miércoles, 18 de marzo de 2015

JUEVES Y VIERNES SANTO... PASIÓN DEL REDENTOR.

JUEVES SANTO Y VIERNES SANTO…  LA PASIÓN DEL REDENTOR.

El Jueves Santo iniciamos el Triduo Pascual y de esta forma la Liturgia de la Iglesia nos muestra el derrotero de los Misterios de nuestra Salvación, es una gran Celebración que esta enmarcada en la vida y obra del Redentor que en los valores de su Evangelio descubre para nosotros la Vocación del Servicio Cristiano y la Fraternidad que debe reinar entre los Bautizados: Sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este Mundo al Padre… (Jn 13,1) este transito no es más que la afirmación de su retorno definitivo al Padre como Hombre y como Dios Verdadero, la escena que sigue a estas palabras sobre el Lavatorio de los Pies, recordemos que era para el Judío de su época un Signo de Acogida Fraterna que Jesús lleva a otro nivel,  a la posibilidad de ver al otro como Igual en todo a mí, de esta forma la Claridad de su Palabra germina entre iguales.

Desde luego esta acción no es comprendida por Pedro que en el inconsciente la asocia a los rituales de Purificación de su Pueblo,  dejando de largo el principio de Universalidad y Pluralidad de esta acción, ya no se trata de servir y Purificar a un Pueblo, se trata de la misma Humanidad que debe ver en este Signo una prueba del amor Redentor y por lo tanto Universal del Salvador (Vers. 3-15). En esta acción queda claro la determinación del Salvador por manifestar a los suyos la Intimación del que le envió (16).

La figura de Judas tan agredida por la Tradición y la Memoria Religiosa, no es más que la manifestación del Juicio y carácter de la Humanidad que busca por sí misma la razón y condición de las cosas, aun en este Personaje queda a salvo la Libertad Humana y la Gracia, capaz de respetar a quienes deciden caminar solos… Pero sin duda quienes son guiados por ella tendrán mejores frutos en sus vidas (Predestinación Agustiniana).

Jesús une en su Discurso Evangélico la celebración de la Pascua (Cena del Salvador) con la exposición del Mandamiento Nuevo, sin duda nos genera una idea sobre la continuidad de sus palabras y la búsqueda del ideal cristiano de Amar y vivir en la Fraternidad (31-35) es clave para nosotros entender dos principios frente al Orden Ministerial y la Eucaristía (Sacramentos Pascuales)… El primero distingue del Sacerdocio común recibido en el Santo Bautismo y la Praxis del Pacto Bautismal, este es por lo demás asumido por la Iglesia en virtud de su Señor y para su servicio (Continuidad del Mensaje) al respecto dirá el Hiponense: Este Sacramento es administrado bajo la Autoridad de la Iglesia y para el servicio de ella, una vez administrado no se permite ni necesita ser administrado otra vez, San Agustín nos habla del carácter que imprime en el Bautizado… En cuanto a la Santa Eucaristía nos dice el Hiponense: Cristo se tomó así mismo entre sus manos, no queda en los PP. De la Iglesia duda sobre la Santidad y necesidad de estos Sacramentos en la vida de la Iglesia y de sus Hijos, porque así como Dios es Padre Ella es Madre, afirmación que esta en el Corazón de la Tradición y en su Magisterio.

De esta forma encontramos que en este maravilloso Día la Santa Madre Iglesia Celebra tanto el servicio de sus Hijos Sacerdotes como los Dones dispensados por la Rectitud y Compromiso con este Ministerio al servicio de cada Bautizado.

Sobre la Celebración del   Viernes Santo, atendemos a una única objetivación posible y es precisamente la necesidad del Sacrificio Redentor de Cristo, la Cruz se convierte en el Epicentro de su Amor y entrega radical, la Cruz se hace una con la Humanidad y juntos son cubiertos con la Sangre Reparadora del Hijo de Dios, para nosotros y para la Creación: Cristo se convierte en Ofrenda, Altar, Victima, y expiación por cada uno de nosotros, tanto por el pasado como el presente y el tiempo que vendrá (Interpretando al Hiponense) no perdamos de vista que la Pasión es intrínsecamente necesaria y procede de la Voluntad del Redentor que al asumirla asume las debilidades de la Humanidad hasta el colmo posible de su Amor y Restauración… Para despejar dudas sobre este acontecimiento de nuestra Salvación los PP. Siguieron las palabras de San Agustín cuando afirma: En la Cruz murió el Hijo de Dios pero no en cuanto a Hijo de Dios, sino en la Carne y Sangre de Jesús, y murió el Hijo de Dios en cuanto a la Unión Personal del Verbo Eterno con Jesús.

Este Sacrificio esta contenido en la Tradición Judía pero superado ya no por una Sangre de animales ofrecida por la expiación de los pecados personales sino por la Santísima Sangre del Redentor que fue derramada por la universal necesidad de Redención de cuanto existe y fue llamado por el Padre a la existencia, es pues su Sacrificio Universal y Atemporal, es decir, nada esta fuera de este sacrificio y todo esta contenido en el… La Iglesia asiste a su Salvador y como Madre acude presta a llenar de Gracia y Fortaleza a los suyos que ven en el Dolor de su Señor una muestra de su Amor incondicional por Ella, este tiempo no es propicio sino para Orar y reconocer nuestra personal participación en sus sufrimientos y lo que es aún mayor en su Triunfo: Sino somos solidarios en sus sufrimientos como esperamos serlo en su Triunfo? Es un interrogante que cuestiona la vivencia de nuestro Cristianismo insensible ante la Cruz y ante los dolores del Redentor… El Amor es el principio Solidario por excelencia y el mayor distintivo de la Humanidad…

             

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