QUIERES SEGUIR A CRISTO?... TOMA TU CRUZ Y SIGUELE. (Lc 14:25-33).
Lucas nos propone para este domingo, en la Liturgia de la
Palabra, dos elementos constitutivos del seguimiento de Cristo contemplado
desde la radicalidad de sus enunciados; puedes observar que en primer lugar
este Evangelio cita el termino original (odia) (26), para configurar y
contextualizar todo un esquema o indicio seguro del “Seguimiento Cristiano”,
pero posteriormente en (Lc 18,20) nos invita”… Honra a tu Padre y a tu Madre”, aquí la finalidad catequética es
la misma, ordenar la Riqueza en el Plan de vida de cada Creyente… (Contexto de
renuncia, Joven Rico).
Estamos asumiendo este Discurso Evangélico en la dinámica del
Camino y su progresiva manera de
vivir y evolucionar en la experiencia de Fe con Cristo, así lo remarca el
propio evangelista. Desde luego para conocer este enunciado se hace vital asimilar
la doctrina Judía sobre la Ley del rescate (Goel), para nuestra reflexión miremos
el Texto del Deuteronomio (15:1-18). Cuya Centralidad esta fincada en el
rescate del hermano en las situaciones de vida apremiantes en las que se
encuentre (Familia, Clan).
Tal acción es signo de
agrado y honor de Dios en medio de su Pueblo, es una forma Primitiva de Caridad
e Inclusión del otro en mi propia Cosmovisión, Sublimada por Cristo en su
seguimiento… La Cruz simboliza el culmen de esta maravillosa relación con el otro y quien siga a Cristo deberá
asumir las consecuencias de su decisión e incorporarlo en su propósito de vida,
es decir, transparentarlo al Mundo “El
que no lleve su Cruz y venga en pos de Mi, no puede ser mi Discípulo” (27).
Pablo en su Teología de la Cruz manifiesta en la carta a los Gálatas
(6,14)”En cuanto a Mí, Dios me libre gloriarme,
si no es en la Cruz de Jesucristo…”, tal alusión nos invita a considerar nuestra vida como un constante
ejercicio de Cruz, asumiendo que nuestras vivencias reafirman el Poder de
Cristo vencedor de la Muerte y por tanto de la Cruz, pero ella queda como símbolo
de Entrega y Sacrificio por Amor. Aquí queda claro, que seguir a Cristo implica
ser maduros en la fe y asumir con dignidad el intríngulis de la vida y sus
relaciones complejas con el Mundo y nuestros hermanos.
Sopesar nuestras decisiones implica un ejercicio de confianza
total en Cristo, en su Palabra y Presencia, no se trata de dejar “todo” por el
contrario es un llamado a valorar en la justa medida nuestros esfuerzos y
logros siempre en la perspectiva del Dios Providente, es el Gozo Luquiano de la Pobreza para
enriquecer vidas, trabajos y relaciones vitales, es el vivir como Hijos verdaderamente
agradecidos…
Es disfrutar de un maravilloso Don Mesiánico, superior al Maná
del Pueblo en su tránsito a la madurez espiritual o Éxodo en el desierto (para
tu Oración personal mira (Ex 16; 17). Este Don lo vives a diario en medio de
los tuyos, de tus amigos en donde tú estés o te encuentres y construyas Ejes Relacionales
sustentados en el Amor y la Caridad por el otro como referencia inmediata de tu
propia existencia Social y Comunitaria.
Esta especial catequesis de Cristo, la vivimos también en el
contexto de nuestra Eclesiología, cuando le reconocemos a nuestra Iglesia la
Gracia de guiarnos en la vivencia de la fe y su función Maestra en la misma,
esta catequesis busca afianzar los valores del creyente que a su vez esta
llamado a explicitarlos en la vida diaria, como signo inequívoco de la siempre
actualidad de Cristo en su vida hecha instrumento de su gracia y Comunicación.
Recuerda que la Cruz de Cristo es poderosamente señal de su
gran Solidaridad con cada uno de nosotros, Cristo solidario hasta las últimas
consecuencias, mira también (Col 2,9). Piensa que esta renuncia o Kenosis toca
Hoy tu vida… Como hace Siglos la vida
del propio Jesús.
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