EL HIJO DEL HOMBRE
TIENE QUE SER LEVANTADO… (Jn 3:14-21).
La visión Joanica asocia la Tradición en busca de la
justificación Histórica de los acontecimientos que conectan al Salvador con la Vida y Obra
del Pueblo de Israel en circunstancias idénticas en continuidad de la Historia de Salvación que en Cristo se
vive como fundamento del Colectivo de Fe tanto del Pueblo como de los
Discípulos o allegados al Redentor… La Serpiente en el Desierto Levantada por
Moisés, es figura del Poder de Dios para los suyos que peregrinando buscan la
plenitud de su fe que no pueden
alcanzar, cosa distinta en Cristo Causa Eficiente de nuestra Salvación, a esta
figura suma Cristo la actualidad de su Mensaje que condiciona la Fe que se
traduce en Eternidad que asociado al Mundo y al Amor de Dios desencadena la
Salvación de la Humanidad, Cristo levantado en lo alto tendrá delante de si el
panorama de la Gracia actuando para Redención de la Humanidad, así su Santísima
Sangre llegará a cada rincón de la Creación en una maravillosa Comunicación de
vida Plena.
Esta Luz condiciona el Orden esencial de la presencia Divina
en la Naturaleza y Humanidad, somos Hijos de la Luz y nos enfrentamos al trance y rivalidad de la oscuridad que como pecado y sus estructuras desdibuja la
Imagen de Dios en la Creación (Humanidad). Las obras son consecuencia de la
Inhabitacion de la Gracia (Trinitaria) en el Ser Humano donde se establece una nueva
categoría Moral respecto de la Fe y sus prácticas (No lejos de la Cosmovision
Judía). Juan propone una especie de Transito a la Luz y esta que se opone categóricamente
a la oscuridad o ausencia de Gracia que es lo mismo, esta Luz es Cristo y el
pecado lucha contra ella aunque sin victoria alguna más allá de la Voluntad
Humana por restablecer la antigua condición del Hombre Viejo (Pablo).
Nosotros como Bautizados tenemos el encargo de hacer que la
Luz de Dios brille con fuerza en la Sociedad y Cultura de la Vida, la lucha desde
nuestra Cotidianidad nos indica el camino de la Libertad y la Vida transitado
por el propio Salvador: Pero el que obra
la verdad, va a la Luz, para que quede de manifiesto que sus obras están hechas
según Dios (21) aunque el pecado este siempre presente en el quehacer de la
Humanidad, no es el comienzo de esta y mucho menos su Causa Eficiente o
Finalidad así vista. Recordemos hermanos que la Luz determina la Forma y Hábitos
esenciales de los Hijos de Dios que libremente renuncian cada día al pecado
como finalidad de la existencia, sin desconocer que vivimos inclinados a este
pero la Gracia cumple su cometido ser oposición consiente al mal (oscuridad).
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