LA VIDA SACRAMENTAL O
ESPIRAL DE LA GRACIA QUE INFORMA AL CREYENTE… PERSPECTIVA BAUTISMAL Y EUCARÍSTICA.
INTRODUCCIÓN.
La vida de la Iglesia coherente con su Vocación y Ministerio
manifiesta al Mundo su Misión y es precisamente esta Misión que comporta explícitamente
la vida Sacramental como fuente irrenunciable de Gracia al Mundo, esto es, a la
Creación entera sin límite o categoría cognoscible, es mejor definir como Total
y Totalizante… La vida Eclesial no podría entenderse sin la presencia de los Sacramentos
y su muy particular forma de concebir la dinámica Eclesial. Desde siempre los
PP. De la Iglesia (De cuya fuente bebe su Catolicidad el Anglicanismo)
afirmaron la solides de la vida Sacramental como principio inequívoco de
Salvación y Filiación por analogía en la vida Trinitaria y antes en la
Eclesial.
Es fácil para nosotros en el ámbito Eclesial particular o
domestico pensar en los Sacramentos, lo que cuesta es unirlos dialéctica e
intuitivamente con nuestra realidad (Materialización de su Mistagógica
Naturaleza) es pues, necesario sentir con el Alma y el Corazón lo que el Rito
explicita en sus Palabras, Gestos, Especies y no olvidar en la disciplina
Eclesial la fórmula de los mismos Materia,
Forma y Ministro, evitando así cualquier actitud indiferentista en la vida
y obra Sacramental de la Iglesia.
Reconocemos que la Iglesia es Sacramento Universal de Salvación y depositaria de los mismos, ella
como Madre diría San Agustín, manifiesta al Mundo la riqueza de su Corazón y
por nosotros vive dichosa su amorosa sujeción al Padre Dios, ella es Pueblo,
Asamblea, Nación, Maestra de la Voluntad de Dios en su Hijo y el Espíritu
Santo…
REFLEXIÓN SOBRE NUESTRO
PACTO BAUTISMAL.
El Hiponense comparte su pensamiento sobre el Sacramento del
Bautismo y fruto de sus meditaciones nos dice: “Sin Ablución y Palabra no hay Bautismo, sin Palabra y Ablución no hay
Bautismo, si hay Palabra y Ablución hay Bautismo” nos indica con claridad
la necesidad de la Unidad en el Rito y por ende en la Intención y el Ministro
de este Sacramento, el Agua representa para San Agustín no solo pureza o
limpieza espiritual sino y sobre todo una en si misma Regeneración confirmando
la Esencia Metafísica del Sacramento que se manifiesta en la fuerza de sus
palabras y componente que visibiliza su valor Mistagógico al proceder la
Consagración del Sumergido en Cristo (Te Bautizo en el Nombre del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo) el Hiponense introduce
en la Teología de los Padres Latinos la concepción del Espíritu Santo como el
gran Reconciliador… La Redención es pues sellada en el Bautismo con la Sangre
del Salvador y de esta forma cada uno de nosotros vive y explicita o
materializa su Gracia y Don, Fe, vida y Eternidad, vivimos del Bautismo y
maduros en la Fe asumimos el Pacto
Bautismal y la renovación de nuestra propia condición implícita en la
Creación y Redimida en la Cruz, la formalidad de su Gracia la llamamos
Consagración al Dios Trinidad (Concepción Paulina). La Catolicidad define la
presencia de la Gracia en la fórmula del Sacramento Ex opere operato, nos indica el modo objetivo de obrar de los
Sacramentos, infunden la Gracia en el Sujeto en virtud de la acción sacramental
cumplida, Opus operatum, tiene valor
objetivo independiente del de la acción o gracias a la obra realizada pero nunca
perdiendo de vista que el principal Ministro es Cristo, y que es el fundamento
del Ministerio de la Iglesia y su facultad de ordenar sus Ministros bajo el
principio de la Idoneidad congruente con su función.
Ex opere operantis, por la acción del que actúa,
obviamente se refiere a la respuesta individual a la Gracia ofrecida en la
acción Sacramental por parte de la Iglesia y el necesario crecimiento
individual de este Don en el Creyente, dejando de lado este repaso acudimos a
las palabras de Santo Tomás de Aquino cuya actualidad es asumida por los
Anglicanos Tomistas como Mascall (por citar solo uno) Bautismo es la ablución externa del cuerpo, llevado a cabo con la forma
prescrita de palabras. O abreviación
de la misma fórmula en: Per acuam in
verbo o por el Agua en la Palabra, también lo reconocemos como el
Sacramento de Regeneración esta
definición nos permite ver con claridad la Metafísica del mismo ya que su
esencia física la sintetizamos en la siguiente oración: Lavados en el Agua (Miremos Mt 28,19) como fórmula Ministerial
encomendada a la Iglesia, al respecto recogemos la opinión de San Juan
Crisóstomo y antes Tertuliano… La Teología nos dice sin ambages que el
Sacramento del Bautismo imprime carácter que marca sobrenaturalmente a quien lo
recibe y comporta por Antonomasia la necesidad intrínseca de vivir el Pacto Bautismal, reconociendo que esta
vivencia es esencial al Bautizado y sin ella no es posible vivir de cara a la
Gracia en la Historia Personal de Salvación, como es imposible darle el Fiat a
Dios (Si) en nuestra existencia, es recordemos, la definición de la Voluntad de
Dios individualizada en la Persona Bautizada… Es pues por definición nuestro
principio o propósito de vida, para San Agustín queda fundamentada su Doctrina
sobre la Predestinación del Cristiano y esta Doctrina inserta en su intento
Antropológico por hacerla Historia en la vida y la Sociedad del Creyente
(Ciudad de Dios).
Nuestra reflexión debe ser animada también por la Historia,
tanto personal como Eclesial, la Regeneración no es por demás una mera acción
del Rito es sobre todo, la Espiritualización del Ministerio Bautismal, llamado
Ministerio porque evoca el Mandato de Cristo hecho en Potencia a sus Discípulos
bajo la estructuración de su futuro Ministerio… Es pues, el Espíritu Santo la
maravillosa comunicación Trinitaria Ad-Extra en la Creación y en cada Bautizado
especialmente por la Gracia comunicada en esta Amorosa relación que Intima a la
Trinidad en la Persona Bautizada.
La Filiación Bautismal nos relaciona existencialmente con la
Iglesia y ella se convierte en Testigo de esta Consagración y definitiva
Alianza movida por el Amor, hoy el Anglicanismo vive su Pacto Bautismal en la
apertura a la Sociedad donde vive su Pastoral, reconociendo en el Bautizado el
Tesoro depositado por este Sacramento, la practica Axiológica materializa tanto
el ideal de los valores como el vínculo relacional que alimenta la Cotidianidad
donde la Gracia Bautismal Espiritualiza cada acción del Creyente Bautizado. Es
pues una Praxis redimida haciendo de lo Ordinario una manifestación
Extraordinaria de la In-habitación Trinitaria en el Bautizado, esta In habitación se convierte por Naturaleza y
cualidad Ontológica en Fruición o
posesión del Amor que se transforma en el Amado, podemos citar este principio
de Unicidad definido por los Neo-Platónicos, del siglo I antes de Cristo, esta
Fruición se convierte en la íntima Unión con el UNO, es como indicar que la Unión con Cristo es la Unicidad de la
Humanidad representada por cada uno de los Bautizados. Esta presencia Latente
de Dios en el Bautizado se explicita en la Gracia con la constante Vocación u
opción fundamental por la In-habitación de Dios Trinidad en la vida del
Creyente, es decir, una presencia que nunca mengua por Voluntad de Dios sino
por el Bautizado que decide apartarse de su Amor, estamos hablando de la Opción por el Amor o llamado al Amor, este
llamado es vital, intransferible, y esencialmente necesario.
La Espiritualidad de este Sacramento la fundamentamos en su
dinámica de la siguiente manera, miremos apartes del mismo:
A- Continuarás en la enseñanza y
Comunión de los apóstoles, en la fracción del pan (Eucaristía) y en las
oraciones.
B- ¿Perseverarás en resistir al mal, y
cuando caigas en pecado, te arrepentirás y te volverás al Señor?
C- ¿Proclamaras por medio de la palabra
y el ejemplo las Buenas Nuevas de Dios en Cristo?
D- ¿Buscaras y servirás a Cristo en
todas las personas, amando a tu prójimo como a ti mismo?
E- ¿Lucharás por la justicia y la paz
entre todos los pueblos, y respetarás la dignidad de todo ser humano?
A cada petición la Asamblea responde:
Así lo haré, con el auxilio de Dios
(L.O.C 225).
En la concepción de nuestra Comunión
la Universalidad toca la vida del Bautizado y su Familia al punto de hacerle
parte de los designios de Dios que une maravillosamente la vida Espiritual del
Creyente con su ejercicio de Responsabilidad en el escenario Natural de este a
saber, su Familia y Sociedad y desde luego la Iglesia representada en la
Congregación o Parroquia donde vive su Fe… En el Hoy de nuestra Historia
debemos tener presente que la vida de la Gracia es el Mayor Don recibido por el
Santo Bautismo, estamos aclarando que la vida Sobrenatural acompaña desde el
Bautismo al Cristiano y se convierte en la Consagración de su Naturaleza al
Dios Creador (Marca indeleble) reconocida por Cristo en su llamado (recordemos
la enseñanza del Buen Pastor) no es necesario ver al que sentimos en la
intimidad de nuestros corazones.
Los PP. De la Iglesia desde los
mismos Apostólicos hicieron énfasis en la necesidad de este Sacramento para
iniciar así la vida de la Iglesia y se puso toda la atención posible en la
preparación de los próximos Bautizados (Catecúmenos) cuya condición les excluía
directamente de participar en la Comunión, esta es una de las principales
razones por la cual nosotros admitimos a la Comunión a todo Bautizado (Desde
luego, bajo la fórmula de su Confección Materia,
Forma y Ministro) sin impedirle por
ningún motivo vivir así la Eucaristía. No es posible asumir otra connotación
que no sea el acceso directo a la fuente de la Gracia, no estamos asumiendo que
la preparación y responsabilidad del Bautizado cesa y que este es libre de actuar
de formas contradictorias al Pacto
Bautismal.
La Espiritualidad Bautismal nos
prepara para la Cotidianidad y su
necesaria repercusión en la Iglesia y la Familia como en la Integralidad del
Bautizado, de lo contrario será imposible vivir el mandato de Cristo y poseer
en el Corazón su Gracia y Santidad, cada Bautizado se convierte en depositario
del Amor Justificador del Dios Trinidad que como dirían los PP. Latinos: Abandona sus Eternas y Amorosas relaciones
(Por un momento) para compartir su infinita felicidad con cada uno de nosotros)
es sin duda alguna el Más grande regalo que los Padres dan a sus Hijos
cuando los llevan a la Iglesia para Consagrarlos a Dios por medio de este
Sacramento de Iniciación y cuyo carácter salta a la Eternidad.
NUESTRA REFLEXIÓN EUCARÍSTICA EN PERSPECTIVA DE LA ESPIRITUALIDAD.
Asumiendo nuestra Espiritualidad nos unimos con el Hiponense
al exclamar: Jesús en la última cena se
tomó así mismo entre sus dedos, esta sentencia nos introduce en la
Espiritualidad del Sacramento que se convierte en la fuente de nuestro Ser
Litúrgico y Sacramental, estamos manifestando la relación entre nuestra
Mistagógica y la intención de acoger el Mandato de Cristo… La percepción de la
Eucaristía nos define en la dinámica de la Actualidad y no en la visión de la
misma como un Acto puesto que al
vivir la Realidad el Creyente se constituye en una constante Actualidad que
ordena y dinamiza su experiencia de Fe, partiendo de este principio la
Eucaristía es en suma la misma Actualidad de Jesucristo que se renueva en la
dimensión Espiritual de quien desea así recibirle… Cristo se manifiesta así
mismo y de sí mismo, esto nos dice con claridad que en la Eucaristía la única
posibilidad es la Donación de Cristo que para continuar en la Creación decide
habitar en cada uno de nosotros (Otros Cristo).
Si miramos la Forma del Texto Joanico (Cap.6) Jesús es el
“Pan de Vida” que solo es asimilable desde la experiencia de Fe, posteriormente
Jesús acude a la Figura del Banquete para manifestar el compartir que genera Comunión
tanto en el Corazón del Creyente como de la Asamblea a partir de la Donación de
un mismo Alimento, de esta forma la Eucaristía nos une al Amor de Dios, por lo
anterior no es conveniente creer que la participación termina una vez finalice
el Rito, es apenas donde la Eucaristía se introduce en la cotidianidad y se
convierte en signo Cultico de la Gracia… Los PP. De la Iglesia desde siempre
vieron en la figura del Maná del A.T
una figura de la verdadera fuente de Gracia para la vida y Espiritualidad del
Creyente como lo es la Eucaristía y reconocieron en las palabras de la última
Cena una alusión a esta maravillosa actualidad formal del Sacramento,
recordemos que para Juan en el llamado “discurso Eucarístico” Jesús se
convierte en la Sabiduría de Dios a la Humanidad que explicita con sus palabras
este llamado (Pr 9,1ss) merece
particular atención la postura de San
Justino (PP. Latinos) quien equipara las palabras del Prólogo de San Juan
especialmente el vers 14 “El Verbo de
Dios se hizo carne y puso su morada entre nosotros” o Et verbum caro factum est
et habitavit in nobis. La actualidad de la Eucaristía relaciona en su
Mistagogia y confección los elementos que en la dificultad de su Gramática
describe la forma como el Hijo de Dios entra en la Historia y como en el Rito
hacemos de este maravilloso momento Histórico una Realidad capaz de trascender
y hacerse unidad tanto Dialéctica como Espiritual con quien a conciencia vive
la Santa Sena del Señor y se convierte en la reciprocidad de esta Donación una
constante entrega Espiritual estableciendo así este vínculo de Comunión
Sacramental que a su vez es el Epicentro de la vida del Creyente… Tal postura
nos recuerda que la Ultima Cena es solo el inicio de la total Donación de Dios
a la Humanidad y simple forma de quedarse en medio de nosotros. Esta Donación
es el sustento de nuestro Cristocentrismo,
el Verbo que habitó entre nosotros agrega
Orígenes informó el Alma de Jesús
con su perfección y de esta forma en la Santa Eucaristía nos unimos al Verbo de
Dios que informa con su Gracia nuestra misma Naturaleza en su fundamental
principio de Deificación. Lo anterior nos es fácil relacionarlo con el termino
Hipostasis para generar la conclusión de una Unidad tan perfecta Dios-Hombre
que la referimos a la Santa Eucaristía donde materializamos lo que creemos y
profesamos de la vida Sacramental transmitida por la Iglesia a sus Hijos, esta
Centralidad que nos ofrece la Eucaristía asume en la perspectiva de la Fe la
familiaridad tal y como la explicitaron sus Apóstoles, en una continua
Actualidad que no conoce de Tiempo o Espacio.
La Eucaristía es también Oración materializada en el Rito,
capaz de transmitir en sus acciones Culticas todo cuanto creemos del Sacrificio
de Cristo en la Cruz, no es solo la
Cruz, es la vida Donada en la Cena del Salvador, que sin escatimar Gracia se
manifiesta al Ser Humano tan viva y Actual como la vivieron los testigos
presenciales y su muy particular forma de asimilarla y hacerla también
circunstancia. Reconocemos en la Eucaristía un Signo vital de nuestra
concepción Eclesial donde el Bautizado participa abiertamente y hace parte de la Asamblea cuyo Sentir y Corazón es
el mismo (Hiponense) es a su vez, la articulación de lo que creemos y vivimos
en la Mistagogia del Sacramento Eucarístico, somos por definición el Pleroma de
Cristo y estamos unidos a su Amor y el ejercicio de nuestro Pacto Bautismal se
transmuta en la misma esencia función del Sacramento (Es decir, somos también
Sacerdotes, Reyes y Profetas) la Unidad de este Sacramento mueve las fibras de
nuestro Ser al punto de proclamar en nosotros un único Alimento Celestial que
se une intrínsecamente por la afirmación Bíblica: No solo de Pan vive el Hombre sino también de toda Palabra que sale de
la Boca de Dios (Mt 4,4) esta Palabra es viva y se une vitalmente con la
Confección de este Sacramento al punto que sin ella no es posible hablar de la
Eucaristía, lo que plantea un reto para el Creyente el Deber de conocerla y
amarla, recordemos las palabras de San Jerónimo: Quien no conoce las Escrituras desconoce a Cristo, la presencia
Sacramental es para algunos polémica y para otros oportunidad de profundizar la
Espiritualidad y configurar mejor su Ser y Fe.
La Actualidad del Sacramento nos introduce en el único móvil
tangible, la Espiritualidad y sus contenidos Fenomenológicos, después de Siglos
de polémicas evocamos la memoria Teológica Tomista que nos introduce en la
perspectiva de la Actualidad del Sacramento del Altar, esta actualidad no
involucra frontalmente la aseveración sobre la Presencia en el Sacramento y su
unidad con el Rito (Consubstancialidad o Transustanciación) no es mi interés
entrar en la discusión de la Teología de una u otra Escuela solo recalcar la
importancia de la Eucaristía en el Ser Católico que vivimos y explicitamos en
la Iglesia… No son las Especies Consagradas, es la Espiritualidad que emana de
las entrañas de la Iglesia que sabe la muy particular y Misteriosa manera de
quedarse de su Señor y Salvador, pero retomando lo anterior, esta Actualidad supone
el dominio de Cristo y su Imperio es como asegurar la exaltación de su Reinado
en la Iglesia…
La Historia y la Espiritualización del Sacramento solo tiene
sentido a partir de la Fe y la Praxis de la misma por parte del Creyente, solo
los ojos del Corazón se convierten en videntes Sobrenaturales al reconocer no
solo la Voz del Pastor que llama sino y sobre todo, la significación de su
presencia en la vida y por ende en la intríngulis de la misma, la Actualidad
determina de esta forma la presencia de Cristo siempre perenne y vital, en las
palabras que relacionan el momento mismo de su Presencia (Misterio) en la Epiclesis el mismo Dios se mueve en la Eternidad
(Procesión) al encuentro del Bautizado, inaugura así una Era Nueva para el
cristiano cuyas relaciones Ad-Extra se hacen Eternas en la vida del que
trasciende a la misma vida de Dios (Pascua) La Santa Eucaristía es el sustento
por Antonomasia de la experiencia de Fe del Bautizado y un medio eficiente
tanto de la Gracia como de la misma Espiritualidad Bautismal indicándonos de
esta forma que la relación Sacramental es Signo de la Escatología del Creyente,
más aun en la configuración del Binomio Dios-Hombre
es Símbolo de Relaciones Salvíficas como tal al punto de perfeccionar la dimensión
Ontológica del Ser Humano y clarificar nuestra Vocación a la Salvación y por
ende a la Santidad. La Eucaristía Simboliza el encuentro Eterno del Ser Humano
Redimido con su Creador, Redentor y Santificador, a una dimensión de absoluta
perfección como lo es la Donación de Dios mismo.
*** (El Pan vivo bajado del Cielo, en
el Lenguaje Joanico Cap. 6 es una aseveración de la intimidad de Dios que en
palabras de Pedro se abaja para estar en la esfera de nuestra comprensión de su
Plan Salvífico, pues esta postura de Cristo se traslada en la Eucaristía a la
forma de su Amor que adquiere una concepción de la Espiritualidad Sacramental
irradiando Fraternidad, Caridad, Amor, Esperanza, Unidad, y más elementos de
los aquí contenidos… La definición de vida y alimento se unen intrínsecamente) ***
Es determinante que la vida Espiritual se nutre de la
manifestación que desde la vida Sacramental nos hace Cristo, al punto de asumir
Él mismo, tal relación y convertirla por su Gracia en medio eficiente de
Salvación al menos entendido así en la Catolicidad que no celebra un simple “Recordatorio” de la Pasión Muerte y
Resurrección del Salvador, sino que se actualiza en nosotros y en la Iglesia su
Eterno Sacrificio (Siempre delante de Dios) como nuestra Justificación. Quien
se une en la Eucaristía a Cristo hace del Rito la elección evidente y
determinante para crecer en la vida de la Gracia y hacer de ella principio de
Salvación, es un llamado a no perder de vista que la Eucaristía no es solo un
ejercicio de fraternal Unidad con la Iglesia, es la vivencia de la Salvación
hecha Rito y por ende Sacramento. Reza la Tradición del Medioevo: ES EL PAN DE LA CARIDAD Y LA VERDAD QUE EN
SI CONTIENE TODO DELEITE. Y en nuestro Rito de Comunión agregamos palabras que reflejan esta
intención pero sobre todo reconocimiento de tal afirmación: ESTE ES EL CUERPO DE CRISTO, PAN DEL CIELO…
ESTA ES LA SANGRE DE CRISTO, CÁLIZ DE SALVACIÓN. Acerquémonos confiados en
su Amor y prestos a compartir de su Cena
proclamando así su Majestad convertida en Alimento que salta a la Eternidad.