jueves, 11 de diciembre de 2014

TERCER DOMINGO DE ADVIENTO... JUAN EL BAUTISTA, EL TESTIGO DE LA LUZ AL MUNDO.

JUAN EL BAUTISTA… EL TESTIGO DE LA LUZ AL MUNDO. TERCER DOMINGO DE ADVIENTO (Jn 1: 6-8,19-28).

En el Prólogo del Evangelista Juan, el Bautista es Testigo de excepción de la Revelación de Jesús como el enviado del Padre Dios,  esta por demás llamado a dar Testimonio de la Luz y cuyo encuentro señalado es directa e inicialmente con las Autoridades religiosas de su Pueblo, la Identidad del Bautista es garantía de la Autoridad Revelada de Jesús sobre su propia Naturaleza Divina: Yo no soy el Mesías y ante la insistencia de vincularlo con la Tradición y sus personajes más sobresalientes recalca su condición y sobre todo Ministerio: Yo Soy la voz que grita en el desierto, Abran un camino derecho para el Señor, tal como dijo el Profeta Isaías…  La grandeza histórica del Bautista esta afirmada precisamente en la capacidad que tuvo para unir la Tradición del (A.T) con las expectativas del (N.T) y de esta forma asegura la continuidad de la Simbología Salvífica, desde la Génesis misma cuando se presenta la Alianza del Arcoíris (Signo visible Gn 9,13) en Tiempo del Diluvio, pasando por la Liberación en el Mar de las Cañas (Mar Rojo) hasta las posteriores manifestaciones de Jesús con los pescadores que a la postre llamó a su Evangelio.

El Bautismo de Juan desde luego y lo sabemos no era para el perdón de los pecados, no tenía ese componente Restaurador y Regenerador como si el Bautismo de Cristo (Mandato y Ministerio Eclesial)  y su sustento en la Sangre derramada en la Cruz, pero el Bautista llama vehementemente a la Penitencia como el primer paso para reconocer la necesidad de la Salvación y manifestar a la Conciencia como el fundamento de la Espiritualidad en la vida de la Fe, es pues, un Bautismo de Intimidad y Conciencia sobre la propia reflexión Ético-Moral, en el caso de los Judíos, reflexión sobre sus principios y Ley (Profetas).

Es pues este Símbolo del Bautista, el preámbulo para el Advenimiento del Ministerio Salvífico de Jesús, el Bautista se adelanta a su época y sobre todo a la concepción Judía sobre el Mesías y su manifestación, es pues, el Bautista la materialización de la intuición de la Salvación que llega en cumplimiento de las Profecías en la condición de Jesús y su Humanidad asumida,  para el Bautista habla el Corazón antes que las apariencias o el Poder, tal como la megalomanía Judía suponía seria el Salvador o Mesías esperado, para Juan el Poder del Mesías reside en el Amor de Dios explicitado en su Hijo N.S. Jesucristo…  Recordemos que el Agua es Signo de Purificación y Juan no podía ser la Excepción Cultural y también Cultica. Este tercer Domingo de Adviento, nos invita a reconocer la figura del Pacto Bautismal en el Rito del Bautista llevado a la plenitud por Cristo Salvador cuyas promesas se hacen realidad a partir de la Libre y Personal aceptación de su Mandato, el Bautista como ninguno testimonió esta época en figura de su constante llamado clarificando en la Penitencia un Signo visible de la aceptación del Reino Predicado por Jesús como preámbulo de la introducción en la Cosmovision Cristiana del Mandamiento Nuevo, que desplazó a la penitencia y permitió la incorporación de la Caridad y el Amor como detonante y potenciador del Don Amoroso de la Salvación…      

    

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