DIOS Y NUESTRA INMANENCIA… CAMINAR CONTINUAMENTE.
Nuestra vida no se detiene ni llega
primero a su destino, no se remonta así misma desde su Historia personal, no
puede ni podrá salir de los límites del
Mundo (Tiempo y Espacio) es aquí donde nuestra perenne Inmanencia se ve así
misma contemplada por su Creador, ve en
su vida más que una cadena la fuente de su realización pero si quiere “Volar” deberá ser liberada de su
personal Intrascendencia, es pues esa Intrascendencia la que como Acto
Inmanente le sujeta a su Realidad material y hace que no vea ni perciba más que
su propio aliento, comprendo perfectamente la preocupación de Spinoza y sus ingentes esfuerzos por
asegurar que la presencia de Dios fuese indispensable para explicar la
existencia de todo lo Creado, veía a Dios manifestado en su obra, para que esta
viviera su Creador debía estar en ella para justificar su existencia, es pues
aquí la Trascendencia la que supera
la Realidad de la Criatura y sus limitaciones esenciales… Qué paradoja tan
grande para nosotros que queramos vivir de espaldas a la vida plena y la
busquemos desde los modelos de felicidad pertenecientes a nuestra absoluta
Inmanencia (Como si fuésemos arboles sin fruto) hoy viendo el Mundo y su manifestación
cognoscible, viendo el “Soma” que nos rodea recuerdo al Hiponense y su muy
particular forma de percibir esta Realidad y bien lo pronunció así o similar a
este enunciado: es la propiedad por la
cual una determinada Realidad permanece como cerrada en sí misma, agotando en
ella todo lo que es y posee, gastando la
vida misma… Qué claro en su
concepto, que podríamos decir de lo que somos y buscando ser pero sin entrar en
nosotros mismos para salir de sí mismos, esta llamada Realidad sino se deja
Informar por Dios terminará diluida en la nada de una existencia sensorial
consumida por sí y para sí misma, es Dios quien puede salir de sí Mismo y
comunicar su vida y Gracia, es Dios y su Amor nuestra Trascendencia y Plenitud,
trascender es un ejercicio de vida que busca su perfecta realización y lo
expresa en la vivencia de su fe y cercanía de Dios, el Hiponense tiene absoluta claridad cuando
afirma la Trascendencia del Ser en Dios y la vital realización de su
existencia, esta nuestra Inmanencia necesita a gritos de la Inmanente presencia
de Dios en su obra la Creación, es casi un absolutismo Inmanente que difiere
del cuasi panteísmo de Spinoza, pero retomando la ruta del Hiponense llegamos a
la Escuela Agustiniana del Siglo XIII con Alejandro de Hales y su Discípulo el
seráfico (San Buenaventura) en plena
Escolástica y es justo en este tiempo donde se desarrolla una concepción de sus
diferencias bien marcadas: Actio immanens y Actio Trasiens en
estos enunciados encontramos la diferencia para no continuar en ellos.
Pero en San Agustín es bien posible
y plausible ver relación donde aparentemente no la hay, puesto que ve en la
Inmanencia un momento inicial de la misma Trascendencia y su cometido, es como
indicar que el Trascender es justo un momento después de la Inmanencia y que la
Fe en el Bautizado sin duda le permite ver la posibilidad de Eternidad que
corre por sus venas, nosotros no hablamos de particularizar la Salvación o la
presencia de Dios en una u otra persona, estamos viendo la Posibilidad-Realidad de la actualidad de la Presencia de Dios en
cada uno de sus hijos y la Creación
cósmica... Dios es la única Realidad que no se muda y
cuyo Naturaleza sin compuesto alguno le hace superior a componente, Accidente o
Cualidad mudable, siguiendo a Aristóteles y a la posterior Escolástica: Dios Motor Anterior y necesario al Inmóvil,
el ser anterior a lo anterior (Antes no hubo nada) supone la Esencia misma del Ser de Dios como
Puro y Perfecto sin consideración alguna distinta a su Voluntad y Gracia, queda
claro que como Causa de todo, también de Dios dependen las Consecuencias no
de las acciones del Ser Humano sino de la vida en todas las
formas en las que se recrea.
Cuando entramos en nuestra
Espiritualidad vemos claramente que el Momento de Orar solo facilita el aflorar la génesis de su
presencia en nosotros, nos reunimos no solo en su Presencia, lo hacemos sobre
todo en nuestro Ser Interior donde se manifiesta y brota la Gracia de su Amor,
Ad-Extra se manifiesta Dios (Relaciones o Procesiones de la SS. Trinidad) Dios se comunica con sus Hijos Redimidos en un
movimiento de nuestra Conciencia, como podríamos tocarlo en nuestras
manifestaciones de “Alegría espiritual” y luego al finalizar el paroxismo
volver a la Realidad personal que no fue alterada, también es posible asegurar
que Dios como Causa Ejemplar, Material y
Final de todo cuanto existe en la Creación bien puede estar y está presente
en el Creyente, esta Primicia afirma categóricamente la necesidad de
vivenciarlo en los componentes de toda nuestra Realidad, o dicho de otra forma
buscar la familiaridad con el Dios de la vida bajo los conceptos de su
Presencia Justificadora, si nosotros caminamos en Pos de su Gracia es posible
que la Causa Ejemplar que dice establecer algún parecido (podemos afirmar)
entre el Creador y su Obra constatará que aunque no somos ni remotamente
cercanos a Dios si se establece una Causalidad
para permitir la Salvación de la Humanidad, todo ello por la Misericordia
de su Amor que a pesar de no identificarse con nuestra Naturaleza y no tolerar
el pecado hace un infinito Acto de Amor para Redimir nuestra Naturaleza, Dios
por Esencia es el Ser Subsistente y no puede ser más que Uno, a propósito dice
el Hiponense: Señor dos cosas hiciste,
una cerca de Ti (Ángel) otra cerca de la nada (Materia).
El acercarnos a Cristo no es un
asunto de una muy particular percepción de la Realidad Espiritual o de los
motivos para hacerlo, caminar en Pos de su Gracia es por Esencia su Voluntad y
solo ella, también podemos indicar que su Presencia entre
la Humanidad es un Acto de Sumo Amor que sale de su Corazón (Figura de sus
Procesiones Ad-Extra de la SS. Trinidad)… es sin
duda Dios que se deja tocar por decirlo de alguna forma de la Humanidad y como
un reflejo de Luz pasa cerca de nosotros (No estamos desconociendo su Presencia
en nuestra propia Inmanencia) pero en la Esencia y Naturaleza de nuestra
afirmación no existe posibilidad alguna de Merito de nuestra parte más allá de
su Amor Redentor, tanto respeta nuestra Naturaleza que deja en la excelsa
Sabiduría que nuestra Voluntad abra las puertas de su Gracia, no produce transformación alguna que nosotros
no deseemos y es al punto de transformar cada segmento de existencia y no opera
solo por momentos o paroxismos espirituales ya que su Gracia nos conduce a la Fruición (Termino del Hiponense que no
es asociado en su Naturaleza con el Neo-Platonismo de Plotino) el poseer el
Amor de Dios es un cumulo de las manifestaciones o visitas al Alma del Creyente
(Espiritualidad de los Reformadores del Carmelo) nuestra Oración reconoce su
presencia y toque de Gracia, nuestra Oración se vive en el alma misma de la
Iglesia como una fuerza que de dentro sale a la Realidad Salvífica de Dios en
la Persona de su Hijo y el Espíritu Santo, nuestra Oración transforma el Mundo
que pasa de la percepción de los Sentidos (Estados de ánimo) a la Verdad
revelada por el Espíritu Santo (Prometido
por Cristo) esa Verdad que aunque muchas veces se exprese en la Soledad del que
Ora lo hace como purificando cada apego que mientras los tenemos estamos
seguros y tranquilos haciendo nuestros deberes y cotidianidad pero una vez nos confronta la vida y el tiempo
en ese momento la Paz Interior es la primera en saltar de la Realidad que
vivimos a la Realidad añorada y asumimos la postura defensiva de señalarle a
Dios que No hacemos mal alguno como si
el camino del Alma se relacionara solo con las definiciones de nuestra Ética y
Moral, no se trata de buscar
explicaciones sino de afirmarnos en la Soberanía de Dios que
busca ingentemente que nosotros nos despeguemos de las seguridades artificiales
y le busquemos verdaderamente y no solo en el cobijo de la Oración emotiva y
dominical, Hoy el Mundo rechaza las manifestaciones de Piedad y las considera
atrasos culturales, Hoy el Mundo busca en su propia reflexión al que está fuera
de sus categorías cognoscibles, buscan la Verdad pero bajo los Signos de su
sola Voluntad, el Pos-Modernismo se
siente muy incómodo ante lo que ellos llaman Discursos absolutistas (Biblia, Religión) ven solo la dimensión
Antropológica de la Iglesia y juzgan sus vacíos humanos como queriendo dejar la
posibilidad de ver en la Institución más que acciones eminentemente humanas e
históricas por naturaleza, el Cristiano no puede caer en el “Discurso
materialista” que hace de Dios un Medio
de Realización mundano para dejarle solo la tarea ($$$$$$) en la vida del Bautizado o el Dios Centro Medico que solo
se revela quitando dolores a sus hijos, la vida Espiritual es mucho más que
eso, es muchísimo más que responder a necesidades Fisiológicas o Naturales en
nuestra experiencia de existir, no podemos creer que así se construye relación
santa todo lo contrario entramos en un Servilismo
espiritual que puede hacer de nuestra oración un mero ejercicio de
enunciados creíbles desde lo necesitado y solo así… Manejar las emociones
dentro de un posible esquema ritualista no asegura la presencia de Dios y
tampoco al ser inducido en la persona puede tomarse como Signo de Presencia
Sobrenatural, nosotros empleamos la Oración como medio de Comunicación con la
Trascendencia, como forma o modo de vivir nuestra Espiritualidad en esta Inmanente
Realidad, no creemos que la Oración sea instrumento para algo distinto del
afirmar nuestras propias creencias y vivencias, la Oración marca tanto el
comienzo como el final de cada una de nuestras actividades y asegura la
continuidad de su dinámica, no perdamos de vista que la Subjetividad puede
jugarnos malas pasadas, esta Comunión Eclesial en su Universalidad y por ende
Catolicidad admite y vive todos los elementos posibles de la Oración y los
asume como expresión de su Riqueza tanto Cultica como Cultural pero deja en
completa Libertad a sus Fieles de vivir según su Carisma y modo lo indiquen,
asunto este que se deja a la Conciencia y Personalidad religiosas de cada uno… Tenemos
por seguro la Presencia de Dios en cada una de nuestras Realidades y buscamos
que todas ellas confluyan bajo el Signo del Evangelio del Salvador, es un principio de Identidad y Unicidad
Eclesial como tal.
Unidos en Cristo.
Rev. Diego Sabogal.
Epifanía.
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