LA PALABRA, SIGNO VIVO TOTAL Y TOTALIZANTE EN NUESTRO LENGUAJE.
INTRODUCCIÒN.
La exposición de nuestro Lenguaje se manifiesta en la Palabra y en
nuestra capacidad de transmitirla según la necesidad Idiomática que tengamos,
estamos aclarando inicialmente que la
Palabra expresa Naturaleza y Esencia
de las cosas que nosotros describimos mediante su uso, nuestra capacidad
de Comunicación hace de nosotros Seres
en actitud y postura de dialogo permanente, esta afirmación nace en la forma
como interpretamos los Signos de la Existencia y damos a conocer como los
asumimos en nuestro Discurso (Paradigma) no existe Palabra que estrictamente carezca de significación,
solo dado el caso en “Seudo-lexicos” que operan como Lenguaje alterno que no dice nada a otros pero mucho a
algunos, nosotros debemos depurar nuestro lenguaje y hacerlo óptimo para transmitir una Idea o expresión de
Cultura al servicio de nuestro Ministerio o encuentro diario con el otro donde
debe aflorar su Dignidad y Comprensión, entrando de lleno en la Naturaleza del
lenguaje puedes profundizar investigando sobre la estructura interna de la
Palabra o su Morfología y la Fonética.
PALABRA Y
LENGUAJE.
Fue en la antigüedad el medio
predilecto de la Revelación Divina al punto de sortear obstáculos de sus interlocutores,
basta mirar el caso de Moisés y su dificultad para hablar y del propio Jeremías
que acusa la inmadurez de su Edad como dificultad o escollo a vencer a la hora
de comunicar de parte de Yahvé, asunto
que ineludiblemente llega a nosotros
en nuestra Ministerialidad como “Anunciantes de la Palabra”
La
Palabra
constituye la cadena de Información limitada solo por delimitadores tanto
hablado como escrito, estamos asumiendo que la capacidad de Evangelizar solo
puede ser limitada en su exposición en la finitud de quien Evangeliza, esta connotación nos habla de la necesidad de
conocer la terminología que empleamos en nuestras Catequesis y Homilías, el
hablar estéticamente bien no obedece a la prolijidad del discurso sino a su claridad y precisión, la Estética en La
Gramática pasa por la Armonía de los términos en cada Contexto en el que son
empleados y de esta forma se conserva
también la Integridad de los enunciados y el contenido sobre el cual versa el
Discurso, El Ministerio es por
naturaleza anunciante y celebrante de lo anunciado, nuestra Cosmovisión toma
muchísimos elementos de la Historia y
por medio de la Palabra los articula y ordena bajo una finalidad
concreta y determinante, sin un Lenguaje claro sería muy difícil poder
transmitir la totalidad de una Idea y
esperar ser comprendida, La Palabra
Bíblica es Viva y Veraz esto quiere
decir que al ser actualizada en nuestro Discurso debe conservar su Naturaleza
Revelada intacta por este argumento de peso la Iglesia desde el Siglo III
definió finalmente su Canon Escrituristico cerrando el paso a Añadiduras e
interpretaciones dudosas sobre su Intencionalidad.
La profundidad de nuestro Lenguaje requiere ser
expresado en categorías de conocimiento lo que indica con absoluta claridad que
la exposición de una Idea o la interpretación de un acontecimiento pareciera
atemporal sino fuera por la Palabra que sitúa tal acción en el Tiempo y el
Espacio, el Ministro debe conocer que la Palabra Inspirada se interpreta bajo
los parámetros que la Iglesia en su comprensión
del Texto Sagrado de Tradición
hace, puesto que la Disciplina mantiene el
Buen Juicio evitando salirse
de unos lineamientos que pueden desdecir de la Historia misma y jugar con los
contextos y su interpretación, lo que permite recordar que nuestra Catolicidad
no solo es proclamada en el Signo-Liturgia
del Credo (Niceno-constantinopolitano) sino en la Coherencia-Interpretativa o Escrituristica.
Una vez más afirmamos que la Estética en la
Interpretación del Signo-Revelación no obedece a la Emotividad generada en la Asamblea ni
en el Predicador sino en la transmisión Coherente del Mensaje en el Contexto de
su Universalidad, la Estética consiste en esa precisión antes que en la
Floritura de la terminología empleada.
La Coherencia del Mensaje es de Naturaleza Revelada
y no estoy hablando de los fundamentos Etéreos para algunos, sino de la
concreción de una Revelación potestativa de la Iglesia bajo la acción de sus
Ministros, quien Predica sin importar su Ministerio (Ordenado o Laico) lo hace
por Potestad de la Iglesia y solo por ella… Solo Cristo comunica a la Iglesia
la Plenitud de su Ministerio y solo de su Gracia se recibe tal Don, en cuanto a
nuestro lenguaje este se convierte en un Atributo que Predicamos del Ser y como
tal expone lo conocido por este, sin caer en la esfera Socrática podemos
afirmar que el Conocimiento y sus
definiciones de Moral y Naturaleza si podemos determinar que la mejor exposición y riqueza de nuestro
Lenguaje facilita y facilitará nuestra “Fidelidad al Mensaje” y hará del
Clérigo y el Seminarista una Idónea
referencia Cultural para quienes le conocen y son pastoreados por estos. Para
tener presente existen Tres grandes grupos de lenguaje:
·
Lenguaje Humano.
·
Lenguaje Animal.
·
Lenguaje Formal. Este corresponde a construcciones artificiales que
usamos particularmente en las Matemáticas, pero que entran en categorías que
conocemos y asociamos también al nuestro.
Cada interpretación de la
Comunicación que está a nuestro alcance requiere conocimiento y disciplina de
parte nuestra y es posible acudir a concepciones que desdibujan nuestra
Cosmovisión y que complejamente nos hablan de Seudomodos y seudoformas comunicativas que aunque tengan cabida
entre nosotros son particularismos más no signo de Universalidad o en el mejor
de los casos provienen de concepciones
Eclesiales muy respetadas pero no en vocación Universal como nuestra
Catolicidad.
Revdo. Diego Sabogal.
Cristoeseltema.blogspot.com
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