MARÍA VISITA A SU PRIMA ISABEL…
(Lc 1:39-45).
La
sensibilidad de Lucas (Lc) es muy especial a la hora de “Retratar” a la Virgen
Madre, este Evangelio como ninguno acude a la Humanidad de una Mujer que ante
los acontecimientos de su fe profunda entra en un estado de Alegría espiritual que le permite responder a estos eventos que
rodean y rodearan su vida, la visión Lucana presenta a María como la Auténtica Israelita
que confía plenamente en el Señor y sus Promesas como lo describe Isabel en el
(Vers 45) ella vivió la promesa y es aquí donde María encaja perfectamente en
las tradiciones de su Pueblo, nosotros que somos los Bautizados y disfrutamos
de estas Promesas en adelanto de la Eternidad estamos llamados a conducirnos
como quienes conocen y saben de la Bondad y el Amor de Dios, la felicidad de
estas dos Mujeres es particularmente conmovedora, es como ver la felicidad de
quien recibe lo que espera y el Bautizado no puede vivir de forma distinta su
Fe y Esperanza en la total realización de la Promesa del Salvador.
Los
“Inocentes” termino que empleamos para designar a los que viven con Humildad en
las manos de Dios y se alegran como María por el cumplimiento de la Palabra de Dios
que como dice la Escritura “No vuelve a mi sin lograr su cometido” y ese
cumplimiento reaviva su experiencia cristiana en la vivencia de su “Pacto
Bautismal”.
La
Bendición de Dios en la vida de María se hace proporcional a su Confianza y
entrega total en Dios y en el mismo desarrollo de la Promesa que fue involucrando
su vida al punto de Configurarla lo que nos lleva a asociar la Promesa con la Gracia que transforma la
vida del Bautizado y en María antes que en nosotros.
La
promesa en María es la materialización de todos los anhelos del Pueblo así como
de una muy fuerte Esperanza que nos dice que la verdad de Dios se puede hacer realidad en quienes de forma desprevenida aguardan en su Amor y por ende en la Gracia
que en la experiencia personal se sobrepone con creses a la Des-gracia de la ausencia de Dios en la
vida de los Pueblos y muchas personas… El Magníficat
o Canto de María, que prosigue a este encuentro familiar relata desde la
Historia de Israel los triunfos de Dios y los suyos por sobre la desesperación y
la perdida sistemática de la Esperanza en su promesa antes que María así lo
relata Ana en su Cántico (1Sam 2:1-10)
es la forma de poner en perspectiva la intervención de Dios en favor de los suyos,
exalta la Ternura de Yahvé en quienes esperan su Misericordia, este bello Cántico lo puede entonar el Bautizado
que se siente “Percibe” la Realidad de la Bendición de su Dios.
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