domingo, 13 de diciembre de 2015

CUARTO DOMINGO ADVIENTO...MARÍA VISITA A SU PRIMA ISABEL.

MARÍA  VISITA A SU PRIMA ISABEL… (Lc  1:39-45).

 
La sensibilidad de Lucas (Lc) es muy especial a la hora de “Retratar” a la Virgen Madre, este Evangelio como ninguno acude a la Humanidad de una Mujer que ante los acontecimientos de su fe profunda entra en un estado de Alegría espiritual  que le permite responder a estos eventos que rodean y rodearan su vida, la visión Lucana presenta a María como la Auténtica Israelita que confía plenamente en el Señor y sus Promesas como lo describe Isabel en el (Vers 45) ella vivió la promesa y es aquí donde María encaja perfectamente en las tradiciones de su Pueblo, nosotros que somos los Bautizados y disfrutamos de estas Promesas en adelanto de la Eternidad estamos llamados a conducirnos como quienes conocen y saben de la Bondad y el Amor de Dios, la felicidad de estas dos Mujeres es particularmente conmovedora, es como ver la felicidad de quien recibe lo que espera y el Bautizado no puede vivir de forma distinta su Fe y Esperanza en la total realización de la Promesa del Salvador.

Los “Inocentes” termino que empleamos para designar a los que viven con Humildad en las manos de Dios y se alegran como María por el cumplimiento de la Palabra de Dios que como dice la Escritura “No vuelve a mi sin lograr su cometido” y ese cumplimiento reaviva su experiencia cristiana en la vivencia de su “Pacto Bautismal”.

La Bendición de Dios en la vida de María se hace proporcional a su Confianza y entrega total en Dios y en el mismo desarrollo de la Promesa que fue involucrando su vida al punto de Configurarla lo que nos lleva a asociar  la Promesa con la Gracia que transforma la vida del Bautizado y en María antes que en nosotros.

La promesa en María es la materialización de todos los anhelos del Pueblo así como de una muy fuerte Esperanza que nos dice que la verdad de Dios se puede hacer realidad en quienes de forma desprevenida aguardan en su Amor y por ende en la Gracia que en la experiencia personal se sobrepone con creses  a la Des-gracia de la ausencia de Dios en la vida de los Pueblos y muchas personas… El Magníficat o Canto de María, que prosigue a este encuentro familiar relata desde la Historia de Israel los triunfos de Dios y los suyos por sobre la desesperación y la perdida sistemática de la Esperanza en su promesa antes que María así lo relata  Ana en su Cántico (1Sam 2:1-10) es la forma de poner en perspectiva la intervención de Dios en favor de los suyos, exalta la Ternura de Yahvé en quienes esperan su Misericordia, este bello Cántico  lo puede entonar el Bautizado que se siente “Percibe” la Realidad de la Bendición de su Dios.



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