martes, 3 de junio de 2014

PENTECOSTES... JESÚS SE REVELA A LOS SUYOS EN LA FUERZA DE SU ESPÍRITU.

PENTECOSTES… JESÚS SE REVELA A LOS SUYOS EN LA FUERZA DE SU ESPÍRITU. (Jn 20: 19-23).

Los Padres de la Iglesia tienen claro la presencia del Espíritu Santo a lo largo y ancho de nuestra Historia de Salvación y su gran Revelación desde las Sagradas Escrituras como desde cada momento de la vida y obra de Jesús, aquí el Espíritu de Dios se convierte en la Voz y Conciencia  de nuestra Salvación… En orden a la Revelación Personal de Cristo como el Hijo de Dios y su inclusión en nuestra propia Conciencia Salvífica, desde siempre la Misión de Cristo irradia absolutamente todo el curso de nuestras vidas y como si fuera poco es este mismo Espíritu el que materializa la obra del Padre en la Persona de su Hijo “El Espíritu en quien todo fue Hecho” PP. Capadocios.

Las apariciones de Cristo en la visión Joanica, marcan el inicio de la Revelación concreta y no en figura del Espíritu Santo, a su vez reconocemos su influjo en la posterior conformación de la Iglesia como Institución que vive el doble principio como  Divina y Humana bajo el influjo y connotación que su misma Identidad por Naturaleza le confiere (Sacramento de Salvación, portadora de la Gracia de su Señor).

Retomando el tema del Evangelio que hoy nos compete, aparece una figura exclusiva de Juan (19), las Puertas cerradas son una alusión directa a la antigua condición Espiritual que nubla el entendimiento de sus Discípulos y Amigos de todas las épocas, ante su influjo nos deja en la misteriosa Libertad a los Hijos de Dios de reconocerle o simplemente ignorarlo… Tal figura es consecuencia de la Superficialidad Espiritual en la que muchos Creyentes viven el Hoy de su Historia de Salvación.

Cristo aparece como el Liberador de la Humanidad y la simiente de su nueva y definitiva Conciencia de Salvación, desde luego, que la Paz es Escatológica y sus Dones requieren de nosotros plena aceptación y disposición, agregaremos al respecto que solo gracias al Espíritu Santo el Cristiano Potencia sus buenos y fundamentales hábitos de vida transparentados por la Gracia de Dios.

El miedo que resalta Juan es sin duda, el miedo de la  incertidumbre de quien no vive intimidad de Fe, y mucho menos ha desarrollado Conciencia de la Presencia de Dios en su existencia (Inhabitacion)… Las Huellas de la Cruz son un recordatorio de la contundente radicalidad de su Sacrificio por la Humanidad y la Obra del Padre Dios, pero también se convierte en el Anuncio de la definitiva condición de los Hijos de Dios (Filiación) donde el miedo y la incertidumbre no tendrán espacio gracias al Don perfectísimo de su Espíritu, cuya presencia en nosotros es el mayor fundamento y Testigo de nuestra Redención como queriendo Cristo indicar que gracias a su Presencia la Deificación es una realidad transformadora  e imparable, en la Memoria de los PP. Apostólicos queda este enunciado El Espíritu Santo lo hace todo en todos diría San Hipólito.

El Soplo del Resucitado nos recuerda al (Gn) y su presencia en la simbología de la Creación del Ser Humano, dejando claro de esta forma que Cristo nos entrega sus propios Dones que se asemeja a la Gloria que tenía antes de la Creación, junto al Padre Celestial, lo que indica para la Iglesia que estamos ante un Inicio de Salvación que mueve los Corazones de los Creyentes de todas las edades y épocas… El Motor de este maravilloso escenario es y será siempre el Espíritu Santo, el que realiza las Relaciones Trinitarias por excelencia (Antonomasia).

Si te detienes en el Texto de (Hch 2yss), veras con claridad la intención del mismo, la forma como el Espíritu Santo llega a la Conciencia de los suyos para transformarla y llenar de Esperanza segura la Sique de los Creyentes y como los Adorna con las Virtudes indispensables para vivir y Proclamar el Evangelio de Jesús, su Revelador por excelencia.

En cuanto a los pecados fijamos la Potestad Eclesial de animar y promover la Conciencia Redimida en sus Hijos, no estamos ante una interpretación negativa, por el contrario, propende por una interpretación muy Positiva de la Comunión de los Hijos de Dios cuya Conciencia rechaza lo que separa y corrompe de bueno en cada uno… Esta Potestad es fruto del Amor, es fruto del Mandamiento Nuevo llevado a su plena concepción en la Obra del Cristiano, gracias al Espíritu Santo De quien procede todo deseo y obra Santa. Lejos de nosotros pensar en una Potestad que privilegie la discriminación y la ruptura, lejos pensar en una Potestad de Juicio y exclusión carente de Caridad por el Próximo… No pierdas de vista que Pentecostés trae implícito el Nacimiento de la Iglesia y su Prolijo Ministerio Salvífico…
   

     

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