CRISTO… NUESTRA MAYORDOMIA SALVIFICA. (Lc 16:1-13).
Mammona, término Hebreo que designa a las riquezas y sus
cuestionamientos Morales según la visión de su (tenedor) o dueño, Cristo mismo
se hace riqueza para nosotros y nos invita a edificar según sus principios y
valores salvaguardando la Teonomia como dependencia Salvífica del Padre… Lucas
asocia el desempeño de la riqueza a la ulterior riqueza de Cristo y la vivencia
de los “Hijos de la Luz”, generación (8), como cambio de Ruta y Destino a la “Luz”
literalmente hablando de los creyentes.
Hoy se presenta en nuestras vidas una serie de conflictos por
asegurar la correcta forma de actuar en un Mundo complejo cuyas directrices no
siempre coinciden con el propósito Dignificante del “Tener y Disfrutar”
desencadenando Gradaciones del Tener y Disfrutar, Bien podríamos decir que tu
riqueza esta determinada por el Crecimiento de tu “Ser Persona” en la perspectiva
de tu Entorno y Relaciones (Experiencia Cristiana). Por otro lado, Jesús en (Mt
10,42) nos dice” Todo aquel que de de
beber tan solo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por ser Discípulo
os aseguro que no perderá su recompensa”.
Hoy podemos llamarnos Mayordomos, al ser diligentes en la administración
de la Gracia que Dios nos concede, asunto que sin duda repercute en la vida y
su Praxis… Ser Mayordomo implica los escenarios donde actuamos y relacionamos
distinguiendo el Ser Individual de su impacto colectivo (Evangelio y Vivencia).
La ambición es un comportamiento Social que lesiona grandemente la forma como
el Cristiano percibe sus relaciones Económicas y Sociales, creando a partir de
este Dis-valor, Esquemas nuevos que nublan su realidad y apreciación de los demás…
Parafraseando a San Agustín de Hipona”
No es más feliz quien tiene mucho, sino quien necesita poco” asumiendo en
la existencia la Trascendencia de las relaciones Económicas como parte vital de
la Riqueza que dios despliega en los suyos (Providente y providencia Social). Jesús
es muy específico en la connotación Moral de este postulado, y fija su posición
Ético-Moral al respecto, donde se privilegia la Persona y su Intríngulis… “Ningún criado puede servir a dos amos” (13).
Cristo relaciona lo Material con lo espiritual, asumiendo la prioridad y
fundamento de nuestra Fe, Sublimar la Espiritualización del “Ser y el Tener”.
El yo aquí se define como finitud mientras el infinito que es su contrario es imitación, no puede existir un elemento sin su contrario, el infinito es una desviación de lo real, es algo ficticio no cierto, en cambio el finito es real y se acerca ala vida realzando definiciones propias de su existencia en el individuo, con todo esto se puede afirmar en el yo un conocimiento profundo del ser que permita que este logro trasforme la realidad existente.
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