AÑO NUEVO 2016… CADA DÍA UNA NUEVA OPORTUNIDAD.
Con el correr de las horas para muchísimas personas comienza
una muy particular carrera si se quiere contra el Tiempo, buscan sin duda un
mejor año pero en su reflexión ignoran (O puede pasar) que los cambios y
transformaciones tanto personales como familiares y a nivel de la Sociedad no
dependen del Año que llega sino de la Perspectiva y Vocación como lo
enfrentemos, la percepción del Tiempo no afecta esta Realidad solo a quien cree
que los días son factor decisivo en su proyecto de vida… Reconocemos la (Creada
inmutabilidad del Tiempo) y que lo único que cambia es la forma como lo
percibimos, su impacto llega a todo nivel y es tanta su fuerza que puede hacer
(Para algunos) que frustración y felicidad caminen por sus horas tomadas de la
mano.
Nuestra Vocación como Creyentes no es ajena a este paradigma
del Tiempo pero difiere mucho de la concepción materialista del mismo, de un
materialismo que cree dominar las consecuencias del existir en la imperfección
de sus atributos y accidentes, razón tenía el Hiponense cuando afirmó: Nacer es empezar a morir, y en la misma
esfera de la percepción del Tiempo como Realidad Espacio-Temporal afirma: Ora como si todo dependiera de ti y actúa
como si todo dependiera de Dios, la significación es bien clara para nosotros, estamos sujetos a lo
Espacio-Temporal pero nuestra conexión con la Trascendencia puede hacer que
nuestra Realidad “Salte” por sobre los obstáculos de la espera o necesidad. La
Coherencia en cada una de nuestras acciones puede y debe transformar tanto su
Naturaleza como Finalidad y adentrarnos en la Gracia de un ordenado Acto Humano, no cabe duda sobre la
necesidad de establecer en cada Acción una Intencionalidad
Salvífica con toda su fuerza y poder, Dios no Salva acciones puntuales como
sí Históricas.
Cada Año que vivimos nos plantea el reto de asumir el peso de
lo vivido frente al Tiempo gastado, cada Año nos dice que existe una percepción
distinta según la materialidad del Tiempo, es decir, existe al menos tres concepciones Análogas de
nuestro Tiempo, por un lado el Tiempo
Cósmico que tiene que ver con el Tiempo de la Materia Creada por Dios, y
cuya exactitud en el Movimiento es todavía imposible de datar o señalar
Cronológicamente, encontramos el Tiempo
personal que inicialmente es posible ubicar con precisión en el
Tiempo-Espacio, bajo el principio de la Existencia Crono-Material y Crono-Racional la que señala tanto la
Década como el Siglo pero a diferencia del Cósmico puede trascender a una existencia
Beatifica en la presencia de Dios, contrario al primero la Información de la
Gracia puede transformar la concepción Metafísica de nuestra Existencia finita donde el Ente como tal se mude en Eterno
(Glorificado) y para poder de esta forma unirse al
tercer grado cognoscible de Tiempo el Kairos
de Dios hagamos la salvedad al respecto, es Tiempo para la Criatura
pensante en categorías imperfectas, pero no para Dios cuya esencia Pura y Simple (Sin compuestos) no admite sujeción
a cosa mudable o creada como el Movimiento y por ende Tiempo.
La Gracia no se muda en el Tiempo, la Gracia se espiritualiza
y hace perceptible su Influjo en la Historia, Dios no posee Tiempo pero se le percibe en estas categorías
Tiempo-Espaciales, (Solo en la Liturgia se pueden relacionar Salvíficamente
estas Realidades) lo que sucede es lógico, ¿cómo pensar en Eternidad Si somos
mudables?, el aceptar nuestra propia Evolución no es cosa distinta a afirmar muestra Mutabilidad, lo contrario a
este concepto es un Nominal de Dios Inmutabilidad.
El prólogo de Juan (25 de Dic) señala bellamente que: En el Principio ya existía la Palabra y
aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios, no señala principio
como Inicio de Tiempo alguno, señala principio como deleite de Dios en sí mismo
en su absoluta Perfección, en un verse y Amarse Eterno, Inmutable, lleno de
Gracia, cuya Palabra nunca se agota cuya luz todo lo llena, no es el Tiempo
perceptible, es la Eternidad hecha Amor y Contemplación, es la Belleza SIEMPRE antigua y SIEMPRE nueva de la Poesía del
Hiponense, estamos corriendo cada 31 de Diciembre bajo el Signo de un Cronos
rebelde que cada segundo consume energías y vida, estamos corriendo
frenéticamente ante la Historia de nuestro pasado y presente, estamos corriendo
aunque no sabemos la meta cierta de cada segundo gastado…
Hoy se hace necesario sopesar las motivaciones para hacer de
nuestro Tiempo algo precioso y lleno de vida, El Prólogo Joanico con creses lo
consideramos el Evangelio del Tiempo en
la misma Perfección de quien se hizo Ser Humano bajo sus leyes (Movimiento)
aunque Él no puede ser arropado por su degradación, solo Dios podía ser
sumergido a sí mismo en la Realidad que introdujo la ausencia de la Gracia,
luego el Tiempo que ve nacer, florecer y fenecer es la imperfección por Antonomasia que
nuestros Primeros Padres creyeron abrazar en el Paraíso ( figura más Humana que la presentada inicialmente
en la interpretación que algunos todavía hacen del Gn) nosotros consideramos
desde nuestra postura Teológica que Tiempo
y Materia existieron al ser creados a la par (Hiponense). Es una paradoja
que el Verbo Eterno descrito por Juan como Causa
Ejemplar de la Creación fuera rechazado por la Humanidad: Aunque Dios hizo el mundo por medio de Él,
los que son del mundo no lo reconocieron, cuantas veces nos entretenemos con las maravillas de la
Naturaleza y dejamos de largo a su Creador y solo
para nosotros la Evidencia de lo Bello no parece remitirnos a su Creador, es
pues indispensable apreciar la Belleza como “Mojón” que indica a su hacedor…
Un Nuevo Año es una Nueva oportunidad de seguir afirmándonos
en nuestros ideales y convicciones de vida, es ver el Presente con ojos de
Porvenir y movernos a la consecución de
nuestros Propósitos, miremos con los ojos
de nuestra Fe y fácilmente veremos un Signo más del Amor de Dios en nuestras
vidas.
Feliz Nuevo Año 2016.
Rev. Diego Sabogal.
Epifanía.
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