladora se realiza en el Dios Espíritu
Santo como Don revelador (Persona) de las Relaciones Trinitarias… Aunque sea
difícil de comprender es necesario para entender que el Símbolo
Niceno-Constantinopolitano, es la Identidad Teológica de nuestra
Comunión y Catolicidad. Esta Iglesia no profesa cosa distinta y por tal razón
duele profundamente el estar en la situación en la que nos encontramos, pero
sobre todo por no continuar en el camino que señala la Tradición de la Iglesia,
La Mente de Dios es la fuerza creadora que transforma su Pensamiento en Obra
dejando establecida su Causalidad perfectísima para la Creación de la que el
Hijo Eterno es Causa Eficiente y Ejemplar
(Donde está el Padre están tanto el Hijo como el Espíritu Santo y así
con las demás Personas Divinas) la Mente creadora de Dios procede por su
Voluntad en una operación Simple en su Perfección: Cuando Dios Ama- Piensa y cuando Piensa-Ama, son la misma
Acción porque al no haber Compuesto
alguno en el Subsistente por Antonomasia toda Acción es una y misma como el Pensar y el
Amar.
Nosotros
tomamos de la Tradición de la Catolicidad
absolutamente todas sus enseñanzas y hacemos una “Pausa reflexiva” a
parir de la constatación como tal de aquellas enseñanzas que consideramos son
fruto de la “Intuición de Roma” pero que en ausencia de la Iglesia de Oriente y
nosotros no tienen la obligatoriedad de ser asumidas como fruto de la Tradición
apostólica, me refiero concretamente a los Dogmas proclamados por Roma sobre La Inmaculada Concepción y la Infalibilidad
Papal, los consideramos un esfuerzo
por capitalizar imaginarios religiosos en el Pueblo Católico sin formación y
fetiche de una Teología ingenua, por lo demás estamos en capacidad tanto Ética
como Moral de acoger las enseñanzas de la Tradición. Sobre la Inmaculada
recuerdo la fórmula del Franciscano Escotto: Dios lo podía, era conveniente, luego lo hizo, este Axioma
Teológico se refiere a la Voluntad Divina de Preservar a la Virgen Madre en el
ejercicio de su vida de fe y disponerla a tal Gracia, no implica que su Persona
fuera divinizada sin conocer la muerte, la Magnitud del llamado se refleja en
la Voluntad y opción fundamental del que es llamado y lo atiende, es pues una
especie de Predestinación a los ojos de la Tradición pero tal Predestinación
deja completamente libre al que es llamado, libre para optar o rechazar, lo
grande de la figura de María es y fue la capacidad de seguir el curso del plan
Salvífico, la Comunión Anglicana fiel a los PP. De la Iglesia busca No restar
Humanidad a la Madre de Jesús, intuitivamente exclama el Hiponense: María fue Madre de Jesús en la carne pero
no del Verbo Eterno de Dios, quedando en pie su Naturaleza de Persona
Humana y solo Humana, así mismo no la hemos nombrado como Madre de la Iglesia, considéramos que
María es la primera entre los Glorificados (Deificados) pero es improcedente
asumir que posee una Maternidad Universal muy por sobre la Iglesia, para nosotros la
figura de María es Modelo de vida y
Espiritualidad como quera que vivió el Misterio de la Encarnación y vida del
Salvador, somos sin duda en esta Cuestión clara Sintonía con los PP. De la Iglesia
especialmente los Apostólicos, incluso hasta Orígenes (Siglo III fundador de la
Escuela Alegórica de Alejandría junto a Clemente).
Nuestra
Tradición reconoce la vertiente más temprana y señala con ella que solo Jesús
es el “Camino que lleva al Padre Dios”
La Virgen Madre es Modelo pero solo en esa dirección, reclamamos la Maternidad de la Iglesia sobre
los Bautizados… No perdamos de vista ni por un momento que la Iglesia
Engendrada en Pentecostés asume su Rol y transmite la Voluntad Salvífica de
Cristo en sus Ritos, Signos-Símbolos y en su Evangelio, ella guarda el Deposito
de la Fe.
LA EUCARISTÌA SIGNO DE COMUNIÒN Y UNIVERSALIDAD.
La Praxis
de nuestra concepción Mistagógica nos lleva a asegurar categóricamente que la
Santa Eucaristía es el Sacramento por Antonomasia de la Unidad y catolicidad de
la Iglesia de Cristo y ya superamos en gran parte la clásica discusión sobre la
Presencia “Real” de Cristo en las formas Consagradas, nosotros vivimos la
Epiklesis como enseñó la Iglesia desde siempre, estamos invocando el Espíritu
Santo sobre los Dones materiales, nuestra noción sobre la Actualidad del
sacrificio Eucarístico se conserva intacto, sabemos que la Presencia del
Salvador es dinámica y viva y que la
Iglesia sabe que su Señor está
junto a ella y se reserva el manifestarse a sus Redimidos conforme estos
crezcan en su Camino y Espiritualidad, dejamos
en absoluta libertad a los sentidos no los encasillamos en la teoría del
Conocimiento ( Consustancial o Transustancial) no decimos que el Redentor
altera la composición química de las especies consagradas, no vivimos la
formalidad de esta Doctrina sabemos que el Salvador de la Humanidad se
manifiesta bajo el Signo eucarístico pero de forma misteriosa, eso sí acudimos
a la fenomenología de la Fe (cabe el término) para fundamentar nuestra sólida
experiencia con el Resucitado, dicho de otra forma: La Metafísica de la Santa Eucaristía es la presencia amorosa del
Salvador en el Rito y corazón de la Asamblea, no en la modificación de las
especies del Pan, Agua y Vino.
Asumimos
que nuestra relación con Dios se vive en la forma y modo del Sujeto que en
actitud dialogante “conversa” históricamente con su Creador y escoge este
dialogo hasta la misma Eternidad, vivimos el Yo, el Tu, el Nosotros, en nuestra misma Alteridad e Inmanencia que por
la Gracia de Dios es Trascender y Salvación. Vivimos la Trascendencia que
camina en dirección de Dios desde la concepción misma de la vida y la
Información divina o Alma a nuestros cuerpos, que es nuestra Corporalidad y
Corporeidad.
Sobre la
Confección Sacramental vivimos la Idoneidad de los ministros
Ordenados como desde siempre lo procuró la Madre Iglesia (Obispo, Presbítero y
Diacono) heredamos en Occidente el Monacato y la vida Consagrada desde San
Jerónimo que la llevó a Jerusalén, hace 1500 años, distribuimos la Santa
Eucaristía a nuestros reclusos y enfermos,
celebramos los tiempos de la Liturgia como lo prescribió Gregorio Magno uno de los grandes
Latinos… Celebramos la Pascua del Salvador, su Nacimiento y Triduo Pascual. Corre
por nuestro Ser Eclesial la Sangre de los Apóstoles sus sucesores y PP. De la
Iglesia hasta el Siglo VIII cuya lista cerramos también con Isidoro de Sevilla,
también aseguramos con la Tradición: El Canon de las Sagradas Escrituras está más en el
corazón de la Iglesia que en los Libros Sagrados, de ese Corazón tomamos
también nuestro palpitar, sentir y vivir, es pues la catolicidad la vida de
esta Comunión es inadmisible estar fuera de ella, o expresar que no es
necesario vivir en ella, nuestros
Pastores deberán hacer todo para resarcir el daño a nuestra Comunión.
Unidos en
Cristo.
Rev. P.
Diego Sabogal.